Soy Abigaíl Fernández tengo 30 años con dos hermosos hijos, mi hijo mayor de siete años y mi hija menor de cinco años, cuando conocí a Alejandro Márquez solo tenía diecinueve años, nos casamos séis meses después de conocernos, sé lo que piensan es demasiado pronto, pero yo era una niña ingenua que creía en el amor a primera vista y eso fue lo que sentí con Alejandro.
Hace once años.
Abigaíl: ese chico tan guapo quien es? (le pregunto a mi mejor amiga Darla)
Darla: acaso vives en una cueva, él es el hombre más bello de la universidad, con él me casaría y tendría veinte hijos.
Abigaíl: estás loca, ni lo conoces.
Darla: eso crees tú, ya me lo presentaron y si quieres te lo presento.
Abigail: ya estás inventando cosas, mejor vamos a clases.
Cuando volteo veo que Darla se acerca a Alejandro y lo lleva en mi dirección.
Darla: Ale mira ella es mi amiga Abigaíl Fernández y me dijo mentirosa y que porque yo no es verdad que te conozco.
Alejandro: un gusto en conocerte, y si conozco a tu amiga de hace tiempo sus padres son amigos de los míos.
Abigail (sonrojada) un gusto conocerte Alejandro, ahora me tengo que ir, llegó tarde a clases.
Fin del recuerdo
Y así lo conocí, apenas lo vi sentí el flechazo de Cupido, después de ese día siempre trataba de hablar conmigo y yo no le hacía caso, hasta que un día ya no pude rechazarlo más y empezaron a salir una cosa llevo a la otra, nos casamos con la condición que yo tenía que terminar mi carrera y así fue termine mi carrera de derecho con honores a él no le fue tan bien,, pero por ser hijo de millonarios enseguida lo contrataron en un bufete de abogados mientras que yo después de terminar la carrera quede embarazada de mi primer hijo, con la excusa de que tenía que cuidar al bebé ya no pude ejercer, para cuando mi hijo tenía dos años quede embarazada de nuevo de mi hermosa hija, ahora con dos hijos se me fue muy difícil trabajar así que me dediqué a mi familia.
Mi mundo giraba entorno a mi esposo y mis hijos, todo lo hacía por ellos, hasta el colmo de descuidar mi apariencia física. Ya no me sentía bonita, y no era para menos, usaba ropa ancha, un moño horrible en mi cabello todo el tiempo estaba corriendo sé un lado a otro, trataba de mantener la casa en orden y es que pensaba que así mantendría a mi familia unida y a mi esposo contento, cuando él llegaba a la casa encontraba todo en orden la cena lista y los niños bien arreglados la única que parecía un trapo era yo, ni las muchachas de servicio se veían tan mal como lo hacía yo, el día de mí cumplí mis treinta años había preparado para mí misma una cena que compartiría con mi querido esposo que patética era, me quedé esperando como una buena esposa a que él llegara a los niños los lleve con Darla para que los cuidara, ella estaba realmente molesta por como yo había terminado y siempre me lo recordaba, mi mejor amiga, ella si ejerció, ella si estaba trabajando en un buen bufete de abogados, ese día no fue la excepción me dijo el discurso de siempre, que tenía que arreglarme más, que como podía permitir que Ale no me dejara trabajar bla-bla-bla, yo solo le dejé a los niños y me fui a mi casa, bueno habían pasado varias horas desde que paso la hora de llegada de Ale, no era raro desde hacía un año siempre llegaba tarde, lo que no imaginé fue que me dejara sola un día como hoy.
A las once de la noche ya me había resignado a que no llegaría así que decidí irme a la cama, cuando recibí una llamada.
Desconocido: buenas noches, señora por favor me comunica con algún familiar del señor Alejandro Márquez.
Abigail: si señora soy su esposa.
Desconocido: le hablo del hospital central su esposo tuvo un accidente y está herido
En ese momento pensé lo peor y ahora que lo pienso me asusté por nada porque está persona solo dijo que estaba herido más nunca que estaba grave o que se estaba muriendo, bueno como loca salí corriendo al hospital, pedí información de cómo estaba mi esposo y me enviaron al tercer piso a su habitación, aunque no era hora de visita por ser su esposa hicieron una excepción.
Cuando iba caminando al ascensor vi a una mujer muy bonita y por encima se le notaba el dinero, de verdad me impresionó su belleza, la señorita se subió al mismo ascensor que yo y piso el botón al mismo piso que iba yo, me pregunto a qué piso iba, está señorita parecía decente así que le dije que al mismo que ella, llegamos al piso y como yo siempre andaba despistada no pregunte cual era la habitación de mi esposo, así que me desvíe del camino de esta señorita y me dirigí a buscar información, conseguí a una enfermera y ella me explique el señor Márquez ya estaba con su esposa y que yo tenía que retirarme, obviamente pensé que era una equivocación, así que le pedí que no me molestrara u que estaba apurada por saber de mi esposo, saqué una foto de los dos cuando nos habíamos casado así que la enfermera me pidió disculpas y pensó que se había equivocado de paciente así que me dirigió a la habitación de Alejandro, cuando llegue me lleve la mayor decepción de mi vida, el muy hijo de pxxx estaba muy acaramelado besándose con la mujer que acababa de ver en el ascensor, no pude aguantar semejtea escena y por primera vez no fui una cobarde y lo enfrente.
Pensé que lo enfrentaría y al final me acobarde por qué si soy una cobarde.
Marisela (la otra): disculpe señora se le perdió algo?
Abigail: disculpen me equivoqué de habitación estoy buscando a mi esposo. (la voz se me cortó en ese instante y una lágrima traicionera se escapó de mis ojos).
Marisela: aquí no está por favor retirarse.
Así que como la cobarde que soy salí de la habitación y del hospital corriendo, no tenía un rumbo fijo solamente caminaba sin ver a dónde me dirigía, pase una calle sin percatarme que venía un carro, este casi me atropella del susto no pude ni moverme, así que el conductor se bajó para ver qué pasaba, lo mire con rabia y le dije que si era ciego que casi me mata, le grité, aunque mi rabia no era con él, al fin descargue eso que me estaba ahogando.
Este hombre me dijo que tuviera cuidado y me fuera a casa, ja ja ja que gracia me causa esto, ya no tengo casa, lo deje ahí parado y seguí mi camino, ya estaba amaneciendo y fue cuando reaccione y pensé en mis hijos ahora que les iba a decir, su padre ya no estará más con nosotros, que voy a hacer, no tenía trabajo, ni casa, ni familia, mi vida "perfecta" ya no existía. Tome un taxi a la casa de Dana necesitaba hablar con ella, necesitaba un hombro para llorar, cuando llegue, ella casi muere del susto pues no era para más si antes me veía fea ahora está horriblemente patética.
Me llevo a su habitación no quería que los niños me vieran así, llamo a una niñera para que los alistara y los llevará a la escuela, una vez quedamos solas fue cuando empecé a llorar sin control no me salían las palabras solo sentía que me ahogaba, Darla me preparo el baño para que me cambiara esa ropa, dure una hora metida en la bañera cuando me sentí lista para hablar salí del baño y fui a buscarla a la cocina.
Darla: amiga por fin sales del baño, me tienes preocupada? ¿Dime qué te pasó?
Abigail: ale me está engañado tiene una Mante, anoche lo descubrí y ahora no sé qué hacer.
Darla : qué? Como? ¿Noo te entiendo?
Así que procedí a contarle todo, una vez termine ella estaba furiosa, me dijo que ese era un poco hombre y que lo iba a pagar que de eso ella se iba a encargar.
Darla: ese idiota, desde cuándo te estará engañado, mientras que tú le crías a sus hijos, pero ni crea que estás sola yo te voy a defender y el no podrá conmigo, él solo tiene un buen trabajo por la influencia de sus padres porque si es por el no tuviera nada pobre mediocre.
Abigail: Ahora qué voy a hacer, yo no tengo trabajo, no tengo casa, no tengo dinero, sé que eres buena abogada, pero si él quiere quitarme a mis hijos lo puede hacer y tiene con que hacerlo.
Darla: él es un infiel ningún juez le dará la custodia de tus hijos y por lo de la casa no te preocupes aquí puedes vivir sin ningún problema, hay que hacer las cosas bien, hoy mismo vamos a interponer el divorcio, y por el trabajo yo sé dónde puedes trabajar, en mi piso hay una vacante no es como abogada, pero si como asistente del mejor abogado del país así que tendrás un buen sueldo yo me encargo de eso.
Abigail : cree que me den ese trabajo, no tengo ninguna experiencia y hace mucho no trabajo.
Darla: acaso el trabajo que hacías en tu casa no cuenta, deja de menospreciarte, tú eres la que has mantenido a tu familia unida mientras que el imbécil ese no hacía nada, eres una mujer valiente que no le tiene miedo a nada solo debes dejarla salir de nuevo sé que puedes, ahora vístete te deje ropa en la cama para que vayamos al juzgado de lo familiar.
Me dirigí al cuarto, cuando ví lo que me había sacado me quedo en shock, tenía mucho tiempo sin vestirme así, como me tenía de otra me tocó ponerme eso, era un vestido azul marino, hasta la rodilla no muy escotado, pero si pegado a mi cintura unas sandalias de tacón me cambié y al rato entro Darla y empezó a peinarme y a maquillarme, yo no estaba segura de esto, pero no me quedaba de otra que dejarla hacerlo, una vez termino salimos de la casa, mis hijos serían buscados por la niñera y tenía orden de que nadie se los llevará, llegamos al juzgado y me sentía extraña muchos hombres y cabe destacar que muy guapos me miraban o a mi amiga no sé igual tampoco era tan bonita obviamente Darla era mucho más hermosa que yo.
Darla: buenas tardes, tengo cita con el juez Octavio De la Garza.
Secretaria: un momento ya la anunció, pueden esperar allá sentadas, el juez está con alguien en este momento.
Pasaron como diez minutos cuando nos mandaron a pasar
Octavio era un hombre mayor y se veía que tenía mucha experiencia por tantos títulos que había en su oficina.
Octavio: mi querida Darla tiempo sin saber de ti, cuentame que te trae por estos lares y además también acompañada.
Darla: bueno querido ella es mi mejor amiga Abigail Fernández, ella tiene un problema bastante serio quiere divorciarse de un cobarde que la engaño y le fue infiel, ella no quiere nada de él cosa que me parece absurda, ella tiene derecho a la mitad de todo, pero bueno es su decisión, lo que realmente le preocupa son sus hijos, el temor de ella es que él le quite la custodia.
Octavio: a ver Abigaíl que me cuentas tú? ¿Desde cuándo sabes que te es infiel?
Abigail: es un gusto conocerlo, bueno desde anoche, el tuvo un accidente y cuando llegó al hospital la enfermera me dice que no puedo pasar entonces yo le explicó ella pensó que se había equivocado, cuando entró a la habitación ahí estaba él con una mujer besandose.
Octavio: ya veo, usted puede divorciarse cuando quiera nadie puede retenerla a su lado obligada, pero la custodia es otra cosa, para poder quedarse con la custodia de los niños deberá reunir una serie de requisitos, como un trabajo estable una casa cómoda donde vivir y alguien de confianza que cuide de sus niños mientras usted trabaja.
Aún tenía esperanza de poder quedarme con la custodia solo tenía que encontrar trabajo, también me dijo que sacará mis cosas de su casa, ya que la demanda de divorcio fue interpuesta.
Llegue a esa casa y vi que no había nadie lo más seguro es que todavía estuviera en el hospital, entre en la casa y de repente una luz se encendió y ahí estaba Alejandro, esperándome me imagino.
Cuando lo vi pensé que es mejor huír
Alejandro:Dónde estabas? ¿Y Por qué vienes vestida así?
Abigail: no seas tan cara dura, con que derecho me vienes a reclamar acaso yo te he dicho algo o te he reclamado lo de tu amante?
Alejandro: con el derecho de que eres mi esposa y a mí me respetas.
Abigail: valiente esposo el que tengo que nos dejó sola para irse a revolcar con su amante.
Alejandro: a ella la respetas, en tu vida vuelvas a tratarla así, ella siempre fue el amor de mi vida y ahora que regreso no la voy a dejar ir.
Abigail: entonces en qué te molesta lo que yo haga? Solo vine por unos documentos y me marcho, así puedes quedarte con tu amante.
Alejandro: ya basta no te lo permito, y tú de aquí no te vas eres mi esposa y quiero que traigas a mis hijos ahora mismo.
Abigail: eres tan descarado, acaso que quieres vivir conmigo y con ella en la misma casa, que clase de mujer es esa que no se respeta ella misma.
Alejandro: eres mi esposa y así va a seguir siendo hasta que te mueras y ella será la que me acompañe a eventos, mientras tú sacas mis ganas...
Abigail: vete al infierno, eso jamás pasará y ahora voy porque vine a buscar.
Cuando intenté subir al cuarto a buscar mis documentos, este se me vino encima y trato de abusar de mí, gracias a Dios le había dicho a Darla que me acompañará y está al ver la situación lllamo a la policía, para cuando la policía llegó este idiota estaba tratando de abusarme, los policías lo arrestaron, Darla y yo fuimos por mis documentos y los de los niños y salimos a la comisaría, estando allá pusimos la denuncia, el poco hombre este estaba ahí escuchando todo lo que yo relataba, hasta que le dije al oficial, solo fui por mis documentos, este señor y yo ya no tenemos nada y hoy fui al juzgado para iniciar el proceso de divorcio.
Alejandro: que estás diciendo que divorcio?
Darla: señor Márquez desde ahora usted no se puede acercar a mi defendida, usted tiene una orden de alejamiento, así que cualquier cosa la discutiremos con su abogado y si ya no tenemos nada más que hacer aquí nos retiramos, gracias, señor oficial.
Ya había escuchado de lo hábil que era mi amigo como abogada, pero esto me dejó boca abierta, si no hubiese sido tan sumisa ahora mismo yo sería como ella.
Llegamos a la casa y toda esa fuerza que tuve hace un rato se desplomó, cuando llegue a sala ahí estaban esos dos ángeles que me regalaron.
Alex (mi hijo mayor): mamá por fin llegaste, cuando nos vamos a casa?
Mari: (mi hija menor) mamá yo si estoy feliz de estar con la tía Darla y mami te ves muy bonita.
Abigail: gracias mi princesa, y bueno nos vamos a quedar aquí un tiempo mientras mamá consigue un lugar para los tres.
Darla: aquí se pueden quedar todo lo que quieran su compañía es fabulosa.
Alex: pues yo quiero ir con mi papá.
Abigail: hijos vengan... Papá y yo nos vamos a separar, pero eso no significa que no los amemos ustedes son nuestra vida, solo que él y yo ya no tenemos nada en común.
Álex: no, mamá no se separen yo los quiero juntos.
Abigail Corazón hijo mío entiéndeme por favor, ustedes seguirán viéndolo cuando quieran.
Alex: me voy a mi habitación, no quiero hablar con nadie.
Alex me la puso difícil, pero ya no hay vuelta atrás, las cosas pasaron a mayores y el Alejandro y yo ya no podemos estar juntos.
Darla: que piensas?
Abigail: nada solo cosas.
Darla: tenemos que ir a descansar mañana tienes la entrevista.
Abigail: que? Tan rápido? Como le hiciste?
Darla: tengo mis influencias, mañana el mismo Dante Lombardi te va a entrevistar, según esta cansado de gente inepta, tu tranquila que lo vas a lograr.
Abigail: tengo que lograrlo por mis hijos.
Nos fuimos a descansar, el día que viene será muy complicado y necesito quedar bien parada en este bufete.
La mañana siguiente llegó y Alex seguí molesto por lo que está pasando, llegó la niñera que los llevará al colegio, me despedí de ellos y me fui a mi entrevista junto com Darla, la ropa que Darla me prestaba era tan bonita y elegante, por ejemplo hoy voy con un pantalón blanco una camisa fucsia y un Blaser blanco, unas botas negras de tacón y el maquillaje espectacular ni yo misma me reconocía.
Recepcionista: buenos días, licenciada.
Darla: buenos días, Beatriz, voy al último piso, la señora aquí presente viene por el puesto vacante.
La recepcionista me vio con cara de lástima, eso sí que fue extraño, ahora pienso si es buena idea buscar trabajo aquí. Subimos al último piso y la secretaria de este piso nos anunció, el señor Lombardi pidió que pasará la señorita sola.
Abigail: Darla tengo un susto en mi pecho, la gente aquí me mira como con lástima, este se Lombardi será muy gruñón?
Darla: tu puedes tu carisma puede con todo.
La secretaria me fui hasta la oficina del ser Lombardi.
Secretaria: buenos días señor su entrevista de las ocho acaba de llegar.
Dante: que pase.
Secretaria: si señor permiso.
La secretaria me invitó a pasar, al estar en este lugar me intimide que oficina tan bien decorada, con un aire de sofisticación inigualable, mire alrededor y todo era perfecto, pensé este hombre debe ser muy nerd.
Abigail: buenos días señor Lombardi, mi nombre es Abigail Fernández, vengo por la entrevista para el puesto de asistente.
Dante: siéntese por favor, ¿por qué una abogada quiere ser asistente?
Abigail: bueno, como puede ver en mi currículum no tengo experiencia como abogada y en estos momentos solo necesito un trabajo estable.
Dante : y que la hizo no ejercer su carrera?
Abigail: mis hijos, cuando me gradué quedé embarazada y le dedique mi vida entera a mi familia.
Dante: y ahora que la hizo cambiar de opinión?
Abigail: no creo que mi vida privada sea parte de la entrevista.
Dante alzó la vista, ya que todo esté tiempo solo estuvo pendiente a los papeles que tenía enfrente.
Dante: aquí las cosas son claras, no necesito a gente que tenga problemas y no pueda rendir en este trabajo.
Abigail: lo siento entonces por hacerle perder su tiempo, porque si tengo problema soy un ser humano y quien no los tiene, mejor me retiro y sigo buscando, gracias y de nuevo disculpe.
Dante: yo no he dicho que puede irse, siéntese, aquí tiene mi agenda empieza hoy mismo la tendré a prueba ahora dígale a mi secretaria que le indique todo lo necesario y bienvenida, enviaré a hacerle el contrato de una vez.
Abigail: gracias por esta oportunidad no lo defraudaré.
Fui en busca de la secretaria la cual me indico todo lo que tenía que hacer, este hombre era un maniático del trabajo todo en él gritaba trabajo y perfección según la secretaria tenía que tenerle paciencia y nada más.
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