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No Te Alejarás De Mi

Capítulo 1

Marián dormía profundamente en su casa cuando le llegó una llamada a su celular, era otra de esas llamadas.

-Marián, Peter te engaña te voy a enviar la dirección de donde está para que lo sorprendas - escuchó a la mujer hablar al otro lado de la línea

Desde que se casó con él hace tres años era común par ella recibir esas llamadas avisándole de las salidas de su esposo, en ocasiones iba a ver si era verdad, pero nunca había podido hallar ninguna evidencia en su contra.

Después de una hora de pensar y repensar la situación decidió ir a ver si era verdad, tomó su bolso y se fue en su auto.

Al llegar al hotel que le habían indicado se dirigió hasta el vestíbulo, allí le entregaron una llave y el número de la habitación donde supuestamente estaba su esposo, lo que le resultaba increíble y hacía que se preguntara porque alguien querría que ella viera a su esposo siéndole infiel.

Consiguió el número de la habitación y se detuvo frente a ella, respiró profundo y se dio fuerzas para entrar allí, sentía que su corazón latía rápidamente y sus manos le sudaban, intentó escuchar algún ruido dentro de la habitación, pero no escuchó absolutamente nada.

Deslizó la tarjeta que le dieron y abrió la puerta notando que la habitación estaba totalmente oscura, no vio por ningún lado a Peter lo que hizo que se sintiera más tranquila.

Cuando ya iba a salir de la habitación sintió que alguien la tomó de la mano y la halo hacia adentro, lo que la sobresalto hasta que sintió un aroma familiar.

Él la tomó y puso su espalda contra la pared, poniendo su cuerpo masculino muy cerca, sus rostros estaban tan cerca que podía sentir su calor.

-¡Peter! - ella no creía lo que veía

Era él, a pesar de que era un hombre extremadamente apuesto su mirada era helada y ella la conocía bien, tenía puesto un traje negro a medida que resaltaba su trabajada figura.

Sus brazos estaban a los lados de ella evitando que saliera corriendo, sus ojos estaban bastante rojos y su respiración era pesada.

-Tengo que decirte que esperaba cualquier cosa de ti, pero nunca pensé que fueras capaz de drogarme - ella acababa de llegar, no podía haberlo hecho

-Yo... no... no fui yo - las palabras no le salían

-¿Crees que tendrás sexo conmigo usando un truco tan bajo?, no me digas que ahora intentarás embarazarte de mí para que te trate como a una esposa - el hombre reía con amargura

No lo había visto desde hacía dos meses y solo había ido allí por una llamada que había recibido a mitad de la noche.

El tomo su barbilla e hizo que lo mirara directamente a los ojos, su sonrisa le daba miedo y tristeza al mismo tiempo.

Sin poder defenderse él la cargó y la lanzó a la cama, su rostro no mostraba ninguna emoción y comenzó a desvestirse, mientras ella intentaba salir de allí, pero él siempre la tomaba y la volvía a lanzar a la cama.

De pronto tomó la ropa de ella y comenzó rasgar la dejándola completamente desnudas, la besaba con fuerza y violencia, a la vez que ella lo empujaba intentando soltarse de su agarre, pero no lo logro así que al final dejo de luchar.

El sexo fue rápido y doloroso, era su primera vez y había sido el momento más terrible y humillante de su vida, siempre pensó que ese momento sería especial y romántico, pero fue todo lo contrario y eso le dolía física y emocionalmente.

-¿Era lo que querías?, espero que haya sido todo lo que siempre quisiste - su voz no tenía ninguna emoción

Se levantó, se vistió y antes de irse tomó unas pastillas para lanzárselas en la cama.

-Tomátelas - ni siquiera la miró

-¿Tanto me odias? - preguntó ella entre llantos

-No tienes lo que se necesita para ser la madre de mis hijos - después de decir eso salió de la habitación dejándola allí con el corazón roto

Había sido su suegra quien la había llamado para que fuera a buscar a Peter y había sido ella quien había planeado todo eso.

Luego de tres años de matrimonio habían tenido relaciones por primera vez y él le había dado un par de pastillas del día después, durante diez años ella lo había amado y había hecho hasta lo imposible para que él la quisiera, pero no había logrado sino todo lo contrario.

Él pensaba lo peor de ella y a pesar de todo nunca había logrado un pensamiento positivo hacia ella, siempre pensó que lo lograría, que lograría que él la quisiera aunque fuera un poco y en ese momento se había dado cuenta de que nunca lo lograría.

Ella se tomó las pastillas sin pensarlo dos veces, se quedó en la habitación viendo la puerta por donde él había salido pensando en cómo su matrimonio se había acabado en ese preciso momento.

Capitulo 2

En la casa de los Martin se encuentra Barbara Martin sentada de manera elegante con una taza de café en las manos, esta reunida con su nuera.

-El sábado es el cumpleaños de Peter, ¿ya tienes su regalo? – le preguntó Barbara a Marián

-Ya le he preparado algo y estoy seguro de que le gustará – la expresión de Marián dejaba ver nada de los sentimientos que tenía en ese momento

-Te recomiendo que aproveches esta oportunidad, a lo mejor logras quedar embarazada por fin luego de la fiesta de cumpleaños - Barbara le dio una sonrisa suave y tomó un poco de café

-Es posible – su voz sonaba tranquila, aunque tenia un montón de dudas en su mente

El día de la celebración del cumpleaños de Peter llegó y la tan esperada señora Martin no llegó a la fiesta en la casa familiar, por lo que los invitados comenzaron a hablar por lo bajo, todos se preguntaban si el reciente matrimonio estaría llegando a su fin.

Toda la noche la expresión de Peter fue terrible, estuvo serio todo el tiempo y apenas se fueron los invitados volvió a su casa directamente, al llegar fue recibido por el mayordomo de la casa.

-¿Dónde está Marián? – fue lo único que le contestó

-La señora ha estado con dolor de cabeza y se encuentra en su habitación descansando – el hombre estaba igual de serio que su jefe

Mientras subía las escaleras al segundo piso se iba quitando la corbata, se preguntaba con que nuevo engaño le saldría esa terrible mujer, por lo que cuando llegó a la habitación de ella casi chocan, Marián iba saliendo y se detuvo en seco.

-¿Se puede saber que has estado haciendo? ¿Por qué no fuiste a la celebración en casa de mis padres? – el hombre estaba bastantes molesto, detestaba tenerla cerca

-Feliz cumpleaños Peter – tomó su anillo de bodas que estaba en una caja negra y se lo entregó

Ella tenía una sonrisa suave, como si realmente estuviera contenta de verlo dejándolo totalmente desconcertado, el tomó la pequeña caja y sabía lo que contenía.

-Te esperaba para entregarte tu regalo de cumpleaños, aquí están los papeles de nuestro divorcio, ya los he firmado, solo falta que tú los firmes y se los entregues al abogado, eres totalmente libre – esas palabras dejaron a Peter en total silencio

No entendía nada, se suponía que ella se había casado con él por su dinero y ahora le daba el divorcio sin siquiera pelear, algo debía tener entre manos.

-No te voy a dar ni un solo centavo del dinero de mi familia – ella volteó a verlo por primera vez en toda la noche

-Ya ese tema está hablado con tu padre, no quiero nada de tu familia, ni siquiera a ti – ella soltó una risa suave

Ahora menos entendía lo que estaba sucediendo, para él ella había envuelto a su padre para que lo obligara a casarse con ella, si no lo hacia toda la riqueza familiar sería donada a obras de caridad, por lo que era imposible que una mujer tan egoísta se diera por vencida y renunciara a su matrimonio de forma voluntaria.

-¿Estas hablando en serio? – seguía sin creer en sus palabras

Ella no lo miró, al escuchar su voz un montón de imágenes pasaron por su mente y entre esas estaba el momento en que él le lanzó las pastillas a la cama, su proceder la había llevado a tomar esa decisión.

Tres años de decepciones habían pasado y había perdido toda esperanza de que él la mirara con cariño, mientras ella lo había amado desde el momento en que lo había visto por primera vez, pero el nunca sintió lo mismo por ella.

Sentía que su amor había sido solo de parte de ella y que tal vez había tomado la decisión equivocada, en algún lugar estaba el hombre que la iba a querer tanto que olvidaría todos estos años de tristeza y desesperación.

Marián siguió su camino sin mirar atrás, buscaría su felicidad sin importar nada, sentía que había perdido diez años de su vida detrás de un amor no correspondido y era el momento de recomenzar.

*******

Cuatro años han pasado, el avión sobrevuela la ciudad mientras Marián observa por la ventana su el paisaje, puede notar que ha habido cambios ahora se ven algunos rascacielos, pero para ella es solo el lugar que la vio nacer y crecer.

Cuando el avión aterrizó la sacó de su ensoñación y volteó a ver a la pequeña a su lado, era una niña hermosa con un cabello negro azabache y suaves rizos en sus puntas, sus ojos eran azules y grandes, los cuales mostraban curiosidad por el mundo.

-Estamos en casa Abi, cuando lleguemos a la casa de la tía Alexa comeremos algo – le estaba desabrochando el cinturón de seguridad

Al salir de aeropuerto tomaron un taxi hasta la casa de su mejor amiga, cuando llegaron Alexa las estaba esperando en la puerta del edificio donde vivía, al verlas tomó a la pequeña Abigail y la abrazó para darle un montón de besos en sus cachetes.

-¡Hasta que conozco en persona a esta pequeña!, eres más linda en persona que en lo videos y se parece mucho a ti – Abigail era un pequeña versión de Marián

Ella sentía que el haber tenido a Abigail era la mejor decisión que había tomado en la vida, al subir al departamento ya la comida estaba lista y comieron las tres juntas, ese reencuentro llenaba de felicidad a las dos mujeres.

La pequeña estaba un poco cansada por el vuelo, así que se quedó dormida en el sofá mientras las Marián y Alexa hablaban.

-¿De verdad Abigail tiene tres años?, parece más pequeña – Alexa la veía con preocupación

Era cierto Abigail siempre había sido mas pequeña que los otros niños, lo cual había sido la mayor preocupación de Marián desde que la niña nació, el embarazo había sido difícil y nació antes de la fecha prevista, a la vez que hablaba poco y no se relacionaba bien con otros niños.

-Tal vez no sea tan malo, así cuando la vean pensaran que tiene menos edad – se veía pensativa

Dos días pasaron y Marián encontró un jardín de niños para la pequeña Abigail y comenzó a trabajar en un bufete de abogados, mientras había estado fuera del país había terminado su licenciatura en derecho y podría trabajar para darle a su hija todo lo que necesitara.

Mientras había estado fuera se había dedicado a sus estudios a la vez que había realizado cuanto curso había podido, por lo que su curriculo era excelente.

Capitulo 3

Marián fue hasta la empresa y como el caso no era muy difícil pudo resolverlo rápidamente luego de una conversación en el departamento de recursos humanos, por lo que al culminar guardó todas sus cosas y salió al ascensor.

Al salir del ascensor pudo ver un montón de gente que rodeaban a un hombre, le dio un poco de curiosidad ver quien era esa persona que contaba con un comité de recepción tan grande, al acercarse vio a un hombre alto, elegante y con un aspecto bastante orgulloso, era nada más y nada menos que Peter Martin.

Físicamente estaba igual al hombre que había dejado hacia cuatro años, alto, cabellos castaño claro, ojos azules y una tez bastante clara, se veía tan orgulloso y arrogante como la ultima que lo vio y se le dio un escalofrió que le recorrió toda la espalada.

Pudo ver a uno de los hombres que le acompañaba explicándole algunos detalles acerca de diversas remodelaciones realizadas a la estructura de la entrada y explicándole los beneficios de invertir en su empresa.

Justo por donde ella iba pasando estaba la multitud de personas, la expresión de Peter era fría cuando la vio, pensó en seguir caminando, pero sin saber porque sus pies simplemente se detuvieron y sus miradas se cruzaron.

En los últimos años había fantaseado con volver a ver a Peter un millón de veces, pero no era lo mismo que tenerlo allí frente a frente, sintió que su corazón se detuvo por un segundo, tuvo que recordar que debía respirar, ese día esperaba que le sucediera cualquier cosa menos volver a ver a ese hombre.

Cuatro años era mucho tiempo, pero no había borrado en nada los recuerdos que ella tenía de él.

-¿Marián? – dijo él después de acercarse a ella y mirarla de arriba abajo, sentía que esa mujer frente a él era otra persona totalmente distinta

-Tanto tiempo si verte Peter – le dijo ella con una sonrisa cortés

El hombre no respondió, su rostro se puso serio de inmediato.

-¿Cómo están tu padres? – preguntó ella tratando de dirigir la atención a otra cosa

-Están bien – la voz de Peter sonaba fría

-Me alegro, diles que un día de estos los visitaré, fue un gusto verte – le dio una sonrisa leve y se fue

Ella sentía que las manos le temblaban y le sudaban horriblemente, pero intentó parecer segura y confiada ante él caminado tranquilamente, mientras él se quedó viéndola irse de aquel lugar de la misma manera que había hecho tres años atrás.

-¿Señor Martin? – habló el dueño de la empresa

Peter siguió con la visita que estaba haciendo, aunque en sus pensamientos solo estaba Marián y su abandono hace tres años.

Ese día al salir del trabajo Marián fue a buscar a su pequeña hija al jardín de infantes, era la ultima en el lugar y cuando la niña vio a su madre una gran sonrisa apareció en su rostro, a la vez que salió corriendo a abrazarla.

La maestra estaba muy contenta con el comportamiento de Abigail, la niña se portaba muy bien y era muy obediente.

Un par de días después ya Marián se sentía más segura en su trabajo y le gustaba lo que hacía, en horas de la tarde le llegó la llamada que tanto estaba esperando, era Oscar Spencer

Era primo de Peter y un buen amigo de ella y de Alexa, estudiaron juntos por muchos años y siempre tuvieron una relación cercana.

-¿Ya está listo el asunto de mi casa nueva? – preguntó apenas contestó el teléfono

-No he podido lograrlo, hay algo que debes saber y espero que no te enojes – ella aceptó, pensaba en que no había podido conseguir la casa que ella había escogido

-No es recomendable que compres una casa ya que aun no te has divorciado – la voz de Oscar era cuidadosa

-¡¿Que?!, ¡debe haber un error!, eso es imposible – no lo podía creer

Hacia cuatro años que le había dejado al abogado de Peter los papeles de divorcio firmados, siempre pensó que él iría corriendo a introducirlos para ser libre y no tener nada que ver con ella, del otro lado de la línea se escuchó un suspiro de Oscar, sabia que la noticia no le agradaría nada a Marián.

Estaba tan molesta que pidió la tarde y fue a la oficina de asuntos civiles en donde le confirmaron que aun estaba casada con Peter, no entendía nada, ese hombre la odiaba y todo el tiempo le decía que quería alejarse de ella, entonces porque no aceptó la libertad que ella le estaba entregando sin ningún problema.

Pensó mejor las cosas y tomó todos los documentos para dirigirse al edificio Galaxy, al llegar la recepcionista no la dejó entrar ya que debía tener una cita para poder pasar, así que tomó su teléfono y a pesar de que no tenía el numero grabado en el teléfono se lo sabía de memoria.

Ese numero era de esas cosas que a pesar de que el tiempo pase siempre recuerdas, es como si lo tuviera tatuado en la memoria y era de esas cosas que ella no admitiría nunca, de hecho recordaba cada cosa que la relacionara con Peter.

Escuchó el teléfono repicar una, dos, tres veces y por fin fue contestado.

-Peter, soy yo Marián - escuchó un silencio al otro lado de la línea

En ese momento miró hacia la entrada y vio Ethan Wright entrar al edificio, él la vio y su cara de asombro era evidente, por lo que ella colgó la llamada y se acercó a saludarlo.

-¿Cuándo regresaste? – le preguntó al verla

-Hace algunos días – respondió ella con tranquilidad

-¿Estas buscando a Peter? – ella asintió y él la hizo entrar

Al llegar a la oficina pudieron ver que estaba ocupado revisando unos documentos, él miró a Ethan y no se dio cuenta de que atrás venía entrando Marián.

-Peter, aquí está Marián y necesita hablar contigo – se despidió de ella y salió de la oficina

-¿Tu fuiste quien me llamó hace un rato? – preguntó con fastidio

-¿Por qué no estamos divorciados?, se suponía que debíamos estar divorciados en este momento – ella le entregó los documentos que le habían entregado en la oficina de asuntos civiles

-No quiero que vuelvas a llamarme – fue su respuesta mientras veía los documentos que ella le mostraba

-Dame los documentos y yo los presentaré en la oficina de asuntos civiles – ella estaba furiosa con su comportamiento

-Creo que siempre quieres que se haga lo que tú quieres – respondió él

Ella hizo todo lo posible para que se casaran y años después lo dejó yéndose sin decir a donde, ¿de verdad ella creía que las cosas se harían a su manera?

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