El Reino de Lyra es un reino que pasó por una guerra por el trono, el Emperador Leonardo fue perdonado para así poder tener su corona su gran amor la Duquesa Aurora se casó por amor y para tener una alianza de sangre, en su matrimonio han tenido cuatro hijos dos varones y dos gemelas
Ahora su hijo mayor es el emperador así que recién recibe el mando del reino, su hermano El principe Ricardo ahora le ayuda a reforzar la frontera en conflicto al norte.
Ricardo criado como un principe desde su nacimiento, sabe que es su deber proteger el reino, entrenado en magia y combate desde niño, estudio en la academia hasta la edad de 15 años, ha decidido ayudar a su hermano en lo que pueda, sus padres nunca ha permitido un compromiso por obligación para ningún de sus hijos, está vez el tiene que viajar a la frontera con los practicantes de medicina que estarán cerca del Ducado Fitz.
Su carácter es decidido al ser el menor es el más consentido por todos en el palacio, asi que es posesivo con sus cosas, su único amigo es su caballero que es solo un año más grande que él, se sabe guapo y es coqueto algo que saca de quicio a su madre, pero jamás le ha llamado al atención alguien más, solo es coqueteo hacia las damas.
-A donde vamos príncipe
-Te dije que me dijeras Ricardo cuando estemos solos, vamos a ir a ver al ministro de Altair y de ahí iremos a la academia, todo ya debe estar listo.
-Mira tus admiradoras llegaron a despedirse.
En la puerta del palacio había jóvenes que se despedían de él, él solo les agradece, está acostumbrado a que todas las damas estén a sus pies y obedezcan sus caprichos.
-Damas deseen suerte para mí iré a la guerra,
con la mano se despide y se sube a su caballo, su camino no es largo, por lo que llega rápido a casa del ministro.
-Porque el ministro no está en la ciudad.
-Su amante... bueno no, ya no es su amante, ahora es su esposa, es la doctora Beatriz.
-Si ya se quien es, es un mujer muy atractiva.
-Oye puede ser tu madre, además ya está casada y tú eres un principe muy joven para ella.
-Pero no estamos ciegos, no sabes si tiene hijas.
-No, ella no tuvo hijos y el ministro la verdad no sé, supongo que sí, debe tener un heredero si es que dejó su Ducado.
Al llegar solo baja de su caballo y ve a una joven salir, ella se venía poniendo sus guantes por qué ve a los caballeros en la entrada, sus ojos son azules y aunque su cabello se ve un poco desarreglado es bonita, sabiendo que todas las damas lo halagan, le habla para preguntarle por el duque, pero ella ni siquiera lo voltea a ver, solo le dice que es su padre y que entre, cuando la joven lo mira solo le dice que no sabía que el ministro tenía una hija bonita, sin tanta emoción la joven le contesta, pero se retira sin siquiera presentarse, sube a su caballo y sale a todo galope con sus caballeros, el principe se quedó ahí parado sin decir nada y su caballero solo reía al verle la cara.
El mayordomo si lo reconoce y lo hace pasar, para su sorpresa el Ministro tampoco sabe quién es, algo que le sorprendió, pero no puede molestarse, el ministro no tiene mucho que llegó.
Terminando de hablar se retira y va rumbo a la academia, al llegar pasa directamente con el director quien le da los informes de los jóvenes que irán con él, en los registros ve él nombre de la hija del ministro.
-Director, algunos de ellos sé que son nobles irán solos.
-La mayoría son hombres, solo una mujer es noble pero no acepto los privilegios, no tiene doncella, los demás doctores son plebeyos.
-😳 No tiene doncella, acaso no es hija del ministro.
-Asi es y es hija de la doctora Beatriz Altamirano, pero no quiere ser diferente a sus compañeros, se parece a su madre ella es así.
-Está bien, la doctora Beatriz está en su despacho.
-Si majestad, adelante puede ir
El príncipe sale más confundido, una noble del rango de ella es ilógico que no tenga doncella, al llegar con la doctora Beatriz, le piden que espere por qué está ocupada.
-Le dijo que soy yo.
-Si majestad, pero está con su hija, además la doctora no hace excepciones, solo un momento le puedo mandar té.
-Bien aquí espero- Decía con cara molesta, está acostumbrado aquel lo traten diferente -
Después de un rato sale la joven, pasa a saludar a la secretaria de su madre, no se da cuenta de quien está sentado en la pequeña sala.
-Lucy, te dejo esto ya lo firmo mi padre. -Su cara de felicidad no la posi disimular-
-Si, señorita yo lo agrego a su expediente, me alegro de que el ministro la dejara ir.
.
- Ni siquiera lo leyó, pero no creo que se moleste, me voy prepararé mis cosas.
Ricardo solo las veía platicando y se quedó ahí esperando a que lo dejarán pasar, la joven ni siquiera voltea a verlo, él aclara la garganta y le habla.
-Nos volvemos a ver.
Leonora voltea, pero lo ve y no lo reconoce.
-Nos conocemos?
-Que, **como, si la vi hace un rato - nos vimos en la casa dél ministro, tengo entendido que es su padre, yo llegaba cuando usted salía.
-Haaa si, es que no le vi bien la cara.
-Este... señorita el es el príncipe Ricardo.
Le decía la secretaria, lo que provocó que Leonora realizará su saludo formal, un poco apenada, pero tiene la excusa de no ser de aquí.
-Leonora Altamirano, mucho gusto príncipe, es un honor conocerlo, me disculpo, no conozco a la familia real de Lyra.
-No se preocupe, yo…
-Príncipe, pase por favor.
Le decía Beatriz, mientras que Leonora se despedía, él no pudo seguir hablando con ella, ya que entró. Despacho de Beatriz dónde trataron asuntos importantes para el viaje de sus practicantes.
-Majestad, le encargó a todos mis alumnos, ellos estarán a cargo del doctor Emiliano, en esta ocasión no puedo ir, tengo las clase de los alumnos que están por graduarse, mi horario no me lo permite.
-Claro no se preocupe, disculpe su hija no tiene acompañante, no debería viajar con su doncella?
-Mi hija sabe cuidarse sola no necesita doncella, viaja a caballo y sabe realizar perfectamente sus cosas personales, y ya que pregunta, sé dé su reputación majestad, también sabe que yo soy una rosa retirada y su abuela es amiga mía, no se acerque a mi hija, ella es joven, no la moleste.
-Pero yo no ...
-Note como la mira, ella es bonita, al igual que su padre, que no solo es ministro es un duque, su territorio es uno de los más importantes de Altair y tiene un genio de los mil demonios así que manténgase alejado de mi niña
-Si señora ya entendí, no molestaré a su hija. ** Está mujer da más miedo que el duque, sobre todo con ese abrecartas en la mano, que genio**
Así el sale prácticamente corriendo del despacho de Beatriz con sus documentos en la mano.
-Pero qué te paso? Por qué vienes corriendo?
-La doctora Beatriz es muy bonita y con mal genio, prácticamente me dijo que ni me acerque a su hija.
-Jaja si tienes fama de mujeriego, si te le acercas es capaz de matarte aunque la condenen.
-Raul cállate esa mujer da miedo 😨
-Y eso que no es su madre, me imagino al Duque, dicen que tiene un mal carácter.
Ricardo ya no dice nada y sale para coordinar todo al cabo de unos días todo salen rumbo al norte, ahí ya está todo listo para su llegada, su viaje es rápido por qué van a caballo, se paran a dormir y comer, de lejos ve a Leonora que convive con sus compañeros, él intenta acercarse, pero solo logro que las otras chicas sean las que le ponen atención, Leonora es indiferente y se pregunta si eso es lo que le atrae de ella.
Para Leonora poder viajar sola era un gran logro, hace algunos años solo corría por las calles y jugaba, tras la muerte de su madre su vida cambio, siempre quiso ser una doctora, curaba a los niños que se lastimaban, pero no tenía el dinero para pagar un maestro, al saber del duque le dio mucho miedo por qué su fama sobre su carácter y el escándalo con su hijo, hizo que ella buscará a su hermano, llevándose la sorpresa de que su padre estaría ahí.
Su padre la aceptó y la reconoció como su hija, ahora su madre es la doctora Beatriz a quien admira y desea ser como ella, curar a la gente, viajar y conocer muchos reinos, enseñarle a esos niños que no tienen oportunidad de tener un maestro.
Desde que llegó se ha concentrado en sus estudios, lleva materias propias de una dama sin mucho interés, solo fue para darle gusto a su padre.
Ahora con este viaje podrá experimentar lo que es salir sola y conocer nuevos lugares y gente, sin imaginar que cierto principe estaría ahí con ella frente a la fogata.
-Majestad debe ir a su tienda hace frío
-Pero usted está aquí, o puedo hablarle de tu.
-No, mi madre me contó sobre usted, si me habla informalmente pensaran que hay algo entre nosotros y usted no me gusta.
-Queee, 😳
-Lo que escucho, por eso está aquí, cree que no tengo espejo en mi cuarto, es mi rostro lo que lo tiene aquí en esta fría noche
-Se puede saber que carajos te dijeron de mi.
-Majestad no se moleste, sé que está acostumbrado a que lo alaben y lo traten bien, pero muchas jóvenes en la otra fogata le darán ese gusto, yo no.
-Eres muy grosera soy el príncipe de este reino, debes tratarme con respeto.
-En ningún momento le he faltado al respeto, usted preguntó que me dijo mi madre y le respondí, no me interesa su amistad, asi que puede irse.
Ricardo se levantó molesto por las palabras de Leonora, ella tiene un mal carácter, es bonita, pero no lo vale, así que mejor se va.
Durante todo el viaje ellos no volvieron a cruzar palabra, cuando llegaron cada uno fue instalado en el campamento, ahí podían llevar sus prácticas.
Durante los primeros días se organizan y salen en grupo pequeño a los pueblos para atender a la gente, ella va con sus amigos, el príncipe solo la ve de lejos y se molesta al ver que ella convive perfectamente con todos menos con él, no entiende por qué la negativa de conocerlo, si todas las demás mujeres le ofrecen comida, bebidas o té.
Con el paso de las semanas Leonora se acostumbra al ir y venir de los pueblos, este día un caballero le pide que vaya a ver al príncipe.
-Majestad me llamo?
-Si, te llegó carta de tus padres, ten viene con este silbato, así puedes llamar al halcón que trae una de las cartas.
-No entiendo.
-El silbato llega por separado, solo sal afuera y silva, el halcón bajara para darte la carta, no pierdas ese silbato o para la próxima carta no podrá encontrarte.
-ya entiendo, nunca había usado esto
-Que🤨
-Si, solo los nobles de alto rango usan este tipo de cosas, es la primera vez que veo uno, gracias.
-Eres la hija de un duque, como es que no sabes usar esto.
-Este...es una larga historia, pero gracias majestad, que esté bien
-No, espera, quieres comer conmigo, ya está servido.
-Pero yo...
-Por favor, solo es una comida, no aceptaste los privilegios, pero si los hubieras aceptado comerías conmigo, eres una noble.
-Haaa eso no lo sabía, pero bien solo para que no coma solito, eso sí es feo.
-Espero que te guste de postre hay tarta de fresa.
-Gracias.
Ambos comieron y platicaban de los pueblos cercanos por un breve momento estaban a gusto los dos, así que Ricardo aprovecho cada vez que llegaba la correspondencia él le hablaba, no era necesario, pero por alguna razón Leonora no sabía que cuando un ave volaba con un listón azul sobre los campamentos es porque llegaba la correspondencia, asi podía platicar con ella de vez en cuando, con los meses pasando llegara el momento de regresar al menos para ellos, él tiene que seguir en la zona su hermano llegara a la zona por qué el conflicto se a intensificado, por tal motivo se moverá el campamento, pero los estudiantes deben regresar.
-Leonora, tu padre no se molestó por el tiempo que llevas aquí.
-Si pero ya me regañara cuando regrese.
-Hoy mandaron pay de durazno.
-Mmm no quiero.
-Por que es rico 😋
-No me gusta.
-Vamos prueba un poco.
-La verdad soy alérgica a los duraznos, me pongo roja si lo como.
-lo siento, no debí insistir.
-No se preocupe majestad, me retiro, debo avisar que mañana...
Un guardia los interrumpe avisando que hay mercenarios atacando rumbo al río, Ricardo toma su espada y sale corriendo, Leonora por instinto va detrás de él, por si hay caballeros heridos, lo que Ricardo no toma en cuenta es que ella va tras de él, al llegar el y sus caballeros interceptan a los mercenarios quienes son demasiados pero algunos salen volando, es cundo se da cuenta que Leonora está ahí, su sorpresa es tan grande que es derribado por estar al pendiente de ella.
-Es usted tonto o que, no se suponía que está entrenado.
-Si, pero como es que estás aquí.
Leonora se para frente a él pero los mercenarios son demasiados, el ve hacía el río y decide jalar a Leonora, ambos van corriente abajo, para Ricardo no es fácil poder sostenerla, su magia es de fuego y el de ella de viento, no pueden contener la corriente, hasta que van un poco más lento, se da cuenta que son caballeros que también intentan cruzar, llevan e escudo del general, solo bebé llegar a la orilla con Leonora, a lo lejos ve al duque Martin quien ayuda a los caballeros a salir del agua pero no logra hablarle, de un momento a otro la corriente vuelve a ser más fuerte y son arrastrados.
Logran parar rio abajo, de lejos puede ver qué los han visto como puede logra sacar a Leonora pero su pierna es golpeada por unos troncos, lo que hace que grite de dolor, Leonora intenta sacarlo y lo logra.
-Calma déjame ver.
-Esta fracturada, debo enderezar el hueso, majestad va a doler y mucho.
-Solo hazlo
Un grito de Ricardo resonaba en el bosque, Leonora con su magia calma el dolor, él solo le toma la mano para calmarse, poco a poco el dolor disminuye.
-Debemos movernos, no se mueva debo pasarle maná para que tenga fuerzas de caminar, su pierna no le dolerá.
-Gracias
-Casi me ahogo, pero creo que es mejor que estuviera a su lado, quien lo iba a curar, debemos ir...
Usted sabe donde estamos.
-Jaja, si debemos ir en esa dirección, a pesar de todo tengo suerte de estar en el bosque con una joven muy bonita.
-Si, el sueño de todo hombre, fiebre no tiene para que esté delirando así que camine.
La zona es de muy difícil acceso así que tardan en llegar a una zona segura, en una cueva descansan, Leonora junta leña para que Ricardo haga una fogata, así ella puede buscar algunas frutas para comer, no lleva ni arco o alguna otra arma para cazar, solo las dagas, pero así será difícil.
-Solo será fruta por hoy, debemos encontrar la manera de cazar.
-Yo puedo pero ya es de noche, mañana me encargo.
-Sin armas?
-Con magia mira.
Ricardo forma un arco de fuego, Leonora se sombra porque sabe que se crean formas con la magia, pero la de ella es de viento, solo puede defenderse, más no crear formas.
-Puedes crear remolinos, si la combinas con mi magia, podemos crear remolinos de fuego.
-En serio, 😨 eso suena peligroso
-Si lo es, también llega un punto en que no podrás controlar el remolino y lo podré controlar yo, pero se necesita práctica, si gustas podemos hacerlo algún día.
-😒
-El remolino, en que piensas deja de verme así, no creas en todos los chismes que dicen de mí.
-Majestad mejor duerme, necesitas descansar
Ricardo aprovechó para poner su cabeza sobre las piernas de Leonora que no supo cómo reaccionar, quería quitarse, pero sería grosero.
-Majestad, yo como dormiré.
-Debes hacer guardia, estoy a tu cuidado debes cuidar de mí como algo valioso o mi madre estará muy molesta.
-Queee, y crees que mis padres no, mi papá se pondrá furioso cuando se entere y más mi madre
-😰🥺 Haaa se me había olvidado tu madre, ella da miedo, voy a morir.
-No exageres mejor duerme.
Ricardo solo escuchaba su voz y se dormía, al despertar Leonora estaba recargada en la pared, así que la puso en el piso y la abrazo, era la primera vez que dormía con alguien así, por ese instante estaba feliz de tenerla ahí.
En la mañana Leonora despertó y tenía a Ricardo junto a ella abrazándola, se movió y el la abrazo más.
-Solo un poco más, déjame tenerte así un poco más, sabes te compré un regalo, se que tu cumpleaños 16 fue hace algunas semanas, pero no tuve el valor de dártelo.
Porque usted me compraría un regalo, debemos seguir avanzando.
-Lo sé, pero un momento, estoy seguro que no vas a permitir que te abrace después.
-Claro que no, es más ahorita no debería abrazarme así, no es correcto.
Ricardo tomo con su mano su rostro y pasaba su dedo por sus labios, ella reaccionó y quiso levantarse, pero él era fuerte, tenerlo cerca hace que los dos estén nerviosos, Leonora solo ve su rostro y en realidad si es guapo, él en un impulso la besa, beso que ella corresponde, no sabe por qué, pero la sensación de tenerlo tan cerca hace que no piense por un momento.
Para Leonora era su primer beso al igual que para Ricardo que a pesar de su fama, solo le gustaba coquetear con las damas, más nunca había llegado más allá con ninguna,
Pero en la cabeza de Leonora resonaron las palabras de su madre lo que hizo que se separaran, también por qué Ricardo recordó la conversación con la doctora Beatriz
-Disculpa, no pude resistirme.
-No, yo también me dejé llevar, no quiero que esto sea un problema, vamos a tener que seguir.
-Si claro, pero yo... ma haré...
-No es necesario que diga nada, sigamos.
Por todo el día se quedaron sin decir una palabra, hasta que Ricardo pudo cazar un conejo con su magia.
-Ya entendí como lo logras, pero no puedo hacerlo.
-Es cosa de práctica.
Ambos comieron, pero sus miradas cada vez que se encontraban, se ponían nerviosos, así siguieron todo el día hasta poder salir del bosque, cerca de ahí estaba otro campamento, donde reciben al príncipe y a Leonora, ellos informan que fueron encontrados.
Durante la revisión a Leonora la felicitan por el trabajo que hizo, pero sus padres se enteraron de lo que pasó y le piden que vuelva de inmediato.
En la tienda del príncipe ella entra a despedirse, viajará con algunos de sus compañeros, pero él tiene que quedarse.
-Majestad, gracias, debo viajar me espera mi regaño.
-Si, Leonora sé que habrá rumores, pero quiero que sepas que yo estoy disponible a ...
-Eso no me importa, ambos sabemos que no pasó nada, lo del beso fue por el momento, no sé preocupe por mí, mi madre no dejará que haya rumores, me retiro majestad.
Leonora sale rápido, no quiere hablar del tema, ella regresa a casa, al llegar si recibe un sermón de sus padres, solo pasa unos días en casa para después viajar a Altair.
Después de ese ataque el Emperador puso un ultimátum y una amenaza hacia el reino, lo que calmo el conflicto al menos por el momento, así que Ricardo viaja de regreso a la ciudad, para llevarse la sorpresa de que Leonora no está, ha viajado con su familia a Altair y lo peor es que llegó un mensaje al palacio indicando que no saben cuándo volverán.
-Hey que pasa, por qué estás de mal humor?
-Raul, ella se fue ni siquiera dejo un recado para mí, solo se fue.
-De quien hablas.
-De Leonora.
-Queee 😳, acaso tú y ella.
-No, bueno no lo que piensas, la bese y a ella no le importo, no entiendo.
-Bueno a lo mejor no le gusto 😁
-😒
-Bien no digo nada.
-Donde está mi madre, debo hablar con ella.
-La ví en el palacio norte, por qué? Oye espera no corras.
Ricardo corrió a ver a su madre que para su mala suerte estaba con unas damas en una reunión, cosa que no le agrado, tenía que saludar a todas, cuando su madre se desocupo el estaba en la sala aburrido.
-Cariño perdón, pero no sabía que vendrías.
-Madre necesito un favor.
-Sí, dime.
-Quiero un compromiso con la hija del ministro de Lyra.
-Disculpa, que has dicho 😳
-Madre si mi padre hace la petición, el ministro no podrá negarse, es más mandala a Altair, Sofía puede autorizar el compromiso.
-Espera espera, explícame que pasa por qué no entiendo, te recuerdo que tienes 16 años y no eres mayor de edad para un matrimonio.
-Pero si para un compromiso, la quiero a ella.
-Y la dama en cuestión también lo quiere, ella siente lo mismo por ti.
-No se, pero el Ministro no se negará ella tiene que obedecer a su padre.
-RICARDO DE LYRA, que demonios estás diciendo, acaso te estás escuchando, no puede obligar a alguien a quererte, estás acostumbrado a que todos te consientan por ser el menor, pero estás muy equivocado si piensas que voy a hacer eso.
-Pero madre yo la quiero.
-Entiendo que te guste, pero si ella no te ha demostrado que también le gustas esa relación está destinada al fracaso, a ver dime qué pasó en realidad acaso ustedes dos hicieron algo que deba repararse.
-No, te juro que no, es solo que ella se fue y no quiero estar separado de ella.
-Ricardo, el amor es un sentimiento mutuo, tú no estás obligado a un matrimonio por compromiso, pero la otra persona tampoco, piensa bien lo que quieras, si ella te gusta intenta acercarte poco apoco, conquistarla, eso si ella puede decir que si o puede decir que no, está en todo su derecho, si la obligadas solo harás que te odie.
-Pero madre, cualquiera estaría dispuesta a aceptar, soy un príncipe y ella es la hija de un duque, sabe que su matrimonio será decisión de su padre no de ella.
-Dioses no entiendes, pero sabes yo tengo la culpa por haberte consentido, por favor no cometas alguna estupidez, el ministro es un duque muy importante en Altair, puedes ocasionar un problema.
-Entiendo madre, no te preocupes.
Ricardo sale molesto de ver a su madre, ella no lo entiende, pero no sé rendirá hablará con el Ministro cuando regrese, él es un noble y sabe que un matrimonio entre ellos es muy conveniente.
Para él el tiempo que pasan separados es mucho, pero un día recibe la carta de Sofía su tía, quien le dice lo mismo que su madre, ella no puede ordenar tal cosa, solo si ambos están de acuerdo ella puede hacer la petición formal, antes no.
El arruga la carta, pero a su amigo le preocupa esa obsesión que ha generado por Leonora.
-Este... No crees que estás exagerado, en realidad solo fue un beso, Ricardo basta.
-Tú no entiendes, en verdad la quiero, por qué no logran entenderlo.
-Si lo entiendo, lo que no es correcto es que quieras obligarla, oye por qué no hablas primero con ella, pregúntale directamente si le gustas o si por lo menos piensa en ti.
-😑 Raúl, soy un príncipe, si en este instante a cualquier noble le digo que una de sus hijas me interesa, sin pensarlo aceptarían.
-Si, aquí, pero el ministro es de Altair, aquí él no tiene territorio, si quisiera un estatus mayor la casaría con uno de los hijos de la Emperatriz Sofía, no contigo.
Ricardo se puso furioso y lo tomó de la chaqueta, él solo alzó las manos, lo soltó, pero lo que le decía era verdad, estaban discutiendo cuando llegó el aviso que el Ministro estaba en el palacio para dejar su información.
-Donde está?
-En el palacio Administrativo.
-Díganle que quiero hablar con él.
Mientras en la ciudad Beatriz y Leonora van de compras, Leonora camina por las tiendas, su ropa es elegante, pero sin tanta tela, viste como su madre, al verla junto a ella saben que es la hija del ministro, muchos caballeros han querido un compromiso con ella, pero su padre ha rechazado todas.
-Leonora, sabes que eres bella, mira como te ven, eres tan parecida a tu padre.
-Lo sé, en el fondo casi no me gusta, desde niña mis ojos azules llamaban la atención.
-Debes tener cuidado, a los hombres les gustan las mujeres hermosas, si te gusta alguien debes conocerlo primero, sé que tu matrimonio será decisión de Leo, pero prometió respetar tu decisión, solo elige a alguien que te ame de verdad, que te entienda y sobre une todo que esté disponible a aceptar lo que quieres, en nuestra sociedad es difícil que sigas trabajando si te casas, sobre todo si decides tener hijos
-Por eso no los tuviste madre.
-Si, pero mi situación fue diferente tú tienes el apoyo de nosotros, de tu hermano también, no dudes de ti, la felicidad va de la mano con tu trabajo.
-Gracias, así lo haré, el hombre que este junto a mí debe ser como mi padre y mi hermano, debe aceptarme y aceptar que yo quiero ser una gran doctora.
Ambas compran lo que necesitan, pasan a comer, esperan que Leonardo no se tarde tanto. Pero él está apuntó de salir cuando lo detiene un guardia que lo guía a la sala de otro palacio.
-Quien quiere hablar conmigo?
-Yo ministro.
-Príncipe, buen día en que le puedo ayudar.
-Ministro, sé que ha regresado de Altair su familia también lo hizo.
-Mi esposa y mi hija están en la ciudad, gracias por preguntar.
-Ministro seré directo me interesa un compromiso con su hija Leonora, si lo acepta usted tendrá más estatus en este reino, además...
-Espere, espere, mi hija sabe de esto? ¿Por qué ella no me ha comentado nada? Que le hace pensar que ella quiere un compromiso con usted, príncipe no quiero ser grosero, pero mi hija no será obligada a un matrimonio, sé que yo soy su tutor hasta que se case jamás le quitará su sueño, disculpe majestad, si usted la conociera no estaría aquí pidiendo un compromiso.
-Ministro, sabe que el Emperador puede ordenarlo.
-Me está amenazado, hágalo si quiere pero yo también puedo poner una queja y hacerle saber esto a la Emperatriz Sofía, que por más que sea tu tía, ella jamás permitiría eso, crees que puedes hacer todo con tu estatus y tu dinero, alguna vez yo hice lo mismo, mi hijo hizo lo mismo, pero gracias a mi esposa entendí que el amor no debe forzarse, Leonora es libre de casarse o no, eso no la hará menos mujer, al contrario, será libre.
-Pero que...
-No piense que por ser un príncipe todos debemos hacer lo que quiera, en el fondo sé que ella no lo aceptará y eso me hace feliz, pero puede hablar con ella, si mi hija lo acepta sinceramente yo no me opondré.
-Me lo promete, me promete que si ella me acepta usted dará su permiso.
-Asi es, pero le deseo suerte
Leonardo sale hecho una furia de aquella sala, no solo por lo que el principe dijo, si no que parecía estar hablando consigo mismo, ese joven es igual a él, altanero y presumido, quiere obtener todo de su estatus y su dinero.
-Ja ahora sí me estoy tragando mis palabras, dioses se que me gane el castigo pero Leonora no tiene que pagar por mis errores, ella no será obligada a un matrimonio, él principe tiene que entender o Leonora tendrá que irse al ducado, aquí no la puedo proteger mucho como ahí.
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