— ¿Javier, pero dime, estás tan motivado como yo?
—Señor, estoy motivado, pero a la vez muy preocupado.
— ¿Dime que te preocupa?
—¿Señor, ya usted cerca de los 50 años y no se ha casado, tampoco tiene novia o por lo menos amiga, amigas, está todo el tiempo pensando en cómo hacer para que país cada día esté mejor, usted? Ha reflexionado en que no hay herederos. Como es sabido, el hijo mayor de su hermano sería el que heredaría, si usted no se casa y tiene hijos. Y señor Bernard, sabe usted que su sobrino no es digno de tal cargo, el de ser el gran duque — ¿Javier, pero dime, estás tan motivado como yo?
—Señor, estoy motivado, pero a la vez muy preocupado.
— ¿Dime que te preocupa?
—¿Señor, ya usted cerca de los 50 años y no se ha casado, tampoco tiene novia o por lo menos amiga, amigas, está todo el tiempo creyendo en cómo hacer para que país cada día esté mejor, usted? Ha reflexionado en que no hay herederos. Como es sabido, el hijo mayor de su hermano sería el que heredaría, si usted no se casa y tiene hijos. Y señor Bernard, sabe usted que su sobrino no es digno de tal cargo, el de ser el Gran Duque.
Sí, Javier lo he considerado, por eso, estos viajes tenían una doble intención y era negocios y conocer alguna mujer noble, pero no. Solo pude hacer buenos negocios y no encontré a esa noble dama, que será la que me acompañe en mi vejez.
—señor Bernard, usted no ha pensado en la hija de la viuda Merlina de Bonet, La señorita Lizbeth de Bonet.
— Javier, he pensado en ella, claro que sí, una joven muy hermosa, pienso que es la más hermosa del ducado, es muy educada, de buenas enseñanzas, he sabido que ha tenido varios pretendientes y ninguno ha podido concretar nada en cuanto a matrimonio. Y eso me hace generar algunas preguntas.
—cuáles? — ¿Por qué cada uno de sus pretendientes se van del ducado y hasta ahora ninguno ha vuelto? Y ella tiene casi mi edad y aún ella demuestra unos 20 años. Bueno, en fin…
—Señor Bernard, deberíamos hacer una fiesta por su regreso, a la cual puedan asistir todos los habitantes del ducado, de toda clase social.
—Javier, excelente idea, me gustaría ver todo mi pueblo reunido, que no haya ninguna distinción social.
— En esa reunión debería de buscar alguna dama que esté dispuesta a ser su esposa.
— Javier está muy bien lo que dices, pero sabes, aún no me siento preparado para dar ese gran paso, primero quiero poner todos estos emprendimientos a cabalidad.
— Señor entiendo, pero mi preocupación es usted dice así y eso va a tomar su tiempo, no es mejor que se case y con ayuda de su esposa, pueda ir haciendo todos esos proyectos. Bernard pensaba que él aún no se quería casar, pero si no lo hacía su sobrino sería el gobernante y sabía que él ya había tenido suficiente tiempo para haber conseguido esposa. Cuando recibió el ducado tras la muerte de sus padres, eran aún muy jóvenes, él y sus tres hermanos, por ser el mayor, debió asumir ese deber, desde ese entonces o había pensado en casarse. Pero ahora debería hacerlo, pues de las normas del ducado exigía que el duque debiera tener compañera, las dudas le entraron en su mente al contrario de sus hermanos que ya se habían casado y tenían hijos. Él aún no había estado con una mujer.
Una risa llegó a su cara y pensaba soy casto, soy un duque poderoso, pero casto.
Él estaba en sus pensamientos, cuando de repente su caballo se asustó y él se ha sabido caer.
— Qué cosa pasó, grito el señor Javier.
— ¿Señor Bernard, está usted bien?
Los mozos en ese momento corriendo a levantarlo y revisar que estuviera bien. El duque no tenía guardias reales, pues en su ducado siempre había reinado la paz desde hacía muchas décadas. La guardia estaba en las zonas fronterizas y en las zonas donde más pobreza existía allí, ellos cumplían funciones de educar, enseñar, cuidar y brindar calidad de vida a todos sus habitantes.
— Quién me ha hecho caer? pregunta enojado el señor Bernard? — Calmado señor, ya los mozos van a mirar el motivo por el cual el caballo se asustó y lo hizo caer
Señor, señor, ya sabemos que fue lo que paso, dijeron los mozos
Señor, es un papagayo, —se están burlando de mí, un papagayo? esa es un ave de tierras muy lejanas. Señor mírela, acá está, ella está asustada.
— Al parecer esta perdida, dice el señor Javier.
— Pero quien será el dueño de tan hermosa y ruidosa ave, está extraviada replico el señor Bernard. — Señor debe ser de algún aldeano cerca de acá — Vayan, vayan, miren a los alrededores que vivienda hay cerca.
Paso un buen rato y llegaron los mozos
—Dígame encontraron algún habitante cerca?
Los mozos a uni voz respondieron, no señor. ¿Entonces, esta ave de donde salió?
—Javier debemos llevarla a casa y tenerla hasta que encontremos a sus dueños.
Si señor ya le digo a los mozos que preparen una jaula improvisada para llevarla
Gracias a Dios, solo fue el susto de un ave.
Bernard reía,
Un papagayo, ¿quiénes serán sus dueños? Un ave
exótica. Bueno, ahora esperaremos conocer a sus dueños. El viaje transcurrió
entre charlas, silencios y descansos. Bernard tenía un presentimiento desde la
caída provocada por el papagayo Había algo dentro de él que le causaba una
infinita ansiedad y no entendía el motivo. Cuando eran alrededor de la 1 de la
tarde, se abrieron las puertas de la gran ciudad,
— Javier,qué hermosa está la ciudad, por fin estamos en casa- — Sí, señor, ya estamos en
casa.
— Jóvenes pueden dejar todo en casa, díganle Martina y Felipe que les ayuden a desmontar las cosas, y lleven los caballos a las caballerizas, y ustedes a partir de hoy tienen 3 meses para estar con sus
familias y serán remunerados pertinentemente.
— Gracias, señor. Al llegar a casa todo parecía en calma, pero todo era en apariencias.
— Javier, no sé, pero presiento que las cosas no están bien por acá.
—señor lo dice por algo en especial
—siJavier,
— Mis hermanos no han salido a recibirnos,
— Pero señor, recuerde que ellos no estaban enterados de su llegada, nosotros habíamos enviado un correo que llegábamos para el mes de marzo; y hemos llegado un mes antes.
— Javier ve a llamar al encargado
— Sí, señor Bernard, desde la caída del caballo, había entrado en un estado, de alerta, había algo que le decía que las cosas cambiarían para siempre.
— ¿Felipe, cómo has estado?
—bienvenido a casa, señor. yo señor bien
— Felipelo dices no muy convencido
— Dimepaso algo, que no sepa y deseas contármelo
— Señor,han pasado cosas en 6 meses de ausencia
— DimeFelipe que ha pasado
— Señor,no puedo decir nada, si le cuento nos castigarán
— ¿Quiénlos castigará? Si yo soy el que da las órdenes.
— Felipe contesta Bernard estaba muy enojado y ansioso de saber que aconteció.
— Señor susobrino Carlos…
— Que pasa con mi sobrino Carlos.
— Señor,él corrió a todos los empleados de la casa, solo estamos Martina y yo.
— Con qué derecho ha hecho tal cosa.
— Señor, él dice que usted ya no es el duque, que no cumple con los requisitos para seguir siendo el duque.
— Vaya,vaya, vaya
— Señor Javier, cómo ve la gallardía de mi sobrino.
— Señor Bernard, usted debe conseguir una esposalo antes posible.
— Señor Javier, tiene usted toda la razón
— Pero Felipe cuéntame más
— Señor, Bernard, el señor Carlos, aparte de correr la servidumbre de la casa. Dispuso que toda la caballería debiera de regresar de las fronteras, él quiere armar un ejército poderoso para someter a
todos los ciudadanos del ducado charentino.
—ha enloquecido Carlos, ¿con qué autoridad, nos quiere someter?
—Javier ve, en busca de Carlos y de mis hermanos, pronto por favor
—como usted ordene mi señor.
Gusto saludarte hermano como estuvo tuvo viaje, no te esperábamos aun.
—sí, eso note, tanto que se han tomado atribuciones, interesantes.
—Mi estimado hermano, no lo tomes de tal manera, solo hemos querido colaborarte con tus funciones en esa larga ausencia.
— Ahhh ya veo.
— Y bueno según ustedes, ¿en qué me han colaborado? En desemplear a personas que estaban trabajando en esta casa, personas que trabajaban para llevar el sustento a casa. En dejar desprotegido al país en
todas sus fronteras, en armar un Armagedón para oprimir al pueblo. ¿eso es colaborar?
— ¿El concejo estuvo de acuerdo?
Eran tres los hermanos de Bernard. Bastián era el
segundo, Alfonso el tercer, José el menor habían crecido en unión y armonía.
Habían estudiado fuera del país y a su regreso cada uno ocupo un cargo en el ducado, nunca habían tenido algún altercado fuerte entre ellos.
Pero en ausencia Carlos Petit el hijo mayor de Bastián, les había alimentado la idea de que el tío Bernard, no había cumplido con uno de los requisitos de casarse y tener un heredero, para seguir gobernando. Así que en ese tiempo hizo que el concejo de los honorables, tomara decisiones para obligar a Bernard abandonar su cargo de duque, entre otras disposiciones que habían decretado, ellos tenían ese poder en ausencia del
duque.
—sí, el concejo estuvo de acuerdo.
—todos llegamos a un acuerdo y es que tienes dos meses, para que te cases y un año para que tengas un heredero. Si llegado esos tiempos no has cumplido con lo anterior, deberás ceder tu gobernanza el
primogénito Bastián.
—entonces es lo que ustedes desean, así se hará, en dos meses me casare y en un año tendré un heredero.
Bernard en sus pensamientos se decía y ahora como hare para tal cosa? Si no he besado a una sola mujer en mi vida, ni tocado el rostro alguna. Donde conseguir una esposa.
Bernard estuvo de acuerdo con el matrimonio y el heredero. Con las demás locuras que habían dispuesto las revoco de inmediato.
—¿Javier dime que debo hacer?
— Señor, no es nada complicado lo que se debe hacer, solo que
usted es el único que lo puede(sonríe y se le escapa una risa)
— Mi estimado Javier, estas de buen humor.
— Señor, usted sabe que debe es buscar esposa y casarse, eso no
es difícil, cualquier dama de la alta sociedad, se casaría con usted mañana a primera hora.
— Javier me hablas en serio,
— Si señor
— Javier, por favor lo que debo es escoger es mi compañera para
el resto de mis días y en dos meses, ¿no me voy a enamorar y a quién escoger?
— Ayyy Javier, como será esta locura
(Javier, que seguía con su risa, pues para él era más
práctico, él no estaba pensando en sentimientos, solo en compromisos para salir
del reto, que tenían)
— Señor le propongo, que hagamos la fiesta de bienvenida y
buenas nuevas, ahí usted podrá, observar, analizar alguna dama.
— Javier está bien, organiza todo para que esa fiesta sea en dos
días. Que vengan de todos los rincones del ducado.
— Así se hará, señor.
Desde ese momento, Javier, empezó con cada
preparativo. Se enviaron invitaciones a todos los rincones del ducado.
Todos sus habitantes recibieron, las invitaciones
para asistir a ese gran evento.
Bernard, entro en grandes pensamientos, no estaba
tranquilo del reto que debería asumir, como sería la elección de su esposa.
Pero también pensaba en ese hermoso
papagayo, a pesar de que tenía grandes dilemas, él se sentía atraído por esa
ave.
Bernard caminaba por toda la casa, cuando sintió el
ruido del ave que le causaba tanta curiosidad, se detiene y en su agitada
mente, deseo ser libre como un ave, jamás había sentido tales pensamientos y
sentimientos, sentía sensaciones extrañas.
— Estoy loco, que me está pasando.
— Javier, Javier, grita desesperadamente, ¿Dónde estás?
— Felipe, Martina ¿Dónde están?
— Señor Bernard, contesta Martina, acá estamos,
— ¿Señor que necesita?
— Felipe te voy a encomendar algo, es una labor que lo debes
hacer con prudencia.
— No es nada del otro mundo, pero sé que te llevara algo de
tiempo, necesito
Que averigües, quién en el ducado tiene aves y sobre todo aves
exóticas
— Y por favor consigue libros que hablen de las diferentes
especies de aves del mundo entero.
— Claro, sí, señor, así lo haré
— Señor, dice Javier,
— Dime Javier,
— Señor, ya está todo listo, está todo listo para mañana, ahora
debemos escoger un traje para usted.
— Claro Javier
— ¿Javier que sabes de mi sobrino?
— Señor, su sobrino, hizo muchas cosas que no debería en su
ausencia, cosas que nos acarrearan problemas a largo y corto plazo
— Javier, pasando la fiesta, nos encargaremos de tales cosas.
— Bueno, cambiando de tema, ¿dime todos los nobles asistirán a
la fiesta?
— Sí, todos han confirmado.
— Mañana será un gran día, único, dice Javier
— ¿será Javier?
— Lo será señor, lo será
Felipe, después de haber averiguado las posibles
personas que tenían o comercializaban aves de toda clase, emprendió un viaje de
unas 6 horas, lugar donde habitaba alguien que tenía se decía ser la posible
dueña del papagayo.
Era un lugar llamado Normandy, una vereda alejada
y calmada.
Después de las horas de viaje, Felipe entro a tal,
lugar.
Era calmado, los sonidos eran hermosos, Felipe no
sabía cuál de todos los sonidos, era más agradable.
Después de a entrarse en la vereda.
Felipe desciende de su caballo y empieza a
caminar, no ve a nadie, el lugar parece estar solo con las aves.
— Que le diré al señor Bernard, ¿qué no encontré a nadie?.
— Buenas tardes, por favor, ¿alguien está en casa?.
— Buenas,
Nadie le respondió a felipe.
Este espero unas horas y nadie llego.
Felipe subió al caballo y partió nuevamente.
Llegadas las horas del anochecer, Felipe estuvo de vuelta en casa
Y pidió que el señor lo recibiera.
Download MangaToon APP on App Store and Google Play