La vida de la gente siempre es cómoda o al menos, lo intenta. Beber un café en la mañana, trabajar en las tardes, tener hijos, cuidarlos y abrazar una familia.
Pero ese no es mi caso.
Para la basura como yo, somos una plaga en la sociedad, una mancha en los mapas que debe ser limpiado y un estorbo a la vista, una existencia que muchos ignoran pero que sigue presente en el día a día, así es, yo no nací en una familia "cómoda".
Nací un jueves del año 90, en la noche, de una mujer prostituta que simplemente no tenía manera de alimentarse más que del dinero de sucios lobos. Pero no la juzgo, porque prefirió abrazarme en lugar de echarme a la basura y conforme crecí, me di cuenta de lo difícil que era para ella criarme sola. Sin un hogar estable y buscando comidas en las calles, yo fui capaz de adaptarme a este sucio mundo con la mirada de todos sobre mí con lástima y pena. Cuando tenía 10 años, robaba pan de las tiendas con el temor de que otro policía me golpeara, pero era muy ágil y conocía las calles como la palma de mi mano, así que era sencillo meterse bajo una alcantarilla junto a un hospital para que me dejaran tranquilo.
Sé lo que piensas y si, también guardaba la mitad del pan a mi madre.
Pero también me di cuenta de que mi madre ya no era la misma mujer joven, sus manos se llenaron de manchas, su rostro se llenaba de arrugas y su cabello se volvía blanco, así que su apariencia hizo que fuera más difícil de trabajar. Esto hizo que me planteara seriamente en trabajar a los 15 años pero como nunca fui a la escuela, mis opciones eran escasas.
— No lo hagas, dejame a mi traer dinero.
— Oh Patrick..
Ella me sonreía con pequeños hoyuelos mientras me hacía una seña hacia su regazo, y por supuesto, yo me inclinaba y colocaba mi cabeza mientras ella me acariciaba el cabello con ternura, incluso si sus manos se veían frágiles, su tacto siempre fue con cariño. Para una mujer que trabajó en la calle, nunca le faltó amor.
—Déjame trabajar, por favor. —Volví a suplicar. — No tienes que seguir yendo al burdel, conocí a un chico que vendía ..
— Patrick..
Fui silenciado por su tono de voz.
— ¿Si?
— No quiero que hagas nada ilegal. Si me estoy esforzando es porque quiero que estudies, aunque todavía me cueste un poco juntar el dinero.
Mi madre recibía poco al día, incluso con monedas, le tomará otros 20 años más para pagarme un año de escuela. El simple hecho de pensarlo, me hacía sentir muy frustrado, yo ni siquiera quería estudiar, quería dinero suficiente para comprarle medicina, a ella le tiemblan las manos y su espalda empeora, así que simplemente asentí con la cabeza, pero crucé los dedos en mi espalda.
— Si, madre.
No lo cumplí, por desgracia.
Para cuando tenía 20 años, ya todos en las calles me conocían por vender mi famosa harina y el precio de varios adictos me hizo ganar algo de dinero. Sé que estaba mal, pero yo olvidaba tan rápido la culpa cuando pude comprarle a mi madre unas pastillas del dolor, aunque ella me preguntaba de donde yo sacaba el dinero, tuve que respirar profundo y sonreír: Lo encontré en la basura.
El tiempo pasó, y con el dinero que yo juntaba, pude comprarle medicina y algo de comida. Pero el aspecto de mi madre empeoraba y yo sabía que el medicamento no serviría para siempre, así que me puse una meta de reunir lo suficiente para llevarla con un doctor. Estuve así durante unos 10 años más, pero lo que no sabía, es que meterte en el mundo de la gente peligrosa, puede traerte peligrosos problemas.
— ¿Patrick? ¿A dónde vas?
Yo arrugué una hoja que tenía en mi mano y rápidamente la oculté en mi bolsillo para sonreírle a mi madre.
— Iré a comprar más medicamentos, creo que se acabaron los que te aliviaban el dolor de espalda.
— Si, ya no me queda mucho. Si vas a la tienda, cómprame un helado, hace mucho que no suelo comerlo.
Yo sonreí, sabía muy bien que a ella le gustaban los dulces.
— Claro, ya regreso.
Salí por la puerta de madera rota y luego yo caminé por las calles abandonadas. La nota que me dejaron en la entrada me hizo preocupar, la persona que se encargaba de darme el producto me ha dicho que ya no me necesita. Todo normal, hasta que leí la palabra "cuídate" como si fuera una advertencia y no una despedida. Decidí no preocuparme por eso e ir a la tienda a comprar helado.
Pero cuando regresé a casa..
— Ma...
Había un charco de sangre en el suelo, yo solté el helado mientras mi respiración estaba entrecortada, no lo podía creer. El cuerpo inerte de mi madre yacía sobre la sangre, yo me quedé en silencio por un momento tratando de pensar que era una broma, una pésima y horrible broma. Tome la mano de mi madre e intenté despertarla.
— Mamá, despierta, te traje tu helado..
Pero ella no se movía.
No había más que un silencio eterno, las lágrimas caían por mis mejillas mientras mi respiración se volvía más agitada.
— Mamá..
Solo en ese momento que ella había partido de este mundo, es que me di cuenta que ella había muerto. Grité, sostuve su cuerpo en mis brazos como si me hubieran arrancado una parte de mi alma. Estuve llorando algunos minutos, rezando a los cielos que alguien me ayudara pero cuando la puerta de mi casa se abrió, yo me giré, era la policía.
— Por favor, ayuden..
Ni siquiera pude pronunciar algo porque los policías me tumbaron al suelo con fuerza. Les pregunté que estaban haciendo y ellos solo se comunicaban entre ellos para llamar refuerzos.
Hubo un momento en que mi rostro estaba contra el suelo y yo no podía hablar.
— Pobre.. mató a su madre.
¿Qué? ¡No! YO NO LO HICE.
Fue lo que pensé en ese momento, había un enorme malentendido y ahora los policías me estaban acusando a mí de matar a mi propia madre. Intenté hablar, pero todo fue en vano, por meterme con personas equivocadas, terminé llevando a mi madre a la muerte.
Traté de ser sincero pero incluso el abogado que estaba a mi cargo negó con la cabeza.
— Solo acepta el homicidio, no hay mucho que defender.
Yo me abalancé a él con las manos esposadas. Los policías rápidamente me detuvieron.
— Eres un maldito, se supone que debes trabajar para mi y aclarar mi inocencia.
Él se arregló la ropa mientras se limpiaba los lentes, los policías seguían sosteniéndome con fuerza.
— Bueno, a nadie le va a importar si tú acabas en la cárcel o no, la gente que vive en las calles no son más que plagas para el gobierno. Solo ve a la cárcel y admite tu crimen, por cierto, te dejaré mi factura con mi asistente.
Solo ahí es que todo se volvía claro para mi.
Dinero, dinero y más dinero.
Toda mi infancia observé como mi madre se rompía la espalda trabajando por dinero, incluso cuando ella enfermó, necesitaba dinero y ahora si yo quiero demostrar mi inocencia mediante un abogado, solo lo conseguiré con dinero.
Levanté la mirada hacia la ventana para mirar al cielo, este mundo era cruel para la gente que vive en la calle y sin ningún derecho, no podemos conseguir nada si no es con dinero, incluso si queremos ser tratados como humanos, se necesita dinero. En ese momento una enorme ira comenzó a formarse en mi pecho.
Enojo, ira, furia..
Un mundo corrupto, un mundo asqueroso, un mundo cruel que yo comencé a odiar.
Antes del juicio, observé como un hombre en traje le entregaba un maletín al juez, por supuesto, ahora soborno. Ni siquiera hablé cuando el juez me dictó pena de muerte, una ley que no se aplicaba desde hace 30 años. Y solo la aplican cuando hay dinero de por medio. Yo comencé a reír, este mundo realmente me odiaba, tanto yo como el.
Cuando los doctores levantaron la inyección letal frente a mí, uno de los policías se acercó a mi camilla.
— Sus últimas palabras.
Si iba a morir siendo inocente, al menos quería desahogarme, decir todas las palabras que estaban enterradas en mi corazón.
Ante la mirada de varios espectadores detrás de un vidrio, yo tomé un fuerte respiro.
— Odio este mundo corrupto y sucio donde los dioses solo se sientan a observar —Yo solté una larga y profunda risa— ¡Si vuelvo a renacer, me aseguraré de matar a todos yo mismo!.
Mi voz fue cortada cuando la inyección entró a mi piel y una sensación de ardor empezó. Mi corazón comenzó a latir con fuerza y sentí como mi cerebro poco a poco se dormía, mi visión se volvía borrosa, mi mente dejó de pensar, ya no podía mover mi cuerpo.
¿Así se siente morir?.
Mi visión se oscureció.
Mi cabeza cayó hacia atrás.
Y finalmente había muerto.
Lo que no esperaba, es que cuando abrí los ojos frente a mí, había un niño sonriéndome.
No, un ente.
Abrí los ojos para encontrarme en un plano que no era el cielo ni el infierno. Todo a mi alrededor era tranquilo, rodeado de un cielo azulado con nubes, sin embargo, me sorprendió cuando yo agudicé la mirada en el suelo, porque al fondo se podía escuchar varios lamentos de dolor y, por otro lado, no había más que pájaros cantando muy alto hacia arriba.
No tenía que ser inteligente para distinguir cuál era el cielo y cuál el infierno.
— ¡Hola!
Me di cuenta de que había un niño frente a mí. Tenía rizos dorados y una sonrisa infantil, supongo que tiene la edad de unos 8 años.
Yo miré a los lados, soy el único que está aquí.
— ¿Dónde estoy?.
— Que grosero, al menos intenta ser amable y cordial al saludar.
El niño parecía ofendido por mis palabras tajantes, pero aún así se veía como un simple niño. Yo suspiré, supongo que mostrar algo de amabilidad en mi muerte no saldrá nada malo.
— Hola.
— Así me gusta, ahora, preguntaste donde estas. Dejame presentarte…este .. bueno, no tiene un nombre, pero los humanos lo llaman limbo.
¿Limbo?
Yo volvi a levantar la mirada a mi alrededor, es cierto que este lugar era impresionante, una vista que no todos podían ver, salvo las almas que dejaban el mundo terrenal.
Si no mal recuerdo, el limbo era un plano que no está en el cielo ni el infierno, un lugar donde pasan las almas antes de ser juzgadas, ¿Soy un alma ahora?. De ser así, todo parece tan surrealista.
— Si, eres un alma.
Me quedé quieto por un momento.
Ni siquiera pronuncié nada cuando él respondió, supongo que también sabe lo que estoy pensando. Si me va a juzgar, entonces.. ¿Es la muerte?.
— No, no soy la muerte.
Yo suspiré con molestia.
— Sería más agradable que respondas mis preguntas en lugar de escuchar todo lo que yo estoy pensando.
Él seguía sonriendo.
Sonriendo tanto que hasta era perturbador.
— Seguramente te estas preguntando que va a pasar a continuación.
Cambió de tema tan repentino.
— Si, iré al infierno, ¿verdad?.
Yo no fui una santa paloma, lo admito. Robé, estafé a personas, mentí varias veces y aunque no hice algo tan desagradable como matar a alguien, lo hubiera hecho sin pensarlo dos veces si eso significaba conseguir dinero. Si, soy una basura que se excusa de que con el dinero bailan los monos pero como una persona que nació en la calle, no tenía más opciones. El mundo gira en torno al dinero, desde el trabajo, las amistades e incluso la familia. Nadie me ayudó cuando yo lo necesitaba, yo solo.. odié a todos con su mirada de lástima y pena.
El niño de pronto me señaló.
— Necesito esa ira.
— ¿Ah?
— Dejame explicarte porqué estas aquí.
El niño comenzó a caminar de un lado a otro mientras me explicaba.
— Mi nombre es Seraff, soy un Dios encargado de un mundo ajeno a la tierra que conoces. Verás, en la tierra donde perteneces hay muchos Dioses a cargo de los humanos, incluso por jerarquía. Hay distintos mundos a parte de la tierra y yo estoy a cargo de un mundo que no es la tierra.. un mundo que me asignaron.. un mundo en el que me ataron.
Que raro, habla con una sonrisa de que él está a cargo de un mundo pero se escuchó una extraña sensación de ...
Odio.
Intenté aligerar el ambiente.
— Entonces, eres un .. ¿Dios?. —Pregunté.
Él asintió con la cabeza.
— Ah, ¿es porque me veo como un niño? No te preocupes, solo es una forma para mostrarme ante a ti. Si yo te muestro mi verdadera forma, estarías muy asustado.
Me quedé en silencio por un momento.
Por un segundo no me atreví a contestar, sus palabras solo hicieron que mi curiosidad se borrara. Dejémoslo así, no quiero ver su verdadera forma.
— ¿Y qué quieres?. —Volví a preguntar.— Dijiste qué querías mi ira, ¿A qué te refieres con eso?.
— Lo que dije, necesito tu ira. Verás, el mundo que yo gobierno no es como la tierra de la que vienes, no tiene tanta tecnología, en su lugar, el mundo de Aircraft está llena de magia debido al maaná del suelo. Eso es porque en lugar de dinosaurios, nosotros teníamos dragones. Y los dragones cayeron a la tierra al morir donde su maaná se esparció, por eso la gente usa magia.
Todo parece tan irreal.
Un mundo que no es la tierra, Dioses a cargo de varios mundos, si yo estuviera hablando de esto con otra persona, me estarían llamando loco.
— Sigo sin entender el motivo de mi presencia.
Él rió.
— En el mundo de Aircraft, un ser nació cuando una gota dorada cayó al suelo, los Sacerdotes del Templo se sorprendieron cuando de esa gota nació un bebé. Lo llamaron "la lágrima de Dios". Se dice que ese niño fue congelado para cuando el mundo esté en caos, es decir, nació un héroe. Y yo necesito que tu seas ese héroe.
— ¿Qué?.
¿Un héroe? Literalmente fui una bazofia en mi mundo y él quiere que alguien como yo tome ese puesto, un alma condenada al infierno. Ni siquiera sé si lo merezco.
— ¿Y si me niego?.
La sonrisa del niño se esfumó.
Y comencé a sentir que todo estaba yendo de mal en peor.
Con un simple chasquido de los dedos, enormes cadenas emergieron de donde se escuchaba los gritos de lamentos y me rodearon de manera sofocante. Todo quemaba, todo dolía pero ni siquiera tuve voz para gritar de todo lo que estaba sufriendo.
— Es sencillo. —Explicó Seraff.— Solo te regreso a donde tu alma debía ir, al tercer círculo del infierno. Gracias a mí es que yo tomé tu alma antes de que descendieras, no pensé que los humanos de la tierra terrenal fueran tan idiotas incluso muertos.
La mirada de Seraff de un niño gentil había cambiado, ahora me miraba como si yo fuera peor que una hormiga y parecía tener el poder suficiente de hacerme sufrir por la eternidad. Incluso si se me hacía un nudo en la garganta hablar, yo comencé a suplicar en mi mente.
¡De acuerdo! ¡Lo haré!
Con esas simples palabras, las cadenas desaparecieron y el dolor cesó. Era como si aquel sufrimiento no era más que un sueño. Pero no era así, todo esto era real, yo había muerto, yo era un alma y el ente frente a mi era el Dios del mundo de Aircraft. Luego de aquello, supe que todo esto era una nueva realidad para mi.
Sin embargo, me fue imposible no fruncir la mirada de molestia, no puedo oponerme o eso significa que yo sufriría.
Estoy atado a sus manos.
— Bien, me convertiré en ese héroe que tan quieres pero no esperes que yo me comporte como tal. —Hablé en un todo de advertencia, si al menos me iba a encerrar en su mundo, yo iba a escoger mis acciones.
Seraff volvió a sonreír, mostrando nuevamente esa mirada dulce de niño inocente.
— No te preocupes, de hecho, no me importa lo que hagas en Aircraft.
— ¿No?.
— No, solo necesito que hagas algo por mi. En mi mundo se han camuflado ciertos demonios con apariencia humana, incluso de otros seres mágicos, estos demonios están destruyendo mi mundo por dentro, solo quiero que los busques y.. les arranques el corazón.
Que fuerte.
Entonces básicamente solo me quiere usar como un cazafantasmas o algo así pero ¿Era necesario que me haga reencarnar en un héroe?.
— Si, porque el cuerpo del héroe tiene ventajas en el uso de la magia, no necesitarás conjurar magia ni escribirla, porque el cuerpo del héroe es la lagrima de Dios, así que compartí un 2% de mi poder en ese cuerpo.
Ni siquiera pregunté y ya me estaba respondiendo conforme yo pienso. Es un poco perturbador que esté escuchando todo, incluso esto. De cualquier manera, no parecía una tarea difícil, solo tengo que arrancarle el corazón a los demonios que han tomado formas humanas.. o mágicas.
— ¿Como sabré donde están los demonios si están escondidos?.
— Dejaré una especie de brújula en tu mano izquierda, es invisible y estará en tu piel, los podrás encontrar fácilmente.
Me di cuenta de algo.
— ¿Y por qué no lo haces tu? Es decir, eres un Dios, tienes el poder suficiente para hacer lo que quieras en este mundo, no?.
Él niño volvió a negar con la cabeza.
— Los Dioses tenemos restricciones a los mundos que nos otorgan, no podemos involucrarnos con los seres humanos. Además, si yo quiero ocasionar algo, solo será un beneficio en mi mundo.
— ¿Algún ejemplo? Me cuesta un poco entender un poco sobre las acciones de los Dioses.
Seraff se puso un dedo bajo la barbilla para pensar, quien diría que con ese rostro de niño me amenazó con enviarme al infierno.
— Si quiero que los humanos se ahoguen, el agua que yo envíe a Aircraft se convertirá en lluvia en algún campo con sequía. Todo lo que yo haga será en beneficio del mundo, incluso para los demonios.
Comienzo a entender porqué necesita a alguien que eliminé a los demonios por él.
— Con respecto a la ira que mencionaste..
Ni siquiera terminé de hablar cuando él me interrumpió y como siempre, dejándome sin palabras.
— La anterior alma del héroe la destruí porque era muy gentil.
Yo me quedé perplejo, otra vez hablaba de cosas realmente fuertes con una sonrisa, como si fueran solo cosas banales para él.
¿Realmente puede destruir almas?.
— No te preocupes, yo no puedo destruir tu alma porque no perteneces a Aircraft, pero si puedo enviarte al infierno.
Yo rodé los ojos.
— Que alivio. —Hablé en tono sarcástico.
Él volvió a reír.
— Retrocedí el tiempo porque el héroe, Luminor es acusado de asesinar al Rey y como un hombre llorón, murió, no importa cuantas veces lo intente, él ha muerto una y otra vez por la misma situación. Así que destruí su alma y traje el alma de alguien de otro mundo. Por eso necesito tu ira, necesito que mates sin piedad.
Lo dice como si solo quisiera a una marioneta para que cumpla con sus objetivos. Podrá ser un Dios que han encargado en este mundo, pero realmente tiene una actitud un tanto aterradora.
— Haz lo que quieras en este mundo, te doy mi permiso. Mata, quema, roba, haz todo lo que tu alma hambrienta siempre deseó, mientras mates a esos demonios, tienes mi permiso.
Seraff se alejó dando saltos como un niño que estaba de buen humor. Luego giró su mirada para verme de reojo.
— Te estaré observando~
Y pronto, mi visión se oscureció con el sonido de sus chasquidos.
Mi cuerpo se sentía cómodo, sobre un montón de pétalos de distintas flores. Mis manos estaban cruzadas sobre mi pecho y el cabello blanco largo era del mismo color que mi ropa. Finalmente abrí los ojos pero mi sorpresa fue cuando me di cuenta que yo estaba en un ataúd de cristal. Un ataúd decorado con perlas blancas y pequeñas figuras de palomas doradas.
Solo levanté la tapa del ataúd de cristal y esta cayó al suelo, rompiéndose en mil pedazos. Yo me senté y coloqué la mano sobre mi cabeza, era como si todo lo que hubiera sucedido era un sueño, como si nunca hubiera muerto. Pero mi sorpresa fue más grande cuando observé mis manos pálidas y el cabello blanco. Me toqué el rostro, definitivamente no era Patrick.
No, Patrick había muerto hace mucho.
Con aquella inyección letal, luego de que se le acusara injustamente por haber asesinado a su madre. En esta vida, ahora soy...
— ¡Señor Luminor!
— ¡Sagrado Dios, ha despertado!
Miré a mi alrededor solo para encontrarme en una especie de capilla. Había varias columnas, altares con flores, estatuas y en la pared, una pintura de un hombre que sonreía y sostenía la manos de varios niños que caminaban en un campo de flores. Ahí abajo, estaba el nombre.
A nuestro Dios Seraff
— Entonces aquí te rezan Seraff, y tienen una imagen muy distinta a la que me mostraste, maldito niño controlador.
Las palabras salieron de mis labios sin pensar, por lo que yo tuve que colocar la mano sobre mi boca, solo en caso de que él me escuchara.
Un momento, ya no soy un alma, no creo que él pueda escuchar mis pensamientos ahora que estoy dentro de un cuerpo.
¿O si?.
Da igual, estúpido niño controlador.
En pocos minutos, la capilla se llenó de muchas personas que parecían alegrarse que yo haya "despertado". Presté atención a mi alrededor y a cada palabra de lo que decían los demás, al parecer, hay una profecía que menciona el despertar de la lágrima de Dios, es decir, yo. Cuando la lágrima de Dios despierte, es porque el mundo está atravesando una crisis donde yo tendré que usar mis poderes para ayudar a la humanidad.
Que ridículo.
Seraff lo dijo él mismo, tengo su permiso de hacer lo que yo quiera mientras yo me deshaga de los demonios. Luego, yo dejé escapar una profunda y ronca risa, lo suficiente audible para que todos centraran su atención en mí.
— Pueden empezar a olvidar toda esa porquería de profecía, no me interesa y no tengo interés alguno por la humanidad.
La gente se quedó en silencio y comenzaron a murmurar. Algunos creyeron que yo era un impostor, otros que yo había perdido la cabeza, de cualquier manera, hace mucho que el verdadero Luminor fue destruido por Seraff. Ahora empezará una nueva era conmigo siendo el verdadero protagonista.
Cuando yo junté mis manos, una energía comenzó a cosquillear mis dedos. Lo sentía, era la magia que Seraff estaba hablando, el maaná otorgado por los dragones hace miles de años. Un pequeño remolino de fuego comenzó a formarse entre mis manos, yo me quedé absorto por lo que yo podía crear en pocos segundos. El remolino comenzó a crecer, lo suficiente para que comenzara a quemar la capilla. El fuego se expandió rápidamente por las cortinas y los asientos de madera, no pasó mucho para que la gente comenzara a gritar y a huir de mí.
Con eso bastará, espero que ya no me consideren un héroe.
Pero el remolino empeoraba con cada segundo, no supe la magnitud de mis poderes, mucho menos pude controlar las llamaradas a través de mis manos. Salí de la capilla solo para ver cómo todo el Santuario se incendiaba. El fuego quemaba los árboles y las estructuras, incluso el fuego logró derretir el metal de algunos altares. Todo era un caos, los gritos, las llamadas de auxilio, los pocos magos que conjuraron hechizos de agua en el suelo para apagar el incendio.
¿Sentí culpa?.
Por supuesto que no.
— No pienses que tendré un mínimo de respeto por tus símbolos, Seraff.
Yo sonreí, orgulloso de lo que yo podía crear con mis manos. Sin embargo, no sabía que yo podía tener un límite, tuve que inclinarme en el momento que yo comencé a vomitar sangre. Mis manos se mancharon de sangre luego de haber explotado casi todo el maaná de mi cuerpo. Si tuviera que describirlo, creo que sería como la resistencia de un cuerpo humano. De la misma manera que un atleta cuyas piernas no pueden seguir moviéndose luego de correr largos kilómetros. Me sentí paralizado luego de usar una inmensa cantidad de poder. Aún así, no podía seguir aquí, no cuando las estructuras comenzaban a caer.
Yo dejé las manos sobre mi estómago mientras yo comenzaba a avanzar. A donde sea, solo necesitaba descansar lejos de aquí.
Mis pasos eran lentos, por un momento sentí que todos los músculos de mi cuerpo se retorcían. Cuando logré abandonar el Santuario, simplemente me adentré al denso bosque frente a mí.
Enormes árboles me rodeaban, no habían pájaros de colores como en la tierra, habían aves mucho más grandes, algunas parecían ser razas combinadas entre Iguanas y Águilas, animales completamente nuevos para mi. Incluso los jabalíes eran de color púrpura.
— A veces me cuesta creer que esté es un mundo de fantasía. Apenas siento que ayer estaba hablando y riendo con mi madre.
Fruncí el ceño, no debo ponerme sentimental en un momento así, no puedo darme ese lujo nunca más.
— Patrick murió y tus sentimientos también.
Avancé un poco más por el bosque sin rumbo. Todavía no entendía como funcionaba el maaná en este mundo o como sanar pero a medida que yo caminaba, mis músculos comenzaron a ser flexibles otra vez. Cuando comenzó a caer el atardecer, encontré una bolsa junto a unos troncos y cenizas. Era como si alguien hubiera acampado aquí hace poco.
Solo me alegré encontrar algo de ropa oscura y una espada, al menos podía quitarme este traje blanco que representaba al Santuario.
Una vez que yo cambié mi ropa a un traje negro, yo tomé la espada para examinarla. Tenía un filo impresionante, incluso si yo pasaba mi dedo, podría fácilmente cortarme. Las espadas ya no se fabricaban en la tierra, quedaron en el pasado como hechos históricos pero en este mundo era común usarlas, estoy seguro que deben haber otras armas poderosas.
Una vez que yo moví la espada entre mis manos, me impresionó la agilidad de mis dedos. Parece que esté cuerpo era veloz y por el físico, puedo correr largas distancias, mientras no agote mi maaná, por supuesto.
— Se vé que este cuerpo fue fabricado con el 2% del poder de Seraff.
Es un hecho que tengo ventaja en este mundo, sin embargo, necesito aprender más de Aircraft si quiero sobrevivir aquí. Si cierro los ojos y me pongo a urgar en mis memorias, hay recuerdos borrosos que fueron dejados en este cuerpo, por ejemplo, estoy seguro que puedo leer y hablar el idioma de aquí, muy diferente al de la tierra.
Mientras yo seguía asimilando todo en el bosque, me sorprendió escuchar una explosión de lado del Sur.
— No es el Santuario porque era del Norte.
Parece que yo no era el único que estaba ocasionando caos. Por mera curiosidad, yo envainé la espada a mi cintura y yo comencé a caminar hacia el lugar donde había sucedido la explosión.
Tardé alrededor de 20 minutos en llegar.
Esta vez no era el Santuario, un pueblo en medio del bosque estaba siendo incendiado. Unos hombres con sombreros y sobre caballos, lanzaban flechas con fuegos para incendiar los hogares de casas de paja. Las personas corrían y huían, otros morían debido a las flechas.
— ¡Ah!
Me sostuvé la mano izquierda con fuerza cuando un nombre comenzó a grabarse en el dorso.
Ximilyn Blinxa
Una flecha sobre mi mano comenzó a guiarme.
Ya recuerdo, debe ser los demonios que Seraff mencionó, debo encargarme de ellos. De lo contrario me enviarán al infierno. Desvainé la espada en mi mano y yo comencé a caminar hacia el pueblo que seguían en llamas. Mi cuerpo se había regenerado luego de agotar el maaná pero será mejor no usarlo por ahora. Si quiero usar la magia apropiadamente, debo asegurarme de aprender.
Cuando llegué al pueblo, las casas seguían incendiándose, el humo atravesaba el cielo nocturno, el olor a sangre y muerte era innegable. Pero no pude dejar que eso me distraiga. Avanzando entre los cuerpos, abrí los ojos cuando la flecha en mi mano me guió a dos personas.
A una mujer que estaba inconsciente y a una niña que lloraba a su lado.
— Esta escena..
Aquella imagen se distorsionó en mi cabeza, como si Patrick estuviera abrazando a su madre, rogándole al cielo por ayuda. No era diferente de la niña que abrazaba y lloraba junto a su madre, herida en el suelo.
Me quedé paralizado.
Y mi agarre sobre la espada comenzó a aflojarse.
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