Ella apretó las sábanas que cubren su desnudez las lágrimas nublan su vista definitivamente esto no era lo que ella quería aunque ella hubiera preferido no estar en estas circunstancias ya nada se podía hacer, Gala estaba casada con un hombre que ni siquiera le hablaba, lo mucho que le decía era que se acostará en la cama que buscarán el Heredero que les de paso al divorcio, una unión matrimonial no te asegura nada y más como el matrimonio de ellos en dónde reina el desprecio, humillaciones, la pareja lleva 3 meses de matrimonio, allí no hay amor solo obligaciones.
Aquella unión fue la salvación de toda la familia Ambrosetti, puesto que Gala Smith era la única mujer que podía dar a Luz al hijo de Dante Ambrosetti, debido al problema de salud del Gran amor de Dante, Gala y Dante habían contraído matrimonio debido a un acuerdo en donde la mujer va a entregar un Heredero Ambrosetti a cambio de la mitad de la fortuna Ambrosetti y por supuesto lo valía, en todo el mundo nada más 5 mujeres podían dar a Luz a Dante de las cuales 3 ya estaban muertas, 1 estaba casada y la otra era Gala, nadie se había puesto a pensar que quizás esta unión podría dejar otras consecuencias o revelar secretos ocultos.
Cuando Gala se dispuso a levantarse de la cama sintió las molestias en su zona íntima, cada vez que tenían intimidad Dante era muy brusco, pero ella tomó la decisión de pasar por alto aquellas molestias, después de tomarse una ducha ella había tomado la decisión de bajar, por supuesto se preguntaba que hora Dante habría dejado la habitación y como si hubiera invocado al propio demonio Dante venía entrando por la puerta principal, pero por supuesto venía acompañado y era por Clara Smith la prima hermana de Gala y por supuesto es el gran amor de Dante Ambrosetti, la imponente figura masculina se posicionó por delante de la mujer que se veía más pálida de lo normal.
- Gala, me alegra verte - la voz de Clara había fastidiado a Gala, pero ella no tenía permitido hablar, ella ya sabe que su prima nada más finge por delante de Dante.
- No pierdas el tiempo Cariño - Dante tenía una miraa fulminante - pero ya que estas aquí déjame decirte que esta noche Clara va a tener una fiesta y tú vas a estar ahí para servir a las personas y no quiero que nada opaque la felicidad del amor de mi vida - por supuesto lo expresado por Dante había lastimado a Gala, pero ella tan solo se mantuvo en silencio - ¿Me estás escuchando? - Dante se veía aterrador.
- Si señor Ambrosetti - Fue la respuesta dada por la mujer mientras vio la sonrisa arrogante de Clara mientras abraza a Dante, ella había pedido por ella porque sabe que el hombre no se negará a su petición y ella tampoco tiene manera de negarse.
- Y después de eso no olvides que tenemos asuntos que resolver - Claramente Gala ya sabía lo que iba a esperarle después de la fiesta, pero más alla de buscar un Heredero Dante disfrutaba poseer a la mujer, para el hombre era embriagante tener sexo con ella, además cada vez que están juntos íntimamente el hombre tiene una especie de Déjà Vu en ocasiones.
Dante y Clara de habían alejado a ka mujer le había dado náuseas presenciar las pequeñas demostraciones de amor de la pareja.
Cuando la noche había caído, Gala fue enviada hasta el gran Salón de Sacramento para servir tal como Dante le había ordenado, cuando llegó se había dado cuenta que todas las personas que conforman el círculo dorado se encontraban allí, Gala traía un vestido Beige que resaltaba su clavícula y la cadena reluce aún más su cuello y su sencillez.
- Señora Ambrosetti se ve preciosa - Expuso una pequeña mujer al acercarse a Gala.
- Gina, no me digas Señora Ambrosetti no quiero problemas - Gala habia sonreído ante el recuerdo de la primera vez que Clara había escuchado que Gina llamaba Señora Ambrosetti a Gala, está se había enfurecido tanto que le había dado 3 bofetadas provocando un corte en el rostro.
- Lo siento señora, se me había olvidado.
- Gina debo de trabajar, tengo que servir a la gente - al momento en que la pequeña mujer escucho aquello se sintió indignada sabe que quizás su prima pidió por ella para humillarla en esta noche.
- Señora déjeme hacerlo por usted, esta demasiado hermosa para ser mesera esta noche - Y aquello que decía Gina era verdad, Gala era hermosa, pero su corazón era frío.
- Pero mira que belleza tenemos aquí - La voz masculina había llamado la atención de todos - Mi hermosa Gala - Manuel Navarro, el mejor amigo de secundaria de Gala habia llegado junto a ellas - Gala, estás preciosa.
- Manuel - Murmuró ella con vergüenza.
- Este reencuentro deberá de tener un recuerdo- ni bien Gala había reaccionado, Manuel ya había capturado una fotografía y por supuesto resplandece la hermosura de Gala sin mucho maquillaje un rostro natural que puede conquistar a cualquiera, la misma fotografía de inmediato fue publicada en las redes sociales.
- Mi Bella Dama - aquel era el encabezado de la fotografía.
En el gran Salón en donde se estaba llevando a cabo la fiesta de Clara, Dante se encontraba con una copa en manos brindando por su amada - Dante ¿por qué Gala aún no viene? - la pregunta de la Mujer parecía tan inocente, pero en el fondo ella nada más quería que su prima pudiera estar allí para sacarle en cara que ella siendo la esposa allí es una criada más para ella, y en su inocencia fingida va a lograr que Dante se enfade con Gala y desquite su rencor con ella por delante de todos los invitados en aquella fiesta - Creó que iré a buscarla, no quiero que piense que será una criada más, quiero compartir con ella, después de todo es mi único familiar con vida.
Clara se había alejado, Dante no la detuvo de hecho alguien había llegado junto a él.
- Definitivamente mi cuñada es la más hermosa de todo el salón - la voz de uno de sus amigos se escuchó.
- Dime algo que no sepa, Clara es la mujer más hermosa y coqueta de todos aquí - Dante se había dado la vuelta para saludar al hombre.
- Jaja ya quisieras - Mauro se burló - Hombre no estoy hablando de Clara, déjame decirte que ante las leyes solo tienes una esposa y es Gala, mírala - Mauro había colocado una fotografía por delante de Dante y claramente se había visualizado en la pantalla del celular la fotografía de Manuel y Gala con una sonrisa radiante, los ojos avellana de Dante Ambrosetti tenían un brillo malévolo al observar la fotografía - Amigo, déjame decirte que Manuel tiene buenos gustos porque efectivamente la mujer que tiene a su lado es una Dama.
- Cállate - Dante estaba enfurecido no toleraba que otros hombres estuvieran cerca de la suya y aunque no hay amor allí, él no puede pasar por alto que cada vez que tienen relaciones sexuales el tacto, los gemidos de la mujer se vuelen familiares para él, su mal humor después de ver la fotografía es difícil de ocultar más cuando Mauro lo conoce a la perfección.
El hombre se había sentado en el sofá mientras bebía una copa de whisky y una sonrisa burlona se vislumbró en su rostro mientras analizaba el semblante de su amigo - Ya esto está cocinado, mi querido Dante no cabe dudas de que en tu corazón hay esperanzas para Gala y voy a hacer el cupido que los flecha, además que tengo el arma más poderosa que los va a unir, será como unos lazos inquebrantables entre ustedes, pero aun no es tiempo de sacarlo.
Dante se había posicionado al lado de Mauro en el sofá, pero no había vuelto a expresar ninguna palabra, entonces alguien más había venido.
- Mauro, que bueno verte - la dulce voz de Clara se había escuchado.
- Podría decirse que tu voz es similar al canto de las sirenas, suave por fuera, pero por dentro Dios nos libre - Mauro no ocultaba su desagrado hacia Clara y por supuesto la mujer había realizado pucheros al escuchar las palabras de Mauro, su mirada se posó en Dante buscando ayuda, pero este parecía estar en otro mundo ni siquera les había prestado atención.
- Si me disculpan tengo una llamada importante - Dante saco su teléfono y se había alejado de ellos, por supuesto que Clara no esperaba aquella actitud por parte del hombre, pero Mauro había sonreído falsamente a la mujer que tenía por delante de él.
- ¿Qué le pasa? - Murmuró Clara agraviada.
- Estoy seguro que nada importante mientras tu estés segura de que eres la más importante en el corazón de Dante nada debe de atormentarte - Mauro se había puesto de pie y se alejó de la mujer.
Mientras tanto Dante se había dirigido al sitio en donde se supone que Gala debería de estar, pero no era así en su lugar había encontrado a Gina, los ojos furiosos del hombre hicieron que la pequeña mujer se estremeciera, el hombre se veía feroz y al dirigirse a pasos seguros hasta ella, Gina prefería la muerte en ese momento.
- ¿En dónde está tu señora? - Su voz dominante hizo que Gina estuviece cerca de desmayarse - Tú eres tan buena que te ofreciste a tomar su lugar, te hice una pregunta y como tal espero una respuesta Gina.
- Se-señor Dante - ella tenia la voz temblorosa.
- Llevas años trabajando en mi empresa sabes perfectamente quien soy - Su voz y su porte de un Rey que impartirá Justicia era un tormento para Gina.
- Ella fue al baño - Mierda, Gina se maldijo mentalmente quizás sea la primera persona que se atreve a mentirle a Dante Ambrosetti ella lamenta no haberse despedido de su mascota antes de venir.
- ¿Te atreviste a mentirme? - Dante había dado un paso quedando más cerca de Gina.
- Ella no te mintió he ido al sanitario - Gala habia hecho acto de presencia encontrándose a espaldas del hombre, al momento de escuchar la voz de la mujer Dante se había dado la vuelta encontrándose con Gala y muy cerca de ella se encontraba Manuel - si quiere desatar su furia en alguien más ya estoy aquí señor Ambrosetti.
Por supuesto que la mujer sabía que su esposo era un demonio e iba a cobrarle una desobediencia muy visible, pero era en contra de ella, Gala no permitirá que Gina salga afectada en esta situación.
- Señor Manuel, que gusto no sabía que era conocido de mi mujer - Dante lo había expresado con total claridad que todos en el lugar se habían dado la vuelta para mirarlo, era la primera vez que llamaba mi mujer a Gala por delante de otros y claramente lo estaba haciendo nada más por su machismo.
Gala lo fulmina con la mirada, pero Dante ya se había posicionado al lado de la mujer de manera posesiva.
- Baja un cambio Dante - Murmuró Gala con enojo, le molestaba aquella cercanía y la manera en que la que estaba reclamándola, aquellas palabras fueron expresadas en un susurró y al escuchar la voz de Gala en aquella tonada el cuerpo masculino se sintió inquietante, se había quedado quieto analizando aquella voz, como si la misma le recuerde a alguien, aquella voz él parece haberlo escuchado antes, aquello el hombre se había quedado confuso y sin mediar ninguna palabras se alejó de allí tratando de recordar algo más, aquello hizo que Gala sonreirá con amargura, al hombre ella no le importaba en lo absoluto solo ha venido a molestarla.
Dante se dirigió hasta el salón nuevamente y allí ni bien había entrado Clara se había tirado en brazos del hombre.
- Por qué tardaste tanto Dante - Clara se escuchaba muy desconsolada y ahora mismo Dante no quería escuchar a una dolida Clara - Además mi prima no vino, ha desobedecido tus ordenes.
- Recibí una llamada importante iré con Mauro y deja a Gala no es necesario su presencia, no es digna de estar aquí - al escuchar las palabras de Dante, Clara se había frustrado no iba a lograr lo que quería con su prima, pero le bastaba con que Dante estuviera con ella.
La mujer fue con unas amigas mientras el hombre se acomodó con Mauro en el sillón.
- Ya hiciste todo el acto de circo - su amigo se burló.
- Cierra la jodida boca - Dante no estaba de humor entonces saco su teléfono celular y escribió un texto *Te quiero en el Hotel Sacramento en la Habitación 66* Fue el texto escrito por el hombre.
Ya que Gala no había recibido más órdenes tomó la decisión de salir con Manuel en el gran Jardín sintió la vibración de su móvil, pero al ver el remitente había realizado pucheros, albergando un amor fuerte por el hombre desde los 15 años aunque él nunca la había tomado por opción, no quería que aquel sentimiento la volviera débil ante él entonces oculto aquel amor debajo de su caparazón de frialdad, como una mujer sin sentimientos.
Aunque le dolía escuchar las palabras del hombre, siempre le dejaba en claro que si no hubiera sido por que ella es la única mujer que puede llevar a su hijo por su condición física, él nunca la tocaría, siempre resalta el desprecio que siente por ella.
Dante se había despedido de Mauro - Vamos Dante- Clara se oía muy coqueta.
- El chófer va a enviarte - El hombre se había dado la vuelta a mirar a la mujer que lo observa desconcertada.
- Pensé que vendrías conmigo - las lágrimas de la mujer se amontonan en sus ojos inocentes.
- Tengo algo con lo que lidiar aún, ve a casa y descansa - el hombre la beso en la cabeza y Clara se había sentido muy humillada, pero no podía hacer nada, ante los ojos de Dante ella era la más comprensiva, posterior a que Clara fue enviada, Dante ya se encontraba esperando por cierta mujer desde el vehículo, hasta que la vio, pero al ver que aún sigue con Manuel sus ojos se volvieron como dagas, y no dudo en salir de su vehículo.
- Manuel, ya estoy aquí, mi mujer va conmigo - Dante se veía muy molesto y por supuesto Manuel no quería aceptar aquello, él también quería estar con la mujer.
- Supuse que usted estaría muy ocupada con su amada, señor Ambrosetti - Manuel lo había expresado con mucha calma.
- Dejemos las cosas así - Gala ya había leído el texto de Dante, por ende solo esperaría que Manuel la dejará para obedecer a su marido - Iré con mi marido - por supuesto al escuchar lo expresado por Gala, Manuel se había entristecido, pero no podía hacer nada, Gala y Dante muy a su pesar eran esposos, Manuel se despidió de Gala dejando a la pareja a solas.
- ¿Estabas pensando desobedecer una orden mía Gala? - Dante la tomó de la barbilla.
- Claro que no, Manuel y yo somos amigos lo iba a despedir para después acatar su orden señor Ambrosetti - Pero creo que buscar su Heredero esta noche puede ser postergado, nada más hemos tenido intimidad a la mañana.
- Tú no decides nada - Expuso Dante con frialdad - Tampoco es como que no lo disfrutes, porque yo se que disfrutas estar por debajo de mi cuerpo - a mujer se había sonrojado al escuchar aquellas afirmaciones, no obstante los momentos íntimos con Dante eran como un suceso ya vivido - Vamos.
Posteriormente ambos se habían dirigido a la habitación 66 que le pertenece exclusivamente a Dante, cuando la puerta de la habitación se cerró Gala sintió la intensa mirada del hombre puesta en su espalda, Dante se había quedado en la puerta para contemplar a la mujer, pero segundos después se había acercado a ella, cuando ella se había dado la vuelta el hombre ta estaba por delante de ella y por supuesto el hombre capturo los labios de Gala.
La mujer dejó escapar un suspiro, más allá de su amor por él estos actos están estipulados claramente en el contrato, ambos se habían desvestido rápidamente dejando que sus cuerpos entren en contacto de piel a piel, el hombre la acarició desde el ombligo hasta su pico de nieve, Gala se había relajado cuando el ambiente había cambiado drasticamente, Dante la había penetrado con fuerza, el hombre emite sonidos sexuales fantásticos mientras se deleita con el cuerpo de la mujer, ambos se habían propuesto disfrutar de estos momentos íntimos tal parece que en 4 paredes, tratando de encontrar placeres sexuales ellos ya se perdieron.
Eran las 3 de la madrugada cuando sus cuerpos cansados y sudorosos encontraron la última liberación, ambos se habían dirigido al sanitario y sería un desperdicio dejar pasar aquella oportunidad puesto que una vez más volvieron a entregarse al placer en el cuarto de baño que de manera rápida se había llenado de gemidos, cuando todo acabó Gala se había vestido lo más rápido que podía, Dante se había acostado observando los movimientos de la mujer con el ceño fruncido.
- Señor Ambrosetti, hemos terminado buscando cumplir el contrato por hoy, que tenga un buen amanecer - Gala Expuso aquellas palabras con total frialdad dejando con sorpresas a Dante, ella no rogó por más atención del hombre después de encuentros íntimos ella conoce perfectamente su lugar, nunca habían amanecido juntos, nunca duermen juntos, el después de cada acto sexual se aleja de ella y ahora ella entiende que está en el Territorio de él, y es a ella quien le corresponde dejarlo.
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