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Mi Pequeña Omega

capitulo 1

Hola, es un placer conocerlos. Mi nombre es Selene, tengo 17 años y vivo en Suecia con mis esposos. Esta es mi historia.

Para explicar bien esta trama, tenemos que remontarnos unos años al pasado.

El pasado

La verdad es que no recuerdo mucho de mi niñez. Lo único que tengo son recuerdos vagos e inconsistentes. Vivía en Estados Unidos con mi madre, en una cabaña en medio de un bosque, muy alejada de las demás personas. Solo estábamos ella y yo, y la verdad es que nuestra relación no era muy buena que digamos. Siempre se mostraba muy distante y, en algunas ocasiones, hostil. Pero en aquel entonces era mi madre y era lo único que conocía.

Cuando tenía 5 años, se suponía que debía ir a la escuela, pero no fue el caso. No iba como los otros niños, ni tampoco me educaban en casa; yo solo existía. Hasta que un día, unas personas llegaron a la casa y de repente empecé a ir a la escuela.

Ahí conocí muchas cosas y me gustaba aprender. No tenía muchos amigos, pero era divertido. En esos momentos de diversión en la escuela me empecé a dar cuenta de que, por alguna razón, mi vida no era como la de los otros niños. Mientras los demás hacían fiestas de pijamas en casa de sus amigos, yo no. Cuando otros jugaban en el parque, yo estaba sola en casa. Había muchas otras cosas que no me gustaban. Quería hacer amigos y salir a jugar, pero ella nunca me dejó y se enojaba mucho conmigo.

Poco a poco, el mundo y las personas se alejaban de mí. Y así, las personas se alejaban de mí. Pero fueron pasando los años y, a pesar de que estaba acostumbrada a estar sola, mi vida era triste y deprimente. Pasaron unos cinco años en total, en completa soledad. Cuando estaba en sexto grado de primaria, a mi clase llegó una chica nueva que se llamaba Kira Evans.

Ella era un poco rara, pero se veía que era una buena persona. Un día habló conmigo, lo cual me pareció extraño, pero había algo en ella que me hacía confiar. Poco a poco, fuimos entablando conversación. Cada vez hablábamos más y, sin darnos cuenta, nos hicimos amigas.

Kira era como la puerta hacia mi libertad. Ella me ayudaba a hacer cosas que mi madre no me permitía. Me enseñaba lugares, me contaba historias. Y a pesar de que me alegraba, me hacía sentir triste porque sabía que ella quería ayudarme, pero me daba envidia saber que ella era libre y yo no. Que ella podía ser niña, podía ser joven, podía jugar y tener una infancia normal, pero yo no. Eso me hacía sentir mal, pero aun así, me gustaba tener una amiga, y sabía que lo que ella hacía, lo hacía por mí.

Un día le presenté a Kira a mi mamá, pero ella se enojó mucho conmigo y me dijo que no me acercara a ella. Siempre fui del tipo de persona que no era desobediente. No me gustaba desafiarla porque se enojaría mucho conmigo y sería peor. Pero, por alguna razón, no le hice caso y seguí con mi vida. Creo que estaba entrando en la adolescencia, porque me puse algo rebelde.

Siguieron los años y ocultaba mi amistad de ella, de mi madre, y me sentía mal, pero yo estaba feliz, de cierta forma. Y pasaron los años. Mi vida seguía triste, pero cada vez era mejor. Empezaron a haber fiestas de 15 años por todos lados. Mis compañeras, todas cumplían 15, al igual que yo. Yo quería una fiesta, pero ella nunca me dejó. Me sentía muy mal. Considero que fue el peor año de mi vida, ver cómo todos hacían algo que yo quería y en lo que ni siquiera pude participar en ninguna. Ni siquiera en la fiesta de Kira.

Tiempo después, se acercaban mis 16 y fue cuando empezó...

Un día, Kira llevó una película sobre hombres lobo, vampiros y esas cosas.

Kira: Selene, ¿tú crees en los hombres lobo?

Selene: Por supuesto que no. Ellos no existen, son solo mitos y leyendas, simples cuentos de hadas para niños. Pero, ¿por qué me preguntas eso?

Kira: ¿Qué harías si de repente te dijera que de verdad sí existen? ¿Te asustarías?

Selene: Kira, ya déjate de bromas. Vamos a ver la película, se ve que está muy buena.

Kira: ¿Sabías que esta película está basada en hechos reales?

Selene: ¿Qué? Eso no es posible, los hombres lobo no existen.

Kira: ¿Sabes? Hace muchos años, en el pasado, hubo una epidemia en la que mataban a personas. ¿Nunca escuchaste de ella? Mataban a hombres y mujeres, ya que decían que eran hombres lobo.

Selene: Kira, ¿te sientes bien? Hoy estás hablando cosas muy extrañas.

Kira: No te preocupes, estoy bien. Simplemente quería hablar de eso contigo. Recuerda que no hace mucho tiempo creías que las hadas existían.

Yo simplemente me la quedé viendo y le dije:

Selene: ¿Es en serio que quieres hablar de eso? Recuerdo que un día, cuando tenías fiebre, le dijiste a la maestra que tu "hermano perro" se comió tu tarea.

Kira y yo simplemente nos reímos y seguimos viendo la película, pero a pesar de todo, había una pregunta que retumbaba en mi mente: ¿Por qué ella quería hablar de eso conmigo y por qué en ese momento? Era algo bastante extraño, pero no le quise dar importancia ya que Kira era una persona muy bromista.

capitulo 2

Selene

Luego de haber visto esa película, Kira empezó a enseñarme sobre la mitología de las hadas, lobos, vampiros y ese tipo de cosas. Me preguntaba por qué lo hacía, pero era un tema que a ella le parecía interesante y yo simplemente la escuchaba, ya que no quería hacerla sentir mal.

De todas esas cosas que ella me contaba, el tema del cual hablaba más era de los hombres lobo, lo cual me parecía bastante extraño. Yo había escuchado en cuentos infantiles que los hombres lobo se transformaban bajo la influencia de la luna llena, pero Kira me contó que no era del todo cierto. Me lo mostró en un libro que trajo de su casa y me explicó que los hombres lobo, al cumplir una cierta edad que ellos consideran la edad madura, se transforman por primera vez bajo la influencia de la luna llena. Luego de ese cambio, pueden hacerlo en cualquier momento que deseen. Y así como eso, me contó de otras cosas, como los alfas, omegas y betas.

Después de haberme hablado de todo ese tipo de cosas, Kira simplemente dejó de tocar esos temas.

Pasó un tiempo desde la última vez que hablamos de los hombres lobo. De repente, un día común y corriente en la escuela, Kira me habló de que dentro de una semana se acercaba la luna en la que, se dice, los hombres lobo alcanzan la madurez. Yo simplemente la miré y ella me preguntó:

Kira: Selene, ¿quieres ir a mi casa ese día? Mi familia hará un evento y no quiero que te lo pierdas. Será muy divertido.

Selene: De verdad aprecio la invitación, pero sabes mejor que nadie cómo es mi mamá. No me va a dejar ir.

Kira: Tal vez si lo intentamos las dos nos diga que sí. Selene, ya vas a cumplir 16 años. No puedes pasar toda tu vida encerrada entre las cuatro paredes de tu casa.

Selene: Kira, créeme, no hay nadie que quiera salir de esas cuatro paredes más que yo, pero mi mamá nunca dejará que vaya a tu casa, ni siquiera puedo ir al cine.

Kira: Lo sé, pero es un momento muy especial para mí y quiero que estés ahí.

Selene: ¿Especial? Pero según recuerdo, no es tu cumpleaños.

Kira: No, claro que no es mi cumpleaños, pero de verdad quiero que vayas.

Selene: Kira, ya te lo dije, no me dejará ir.

Kira: ¿Y qué tal si te escapas?

Selene: ¡Estás loca!

Kira: No es que esté loca, simplemente necesito sí o sí que estés ahí.

Selene: Kira, de verdad me estás dando miedo con este tema. ¿Por qué deseas tanto que vaya para allá? ¿Qué es eso tan especial que necesitas que yo esté ahí?

Kira: No puedo contártelo ahora porque sé que no me creerías, pero de verdad te lo pido, ven conmigo.

Selene: Sabes, cuando hablas así pienso que venderás mis órganos a un narcotraficante.

Kira: Jajajaja, ¿cómo crees?

Selene: Kira, confía en mí. Cuéntame qué pasa.

Kira: Yo te ayudaré a escapar.

Selene: ¿De verdad te estás oyendo? ¿Qué pasará cuando termine la fiesta y me toque regresar a mi casa? ¿Sabes cómo se pondrá mi mamá?

Kira: Créeme, después de que pase la fiesta no tendrás necesidad de regresar con tu madre. No sería adecuado.

Selene: ¿Por qué dices eso? ¿Planeas secuestrarme? ¿Y por qué no podría volver?

Kira: Amiga, quiero enseñarte el mundo, quiero que salgas a descubrirlo. Puedo ayudarte, te estoy dando la oportunidad de tu vida.

Selene: De verdad me encantaría aceptar tu propuesta, pero ¿a qué costo?

Kira: Selene, desde el primer día que te vi supe que no eras como las demás y créeme cuando te digo que todo esto que estoy haciendo es para ayudarte.

Selene: ¡Ayudarme cómo, llevándome a una fiesta y prohibiéndome ver a mi madre!

Kira: No es que te prohíba verla, sino que su relación será más complicada después de esto.

Selene: Kira, mientras más hablas, más miedo me da de ir para allá. Hablaste de que no volveré a ver a mi mamá porque será extraño. De verdad me estás haciendo desconfiar bastante de tu palabra.

Kira: Selene, te lo pido, ve conmigo. Si después de lo que tenga que pasar no quieres separarte de tu madre, te juro que me haré pasar porque te secuestré para que nada te pase. Así como también te juro que desapareceré de tu vida para siempre si lo que sucede es que te estoy haciendo daño con esto.

Selene: ¿Tanto quieres que yo vaya?

Kira: Sí.

Me quedé pensando un rato en lo que había pasado y tomé una decisión.

Selene: Está bien, iré para allá contigo, pero tú deberás cumplir tu palabra y prometerme que nada me pasará.

Kira: Está bien, lo juro.

Luego de eso, Kira y yo nos dedicamos a planear cómo iba a suceder todo. Lo planeamos meticulosamente: durante la noche, le iba a poner un somnífero en una de las bebidas de mi madre. Después de eso, a las 10:00 p.m., bajaría por mi ventana y me dirigiría al bosque, donde Kira me estaría esperando con un auto. Luego de eso, partiríamos de ahí hasta su casa.

Luego de unos días, llegó la noche esperada. Mi cuerpo se sentía extraño, creo que era por los nervios, ya que rompería todas las leyes que mi madre me había puesto. Cuando llegó la hora de poner la pastilla, sentí cómo por mi cuerpo corría una gran descarga de adrenalina. Simplemente me senté frente a mi madre y vi cómo se quedaba dormida. Justo en ese momento, mi reloj marcó las 10 en punto. Fue cuando escuché el ruido de un búho y miré por la ventana. Era Kira. Me estaba esperando abajo con una escalera. La acomodó y empecé a bajar. Cada vez que bajaba un escalón, mi cuerpo se estremecía de los nervios. Luego de haber bajado, tomamos la escalera entre las dos y salimos corriendo al bosque. Ahí nos esperaba un señor con un auto. Me dio un poco de miedo, pero Kira me dijo que todo estaría bien y subí. Luego de eso, empezamos el viaje.

capitulo 3

...Selene...

Estuvimos en el auto aproximadamente como una hora. La verdad, me sorprendía lo lejos que quedaba la casa de Kira. En el camino, Kira y yo no paramos de hacer bromas; tal vez ella quería hacerme reír para que mis miedos se relajaran un poco.

Llegamos a un punto en el cual solo se veían árboles y un pequeño camino a la derecha de la carretera. Entramos por ahí y me dio un poco de escalofrío, ya que parecía el típico lugar donde matan personas y dejan sus cuerpos sin órganos.

Entramos por ese camino y, cuando llegamos a un punto, había como una especie de muralla que parecía proteger algo. Llegamos a una puerta enorme de madera y unos hombres nos detuvieron. Apenas se acercaron al conductor, él les mostró algo y nos dejaron pasar. Al cruzar las puertas, me di cuenta de que era una especie de villa; era algo bastante hermoso y cálido. Se veía como un lugar tranquilo. Había muchas casas, yo diría que unas ochenta tal vez; se notaba que vivían bastantes personas ahí. En el medio de todo, había una mansión enorme y le pregunté a Kira de quién era. Me dijo que era la mansión de sus padres. Yo simplemente me quedé estupefacta, ya que Kira y yo estudiábamos en una escuela pública, y me sorprendía porque la mansión era muy grande y lujosa. Kira me dijo que no me preocupara por el lujo, que a pesar de eso sus padres eran personas muy humildes y cariñosas.

El auto se detuvo justo enfrente de la mansión. Kira y yo nos bajamos y subimos unas escaleras hasta llegar a la puerta principal. Al tocar, nos abrió un mayordomo. Kira me condujo hasta un salón enorme que estaba lleno de personas, pero no alcancé a entrar. Me quedé en la puerta, ya que Kira me dijo que no estaba totalmente presentable, como era de esperarse, ya que tuve que bajar por una ventana y no podía hacerlo en un vestido elegante con tacones.

Kira habló con unas personas, luego me tomó de la mano y subimos unas escaleras. Me llevó hasta su habitación, que era bastante grande, muchísimo más grande que la mía. Empezó a hurgar entre sus cosas y sacó una caja muy hermosa con un listón rojo. Me dijo que dentro había un regalo para mí. Cuando lo abrí, había un vestido de cóctel muy hermoso, elegante pero nada vulgar. Había unos tacones que no eran demasiado altos, ya que nunca había usado tacones en mi vida, y si eran exageradamente altos, sería muy incómodo para mí y vergonzoso, ya que corría el riesgo de caerme.

Ella me enseñó el baño y me dijo que si quería podía tomar una ducha, así que, como tenía un poco de calor, tomé un pequeño baño y me puse el vestido y los tacones. Cuando salí, vi a Kira vestida de una forma muy elegante, maquillándose un poco, pero no demasiado. Ella me miró y me dijo que me veía muy hermosa. Le dije que gracias. Luego me tomó de los hombros y me sentó en una silla. Empezó a peinarme y a maquillarme un poco, me puso rubor y un pequeño brillo de labios. Mientras estaba haciendo todo esto, de repente me dijo:

Kira: ¿Te sientes nerviosa?

Selene: Kira, ¿por qué nunca me dijiste que tu familia era adinerada?

Kira: ¿Qué tiene que ver que mi familia tenga dinero o no? Al fin y al cabo, sigo siendo la misma persona.

Selene: ¿Y ya me vas a contar para qué es toda esta fiesta a la que me quisiste traer?

Kira: Está bien, te lo contaré. Es mejor que te enteres por mí a que a alguien se le escape una palabra y empieces a sospechar.

Selene: Okay, ¿y de qué se trata?

Kira: Selene, te conté que cuando los hombres lobo cumplen 16 años llegan a su madurez y se transforman en lobos y ese tipo de cosas.

Selene: Sí, pero ¿qué tiene que ver eso conmigo? Yo no soy un hombre lobo.

Kira: Selene, desde el primer día en que te vi supe que eras diferente, eres como yo.

Selene: ¿Una nerd inadaptada? Claro que sí.

Kira: No me refiero a eso.

Selene: ¿Y entonces?

Kira: Sabes, hoy precisamente es la luna en la que los hombres lobo llegan a la madurez y son bendecidos por la madre luna. Selene, mi familia es muy antigua, igual que las personas de esta villa. Nos encerramos aquí dentro de esta gran muralla para ocultar nuestro secreto y creo que ya es hora de que tú lo sepas. La razón por la que quise que vinieras es porque esta noche tú también tendrás un cambio. Esta noche conocerás a tu lobo.

Selene: ¿Mi lobo? ¿De qué estás hablando? ¿Te sientes bien? ¿Tienes fiebre o te sientes enferma?

Kira: Selene, no estoy bromeando. Tú y yo somos descendientes de lobos. No sé por qué no te has dado cuenta, pero yo sí. Desde el primer día que te vi, pude oler tu sangre. Hueles a lobo, igual que yo y mi familia. Por eso te traje aquí, porque me preocupaba que llegaras a hacerle daño a alguien cuando te convirtieras en lobo.

Selene: Kira, ya déjate de bromas. ¿Qué es eso de "convertirme en lobo"? Por Dios, de verdad no te conozco, estás enferma. Los hombres lobo no existen, son mitos y leyendas.

Kira: No son mitos ni leyendas, Selene. Mi familia es muy antigua precisamente porque somos lobos.

Selene: Okay, si eres un lobo, entonces demuéstrame. Conviértete en lobo.

Kira: No puedo.

Selene: ¡Claro que no puedes! Estás mintiendo, no eres una mujer lobo, por Dios.

Kira: No es por eso. Es que aún no es el momento. Cuando sean las doce, por fin podré cambiar al lobo. Conoceré a mi espíritu interior, a mi lobo, y tú también te darás cuenta de que todo lo que te estoy diciendo es verdad.

Selene: ¿Espíritu interior? ¿Qué carajos es eso?

Kira: Los lobos tenemos un espíritu, por decirlo así, dentro de nosotros. Al igual que nosotros, tienen un nombre y pueden llegar a tomar el control de nuestro cuerpo.

Selene: Amiga, lo que necesitas es un exorcismo.

Kira: Selene, por favor, tómatelo en serio. No estoy jugando.

Selene: Kira, he cometido el peor error de mi vida y fue desobedecer a mi madre para venir aquí contigo. Arriesgué todo para acompañarte aquí y para que me salgas con semejante estupidez.

Kira: Yo solo quiero ayudarte, Selene. ¿Qué pasaría si le llegabas a hacer daño a tu madre?

Estuve a punto de responderle cuando en eso tocaron la puerta. Entró un joven bastante apuesto y de repente:

Desconocido: Kira, ya es momento. Deben bajar. Mamá y papá las están esperando, ya casi es la hora.

Kira: Ya vamos.

Selene: Kira, ¿quién es él? ¿Es tu hermano?

Kira: Sí, es mi hermano Carlos. Es mayor que yo por ocho años.

Carlos: Es un placer. Kira nos ha hablado bastante de ti y de tu extraño caso, y me doy cuenta de que no estaba mintiendo.

Selene: ¿Extraño caso? ¿De qué hablas?

Carlos: Ya habrá mucho tiempo para responder a tus preguntas. Ahora lo que deben hacer es bajar, ya casi es hora.

Selene: ¿Hora de qué?

Carlos: Kira, ¿no se lo dijiste?

Kira: Claro que se lo dije, pero no quiere creerme.

Selene: ¿Creer qué? ¿Que son hombres lobo? Por Dios, Kira, ¿vas a seguir con esa estupidez?

Carlos: ¿Crees que está mintiendo? Ella te está diciendo la verdad y, si te trajo hasta acá, es para ayudarte.

Selene: Me doy cuenta que el problema que tiene Kira es de familia. ¡Ustedes están locos!

En ese momento, Carlos empezó a desvestirse, lo cual me pareció bastante irrespetuoso ya que estaba yo presente. Se quedó solo en su ropa interior y de un momento a otro su cuerpo empezó a cambiar, a transformarse. Escuchaba cómo sus huesos crujían, sus manos se convertían en patas y de todo su cuerpo salía pelaje. Yo simplemente me quedé en shock. No sabía qué pensar o qué decir. Era como si estuviera dormida y soñando; parecía todo menos real.

Kira: ¿Ahora sí me crees?

Carlos: ¿Te das cuenta? Sí somos lo que decimos. ¿Estás conforme? Ya tenemos que irnos.

Carlos empezó a transformarse nuevamente. Volvió a su forma natural como si nada hubiera pasado, como si fuera algo tan común y casual. Se puso su traje y nos dijo que ya no podíamos esperar ni un minuto más. Kira me tomó del brazo y empezamos a bajar las escaleras. Yo simplemente la seguía. Mi mente estaba en blanco, no podía ni siquiera pronunciar una sola frase.

Cuando bajamos las escaleras, llegamos a un punto del pueblo donde había muchas personas reunidas. Kira me llevó hacia un círculo en el cual se encontraban unos diez muchachos, entre mujeres y hombres, que tenían mi edad. Cuando estaba ahí, Kira me dijo:

Kira: Me han dicho que la primera vez duele, pero luego nos acostumbraremos. No te preocupes.

En ese momento, me sacó de mi burbuja y le pregunté:

Selene: ¿Qué duele? ¿De qué estás hablando?

Kira: Mis hermanos me han dicho que la primera vez que se transformaron en lobos sintieron como todos sus huesos se rompían y que era un dolor agonizante, pero luego de eso era más fácil. Sé que ahora te debe dar más miedo por lo que te dije, pero será increíble. Nos podríamos convertir en lobos y tendremos más fuerza.

Selene: ¿Qué?

En ese momento mis piernas empezaron a temblar y quise salir huyendo de ahí. No quería formar parte de eso. Empecé a alejarme cuando alguien me tomó de los hombros y me metió de nuevo en el círculo. Era Carlos.

Carlos: No puedes irte.

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