En algún lugar de ciudad M un auto intenta detenerse y se escucha el chirrido de los cauchos, mientras comienza una terrible tormenta con rayos y truenos que hacen que el conductor pierda el control y el auto de una vuelta violenta que lo hace chocar contra un muro.
-Ibrahim - se escucha el grito de Kendra
Ella salió rápidamente de su auto cuando encontró el auto volteado de Ibrahim, luego de que Kendra conociera los planes de su familia para asesinar a Ibrahim en un accidente automovilístico fue a su casa y no lo encontró, por lo que salió inmediatamente a buscarlo y pudo ver su cuerpo aun dentro del auto.
La cabeza de Ibrahim estaba sangrando y parecía que había perdido el conocimiento, ella lo sacudió y él no sabia si realmente era ella o estaba alucinando por el golpe, la veía y no entendía porque estaba tan preocupada, ella nunca había querido ese matrimonio y ahora actuaba como si sintiera algo por él.
-No mueras Ibrahim, se fuerte – ella lloraba
Como pudo Kendra sacó a Ibrahim del auto, lo colocó de forma que su cabeza era sostenida por sus piernas, él veía como ella temblaba fuertemente y su preocupación era notable, mientras él respiraba de una forma débil, sentía que iba a morir pronto.
Ella trataba de protegerlo de la lluvia, como pudo Ibrahim levantó su mano izquierda y le acarició la mejilla, a pesar de todo él la amaba profundamente, la amaba desde el primer momento en que la vio, pero ella siempre lo rechazó, así que no entendía su actitud en ese momento.
-Kendra, ¿Por qué lloras? ¿realmente sientes algo por mí? – su voz casi no se escuchaba
Esa preguntó resonó varias veces en su cabeza, ese sentimiento se había desarrollado dentro de ella sin que se diera cuenta y ahora lo amaba, si, lo amaba y no quería que nada le sucediera, para responderle le dio un suave beso en los labios.
-No sabes lo feliz que me has hecho con ese beso, ahora puedo morir en paz – tenia una gran sonrisa en su rostro, parecía que no sintiera dolor alguno
-No quiero que mueras, no sabes todo lo que he tenido que correr para intentar salvarte, he rezado todas las oraciones que conozco y no he podido evitar que tuvieras ese terrible accidente, todo es mi culpa
-No estes triste Kendra, ahora se que me amas y eso me hace el hombre mas feliz del mundo
-No puedo creer que te hayas enamorado de él – dijo una voz llena de odio detrás de ellos
Voltearon y vieron un hombre que vestía un traje elegante, sostenía un arma en la mano y les apuntaba a los dos amantes que yacían en el piso, era el hermano de Kendra, Renier Smith y a su lado su hermana Raina Smith, quien llevaba un hermoso vestido rosado y un paraguas a juego.
-Renier ¡hazlo! Ella ha estado todo este tiempo del lado de Ibrahim, ya no es nuestra hermanita, lo acabas de escuchar ella lo ama, con eso le ha dado la espalda a nuestra familia – solo palabras de odio salían de su boca e intentó quitarle el arma a su hermano para ser ella quien disparara
-No ves la tristeza en su rostro porque ese hombre está herido, sabes bien que si él muere ella hará lo posible porque pagues por su muerte, mátalos a los dos y no evitamos malos ratos -la mirada de Raina estaba llena de odio
-Renier, hermano, soy tu hermana menor ¿estas dispuesto a matarme? – le gritó Kendra
-No eres nuestra hermana menor, a pesar de que tiene una belleza natural no te pareces en nada a nosotros, ¿o no te habías dado cuenta de lo diferente que eres?, tu no eres nuestra hermana biológica solo eres una niña adoptada y que desde que llegaste has estado quitándome la atención de todos y no quiero seguir viviendo así – las palabras de Raina hicieron sentir a Kendra terriblemente mal
-Kendra, eres la hija que mas amo y quiero que regreses a nuestra familia, dentro de poco la fortuna de Ibrahim se acabará y será el momento de que te alejes de él, sino nos deshacemos de él antes – recordó Kendra que le había dicho quien ella creía que era su madre hace algunos días
Ella se había casado con Ibrahim hacia cuatro años por orden de su familia, en ese momento odió a ese hombre como nunca y tuvo que hacerlo porque su madre lo había escogido por su excelente posición social y cuantiosa fortuna, lo que haría que la familia Smith creciera en importancia en la sociedad y sobre todo, sus finanzas.
Durante su matrimonio con Ibrahim Kendra intentó hacer que el se divorciara de ella en múltiples ocasiones, pero el amor que ese hombre sentía por ella lo hacia perdonarle cada desplante y cada desprecio que le hacía.
-Toda nuestra familia te ha estado mintiendo durante tantos años, sobre todo al hacerte creer que te queríamos, ya todo eso quedó atrás y por eso me alegra que aquí morirás y yo veré tu sufrimiento durante tus últimos minutos – se reía de una manera malvada
La familia Smith había adoptado a Kendra con la idea de casarla con Ibrahim y la habían criado egoísta y arrogante, solo para hacerle pasar un mal rato a la familia Brown, la cual odiaban tanto y querían quitarle su fortuna, por lo que no casarían a su preciosa hija con ese hombre, a pesar de que Raina amaba a Ibrahim en secreto desde hace mucho tiempo, ella siempre quiso ser su esposa y por eso comenzó a odiar a Kendra.
-Ya teníamos una segunda opción para casarte después de deshacernos de Ibrahim, pero has cambiado todo al enamorarte de ese hombre y querer perdonarle la vida, lo perseguiste hasta aquí para nada y ahora nos desharemos de ti matando dos pájaros de un tiro, así estarán juntos hasta después de la muerte – Renier apretó el gatillo, Kendra no movió ni un musculo esperando su final mientras Ibrahim se atravesaba para recibir el impacto
Le había salvado la vida, ese hombre al cual había odiado tanto y al que le había hecho la vida imposible se había interpuesto entre la bala y ella, Kendra nunca esperó que Ibrahim recibiera una bala por ella, sentía que no se lo merecía.
Raina se moría de celos al ver que a pesar de todo lo sucedido él había realizado un acto tan heroico por su hermana, ¿Qué tenia esa mujer que no tenia ella? ¿Cómo había logrado que ese hombre diera su vida por la de ella?
-Kendra corre, vete lejos – la sangre brotaba e Ibrahim cada vez se sentía más débil
Kendra intentaba detener la sangre que emanaba de la herida tapándola con sus manos, pero no había nada que hacer.
-Ibrahim no voy a ir a ningún lado, me voy a quedar contigo, te he hecho tanto daño y ahora te debo mi vida, debo quedarme a tu lado – las lagrimas corrían por las mejillas de Kendra
En ese momento un rayo traspasó el cielo iluminando la escena, se había decidido a hacer pagar a sus hermanos por lo que habían hecho, se levantó y los enfrentó, dio un paso hacia ellos, luego otro y después de tomar una respiración profunda Renier disparó dos veces, uno de ellos rozó su brazo.
Kendra sentía que no podía moverse y sin saber de donde sacó fuerza para irse encima de su hermana, le dio una cachetada que la tiró al piso y cuando Renier volvió a apuntarle, pero Kendra le levantó el arma, estaba como enloquecida.
El tamaño y la fuerza de Renier no se comparaba en nada con la de Kendra, así que la tomó por el cuello y lo apretó hasta sentir que su vida se diluía entre sus dedos, el rostro de ella era de odio y de insatisfacción.
Los últimos pensamientos de Kendra fueron dirigidos a Ibrahim, hubiera querido disculparse con él y que hubiera sido ella quien diera su vida por él, debía ser él quien luchara contra los que creía eran sus hermanos y debió disfrutar un poco mas lo momentos juntos, pensó en que diferente hubiera hecho las cosas si hubiera sabido todo lo que sabia en ese momento.
Sus ojos se fueron cerrando y de pronto sintió paz, ya no había ningún tipo de dolor ni de tristeza, se sentía como si estuviera quedándose profundamente dormida.
De pronto sintió que el aire le faltaba y aspiró profundamente, sentía un dolor de cabeza terrible y pensó que era terrible estar muerta, ¿no se suponía que no había ningún tipo de dolor en el mas allá?
Abrió los ojos y se sentía mareada, estaba desorientada, cuando miró a los lados notó que estaba en su habitación, estaba en la casa de la familia Smith, era esa habitación en la que había vivido durante tantos años y ahora le parecía tan irreal.
Se levantó y se acercó a la ventana, era una mañana hermosa y los destellos de sol entraban a la habitación suavemente, no entendía como había vuelto a ese lugar y cuando vio un almanaque que había en su habitación la fecha estaba marcada como el día que comenzaría su relación con Ibrahim.
Fue al baño se dio una ducha y se miró al espejo, se vio cuatro años menor, tenía tan solo 20 años y no creía lo afortunada que era en ese momento, estuvo unos minutos admirando su reflejo y no creía en lo que estaba sucediendo.
Tenia otra oportunidad, otra oportunidad de amar y ser amada, otra oportunidad para vengarse de esa familia que la estaba manipulando como si fuera un títere y ahora haría las cosas bien, debía pensar muy bien que paso daría y como.
Al pensar en Ibrahim su corazón comenzó a latir acelerado, buscó entre su closet y encontró el vestido perfecto para la ocasión, estaba lista cuando escuchó la vos de Amira detrás de la puerta.
-¿Kendra ya te levantaste? – esa voz era tan suave, esa era la voz de la mujer que había sido su madre por veinte años
-Madre deja de malcriarla, dile que se apure, Ibrahim pronto llegará – la voz de Raina era todo lo contrario, era chillona y fastidiosa
-Raina recuerda que Kendra es tu hermana menor, deberías ser mas condescendiente con ella y pronto se irá a vivir a la casa de la familia Brown, no sabes lo triste que me hace pensar en eso – esas palabras la habían conmovido anteriormente, pero ahora sentía que estaban vacías
Durante ese tiempo Kendra hacia todo lo que su madre decía y dejaba que tomaran decisiones por ella así no le gustaran, aunque a lo único que se opuso fue a su matrimonio con Ibrahim, pero al final terminó aceptándolo y viviendo con él.
Kendra abrió la puerta y Amira la miró con ojos llenos de amor, la hija sonrió, pero parecía perdida su mirada no era la misma de siempre, estaba como indiferente y la madre lo notó.
-Kendra ¿te sientes bien? ¿Por qué me miras así? – Amira no entendía absolutamente nada del nuevo comportamiento de Kendra
-¿Qué te sucede? ¿Por qué miras así a nuestra madre? – comenzó a preguntar Raina
Kendra miraba a Raina con odio y dio dos pasos hacia ella haciendo que esta retrocediera con un poco de miedo.
-¡Mamá! Kendra esta enojada nuevamente conmigo, no sé qué le sucede – Raina se hacia la víctima con su madre
-Se calman las dos, ya dejen de comportarse como niñas – las regaño Amira
Amiro tomó dulcemente la mano de Kendra para tranquilizarla pensaba que su comportamiento era el resultado del cambio que habría en su vida desde ese día, por lo que la joven tuvo que respirar profundo y mantenerse serena para no quitarle la mano de inmediato.
-Kendra, se que no es justo que te cases con Ibrahim, pero sabes que ya es una decisión tomada y ya se ha hablado con él, tu padre cree que es lo mejor para nuestra familia y si no te casa puede que nos deje en la calle, no creo que acepte que lo desprecies de esa manera – Amira trataba de convencer a Kendra y de hacerle creer que Ibrahim era el malo en toda esa historia
Al escuchar a Amira hablar Kendra comenzó a entender porque siempre pensaba que su madre le ocultaba algo, ella siempre le decía que Ibrahim era malvado y que no había nada que la familia Smith pudiera hacer para evitar su matrimonio.
-Entiendo madre – fue lo único que respondió Kendra a las palabras de Amira
Era la primera vez que Kendra interrumpía a su madre, siempre escuchaba y prestaba atención a todo lo que le decía, la joven bajó las escaleras.
-Me casaré con él – dijo en voz alta sin mirar a las personas que estaban detrás de ella
Amira no creía en las palabras de Kendra y Raina sentía unos celos horribles porque seria su hermana quien se casará con Ibrahim y no ella, no entendía porque él había escogido a la inútil de su hermana desde un principio ya que todos sabían lo malcriada y terrible que podía ser Kendra cuando se lo proponía.
-Señora, el señor Brown ha llegado – dijo el mayordomo
Al escuchar esas palabras Kendra perdió toda la compostura y salió corriendo a ver a Ibrahim, en su vida anterior ese día él había llevado un montón de regalos a la familia, pero eran codiciosos y nada de lo que les dio pareció llenar sus expectativas, todo lo que querían era destruir a la familia Brown.
Kendra solo pensaba en proteger y cuidar a Ibrahim a toda costa, el hombre iba a entrar a la casa cuando la vio parada en la puerta, ella llevaba un hermoso vestido de color azul claro que contrastaba con el azul de sus ojos y hacia resaltar el amarillo de su cabello.
Él llevaba una camisa del mismo color que el vestido de ella y un pantalón negro, toda su ropa era a medida y hacia resaltar todos sus atributos, era un hombre alto y fornido, además de ser bastante guapo, todas las mujeres suspiraban cuando lo veían pasar.
En la mirada de Ibrahim había una llama que solo era encendida por la cercanía de Kendra y había quedado impactado al ver que estaban vestidos prácticamente iguales, lo cual había sido planeado por ella al recordar ese día a la perfección.
Ibrahim levantó su mano y acarició la mejilla de ella sin que ella se moviera ni un milímetro, aunque no entendía por qué la mujer que tenía delante estaba con los ojos llorosos, se asombró al ver que ella no se alejaba, ni él ni su asistente entendían que había sucedido con la chica que se negaba a casarse con él.
Raina iba detrás de Kendra y al verla tan dócil frente a él casi que muere de la rabia, quería ver a su hermana hacer una rabieta o hacer algo que la desprestigiara ante ese hombre, pero se llevó una sorpresa al verla, en realidad parecían una pareja terriblemente enamorada.
-Señorita Smith… - él no sabía que decirle
-Viniste a buscarme ¿cierto? Entonces vámonos – ella lo tomó por el brazo y no dejó que entrara a la casa
-¿No vas a despedirte de tus padres? – tenía una voz muy masculina que la derretía
Él había ido a buscarla personalmente para que ella supiera cuanto la quería, había escuchado que la hija menor de los Smith eran la mas consentida y la más protegida, quería hablar con ellos y que supieran que la iba a respetar en todo momento, además de intentar hacerla la mujer más feliz del mundo.
Kendra no quería que Ibrahim pasara un segundo en esa casa, él no merecía que ellos lo trataran con hipocresía y lo hicieran sentir como si de verdad lo respetaran.
-Me gustaría ir a desayunar, tengo muchísima hambre ¿Por qué no comemos juntos Ibra? – ella lo estaba tuteando, ¿desde cuándo ella lo tuteaba?,
Alguien había cambiado a la chica que tenia del brazo y eso le generaba una gran desconfianza, pensaba en que lo quería llevar a un lugar público para hacerle pasar alguna vergüenza o tal vez lo atacaría, se sentía preocupado o solo sería que esa chiquilla quería escapar de esa casa en donde solo había maltratos ocultos y le hacían pensar a los demás que trataban bien a esa joven.
-Creo que será mejor que vayamos a casa y comas allá – habló Ibrahim mientras se dirigían al auto
Su asistente que lo acompañaba aceptó y se fueron de inmediato, Amira estaba furiosa al ver el comportamiento de Kendra, ella quería ver cómo era Ibrahim para saber cómo podría manipularlo en el futuro.
-Mamá, ¿Qué fue lo que sucedió? Kendra se fue sin siquiera despedirse, ¿no se suponía que ella no quería casarse con ese hombre o era todo una actuación para hacerse la mártir? – fueron las palabras de Raina
-No te enojes con ella, ya comenzaré a buscar un hombre mas poderoso que ese para que sea tu marido y vivas mejor que tu hermana – le tenia las manos agarradas a su hija y le hablaba con cariño
El teléfono sonó y cuando contestó era Renier quien llamaba para avisar que había llegado y que estaba en el aeropuerto.
-Ya voy para la casa, cuéntame, ¿ya Ibrahim fue a buscar a Kendra? ¿Cómo fue el escándalo que hizo? – toda la familia estaba a la espera del mismo resultado
-Ya vino y Kendra se fue con él sin siquiera despedirse, parecía muy feliz, hasta parecían enamorados – fue la respuesta de la madre
-No puedo creer que Kendra de haya comportado así – Renier al igual que todos en esa casa no entendía lo que había sucedido
Nadie entendía que le había sucedido a Kendra y porque había dado ese cambio tan drástico, seria alguna treta de ella para después hacer sentir mal a Ibrahim, esa chica que había salido de esa casa no parecía la joven que ellos habían visto crecer.
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