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Tu Reflejo En Mis Ojos

¿Accidente?.

Mi infancia fue muy feliz hasta que un mal día a papá lo asaltaron saliendo de su trabajo y por rehusarse a darles sus cosas le dispararon cuatro veces, en donde lamentablemente perdió la vida y a partir de su fallecimiento mamá cambió y todo mi entorno dio un giro muy drástico…

Yo siempre fui la niña de sus ojos por parecerme a él, solo había una ligera diferencia mis ojos no eran azul profundo como los de mi padre sino violeta, mi hermano y yo lo éramos todo para él, cuando nos dejó yo tenía casi ocho años y mi hermano trece, a pesar de mi edad era muy observadora y yo nunca vi a mi madre sufrir por la partida de papá al contrario, no pasaron ni dos meses cuando trajo a un hombre a vivir a la casa.

Cuando lo conocí nunca me dio confianza al contrario me daba terror, por los miles de tatuajes al igual que las cicatrices en su piel, su mirada era tan penetrante y lúgubre que a cualquiera lo pondría nervioso y en ese instante el nunca quito su mirada de mí, pero eso a mamá nunca le importo.

Los meses avanzaron y yo aún no superaba la pérdida de papá y mi refugio fue la comida en donde comencé a ganar peso conforme crecía, mi madre solo de vez en cuando me decía cosas que me hacían sentir mal, solo por estar un poco más llenita que antes.

Los años pasaron, siendo de alguna manera infeliz, mi madre solamente me rechazaba por cosas sin sentido, me lastimaban sus gritos, insultos y su indiferencia; y el único apoyo que tenía en ese momento era el de mi hermano Ian, teníamos un vínculo tan cercano y demasiado fuerte, bueno, eso era lo que yo pensaba.

Hasta que nuevamente todo cambio, a la casa llegaron los hijos de Darius, Melisa que era de la misma edad que Ian y León era tres años más grande que mi hermano, solo fueron meses hasta que Ian cumplió dieciocho y decidió irse, pero antes de partir prometió que vendría por mí y me llevaría lejos de esta casa, algo que realmente nunca cumplió y que solamente dio vuelta a la página dejándome a mí en el olvido.

Sufrí mucho porque ahora estaba sola, mi madre era aún más agresiva conmigo, Melisa me molestaba y León solo me miraba más de lo que yo quisiera, yo ya tenía quince y estaba en pleno desarrollo y conforme crecía todo crecía haciéndome más llamativa, me sentía tan incómoda con mi cuerpo que ya no quería salir de mi habitación.

Pero una noche tenía que estar en una cena, en la que Melisa traería a casa a un novio o amigo la verdad no sé que es de ella, pero solo escuche que era de buena posición y que si lograba atraparlo saldrían de la pobreza; [la casa donde vivíamos era hermosa, pero al faltar mi padre todo cambió teniendo limitaciones en todo]; mi madre al entrar a mi habitación solo me dio un vestido que tenía que usar si o si, así que me lo puse sintiéndome tan incómoda por ser tan ceñido al cuerpo y yo de verdad tenía demasiados complejos con mi apariencia que solo suspire y salí de mi habitación.

Baje las escaleras hasta ir a la sala donde estaban todos, estaba por entrar, pero solo me detuve, me sentia nerviosa sin saber el porqué y después de pensar en las consecuencias por no obedecer, me di media vuelta subiendo a toda prisa encerrándome en mi habitación.

Solo quería dormir, olvidar y esperar la gran bofetada de mi madre, hasta que un ruido me hizo despertar en medio de la noche, sentí unas manos tapar mi boca hasta que un dolor intenso me hizo perder la conciencia...

Al despertar todo frente a mí estaba en penumbras, la verdad no recordaba si había apagado la luz de mi habitación, pero me llamó la atención que a lo lejos se escuchaba mucho bullicio, me frotaba los ojos para tratar de aclarar mi visión y seguía igual, escuche que abrieron la puerta y voltee a la dirección del sonido, pero por más que intentaba que mi vista enfocará no lograba ver nada, hasta que escuché un "despertaste", esa voz no la reconocía y fue que me enteré que estaba en un hospital, no podía recordar nada, ¿como es que había llegado aquí?, ¿porqué estaba aquí?.

Cuando les dije a esas personas que prendieran la luz, no respondieron haciéndose un gran silencio, pero fue tan doloroso enterarme que era de día y en la habitación donde estaba, entraban los rayos del sol iluminando todo a su paso; me altere al entender que algo malo pasaba conmigo, grité con desesperación derramando lágrimas en esa gran crisis, de mi brazo arranque una aguja, escuche voces pedir ayuda cuando solo sentí que me sujetaban, estaba tan incontrolable que minutos después sentí un pinchazo en mi brazo y solo comencé a sentirme muy relajada hasta que cerré mis ojos.

Cuando volví a despertar estaba igual, perdida en la oscuridad, me hicieron muchos estudios hasta darme el diagnóstico más doloroso y horrible que jamás pensé escuchar, pero era más que evidente, perdida de la vista y para darme la estocada final mi ceguera era irreversible, ya que el traumatismo cráneo encefálico fue tan grande que daño una parte importante de mis ojos y parte de mi oído izquierdo.

No entendía en realidad que me había pasado a tal grado de perder la vista, no lograba recordar nada, pero mi cuerpo dolía dándome a entender que tenía las secuelas de tal vez un, ¿accidente?.

Después de irse el médico, me hice bolita en la camilla y solo lloré en total silencio, la señora Cecil me intentaba consolar, pero esto que sentía en mi interior era tan grande y doloroso que cada palpitar era un calvario para mí.

Ya cuando me pasó un poco mi crisis la señora Cecil y el señor César comenzaron a hacerme miles de preguntas, querían saber si había visto el rostro de mi agresor, pero ¿cuál agresor?, y solo les implore que me dijeran que me había pasado, porque mi mente estaba completamente en blanco y por más que la forzará no lograba recordar absolutamente nada; tardaron para hablarme, pero al final lo hicieron explicándome del estado tan grave en el que me habían traído, ellos al pasar por aquella carretera oscura y desolada, me vieron a mí en la orilla de la carretera inconsciente, desnuda y bañada en sangre.

Me quede en shock al enterarme del porqué estaba aquí, solo trataría de sobrellevar todo lo que me estaba sucediendo hasta que un día, tarde o noche escuché la voz de mi madre fingiendo preocupación y alegando que había salido de viaje y los vuelos se habían retrasado, sabía que eso era una vil mentira porque llevaba dos días aquí y ella jamás se apareció, pero los señores Monroe le creyeron su justificación, los siguientes días siguio a mi lado, sabía que era ella solo con su manera tan peculiar de apretarme la mano o el brazo y en ocasiones me susurraba cosas sin sentido.

Me dieron de alta y los señores Monroe me llevaron nuevamente a casa de mi madre, pero al llegar no se encontraban en casa y ellos solo se quedaron junto a mí; contándome la triste historia de la perdida de su hija; me tomó por sorpresa que se ofrecieran a ayudarme y a darme una vida de calidad a pesar de todo, no quería abusar de su gran generosidad ya habían gastado demasiado con la cuenta del hospital, pero esto, ya era demasiado que me suplicaran y su acción me hizo sentirme tan mal que termine aceptando.

Las horas avanzaron y jamás apareció mi madre, la señora Cecil tomó mi mano y me guió devuelta a la camioneta, llevándome con ella, íbamos en camino y solo escuchaba la platica de ellos y su gran interrogante, ¿dónde estaba ella?.

Pero gracias a ellos, a mis ángeles guardianes como los llame desde que los conocí, me enseñaron a apreciar la vida de otra manera que no sólo se necesita ver, sino también podía sentirse y eso fue lo que realmente me ayudo a no rendirme, aprendí a leer braille, a usar el bastón y cuando cumplí los dieciocho me regalaron una mascota guía.

A su lado mi vida estaba llena de mucho amor y comprensión donde siempre estaré eternamente agradecida porque ellos me hicieron fuerte y enseñándome a valerme más por mi misma.

LILITH CASSANELLI.

Graduación.

Ellos me alentaron a continuar con mis estudios a pesar de mi discapacidad seguí adelante a paso firme, la carrera que escogí fue administración de empresas.

Y donde cursaría mi carrera era una universidad de prestigio y demasiado costosa, pero los señores Monroe querían gastar su dinero en ofrecerme todas las comodidades posibles, todo esto tan bello que me rodeaba sabía que era en memoria de Melania, pero aun así agradecía a Dios por haberlos puesto en mi camino.

Al entrar estaba nerviosa porque todo sería tan difícil para mí, sin tener en función la herramienta fundamental, pero nuevamente los señores Monroe me ayudaron, todos los libros que utilizaría los personalizaron y mis maestros eran un amor porque me permitían tener a mi lado a Nieve mi mascota, quien solo estaba acostada sobre mis pies.

Siempre pensé que por mis limitaciones no podría interactuar con otras personas, pero estaba muy equivocada, me hice amiga de Jonathan un compañero que estaba en la misma carrera y a Carol la conocí por accidente.

Cuando iba camino a la cafetería choque con ella accidentalmente, ya que Nieve creo que iba distraída y desde ese momento nos hicimos inseparables, ellos se adaptaron a mí y yo a ellos.

Y hemos hecho una promesa que cuando nos graduáramos y encontremos un buen trabajo viviremos los tres juntos...

Terminó la última clase y estamos solo a semanas de graduarnos, los nervios por los trabajos finales se siente al igual que la alegría por culminar la carrera.

Me levanto y solo hago un chasquido con los dedos para que Nieve se levante y solo siento su pelaje al costado de mi pierna, me cuelgo la mochila saco mi bastón y comenzamos a caminar.

Pero antes de bajar la rampa, ya que me aprendí de memoria el camino para salir a la explanada e irme; escuchó pasos apresurados acercarse y una voz conocida me habla.

— Li, Li, ¡espera!- detengo mi andar hasta que siento su mano en mi hombro—¿tienes hambre?.

—me quita la mochila al igual que mi bastón y solo toma mi mano— si, mucha y, ¿Carol?.

— vamos, nos está esperando— asenti caminando a su lado bajando por la rampa hasta que escuchó el grito de mi amiga.

—¡amiga!,- me toma de las manos y las pone sobre sus hombros— dime, ¿sientes algo diferente?

Comienzo a tocar su rostro hasta terminar en su cabello y sé que se lo ha cortado, sonrió hasta asentir.

—tu cabello Carol, lo has cortado— Jonathan me vuelve a tomar de la mano- ¿se ve bonita?, Jonathan.

— si, Li— siento su respiración en mi oído y solo me susurra— pero no más que tú.

Solo sonrió y escuchó reprocharle Carol a Jonathan en forma de juego, salimos de la universidad y subimos al auto de Jony, no tardamos mucho cuando me ayudo a bajar nos recibió un mesero y nos llevó a una mesa, sentándonos, mientras hacían el pedido yo acariciaba el pelaje de Nieve para qué se relajará.

Y a la espera de nuestra comida platicamos de nuestro día.

—les traje unos regalos—dijo Carol, escuchaba ruido hasta que me puso en la mano una caja—esta es especial para ti Li.

Asentí abrí la caja y con mis dedos pude sentir que era una pulsera, toque los bordes hasta que me di cuenta que tenía escrito mejores amigos y nuestras iniciales en braille, sonreí hasta que unas lágrimas escaparon de mis ojos.

—no Li, no llores— me dijo Jonathan y sentí sus dedos limpiar mis mejillas.

—es solo, que nunca pensé tener unos amigos como ustedes— me abrazan y por su perfume sabía que era Carol.

— Lilith, nosotros somos los afortunados de tenerte como amiga— su abrazo es más fuertemente- te quiero Li— sonreí y sentí sus labios en mi mejilla.

La escuché sentarse y Jonathan me tomó de las manos apretándolas ligeramente.

— yo también te quiero, ¿lo sabes verdad?— asentí, iba a hablar, pero el mesero había llegado puso la comida sobre la mesa junto a nuestras bebidas.

Tome mi vaso alzándolo— Jonathan, Carol, quiero brindar porque nuestra amistad sea para siempre- chocaron sus vasos al mío y todos dijimos salud...

Las semanas habían avanzado la señora Cecil me había comprado el vestido para mi graduación, dejando todo listo para mi gran dia.

Estaba a punto de acostarme cuando abrieron la puerta era la señora Cecil, me paso el teléfono, era una llamada de mi mamá, era extraño porque desde que me dieron de alta jamás volví a saber de ella, quería verme ese mismo momento, tarde para contestar estaba indecisa era extraño su aparición, pero la señora Cecil me convenció de ir a visitarla.

Y esa misma noche nos llevó, y por primera vez en mucho tiempo platiqué con ella, libre de insultos, gritos y agresiones recordando los buenos tiempos; me sentia tan bien al sentir sus cálidos brazos rodearme, ya que por el pasar de los años había olvidado lo que es sentir el amor de madre, me sorprendí al escucharla pedirme que esta noche me quedara, acepte ilusionada y la señora Cecil se fue, pero sin antes decirme la hora en que vendría por mí.

Mi madre me acompaño hasta mi antigua habitación, acostándose a mi lado, mientras ella me acariciaba el cabello solo la escuchaba suspirar con pequeños sollozos, estaba arrullándome cuando me susurro dejándome un beso en la mejilla.

- Te amo Lilith, solo te pido que algún día me perdones.

Por la mañana al levantarme sabía que estaba sola, así que me duche y mientras me cambiaba le di de comer a Nieve, estaba por terminar cuando escuche que abrieron la puerta intempestivamente.

—hola Lilith, ¿ya viste quién vino?— era Melisa queriendo manchar mi dia con su chiste de muy mal gusto- ¡ay! se me olvidaba que eres una maldita ciega.

—Melisa creo que ya estás muy grande para que hagas esos chistes tan infantiles, ¿no crees?— solo la escuche reirse— y por cierto no necesito ver, para saber que la señora Cecil a venido por mí.

Hago un chasquido con mis dedos y Nieve de inmediato se pone a mi costado, tomó la correa y salgo de la habitación, cuando estoy por llegar a las escaleras Nieve de la nada comienza a gruñir y por el sonido de los tacones creo que es mi madre.

—¿aún no te has ido?— solo negué, dándome cuenta que el amor y la amabilidad de anoche se habia esfumado por completo, termino de bajar las escaleras.

Al abrir la puerta los cálidos brazos de la señora Cecil me recibieron.

— vamos hija, los estilistas nos esperan— asentí subiéndonos a la camioneta.

Al llegar a casa, fui llevada a la sala donde comenzaron a arreglarme pasando algún tiempo, cuando ya me terminaron camine hasta mi habitación donde me puse el vestido, con solo tocar la tela y su textura sabía que estaba hermoso.

Nos fuimos a la universidad, al llegar me fui a mi lugar junto a Jonathan y Carol, la ceremonia había comenzado durando unas horas hasta que pase a recibir mi diploma, todos aplaudían y eso me hacía sentirme tan orgullosa de mí.

Me despedí de los señores Monroe quienes se llevaron a Nieve y los tres nos fuimos donde sería la fiesta, al llegar la música estaba muy fuerte, antes de entrar entrelace mis manos en la de ellos y nos fuimos hasta una mesa.

El tiempo avanzó hasta que bajaron el volumen de la música, y se escuchaba el golpeteo del micrófono hasta que una voz muy grave habló atreves de micrófono y una sensación erizante recorrió todo mi cuerpo.

JONATHAN.

CAROL.

Quiero una familia.

Desde pequeño tuve una vida un poco complicada, cuando murió mi padre no pude sobrellevar el dolor que sentía por su partida y la indiferencia de mi madre me hicieron desubicarme un poco.

Me hice rebelde, probando el alcohol a temprana edad igual a todos los excesos, en mi círculo vicioso la promiscuidad era del día a día, hasta que tuve un tope donde fui a parar al hospital por una sobredosis.

Al enterarse mi abuelo del estado en el que estaba no dudo en regresar de sus largas vacaciones en donde me llevó a un centro de ayuda, dure un año recluido en ese lugar, donde sufrí por la abstinencia, pero después de ese proceso tan dificil salí reformado teniendo en mi mente una sola meta, ser igual de grande que mi padre.

Así que estudie la misma carrera que el abuelo y mi padre, donde al finalizar mis estudios de inmediato el abuelo me cedió el puesto, él por su edad ya no podía seguir al frente de la compañía y a falta de mi padre yo tenía que tomar el lugar del nuevo CEO de la gran empresa Moretti.

Durante mi gestión en mis tiempos libres me gustaba apoyar a la universidad en donde yo había estudiado, dando platicas a nuevos estudiantes sobre visualizar sus objetivos en su carrera y su vida, en donde también era invitado cada año a la fiesta de graduación para dar unas palabras que alentaran a la juventud a seguir firmes en sus sueños.

Y solo meses después de haber tomado la presidencia conocí a una mujer hermosa, trabajaba para esta empresa, al tratarla me comenzó a llamar mucho la atención hasta que iniciamos con algo casual, salidas, besos robados y sexo de ocasión, hasta que nos hicimos novios.

Mi relación iba bien en donde ella, ya conocía a mi mamá y al abuelo, hasta que unos meses después me presento a sus padres, pero desde ese día todo cambio, al llegar a su casa era modesta, yo ya lo sabía, pero me sentía extraño, nervioso y me estresaba por no saber el por qué de mi sentir, nos sentamos en el sofá de la sala donde contesté cada pregunta que me hizo su mamá, pero de la nada sentí erizar mi piel.

Y así como sentí eso, solo desapareció, aunque la cena fue tranquila, el cambio de actitud de Melisa y de su mamá era extraño se les notaba en el rostro una gran molestia, ante eso me sentí incómodo al ver que hablaban entre ellos, así que al terminar la cena me despedí y me fui a casa cuestionándome sobre la actitud de ellas y más que veían sin parar hacia las escaleras.

Los meses avanzaron y más la conocía dándome cuenta que era muy diferente a cuando la conocí, su ambición era más que evidente, ya que me exigía regalos costosos y viajes de semanas, cada vez más me resonaba la pregunta que me hice desde la cena con su familia, ¿valdrá la pena continuar?.

Así que cuando estuve decidido a terminar con ella, mi madre junto al abuelo me pidieron que le diera un voto más, que ella platicaría con Melisa, tardé para contestar, pero al final acepte y solo fue para estar peor que antes pues ya las discusiones sin fundamentos que ella me hacía comenzaba a agotarme y molestarme, pero después de todo aún seguía a su lado…

Hoy por la noche nuevamente sería el anfitrión de una fiesta de graduación más, al ver la hora me levanté de mi escritorio tomando mi saco, al salir de mi oficina me encuentro a mi asistente.

—Alison, por favor la última reunión reagéndala, tengo que salir— ella asintió.

— si señor Moretti, ¿necesita algo más?— negué caminando hacia el ascensor.

— es todo, cuando termines puedes irte—volvió a asentir y se fue.

Subí al ascensor para bajar hasta el estacionamiento, al abrirse las puertas pude ver a Melisa sentada sobre el auto, al llegar solo la saludé, ya que hace días nos habíamos peleado nuevamente.

—Emilio, ¿seguirás aún en esa postura?—asentí abriendo la puerta de mi auto.

— si, ya te dije que es muy pronto para que pienses en familia— se bajó del capo con sus brazos cruzados.

—no es muy pronto, Emilio llevamos años y tu mamá está en la misma postura que yo, ella quiere nietos al igual que tu abuelo— niego tratando de subir, pero ella me lo impide.

—Melisa entiende y ni mi abuelo, ni mi madre o tú, me harán cambiar de opinion— comienza a gritar de coraje, eso siempre lo hace cuando no obtiene lo que ella quiere— por favor Mel, se me hace tarde.

—entendí que el matrimonio para ti esta descartado y yo lo acepte, pero, ¿porque tu no puedes aceptar lo que quiero yo?, ¿porque?, Emilio quiero una familia contigo— negué, alejándome de ella, ya que discutir con ella es más que estresante.

— por favor Melissa— suspire con frustración y ella solo se hizo aún lado al ver que no conteste sus preguntas.

Subí a mi coche, yéndome a toda velocidad, esto en definitiva se salia completamente de mi control así que en vez de ir a casa maneje hasta mi departamento, dándome un baño, me alistó y salgo disparado al salón donde es la fiesta.

Al llegar y cruzar el enorme marco de globos una sensación extraña hizo estremecer a mi cuerpo, me acomodo el saco y continuo mi camino buscando al director, paso entre la gente hasta que me llama la atención una melena rojiza, detengo mi andar observando detenidamente.

Hasta que la voz del director me saca de mis pensamientos, giro hacia él para poner toda mi atención, pero mi vista se vuelve a ir al mismo punto donde esta sentada esa chica.

— hola señor Moretti, bienvenido, al terminar su discurso daremos inicio con la fiesta, ¿usted dirá?— asentí.

— vayamos al escenario para dar inicio— el asintió caminamos a la par.

Subí al escenario y golpeé un poco el micrófono, carraspee y comencé con mi discurso, mi vista recorría cada rincón y cada rostro de los graduados hasta que se detuvo en una chica en especial era la misma chica que me cautivo solo con ver su larga melena rojiza.

Era realmente bella, su sonrisa, su cabello y sus facciones eran exquisitas, era todo un ángel ante mis ojos.

Al terminar mi discurso, no entendía, pero sentía la necesidad de acercarme a ella, baje del escenario iba a su dirección cuando nuevamente el director se cruzo en mi camino y tuve que ir con él a su mesa, ya que me iba a presentar a dos posibles socios para poder llevar acabo un proyecto para la universidad.

Cuando logre zafarme de ellos al ver a la mesa estaba vacía, camine por todo el lugar, pero ella no se encontraba por ningún lado, así que decidí irme sintiéndome frustrado por no haber podido acercarme a esa hermosa chica y más me sentía así porque sé que jamás la veré de nuevo.

EMILIO MORETTI.

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