En una gran mansión un hombre sufre y se lamenta por haber perdido a su familia, su esposa y su hija,

lo único bueno que tenía en la vida.

Sumido en la ira y la desesperación por haber perdido todo, decide destruir a los culpables y arrastrarlos a su miserable vida, sumiéndose así en la espesa oscuridad, pero la frialdad que embarga su corazón será llenada con la calidez de una pequeña luz que llegara para iluminar nuevamente su vida, recordándole lo que es sentir

amor nuevamente.

Lo que no sabe es que esta pequeña, viene con un regalo precioso que él ha estado anhelando por muchos años.

En una gran mansión un hombre sufre y se lamenta por haber perdido a su familia, su esposa y su hija, lo único bueno que tenía en la vida.

Sumido en la ira y la desesperación por haber perdido todo, decide destruir a los culpables y arrastrarlos a su miserable vida, sumiéndose así en la espesa oscuridad, pero la frialdad que embarga su corazón será llenada con la calidez de una pequeña luz que llegara para iluminar nuevamente su vida, recordándole lo que es sentir amor nuevamente.

Lo que no sabe es que esta pequeña, viene con un regalo precioso que él ha estado anhelando por muchos años.

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Hola mis queridos lectores,

Había estado ausente por mucho tiempo, después de despejar la marea y calmar un poco mi mente, comenzó a fluir esta corta historia, la cual espero y sea recibida con agrado y le puedan brindar todo su apoyo.

En una gran mansión un hombre sufre y se lamenta por haber perdido a su familia, su esposa y su hija, lo único bueno que tenía en la vida.

Cuando era joven tuvo que fortalecerse así mismo por qué vivía en una familia en la cual sobrevivía el más fuerte, entre tanta ambición, avaricia y poder el más débil era reducido a lo más lamentable, dirigidos por un hombre ambicioso y sin escrúpulos, lo único importante era mantener el orden dentro de su monarquía y aquel que desobedecía pagaba cruelmente las consecuencias.

Lizandro era el nieto primogénito, su padre siempre le exigía ser el mejor para así poder heredar el liderazgo de esta familia y poder acabar con la tiranía de su abuelo, lastimosamente sus padres no pudieron verlo debido a que sufrieron un lamentable accidente en automóvil quedando solo a la Merced de todos los buitres que lo rodeaban.

Fue enviado al extranjero para que su educación fuera la mejor, eso le hizo pensar toda su familia, pero ellos solo tenían en su mente la idea de poder deshacerse del joven dejándolo aislado de todo, pero en realidad con lo que no contaban era que él tenía sus propios planes y era independizarse de esa familia y comenzar una nueva vida,

organizando todo a su favor.

Poco a poco se fue rodeando de personas importantes y fue convirtiéndose en un gran empresario, pero aún seguía faltando algo en su vida, continuaba sintiendo ese vacío que había quedado con la muerte de sus padres, fue allí cuando en una tarde nublada conoció a esa luz que vino a iluminar su oscura y triste vida.

Aine, una joven llena de vida y sueños anhelados por hacerse realidad, quién bajo un cielo nublado irradiaba un aura deslumbrante.

-       Hola, mi nombre es Aine (ella se acerca con un gesto de inocencia mientras él se queda perdido en su mirada) ¿deseas ordenar algo?

-       Disculpa, es que…

-       No te preocupes, a veces también tengo mis días grises (el se sorprende por las palabras de la joven, debido a que él estaba perdido en sus pensamientos

-       No pareces ese tipo de persona

-       Si, eso me dicen con mucha frecuencia (se queda pensativa por unos instantes) permíteme (la joven se dirige hacia el mostrador y al instante trae en sus manos una pequeña taza humeante la cual coloca al frente del joven)

la casa invita

-       No es necesario, yo puedo…

-       Has de cuenta que una amiga te ha invitado a tomar una taza de café, tiene un toque de canela y vainilla, sé que te gustará y como pago puedes siempre volver y no se… un día de estos me puedes invitar algo (habla con sus mejillas sonrojadas)

-       Será un placer

Las mejillas de la joven continúan con un color rosa haciéndola lucir más hermosa ante los ojos del joven mientras

sus corazones comienzan a latir al mismo ritmo convirtiéndose así en amor a primera vista.

El tiempo fue pasando y la joven pareja parecía ir levantando poco a poco su castillo de amor, un amor inquebrantable a prueba de todo obstáculo, pasaron dos años y se convirtieron en un matrimonio con demasiados sueños y logros por alcanzar, añadiendo así después de unos meses a su primogénito, con lo que no contaban era que llegaría el momento en que la familia Walton quisiera intervenir en su vida y arrebatarle todo.

-       ¿Ocurre algo? (su esposa se acerca acariciando su mejilla notando la preocupación de su esposo reflejada en su rostro)

-       Es mi familia… quieren que regrese

-       Eso es bueno ¿O no?

-       No lo es, esa familia está llena de codicia y no deseo que tu entres en su mundo, no quiero que apaguen tu luz con la maldad que hay en sus corazones (el tono de voz de Lizandro está lleno de preocupación)

-       Yo… me quedaré, no quiero que te angusties pensando en que algo malo nos pueda pasar

-       Por eso te amo, si ustedes no estuvieran en mi vida estaría perdido. (Lleva su mano hasta el pequeño vientre abultado de su esposa)

-       No exageres… eres un hombre muy guapo y cualquier mujer estaría feliz de tenerte a su lado

-       Quizás tengas razón, pero que puedo hacer si me enamoré de ti desde el primer día que te vi y desde entonces no he tenido ojos para nadie más, llegaste para darle luz a mi vida y llenar el vacío que había en mi alma.

-       Te amo

La mujer embelesada por las suaves caricias de su esposo se deja llevar hasta la habitación donde se entregan

al amor infinito que sienten el uno por el otro volviéndose uno solo, sin imaginar que ésta sería la última noche que volverían a estar juntos.

-       No olvides llamarme si te sientes mal o sucede algo inesperado

-       Sí cariño (Aine puede notar la preocupación en el rostro de su esposo)

-       Ah, Steven estará al pendiente de ti, tienes su número si yo no contestó

-       Amor, no hables como si no nos fuéramos a volver a ver, prometiste volver mañana no lo olvides

-       Por supuesto que no lo olvido, eso sería olvidarme de ti y ni en mil años eso sucedería. (Lizandro deja un suave beso sobre los dulces labios de su esposa mientras está le desea un buen viaje)

-       Te amo, no lo olvides

-       Yo aún más, volveré pronto

Sube a su auto mientras observa a través de la ventana a su tierna esposa despedirse con una hermosa sonrisa mientras acariciaba su vientre comenzando a sentir una opresión en el pecho que le hace ensombrecer su rostro.

-       ¿Se siente bien? Señor

-       Si, no te preocupes, quiero que estés muy al pendiente de mi esposa, ante cualquier movimiento extraño te comunicas conmigo de inmediato

-       Si señor… ¿cree que pueda ocurrir algo malo?

-       Es solo por prevención, ella es muy testaruda y no le gusta incomodar a los demás así se sienta muy mal

-       Comprendo señor, no se preocupe cuidare de su esposa hasta que usted vuelva

Él asiente con lentitud sin apartar de su pecho esa sensación que le indica que algo malo puede suceder, pero deja atrás todos esos pensamientos mientras comienza a trabajar desde su laptop para dejar todo organizado en su empresa hasta que vuelva, considera que su esposa estará bien porque jamás ha permitido que su familia se

acerque a ella así que no podrán hacerle daño, pero cuán lejos estaba de la realidad, los oscuros planes de su abuelo lo alcanzaría dejándolo perdido en la absoluta oscuridad sin saber que al provocar esto él acabaría con todo a su paso.