Caminando de la escuela a casa.
Por suerte, Elías aceptó mantener nuestra relación igual que siempre. La verdad, él es una amistad que aprecio mucho y sería doloroso perderlo por algo como esto.
-¿Tadeo? -preguntó Elías, sacudiendo su mano frente a mi-
-¿Qué? -respondo, quitando su mano-
Elías miro su mano por un instante.
-Eso pregunto yo, pareces estar en las nubes -dijo-
-Ah, nada, solo pensaba
-¿En mí? -dijo con una sonrisa infantil-
-Vuelve a decir eso y te golpearé -respondí, levantando mi puño-
Elías rio.
Se adelantó unos pasos y se paró frente a mí.
-¿Sabes? Sería genial que pienses en mí
La paleta que tenía en mi boca se me cayó.
Rápidamente, Elías la agarró antes de caer al piso. Me miro con seriedad, procedió a ponerse la paleta en su boca y me echó una sonrisa burlona.
Suspiré. Esto no es lo que habíamos acordado.
-Elías... -dije, dejando salir una voz molesta-
-Ya she, ya she, amigosh -dijo con la paleta en la boca, levantando las manos- solo quiero molestarte -dijo sacándose la paleta de la boca-
-Sigue con eso, y en serio, de verdad, voy a golpearte
.
.
.
.
"Tadeo, estoy enamorado de ti"
Estábamos en mi habitación, sentados en el suelo, jugando un FIFA, yo le gané un partido, y mientras le presumía mi victoria el simplemente soltó esas palabras de manera tan natural.
-¿Qué carajos dices? -dije riendo, pensando que era una broma-
Elías dejó el joystick en el suelo. Y mirándome con una sonrisa alegre lo repitió.
-¡Estoy enamorado de ti!
-Oye -dije molesto- en serio, ya para con eso
Elias, miro el joystick, luego a mi, y suspiró.
-No es una broma
En serio ¿Qué carajos me está diciendo?
Quedé helado.
-¿Tadeo? -Elías acercaba su mano a mi frente-
-¡No te me acerques! -exclamé-
Mierda. No quise sonar así.
Me levanté del suelo, y empecé a caminar de un lado a otro.
Elías mantenía su mirada en el suelo.
Frené mi caminata justo detrás de él.
-¿Por qué? -le pregunté, cruzándome de brazos-
-"¿Por qué?" ¿Qué? -me preguntó, teniendo una mirada de inocencia-
-¿Por qué te gusto? ¿Por qué yo? ¡En serio, si es una broma no es divertida!
Elías se limitó a sonreír para luego pararse frente a mí.
-¿Sabes? No te lo dije para que correspondieras mis sentimientos, solo quería que los escucharas
-¡¿Y por qué me lo dices ahora?!
-Porque te veías muy lindo celebrando tu victoria, sentí que ya no podía aguantar
No creo ser el único que siente vergüenza al escuchar palabras así.
Nos quedamos mirándonos fijamente durante unos segundos, y lo pude notar: él no estaba mintiendo, y yo lo estaba hiriendo.
-¿Puedes dejarme pensar un poco? -le pregunté, sentándome al borde de mi cama-
-No creo que tengas mucho que pen...
Elías se detuvo al verme a los ojos.
Pues si tenía mucho que pensar. Porque es un amigo muy preciado para mí, realmente no quiero lastimarlo. Nadie elige de quien enamorarse.
Elías me sonrió y se marchó.
"Estoy enamorado de ti" las palabras de Elías taladraban mi cabeza. ¿Desde que momento se siente así? ¿Cuántas veces le hable de las chicas que me gustaban? ¿Cuánto tiempo lo habré herido? La culpa me carcomía.
Eran las tres de la madrugada cuando tomé coraje para llamarlo.
-¿Tampoco podías dormir? -dijo Elías al otro lado del celular-
Suspiré. Por mi mente pasaron todos los momentos en los cuales me divertí a su lado, pero también pasaron momentos en los que seguro le habré hecho daño.
-Oye...
Se necesita mucho coraje....
-Te escucho...
Para romper el corazón de alguien tan importante.
-No siento lo mismo por ti. Perdón
Tape mis ojos con mis manos.
Elías quedó en silencio un momento.
-No te preocupes tanto -dijo con su tono alegre, pero su voz se escuchaba quebrada-
Elías tenía siempre una actitud animada, cosa que me agradaba de él. Sentí que destruí eso que tanto me gustaba de su persona. Sentí que eran dos los corazones rompiéndose.
Corté la llamada. Dejé el celular en mi mesa de noche y cerré los ojos.
¿Qué será de nosotros mañana?
Podía sentir algo en mi quedarse vacío al imaginar que él ya no estará.
En ese mismo instante, recibí un mensaje. Era un audio de Elías.
"¿Sabes? Creo que puedo soportar perder a mi amor, pero no creo soportar perder a mi amigo. Asi que... haz como si nada, por favor, y seamos los mismos de siempre"
Este chico... no sé de donde saca tanta fuerza de voluntad
"Ok. Ahora déjame dormir" respondí.
Y así, empezó la etapa más movida de mis emociones.
Bitacora de la situación: Elías me ha estado evitando desde que llegamos a la escuela.
Seguiremos informando.
.
.
.
.
Tiempo de descanso. Me encontraba sentado en una banca del patio de la escuela, viendo como Elías jugaba un partido de futbol con una pelota de papel contra chicos de otros grados.
-¡Tadeo! -exclamó Alai, saltando sobre mis hombros-
Alai es mi prima, y es un grado menor que nosotros. Tiene el cabello corto, oscuro, y ojos marrones, no es muy alta, pero tampoco puedo decir que sea pequeña. Me llega a los hombros, y yo mido 1.75.
-No hagas eso -le dije quitandomela de encima-
Ella se sentó a mi lado.
-Bueno, es que el fin de semana me dejaste plantada -dijo, haciendo pucheros-
-No es dejarte plantada si rechacé la salida desde el principio
-No se abandona a la familia -me dijo cruzandose de brazos-
Me reí. Tiene gestos tiernos cuando quiere.
Cuando volví la mirada al juego, la pelota de papel me golpeó en la cara.
Alai empezó a reirse. Entonces tomé la pelota de papel, tiré de la parte trasera del cuello de su uniforme y puse la pelota dentro de su ropa.
-¡Ah! ¡Maldito! -exclamó golpeandome-
Claramente sus golpes no me hacen nada, pero me eche a reir.
De pronto, una sombra se posó sobre nosotros.
-¿Me devuelven la pelota? -dijo Elías, extendiendo su mano a nosotros-
-Ah, si -dijo Alai quitando la pelota de su espalda- Disculpa, Eli
Elías sonrió con su alegria caracteristica.
-No hay problema -dijo y se marchó hacia el juego otra vez-
Lo miré marcharse y sonreí.
Me alegra que todo sea como siempre.
-¿A que se debe esa sonrisa tan dulce? -preguntó Alai con una sonrisa burlona-
-¿Dulce? Deja de decir estupideces y vete con tus amigas
Ella se rió. Me abrazó y se fue. No sin antes decirme "Nos vemos luego".
Me quedé viendo como se reía con sus amigas. Es lindo, ver que pudo encontrar personas con las cuales estar.
Nuevamente, la pelota de papel me dió en la cara, pero esta vez con más fuerza.
La tomé, la apreté y miré a los jugadores. Elías me observaba fijamente, pero... era una mirada que desconocia.
Pero, claramente fue él.
-Oye, pateas como estudias ¡Como la mierda! -exclamé, arrojandole la pelota-
Sonreí. Pensé que me respondería la sonrisa. Pero simplemente volteó sin responder.
Ese día, Elías se fue temprano a casa, con la excusa de que no se sentía bien.
Al día siguiente, estaba raro.
Intente saludarlo, pero siempre me esquivaba. Cuando quise que compartamos libro, le pidió a la chica que estaba a su lado que comparta con él.
Tampoco me lo crucé en el descanso.
Claramente, me estaba evadiendo.
Al terminar las clases, se marchó sin esperarme.
¿Por qué carajos se porta así?
Decidí escribirle un mensaje: "mira, no sé que te pasa, ni que te hice. Pero esta situación es incomoda, y me parece muy egoista que ni siquiera me expliques."
Guardé el celular en el bolsillo y empecé a caminar a casa. Al rato revisé si me había contestado... me dejó en visto.
Vete a la mierda.
En el camino, hay una plaza para niños. Allí lo encontré, sentando en un columpio, amacandose lentamente.
Me enojé al verlo. Suspiré y me acerqué con la intención de darle un golpe en la nuca, pero me detuve, porque cuando levantó la cabeza para verme pude ver que tenía los ojos hinchados.
-¿Y a ti que te pasa? -pregunté con confusión-
Él bajó la cabeza, suspiró y se levantó de la amaca. Se paró frente a mi y respondió
-¡¿Qué soy egoista?! -exclamó-
Su tono era diferente de lo habitual, asi que me tomó por sorpresa. Se veía muy molesto.
-Oye...
-¿Me llamas egoista a mi? ¡¿Y qué hay de ti?! ¡Carajo! -me dijo con lagrimas brotando de sus ojos- entiendo que no puedas amarme... que quedamos en ser amigos pero... ¡¿Cómo siquiera puedes coquetear con alguien en mi cara?! ¡Sabes lo que siento!
Me dejó sin palabras. ¿Coquetear con alguien? ¿Cuando? ¿No será...
-¿Te refieres a Alai? -pregunté, todo confundido-
Él desvió la mirada. Dandome la razón.
No lo podía creer. Suspiré para no decirle nada hiriente.
-Oye, ella es familia
-La familia no se mira como ella te mira -dijo-
-...A ver ¿Y cómo me mira? -pregunté cruzandome de brazos-
Elías dio tres pasos, acercandose a mi, mirandome fijamente y respondio.
-Con los mismos ojos con los que te estoy viendo ahora
Me quedé sin palabras para responderle. Solo pude evitar su mirada. Me sentía incomodo. No podía creer lo que estaba diciendo, lo que estaba pasando, ni lo que él estaba sintiendo: Celos.
Suspiré. Lo miré a los ojos y pase al lado suyo para sentarme en el columpio.
-Dijimos "amigos" -le dije-
-Lo sé, y me lo repito cada día -respondió-
Me rasqué la cabeza. Y se me ocurrió una idea.
-¿Me empujas? -le dije, señalando mi espalda-
Su cara se tornó en una especie de asombro, pero me sonrió.
-No seré amable -dijo-
Pero lo fué. Me empujaba despacio y con poca fuerza.
-No hace falta ser tan delicado -dije con una sonrisa-
-Nadie quiere que la persona amada salga herida
-Oye... -dije, tratando de callarlo antes de morir de la verguenza-
-Lo sé, solo quiero molestarte un poco
Luego de un rato, tomamos el camino a casa.
-Elías -le dije-
-¿Qué pasa? -preguntó, ladeando la cabeza-
-Perdón por causarte malestar
Agaché la cabeza para ocultar mi verguenza, luego quise darle una sonrisa. Pero no pude, quedé sorprendido ante la nueva sonrisa que vi en él.
Quizas es idea mia, pero leo "te amo" en su cara.
-Deja de mirarme así -dije empujando su cara-
Él se limitó a reir.
Si hay algo que no se puede negar, es que tiene una risa muy tierna.
-¡Elías! -exclamó Tadeo, dandome un golpe en la espalda con su mochila-
Amo como suena mi nombre con su voz.
-¿Qué onda? -respondí-
Él me sonrio como de costumbre.
Sabiendo mis sentimientos, Tadeo me permitió seguir a su lado, pero ahora que lo sabe, todo se siente más complicado.
Creo que lo amo más ¡es tan buen compañero!
Supongo, es verdad lo que dice, soy un tonto.
Realmente, da igual si me lastima. Quizas para él pueda parecer un amor inútil, pero ignoro ese hecho.
Me da la idea de que él no se percata de lo fuerte que se siente todo esto, es decir, con solo verlo divertirse, me invade el deseo de querer encerrarlo en un abrazo. Sin embargo, no lo quiero arruinar, le dije que seriamos solo amigos y debo cumplir mi palabra.
¡Pero es tan complicado, carajo!
Para él es tan fácil derrotarme con una simple sonrisa y no se da cuenta. Lo amo, pero eso no le quita lo idiota que puede ser por momentos.
Bueno, en resumen, se ha convertido en un amor que es solo darlo, y no se me permite desear nada más. Hay una barrera invisible, pero poderosa. Un límite que por más que quiera, no puedo cruzar.
Él es quien duele y me hace feliz.
Mi ser más preciado, lo es todo para mí.
Me pregunto si seré capaz de aguantar tanto tiempo de esta manera.
.
.
.
.
"En serio, quiero que me ames"
Download MangaToon APP on App Store and Google Play