El Santuario
I.
Desde los cinco años he podido ver cosas que solamente unos cuantos pueden ver.
El nombre coloquial es "fantasma".
Son lo que queda de un ser humano cuando su vida llega al final.
Sus sentimientos, sueños y aspiraciones.
La mayoría son inofensivos. Solo están confundidos y desaparecen después de un corto periodo de tiempo.
Pero algunos deciden quedarse y causar problemas.
Los Exorcistas se encargan de ellos antes de que puedan causar algún daño grave.
Con una habilidad como esta una vida normal no es posible.
Es un don raro incluso entre aquellos que viven en el mundo de lo profano.
Así que mi vida es bastante solitaria.
Mi rutina es mayoritariamente nocturna, por lo que durante las horas de escuela suelo dormir.
Pero no me quejo, mis necesidades están satisfechas.
Lo único que tengo que hacer es entrenar y no meterme en problemas.
Si me cruzo con alguno de ellos lo que hago es simplemente ignorarlos y seguir mi camino.
El Exorcista o Mago más cercano se encargará de ellos. Aunque, generalmente siempre es mejor el primero.
De esa manera puedo mantener un perfil bajo, como me lo recomendó mi tutora.
Después de dormir un par de horas salgo al parque local a correr un poco. El sol se está metiendo.
Cuando llego a la intersección me encuentro con una multitud.
Algún accidente debió de haber ocurrido. Una patrulla y una ambulancia están detenidas al lado de un automóvil.
Un par de oficiales intentan mantener bajo control a la multitud mientras dos paramédicos suben la camilla a la ambulancia.
Sobre ella hay un cuerpo cubierto por completo con una sábana blanca.
En medio de todo está una chica en su uniforme escolar.
Su mirada fija en el suelo.
Nadie, ni la multitud, ni los oficiales, ni los paramédicos, notan su presencia.
II.
Después de un par de minutos ella siente mi mirada y voltea hacia mí.
Por unos segundos nos vemos a los ojos antes de que yo desvíe la vista hacia otro lado.
Empiezo a andar. Pero a los cuantos pasos siento que alguien me está siguiendo.
Ignoro la pregunta al mismo tiempo que aprieto el paso.
Antes de llegar a la entrada del parque aparece frente a mí una chica.
???
¿Por qué solamente puedes verme tú?
La chica de la intersección me pregunta. Está al borde de las lágrimas, lo que significa que ya sabe la razón.
Antes de responder me detengo.
Hugo
Tienes a lo mucho veinticuatro horas. Te sugiero que pases ese tiempo con tus seres queridos.
???
No... No... ¡Por favor!
Ignoró su llanto y entro al parque.
Ella se queda en la entrada.
Cuendo termino mi rutina ya es de noche.
El parque está casi vacío y las farolas iluminan el camino empedrado.
Antes de dirigirme a la salida compro una botella de agua en una de las máquinas expendedoras.
La chica sigue en donde se había quedado hora y media atrás.
Cuando ve que me acerco a la salida corre hacia mí.
Respondo después de soltar un suspiro.
???
¿Por qué solamente tú puedes verme?
Hugo
De verdad deberías estar aprovechando el tiempo que te queda.
Hugo
Ve a casa. Despídete de tu familia.
Hugo
Si te quedas aquí correrás peligro.
Hugo
A que no soy el único que pude verte.
Hugo
No. Lo siento... Pero es el final de tu vida.
Le aviento la botella de plástico vacía y ella intenta atraparla, pero el objeto la atraviesa.
Hugo
Ya no puedes estar aquí.
???
No... No... ¡Por favor!
La chica comienza a llorar a cántaros.
III.
No sé por qué, pero decidí detenerme.
Quizás el hecho de que tenía mi edad aproximada.
O tal vez me sentía cansado de estar solo, tal vez mi anhelo por algo de compañía por fin venció mi juicio.
Me doy media vuelta para encarar a la chica.
No percibo ningún peligro en ella. Su odio y tristeza probablemente no se transformarán en un espectro.
Hugo
Corres peligro. No soy el único que puede verte.
Hugo
Hay quienes los buscan para usarlos como fuente de energía.
Recojo la botella vacía y me acerco a ella. Después de cerciorarme de que no hay nadie cerca destapo el contenedor.
Hugo
Tienes poco tiempo. ¿Por qué no aprovechas para despedirte de tus seres queridos?
Hugo
Si te metes en esta botella puedo llevarte a donde necesites sin que corras riesgo.
???
No estoy entendiendo...
La chica se seca sus lágrimas.
Hugo
Bien, Annette. Voy a ayudarte.
Hugo
Pero tienes que confiar en mí. Y tienes que aceptar tu situación.
Annette
¿Ayudarme...? ¿Cómo?
Hugo
Metiéndote en esta botella para que puedas moverte sin problema.
Tomo la botella con mi mano derecha y comienzo a recitar el encantamiento.
Se trata de un hechizo sencillo.
Cuando termino le pongo la tapa rápidamente. Annette ha desaparecido.
La botella, antes completamente vacía, tiene una especie de valor color rosa muy tenue, casi imperceptible para el ojo.
Annette
¿¡Dónde estoy!? Me siento... Extraña.
Annette
¿Por qué no puedo moverme?
Hugo
Estás dentro de la botella. Ahora puedo llevarte a donde me pidas sin que llames la atención.
Antes de decir algo sin tacto logro corregir mis palabras.
Me pongo en marcha después de que Annette me dice la dirección.
Al cabo de una hora llego a nuestro destino.
Pero las luces de la casa están apagadas. Todavía no es demasiado tarde, así que su familia debe de estar en el hospital al que llevaron el cuerpo.
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