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Segunda Oportunidad.

01 Todo en un día.

—Señorita Cage, de verdad lamento tener que informarle que por más que lo intentamos no pudimos hacer nada. Su tumor está en una zona inoperable, de verdad lo lamento.— Con una voz de resignación, se escucha.

—Está bien doctor, no se preocupe. Sabía que en algún momento esto pasaría, es solo que no hay suficiente tiempo para hacer lo que tenía planeado. Le agradezco, con permiso.— Hablo Muy calmada, como si realmente esto no me importara.

Mi nombre es Christine Cage, soy una arquitecta de renombre, soltera, guapa, codiciada por muchos y odiada por un poquito más. La verdad no tenía expectativas en la vida, simplemente quería encontrarla a ella, mi hermana menor. Nos separamos cuando fuimos adoptadas. Durante los primeros cinco años de su vida vivimos en un orfanato. Prometí cuidarla y no lo cumplí, ahora que tengo el dinero suficiente y todos los medios para poder buscarla tuve que desarrollar un tumor en mi estúpido cerebro. Voy a morir lo sé, pero espero realmente poder encontrarla antes y decirle cuánto la extrañé, espero que haya tiempo.

Voy manejando mi auto por la carretera y recibo una llamada, es de mi secretario Carl, espero que sea importante, espero que realmente tenga noticias sobre mi hermana.

—Sí bueno, ¿qué sucede Carl?— contesto con esperanzas de que sea sobre mi hermana.

—Señorita Christine, sólo quería informarle y darle la noticia, aunque sea por teléfono que por fin encontramos a su hermana. Lamentablemente no fue en las condiciones adecuadas.— Con voz preocupada, informa.

—¿A qué te refieres Carl?, ¿cómo está mi hermana?, ¿en dónde se encuentra ella?— exploto con varias preguntas.

—Está en un hospital, en Tulip, justo muy cerca de donde usted está.

—Bien, envía la dirección exacta, iré yo misma a verificar su condición.— Me molesta pensar que algo malo, pudo haberle sucedido por mi culpa.

—Se la enviaré de inmediato, por favor tenga mucho cuidado, llegaré al hospital en cuanto pueda.— Como si fuera mi padre, el siempre preocupado por mí bienestar.

Aumento la velocidad del auto y al no conocer al cien por ciento el camino, doy vuelta en una curva muy peligrosa y me encuentro con un auto enfrente de mí. Chocamos y al menos yo, morí al instante.

—Auch, se supone que debería doler, ¿Por qué no me duele nada y no tengo ningún rasguño?, ¿en dónde estoy?— me pregunto, es un lugar que da paz y tranquilidad, pero no hay nadie más.

—¡Hola!, Christine. Por fin puedo volver a verte.

De pronto apareció alguien, una mujer que parecía estar cansada y débil.

—¿Quién eres?. No recuerdo conocerte.— Respondo sorprendida.

—Veo que te olvidaste de mi. Soy Clarissa tu hermanita.— Aclara su identidad con una sonrisa.

Al escuchar su nombre, rompo en llanto. Eso solo quiere decir que si ella está ahí, es porque también está muerta.

—Lo siento tanto, prometí cuidarte y ahora ambas hemos muerto— la abrazo muy fuerte y lloro en su hombro.

—Tranquila, a pesar de todo fui feliz una gran parte de mi vida. Nunca me quejé de nada, pero al final prefiero estar muerta a seguir viviendo con el que era mi esposo. De hecho tengo algo que proponerte Christine— dice con tranquilidad.

—No se en qué podría ayudar, pero dime ¿Qué quieres proponer?— resignada y molesta con la vida, le respondo.

—Bueno, tu cuerpo lamentablemente quedó destrozado en la explosión, al chocar. Entonces quiero que ocupes mi cuerpo para volver a la vida. ¿Aceptas?— dice con una mirada de ilusión.

—Si alguien puede volver, preferiría que seas tú. No creo que deba ser yo.— Digo muy segura de mí.

—No quiero volver, en mis últimos días, sufrí muchísimo. He estado sola durante mucho tiempo, lo único que quiero y necesito es estar en paz y aquí lo estaré. Por favor acepta utilizar mi cuerpo y ten una segunda oportunidad de vivir, ya que yo no estoy enferma de nada.— Con una gran sonrisa, vuelve a pedir lo mismo.

—Si así lo quieres, está bien acepto ocupar tu cuerpo. Por favor promete que estarás aquí cuando mi momento llegue— con lágrimas en los ojos, le pido.

—Lo prometo, ahora ve. Es momento de volver y vivir tu vida. Te amo hermana, aquí estaré cuando te toque venir— Me abraza y esa es la forma en la que nos despedimos, por segunda vez en nuestras vidas.

De pronto comienzo a abrir mis ojos, los siento muy pesados. Me duele todo el cuerpo. Siento como si un auto muy grande hubiese pasado sobre mi.

—¿Puede escucharme?, señora Clarissa, si puede oírme parpadee dos veces— menciona el hombre que prácticamente está sobre mi, supongo que es un doctor, por la bata que tiene.

Parpadeo dos veces, afirmando que si lo escuchaba, entonces comienzan a quitarme todos los tubos que tengo, duele como el infierno.

—Por el momento se sentirá cansada, con el cuerpo pesado y con mucho dolor. Es por el tiempo que llevaba en coma, trate de estar tranquila y veremos si podemos comunicarnos con su familia— dice una de las enfermeras que están aquí.

Ahora me encuentro tirada en esta cama, no se ni como era la vida de mi hermana, me costará mucho adaptarme a esta vida, así que viviré la mía como antes.

—Señora Clarissa, alguien vino a visitarla— dice una enfermera y en realidad no sé quién pueda ser.

—Con permiso. Mi nombre es Carl Harrison, soy el secretario de alguien que la quiere mucho, es solo que no se porque ella aún no está aquí, la estuve llamando y no contestó— mi pobre secretario, se ve triste y preocupado.

—Carl, ¿Crees en lo paranormal?— le pregunto para ver su reacción.

—No se a que se refiere, pero solo creo en lo que puedo ver señorita Clarissa. Por cierto la persona que debería de estar aquí, es su hermana Christine— dice, girando la cabeza de un lado a otro para ver si da conmigo.

—Calo, deja de buscar, no encontrarás a quien buscas. De hecho, nunca más la verás— le digo con la voz entrecortada y derramo un par de lágrimas.

—Ese es el sobrenombre que me puso su hermana y ella era la…— pone una cara de tristeza y me recorre con la vista.

—Sé lo que estás pensando Calo, es cierto, ahora soy ella. Yo morí al intentar venir aquí. Lo lamento mucho, jamás quise hacerte sufrir— las lágrimas no dejan de salir y ahora son más intensas.

—Esto no puede ser. ¿Quiere decir que es usted señorita Christine, en el cuerpo de la señorita Clarissa?— sorprendido por lo que podría llegar a escuchar, él un poco temeroso, pregunta.

—Soy yo Calo, lo lamento. Esta era la única manera de volver, porque mi hermana ya se había ido desde antes. Tomé la segunda oportunidad que la vida y ella me dieron— sin que se me entienda mucho, después de tanto llorar, trato de explicarle.

Carl me abraza muy fuerte y agradece por el hecho de que aún estaré con él mucho tiempo más.

Planificación

Estuvo abrazándome un largo rato hasta que me pesó y lo quité de encima.

—Carl, por favor necesito tu ayuda. Ahora que estoy en este cuerpo nadie más debe de saberlo, por esa razón quiero que me informes todo sobre la investigación de mi hermana— pido amablemente, tocando la mano de Calo, a quien quiero como un hermano.

—Bueno señorita Clarissa, que así será como la llame de ahora en adelante. De acuerdo a las investigaciones, sufrió un accidente hace un año y fue internada en este hospital, está casada actualmente con el director general de una de las empresas constructoras más importantes de Roselia, su ciudad natal. A pesar de ello, su esposo solo la abandonó en este hospital sin importarle su salud, pues por lo investigado, se logró saber que él tiene a una mujer viviendo en su casa y trabajando juntos en la empresa, ella es una mujer de estatus alto y aparentemente se quieren mucho— Carl describe parte de la información y yo me enfurezco por la forma en como mi hermana había sido tratada durante ese tiempo.

—Entonces eso quiere decir que el esposo de mi hermana, ¿jamás la amó?— con el seño fruncido pregunto.

—Al parecer su hermana se casó con el susodicho por la insistencia de sus padres, ellos habían quedado en bancarrota y la única manera de salir adelante era que la señorita Clarissa se casara con el hombre rico que encontraron sus padres— con algo de pena, agregó Carl.

—¡Maldición!, se supone que esos bastardos prácticamente obligaron a mi hermana a hacer lo que ellos querían, la utilizaron y ahora por ese motivo ella ya no está aquí. Pero el karma es algo hermoso, que nos llega a todos, me encargaré de que ellos paguen por lo que hicieron mal y del querido esposo de mi hermana, me encargo yo— con una sonrisa malévola, sonrío y miro fijamente al pobre de Calo.

—Señorita, ¿qué quiere que haga entonces?— pregunta, como no queriendo saber la decisión que tomé.

—Primero quiero que te encargues de los preparativos para mi funeral, después se hará la lectura de mi testamento, sabemos que mi única heredera era Clarissa, mi hermana, ahora yo. No habrá ningún inconveniente por eso y también necesito saber todo sobre los modales, educación, gestos, y documentación de Clarissa, me debo volver completamente en ella, al menos ante los ojos de las demás personas— informo y así Carl se retira a hacer todo lo que le pedí.

Para mí es muy difícil comprender y asimilar todo lo que mi pequeña hermana tuvo que pasar, ahora ella está muerta, yo estoy en su cuerpo y tendré que vivir mi vida gracias a esta nueva oportunidad, trataré de actuar como si fuera ella, pero la esencia que me identifica a mí, la seguiré teniendo como siempre. Me haré cargo de todo aquel que dañó a mi hermana, como los son sus padres, su esposo, la amante y cualquier otra persona que pudiera atravesarse en mi camino. Continuaré siendo yo y trataré de ser feliz tanto como pueda, porque ya había perdido toda esperanza de vivir un poco más de tiempo.

Pasó un día completo para que Carl regresara con todo lo que le había pedido.

—Señorita Clarissa, le entrego toda la documentación oficial de la persona que ahora es usted. Su funeral está programado para dentro de tres días, cada uno de los socios e inversionistas fueron notificados y asistirán al funeral, también pagué los daños a las personas que iban en el otro coche del accidente. Con respecto a su testamento, su abogado fue notificado y la lectura será dentro de dos semanas, para que ese día esté lista y deba presentarse oficialmente como Clarissa y no quede rastro de que fue Christine en algún momento— termina de informar y me entrega un paquete de documentos, los cuales deberé estudiar a fondo y memorizar cada dato

—Te lo agradezco de verdad Carl, ahora me gustaría que me trasladaran a una habitación más amplia, para poder estar cómoda durante estas dos semanas y no quiero que vengas más, hasta que tengas que recogerme para ir a la lectura del testamento, no quiero levantar sospechas de ningún tipo— le pido, pues aunque quiera estar con alguien conocido y que sabe mi secreto, es mejor manejar las cosas con cautela.

—Me parece una decisión acertada señorita, además le aviso que su esposo fue notificado sobre su repentino despertar y no le importó, pues dijo que estaba muy ocupado para venir por pequeñeces, que en cuanto pudiera, él iba a venir— de manera burlona habla Carl.

Al parecer disfruta decir que tengo un esposo, algo que siempre desprecié. Nunca estuve a favor del matrimonio y mucho menos me caracterizo por ser una mujer romántica o sentimental con alguien del sexo opuesto. Siempre estuve enfocada en trabajar, ser la mejor y después encontrar a mi hermana. Ahora tendré que plantearme nuevamente mis prioridades y objetivos principales, quiero aprovechar al cien por ciento mi nueva vida.

—Eso está bien Carl, no necesito gente que me estorbe y ese hombre es lo que haría. Encárgate de hacer lo que pedí y después regresa a Roselia, continúa trabajando como hasta el momento y claro que tú serás el único capaz de tomar decisiones con respecto a las empresas, no confío en nadie más. Cuando llegue el momento, haremos de cuenta que me enseñas como hacer las cosas como la heredera que soy— tranquila y relajada hablo con mi secretario, el ser que más quiero en este momento.

Así, Carl hace los arreglos necesarios para que yo pueda estar en una habitación grande y de lujo dentro del hospital, ya que mi recuperación llevará al menos más de una semana dentro de las instalaciones. El tiempo suficiente para leer, estudiar y aprender todo lo que necesito, veremos qué tan buena actriz podría llegar a ser, nadie podrá darse cuenta que en realidad no soy la verdadera Clarissa.

El tiempo parecía haber volado y las dos semanas pasaron en un santiamén.

En la habitación de un hospital, una mujer delgada de cabello negro lacio resplandeciente, una figura esbelta perfectamente definida, ojos negros, cejas pronunciadas y una mirada impactante que imponía seguridad, vestía un vestido color rojo carmesí que hacía juego con el color de sus labios, tacones altos que hacían que su figura se notara aún más, un collar y aretes a juego. Simplemente toda una mujer empoderada y segura de si misma, alguien cambiada y renovada, comenzando su camino hacia un destino incierto, pero decidida a enfrentar todo lo que tenga que enfrentar.

Horribles encuentros

—¿Esta lista señorita Clarissa?, debemos de llegar a tiempo para la lectura de su testamento— en el rostro de aquel hombre joven se muestra una sonrisa ladina.

—Carl, quedamos en que nada correspondiente y referente a Christine, se volvería a poner sobre la mesa, así que no digas que es mi testamento, es el testamento de mi difunta hermana mayor— estando de espaldas, reprendo la manera de expresarse de mi adorable secretario.

—Me disculpo señorita Clarissa. Por cierto me gustaría informarle algo muy importante, su esposo pretende casarse este fin de semana—

Aunque se reprimía para decir lo que dijo, Carl era incapaz de ocultar algo.

—Magnífica noticia. Después de leer el testamento, prepararemos todo para atacarlo legalmente de una forma que él jamás imaginaría— respondo de manera seria, no pienso ponerme triste por algo que tenía planeado hacer de cualquier forma.

—Entonces, ¿nos vamos?— Carl extiende su brazo para que lo tome y así salimos juntos, caminando rumbo al coche que nos esperaba, fuera del hospital.

Partimos del lugar y así transcurrieron cuatro largas horas, justo el tiempo exacto para llegar a la lectura del testamento.

Cuando llegamos, bajamos del coche, entramos al juzgado y dentro ya estaba el notario con dos personas más, las cuales estaban descritos en el testamento como beneficiarios.

—Bien, como ya estamos todos presentes, demos inicio a la lectura del testamento de la señorita Christine Cage— sacando de un portafolio algunos documentos, el notario habló.

—Yo Christine Cage, en pleno uso de mis facultades, hago constar que lo aquí escrito es mi entera voluntad, nadie tendrá derecho a impugnar o realizar algo en contra de mi última voluntad. Para empezar, dejo a la señora Catalina Curt mi casa en la ciudad Alin, las escrituras se cambiarán a su nombre. En segundo lugar dejo una cuenta a nombre de mi ama de llaves, siempre fue gentil y amable durante todo el tiempo que trabajo para mí. El que se encargará de dirigir las empresas será mi secretario Carl y como mi única heredera, que será la nueva presidenta de cada una de las tres empresas a mi nombre, está la señorita Clarissa Goin.

Ella es mi hermana y nadie deberá oponerse a ello. Reiterando que estoy en pleno uso de mis facultades al tomar estás decisiones y dictaminar a quienes dejo mi herencia.

Atentamente Christine Cage.—

—Con esto damos por terminada la lectura del testamento, ahora quién tenga que arreglar algún asunto sobre escrituración y temas de cuentas bancarias, deberá arreglarlo con el abogado— agregó el notario, dando paso a su retiro.

—Así que tú eres la famosa hermana de mi querida sobrina, déjame decirte que no te mereces nada de lo que te dejó, seguramente no sabrás sacar adelante las empresas, las llevarás a la quiebra— molesta actuó la tía Catalina.

—Señora, si tiene algo que aclarar o reclamar, le recomiendo que lo arregle con los abogados de las empresas. No me pondré a discutir con gente que no entiende el sentido común. Con permiso— doy la vuelta para retirarme del lugar y de pronto siento un fuerte jalón de mi cabello, doy la vuelta y es está tía, que se le ocurrió ponerme las manos encima. Enfurecida, quito sus asquerosas manos de mi cabello y le doy una bofetada, la más fuerte que le habrían dado en su vida, pues la hizo caer al suelo.

—¿Quién te crees que eres?, maldita te quitaré todo— molesta, comienza a gritar la tía Catalina.

—Le haré una advertencia señora, no se meta conmigo y yo no me meteré con usted. Debería entender que la que podría perderlo todo, sería usted— ahora sí me doy la vuelta y me largo de ese lugar.

Dirigiéndome al auto que me llevaría a mi nuevo hogar, me percato que hay un niño a punto de ser golpeado por una mujer, quizás sea su madre, pero no puedo quedarme solo viendo, así que decido intervenir.

—Disculpe, creo que no es correcto tratar así aún pequeño, él tan solo tendrá, ¿unos cinco o seis años?— trato de entablar una plática con aquella mujer.

—Deberías meterte en tus asuntos y no entrometerte en los ajenos, además ¿a ti que más te da que golpeé a este bastardo?— con su rostro sonriente, la mujer responde.

—Ella no es mi mamá, solo es la novia de papá. No quiero ir con ella porque solo le interesa encerrarme, dejarme sin comer mientras que ella se va a otro lugar. Por favor señorita ayúdeme— aquel niño comienza a llorar y su rostro muestra miedo.

Se perfectamente que estaré en problemas por hacer lo que estoy pensando, pero no puedo quedarme solo mirando.

Separo al pequeño de aquella mujer y lo llevo conmigo. Esperando que no haya represalias por parte de su padre. Ya estando en el coche.

—Pequeño, ¿sabes el nombre de tú padre o dónde trabaja?— debo preguntar, porque si no doy aviso, las cosas podrían ser mal interpretadas.

—Se llama Michael Smith, es el presidente de una empresa, pero no se cuál. También quiero que sepa mi nombre, yo soy Dilan Smith— con una voz más clara informa el pequeño.

—Yo sé quien es ese hombre señorita. El es el director y presidente de la empresa más prestigiosa de construcción— interrumpe e informa el chófer que también resulta ser el guardaespaldas que Calo puso para mí.

—Bien, entonces vayamos primero allá, no quiero que el señor se preocupe por su hijo—claro que lo digo a modo de sarcasmo.

Así, nos dirigimos a ver al susodicho y despreocupado padre.

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