Sentada en la austera sala de espera, con la mirada perdida en el va y ven de un reloj que parece nunca avanzar y los pensamientos perdidos en recuerdos de decisiones que podrían haber cambiado su camino, se encuentra Fanny Margarita Hernández de Velázquez, una hermosa joven que con tan solo 35 primaveras, siente el peso de 100 años en sus hombros y se enfrenta a uno de los más grandes baches en su camino.
Fanny es una mujer realmente hermosa, con una estatura de 1.78 cm, piel clara, cabello castaño ondulado, ojos ámbar, nariz perfilada, labios carnosos y hermosa sonrisa, por si fuera poco tambien cuenta con un gran autoestima y una personalidad bondadosa pero intransigente; es increíblemente inteligente y suspicaz, pero nada es perfecto y el mundo de Fanny no es la excepción.
Nuestra valiente amiga está casada con Robert Velázquez; unión que ha dado como fruto a 3 hermosos hijos: la mayor Maggi de 15 años, es la viva imagen de su padre y los gemelos idénticos, de 7 años Marcus y Marc, son unos pequeños terremotos parecidos a su madre, desde fuera parecen "La familia perfecta" pero en esta familia hay más de lo que parece.
Desde hace 12 años Fanny está luchando con lo que ella elocuentemente denomina "un defecto de fábrica", es decir , a su glándula tiroides se le dio por trabajar a su propio ritmo (a mil por hora), olvidando que debe trabajar en conjunto con todo su cuerpo, generando por consiguiente un hipertiroidismo severo con bocio difuso; o así era hasta hace unos meses, ahora las cosas se han complicado un poquitín...
Durante esos años ella ha pasado por diferentes especialistas; uno de ellos y en el que desgraciadamente confió por muchos años, la llevo a deteriorar aún más salud, no es que haya sido crédula solo confió en la persona equivocada y siguió su tratamiento al pie de la letra; hasta que lo vio buscando en Google que tratamiento enviarle acordé a sus nuevos síntomas... En ese momento noto que a pesar de trabajar en una de las mejores clínicas y tener buenas credenciales el doctor no era más que un farsante que la tomo como conejillo de indias...
—¡¡¡Dios!!! ¡¡¡Que locura!!!— dijo en voz alta, antes de salir del consultorio sin mirar atrás.
Después del desventurado suceso, Fanny estudio sus opciones y volvió como el perrito, (con el rabo entre las piernas), al primer endocrino que vio hace 12 años, el mismo que la diagnóstico por primera vez, al que había cambiado porque quería realizarle una tiroidectomía total, justo después del primer diagnóstico. Aunque ahora sabe que era lo correcto, en aquel tiempo con tan solo 23 años estaba asustada y busco consejo en su esposó Robert, cuál le dijo: “mujer deja de ser crédula el solo quiere echarte cuchillo y sacar el dinero del seguro, busca otro especialista” consejo que ella desgraciadamente siguió.
Una vez que volvió con el doctor Saúl Moncada el cual es una eminencia en endocrinólogia, este se puso manos a la obra y ordeno hacer un eco dónde se descubrió que la glándula tiroides de Fanny tiene 4 pequeños nódulos que indican la presencia de cancer, luego de lo cual, hicieron una biopsia por medio de la cual se detectará el tipo de cancer al cual se enfrentan.
El doctor Saúl debido a su larga experiencia y su excelente instinto quiso adelantarse y mientras esperaban los resultados de la biopsia ordenó realizar otros exámenes, así llegamos a la actualidad en esta solitaria sala de espera, dónde se encuentra la solitaria Fanny Hernández con Diosito como su única compañía, a la espera de que le realicen una resonancia donde se responderá la pregunta que no sale de su cabeza la cual ya no es si tiene cancer sino: “¿Cuánto cáncer tengo?”...
Después de la resonancia solo quedaba esperar a que estuvieran listos los resultados de todos los exámenes, siendo la biopsia la que tomaría más tiempo, unos días después Fanny recibió la tan esperada llamada de la oficina del doctor Saúl, para su sorpresa en dicha llamada la asistente del doctor la cito al día siguiente en la clínica oncológica, en el consultorio de uno de los mejores oncólogos de la ciudad con el cual por obras del destino, Fanny había tratado en distintas ocasiones a través de los años; para ella todo este cambio de escenario y la urgencia de la cita no indicaban nada bueno y solo alentaban sus sospechas de que los resultados no serían buenos.
Al día siguiente al llegar al consultorio del Doctor José Ruiz, en la clínica oncológica fue recibida por Jenny la asistente y esposa del doctor Ruiz quien al instante la reconoció, a pesar de no haberla visto en 4 años, con el paso del tiempo habían generado cierta afinidad, luego de los respectivos saludos Jenny la guío hasta el consultorio, donde se encontraban el doctor Saúl junto con el doctor Ruiz en un acalorada conversación la cual Fanny sospechaba que se trabaja de ella...
Al entrar al consultorio los doctores interrumpieron su conversación presentando atención a la hermosa mujer que acaban de entrar, Fanny pudo ver un brillo de reconocimiento en los ojos del doctor Ruiz.
— ¡Buen día!— saludo cortésmente con una sonrisa sincera.
El consultorio que tanto recuerdos le traía era justo como la última vez que estuvo allí, era igual de acogedor y frío a la vez, de un momento a otro sintió que regresaba en el tiempo y una avalancha de emociones la invadieron al recordar a sus seres queridos, respiro profundo y camino hasta ubicarse en la silla frente al escritorio del doctor Ruiz, junto al cual estaba el doctor Saúl.
— ¡Buen día¡ Sra Fanny— saludo el doctor Saúl señalando la silla a su lado indicándole que tomara asiento— se que no es normal que la citará aquí y ciertamente está fuera de mi proceder normal.
— Entiendo perfectamente doctor no se preocupe— dijo haciendo un gesto con la mano restándole importancia mientras tomaba asiento—, supongo que mis resultados no son muy alentadores.
— Así es, ya tenemos un diagnóstico señora Fanny, primero permítame presentarle al doctor Jose Ruiz, el es uno de los mejores oncólogos de la ciudad y es con quién suelo trabajar en equipo cuando se presentan casos como el suyo.
Fanny sonrió mientras miraba atentamente al doctor Ruiz.
— No es necesaria tanta formalidad Saúl— dijo el doctor Ruiz sonriendo y levantándose para darle un abrazo a la hermosa mujer— tengo el placer de conocer a Fanny desde hace muchos años— volvió a su asiento con un dejo de tristeza en su rostro— Fanny te preguntaría como estás, pero ya he estudiado bien tu caso con Saúl, aunque debo admitir que no reconocí tu nombre, te recordé en el momento que entraste.
— ¡Entiendo! Lo mismo sucedió con Jenny— dijo sonriendo para luego cambiar el tema mirando alternativamente de un doctor a otro—; soy toda oídos doctores, supongo que no es nada bueno.
— Primero que nada Fanny: ¿por qué vino sola?, ¿dónde está su esposo? ¿Hay algún familiar pueda venir?— pregunto Ruiz con un tono paternal, recordando las veces que le a dado malas noticias a la joven y siempre las ha recibido y afrontado sola—, como ya sabes estas noticias son difíciles de afrontar y en compañía son menos dolorosas.
— ¡Gracias por su preocupación Dr. Ruiz!, Pero soy lo suficientemente fuerte para afrontar lo que sea que vaya a decir; como bien sabe no es la primera vez que veo el cáncer a los ojos; aunque tal vez si la última por lo que veo— Dijo con una pequeña sonrisa traviesa tratando de darle humor al asunto.
— Bien, Fanny como siempre es su decisión. Vallamos al grano— dijo Ruiz mientras Moncada negaba con la cabeza en señal de desacuerdo al ver la interacción—, según los estudios que realizados, tiene carcinoma medular tiroideo— Fanny respiro profundo y cerro los ojos un momento recordando haber leido sobre esto—. Fanny en su historia médica está la orden para la tiroidectomía que el doctor Saul le indicó hace años, puedo preguntar ¿por qué no se realizó el procedimiento?.
— ¡Carcinoma medular tiroideo!— murmuro Fanny casi para sí misma, con la mirada perdida, pero rápidamente volvió en si—. Dr. Moncada le debo una disculpa, ahora sé que su opinión era la mejor— dijo mirando al doctor Saúl para luego volver su atención al doctor Ruiz respondiendo—; en ese momento solo tenía 23 años, me dicen que tenía dos arritmias cardíacas, seguido de eso me enteró de un hipertiroidismo; tenía un descontrol hormonal increíble y a eso le sumamos problemas personales con mi esposo y la que era la amante de turno en ese momento, el sobre peso repentino y los daños emocionales que trajo consigo, una hija de 3 años, la universidad y un trabajo de medio tiempo— hizo una pausa y río irónicamente—, recuerdo que el doctor Saúl me dijo: "Sra. Fanny, entienda si no guarda reposo su corazón no va a soportar más de 3 días; esto no es un juego; su cuerpo está trabajando forzado desde hace tiempo". Creo que fue demasiado para mí. Fui una tonta ¡¡tuve miedo!! Y escuché a las personas equivocadas— dijo con algo de temblor en su voz—, lo siento creo que me altere un poco.
—¡Es comprensible!— dijo el doctor Saúl con una mirada tranquilizadora, Fanny sonrió amablemente, el doctor Moncada le parecía un señor bastante tierno.
— Bueno no podemos llorar sobre la leche derramada— aseguro Fanny con determinación—, ahora cuénteme Dr. Ruiz: ¿De que de trata este carcinoma? ¿Cuáles son los pasos a seguir?.
— Es uno de los tipos de cáncer tiroideos menos frecuente, pero más agresivo que hay, en su caso por medio de la resonancia podemos ver que ya hizo metástasis en el hígado, pulmones y huesos de clavícula y costillas; además de los ganglios linfáticos...
Fanny escucho en silencio la explicación del doctor sobre una posible operación para extraer la tiroides, además de quimio para reducir en cáncer... Su rostro no mostraba ningún cambio y sus ojos estaban en un punto fijo, hasta que noto que los doctores la observaban atentamente.
—¿sinceramente doctores uds creen que todo ese tratamiento evitará que muera? ¿Mejorará mi calidad de vida al menos? O ¿solo intentan lanzar una moneda al aire a ver si tengo suerte?— pregunto sin la mas mínima expresión.
— Fanny, en todos estos años se que siempre has sido realista y directa hasta en los peores momentos— Ruiz se aclaró la garganta, siempre se sentía intimidado con la frialdad con que la joven recibía estas noticias, esa era una de las razones por la que la recordaba entre tantos familiares de sus pacientes a través de los años—; sinceramente en mi opinión no le queda mucho tiempo, con las quimios tal vez llegues a vivir entre 6 y 8 meses.
— ¿ Y sin el tratamiento?.
— Con suerte 3 meses.
— Ok — respiro profundo, ante la mirada atónita de ambos doctores—. Supongo que debemos empezar a ver los cuidados paliativos, quiero que lleguemos a esos 3 meses en la mejor condición posible y no precisamente se lo dejaremos a la suerte— dijo fanny con una hermosa y pícara sonrisa acompañada de un guiño.
Ambos doctores se miraron entre sí y luego a Fanny alternativamente, no sabían si sentir admiración, tristeza o irritación por la actitud de aquella hermosa chica.
Después de recibir indicaciones precisas de los médicos Fanny salió de la clínica y decidió caminar; en realidad ella solía caminar todos los días, era un hábito que adquirió desde muy joven, como venía al médico, usaba un atuendo cómodo: tenis deportivos, jeans y una franela holgada, a ella le gustaba estar cómoda sin importar las opiniones de los demás.
...(imagen de referencia)...
Fue al parque metropolitano que estaba a unas cuadras. Durante el camino su mente estaba en blanco, observaba a las personas caminar por la calle, cada quien en su propio mundo, cada persona con sus propios problemas, preocupaciones, alegrías y tristezas. Le gustaba imaginarse la vida de las personas; los veía a los ojos y se hacía toda una historia de esa persona, era su pasatiempo siempre que salía a caminar y así distraía su mente inquieta.
Fanny tiene memoria eidetica por lo cual es muy inteligente, aunque ella siempre supo que por cada bendición también hay una maldición, cada moneda tiene dos caras, aunque uno de los síntomas del hipertiroidismo era la perdida de memoria a corto plazo, aun así ella seguía teniendo buena memoria; a pesar de ello le parecía divertido a veces olvidar cosas rutinarias como si cerro la puerta con llave... Era muy difícil que su mente estuviera tan activa, cuando ella solo quería apagarla; por ello se inventaba esos juegos para sí misma y así dejar de pesar y recordar...
Hace 12 años, había consultado en la misma fuente que usaba nuestro doctor fraudulento, (Google), todo lo referente a la tiroides desde como funciona hasta las más mínimas complicaciones, es por ello que cuando el doctor Ruiz le dio el diagnóstico definitivo, ella solo lo susurro para sí misma y su cerebro rápidamente le mostró toda la información que había leído hace tanto tiempo; en ese momento supo que el tratamiento no iba a funcionar.
Llegó al parque y se sentó en la misma banca en la que estuvo sentada hace más de 17 años; le fue inevitable sonreír, su traicionero cerebro siempre mostrando lo que no debe, en su memoria estaba Emilio; el joven con esa pícara y juguetona sonrisa de oreja a oreja, con sus ojos café que siempre brillaban cuando la miraba fijamente; Él fue su novio antes de Robert, de hecho por medio de él conoció a su esposo. Aunque ese joven solo fue un amor adolescente y pasajero, para ella el tenía un lugar muy especial en su corazón, era inevitable sonreír cuando lo recordaba siempre alegre y juguetón.
Estuvo unas horas sumida en los recuerdos felices con aquel joven tan especial, en los rostros y ojos que pasaban por el parque llevando su mente a intrincadas historias ficticias de sus vidas, en los jóvenes que jugaban pelota en el parque, hasta observo y alimento a las palomas... Quemo el tiempo hasta que llegó la hora de ir a buscar a sus terremotos, salió del parque y camino durante 40 minutos hasta llegar al colegio de los chicos; luego espero hasta que salieron las dos bendiciones.
...
. (imagen de referencia)...
— ¡¡Madre!!— grito Marcus alegré mientras se acercabas a Fanny—, ¿Porque no vino Magui por nosotros?
— ¡¡Mi Amanda vieja!!— saludo Marc dramáticamente antes de que Fanny pudiera responder.
— ¡¡¡Enanos siniestros respeten!!— espeto Fanny en medio de una carcajada mientras se agachaba a recibirlos con un abrazo.
Los dos chicos se rieron a carcajadas y abrazaron a su madre, luego fueron por un helado.
— Ahora si cuenta ¿que te traes?— pregunto Marc a su madre mientras se llevaba una cucharada de helado a la boca.
—Si estás bastante extraña, hay algo curioso en tus ojos madre— afirmó Marcus achicando un ojo con sospecha.
Al igual que su madre, los dos chicos eran muy inteligentes y tenían memoria eidetica; recordaban cada cosa que su madre quería que olvidarán, los muy pillos también heredaron su suspicacia y sexto sentido.
—Solo los extrañaba terremotos—respondió evitando miradas suspicaces de los pequeños— anoche llegué muy tarde y no pude verlos— les sonrió con ternura.
—Ummm ¡¡¡no te creo!!! Pero fingiré demencia— comentó Marcus devolviéndole la sonrisa.
—Si finjamos demencia hermano— Dijo marc con una mirada suspicaz antes de cambiar el tema—, por cierto el señor que dice ser nuestro padre no ha llegado a casa en casi una semana; hay que volverlo loco en cuando regrese, fingir demencia para desquiciarlo no es mala idea jajaja.
— ¿Estás segura de que ese señor es nuestro padre?— pregunto marcus entre risas—, ¿No seremos producto de una noche loca?.
—Ja, ja, ja eso sería mejor que ser hijo de ese señor.
—Gracias a Dios nos parecemos más a la vieja.
— Pobre Maggi llevó lo peor ja, ja, ja, ja
—¡¡Par de rufianes!! Respeten a su padre— dijo Fanny intentando mantenerse seria ante los comentarios de sus hijos—, y a Maggi, ¿por qué la meten en esto? Ella los adora.
— ¡¡¡Nos adora!!! Pero eso no le quita que come y camina igual que Robert— dijo el pequeño marc mientras chocaba los 5 con su hermano.
— Solo le falta el mal genio para ser la copia de Robert— respondió Marcus, ambos niños se ríen y Fanny casi escupe el helado mientras ríe con las ocurrencias de sus hijos.
Pasaron 3 días, Fanny empezó a hacer los preparativos, empezó por concentrarse en su trabajo; ella tenía una pequeña oficina contable y de accesoria financiera, ese era su negocio "principal" dónde todo el mundo la veía a diario, pero tenía otras fuentes de ingreso que le dejaban mucho más dividendos; además de acciones en distintas compañías que había adquirido con los años, Robert no sabía nada de eso y ella intencionalmente prefería mantenerlo en secreto. Tenía mucho que hacer en muy poco tiempo y no solo estaba haciendo planes para sus negocios también debía solucionar las cosas en casa y el futuro de sus hijos, hizo planes, pero no sabía si tendría tiempo de llevarlos a cabo.
Por suerte esa noche llegó Robert a casa después de 8 días de estar perdido en acción.
—¡¡¡Cariño apareciste!!! Estuve a punto de ir a buscarte a la morgue y a los hospitales— dijo Fanny le dicen poniendo su dedo índice y pulgar juntos, y achicando un ojo con una sonrisa sarcástica—, de pronto me decían que soy viuda y no me había enterado.
—¿Fanny no he llegado y ya vas a empezar?— respondió Robert con irritación.
— Ups lo siento, ¡¡su distinguida excelencia!!, no fue mi intención ofenderlo— dijo mientras se acerca dándole un pequeño beso en la mejilla, luego se alejó y le dedico una sonrisa juguetona—, adorado esposo, cuéntame ¿cómo has estado? ¿Ya cenaste?— Robert trato de evitar sonreír cuando escucho mencionar la comida.
— Aún no he comido— dijo fracasando al intentar fruncir el ceño— en esta casa primero me regañan, antes de atenderme.
Fanny sonrió le pidió que tomara asiento en el comedor y fue a la cocina le calentó la comida y la llevo a la mesa; ella siempre dejaba un plato servido, solo de meter al micro, llegue a casa o no, Robert siempre tenía su comida esperándolo.
El hombre comió con desesperación, hasta dejar el plato vacío, era como si no hubiera probado bocado en los 8 días que estuvo ausente; Fanny solo se sentó al otro lado de la mesa, tenía una lucha mental, pensaba si debía contarle que solo tenía 3 meses para aprender a ser un padre ejemplar; porque sus hijos solo lo tendrían a él; "¿será mejor dejar otro tutor legal?", se preguntó.... En los últimos 8 días y desde que llegó a casa ni siquiera habia preguntado cómo están los niños; sin embargo, una voz la saca de su dilema mental.
—Fanny ¿no crees que ya es hora de que me des él divorció?— pregunto Robert seriamente.
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