Me encontraba completamente perdido en mis pensamientos con una botella de licor en mis manos, me levanté bruscamente por el golpe de agua fría que acaba de caer sobre mi cuerpo.

Estaba a punto de darle un golpe en la cara a mi hermano, pero me percaté que la persona que sostenía la jarra era mi padre, lo único que pude hacer es renegar en silencio.

Comenzaron a hacer miles de preguntas que desde qué día estoy bebiendo.

- Daniel ¿desde que día estas bebiendo?.

Por cierto se me había olvidado algo muy importante antes de contarle Mi historia me les presento soy Daniel y en este momento me encuentro desolado con ganas de acabar con cualquier persona que se me atraviese en el camino la mujer que amo me ha lastimado de una manera que no creí que fuera a ser tan dolorosa.

- depende de qué hora es para poderte decir cuánto llevo bebiendo.

- deja de ponerte tan chistoso Daniel quiero que me expliques Por qué no llegaste hace 2 horas al aeropuerto con Luisa, sabías que debían de ser puntual y aparte de eso no contestan los celulares.

Su hermano Raúl presentía que no habían salido las cosas como Daniel lo esperaba, hecho una sonrisa burlona Pues quería reírse él, pero de cierta manera entendió que no era el momento indicado.

- Te dijo que no.

El señor Lorenzo captó lo que quería preguntar su hijo y con cara de asombro quedó Mirando fijamente a Daniel.

- Es verdad lo que dice tu hermano Daniel.

- Si, pero en un momento de hablar de esa mujer lo único que necesito son 24 horas de tranquilidad sin que nadie me moleste.

- eso te lo podemos dar, pero sabes que Tenemos que irnos directamente al aeropuerto en este momento.

Daniel sabía que tenían que viajar al extranjero pues tenían un evento muy importante con el Señor Mauricio aquel hombre que se encargaba del mercado asiático él era el único que podía abrir y cerrar aquella puerta para trabajar, no existía manera y no asistir a la reunión, Mauricio era un hombre muy importante que no se le podía negar nada.

Por aquello Daniel decidió pedirle matrimonio a Luisa un día antes para que juntos asistieran al evento, pero las cosas no sucedieron como lo esperaba aquella relación de 5 años acababa de terminar.

- No quiero ir.

- No tienes otra opción, además tu equipaje ya se encuentra en el avión.

- Quiero estar solo.

- Okay si lo que quieres son 24 horas libre sin que nadie te moleste te las voy a dar Pero tienes que asistir a la reunión esas 24 horas u 8 o 10 horas que necesites la vas a utilizar en el avión Así que nos vamos pero ya.

a regañadientes salí del lugar, lo que menos quería era viajar y tener que pensar utilizar la cabeza ahorita lo que quiero es olvidar sé que fueron muchos años pero sin embargo me dio entender que no valía la pena extrañarla Y como dicen por ahí lo que no sirve que no estorbe, así que no necesito estar llorando por alguien que no vale la pena.

El Señor Mauricio era un excelente hombre ya tenía más de 50 años y a su lado quería tener siempre a las mejores personas que le desearan lo mejor.

En el viaje Daniel contó con la ganancia de que su hermano se había percatado de que él quería sacar todo eso de su pecho Así que le dejó varias botellas en el lugar donde se iba a quedar durante todo el viaje.

- Hermano Daniel va a estar bien, no te preocupes.

- No estoy preocupado por eso Isabel, es que ese whisky me lo quería tomar en estos días

Su hermana le dio un pequeño empujón, siempre tenía la manera de hacerlos reír. Raúl era el cómico de la familia, Isabel la consentida por ser la única mujer y Daniel era el más sensato para los negocios.

Al llegar a Singapur su lugar de destino todos se encontraban emocionados de conocer, al contrario de Daniel que todo le fastidiaba con tremenda resacas aparte de que la ciudad ya la conocía por motivos de negocios, Con el señor Mauricio se ha reunido en varias ocasiones llegando a trabajar en pequeños negocios, por aquel motivo no podía faltar al evento que tenía.

- Nos vemos más tarde.

- OK, pégate un baño para que se te quite el olor a licor.

- Si.

Todos se dirigieron a sus respectivas habitaciones el señor Mauricio se había encargado de dejarles todo cuadrado.

Al llegar a la habitación se despojó de todas sus prendas, tomó 3 aspirinas para disolverla en agua de alguna manera se tenía que recuperar de ese rato amargo sabía que quería a Luisa, pero no se iba a amargar la vida por alguien pasajero.

Se bebió todo el contenido para dirigirse a la ducha allí duro más de 3 horas bañándose con agua fría llegando al límite de no sentir la sensación del agua, se arregla y siendo las 7 de la noche todos se encontraba en la planta baja del hotel esperándolo.

Daniel resopló de fastidio todos ahí tenían acompañante, su hermano Raúl estaba con su novia del momento (no duraba demasiado con las mujeres), Su hermana Isabel estaba con su esposo tomados de la mano y su padre estaba con su novia desde que su madre murió pasaron demasiados años para ser el mismo le agradece mucho a Rosa por llegar a su vida.

Ese día iba a estar acompañado por Luisa pero nada sucedió como lo esperaba, tenía que ser un grandioso día pero era todo lo contrario.

El Señor Mauricio es una excelente persona se notaba que cuando sonreía lo hacía con sinceridad, era fácil de saber si algo le agradaba. Este día es el más especial de su vida todo se ha tratado de encontrarle esposo a su hija menor.

- Hace falta todo esto ¿para conseguirle un esposo?.

Isabel notaba lo irritado que se encontraba su hermano pero aun así aprovecho para unirse a la conversación.

- Dice que la hija del señor Mauricio ya se le pasaron los años y él no a logrado conseguir un esposo.

- Es muy extraño

 ~ Raúl no pudo evitar hablar esa mujer debería tener algo para llevar tanto tiempo sola.~

- Dicen que la chica es fea y que ningun hombre se quiere animar a esposarla.

Isabel sonreía al hablar de la joven que nadie hasta el momento a podido conocer prefería estar entre las sobras de los reflectores al contrario de ella que quería siempre ser el centro de atención.

Todos se miraron con cara de asombro no podían creer las palabras de Isabel, tanto así que dirigieron Su mirada al balcón donde se encontraba la joven allí estaba con un vestido negro pero aparte de aquello llevaba un velo que cubría su cara.

- Parece que está en un velorio esa joven.

- si.

Erick el esposo de Isabel no creía nada.

- ¿Será muy fea?, es de no creer.

- Si muy fea con Mayúscula y todo, eso dicen los que han logrado mirarla porque para todos lados sale con un velo.

- Vaya ni siquiera el dinero del señor Mauricio a logrado comprarle un esposo.

- Familia y han triplicado el dote para el que la espose y no importa si solo 3 hombres quieren.

Isabel hablaba tranquila pero en el fondo quería reírse de la desdicha de esa mujer, tanto dinero para nada al menos se hubiera hecho una cirugía.

Se reían de la joven Pero era momento de tener compostura, se dispersaron en el salón para convivir con las personas de paso comieron y bebieron.

Pasaron los minutos rodeados de nuevas futuras negociaciones, a Daniel aún le causaba curiosidad la muchacha levantó su mirada la miró fijamente pero esta vez la muchacha no se encontraba con un velo que le tapaba totalmente la cara se había puesto un tipo de velo diferente aquel dejaba el descubierto únicamente sus ojos, aquella mirada penetrante y ojos color miel lo hicieron sentir un escalofrío al mirarla.

En aquella mirada Pudo notar que la muchacha se sentía molesta por todo lo que estaba haciendo su padre debe ser una muchacha muy rebelde que le ha gustado estar libre sin ningún compromiso, en un instante la joven se aproximó un poco en el balcón y sus miradas se cruzaron haciendo que se electrocutara con solo mirarla, seguro le causó curiosidad que él la mirara tanto tiempo de un momento a otro hizo como si nada y cambió su vista hacia otra dirección.

Dejando a Daniel con una sensación de vacío, camino varias veces por el salón dando vueltas sin parar percatándose de que el Señor Mauricio lo notara pues de esa manera podría irse tranquilo sin decir nada, en silencio y sin decirle a ninguno salió de lugar y se dirigió hacia el hotel.

Aún necesitaba quitarse esa carga de encima el recuerdo de Luisa rondaba en su cabeza, para rematar la sensación de esa noche era que aquella Joven se comprometiera con algún hombre cosa que él no pudo hacer con su amada necesitaba borrar ese recuerdo Así que decidió pagar por unas cuantas botellas.

En uno de los pisos del hotel había varias personas comiendo, bebiendo y bailando sin parar, Así que aprovechó para unirse entre esa gente y perderse de su mundo pasó un largo rato para percatarse que ese lugar era como un burdel pero con clase.

En las plataformas que había en el lugar comenzaron a subirse mujeres y a bailar al ritmo de la música para ellos, se desprendían de sus ropas y hacían movimientos cosa que para Daniel no era importante para él lo único que robaba su concentración era el tomar el vaso de Whisky y vaciarlo.

De repente la música cambió y una mujer se subió.