— Uno, dos, tres, cuatro, cinco... Están listos, ahí voy.
Salí corriendo por el patio, quería encontrar pronto a Mady, así podríamos jugar otra cosa, no eran mis favoritos los juegos donde se tenía que sudar, me gustaban las cosas en las que no había ejercicio físico de promedio, el día estaba soleado, y era pleno verano, corrí todo lo que pude y miré por todas partes, no fue hasta que choque con alguien que me detuve.
— Oye no ves por donde vas.
Reacciones airada de inmediato, a penas tenía doce años, pero siempre he tenido mal temperamento, aún en el suelo, miré hacia arriba, era ese idiota novio de mi hermana, siempre venían a la casa, nuestras casas estaban en la misma ciudad, y nuestros padres eran empresarios.
— ¿Zara estás bien?, déjame ayudarte pequeña.
— Oh, puedo sola, quién llamas pequeña, ya soy una señorita de 12 años, viejo de 22, solo me llevas 10 años.
— Todavía eres una pequeña, déjame pararte.
Me dio la mano, y puso esa linda sonrisa, para complacerme, tomé su mano y me puse de pie, miré hacia arriba y era cierto, Dilan era muy alto, de pelo negro, piel blanca y grandes ojos azules, viéndolo desde este punto, realmente parece pequeña, en tamaño, me sentí un poco avergonzada y salí corriendo a mi habitación, incluso me olvidé de Mady.
Entre a la casa como un trueno, y choque, otra vez, pero esta vez, fue con mi hermana mayor Jenny, quien no era de buena personalidad.
—¿Estás ciega?, Casi me caigo al suelo por tu culpa, niña estúpida.
— No le hables así, es solo una niña, y fue un accidente.
Dylan estaba detrás de mí, ahora estaba incluso más avergonzada, subí las escaleras, antes los ojos bulones de Jenny y la cara compasiva de Dylan, eso fue lo último que vi mientras miraba para atrás.
Este es uno de los recuerdos más vergonzosos de mi niñez, nunca lo he podido olvidar, ya que fue contado por meses por Jenny, a toda mi familia, lo que yo en ese momento no sabía era que cosas más vergonzosas, estaban destinadas a pasarme.
SIETE AÑOS DESPUÉS...
— ¿Está todo listo?
— Sí mamá.
— Es la fiesta de compromiso de Jenny nada puede ir mal, ¿lo entiendes?
— Sí mamá.
Mi madre estaba muy apurada, era la fiesta de compromiso de Jenny, después de muchos años de novio, ahora que Dylan es el CEO de la compañía de su padre, y además sean fusionando las dos compañías con éxito, el paso más importante es fusionar las dos familias a través del matrimonio, por eso Jenny la reina del glamour, princesa de la moda, e hija mayor de la familia se casara con Dylan.
Lo único bueno de todo esto, es que Mady y yo somos de la misma edad, y buenas amigas, aunque a Mady no le agrada Jenny, pero tiene que aceptar a la esposa de su hermano mayor, en realidad Jenny ni a mí me agrada algunas veces.
También está Jimmy mi segundo hermano mayor, por quien Mady babea, así que esta familia puede que se una doblemente.
Después de comprobar todo dos veces, y antes de que llegarán los invitados, salí al jardín a respirar un poco de aire fresco, di un paseo corto, iba a volver cuando escuche algunas voces me parecían familiares.
Me acerqué un poco más y desde atrás de un árbol, vi a Jenny y al Sebastián discutiendo.
— ¿Hasta dónde vas a llegar?, le pregunto Sebastián
— A dónde sea necesito, respondió Jenny.
Sebastián se le acercó y la beso, no podía creer lo que veían mis ojos, Jenny la rica heredera de nuestra familia, y el hijo del chófer, nunca lo abría imaginado, ella tiene años saliendo con Dylan, ¿cuándo comenzó esta relación con Sebastián?
Ella lo apartó, y luego le dio otra bofetada, a la que él respondió con otro beso, esto merecía una mala telenovela, di un paso en falso, ellos se dieron cuenta de que había alguien observando, me hice para atrás, para que no me vieran, se pusieron muy nerviosos, yo sigilosamente, me fui de lugar.
No había caminado muy lejos, cuando choque con alguien, y casi me caigo al suelo, por suerte la persona me atrapó entre sus brazos.
— Siempre en las nubes.
Levanté la mirada y era Dylan, abrí los ojos como dos platos al darme cuenta de lo que podría pasar, de inmediato lo aparte de mí.
— No me vas a dar las gracias, te salvé de caer al suelo.
— ¿Qué?, a donde está mirando el Señor que no pudo verme, ya que yo no estaba pendiente del camino, para un choque hacen faltas dos, no fue con un árbol que choque.
— Dices que lo hice apropósito niñita.
— Ya soy grande, por qué me sigues llamando niñita, viejo.
— ¿Qué pasa aquí?
Jenny apareció un poco agitada, quien sabe en qué término su asunto con Sebastián, la miré de arriba abajo y parecía un poco desalineada.
— Zara, ¿por qué no respuestas a Dylan?, siempre tienes esa mala actitud.
Quería decirle que yo lo respetaba más que ella, sin embargo, no meteré mis manos en esos asuntos, lo que siempre pende que mi hermana no era buena persona, pero tampoco puedo decir nada, ya que papá y mamá estarán muy desilusionados si esto se llega a saber.
— Es su culpa, y quiere que le agradezca por chocar conmigo.
— Vas a seguir con esa mala actitud.
Le saqué la lengua, espere a que me viera hacerlo y me dirigí a dentro de la casa pude escuchar a Jenny disculpándose en mi nombre, es una hipócrita.
Subí las escaleras, camine por el pasillo, y entre a mi habitación y me tiré en la cama, en minutos pasaron muchas cosas, no sé por qué siempre estoy a la defensiva con Dylan, espero que Jenny termine con Sebastián, ya que en 5 días es su boda con Dylan.
Se estaba poniendo el sol, la fiesta de compromiso se iba casi a llevar a cabo, era algo ridículo, en vez de hacer la boda de una vez, Jenny dijo que nunca se comprometió, que necesitaba, fiesta de compromiso, luego ensayo de la boda, y al final la boda, así que en estos 5 días a partir de hoy todo será realizado.
No me quería levantar de la cama, pero mamá me mataría si no estoy en la fiesta dando mi mejor cara, me levanté, tomé un baño, y me puse un vestido negro ceñido al cuerpo con un escote en V, se ajustaba a mi figura, a diferencia de Jenny quien era rubia y se parecía más a mamá, yo era de pelo negro como papá, delgada, alta, con grandes senos y curvas, no podía quejarme en general era más bonita que Jenny, aunque no me vivía comparando
Recuerdo que fue una gran lucha para mí en la secundaria, ya que era delgada, con grande senos y también voluptuoso trasero, pero a su vez delgada, y los chicos se interesaban en mí, yo los consideraban idiotas, ahora en la universidad, uso ropa deportiva todo el tiempo, lentes y no me peino, así nadie se me acerca y puedo estudiar, la difícil carera de economista, a diferencia de mamá y Jenny que se mueren por la moda y la vida social, Jimmy y yo somos como papá, estudiosos, y preocupados por el futuro familiar.
Lo que me hace pensar, si debería decirle a papá, lo que está pasando con Jenny o confiar en que no hará ninguna estupidez, que ponga en riesgo a nuestra familia.
Mi puse unas sandalias de taco, me hice un peinado sencillo y un maquillaje poco llamativo, un poco de perfume y salí rápido de mi habitación, escuché el murmullo en el jardín delantero, así que imaginaba que los invitados comenzaron a llegar, y tengo que estar pendiente a que todo marche bien.
Bajando las escaleras en la sala principal me topé con Sebastián vestido de mesero, no me recuerdo, que él fuera a trabajar en la fiesta, esta noche.
— Sebastián.
—Sí, señorita.
— ¿Por qué estás trabajando como mesero esta noche?
— El Ama de llaves, me pido que lo hiciera por qué falta personal.
— ¿Falta personal?
Estoy segura de que contrate servicio externo, ¿cómo puede faltas personal?, me pregunte a mi misma.
Antes de que pudiera seguir cuestionándolo, mi madre me llamó,
— Zara, ¿qué haces ahí?, ven conmigo, mucha gente ha llegado y quiero presentarte.
Mi madre me agarró de un brazo y me sacó casi arrastras de la casa, el patio delantero estaba hermoso, había luces flores, las mesas con lindo manteles blancos y pequeños centros de mesas con rosas rojas, el contraste entre el blanco y el rojo era hermoso, todo hecho por mí y mamá, Jenny no se interesó por nada de eso a pesar de que todo es para ella, ahora entiendo su desinterés.
Mamá, estaba, por un lado, presentándome a todos, papá y Jimmy por el otro hablando de negocios, Jenny estaba con Dylan fingiendo felicidad, mientras Sebastián le lanzaba, unas miradas muy extrañas, después de un tiempo pude despegarme de mi mamá e ir con Mady, quien parecía aburrida sentada en una mesa, mientras sus padres también hacían vida social.
— Hola Mady, te ves aburrida.
Le dije mientras me sentará a su lado,
— Ese vestido te queda muy bien, mi madre me lo compró, quería que pareciera más femenina.
— De verdad te ves más mujer, que puedo decir siempre has tenido buen cuerpo.
— También eres muy bonita.
Ella se perdió por un instante mirando a Jimmy, ya tiene 19 y va a la universidad, por qué no se confiesa, si fuera mu caso, ya le habría pedido salir.
— ¿Sí fueras tú que harías?, me pregunto de la nada.
— Lo invito a salir, si me dice que sí, gane y si me dice que no le preguntaría la razón, si no es una razón válida, le pregunto que necesito para que salga conmigo y trató de conseguirlo.
— Eres tan segura de ti misma, me pregunto de qué tipo de hombre te vas a enamorar.
Eso nunca lo había pensado, en mis cortos 19 años, nunca me he interesado en un chico, y menos en los que tiene mi misma edad los encuentro estúpidos, yo supongo que, debería de ser alguien mayor que yo, que sepa de la vida, y soporte mi forma de ser.
Mady se quedó embobada otra vez con mi hermano Jimmy, me di cuenta de que todo el mundo estaba en su mundo y yo era como una hoja al viento en esta fiesta, me pare de la silla y fui a dar una vuelta por el jardín, luego de un tiempo me senté en un columpio que estaba lateral a la casa, si detrás ni delante, podía ver la fiesta desde ahí, y a la vez estar sola un rato.
— Te aburrió la fiesta.
Mire hacia arriba y ahí estaba mi expendio, guapo y metiche cuñado, mirándome curioso.
— No es mi ambiente habitual, no deberías estar con mi hermana, en vez de venir a meterme conmigo.
— ¿Por qué te caigo tan mal?
— Cuando dije que me caes mal, además porque tienes que agradarme también.
Puse mala cara mientras decía esas palabras, quería que no somo escuchara lo que dije, sino que también viera la expresión de desagrado en mi rostro.
— Vamos a hacer cuñados, es lógico que nos veamos, así que deberíamos llevarnos bien, ¿no?
— Suenas como un adulto que quiere convencer a un niño de algo, ya no soy una niña.
— Sé nota, ese vestido te queda muy bonito.
— Gracias.
Nos quedamos un momento en silencio, hasta que Jenny llegó hacer un escándalo.
— Ahí estabas, ¿qué haces aquí?
— Vine a ver si a Zara le pasaba algo.
— Que le va a pasar, ella sabe así, odia socializar, y tiene mal carácter.
Dylan fue arrastrado por ella, hacia la fiesta, yo me quedé en el mismo lugar, Jenny nunca me ha tratado bien, ella jura que papá y mamá me quiere más a mí, y por eso siempre ha tenido esa actitud conmigo, no es del tipo de hermana mayor que comparte con su hermana pequeña o que le enseña de la vida, ella simplemente señala mis defectos y busca culparme por todo, todo el tiempo, a veces me siento cansada de su mala actitud hacia mí.
La fiesta acabó temprano, después de un rato me acerqué, hubo intercambio de anillo, unas palabras de mi padre, todo era felicidad, pero yo en mi corazón presentía que lo que había entre Jenny y Sebastián no era algo simple.
Todo terminó con una cena, con familiares y amigos, y muchos fuegos artificiales, las personas comenzaron a irse, papá y Jimmy dieron la despedida a todos, los últimos en irse fueron Dylan y su familia, Mady y yo nos despedimos, y entre a la casa, está cansada y salía que al otro día sería algo difícil.
Me quité el vestido, y me tiré en la cama en ropa interior, estaba de buen humor, era típico de mí, me dormí en seguida, me desperté al día siguiente con el ruido en el jardín delantero, al parecer los empleados comenzaron a recoger las cosas, rodé en la cama, de un lado a otro.
Después de un rato me levanté y me metí al baño, me quite la ropa interior y me di una ducha de agua caliente, salí de la ducha cepille mis dientes, luego salí del baño, busque ropa interior y un set deportivo de pantalón y suéter, más unos tenis, me puse todo y por último me hice una cola en mi pelo mojado, era mi look típico en casa, no podía ser como mamá y Jenny desde la mañana hasta la noche están bien vestidas, maquilladas y peinadas.
Salí de mi habitación y me dirigí a las escaleras, baje y en salón estaban, mamá y Jimmy, papá y Jenny no se veían por ninguna parte.
— Buenos días.
— Zara, vamos a jugar baloncesto más tarde.
— Claro.
Mamá nos miró con esos ojos de ella muy abiertos,
— ¿Qué?, ahí muchas cosas que hacer en casa, para donde creen que van a jugar, y tu Zara, todavía no se te quita el completo de marimacho, Dios que estoy pagando con estos dos.
Me senté en el sofá junto a Jimmy y comencé a decirle a mamá,
— Mamá, Jimmy y yo somos excelentes estudiantes, él se graduó con honores y seguro que yo también, ya comenzó a aprender el negocio con papá y Dylan, y es admirado por todas las chicas, por ser guapo, inteligente y de buena familia, que queja tiene sobre él.
— Debiste ser abogado, en vez de estudiar economía, siempre tienes que responder.
— ¿Dónde está, papá?
— Fue a resolver unos asuntos.
— ¿Y Jenny?
— Dijo que tenía cosas que hacer, se levantó temprano y salió, llevaba una bolsa con cosas, eso fue extraño, le pregunté, y me dijo que era ropa para regalar a una amiga.
Se levantó temprano y salió con un bulto de ropa para regalar, esto es muy extraño, pero quien sabe, cada vez pasan cosas más raras en esta casa, si ella se atreve a engañar a Dylan con Sebastián, quien sabe que más hará y no lo sabemos.
El día comenzó avanzar, papá llegó de hacer sus asuntos, pero Jenny no había regresado, Jimmy y yo salimos a la cancha de Baloncesto a jugar un poco en la tarde, por casualidad no encontramos a Dylan y Mady, que supongo que nos es mucha casualidad, ya que le había escrito por texto a Mady donde iba a estar con mi hermano.
— Hola, cuñados. Nos saludó Dylan.
— Hola, agite la mano, en señal de salud. Respondió Jimmy.
— ¿Jugamos un dos para dos? Pregunto.
Le hice una señal a Jimmy, él sabía que le estaba diciendo vamos a darles una lección, jugamos por un largo rato, nadie se quería dar por vencido, ya cuando estaba anocheciendo, la tarde se fue de una vez, Mady está cansada y estábamos Jimmy y yo a un punto de ganar, es decir una canasta, aunque Mady no era tan buena jugando, pero Dylan era tan bueno que podía con Jimmy y yo, entonces decidí engañarlo, pretendí tirar la bola, sin embargo, la deja caer hacia atrás, y yo me caí hacia adentro sobre Dylan, Jimmy agarro la bola y encesto.
— ¡Sí!
— Oye eso es trampa, dijo Mady.
Me pare de encima de Dylan, lo más rápido que pude, y le conteste a Mady,
— Dicen que en la guerra y el amor todo se vale, esta era una guerra.
Todos terminamos riendo, después de eso, caminamos a un lugar cercano, para Comprar algo de comer y agua, entonces miré a Jimmy y Mady tirándose miradas el uno al otro, quería dejarlo solos, así que antes de llegar me senté en un banco en el parque y les dije,
— Hermano, ve con Mady, yo esperare aquí con Dylan, tráeme una galleta y un agua.
— Bueno.
Agarre a Dylan de un brazo y lo sostuve con fuerza para que entendiera, Jimmy y Mady fueron juntos.
— Quiere que estén solos
— Sé gustan, pero son idiotas, no sé cuando se van a confesar.
— No debería ser Jimmy quien le pida salir.
— No necesariamente, Mady también puede hacerlo, si espera a Jimmy se pondrá vieja esperando.
— ¿Tú lo harías?
— ¿Qué cosa?
— Confesarte primero.
— Claro, no me gusta esperar, soy impaciente, y si alguien me gustará me confesaría sin problemas.
— ¿Y si te rechazan?
— Nada, solo olvidar y continuar, si una persona no quiere estar en mi mundo, no tengo que seguir en el de esa persona.
Después de eso Jimmy y Mady llegaron, tomé mi agua y una galleta de avena, que de inmediato comencé a comerme, hablamos un rato y nos separamos, cada quien se fue para su casa.
Hace mucho tiempo que no pasaba una tarde tan agradable, jugando y hablando, Mady parecía muy feliz, mientras íbamos caminando, le pregunté a mi hermano.
— ¿Te gusta Mady, verdad?
— Sé nota tanto.
— Sí.
Se quedó callado, debería ayudarlo un poco,
— A ella también le gustas, ¿por qué no le Pides salir?
— Estoy esperando a que termine todo lo de la boda, para hacer algo especial.
— Ese es mi hermano.
Lo abracé, y me fui enganchada a él, por qué mi hermano y yo somos los más unidos, y siempre espero que seamos así, cómplice en todo, si un día se casa con Mady será genial, mi mejor amiga desde la infancia, sería mi cuñada.
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