Dicen que los hijos heredan el carácter de sus padres, así como su personalidad, pero nosotros heredamos un sentimiento extraño que no puede definirse como amor fraternal. Yo amó a Susan, más de lo que puedo soportar.
Una mañana poco común, con el viento soplando por la ventana, ella vino a visitarme a la oficina de nuestro padre. La empresa Tecnológica más grande de Nueva York.
[Señor Hevinson, su hermana está aquí en la recepción, precisa verlo con urgencia]
Mi corazón saltó al escuchar esa noticia por el intercomunicador, no tenía idea que ya estaba de regreso en el país. Los papeles que analizaba frente a mí, perdieron importancia.
—¿Mi hermana?, ¿No estaba de viaje en Canadá?.
Me pregunté desconcertado y toqué el botón del intercomunicador para hablar con mi secretaria.
[ ¿Te dijo cuál es la emergencia?, ¿Sucedió algo?]
[ No señor, solo me dijo que necesita informarle algo con urgencia, pero no me dijo nada más]
Solté el botón, y me detuve a pensar, para que ella quisiera verme, debía ser algo sumamente importante.Pero no estaba preparado para verla, después de tantos años que abandoné la casa de nuestros padres en Cambridge para venir a estudiar a Nueva York era difícil hacerlo.
Dudé un momento, respiré profundo, pensar en que la vería, me sacaba de lugar, sobretodo por lo que pasó la última vez que nos vimos, aquella despedida, todavía me dejaba con el corazón herido.
Volví a presionar el botón del intercomunicador conteniendo el malestar de mi corazón.
[ Está bien...hazla pasar ]
[ Entendido señor ]
Me quedé mirando el bolígrafo en mi mano, sabia que ella entraría por esa puerta y no encontraba las fuerzas para volver a mirarla.
El sonido de la puerta magnética, abrirse me dejó estático, sentía que mí corazón se detenía al escuchar a continuación los tacones de sus zapatos.
— Hermano...
Oí que saludó con una voz agradable, el tono dulce de su voz era una de las características que más amaba de Susan. Tan solo escucharla me ponía de buen humor.
Subí mi mirada ante su presencia llenandome de plenitud al verla, su cabello rubio le había crecido, le formaban pequeñas ondas en las puntas, a diferencia de cuando éramos adolescentes que lo tenía corto y teñido de colores, su figura se desarrolló más, ahora tiene curvas pronunciadas, no puedo imaginarme cuántos hombres tiene detrás de ellas, intentarlo me enfurece. Susan sonreía tiernamente, sus ojos verdes brillaban con un tono especial, estaba feliz de verme. Mientras que, de mi parte , sentía que mis esfuerzos en la adolescencia por alejarme de ella, se fueron al caño en cuanto sonrío. Ése sentimiento impuro regresaba a mí.
— Me da mucho gusto verte Jhonny.
Me dijo y mufé ante como me llamó.
— Ahora me llamo Jonathan, ya no uso el disminutivo "Jhonny" de cuando éramos niños, Susan.
Le aclaré levantando una ceja con una media sonrisa burlona, eso me remonto a cuánto éramos pequeños y me llamaba todo el tiempo "Jhonny". Ella se ríe y no puedo evitar entristecer, hace mucho que no la escuchaba reír.
— Esta bien, ahora te llamaré Jonathan.
Intenté forjar en mí una sonrisa aunque sea fingida para que no sospeché la razón de mi tristeza.
— ¿Y bien?, ¿Cuál es la urgencia?.
Le pregunté y ella bajo la mirada con timidez, sonriendo con pena, parece que estaba contenta por algo.
— Bueno, vengo a anunciarte hermanito— me miró —que me casaré.
" ..."
La poca belleza de esa mañana se esfumó al escuchar aquello, así como mi sonrisa y mis ganas de continuar viviendo.
Paso mucho tiempo desde que éramos niños inocentes, ahora somos dos personas adultas, grandes y maduras, dentro de todo somos personas que hacen el uso de la razón. Pero hay algo, que venimos sosteniendo desde hace tiempo.
Tenemos una extraña atracción entre hermano y hermana de la misma sangre.
Un sentimiento inocente entre nosotros emergió en la niñez, yo no sabía que era mi hermana, y ella tampoco que era su hermano mayor, nuestros padres se habían divorciado y nosotros vinimos después de ellos; nos gustamos desde el primer momento en qué nos conocimos.Pero desde que nos enteramos a lo 5 años que compartimos mismo padre, intentamos fingir que no.
Se que está mal gustar de tu hermana, yo mismo lo reconozco, pero no puedo dejar de verla de una manera diferente, de lo que un hermano vería a su hermana pequeña.
Ahora ella está por casarse, y siento que lo hace a propósito para rehuir de esté sentimiento que nos domina desde hace tiempo.
" ¿Cómo que estás por casarte?"
" ¿Quieres destruirme ?".
" No puedo permitirlo"
" No puedo conciliar el verte con otro hombre..."
Era inconcebible que la mujer que ví crecer a mi lado ahora se esté por casar.
Me rasqué el mentón varias veces, mientras pensaba en la idea con desagrado, ella me miraba desentendida frente a mí.
—¿Sucede algo, Jhonny?, perdón —Sacudió la cabeza, y no puedo evitar derretirme ante ésa pequeña torpeza—quise decir, Jonathan.
Pero al recordar el motivo por él que está aquí, me trajo de nuevo la amargura.
—¿Estás fastidiandome a propósito verdad, Susan?.
Su sonrisa encantadora se pierde parece que no saber de lo que estoy hablando.
— ¿A qué te refieres?.
Bajé la mirada con enojo, conteniendo las ganas de morderme los labios, junte ambas manos sobre el escritorio y le respondí.
—Sabes que no podré asistir.
—Pero...¿Por qué?.
Me pregunta frunciendo las cejas con extrañes, no se si hace la tonta o en verdad no lo sabe. Quizás sólo esté probandóme, Susan es muy estratega, puede predecir cada movimiento que des antes de que lo hagas.
La miró, y mis ojos se pierden en la belleza de sus labios, aquellos que jamás me atreví a besar por respeto a mis padres, aquellos que siempre fueron mi objeto de deseo desde que era un puberto.
— Por nada...
Desvíe la vista nuevamente, que difícil es ésto para mí, ella se queda en silencio, después de unos incómodos instantes más, me habló.
— Tayler vendrá, ¿Por qué tú no puedes venir?.
Su pregunta sonó triste, cuando la miré nuevamente, la vi con la mirada lastimera, angustiada apunto de sollozar.
— Sería muy importante para mí que vengas... te necesito.
Esas palabras atraviesan mi corazón de una manera dolorosa, ese "Te necesito", suena sincero, me doblega, pero por más que quiero levantarme y abrazarla, es mejor que me detenga o podría hacer algo que la incomode.
— Lo siento, pero no iré.
Reafirmé, pensaba dejar el tema ahí, pero no podía.
—Ademas, ¿Con quién te casarás?, ¿Ese tipo vale la pena?.
Le pregunté con las cejas fruncidas, a este paso ya no puedo ocultar que estoy celosos y que la noticia, no me cayó para nada bien.
Ella me mira enojada, la forma en que me referí a su prometido la indignó.
— No permito que hables así de él, Javier es un hombre sens-
— ¡Ja!, Javier...que nombre más común, seguramente así como su nombre debe tratarse de un hombre promedio.
Me río, burlándome de su mal gusto en escoger marido.
Ella entrecierra las cejas — Jonathan no actúes como un imbécil, mi prometido se gana la vida cómo tú, sólo que no es el CEO de una gran corporación Tecnológica, pero-
— Así?, ¿Y qué es?—la interrumpo con una mueca soberbia, y me acomodé en mi silla reclinable— ¿un simple empleado?
— Sabes qué, no vengas, con mi otro hermano y mis padres serán suficientes.
Me dice y gira con molestia para irse de mi oficina, mis bromas acabaron su paciencia, y mientras la veo desaparecer la seriedad vuelve a mí.
—No me interesa quién sea tu noviecillo, no te tomará como esposa mientras estés en Nueva York.
Murmuré para mí mismo, ya con Susan fuera de mi oficina, saque mi celular y llamé a uno de mis hombres que tenía experiencia en el FBI.
[ ¿Si señor Hevinson que necesita?]
[ Quiero que investigues a dos personas, y averigues dónde están viviendo, donde trabajan, cuánto ganan, si uno de ellos es extranjero, el estado actual de su visa, cuál es nombre completo del sujeto, antecedentes y si es que se va casar, cuando formalizará el matrimonio]
[ Entendido señor Hevinson, solo necesito algún nombre que pueda facilitarme ]
[ La primera persona es Susan Hevinson, ya la conoces, es mi medio hermana, y la otra persona, solo me sé el nombre, pero tengo un dato adicional, es el prometido de ella y se llama Javier]
[ Lo tendremos en dos horas señor Hevinson, tengo unos contactos en la CIA, que lo harán con más rapidez]
[ Perfecto ]
Colgué la llamada y miré el paisaje de mi oficina, la ciudad de Nueva York se ve apacible por la llegada del verano, pero éste verano, solo me recuerda a las otras junto a mi hermana, los largos días veraniegos en que nadamos juntos en los lagos de Cambridge.
"Susan aunque jamás pueda tomarte por esposa, aún así, me resulta indignante que te quieras casar con alguien que no sea yo. Se qué es un deseo egoísta, pero no puedo contener éstos celos posesivos que me hacen querer raptarte y alejarte del resto del mundo. Si con ésto puedo retenerte a qué cometas un grave error, lo haré, tenlo por seguro..."
Después de verla, no pude volver a dormir, Susan se llevó mis sueños, como mis suspiros, y me entregó a la miserable incertidumbre, y al desvelo intermitente.
Puedo verla desde mi recamara, en la fría soledad de las paredes de mi habitación, su imagen se cuela en las vigas, en el cielorraso distingo su esbelta figura, sus ojos verdes me atraviesan, todavía me estremece la hermosa ferocidad de su mirada.
Mi corazón late con fuerza al imaginarmela, inevitablemente no puedo dejar de suspirar al avistarla.
¿Seré un enfermo?, ¿Por qué ésto me tiene que suceder a mí?.
Lo que menos quiero es desearla, jamás lo he querido, no miento cuando digo que intenté alejarme de este sentimiento impuro que carcome mi alma.
Pero el destino o capaz la mala suerte, me hizo tener de hermana a la mujer más hermosa e inteligente que pude haber conocido. No puedo verme a mi mismo con otra mujer, ninguna cumple con las cualidades que Susan desborda.
Es demasiado perfecta....
Recuerdo cuando era una adolescente de 17 años de edad en aquella mañana hace 8 años atrás.
🌸.~ 🍃. ~🌸. ~🍃 🌸. 🍃...
Era verano, Susan y yo, habíamos elegido universidad, ella escogió Harvard para orientarse mejor en economía y administración, mientras que yo escogí la de Nueva York, no por un asunto en especial, simplemente no quería que estemos juntos en un espacio cerrado donde los sentimientos de mi corazón afloraran.
Me encontraba subiendo las valijas al auto que me llevaría a mi fraternidad, Sarah la madre de Susan y mi madrastra, me acompaña para despedirme en mi nueva aventura. Cuándo terminé de subir la última, la mujer de mi padre se acercó para saludarme.
— Mucha suerte hijo.
Me abrazó y acarició mi rostro con ojos llorosos, después de tantos años está mujer se convirtió en una verdadera madre para mí, y aunque la hija que tiene con mi padre es lo único que nos relaciona, eso no hace que la vea diferente. Me ha criado como a un hijo desde los 5 años...
— Gracias madre.
Le digo con una sonrisa, esta era una nueva etapa de mi vida que estaba por comenzar y estaba ansioso por hacerlo.
Pero justo cuando mi emoción por empezar está nueva página en mi vida comenzaba. Mi hermana aparece en la puerta de nuestra casa, con una remera corta sobre el ombligo, resaltando sus atributos femeninos, con un short corto arriba de las rodillas que dejaba relucir sus hermosas piernas largas y esbeltas.Verla así, hace que giré mi mirada, en la flor de su juventud mi hermana era la más atractiva de toda la zona y yo quería arrancarme los ojos.
—¿Cómo que te irás ? — Dijo entre lágrimas, le había ocultado a dónde iría, y no había hablado de ello hasta el último día en que tenía que irme.
Susan miró a mi madre que se encontraba acongojada por la situación. Le había dicho que no quería que Susan supiera a dónde me iría, para que no se pusiera de ese modo al partir. Mi hermana era demasiado dependiente de mi, tanto, que rogaba dentro mío tener una espatula para poder separarnos.
— ¡Mamá!, ¿Por qué me lo ocultaste?. ¡ Yo también merecía saberlo!.
Berrincha golpeando la suela de sus zapatillas Nike negras con rosado contra el suelo.
— Creíamos que era lo mejor,...no queríamos que te pusieras mal, sobretodo por qué tu hermano tomó la decisión de no ir a la misma universidad que tú.
Le dijo con seriedad tratando de apelar a su lado maduro, pero Susan a esa edad no era para nada madura, era muy sensible y caprichosa, la pubertad hizo su trabajo transformando su carácter serio a uno difícil de manejar. Pero caprichosa y sensible, yo la amaba de todas formas.
—¿Cómo que no?... ¡No es justo!, ¡Ustedes dos injustos!.
Nos dijo a los gritos y volvió corriendo hacia adentro de nuestra mansión. Después de ese amargo momento respiré, ya había pasado lo peor y por suerte fue rápido.
Por suerte no la ví llorar, o me habría quebrado ahí mismo.
Dejarla, era como dejar mi alma.
Si me lo pidiera volvería a su lado y dejaría todo atrás.
Subí al auto, con la mirada hacia abajo, saludé por última vez a mi madre, y miré hacia adelante ordenandole al chófer que avanzará.
Las nubes se disipaban, y la tarde comenzaba con un intenso sol, el auto comenzó a moverse y se desprendía de mí los brazos de Susan, aquellos que siempre me rodeaban cuando volvía de la escuela, se alejaba su hermosa voz de mi oído, que hablaban sin cesar sobre cosas sin sentido, mi corazón empezaba a doler al desvanecerse esas sensaciones.
A lo lejos ví, por la ventanilla del retrovisor, a unos cuantos minutos de haber salido del country donde vivíamos, su figura arriba de una bicicleta.
—¡¡¡Hermano!!!.
Gritaba llamándome, elevando una mano para que la notase detrás de el auto.
Estábamos por entrar a la autopista, la muy tonta podría salir disparada por el choque de un auto. Pero esa actitud enternecedora era típico de Susan a esa edad, me hacía sentir el único que podia ver ese lado, mientras que en la escuela era un genio implacable.
— ¡Detengase!.
Le exclamé a mi chófer, preocupado por mi hermana que estaba detrás nuestro.
El freno a unos metros de llegar a la autopista, y me baje de inmediato del automóvil.
—¡Susan!, ¿¿Estás loca?!, ¡Podrías salir disparada!.
Le reclamé enfadado, si mi padre se enteraba que casi entra a la autopista a toda velocidad, me partiría la cara y a ella la mandaría a un convento.
Pero mi enojo no parecía importarle, ella frenó de golpe, arrojó la bicicleta por ahí y corrió hacía mí con su hermosa mirada apenada y ojos llorosos. Mi corazón se detuvo al verla correr a mis brazos.
— ¡Hermanoooo!
Exclamó ...Todo desapareció para mí en cuanto saltó a mis brazos, y yo la recibí con mi corazón acelerado al tenerla tan cerca.
La apreté contra mí, cerrando los ojos con fuerza, apreciando el olor chicloso de su shampoo, la sensación de su cuerpo pequeño contra el mío, y la voz llorosa en mis oídos.
— Jhonny...
Susurraba entre lágrimas, hace tiempo que había tensión entre nosotros, Susan podía percibirla, este abrazo no era de un hermana a su hermano.
Era una despedida dolorosa de dos seres que se separaban por un amor que no podía ser.
La miré y sostuve sus mejillas con ambas manos, mi corazón no podía aguantar más al tenerla tan cerca, sus labios estaban a centímetros de los míos, quería besarla, necesitaba besarla, pero en vez de eso, me acerqué al costado de su mejilla.Escuchando como su respiración se aceleraba, ella también quería ésto.
Le dí un beso entre el intervalo de su mejilla y sus labios, que incrementó la temperatura de su cuerpo. Sus mejillas ardían tanto que quemaban mis labios.
" No sabes cuánto te amo Susan "
Le confesé y no sé si en ese momento se lo tomó como una confesión de amor, o un breve momento de sinceridad de un hermano mayor, hacia su hermana.
No lo sé, todo me indica que sí, pero jamás lo podré saber con seguridad.
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