Dicen que las cosas pasan por algo, quizás esos viejos refranes fueron dichos por aquellos que no vivieron situaciones que marcaron su vida definitivamente, pero también es sabido que el desierto no es de por vida
y que al final de este llega la recompensa.
- ¿Estás triste tío?
- No princesa, al contrario, estoy feliz de que seas feliz
- Pero, tú no eres feliz
- ¿Por qué lo dices?
- Puedo verlo en tus ojos
- Pero que dices pequeña, eso no tienes manera de saberlo
- Si, es la misma mirada que mi papito tenía antes de tenernos nuevamente con él, ¿recuerdas?
- Eso… (Leandro se queda viendo a la pequeña fijamente a los ojos por un instante y puede ver en ellos un brillo extraño) Mia eres una niña muy especial
- No estes triste tío, (dice la pequeña mientras acaricia la mejilla de su tío) ¿crees en el destino? El tuyo ya está en curso.
En uno de los clubs más exclusivos se encuentra un hombre perdido en sus pensamientos, recordando lo que sería su vida en estos momentos si las cosas no hubieran pasado de esa manera.
- ¿Porque me has llamado con tanta urgencia? (inquiere el hombre con inquietud mientras observa con extrañeza al joven frente a él)
- Lamento ser yo quien te cuente esto, pero debes saberlo, nunca he estado de acuerdo en la manera como mi hermana hace las cosas para salirse con la suya
- No des tanta vuelta y habla de una vez que tengo una reunión importante (habla el hombre con poca paciencia)
- Mi hermana no está en ningún desfile
- ¿Qué quieres decir? (pregunta el castaño con calma)
- Ella está en la casa de la playa, nuestra madre la llevo allí para que pudiera recuperarse, apenas me entere esta mañana por eso insistí en hablar contigo.
- Por qué no me avisaste, dime en ¿dónde está? (el castaño se levanta de golpe con preocupación) ¿Qué le sucedió? Por qué no me llamo para decirme
- Mi hermana perdió al bebé (el hombre se queda perplejo por lo que escucha)
- Que… que carajos estas diciendo (el dolor comienza a recorrer su cuerpo y siente como su corazón se estruja por esas palabras) ¿cómo que perdió al bebé? Por qué no me llamo para estar con ella
- No sé con exactitud lo que paso, pero mi madre estaba muy molesta y se la llevo a la casa de la playa, debes averiguar con exactitud lo que paso, ¿sabes con quien se atendía? (el hombre asiente) has tu propia investigación.
El hombre sale de sus pensamientos dejando sus recuerdos a un lado al escuchar a sus amigos hablarle, pero este solo frunce el ceño al ver al rubio al lado de él.
- ¿Qué hace este imbécil aquí?
- Vamos no seas cruel conmigo, recuerda que aun sigo siendo tu hermano
- No eres mi hermano, ahora por desgracia eres mi cuñado
- Con mayor razón debes tratarme mejor (inquiere el rubio con sorna mientras el castaño solo niega con la cabeza)
- Creo que ya es hora de que limen las asperezas ¿no creen? (habla el azabache)
- Eso díselo a él que aún no me perdona
- Steven, créeme no estoy para tus estupideces
- Bien, perdón realmente no era mi intención hacer que te sintieras de esa manera, en verdad lo lamento solo
pensamos en nosotros y nos olvidamos del resto del mundo.
Leandro solo niega con la cabeza realmente a veces le dan ganas de darle un buen golpe, pero mejor se abstiene ya que no desea dejar a su hermana viuda antes de tiempo.
- ¿Dónde dejaste a mi hermana?
- Esta con Aine, prometieron a Mia hacer una pijamada
- ¿Te encuentras bien? (pregunta Lizandro con duda)
- He tenido días peores (responde llevando un vaso de licor a su labios)
- No crees que ya es tiempo de dejar el pasado atrás, ya han pasado 4 años (comenta Steven con tacto)
- Si, es tiempo, pero hay cosas que jamás se pueden olvidar
Los tres hombres se quedan una hora más en la barra mientras platican de los sucesos que han acontecido en este último tiempo, sin faltar alguna mujer que desea acercarse al ver a los 3 apuestos hombres, pero estos inmediatamente muestran sus argollas de matrimonio haciendo así que estas se vayan inmediatamente, aunque con Leandro solo dicen que ya está comprometido, así terminan su noche yendo cada uno a sus autos para retomar a sus hogares.
- ¿Seguro que estarás bien?
- Lo estoy, no te preocupes, solo es uno de esos días, saludes a Aine y un beso a la princesa, mañana la recogeré para llevarla de paseo.
- Se lo daré, ve con cuidado.
El trayecto hasta su apartamento es corto, opto por vivir en un pent-house cerca de la empresa así le queda más fácil el acceso, al principio vivía en el mismo edificio de la empresa, pero las visitas de Mia se hicieron más frecuentes para él que al final opto por buscar un lugar en el cual ella pudiera estar más a gusto.
Al llegar va directo a su habitación, quita su ropa y entra al baño a darse una ducha, mientras esta debajo del agua lo vuelven a inundar los recuerdos, esos que lo hicieron cambiar.
- Sr. Manson, que lo trae por acá, espero su prometida se encuentre mejor
- Por eso estoy acá, usted era su doctora, quiero saber que ocurrió
- Comprendo (la mujer deja salir un suspiro pesado, al ver el rostro sin expresión del hombre frente a ella, lo que menos desea son problemas en su carrera por eso decide hablar con la verdad) Mi carrera esta primero que cualquier problema externo de mis pacientes, le seré sincera, ella estaba muy ansiosa, decía que ese bebé no podía nacer porque arruinaba todos sus planes por eso necesitaba irrumpir su embarazo, me ofreció dinero y le pedí que se retirara de mi consultorio (el castaño apretaba sus puños por la ira, pero no lo demostraba) realmente no pensé que ella hiciera todo por cuenta propia
- ¿a qué se refiere?
- Ella ingreso por urgencias con un fuerte sangrado, realmente se veía mal, dijo que había sufrido una caída, pero al realizar los estudios no había síntomas de golpe o algo parecido, pero era demasiado tarde, no pudimos
hacer nada por el feto.
- ¿Puede mostrarme su historial médico?
- Sr. Manson…
- Era el padre de ese niño y su prometido, tengo el derecho de conocer todo a fondo
Responde ya con molestia, realmente se está conteniendo por todo lo que está sucediendo, la doctora le entrega los documentos y mientras más lee, más sus emociones se van disparando.
- Lo lamento mucho Sr. Manson, pero el aborto fue provocado.
Unas lágrimas se deslizan por sus mejillas mientras golpea fuerte la pared del baño, desde ese día sintió que algo en él murió, ya no veía a las mujeres de la misma manera, su madre le había enseñado que cuando se ama verdaderamente se debe hacer con entrega, algo que su padre nunca aprecio, esas palabras quedaron en el olvido cuando la mujer que él creía amar destruyo sus ilusiones mostrando su verdadero ser, no volvió a permitir que ninguna mujer se le acercara.
Sale del baño directo a su cama, debe tratar de descansar, mañana será un día largo y debe estar en buenas condiciones para recibir a la niña de sus ojos, esa pequeña que lo hizo volver a sonreír sinceramente y le lleno el corazón con su ternura y cariño.
LEANDRO MANSON.
Leandro Manson, un hombre de 30 años guapo, empresario y soltero, todo lo que una mujer desea para su vida, pero este hombre es inalcanzable, a su corta edad tuvo que hacer de madre y padre para su hermana Juliana, eso lo hizo madurar antes de tiempo, su madre murió de cáncer en los pulmones cuando él solo tenía 10 años y su hermana 7, después de eso su padre se refugió en el juego y la bebida dejándolos en el olvido, la familia Manson siempre trato de controlarlos pero el solo se hacía pasar por un joven tonto e insignificante que comenzaron a ignorar pensando que no era una amenaza.
Al cumplir su mayoría de edad comenzó a hacer negocios con algunos conocidos a escondidas de su familia, cuando logro tener el dinero suficiente logro convencer a su ambicioso abuelo de enviar a su hermana a un internado para que tuviera una mejor educación, al lograrlo solo le quedaba a él escapar de las garras de su destructiva familia y al final lo logro.
Ahora es un hombre exitoso, pero vive en la soledad, su hermana se casó con su amigo Steven, estaba enamorada de él desde que lo conoció, pero ahora se encuentran distanciados debido a que ellos decidieron casarse a escondidas y su hermana no tuvo la osadía de informarle y eso le ha dolido bastante, porque ella siempre estuvo primero que todo lo demás y simplemente lo dejo a un lado.
- Hola tío, mi papito me trajo muy temprano para que pueda disfrutar mejor este día contigo (una pequeña Mia llega y salta a sus brazos para llenar de besos el rostro de su tío)
- A mí también me llena de felicidad el verte princesa. (le sonríe con cariño a la pequeña)
- Bueno, Mia espero te portes bien, aprovecharé este día para pasarla… bien con tu madre.
- Bien papito, también cuida mucho de mi hermanito
Lizandro sale del lugar con una sonrisa mientras niega con la cabeza, dejando al par de cómplices para que puedan pasar un día agradable, por lo menos eso lo tranquiliza al saber que su pequeña le brinda un poco de felicidad a su primo.
- Tío… ¿has ido a ver a Sonia? (pregunta la pequeña con intriga)
- No lo he hecho (responde el castaño sin darle importancia)
- Tío, te pedí por favor que estuvieras al pendiente de ella
- Y lo he hecho, solo que no he permitido que ella me vea
- Bien (la pequeña cruza sus brazos, no está conforme con la respuesta que Leandro le ha dado, pero se le ocurre una idea) ¿podemos ir a visitarla?
- Eso… (observa a la niña quien lo observa con ternura) bien, buscare mi chaqueta (Mia sonríe satisfecha por su respuesta, su nuevo plan es juntar a su tío con Sonia y no piensa fallar)
Salen los dos del lugar rumbo al auto del castaño, ya dentro de este inician su recorrido, la pequeña hace que Leandro se detenga en una pastelería para comprar un postre, ella le indica a la vendedora cual desea y pide que lo empaque para llevar y nuevamente suben al auto, el castaño solo hace lo que la pequeña le indica.
Al llegar Mia comienza a correr por los pasillos, haciendo que Leandro haga lo mismo para poder alcanzarla, hasta estar frente a la puerta del apartamento.
- Mia, debes tener cuidado o puedes caer
- No te preocupes tío, tengo buen físico
- Jajajaja, pequeña que cosas dices
Mia toca la puerta y a los pocos segundos esta se abre dejando ver a Sonia frente a ella quien al principio se sorprende por la inesperada llegada de Mia, pero después abre sus brazos para recibirla y despliega una
hermosa sonrisa que no pasa desapercibida por el castaño quien se encuentra observando fijamente a la mujer quien solo se encuentra en pijamas y muy reveladora.
- Hola Mia, no esperaba verte hoy (la abraza mientras besa sus mejillas)
- Hola Sonia, estoy de visita donde mi tío Leandro y le pedí que me trajera a verte. (la mujer levanta su vista para observar al hombre frente a ella al cual no había visto por concentrarse solo en la pequeña, pero este al verla a sus ojos desvía la mirada algo que la hace fruncir sus cejas)
- Creo que debería abrigarse un poco
Sonia observa su cuerpo y siente su rostro arder por lo tanto jala a Mia hacia dentro y comienza a subir cuidadosamente las escaleras para ir a su habitación mientras su corazón palpita fuertemente, ahora comprende por que el hombre desvió la mirada, la pequeña sonríe por la situación y va a abrirle la puerta a su tío para que este ingrese al lugar.
Ya adentro se acomodan sobre el sofá y después de unos instantes Sonia baja presentable hasta llegar a donde ellos se encuentran y pide disculpas por lo sucedido.
- Disculpen por haberlos recibido así, realmente no esperaba visitas el día de hoy. (habla la rubia con su rostro aun de color carmesí)
- No se preocupe, realmente fue algo de imprevisto usted sabe cómo es Mia (inquiere el castaño con tranquilidad)
- Si, lo entiendo (mientras la pequeña solo observa como estos dos se miran)
- Sonia, mi tío Leandro te compro un postre, es tu favorito (Leandro se sorprende por las palabras de Mia, pero lo disimula)
- En realidad…
- Muchas gracias, hacía tiempo que no me regalaban un postre, solo Mia y sus padres siempre tienen siempre un detalle conmigo
- No fue nada (dice despacio Leandro, al escuchar a la mujer frente a él decir esas palabras y al ver como su rostro se ilumino al ver el detalle, eso no le permitió decir la verdad)
- Mia ¿te gustaría tomar limonada? Puedo prepararte un emparedado o unos panqueques
- Siii, salimos muy temprano de casa y no me dio tiempo de desayunar donde mis papás
- Pero si me dijiste que…
- Nada tío, no te dije nada (responde la niña mientras va hacia la cocina)
Pequeña mentirosa murmura Leandro mientras se levantan y van hacia la cocina detrás de la niña, el castaño observa todo el lugar dándose cuenta de que está organizado y aunque tiene pocas cosas se siente calidez algo que solo siente en la casa de su Primo Lizandro.
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