NovelToon NovelToon

La Viuda De Vélez.

cementerio

Esta mañana la luz del sol iluminó la casa, como si el cielo bajara a traer paz a este hogar.

Salimos con el cadáver de mi suegro, nadie de sus acompañantes, lloraba. Al contrario, sentíamos una gran felicidad de que la bestia regresara al infierno.

Llegamos al pequeño cementerio, ahí se encontraba enterrado mi amado esposo, aunque nuestro matrimonio solo duró tres meses, le entregué todo mi amor, cuide de el cada día que estuve a su lado. El era muy diferente a su padre, era un chico muy guapo, sus cabellos dorados y su nariz pequeña lo hacían ver cómo un ángel.

Llegamos hasta el lugar donde se encontraba mi amado esposo.

A su lado había un enorme agujero.

La verdad es que no quería enterrar a su padre cerca, pero Juan insistió que el era su padre y que así era el deseo de su amo.

Juan era la mano derecha de mi suegro, a pesar de ser un anciano débil y muy cansado, era detestable cuando hablaba, era un tipo necio que no tenía corazón, era igual que su amo.

Rafael era el único que tenía un pequeño sentimiento hacia esa bestia, el colocó la tierra sobre el ataúd que se encontraba ya en el agujero.

Yo y mi nana teníamos los ojos alertas, aún no creíamos que el estuviera muerto, teníamos miedo que regresará a la vida, teníamos la idea que el tendría un pacto con el infierno y regresaría de la muerte.

Por fin la tierra cubrió todo y Juan rezaba unos salmos, pedía por el descanso de su amo, Rafael colocaba piedras en la tumba.

Cuando termino mi nana y yo regresamos a la casa, donde mi vida fue un tormento durante estos dos años.

Juan iba detrás de nosotras, me detuve un momento y me giré a mirar la tumba de mi padre, mi nana me abrazo.

En mi mente prometí que regresaría con flores para su tumba y que vendría a visitarlo todos los días.

Juan pasó a nuestro lado y comenzó a decir que Dios es sabio y misericordioso, no sabía a qué se refería, ni me importo.

Mire a Rafael parado en la tumba de mi suegro. No podía entender por qué el estaba ahí sufriendo por un hombre que le quitó su herencia, su hogar y lo dejo en la calle.

Seguimos caminando cuando llegamos a la casa, mi nana preparaba la comida.

Yo me quedé sentada en un silla limpiando las lentejas que iba a preparar.

Después de casi una hora, llegó Rafael y se sentó en la mesa.

Juan se sentó y lo miro.

- ¿Qué piensas hacer ahora, señor Dofhert?

- Nada, dejaré todo igual, dejaré que ellas se marchen a su hogar.

Mi nana puso un plato frente a el.

- Creo que mi niña y yo nos iremos cuando encuentres una nueva ama de llaves.

- Gracias Rosa.

- De nada joven.

Yo miré molesta a Rosa, la verdad es que odio ese lugar, lo único que quería era regresar a la mansión de mis padres, donde vivía como una princesa, odiaba este miserable lugar.

El termino su plato, lo coloco en el fregadero y se marchó a su habitación.

Yo mire a Rosa enojada.

- Tu primo necesita nuestra ayuda Carolina, decía mi nana.

- El odia tenerme cerca, no me dirige la palabra, cuando me mira solo refleja odio.

- Tu eres culpable, no haces más que reírte de el cuándo intenta leer o hacer alguna cuenta, el hace su mejor esfuerzo por aprender.

- Lo que sucede es que lo estimas más a el que a mí.

- Ambos fueron mis niños, aunque me alejaron de el cuándo era pequeño, nunca voy a olvidar cuando me miraba con sus hermosos ojos azules.

Me levanté de la mesa y ayude a mi nana a lavar los platos, después nos sentamos cerca de la fogata, ella hacía sus costuras y yo leía un libro con hermosos versos.

Juan se encontraba ya en su habitación.

Rafael bajo y se sentó a un lado de mi nana, el no dijo nada, era un mal educado, al menos debería saludar al entrar a un salón cuando hay gente ahí, pero claro no tenía modales.

- Buenas noches, le dijo mi nana.

El la miró asombrado.

- Eres tan tonto para no contestar. Cuando alguien llega a una habitación donde hay otras personas, se saluda, dije con superioridad.

El me miró enojado y saludo a mi nana.

Yo me reí en forma burlona, el se levantó enojado y se marchó.

- No seas grosera Carolina el es tu primo.

Yo ignore a mi nana y continúe con mi libro, pero no podía leer las letras, solo recordaba el día que llegue a este lugar.

Yo había salido a dar un paseo por los hermosos paisajes colina abajo, sentía el aire cálido del verano en mi rostro, apenas había cumplido 16 años, me sentía muy feliz pues mi padre me había regalado mi primer caballo, era blanco como la nieve, el y mi nana me prohibieron sobrepasar los límites de nuestras tierras, pero yo quería investigar que había más allá.

Mi nana me decía que solo había oscuridad y que vivían seres malos.

Pero sabía que mi nana siempre exageraba, tomé la decisión de salir de las tierras de mi padre, llegué a unas tierras llenas de enormes pinos y árboles muy frondosos, la tierra era húmeda, pasaba un pequeño río, me baje para que mi caballo bebiera agua.

Cuando observaba como mi caballo tomaba agua del río.

Sentí que alguien me miraba, al girarme vi a un hombre con un rifle en su espalda y un pequeño conejo en las manos.

- ¿Quién eres?, dije nerviosa.

- Tranquila, no disparó a humanos, sonrió.

El era un joven alto, de cabello castaño, con barba, sus ojos eran azules, alto y su cuerpo tonificado. Me pareció muy guapo, pero algo sucio con su ropa.

- ¿Te perdiste?, me preguntó.

- No, vivo unos kilómetros arriba en la casa de la familia Muketh, mi padre es el dueño de las tierras que colindan con estas.

- Mi padre es el dueño de estás tierras, dijo sonriendo.

Tenía una linda sonrisa.

- ¿y dime quién es tu padre?

- El señor Dofhert, me llamo Rafael. ¿cuál es tu nombre?

- Me llamo Carolina.

- Deberías regresar a casa Carolina, pronto va a oscurecer y tú padre te va a estar buscando.

Me subí a mi caballo y no me moví.

- ¿No quieres irte?, dijo el sonriendo.

- No sé cómo salir de este lugar, dije nerviosa.

El tomo la cuerda de mi caballo y camino para que el se moviera.

- Gracias Rafael, no quería molestarte.

- No es molestia cuando una chica linda me pide ayuda, dijo sin mirarme, el tenía la mirada en el camino, lo que agradecí por qué sentí como me ruborice al escuchar que me llamaba linda.

- ¿Tienes hermanos? le pregunté

- No soy único, ¿tu tienes hermanos?

- No soy hija única, mi madre murió cuando yo nací.

- mi madre también, dijo deteniéndose.

Ya se miraba el camino para regresar a mi casa.

El me sonrió de nuevo.

- Jamás imaginé que mi aventura terminara así, sonreí.

- ¿Cómo?

- Encontrando a un joven tan amable y guapo, dije mirando el suelo.

El no dijo nada.

- Es que mi nana dice que aquí viven seres malos.

- Pues tiene razón, no deberías bajar a estas tierras, hay mucho peligro, dijo molesto.

- Gracias por guiarme, tomé a mi caballo y me marché, ya no quería causarle más molestia, aunque no fue grosero, si notaba que no era un chico que agradeciera por los cumplidos o que tratara de decirme algunos versos, como lo haría un joven que llama a una chica linda.

- Vamos a dormir ya es tarde, decía mi nana.

- Si, cerré mi libro y al entrar a la habitación que compartía con ella, mire por la ventana, Rafael estaba parado en medio del jardin fumando su pipa.

Yo trate de no pensar en lo guapo que se mira, cuando se encuentra pensativo.

Me acosté en la cama, me sentía muy mal, si tan solo el no me hubiera mentido ese día yo no hubiera tratado de regresar a este lugar para poder verlo una vez más.

Gitano

Desperté asustada y sudando frío, nana me abrazo.

- Tranquila niña, ya todo está bien, susurraba a mi oído.

- Nana, quiero irme de este lugar.

- Si, mañana le diré a Rafael.

Abrace a nana y recordé mi pesadilla.

Estaba en mi hogar, mi suegro me saco arrastrándo de ahí, me subió al caballo, llegué a este lugar, me arrojó al suelo. Rafael y Juan me miraban a lo lejos.

- ¡Regresa con tu esposo!, me gritó mi suegro.

- El me odia y yo a él, no pienso cuidar más de el.

- Es tu deber niña tonta, ahora no tienes nada, no eres más que una pobre huérfana, sin dinero, no tienes nada, será mejor que dejes de comportarte como una princesa y entiendas que eres solo basura, me tomó de los cabellos y me arrastró por el suelo.

Después me levanto del brazo y me subió hasta la habitación de su hijo.

Me arrojó al suelo de la habitación y cerro con llave.

Escuché una pequeña risa que provenía de la cama, después una tos que provocó dolor en mi esposo.

Me levanté y lo mire asustada.

Le ofrecí agua, el bebió y al segundo trago me arrojó el agua en la cara.

- Te dije que solo un día Carolina, pensabas abandonarme, ¿pensé que me amabas?.

- ¡Como podría amar a un hombre que solo me trata como su criada!, dije enojada.

- Eso es lo que eres una criada, gracias a mi tienes un techo, que no se te olvide.

Me acerque a sus medicinas y el me tiro la charola con un manotazo.

- Ya no las necesito, me siento mejor.

- No quiero perder a mi esposo, después de perder a mi padre, dije enojada.

- ¿llorarás cuando me muera?

- Tal vez, dije levantando las pastillas.

- Lamento todo esto Carolina, jamás fue mi intención hacerte sufrir esto.

- Fingiste muy bien sentir cosas por mi, todo para que tu padre no te odiara y te lastimara, pero nada es eterno, así como mi padre murió, morirás tu y el demonio de tu padre.

Guillermo cerro los ojos y se quedó callado.

Me levanté en la mañana con la mirada perdida, aún tenía recuerdos de todo lo que viví en esos meses a su lado.

Nana ya había bajado a la cocina yo me quedé mirando hacia la ventana, miraba el jardín, no podía imaginar que mi madre y el demonio de mi suegro se amaran.

Nana me contó la historia de mi madre con mi suegro.

Dice que cuando mi madre tenía la edad de seis años, su padre se marchó a un viaje de negocios, el le prometió a ella y a mi tío que les traería regalos de su viaje.

Mi tío Matías tenia 12 años, los días fueron pasando y no sabían nada de el, comenzaron a preocuparse por el.Despues de casi diez días su padre regreso y en sus brazos tenía un pequeño niño, el tenía la misma edad de mi madre. El niño era un extranjero, al principio mi madre y mi tío lo odiaron. Mi mamá termino siendo su mejor amiga en la infancia, ella y el pasaban todo el tiempo juntos, ellos hacían travesuras que ponían de malas a mi abuelo pero el jamás lo golpeó, el que golpeaba al niño era mi tío, el siempre que podía lo golpeaba, el niño siempre se quedó callado, jamás intento defenderse, era mi madre la que lo defendía y golpeaba a mi tío, pero este solo la ignoraba o la encerraba en su habitación, pero mi mamá era una niña salvaje, ella saltaba por su ventana para escapar y encontrarse con el.

Cuando ella cumplió 12 años, mi tío ya tenía la mayoría de edad, el se casó con una mujer que conoció en la escuela, ella era una mujer linda pero con una salud muy débil.

A los dos años que mi tío se casó, murió mi abuelo, el dejo a mi tío a cargo de sus negocios y de la casa. Mi tío saco al joven adoptivo de la casa y lo mando a dormir al establo, a trabajar más tiempo. Mi madre cansada de los abusos de su hermano, le convenció para huir.

Ellos salieron de las tierras de mi tío y llegaron a la casa de mi padre, ahí se cubrieron de la lluvia y durmieron en el establo. Cuando despertaron unos hombres la separaron de el, comenzaron a gritarle que era un gitano y lo golpearon, a mi madre la llevaron al gran salón donde se encontraba la familia completa, cuando mi madre entro su ropa estaba sucia, su rostro estaba sucio ella parecía una huérfana.

El padre de mi padre se acercó y le pregunto por su nombre.

Cuando escucharon su apellido, reconocieron que era la hija de su vecino, inmediatamente curaron una de sus heridas que les había provocado uno de los perros que cuidaban la casa.

Al gitano lo dejaron tirado en el suelo muy golpeado, los hombres que trabajaban para mi abuelo pensaron que estaba muerto, cuando regresaron para llevarlo frente a su amo, el ya había escapado.

Mi madre le dijo a la madre de mi padre que era su amigo y el hijo adoptivo de su papá.

Ellos dieron la orden de que se le diera alimento al joven gitano, pero este ya no estaba.

El regreso a la casa mi tío lo castigo sin comer y lo encerró.

Mi tío fue a buscar a mi madre, cuando llegó a la gran casa le pidió disculpas a los padres de mi papá, el les decía que desde que su padre murió mi madre se volvió una joven rebelde que no quería aprender de modales, la mamá de mi papá le dijo que ella se encargaría de la educación de mi madre y que la guiaría para que fuera una mujer educada.

Mi madre permanecío casi un año en la casa de mi padre, ahí no solo aprendió a leer mejor, aprendió a coser, pintar y también jugaba con la hermana menor de mi padre, se hicieron amigas. A mi padre también le agradaba mucho mirar a mi madre en su casa, ellos tenían una amistad, pero mi padre había quedado hechizado por los ojos de mi madre y su hermoso cabello castaño.

Cara limpia.

Mi padre era un año mayor que mi madre.

Para fin de año, mi madre regreso a su casa, mi tío recibió con un banquete a la familia que había logrado cambiar a mi madre, ella era toda una dama, con hermosos vestidos de seda y su cabello arreglado, enormes guantes que cubrían sus manos y brazos.

Ella esperaba ver a su amigo, pero el jamás apareció, le pregunto a mi nana si sabía donde se encontraba, ella le dijo que en el establo. Cuando los demás estaban disfrutando de las notas musicales de mi tía, ella salió de la casa a visitar a su amigo, el se encontraba sucio y cuando el la miró, se acercó abrazarla pero mi madre le pidió que primero se lavara, el enfadado le reclamo le dijo que ya no era la misma que no quería una amiga como ella, mi madre se sintió triste pero molesta se marchó.

La familia de mi padre se retiró y prometieron que seguirían en contacto, que mi madre seguiría con sus clases con el maestro privado que habían contratado, mi tío le dio las gracias.

El esperaba a su primer hijo, lo que había hecho que ya no golpeara tanto al hijo adoptivo de mi abuelo.

Mi mamá dejó que se consumiera el fuego de la chimenea principal, ella seguía esperando que su amigo entrara y pudieran hablar.

El llegó limpio y cuando mi mamá lo miró lo abrazo con fuerza, le dijo que lo extrañaba y que jamás había dejado de pensar en el, que estaba muy preocupada que le pidió a su hermano que fuera bueno con el, solo así aceptaría quedarse en la casa de mi padre y aprender cosas nuevas.

Cuenta mi nana, que pasaron toda la noche hablando en la oscuridad, que mi madre y el se hablaban al oído.

Nana entró a la habitación y me dijo que el desayuno estaba listo.

Baje las escaleras.

Cuando llegue a la cocina Rafael tomaba la cuchara y comía tan rápido como si fuera un huérfano, no tenía modales.

Nana lo regaño que se limpiará la boca y que comiera lento, yo me senté y no lo mire.

- Me dijo tu nana que te quieres ir, puedes tomar los caballos y marcharte, dijo Rafael serio.

Levanté la mirada y le dije que gracias.

- Voy a prepararlos, dijo levantándose.

Nana se sentó y miré que su rostro estaba triste, ella sentía cariño por Rafael, decía que era como su hijo.

Le pregunté a nana que si ya habían conseguido otra ama de llaves, ella me dijo que no. Le dije que esperaría a que alguien la cubriera, me levanté para decirle a Rafael que no era necesario los cabellos, cuando me acerque al establo escuché que hablaba con los animales.

- Te irás con ella trueno, cuídala, no te pongas de necio, ella es algo caprichosa pero tiene un buen corazón. Si tan solo me pudiera ver como yo la veo.

Yo me aleje, no podía creer que el pensara que soy una persona de buen corazón.

El salió con los caballos.

- Ya está listo Carolina, dijo detrás de mi.

Yo me giré y sonreí.

- Gracias, pero mi nana quiere quedarse hasta que encuentres una ama de llaves que se encargue de la casa.

- Me las puedo arreglar solo, dile que no se preocupe.

- Ella es terca, dije acercándome a el.

No había notado que se había quitado la barba, su piel se miraba tan limpia que resaltaba sus mejillas y su menton. Se miraba tan guapo como la primera vez que lo vi.

El bajo la mirada y regreso los caballos al establo.

- Si no quieren irse, está bien, trataré de buscar hoy mismo una ama de llaves.

Voy a decirle a Juan que me acompañe al pueblo, hoy mismo.

Pasó a mi lado, yo estaba como tonta mirando su caminar, después sacudí la cabeza.

El no Carolina, tu y el son como agua y aceite, siempre se la pasan discutiendo.

Entre a la cocina y subí a mi habitación.

Las lágrimas bajaron por mi mejilla, recuerdo cuando el estuvo presente en mi boda, estaba enojado, se marchó sin felicitarnos.

Creo que el ya sentía cosas por mi y yo dejé de mirarlo, por qué pensé que al ser más grande no tendría interés en mi.

Mire cuando se subió al caballo, él alzó la mirada, por un momento nos miramos, después se marchó.

Abrí uno de mis libros y no podía concentrarme en mi lectura, recordé el día que mi padre me dijo que mi primo Guillermo vendría a vivir a nuestra casa, pues mi tía Sonia había muerto. Me dijo que mi primo necesitaba mucho amor.

El día que llegó a casa, el me miró con sus hermosos ojos grises, el era idéntico a mi padre, parecía más su hijo que yo sentí una atracción hacia el, lo abrace y el me dijo que le encantaba tener una persona de su edad a su lado.

Pasamos horas hablando cerca de la fogata, el estaba un poco enfermo y tenía que guardar reposo y mantener su cuerpo caliente.

Yo no dejaba de contarle sobre las aventuras que me imaginaba cuando salía a recorrer las tierras de mi padre, el me dijo que cuando se sintiera mejor que le encantaría pasear a mi lado.

Al siguiente día desayunamos juntos, el se sentía de mejor humor, pero había notado que sus ojos estaban hinchados, creo que habia pasado toda la noche llorando.

Lo abrace y le di un enorme beso en la mejilla, le dije que era muy importante para mí.

En la tarde un hombre vestido con un traje negro, entro a la casa.

Mi padre lo recibió, escuché que discutían. Después la puerta de la casa fue azotada, yo y mi primo Guillermo estábamos sentados cerca de la chimenea de su habitación, nana entro a la habitación, le dijo a Guillermo que bajará un momento que mi padre quería hablar con el.

El bajo y yo con el.

Mi padre estaba muy enojado, se miraba que del coraje le daría un infarto.

Lo abrace y el respiraba más lento.

Después de un rato, le dijo a Guillermo que saliera de la casa que su padre lo esperaba.

Guillermo miró a mi padre asombrado el jamás habia escuchado sobre su padre, no tenía idea de quién era, pero sentía curiosidad por conocerlo, el pensaba que sería un padre amoroso como el mío, pero no era así.

Guillermo salió y cuando iba a seguirlo mi padre me detuvo.

No quiero que ese hombre te vea, quédate aquí, me ordenó.

No entendí por qué mi padre reaccionaba de esa manera, escuché que bajaron el equipaje de Guillermo, abrí la puerta de la biblioteca y miré que mi papá le decía a nana que no me dejara tener contacto con mi primo, que lo mejor era mantenerme alejada de ese hombre.

No me dejaron despedirme de Guillermo, le pregunté a la Nana, por qué mi padre no quería que ese hombre me conociera, si era mi tío.

Download MangaToon APP on App Store and Google Play

novel PDF download
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play