Se estarán preguntando que significa un amor Real, porque el título de la novela son los amores de mi vida.

Verás tengo 25 años y esta historia es sobre mi vida. Y los amores o los tipos de amor que he alcanzado a conocer.

Nací en una casa donde las costumbres eran ortodoxas, un padre estricto pero al mismo tiempo amoroso, y una madre sobre protectora con un duelo reciente de su primer hijo.

Hablaremos primero de mi padre el cual me mostró un amor diferente donde veía que el cumplimiento de mis necesidades como la comida y el estudio para él, era su forma de mostrar amor, estuvo conmigo en mis peores momentos y en mis grandes enfermedades. Siempre estuvo para mí y es el primer hombre que lloro por mí.

Siempre me decía de niña: "cuando seas mayor solo le pido a Dios que te mande un hombre bueno, que te quiera de verdad, que te respete y sobre todo que te soporte, ustedes son como su mamá. Un poco difíciles de amar"

Crecí con esas palabras y cada palabra retornaba a mí. Mi padre me mostró la incondicionalidad de su amor, siempre me preguntaba como estoy, como me siento, me dedicaba su tiempo cuando crecí ya siendo una adolescente, sobre todo me hacía sentir escuchada y amada.

Mi madre una mujer trabajadora desde muy niña, me enseñó lo que merezco, como debo ser querida, omitiré la parte de que es muy controladora y sobre protectora solo para decir lo bueno de ella. Amorosa, con costumbres ortodoxas, donde controla lo que visten, lo que comen, con quien salen, a donde van, sus hijas.

Claro te parece extremo lo que te he dicho, pero eso es un resumen de lo poco que he visto. Gracias a Dios nunca me falto nada y de lo anterior puedo decir que algunas cosas han mejorado para mi hermana y para mí. Gracias a que nos revelamos. Pero no del todo.

Mi madre me dice que solo quiere un hombre que nos quiera realmente, qué nos dé todo el amor e incluso más de lo que ellos nos dieron. Que nao respete y este con nosotras en los peores momentos, qué sea un amigo y compañero. Y que sea un amor del bueno.

Gracias a Dios práctico una religión diferente a las de mis padres, pero créame cuando les digo, libérense de las creencias qué los atan hoy día.

Quizás en estas palabras que escribo se pueden sentir identificados, o puedan proyectarse en una de estas historias. El amor tiene muchos rostros, viene a nosotros en formas qué no imaginamos, por amor hacemos cosas inexplicables qué nos hacen preguntar, realmente merece esta persona todo lo que estoy haciendo.

Esta es la historia de mi vida. No negaré qué en los siguientes capítulos encontrarás decepciones, llantos, perdidas, entre muchas cosas más. Pero lo importante aquí. Es que siempre busques o encuentres un buen amor que te haga bien.

Disfruta de mi historia, y espero que te sirva de inspiración para contemplar, analizar, y preguntarte sobre lo que es el amor Real.

Tenia 8 años cuando una noche de 24 de diciembre en fiestas, conocí a mi vecino.

Vamos a llamarlo joven A.

El joven A era un muchacho de 6 años de diferencia, estudiante, con un pensamiento liberal, sin pensar que lo que pasaría después pueda ser el origen de un gran problema.

Realmente no lo conocí, solo lo veía desde la ventana de mi casa, literal me siento pequeña cuando hablo de eso. Crecí leyendo las historia de amor de romeo y Julieta. Eso de amores a primera vista, créame que no existe. Pero esta historia no trata de eso.

Durante dos años solo lo veía en las fiestas familiares, veía como trataba a su familia, a sus primos y sobre todo a su abuelo el señor E, es señor E era muy educado y se preocupaba por sus vecinos, debo reconocer que 15 años después de mi cumpleaños número 10. Partió de este mundo dejándome un bonito recuerdo.

A los 10 años nació la niña de mis ojos maría y si como pensaran ella era la hija de la prima de A. Y también el joven A se mudó junto a su familia a la casa del señor E mi vecino. Que coincidencia, pero no creo que dure tanto.

Al pasar el tiempo yo iba todos los días donde vivía A cuidar y ver crecer a la niña maría. Una dulce y consentida criatura y muy inteligente. Cuando aria creció a la edad de 4 años nació el pequeño Samuel. A diferencia de ella, Samuel era sagaz, travieso, y al comienzo muy dependiente.

La niña maría me celaba constantemente con su hermano, cosas tan pequeñas que al recordarlas no pensé me traería tanta felicidad, en los primeros años de maría tuvo un padre ausente, pero su figura paternal fue el joven A. Fue muy diligente y le dio mucho amor. Hoy día agradezco a la madre de maría permitirme pasar tiempo y acompañar el crecimiento de sus hijos. Fueron mis primeros años donde descubro el deseo tan grande que es ser madre.

Me enfermo a la edad de 12 años. Idealizo mucho al joven A y mi vida escolar se fue al caño, cuando comenzaron a hacerme bullying en el colegio. Me diagnosticaron TBA así que tuve que tomar medicamentos durante 13 años.

Cuando salí de la crisis me di cuenta de que solo había idealizado al joven A, qué nunca me conoció y que nunca lo conocí. Todos los sentimientos que fueron generados a través del cuidado a su familia y la esperanza de que algún día iba a ser correspondido.

Alguien de aquí se ha enamorado de un espejismo, según muchos psicólogos el amor no correspondido es aquel donde más se sufre, se sufre de ansiedad: temor o ansias de lo que pueda pasar en el futuro, se sufre de depresión: angustia del sentimiento que solo son tuyos y la imposibilidad de poder transmitirlos.

Si alguna vez haz pasado por esto, no por la historia pero si el sentimiento y los has superado créeme que no es fácil. Un ideal del amor, palabras y sentimientos que nunca se dijeron, un confesión fallida, y la perdida de tu estabilidad mental....

El capítulo anterior fue un breve resumen, aquí diré detalles específicos de lo que fue mi primer amor no correspondido. El nombre suena un poco triste. Pero lo es.

Mi primer recuerdo cerca del joven A. Es cuando llego a una mañana, el joven A como costumbre estaba sin camisa. Estaba junto a su mamá, la madre de la niña maría. Yo entro nuevamente y allí estaba él, me lo presentaron, pero apenas escucho mi nombre, yo con el corazón como campana de botellero y el nudo en la garganta. Él me miro de pies a cabeza, se río y se fue adentro. Esa fue la primera impresión que tuve del joven A.

Muchos pensamientos se vinieron a la mente, desdén, vergüenza, decepción. Que podía esperar de un joven que tenía 18 años, con una vida resuelta, con novia. El que puede ver en una niña de 10 años, plana, sin forma, y ni siquiera el rostro lo tenía desarrollado. Me reí de mi misma cuando estos pensamientos me vinieron a la mente.

Mi segundo recuerdo fue en la primera navidad donde del año donde cumplí 11 años, ya para ese entonces mis padres aún no sabía que me gustaba A. En esa fiesta de fin de año, el joven A me vio y como es costumbre dar un abrazo y felicitar la persona por el fin de año. El joven A como nunca, me vio llegar a su casa, cuando iba a saludar a sus familiares, se abalanzó hacia mí y me dio un gran abrazo, el sudor mezclado con perfume, su sonrisa que me ofreció y el saludo qué me dio permanecen en mi mente.

Después de ese día paso algo inexplicable en una mañana de enero me dedique a manejar bicicleta siento decir esto, pero mis años dorados fueron en esa edad, desde que comencé a manejar bicicleta el joven A tomo una silla y su celular y se sentó en la terraza, yo con las ganas de sentirme mirada y el sentimiento de adrenalina, seguí manejando bicicleta hasta llegar la noche, no me sentía cansada, me sentía motivada, su presencia me motivo a seguir manejando y él también más adelante comenzó a manejar bicicleta. El tipo de pensamiento que se me vino a la mente cuando lo vi manejar bicicleta fue "tenemos algo en común. Que alegría" pero queridos lectores como siempre la felicidad no dura mucho.

En el mes de marzo en su cumpleaños número de 19, paso algo interesante, estaba con una muchacha delgada, esbelta, simpática, de cabellos rizados y piel trigueña. Estaba en sus brazos, mientras lo besaba y le sonreía. Yo vi esa escena qué se repite nuevamente como película en mi memoria y me da un vuelvo en el pecho.

El hombre que me gusta en brazos de otra, muchas se sentirán identificadas con esto, pero en mi caso la impotencia qué sentí de no poder hacer nada, de no hacer algo para qué me notará, fue algo un sentimiento jamás sentido y créame.

Este ciclo se repitara una y otra vez...