Soy Ariel Lara, antes conocida como Ariel Falco, bueno, en realidad nunca fui conocida antes de llevar el apellido Lara, dejen y les cuento para que conozcan un poco de mi.
Actualmente tengo 25 años, soy la hija no deseada de un feliz matrimonio, pero no fue por que mis padres no quisieran tener hijos, sino porque soy producto del desliz de la que debería ser mi madre con el hermano de su esposo.
Mi madre es, o mejor dicho era, ya que ahora está muerta y ya no la considero mi madre, Delia Alcara, una mujer de cabello casaño claro con ojos granate, la única hija de una prestigiosa familia vampiros de Japón, y prometida del rey vampiro Harold Falco, un hombre de cabellos negros y ojos de color amatista. Fueron comprometidos a los quince años, como ambos se amaban el compromiso fue de maravilla, una vez casados, solo fue cuestión de un año, para que Delia al supuestamente sentirse abandonada por el rey, empezará a sentir interés por el hermano de su esposo, el príncipe Erick Falco, que era el mellizo del rey, con el cabello tan negro como el de su hermano, pero sus ojos eran lo que más llamaba la atención de todos, ya que tenía un ojo de color amatista y otro de un profundo azul como un zafiro. Debido a el interés de Delia por el príncipe, está hizo de todo para conquistarlo, y aprovechándose de que Erick sentia algo por ella, lo volvió su amante.
El amorio de ambos duro por unos dos años, hasta que en uno de sus encuentros pasionales Harold los encontró, Delia asustada por qué su esposo la dejara, grito que Erick la había violado. Al escuchar eso, Harold lleno de furia no se puso a pensar en que las prendas que había en el suelo, el vino y la comida indicaban algo completamente distinto a las palabras de su esposa, y se abalanzó contra su hermano.
La pelea fue brutal, ambos por poco pierden la vida, pero al notar a Erick tan débil, Delia llamo a unos guardias e hizo que apresaran a Erick, Harold aún débil por la pelea, ordenó desterrar a su hermano y mantenerlo encerrado en una torre especial, que restringiera sus poderes, por traición y violación hacia la reina; Erick lleno de furia y odio al saber que fue usado por Delia juro que volvería para vengarse.
Al cabo de unas semanas de lo acontecido, Delia empezó a sentirse mal y Harold preocupado llamo al médico quien le informo que esta estaba embarazada.
Delia al saber de esto se hecho a llorar por tener a un bebé producto de una "violación" y quiso abortar, pero Harold la convenció para que me tuviera y prometio que ambos cuidarían de mi. Después de los nueve meses nací, una niña de cabello castaño oscuro, casi negro, con los ojos de un extraño color amatista rojizo con pequeños toques azules; al momento en que nací el doctor de inmediato noto algo extraño, pues yo no poseía un aura vampírica, como la de cualquier vampiro normal, mi esencia se parecía más a la de un humano, cosa que le desagrado bastante a Delia.
Los años pasaron y después que cumplí los cinco años, empezó mi tormento, desde mi nacimiento mis "padres" se mostraban indiferentes conmigo, no importaba lo que yo hiciera, así me portara bien o mal, no me hacían caso, pero al cumplir mis cinco años Delia por fin tuvo un excusa para poder desquitar su rabia conmigo, ya que no había despertado mi sed de sangre.
La sed de sangre esa algo que todo niño vampiro despierta a la edad de cinco años, donde deben de beber cada dia la sangre de sus padres para poder tener fuerzas, quienes despiertan la sed después de los cinco años son considerados débiles, y yo no desperté esa sed de sangre sino hasta tres años después, lo cual dio pie para que Delia empezara a golpearme y humillarme, hasta algunos de los sirvientes me trataban mal, mientras que el Harold solo me mostraba indiferencia, y debido a que desperté la sed de sangre tarde no tenía la necesidad de beber sangre tan seguido como un vampiro normal lo haría, podía beber sangre cada tres meses en lugar de cada semana, y tampoco recibía educación, tuve que aprender a leer y escribir por mi cuenta con revistas viejas, ya que no se me permitía entrar a la biblioteca.
El año en qué cumplí los ocho años, nació mi hermano Kai Falco, que según todos era idéntico a Harold, y un año después nació Lía que era igual a Delia, yo estaba muy emocionada por tener hermanos, pero no se me permitía acercarme a ellos, y si lo hacía, me daban de azotes en las piernas, pero aveces a escondidas jugaban, aún cuando ellos aveces eran groseros conmigo, debido a las enseñanzas de Delia, siempre procure no tratar de enfadar a Delia ya que ella personalmente se encargaba de mis castigos, cosa que siempre me hacía temblar, no solo por las palizas que me daba sino porque también en cada castigo, ella mordida mi cuello con brusquedad y bebía de mi sangre mientras desgarraba mi piel con sus colmillos y garras, el dolor era horrible, y a la vez la cantidad de sangre que ella bebía era tanta que me quedaba sin fuerzas y parecía un muñeca de trapo, para que ella después me dejara caer al suelo y marcharse como si nada.
Esa fue mi vida y ruitna hasta que cumplí doce años, cuando por fin supe toda la verdad del odio de Delia, y descubrí que quería matarme; como una tonta yo había esperado que algún día mis "padres" me amaran, cosa que no iba a pasar, así que escape; logre escapar del pais en un buque de carga, hasta llegar a París, dure en las calles por medio año, hasta que me encontré con un cazador, en un principio cuando lo vi, pensé que ya nada importaba, y esperaba con ansias que me matara, pero ese hombre me acogió, aún cuando se supone que el debe cazar a seres como yo, me brindo un hogar, su nombre es Hendrick Lara, quien ahora es mi padre, quien es un cazador de vampiros pero aún así termino por adoptarme, y desde entonces he entrenado para ser más fuerte, y ahora soy una cazadora de vampiros, vaya ironía ¿No?
De mi antigua familia lo último que supe gracias a un viajo amigo de mi padre, fue que los reyes de Japón murieron a manos de Erick en venganza por lo que le hicieron, pero antes de morir Delia convirtió a su hija menor en humana para salvarla, ya que está estaba comprometida, y Kai junto con Harold habían dejado mal herido a Erick, y este tubo que ocultarse para sanar sus heridas.
Y que varios años después, Erick había vuelvo para terminar su venganza, pero fue asesinado por un cazador, al cuál mis hermanos habían utilizado y manipulado para usarlo como escudo, un protector para mi hermana, aprovechando que el sentia algo por mi hermana. Al parecer se habían vuelto igual de manipuladores de Delia.
En cierta forma me da tristeza por ese cazador del que se aprovecharon, y también por la muerte de mi padre biológico, ya que él ni siquiera supo de mi existencia, y en algunas ocasiones pienso que me hubiera gustado conocerlo.
...******...
(Esta es Ariel, imaginen sus ojos con un toque rojo con amatista)
Soy Roderic Milan hijo mayor de una prestigiosa familia de cazadores de vampiros, actualmente tengo 17 años, soy una persona fría y cerrada, un antisocial, pero yo no era así antes, más lo sucesos de mi vida me volvieron así.
Creci en una familia llena de amor y union (o eso creía), con unos padres amorosos y mi hermano Víctor que era dos años menor que yo, mi hermano y yo éramos muy parecidos tanto que nos confundían con gemelos, solo nos diferenciaban por el color de cabello y ojos, pues mi hermano es rubio con ojos color morado, mientras que yo soy de cabello negro y ojos de un raro plateado metalizado.
Todo iba a las mil maravillas en mi familia, hasta el día en que cumplí once años, mi hermano y yo habíamos salido en una misión con nuestro maestro Yami Thunder, conocido entre la orden de cazadores como la sombra de la muerte, y un grupo de cazadores expertos para que pudiéramos aprender, la misión consistía en eliminar un grupo de vampiros sangre sucia que causaban terror en una ciudad cercana.
Los vampiros se distinguen en cuatro rangos, los sangre pura, que son los del linaje vampirico más puro, los nobles, que su sangre está mezclada con la otras especies y su linaje no es completamente puro, los sangre baja que reciben ese nombre ya que son humanos convertidos en vampiros, pero si se esfuerzan obtienen méritos y viven una buena vida, y están los sangre sucia que también son humanos convertidos en vampiros pero que terminan perdiendo la cabeza y se vuelven locos por la sangre. Se mantiene un acuerdo de paz en donde los vampiros no pueden atacar a los humanos, fue un acuerdo del rey vampiro con el líder de la orden de cazadores, científicos expertos de la orden de cazadores trabajarían en equipo para crear químicamente unas tabletas de sangre, gracias a esto los vampiros no necesitarían sangre real alimentarse, ya que deben beber sangre cada cierto tiempo o de lo contrario pierden el control y pueden atacar a cualquiera, a cambio de poder recibir las tabletas, los vampiros no atacarían a ningún humano, pero hay ciertas excepciones que no desean cumplir con el acuerdo, y por eso los cazadores nos encargamos de eliminar a esos rebeldes.
Durante esa misión, fuimos atacados pero nos podíamos defender muy bien, pero en un momento mi hermano me empujó al bosque, y me vi atrapado por un vampiro sangre pura, y se que lo era porque solo los sangre pura pueden convertir a un humano en vampiro, el vampiro me mordió con fuerza en el cuello, haciéndome gritar de dolor, mi maestro fue rápidamente a mi encuentro y acabo con el vampiro, y se susto al verme con los ojos rojos, rápidamente acabaron con los vampiros que quedaban, y fuimos de regreso a la sede de la orden, durante el camino mi hermano me sonreía burlonamente, y yo apretaba los puños con fuerza tratando de luchar contra la sed de sangre.
Al llegar a la sede inmediatamente me dieron a tomar de las tabletas, cosa a la cual me negué en un principio porque me negaba a ser un vampiro, pero al final me las tome, llamaron a mis padres y estos al verme se lanzaron a abrazarme preocupados, pero en cuanto les explicaron mi situación, rápidamente me alejaron de ellos como si tuviera peste; mi hermano me miró con burla, mientras que mis padres me miraban con asco y despreció, dijeron que bajo ninguna circunstancia se harian cargo de una bestia sedienta de sangre como yo, que preferían verme muerto antes que cargar conmigo.
Al escucharte eso sentí un nudo en el pecho, mi propia familia me estaba despreciando. Incluso mi padre me apunto con su arma dispuesto a matarme, pero mi maestro no lo permitió, le dijo a mi padre lo decepcionado que estaba de él, y no era el único pues la gran mayoría de los cazadores veían mal a mis padres por tratarme así por algo que no era mi culpa.
Trate de decir lo que realmente ocurrió, pero al decir que mi hermano era el responsable, mi madre me dio una bofetada queme tiro al piso, lo que provocó que los sacarán de la sede,. mientras los llevaban a la salida, mi padre gritaba que yo eres una deshonra para la familia, que ahora el nuevo jefe de la familia sería Víctor quien se haria cargo del legado familiar ahora, y que no me atreviera a volver a la casa.
Me quedé hay tirado con lágrimas cayendo de mis ojos por el rechazo de mi familia. Desde ese momento mi maestro Yami se hizo cargo de mi, me llevo a vivir con él, y me siguió educando, había dejado de entregar a mi hermano, cosa que a Víctor no le hizo gracia, ya que Yami era el mejor cazador de la sede.
Pasaron los años y entre a estudiar en la academia Luna Azul, una academia que brindaba educación tanto a humanos como ha vampiros, cosa que a mí no me agrado ya que había desarrollado un profundo odio a hacia los vampiros por haber sido convertido en uno, ya que ahora era una criatura que me habían enseñado a cazar, pero no era un odio en general sino a ciertos vampiros en específico. En la academia conocí al amigo de mi maestro Carl Gusmán, un cazador retirado ya que quería poner en marcha el proyecto de la academia "Luna Azul" de la cual el es el director, se ve un hombre serio pero también es algo infantil, también conocí a Lía Falco, aún que cuando la conocí ella era Lia Gusmán, fue mi única amiga en la academia, además de otro cazador llamado Álex Ross, con el paso de los meses me fui enamorando de ella, era alguien muy dulce y enérgica, pero para mí desgracia también conocí a Kai Falco, un engreído de primera, que siempre andaba rondando a Lía.
En un principio pensé que era porque también estaba enamorado de ella, hasta la noche en qué Erick Falco atacó la academia tratando de matar a los hijos de su hermano, en un momento de la batalla, Lía dio un grito pidiendo por mi ayuda y cuando vi que Erick Falco la quería matar no dude en enfrentarme contra él, la lucha contra él fue difícil y termine muy mal herido, pero pude acabar con él, cuando fui a ver si Lía no tenía ningún daño, me llave una desagradable sorpresa al verla abrazando a Kai, el cual me sonrió con burla y me agradeció por salvar a su hermana.
Yo no lo podia creer, pero Lía volteó a verme con una sonrisa burlona y los ojos brillando en rojo, me dio las gracias burlonamente, y después me dijo que no me hiciera iluciones con ella, porque ella siendo la princesa de los vampiros no estaría con un sangre baja como yo, que solo me dio esperanzas porque sabía que yo la iba a proteger, pero como ya no necesitaba mi protección yo ya no le era útil.
Una vez más una persona importante para mí me desprecio, y no solo eso me utilizo y jugo conmigo, la rabia me embargo y casi los mato de no ser porque el director Carl me lo impidió, dándome una mirada de lástima, y en ese momento comprendí, que el director sabía toda la verdad, así que simplemente me fui de hay lleno de decepción y rabia.
A los pocos días, supe por medio de Alex que los Falco y sus seguidores se habían marchado de la academia, por lo menos no tendría que verles las caras, y también me dijo que mi maestro le reclamo al director por permitir que los Falco me utilizarán, lo que llevo a qué rompiera la relación que mantenía con el director, ya que eran pareja desde hace ya un tiempo.
Cuando le pregunté a mi maestro como se sentia después de haber roto su relación, el me dijo que fue lo mejor, que no podía estar con alguien que sabiendo lo importante que yo era para él, permitió que los Falco me utilizarán para su propio beneficio.
Ahora todo está tranquilo en mi vida y espero que siga así.
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De antemano me disculpo por algún error ortográfico.
(Este es Rodercik)
Narra Ariel
Me remuevo en la cama al sentir los rayos del sol en mis ojos y doy un pequeño gruñido, con un poco de pereza abro los ojos y parpadeo varias veces para acostumbrarme a la luz, me siento en la cama lentamente y estiro mis brazos para alejar el poco sueño que aún me queda, miro por la ventana al lado derecho de mi cama y observo el cielo, estaba un poco nublado pero eso no impedía que el sol se viera brillante desde lo alto, vuelvo el rostro hacia el lado izquierdo y miro sobre mi mesa de noche mi reloj el cual marcaba las 6:15 am.
"Sin dudas demasiado temprano" es lo que pienso debido a que mi padre de seguro debe de seguir durmiendo, ya que no teníamos que abrir nuestra tienda sino hasta las 8:30 am.
Sin más demora me quito el cobertor y me levanto, voy hasta mi closet para buscar algo de ropa, opto por unos shorts cortos de color azul rey, una blusa de color crema con magas sueltas y unos botines. Entro al baño, me cepillo los dientes, me doy una ducha con agua tibia y me lavo el cabello, salgo del baño ya vestida y con una toalla sobre la cabeza para sacar el exceso de agua de mi cabello, me dirijo a mi tocador y cepillo mi cabello con suavidad, una vez que termino miro la hora eran las 6:45 am, salgo de mi habitación y bajo las escaleras para llegar a la cocina y preparar el desayuno.
Luego de varios minutos oigo unos pasos bajando las escaleras sonrió ligeramente y me doy media vuelta para ver entrar por la puerta de la cocina a un hombre de aparentemente unos 45 años vestido con un pantalón y zapatos cafés y una camisa roja, alto, fornido, de piel bronceada, un cabello negro con algunas partes grises debido a unas cuantas canas, peinado elegantemente hacia atrás, poseedor de un bello rostro en el cual se apreciaban unas ligerísimas arrugas cerca de los ojos, con un ligera barba, unos labios finos los cuales me sonríen con dulzura, y con unos ojos almendrados que me miran con cariño.
-Buenos días padre-le digo con voz cálida.
Fin de la narracion de Ariel
Narra Hendrick .
Me levanto despacio al sentir un delicioso aroma que provenía de la cocina, lo que me da a entender que mi bella hija ya se encuentra despierta y está preparando el desayuno, así que sin más demora me dirijo a mi armario para buscar algo para vestirme, y poco después entro al baño, me ducho rápidamente, me visto y peino para luego bajar las escaleras y entrar a la cocina, en done la veo de espaldas a mí, luego la vi darse vuelta y me regalo una bella sonrisa.
-Buenos días padre-me saluda con voz suave.
-Buenos días mi niña-le devuelvo el saludo.
-Te prepare algo de café, siéntate mientras te lo sirvo-dijo y se dio vuelta para buscar una taza en donde servirme el café.
Yo le obedezco y me siento en la mesa, mientras ella busca la taza me permito observarla fijamente, apreciando como ya a sus 25 años aun aparentaba tener unos 16 años, de verdad que es una chica muy bella ni tan alta ni tan baja, de piel ligeramente trigueña, y ese hermoso y suave cabello castaño oscuro ondulado, tan largo que le llegaba un poco más debajo de las caderas.
-Aquí tienes-me dijo dejando el café frente a mí.
-Gracias cariño-le agradezco mientras pruebo el café-Delicioso-digo sacándole una sonrisa, y aprovecho para mirarla directo a esos bellos ojos amatista rojizo con detalles azules, que es uno de los rasgos que más me gusta de mi niña.
-Qué bueno que te gusto-dijo, y se da vuelta para seguir preparando el desayuno.
Yo sigo tomándome el café y la observo mientras sigue cocinando, verdaderamente que Ariel es muy especial y también muy diferente a muchas de las personas de este mundo, y no lo digo solo porque sea mi hija aunque sea únicamente de nombre, sino también por otro detalle el cual es un secreto que ella y yo guardaremos hasta la muerte.
-Ya está la comida-se acerca a la mesa y sirve los platos con unos huevos estrellados con dos rebanadas de jamón y queso y unas tostadas con mantequilla.
-Gracias por la comida-digo una vez que sirve un poco de té para ambos, ella se sienta a la mesa y nos disponemos a comer.
Una vez que terminamos ella recoge los platos para lavarlos, cuando termina los dos nos dirigimos a abrir a tienda, cuando de pronto veo que el color sus ojos cambia por un momento de ese bello tono amatista a un profundo rojo.
-Ariel.
- ¿Qué sucede padre?-
-Tú sabes bien que sucede-le digo, doy media vuelta y le extiendo mi brazo subiendo la manga de la camisa dejando expuesta mi muñeca-Vamos, bebe.
-Pero padre...-detiene su réplica cuando la miro con seriedad-Está bien- dice resignada ya que no le gusta hacer esto.
Se acerco un poco más a mí, tomando mi muñeca con sus manos para acercarla a sus labios, veo como sus colmillos se extienden y luego los clava en mi muñeca con suavidad para no hacerme daño. Siento como ella va tomando de mi sangre lentamente....este es nuestro secreto o parte de él...Ariel es una vampiresa y no una cualquiera sino una sangre pura, una sangre pura la cual al morder a un humano puede decidir si convertirlo en vampiro o no a voluntad, algo que se sabe solo muy pocos vampiros de la realeza pueden hacer . Mientras ella sigue bebiendo yo cierro mis ojos recordando la primera vez que la vi hace ya casi 13 años.
Flash back
Pum!!
Fue el sonido de mi arma cuando dispare acabando así con el ultimo sangre sucia.
-Bueno ya con esto he terminado con mi misión-digo mientras sacudo mi gabardina, cuelgo mi escopeta en la espalda y guardo mi pistola en la funda de mi cinturón.
Comienzo a caminar a mi casa para redactar el informe y mandarlo a la asociación de cazadores en Japón.
Camino lentamente disfrutando un poco del paisaje de la bella ciudad de París, hacía ya 15 años que deje Japón y me mude a parís, al hacerlo deje muchas cosas, entre ellas a una persona muy especial para mí, pero esa persona no quiso venir conmigo porque no pensaba dejar solos a los que consideraba su familia, yo respete su decisión y me vine a vivir aquí, ya que ese era un deseo que mi madre siempre quiso cumplir, pero lastimosamente mientras cumplía una misión un vampiro la asesino junto con mi padre cuando yo tenía 18 años, y desde entonces me prometí que acabaría con los vampiros que buscaran lastimar a cualquier humano y viajaría a París para que de alguna forma el deseo de mi madre se hiciera realidad a través de mí.
Detengo mi caminata cuando escucho un gemido de dolor, temiendo que un vampiro estuviera atacando a alguien sigo el rumbo del sonido llegando a un oscuro callejón, me adentro en el con cautela y llevo mi mano a mi cinturón en guardia por si un vampiro atacaba, vuelvo a escuchar un gemido, y ahí entre unos botes de basura se encuentra una jovencita de unos 9 o 10 años en posición fetal con su cara oculta en sus rodillas, la pequeña se encontraba temblando, probablemente de frio, vi sus pies, los cuales estaban descalzos y sucios, la niña iba vestida con una camisa morada y un pantalón negro que se ve que le quedaban algo pequeños y estaban desgarrados y a un lado tiene lo que parece ser un diario. "De seguro que alguien la ha abandono" pienso con furia; nunca me ha gustado que abandonen o maltraten a un niño.
-Disculpa jovencita-la llamo con suavidad para no asustarla, ella se sobresalta y levanta la vista, y la sorpresa que me llevo es muy grande al ver que sus labios están manchados con sangre y que de ellos sobresalen dos colmillos, sus ojos brillaban en un intenso rojo, el signo característico de que es una vampiresa, pero lo extraño es que ella no desprende un aura vampírica-Tú, eres un...- digo si bajar la guardia, pero ella me interrumpe.
-Un cazador-dice en un murmullo con la voz temblorosa, se acerca a arrastras a mí, al ver esto saco mi pistola, dispuesto a dispararle pero me vuelvo a sorprender cuando ella toma mi arma la coloca en su cabeza-Por-por favor máteme s-se lo suplico-al oír eso mis ojos se abren desmesuradamente, ya que nunca creí escuchar a un vampiro pedir que lo mataran.
-¿Cómo?-pregunto incrédulo.
-Máteme, por fa...-no termina de hablar ya que se desmayó y yo por instinto la sujeto evitando que se golpee.
La miro detenidamente viendo que es de muy rara belleza, su rostro es delicado y suave pero tiene plasmada una expresión de dolor que me ocasiona una opresión en el pecho, miro más debajo de su rostro examinando su cuerpo, veo que su brazo izquierdo está manchado de sangre y tiene dos hendiduras las cuales terminan de curarse.
-¿Estaba bebiendo su propia sangre?-me pregunto incrédulo, como cazador es mi deber matar vampiros, pero... al verla inconsciente entre mis brazos, indefensa y con tal expresión de sufrimiento en el rostro, no tengo el corazón para hacerlo, así que me quito la gabardina y se la coloco encima para luego cargarla, recojo el diario del piso y me dirijo a mi casa.
Al llegar lo primero que hago es llevarla a mi habitación, la recuesto en la cama y la cubro con el cobertor, bajo de nuevo a la sala y me pongo a redactar el informe cuando termino, veo la hora notando que son las 1:35 am, ya era muy tarde, así que voy a ver a la joven que está en mi cuarto.
-Veo que despertaste-digo al verla sentada en la cama, al oírme ella me mira con sus ojos aun en un intenso rojo, claro signo de que necesita sangre, pero también puedo ver en ellos el deseo de morir, lo cual me causa lastima por lo que le ofrezco algo que creí nunca le ofrecería a un vampiro-Ten, puedes beber de mi-digo con voz seria mientras le extiendo mi brazo y ella se sorprende.
-Pe-pero...-
-Bebe solo lo que necesites, y si intentas algo raro...-tomo mi arma de mi cinturón dándole a entender la idea-¿Comprendes?
Ella asiente y lentamente se acerca a mí, toma mi brazo y extiende sus colmillos para luego enterrarlos en mi piel con suavidad, casi sin dolor, ella bebe lentamente con los ojos cerrados, yo solo la miro fijamente, cuando termina de beber saca los colmillos y lame la herida curándola con su saliva, después se sienta en la cama y me mira fijamente lo que me permite ver como el rojo de sus ojos va desapareciendo dejando ver unos lindos y extraños ojos amatista rojizo con toques azules.
-Gracias-dice en voz baja.
-De nada-digo con una sonrisa, de verdad que esta niña se me hace muy tierna-Tus ojos son más bellos así-digo y ella baja la mirada avergonzada-Por cierto mi nombre es Hendrick, Hendrick Lara. Y tú ¿Cómo te llamas?
-Ariel-dice mientras me mira a los ojos.
Fin de flash back
-¿Padre?-escucho a Ariel llamarme y abro los ojos, notando que ella ya había dejado de beber-¿Estás bien?
-Si cariño, tranquila-le acaricio el cabello-Bien, ahora vayamos a abrir la tienda-empiezo a caminar.
-Claro- contesta ella siguiéndome.
Al llegar a la tienda de plantas medicinales, que estaba en la parte trasera de la casa, Ariel corre las cortinas dejando que el sol entre por las ventanas, y coloca el anuncio de abierto, mientras yo reviso los registros y las plantas, nuestra tienda es la única que vende tantos tipos de plantas medicinales, es por eso que día a día tenemos mucha clientela, Ariel se coloca detrás del mostrador lista para atender a los clientes que lleguen.
Durante toda la mañana las cosas han estado en orden, ya han llegado varias personas las cueles compraban todo lo que necesitaban y se van con una sonrisa por el buen trato que Ariel les da. Ya al medio día llega un hombre a la tienda el cual está completamente vestido de negro, tanto Ariel como yo le conocemos, debido a que es un mensajero de la asociación, y solo viene aquí para cuando va a darnos alguna misión.
El hombre nos saluda cortésmente y pide una planta que sirva para la gripe, una coartada para que nadie sospeche, le hago entrega de lo que pidió, y él me entrega dos sobres, lo que me sorprendió ya que siempre medan es una sola misión, pero al ver mejor noto que el segundo sobre es una carta de mi viejo y mejor amigo Yami, una vez que el hombre me entrega los sobres se va, Ariel cierra la tienda y volvemos a la casa.
-¿De qué se trata tu misión esta vez?- pregunta mi hija mientras se sienta a mi lado.
-Quieren que vaya a exterminar a unos sangre sucia en la zona este de la ciudad, tal parece que están causando muchos problemas-le respondo mientras guardo el papel de la misión y abro la carta que me mando Yami, ya hacia año y medio que no me escribía-La última vez que Yami escribió fue para informarnos que la academia Luna Azul estaba destruida por el ataque de Erick Falco quien fue asesinado por su pupilo Roderick-le recuerdo a Ariel esperando que tense pero no lo hace, tal parece que el tema ya no le afecta, lo cual es bueno, sin más empiezo a leer la carta.
"Que tal Hendrick, te escribo para saber si sigues vivo, ¿cómo esta Ariel?, espero que la sigas entrenando para que sea una magnifica cazadora y nos ayude a cazar a esas sanguijuelas. Por aquí las cosa han estado regular hace ya tres meses que el estúpido de Gusmán reconstruyo la academia y la reinauguro tanto para humanos como para vampiros, tengo una gran rabia debido a que las sanguijuelas de los Falco volvieron a la academia y Gusmán los recibió como si nada, a pesar del daño que tanto él como ellos le hicieron a Roderick, y para rematar en imbécil ese contrato a los padres de Roderick como maestros, y y ahora le tocará ver al hipócrita de su hermano, pero te digo una cosa yo no permitiré que lo vuelvan a humillar y utilizar de nuevo hasta el punto de que el desee la muerte ni Alex tampoco lo permitirá. Bueno hasta ahora eso ha sido todo cuídate y asegúrate de no morir
Atte. Yami Thunder"
Termino de leer la carta y miro a Ariel la cual mira hacia el piso.
-¿Es que acaso no se cansan de hacerle daño a ese joven?-dice para luego levantar la vista y mirarme el rostro.
-Pues tal parece que no-le contesto y me levanto del sillón-Será mejor que me prepare para la misión, mientras más pronto comience más pronto terminare-me dirijo a la escalera cuando Ariel me llama.
-Padre-giro un poco el rostro para verla-¿No le escribirás a Yami? De seguro que está esperando ansioso una carta tuya. Y también que se vean para recordar viejos tiempos-me dice con una sonrisa pícara y siento mis mejillas calientes, evidentemente me he sonrojado por su comentario.
-N-no hace falta–me maldigo mentalmente por tartamudear-Le escribiré cuando termine la misión-digo recuperando la calma-Y tu deja de hacer esos comentarios ¿Quieres?-termino de decir mirándola seriamente.
-Hahahahahaha-se carcajea-Claro, claro, perdón-sin más se levanta del sillón y va a la cocina-Te preparare algo ligero de comer para que te lo lleves y unas cuantas municiones por si acaso-dice y desaparece por la puerta.
Yo mientras subo a mi habitación y me ducho rápidamente, me visto con un pantalón azul rey, una camisa verde oscuro, zapatos negros y me coloco mi gabardina negra, por último tomo mi escopeta colgandola a mi espalda y mi pistola colocándola en mi cinturón. Bajo de nuevo a la sala y Ariel ya está ahí con un pequeño bolso el cuál era fácil de llevar, me lo entrega y me acompaña hasta la puerta y antes de irme me da un abrazo enterrando su cara en mi pecho.
-Padre cuídate, por favor-dice con voz de súplica, no me extraña que temiera que la dejara sola después de todo lo que tuvo que pasar.
-Tranquila-le digo mientras acaricio su cabello-Terminare con esos sangre sucia rápidamente y volveré en cuanto pueda para que sigamos con nuestra rutina-la separo de mi pecho, le beso la frente, abro la puerta de la casa y salgo rumbo a mi misión-Nos vemos luego mi corazón.
-Sí, nos...vemos luego- la escucho decir mientras me alejo de la casa.
Fin de la narración de Hendrick.
Narra Ariel.
Me quedo en el marco de la puerta observando la figura de mi padre hasta que esta se desaparece de mi vista, cuando ya no lo veo más observe un poco el horizonte viendo como el sol se ocultaba poco a poco, entro de nuevo a la casa y cierro la puerta, ya que no tengo nada que hacer me voy a mi cuarto, me recuesto en mi cama y me quedo perdida en mis pensamientos un rato.
"Él es fuerte, debo confiar en que estará bien, pero...no puedo evitar preocúparme. Tengo un presentimiento muy extraño...no seguramente es que me estoy preocupando de más, mejor me preparo algo de cenar y me doy un baño para acostarme a dormir".
Me levanto y bajo a la cocina, y me preparo una ensalada César, cuando termino de comer subo de nuevo a mi habitación y busco en mi armario una de mis pijamas, pero al hacerlo de una de las repisas del armario cae un pequeño diario de cuero marrón con una decoración de rosas las cuales se entrelazaban entre sí y estaba cerrado por una pequeña correa negra. Me quedo viendo el diario un momento para luego agarrarlo del suelo y dejarlo sobre la cama, sigo buscando una pijama y escojo un conjunto azul cielo de shorts con una camisa de tirantes, entro al baño y me doy una larga ducha con agua caliente para poder relajar mi cuerpo.
Ya al salir del baño voy al tocador seco mi cabello y lo cepillo suavemente, cuando quedo satisfecha al cepillarlo me dirijo a la cama y me siento en el borde viendo el diario, estiro la mano un par de veces para tomarlo pero luego me retracto y no lo hago, hasta que finalmente respiro profundo y lo tomo, desabrocho con lentitud la correa que lo mantiene cerrado y lo abro, al hacerlo mis ojos van directamente a la dedicatoria que está escrita en la contra portada la cual tiene palabras dulces para la dueña de ese diario.
"Este diario te lo obsequio con todo mi amor, para que cuando no puedas desahogar tus penas verbalmente lo hagas mediante la escritura, que tus sueños, ilusiones, esperanzas, y temores queden guardados entre las páginas y letras de tus finas y hermosas manos.
Con amor Harold Falco para ti mi hermosa y dulce Delia."
Cierro el diario abruptamente al terminar de leer esas palabras, simplemente no puedo evitarlo, cada vez que abro ese diario recuerdos de mi vieja vida me llegan tan rápidamente que siento que me ahogo en ellos, guardo el diario en uno de los cajones de mi mesa de noche, me acuesto en la cama y me arropo con el cobertor hasta el cuello, cierro los ojos tratando de dormirme con la esperanza de que esta noche esos recuerdos no me atormenten en forma de horribles pesadillas, poco a poco caigo en los brazos del Morfeo y me quedo profundamente dormida.
...**************...
(Hendrick Lara)
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