La mañana inicio con una suave lluvia, el cielo húmedo y la tierra empapada. Se sentía un aire fresco y a la vez frío, era difícil salir pues el viento solía mover el agua por todos lados haciendo imposible incluso que se saliera con un paraguas.
En una zona de departamentos en la ciudad, todos buscaban refugiarse dentro de sus casas e incluso bajo las paradas del autobús.
Mientras muchos incluso se empujaban en una parada para poder evitar mojarse. Una joven de rojos cabellos camino por un lado estando completamente empapada. Traía consigo varias bolsas pues volvía de hacer unas compras. Todos la miraron como si fuese un bicho raro, pues el agua estaba fría e incluso caía con brusquedad.
Algunos reconocieron a la chica, vivía en uno de los departamentos completamente sola.
Su nombre era Rosemary, una joven de apenas 20 años que se había mudado hacia unos pocos meses. No hablaba con nadie y solo salía debes en cuando si era necesario.
Rosemary fue hasta su departamento, piso cuatro numero 49. Al llegar al piso se quedo afuera de su puerta mirando el cielo nublado, le gustaba verlo.
— Oh... Rosemary, Buenos días. — Dijo una amable mujer que salió del departamento de a lado. Rosemary le miro e hizo una pequeña reverencia para saludarla. — Parece que hoy me ganaste con las compras eh. Estas toda empapada no vayas a enfermarte — Le dijo la mujer acercándose hasta palpar su ropa.
— Estaré... Bien..— Dijo Rosemary.
— Eso espero, cualquier cosa igual puedes decirme, bueno. Nos vemos — Dijo la mujer retirándose.
Rosemary le dio una sonrisa antes de que se fuese y después abrió la puerta de su departamento para asi entrar.
Esa señora, una mujer de avanzada edad y de nombre Anahera, era la única que la trataba bien, por su condicion todos la hacían menos y hablaban mal de ella, pero esa mujer era la excepción.
ROSEMARY. (narracion)
"Desde pequeña tuve problemas para convivir con otras personas... Eso fue un problema para mi familia...
Nací en el ceno de una familia adinerada, mi padre era un poderoso empresario mientras que mi madre era conocida por haber sido una famosa modelo en su juventud. Ambos atraian las miradas y las cámaras de las personas por lo que yo y mis hermanos éramos también centro de atención.
Mi hermano mayor Amon, sigue los pasos de mi padre, es bastante inteligente e incluso un gran atleta pues ganó varios premios en natación y tiro con arco hasta antes de tener un accidente que resultó en una lesión en los músculos de los brazos, mismo que evito que siguiese con esa vida. De ahi cuando comenzo a seguir los pasos de mi padre.
Después era mi hermana Margaret, ella era hermosa y seguía los pasos de mi madre añadiendo a eso que era una gran actriz que participaba en películas y novelas de todo tipo. Era la imagen de numerosas marcas de maquillaje y famosas marcas de ropa.
Ellos dos son perfectos ante mis padres pero yo...
Yo soy la última hermana, la que mis padres se arrepintieron de concebir. Desarrolle un severo caso de autismo que provocó que me distanciara de mi familia y fuese apartada de los medios.
Durante toda mi vida este problema ha echo que me escondan, no puedo comunicarme con casi nadie. No hablo a menos que sea con personas que me den confianza. Siempre estoy perdida en mis pensamientos y tengo problemas para entender a las personas.
Fui con ayuda de especialistas, los mejores en casos de autismo pero ninguno pudo hacer mucho. También me esforcé...
Cuando entre a preparatoria las cosas seguian igual.... Pero todo cambio un cierto día...
...
4 AÑOS ATRAS...
...
Con 16 años entre a la preparatoria, me fue dificil los primeros días estar entre los demás. Todos me hacian a un lado y hablaban a mis espaldas. Siempre estaba sola, deseaba estar en un pequeño grupo para poder entablar conversaciones... deseaba tener amigos... pero aun cuando intentaba acercarme a ellos... ellos se alejaban más y más... igual yo tampoco iba a poder hacer mucho...
Me rendi apenas un mes despues, decidí no buscar seguir tras la idea de tener amigos... hasta que llego el."
...
Una tarde fresca, las clases se mantenían con regularidad hasta que un nuevo alumno entró al aula acompañado del profesor.
— Buenos días jovenes, les presento a su nuevo compañero — Dijo el profesor dejando a la vista a un joven que capto la atención de todos.
— Buen día a todos. Me llamo Jaume Paxley!. Es un gusto conocerlos a todos — Dijo el a lo que todos lo saludaron.
Rosemary le miro por unos segundos, el la noto de inmediato y le saludo con la mano y una sonrisa. Era la primera persona que le dirigía así un saludo, esto puso nerviosa y a la vez emocionada a Rose por lo que miro a otro lado.
— Bien, hay dos bancas libre así que siéntate. — Dijo él profesor. Una banca estaba en medio de un grupo de chicos, y la otra estaba justo a un lado de Rosemary. Ella supuso que se sentaría en la primera, pero su sorpresa fue bastante al ver como se sentaba justo a lado de ella.
— Hola. ¿Cómo te llamas?— Preguntó él. Ella no respondió y miro abajo buscando distraerse a lo que el se quedo sin respuesta.
El no se molesto, supuso que era tímida y por ende no respondió así que solo sonrio y se dispuso a tomar la clase...
Durante ese primer día el estuvo tras de ella todo el tiempo, intentaba hablarle y ella sin saber que hacer... huía.
Poco después el se entero por los demás alumnos que padecía de autismo por lo que el sin molestarle, siguió buscando convivir con ella...
Al paso de unas semanas ella logró confiar en el, Jaume le hizo integrarse en un grupo en el que estaba, por lo que ahora solía ir también a reuniones con el pese a que a otros les disguste.
Para todos era notorio que a Jaume le gustaba Rose. Sin embargo ella no lo notaba así debido a su problema.
Al cabo de unos meses, Jaume y Rose ya estaban saliendo, eran felices como nadie se imaginaba.
El la trataba como a toda una dama, pero a veces como a una reina e incluso como a un oso de felpa; pues solía ser muy empalagoso con ella cosa que por supuesto... Rose adoraba.
...
Durante una mañana, ella salió para ir a reunirse con el. Se supone debían de hacer un trabajo por lo que llevaba varias cosas en su mochila. Llego hasta el lugar en el que se vería con el, una cafetería en medio de la ciudad.
Ahí espero sentada en una mesa con la cabeza baja hasta que de repente sintio sus ojos se cubiertos.
— ¡Adivina quien soy!— Dijo Jaume tras de ella. Ella sonrio y puso sus manos sobre las de el para indicar "ya se quien eres". — Te amo — Le dijo él para asi quitar sus manos de su rostro y abrazarla por la espalda dando un cálido beso a su cabeza.
— Te... extrañe...— Susurro mirando abajo.
— ¿De verdad?. Ya somos dos. Te extrañe como no tienes idea — Le Jaume tomando una silla para sentarse a lado de ella.
Ambos comenzaron a hacer el trabajo entre risas y felicidad, Jaume solía siempre hacer muchas bromas y contar anécdotas graciosas que hacían reír a Rose, era notorio el amor que el le tenia, la abrazaba de repente, le daba besos como cariños, le mimaba y siempre le decía cosas positivas que la animaban... a seguir adelante...
Todo fue color de rosas, casi al final del sexto semestre, ocurrió un incidente...
Durante una noche, Jaume invito a Rose a una cita para festejar su aniversario por lo que de reunieron en un elegante restaurante. Ahi todo era perfecto hasta que salieron de este.
Las calles estaban oscuras, había poca gente y en esa calle solamente estaban Rose y Jaume a punto de abordar el auto. Cuando Jaume abrio la puerta del copiloto para que Rose entre al auto, tres hombres corrieron hasta ellos.
— ¡Rapido! ¡Carteras y celulares y dame las llaves del auto!— Les dijo uno de los hombres. Rose se asusto bastante por lo que Jaume tomo su mano e intento acatar las órdenes del hombre.
Rápidamente comenzó a sacar de sus bolsos todo lo que tenga valor, Rose estaba paralizada del shock por lo que Jaume comenzo a quitarle sus cosas lo más rapido posible.
Sin embargo el tiempo fue demasiado según los hombres por lo que terminaron por apartar a Jaume para asi tomar a Rose con gran agresividad para quitarle sus cosas.
— ¡Hey dejenla!— Le grito Jaume a los hombres terminando por golpear al hombre que la había tomado primero.
Por supuesto la reacción de estos también fue violenta y dos de ellos golpearon a Jaume en varias ocasiones mientras el otro le quitaba las cosas a Rose.
— Tengo todo suban!— Grito el hombre corriendo hasta el lado del volante del auto.
Los tres hombres corrieron hasta el auto y subieron para después irse. Rose miró esto y después miro a Jaume quien estaba dándole la espalda.
— Rose... ¿Estás herida?....— Pregunto Jaume. Rose camino hasta el y tomo su mano misma que estaba empapada en un líquido rojo.
Jaume se giro hacia ella tambaleándose y con una sonrisa la abrazo, ella noto de inmediato una herida llena de sangre en su abdomen. Chorreaba mucha sangre misma que caía al suelo creando un charco rápidamente.
— Te amo...— Dijo Jaume. Rose en silencio comenzo a llorar y el solamente la abrazo mientras poco a poco se iba derrumbando. Cayo de rodillas y luego a un lado terminando en el suelo. Una lluvia suave pronto se desató.
Rose quería llamar a alguien, pero ahora más que nunca no podía pronunciar absolutamente nada.
— La lluvia es hermosa... Cuando... Cuando la lluvia empape tu rostro... imagina que yo estoy acariciando tu rostro...— Le dijo Jaume llevando una mano hasta la mejilla de Rose...
...
MOMENTO ACTUAL...
...
Después de haber puesto a hervir algo de agua, se preparo unos fideos instantáneos y despues se sentó frente al televisor a comer. Miro por algunos momentos esta misma hasta que alguien toco a su puerta.
Ella se confundió un poco pero sin mas se levanto y fue hasta la puerta para asi encontrarse con aquella anciana mujer.
— Hola Rosemary, perdón si te molesto pero he venido a invitarte — Dijo la mujer sonriendo. Confundida Rose ladeo la cabeza mirandole. — Mi hijo llegará de New York esta tarde así que decidí preparar una cena de bienvenida. Me gustaría que tu estés presente. — Le dijo ella.
— Y-yo...?— Preguntó Rose sorprendida.
— Si tu. Anda di que si, mi hijo es muy amable quizá hasta te lleves bien con el — Le dijo ella.
— Mm... Pero... — Rose.
— Pero nada jovencita. No es justo que estés tan solita y tan joven, deberías animarte a hacer amistades. Mi hijo es doctor y me dijiste que ibas a estudiar enfermería. Quizá se llevan bien — Le dijo ella insistente. Rose ya no sabia que más decir. No quería ser grosera así que sin más solo acepto.
...
Pasando algunas horas, Rose salió de su casa en medio de la lluvia para asi ir a hacer unas compras. Fue hasta la tienda de conveniencia más cercana y ahí comenzo a comprar algunas cosas pues no le parecía ser invitada y llegar con las manos vacías.
Decidio que compraría unas bebidas y un pastel por lo que mientras decidía que pastel comprar un hombre se acercó.
— Parece que la lluvia está bastante intensa ¿no?— Dijo el hombre refiriendo a que Rose estaba empapada. Ella le miro de reojo y sintiéndose nerviosa solo asintió con la cabeza.
El hombre respeto su silencio y mostró una sonrisa para después tomar un pastel que estaba en el mostrador.
— Bueno, debería de darse un baño caliente llegando a casa la lluvia le puede enfermar. Con permiso — Le dijo el hombre antes de irse.
Rose en silencio decidió no responder y solamente siguió pensando en que pastel llevar.
Por otro lado el hombre llegó a la caja y ahí puso las cosas que compraría mientras el cajero miraba a la chica.
— Toda una rara ¿no cree?. No habla y siempre en tiempo de lluvias me hace este cochinero. — Dijo él cajero al hombre.
— Quizá tiene mala suerte y la lluvia la atrapa — Dijo el hombre mostrando una amable sonrisa.
— Na, siempre hace lo mismo, incluso pasea en plena lluvia. Quizá por eso se mudo a la ciudad más lluviosa del país, es una molestia esa mujer.— Le dijo él señor comenzando a cobrar las cosas.
Poco después Rose se acercó a la caja con un pastel y unas bebidas en manos mientras que el cajero terminaba de cobrar las cosas.
— Son 112 dólares — Le dijo él cajero al hombre. El hombre se apresuró y sacó su cartera para asi sacar el dinero y entregárselo. Apenas le pago el cajero metio sus cosas en una bolsa y después se la entrego.
— Muchas gracias hasta luego... — Le dijo él hombre al cajero para después mirar a Rose. — Hasta luego — Sé dirigió hacia ella. Rose le miro y con la mano le hizo una señal de adiós por lo que este se fue contento de ahi.
El hombre salió y justo afuera estaba su auto por lo que metió las cosas en el asiento trasero del auto y después dio la vuelta al mismo para entrar en este. Mientras de abrochaba el cinturón miro de vuelta a la tienda y miro algo que lo dejo un tanto sorprendido.
En el suelo de rodillas estaba Rose frente al pastel que ahora estaba desparramado en el suelo, y frente a ella estaba ese hombre aparentemente gritándole. Supuso que se le callo y recordando el como ese mismo sujeto se expresó de ella antes, decidió salir del auto.
Dentro de la tienda, a Rose se le callo el pastel de las manos por lo que ahora en el suelo este estaba destrozado. El cajero de aquella tienda por supuesto saco su ira y comenzo a insultarla.
— ¡Eres una idiota! ¡TE comportas como una niña y mira lo que hiciste!. — Le grito el. — Ahora deberé limpiar las porquerías que haces! — Le grito de nuevo. Rose quería llorar, pues se sentía mal de haber cometido tal error y las palabras del hombre no ayudaban mucho.— Mínimo recoge las porquerías que haces mujer estupida!— Le dijo él.
Rose no lo dudo y con sus manos comenzo a poner el pastel echo pedazos para ponerlo sobre el plato, el hombre se rio al verla de aquella forma por lo que Rose solo sintió más humillación y dolor.
— No le voy a permitir que la trate de esa forma — Le dijo él hombre caminando hasta empujar al señor a un lado y así tomar a Rose de la muñeca y hacer que se ponga de pie. Ella solamente le miro con cierta confusión y después agacho la cabeza avergonzada. — Discúlpese — Le dijo él hombre al señor.
— ¿Que?. No voy a disculparme. Fue ella quien hizo este desastre — Le dijo el señor.
— Pago por el pastel? — Preguntó el hombre.
— Eso es lo peor!. Seguramente ni para pagarlo traía — Le dijo él señor.
— ¿Cuanto es? — Preguntó él hombre.
Rosemary sacó de un bolso en su pantalón unos billetes que pagaban el pastel y todo lo que iba a comprar para después entregárselo al señor que estaba ahí. El señor le arrebato el dinero y después miro con cierto enojo a Rose.
— Con esto pagas ya el desastre que hiciste. Pero no te dare otro pastel gratis — Dijo el señor volviendo a la caja.
Arrastrando la vergüenza Rosemary camino para salir de la tienda mientras que el hombre volteo a ver al señor con gran molestia.
En medio de la lluvia, Rosemary comenzó a llorar sin poder evitarlo. Estaba avergonzada, se sentía humillada y triste por haber arruinado lo que iba llevar a donde fue invitada...
Tras varios minutos el hombre salió de la tienda y miró a todos lados buscando a Rose, al no encontrarla subio al auto y avanzo esperando encontrarla por el camino sin embargo no la encontró por lo que terminó siguiendo otra dirección.
Por otro lado, Rose se había desviado para ir hasta otra tienda, al llegar a esta solo había pasteles individuales por lo que solamente compro dos. A diferencia de la otra tienda, ahí la trataban mejor, solo que por no caminar tanto preferia ir a la otra.
Por otro lado, en el departamento de la amable señora Anahera, ahí una visita bastante esperada la tenía contenta. Era su hijo, Claramond; el mismo hombre al que Rose había visto en la tienda.
— Si... debo decir que tenía deseo de golpear a ese hombre...— Dijo Claramond mientras ayudaba a su madre a poner la mesa.
— Oh dios. Que grosero, pobre chica. ¿Como dices que era?— Preguntó Anahera mientras terminaba de cocinar.
— Grosero y maleducado — Le dijo Claramond.
— Ese hombre no! La chica !— Le dijo Anahera a lo que Claramond se río.
— Bueno bueno, especifica — Dijo el caminando hacia la cocina.
— Ay tu!.— Le dijo Anahera entre risas.
— Pues era.. Una chica muy hermosa debo admitirlo. Era una chica pelirroja muy tímida y no hablaba — Dijo Claramond.
Al escucharlo Anahera se quedo con cierta sorpresa y mostró una sonrisa para después llevar la comida a la mesa.
— Por cierto. ¿Quién más vendra?. — Preguntó Claramond pues Anahera le pidió que por favor ponga platos para tres personas.
— Oh es una amiga. Seguro te gustará conocerla. Su nombre es Rosemary — Le dijo Claramond.
— Ya veo. Siempre tienes amistades muy sabias. ¿De donde la conoces?— Pregunto Claramond.
— Es nuestra vecina — Dijo Anahera. Justo en ese momento alguien toco a la puerta por lo que Anahera fue hasta esta para abrirla.
Claramond se dispuso a llevar las demás sartenes de comida a la mesa y después miro hacia la puerta encontrándose de nuevo con Rose.
— Pasa pasa, no te hubieras molestado con esos pasteles — Le dijo Anahera.
Rose entro hasta llegar al comedor con la cabeza baja, tenia otra ropa pero su cabello aun se notaba mojado. Al levantar la cabeza y ver a Claramond fue notoria su vergüenza pues entre nervios agacho la cabeza.
— Hijo, mira. Ella es Rosemary, es nuestra vecina. Rose, te presento a mi hijo Claramond — Dijo Anahera acercándo a ambos.
— Un gusto Rosemary. — Le dijo Claramond tomando la mano de Rose para levantarla un poco y después inclinarse hasta darle un suave beso. Rose se puso roja y nerviosa terminando por alejar su mano de inmediato, Claramond y Anahera notaron su incomodidad por lo que sólo se disculparon.
Los tres se sentaron a comer, Anahera y Claramond hablaban sobre algunas cosas intentando incluir a Rose poco a poco. Ella no hablaba por la vergüenza y el miedo, estaba nerviosa.
Durante la cena ella permaneció en silencio y las cosas estuvieron tranquilas. Pasando un tiempo decidió irse por lo que la dejaron sin más.
Mientras Claramond y Anahera recogian la mesa, Anahera charlaba acerca de Rose.
— Sé mudo hace poco más de un año, ha vivido sola la pobre. Por su enfermedad la hacen menos y le es difícil convivir con otros — Dijo Anahera.
— ¿Autismo cierto?— Preguntó Claramond.
— Así es. ¿Cómo supiste?— Preguntó Anahera.
— Tiene varios tics que la delatan... Sin embargo... Nunca había visto a alguien con ese comportamiento. — Dijo Claramond.
— Supongo por eso su familia la abandonó aquí — Dijo Anahera.
— ¿La abandonaron?... — Dijo sorprendido.
— Si, los Farrell. Esos riquillos... le compraron el apartamento y la mandan dinero para que no se aparezca cerca — Dijo Anahera.
— Rosemary... Farrell... Creo... Que ya recordé de donde más la conocía... —
...
Durante la tarde en la tienda:.
Claramond fue hacia el área de postres y ahí vio a Rose mirando los pasteles, de inmediato Claramond sintio que antes la había visto por lo que decidió acercarse.
Tras ver su rostro solamente quedo más sorprendido, pues ahora sentía que la conocia aun mas, sin embargo... ¿de donde?...
...
— ¿Conocerla? ¿Como?— Preguntó Anahera.
— Hace 10 años... cuando recién empecé como psicólogo... Los Farrell llevaron a una niña pelirroja... Tenía un severo caso de autismo por lo que querian que la curará mágicamente — Dijo Claramond.
— Ya veo... Pobre chica. Se nota que ha sufrido mucho. — Le dijo Anahera...
Mientras tanto, Rose estaba en el balcón de su departamento. Se encontraba sentada en el suelo mientras dibujaba en una libreta sobre sus piernas. Solía dibujar la mayor parte del tiempo cuando para desestresarse, cosa que solía ayudarla bastante.
Solía dibujar retratos de personas que había visto, tenía grandes habilidades. Una de las cosas que más la destacaba era que tenía memoria fotográfica y era una gran dibujante por lo que podía dibujar a una persona con haberla visto una vez.
Siguió dibujando por unos minutos hasta que noto que nuevamente comenzo a llover. De inmediato se levantó y dejo la libreta para asi sacar la cabeza por el balcón y comenzar a dejar que la lluvia empape su rostro.
En la ventana de a lado, Claramond estaba desempacando sus cosas cuando miró por la ventana. Alcanzo a ver de inmediato a Rose mojandose con la lluvia por lo que curioso se asomó un poco por esta.
Ella parecía feliz cuando se empapaba con la lluvia, y así era. Con la lluvia podía sentir sus más lejanos y buenos recuerdos por lo que sin duda la disfrutaba.
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