Lín tenía 23 años, tenía un año que había terminado su licenciatura en economía ya administración empresarial, su padre lo metió a trabajar directamente a la empresa de la familia, su vida estaba resuelta; pero él no lo quería así, deseaba entrar a los negocios de su padre, aprender de todo lo que hacía junto con su tío Carlos y Penny.
Ellos solo lo dejaron tener entrenamiento, hasta un militar de alto rango fue su maestro en todo; pero a pesar de que él se hizo hábil en todo lo que le enseñaron, no lo dejaban participar en nada de los negocios ilegales de la familia.
Lín no quería seguir así y para mostrar un poco de su inconformidad todas las noches se escapaba de casa para ir a las carreras de carro, todo era clandestino, ponía su vida cada noche en peligro; pero él solo quería demostrar lo fuerte que era, que era capaz de hacerse cargo del legado de su padre.
Salió de su trabajo a las 11 pm y como cada noche pasó por su novia; era una joven de buena familia de las más ricas de la ciudad de París, sus negocios eran de diseños de ropa y eran dueños de una de las mejores marcas del mundo.
Su novia la conoció en la preparatoria y en el último año de universidad se hicieron novios, tenían tres años de novios; ella era una mujer caprichosa, presumida, fue la razón por la que Lín se metió en las carreras de carros, la que le metió la idea de ser el sucesor de su padre en los negocios ilegales.
Lín y su novia llegaron a la carrera de carros, traía un carro de carreras, modificado, como si fuera el de un profesional, era de color azul marino, con unas imágenes a los lados de una sombra negra, se mira tétrico; su novia baja del carro y empezó a organizar la próxima carrera, a recoger las apuestas.
Lín tomó su lugar y en menos de 15 minutos, la carrera empezó; él llevaba la delantera, estaba por ganar, pero cuando menos lo pensó una patrulla se le atravesó adelante, apenas pudo frenar, para no chocar y cuando quiso salir de reversa ya estaba rodeado por varias patrullas.
Todos los espectadores en cuanto vieron llegar la policía salieron huyendo, hasta su novia salió de ahí dejándolo solo; esa noche Lín no estaba de buenas, se lo llevaron a las barandillas y el carro al corralón, los policías en ese momento lo reconocieron, sabían bien que era el hijo del jefe, del quién controlaba toda la ciudad, quien en París no conocía a Nil, el hombre más poderoso de todo el país de Francia.
Esa noche solo él fue detenido, el comandante en cuanto lo miro llegar, supo quién era, no le gustó nada la idea de detenerlo, rápido tomó su celular, privado y le marco a Nil.
Nil estaba con Sahara, disfruta de su amor, de una gran noche de placer y en ese momento de mayor entrega, el celular de Nil empezó a sonar, fueron llamadas persistentes, tanto que a Sahara la desconcentro; ella molesta, toma el celular, contesta con una voz furiosa.
• Señor, no ha mirado la hora, cómo puede molestar a mi esposo a esta hora; dígame ¿Para qué lo busca?, Si no me dice le cuelgo y hasta mañana lo dejo que se comunique con usted.
El jefe de policía se sintió algo inseguro, no sabía si decirle a ella lo que pasaba era lo correcto; pero al escucharla tan decida y molesta no tuvo más que decirle.
• Señora, discúlpeme molestarla, sé la hora que es, pero es su hijo, tuvimos que detenerlo, estaba jugando carreras clandestinas; yo le marque para ver si pueden venir por él y hablarle sobre los peligros que corre al hacer esto.
Sahara se sintió molesta, furiosa con Lín, no podía entender cómo su hijo, el mejor portado, se había metido en semejante cosa; miro a Nil y con una voz sería le dijo.
• Si Lín, hizo algo indebido, yo espero que usted lo trate como es su deber, así que haga lo que le corresponda, mañana pasará mi esposo para recogerlo y señor, será mejor que sea duro con él, nosotros no le diremos nada; señor, lo que tenga que hacer y un poco más duro quiero que sea, también dígale a mi hijo, que su padre fue quien dio la orden, para que aprenda a comportarse.
Nil seguía recostado en la cama, se le quedó mirando algo confundido, pero cuando escuchó el nombre de Lín se paró, quedando frente a ella; quiso quitarle el celular, quería saber con quién hablaba y por qué menciono a Lín, ¿Qué era eso de castigo? No le gustaba nada lo que estaba escuchando.
En el momento que la mira cortar la llama, inquieto le dice.
• ¿Quién era? ¿Qué tiene Lín?, Por favor esposa mía habla, estoy desesperado por saber ¿Qué pasa con Lín?
Sahara estaba molesta, esquivo su mira, no le dio su celular, tomó la camisa de Nil, se la puso para cubrir su desnudes, en ese momento le dice.
• La policía detuvo a Lín, por jugar carreras clandestinas y en este momento está en la comisaría; te marcaron para decirte que fueras por él, pero no vas a ir, ahí se tiene que quedar, tiene que aprender hacerse responsable de sus malas acciones y más te vale no Ir a sacarlo, por qué entonces si tú y ese hijo nuestro me van a conocer enojada.
Nil no estaba de acuerdo en dejar a su hijo en la cárcel, eso no podía permitirlo y ella sería su esposa, la mujer que amaba, pero Lín era su hijo, simplemente no quería verlo tras unas rejas, con una mancha en su historial; tomo su pantalón se lo puso rápidamente y tomó a su esposa de los hombros, mirándola a los ojos le dice.
• Sahara, mi Reina, sabes muy bien que te amo, que siempre respeto tus órdenes y siempre hago lo que me dices; pero esta vez no puedo, cómo crees que voy a dejar a nuestro hijo en la cárcel, está joven para que pase por esto, además puede dejar una mancha en su historia de vida, su imagen se mancharía ante la sociedad.
Solo déjame ir a sacarlo, prometo castigarlo aquí en casa y tú puedes darle de nalgadas, lo que tú quieras, pero hay que ir por él; amor, por favor te lo suplico, vamos por nuestro hijo, saquemos lo de ahí, no podemos dejar que nuestro pequeño, nuestro hombrecito pase una noche en la cárcel, yo no quiero esto.
Sahara le sonríe, deja un beso apasionado en sus labios y con una voz seductora le dice.
• Tú sabes lo que vas a decidir, te metes en la cama conmigo y terminamos lo que estábamos haciendo o vas y sacas a tu hijo de la cárcel, pasan la noche fuera de la casa, por qué no pienso dejarlos entrar, también buscas desde mañana dónde dormir por qué no pienso dejar que duermas aquí, no pienso abrirte las puertas de mi habitación, hasta que se me pase el coraje.
Nil mira caer la playera al suelo, mira el cuerpo desnudo de su hermosa esposa, la mira recostarse en la cama, acomodarse boca arriba, acariciaba sus piernas, su pecho, era una invitación a subirse a la cama con ella; él no sabía qué hacer, por un lado, todo su cuerpo le gritaba, sigue a tu esposa, su hombría respondía a lo que miraba, sus manos querían ser quien la estuviera tocando, pero su conciencia le decía vamos por Lín, tu pequeño hombrecito no puede pasar la noche en la cárcel.
Nil se puso tenso, no sabía qué hacer, no quería dejar a su hijo en la cárcel, pero tampoco quería molestar a su hermosa esposa, que ya lo esperaba en la cama, completamente desnuda y con una necesidad de tener su cuerpo, o eso era lo que pensaba.
Nil seguía siendo débil ante su esposa y más si su invitación era estar con ella en la cama, tuvo que olvidar a su hijo, se fue directo a la cama, a pasar un buen rato con su esposa; Sahara, terminó dormida encima de él, no pensaba dejarlo ir, tenía que dejarlo ahí con ella, para que su hijo entendiera bien su lección por sus malos actos.
A las 5 de la mañana Nil ya estaba despierto, quiso levantarse sin despertar a Sahara, pero ella lo tenía abrazado y en el primer movimiento que hizo ella se despertó.
Le dio los buenos días, no mencionó a Lin, se levantó como un día normal, lo invitó a bañarse con ella; él la siguió, pero esa mañana no pudo responderle, estaba preocupado por su hijo, su mente solo estaba en que quería ir a sacar a su hijo.
Sahara se molestó, podía ver qué estaba distraído, que no la estaba atendiendo como siempre y eso no les gusto; se puso de malas, terminaron de bañarse rápido, fueron al closet, cada uno se cambió y en ese momento que salieron del closet le dice.
• Nil, me has hecho enojar y ya que estás muy preocupado de tu hijo, está noche te vas a dormir con él.
Después de decirle eso salió de su habitación, Nil apenas pudo decir su nombre cuando la miro salir molesta de la habitación, no iba a escuchar nada de los que le dijera, por qué para ella no tenía excusa; él sale atrás de ella, pero al ir tan molesta, casi lo hizo correr para alcanzarla.
Logra pararla en la sala, toma su mano con delicadeza, la abraza por la cintura y con su voz inquieta le dice.
• Perdóname, pero trata de entenderme, es mi hijo, mi pequeño y dejarlo en la cárcel no ha sido fácil, es duro para mí saber que mi único hijo varón pasará la noche tras las rejas, ni siquiera yo pasé por eso.
Sahara lo fulminó con la mirada y molesta le dice.
• Suéltame, no me vas a convencer con esto, recuerda queremos criar tres hijos buenos, guiarlos por un buen camino y si tú no te pones firme, vamos a hacer malos padres; ellos tienen que aprender de sus errores, no puedes seguir consintiéndolos, solapando cada cosa mal que hacen y no hablaré más, así que suéltame, antes que hagamos un escándalo.
Ella se fue a la cocina donde empezó a pedir lo que quería desayunar y como cosa de chiste pidió lo que duraba horas en estar preparado, un pollo a la naranja; Nil se sentó a la mesa, pidió algo rápido para desayunar, pero Sahara le dijo que no que iba tener que esperar a que estuviera lo que ella quería desayunar.
Él sabía muy bien lo que su hermosa estaba planeando, esperarse a que se hicieran las 9 0 10 de la mañana para que lo dejara ir por su hijo; Nil no quería molestarla más, tuvo que quedarse sentado en la mesa, tomando un café a esperar, que su hermosa esposa lo dejara ir por su hijo.
Eran las 9 am cuando la comida estuvo lista, sirvió dos platos y por fin empezaron a desayunar; Nil mientras comía en silencio maldecía a Penny por estar de vacaciones y no poder mandarla a ella a sacar a Lin, igual Carlos, los dos habían decidido ir de vacaciones con sus esposas, algo que en ese momento estaba odiando, porque su hijo tenía que estar un par de horas más en esa cárcel.
Nil no se atrevía a ver a Sahara, masticaba lo más rápido que podía, quería terminar pronto, pero Sahara no, ella masticaba lento, se podía ver que iba a tardar en terminar su desayuno; él estaba desesperado, ansioso por salir de ahí ir por su hijo, saber cómo estaba y en ese momento que sentía ya no podía llegan a la mesa Carla y Iana, las dos habían pasado la noche juntas, hicieron una pijamada, estaban contentas, a ellas les encantaban los videojuegos y esa noche habían logrado pasar los niveles que querían.
Las dos se sentaron a la mesa, listas para desayunar, pero las dos se quedaron sorprendidas al ver el desayuno, Carla inquieta dice.
• Qué raro, esta comida está muy elegante, no es para un desayuno; tía ¿estamos celebrando algo? o ¿por qué están comiendo algo así?
Iana miraba la mesa elegante, también ella estaba sorprendida, emocionada dice.
• Mamá parece que hoy le festejas algo especial a papá, se miran todo tan lindo, que…
Iana se quedó cayada al ver la cara molesta de su madre, algo no le gusto en ese momento mira a su padre buscando una explicación, pero Nil solo movió la cabeza a los lados y le indico que se sentar en silencio.
Iana y Carla no entendían lo que pasaba, pero algo muy incómodo se empezaba a sentir, las dos terminaron sentándose en silencio, una de las empleadas sirvió sus platos; empezaron a comer, pero estaban tan incomodas, que se arrepintieron de haber entrado al comedor.
Las dos comieron un poco y no soportaban estar ahí con tan malas vibras, insegura Iana, le dice.
• Mamá creo que debemos irnos, tenemos que ir a recoger mis calificaciones de la preparatoria, nos das permiso de levantarnos de la mesa.
Carla que no quería seguir ahí, su tía se miraba tan enojada, que solo quería alejarse de ella, insegura dice.
• Si tía, tenemos que ir a la escuela de la Iana, el primo Lin prometió llevarnos, creo que será mejor que vallamos a despertarlo, para que nos lleve.
Nil al escuchar que Carla mencionaba a su hijo, voltio a ver a Sahara hasta con algo de miedo, sentía que eso iba hacer que su hermosa esposa, en ese momento se iba a convertir en una bruja; pero Sahara siguió comiendo, en silencio sin contestarle nada a Iana, ni Carla, siguió comiendo tranquilamente.
Iana ya no podía seguir viéndolos así, sabía que algo estaba pasando y se puso seria, en ese momento dice.
• Papá, mamá ¿Qué pasó?, ustedes dos parece que están enojados o mejor dicho parece que pelearon y creo que es por culpa de Lía, ¿Que hizo ahora?, Mami no tienes que molestarte con papá, ella siempre va a ser así, solo déjenla, ya aprenderá.
Sahara dejo sus cubiertos con brusquedad, volteo a ver a su hija con una mirada afilada y con una voz molesta le dice.
• Iana, ahora tú te comportas como una joven malpensada, levantando falsos, no debes sacar conclusiones tan a la ligera; solo para que veas tu error, esta vez no es tu hermana la que me tiene de malas, si no tu hermano Lin, se fue a jugar carreras de autos clandestinas, la policía lo detuvo anoche y solo por ser hijo de Nil, pensaban soltarlo en la madrugada, claro si tu padre iba a sacarlo.
Gracias a tu hermanito tuve mi peor noche, mientras que él muy a gusto que debe de estar, tu padre está ansioso por ir a sacarlo, por qué su hijo no puede estar en la cárcel, cómo es posible algo así y yo pienso que unos días encerrado no le caerían mal; pero como tú padre va a dejar a su adoración en la cárcel, está que quiere que me vaya al hospital para poder ir a sacar a su hijo de la cárcel.
Iana se quedó callada, sabía que cuando su mamá estaba molesta era mejor no decirle nada, solo dejarla hasta que su enojo se le pasará; cuantas veces no la hizo enojar Lía, siempre la estaba haciendo renegar, cuando no le llegaba borracha en la madrugada, le llegaba con sus amigos tratando de hacer fiesta en la madruga o a cualquier hora del día, también se había agarrado a golpes con algunas mujeres en los centros comerciales, en algún antro, todos en la casa sabían que Lían era un verdadero dolor de cabeza, hasta más de una vez sobre jiro sus tarjetas de crédito, día que Sahara se puso muy mal, se enfureció tanto, que nadie quería estar cerca de ella.
Iana y Carla no querían seguir ahí, Sahara se miraba tan enojada, que parecía pronto iba agarrar a alguien a golpes; pero ahora no podían irse a ningún lugar, solo se quedaron ahí sentadas, comiendo sin nada de ganas.
Sahara siguió comiendo, cuando termino, dejo sus cubiertos aun lado y en ese momento con una voz calmada dice.
• Nil, puedes ir a sacar a tu hijo de la cárcel, en este momento me voy a trabajar; pero antes de ir por tu hijo lleva a Iana y a Carla a que recojan la boleta de calificaciones; Iana, espero ver buenas notas, porque no te voy a disculpar ni un 8 en tu boleta, ya que tu único trabajo en esta casa es estudiar, escúchame bien si tienes bajas calificaciones, tendré que ponerte a trabajar.
Iana se quedó callada, no quería seguir molestando a su mamá, hasta Carla se sentía mal de estar ahí; Sahara se para, se acerca a Nil deja un beso en sus labios y con una voz seri le dice.
• Ya me voy para que por fin se te quite esa cara de preocupación y vayas por tu hijo, solo espero que seas duro con él, porque si vuelve a pasar lo mismo seré yo la que le dé una lección.
Después de decir eso se acerca a Carla deja un beso en su frente y otro en Iana, suspira profundamente y antes de irse con una voz algo tranquila dice.
• Mis hermosas princesitas, solo espero que ustedes dos, no termine dándome dolor de cabeza en un futuro; Carla también quiero ver tus calificaciones, porque de ustedes dos espero mucho.
después de decir eso sale de la casa, solo cuando ella se fue Nil pudo respirar tranquila y rápidamente se puso de pie, iba a decirle a su hija y a carla que fueran a cambiarse para llevarlas a la escuela, después ir por Lin; pero en ese momento, las mira ponerse de pie y las escucha decir.
• Vamos por Lin, pobrecito que noche debió pasar.
Las dos hablaron a la vez parecían gemelas conectadas, Nil la abrazo dejo un beso en su cabeza y les dio las gracias, rápido salieron de la casa, subieron a una de las camionetas, los tres iban en el asiento de atrás, Nil le ordeno al que iba en el volante que los llevara a la comisaria.
En el momento que llegaron a la comisaria Nil les pide que lo esperen ahí, pero ellas se negaron, rápido bajaron del carro, cada una de ellas tomo uno de sus brazos, empezaron a camina a hacia la puerta de la comisaria; él no pudo negarse, amaba tanto a su hija, como a su sobrina, lo que ellas le pedían siempre había todo para dárselos, así fuera a escondidas de Sahara.
Cuando estuvieron con el comandante de la comisaria, los recibió como si fueran las personas más importantes, los hizo pasar a su oficina y con una voz llena de miedo le empieza a decir.
• Jefe, yo trate de hacer lo que su esposa nos dijo, pero discúlpeme, no nos atrevimos a ser duros con su hijo, eso va a tener que hacerlo usted, no queremos que él nos agarre odio y después venga por nosotros; jefe, solo lo dejamos con los demás detenidos fue lo único se nos ocurrió, tiene que disculparnos.
Nil estaba que no podía con su enojo, pero no con el jefe de policías, sino con Sahara, por que hizo que su hijo, pasara la noche con verdaderos criminales y solo tenía miedo de lo que esos hombres pudieron hacerle, de cómo iba a salir su hijo, no le gustaba nada lo que escuchaba, en ese momento solo sentía la necesidad de golpearlo.
Iana al ver a su padre tan molesto, le pide al jefe de policía que vaya por su hermano, que ya era hora de regresar a casa; el hombre sale a toda prisa de la oficina para ir por Lín, en ese momento Carla y Iana se empezaron a reír, pensaban en lo que tuvo que pasar Lin ahí dentro, con toda esa gente, pero Nil no le causaba risa, solo estaba molesto y no sabía con quién desquitar su enojo.
Cuando el comandante de policía llego con Lin, los tres al verlo se quedaron sorprendidos, no traía zapatos, ni su chamarra, estaba descalzo; Nil enfurecido dice.
• ¿Qué demonios te paso Lin? ¿Dónde están tus zapatos, tu chamarra?, comandante usted me va a tener que dar una explicación en este momento.
Lín mira que su padre se iba a dejar ir contra del comandante, en ese momento se mete en medio de los dos, con una voz tranquila le dice.
• Padre no lo culpe, yo regale mis zapatos, había un joven ahí que fue detenido por andar con malas amistades, no traía zapatos, apenas tiene 18 años y yo le di mis zapatos al igual que mi chamarra; pensé que llegarían pronto por mí y el joven tenía frio por eso lo hice, pero ustedes me dejaron aquí hasta horita vienen a recogerme, eso es ser muy malo, no es justo, ¿Por qué no vinieron anoche por mí?
Iana al ver que su hermano estaba temblando de frio y al escuchar su voz toda temblorosa, pero a la vez molesta, se empezó a reí de él, con una voz divertida le dice.
• Papá hubiera venido en el momento que le avisaron, pero mamá no lo dejo, hasta hizo que prepararan una comida elegante en la mañana, para que papá no saliera de la casa en el momento que salió el sol, no lo dejo venir hasta que termino su comida; hermanito ahora sí que molestaste a mamá, esta furiosa contigo, tanto que yo que tú me mudaba de país, unos años a ver si así se le baja el coraje.
Lín dejo de temblar de frio al momento que su hermana le dijo, sus palabras lo hicieron sentir un calor, pero no era un calor de una hermosa pasión, si no de miedo, sabía muy bien que no la iba a tener fácil con su madre; él sabía que gracias a Lía, que no dejaba de hacer tonterías, de siempre molestarlos, hizo que su madre con el más mínimo erro que ellos tuvieran terminaba irritada como si hubieran hecho algo muy malo, todo porque no quería que él y Iana se perdieran en el camino, como lo estaba su hermana, que ya no sabía qué hacer con ella.
Lín puso una cara de tristeza y con una voz decaída dice.
• Supongo que mamá no debe querer ni verme, realmente la moleste y eso no crea que sea muy bueno, no me gustaría que piense que soy igual que Lía; yo no quise molestarlos, es solo que quería probarme que podía ser igual a ti padre, yo quiero ser tu sucesor, quiero algún día poder encargarme de todo el peso de la familia y sobre todo…
Nil no podía creer lo que escuchaba de su hijo, no lograba entender por qué su hijo quería ese peso, algo que él no quería darlo, no podía hacer pasar a ninguno de sus hijos, por eso que él tenía que pasar para mantenerlos con vida; él no iba a permitir semejante tontera, porque su hijo no sabía lo que realmente estaba pidiendo y enfurecido por primera vez levanto la voz a uno de sus hijos, para hacerlo callar.
• Lin cállate de una vez, que tonterías estas diciendo, tú crees que yo me hizo hombre corriendo carro o puse en peligro mi vida para probar algo, crees que me gusto matar a mis enemigos para ser el hombre más termino en el mundo del narcotráfico, crees que me gusta vender la droga que anda en las calles, que envenena a las personas, a los jóvenes y hasta niños; hijo, si tú crees que esta vida es la mejor, realmente estas mal, no sabes lo que pides y cuando tengas mi edad sabrás que tu decisión de ser como yo, fue un error.
Lín siguió no escuchaba palabras, él ya lo había pensado y quería ser como su padre, encargarse de todo, mantener a salvo a su familia, así como lo hacía su papá; él no pensaba escuchar una negación, no escucho nada de lo que su padre le dijo, solo le respondió alterado.
• Yo soy tu hijo, tengo derecho de ser tu sucesor en todo a encargarme de todos tus negocios y tienes la obligación de enseñarme como se hace esa parte ilegal que no has querido enseñarme.
Lin estaba siendo altanero, soberbio, hasta el punto de levantarle la voz a su padre, no iba a entender de razón alguna, ya se había puesto en su posición, estaba dispuesto a todo para que su padre lo aceptara; a Nil realmente no le importo que le gritara, que fuera soberbio, que por primera vez su hijo fuera caprichudo, era bueno ver su carácter fuerte, pero lo que realmente lo molesto fue que pidiera ser igual que él, eso no pensaba permitirlo, su hijo no podía llevar su vida, no quería que se convirtiera en un asesino como lo era él.
Nil no soportaba todo lo que su hijo le gritaba, esa repetición de palabras de quiero ser como tu solo lo molestaron y en su desesperación levanta su mano con algo de fuerza lo golpea en la cara; el golpe fue algo fuerte, tanto que lo hizo caer al suelo, termino escupiendo sangre y con su labio partido, en ese momento no quiso levantar su cabeza, no se atrevía a ver a su padre a la cara, era la primera vez que le pegaba, que lo reprendía, eso lo hizo sentir mal, razonar que había estado mal, con su voz decaída le dijo.
• Padre, discúlpame, no quise ser grosero, no quise molestarte.
Nil después de darle ese golpe se sintió mal, hasta su mano le temblaba, sin querer, sin pensarlo, guiado por su desesperación había terminado pegándole a su hijo, que ya era un joven ya grande, que no necesitaba de ese tipo de acciones; pero simplemente no pensaba dejar que su hijo entrara a sus negocios, algo que le cambiaria la vida, que lo destrozaría como en su momento se la destrozó a él.
Nil no quería ver a su hijo, por que terminaría siendo blando y eso no se lo podría permitir, en ese momento con su voz endurecida le dice-
• ¿Disculpa?, que tonta palabra, para lo que hiciste vas a ocupar más que eso y yo no pienso hablarte hasta que se te quite esa tontería de la cabeza; escúchame bien, Lin, ninguno de mis hijos se meterá a los trabajos sucios, vive tu vida, concéntrate en la empresa en tu prometida, haz tu familia, se feliz, no busques complicarte la vida, porque te puedes arrepentir.
Iana, vamos a la preparatoria por tus calificaciones, dejemos que Lin regrese solo a casa, parece que tiene mucho que pensar y yo no quiero verlo hasta que no deja de pedirme semejante tontería.
Iana y Carla estaban sorprendidas nunca se esperaron que Nil hiciera tal cosa, para ellos siempre fue amoroso, cariñoso, un hombre que solo estaba para sus hijos, la dura en la relación era Sahara; pero ahí estaban las dos viendo a Nil siendo tan duro con su hijo, que simplemente no se lo podían creer, hasta el jefe de policía se sintió tan mal, que termino saliendo de ahí, cerrando la puerta para que nadie se diera cuenta de su discusión, de lo que pasa ahí.
Nil abrió la puerta, le indico a Carla y a Iana que salieran, ellas al verlo tan enojado no se atrevieron a desobedecerlo, no se acercaron a Lin, no querían que él se molestara con ellas en ese momento mejor salieron de ahí, subieron a la camioneta, sin decir una sola palabra.
En el momento que Nil subió a la camioneta le ordeno al chofer.
• Ordena que una de las camionetas se quede, para que lleven a Lin a la casa.
El hombre que iba conduciendo tenía mucho que no lo miraba así de enojado y se dio cuenta por el ceño fruncido en su frente, sus ojos medio cerrados por el coraje que seguro tenía en ese momento; el hombre no pregunto nada, no quería molestarlo más y que desquitara todo ese coraje con él, solo hizo lo que le ordeno, después solo condujo hasta la escuela de Iana, fue un camino incomodo, en un silencio de sepulcro.
Cuando llegaron a la preparatoria y el carro se paró, Nil bajo junto con ellas, algo que las incomodo, realmente no deseaban estar con él, se miraba enojado, furioso, tanto que sus compañeros de clases al momento que iban caminando se alejaban de ella; Iana por primera vez se molestó con su hermano, porque estaba pasando un muy mal rato, llegaron por sus calificaciones y la secretaria que le entrego las calificaciones termino siendo regañada por su Nil, porque se tardó al entregarle la boleta.
La secretaria se puso tan nerviosa al momento que miro a Nil, porque tenía una cara terrorífica, se podía ver lo enojado que estaba y solo de pensar en lo que se decía de él, la hizo ser ineficiente en su trabajo, tanto que no ha había papel que tomara y terminara en el suelo, hasta ella más de una vez estuvo a punto de caerse, hizo un caos en su pequeña oficina, algo que a Nil le molesto mucho, a cada paso le gritaba, le exigía responsabilidad, fue algo tan tenso.
Iana en el momento que tomo su boleta de calificaciones, se las entrego a su padre, mostrándole que era de diez y de nueve, tal como ellos se lo pedían; pero esta vez Nil no estaba muy feliz, su pensamiento estaba en lo que su hijo le había pedido y sin querer termino regañándola, por tener más nueves que dieces, fue tan intenso que todos en la escuela lo escucharon, todos los observaban.
Iana se sentía avergonzada, no quería ver a su alrededor y temerosa le dice.
• Padre, no quiero molestarte, pero podrías regañarme en casa, por favor.
Nil al escuchar a su hija, la mira con su cara enrojecida, al ver a su alrededor mira que todos lo miraban con miedo, en ese momento se dio cuenta que se desquitaba con quien no debía, suspiro profundamente y con su voz seria dice.
• Discúlpame Iana, no debí regañarte por esto, tú lo hiciste bien este año, tu mamá va a estar feliz.
Iana lo abrazo y le pidió ir a casa, entendía que su papá estuviera enojado, Lin realmente le pidió algo que no era bueno para su futuro y solo pensaba que su padre no estaba enojado, sino preocupado, triste por lo que su hermano le había pedido; ella lo hizo regresar a casa, después le marco a su mamá para que fuera con su papá le conto lo que paso en la comisaria, ella se sentía preocupada por su padre, no quería que estuviera solo en ese momento, ya no solo era Lía la que los estaba molestando a hora era Lin, eso la hacía sentir mal.
Sahara en cuanto escucho lo que paso, regreso a la casa, llego buscando a Nil, lo encontró en el área de entrenamiento que estaba detrás de la casa, lo encontró golpeando un saco de boxeo, con todas sus fuerzas, ya le tiraba patadas, ya lo golpeaba con sus puños, estaba que ni el sol lo calentaba; pero lo que Sahara miraba era a su esposo desesperado sin saber que hacer, tenso y triste, ella al verlo corrió abrazarlo, a tratar de apoyarlo, de mostrarle que estaba con él y que no lo iba a dejar solo.
Nil en el momento que sintió que su hermosa esposa lo abrazaba, se quedó quieto, eso realmente servía para calmarlo, era un tranquilizante natural para él, suspiro profundamente, calmado le dice.
• Amor, que bueno que llegaste, supongo que Iana te conto todo; sabes mi pequeña paga los platos rotos, esa niña va a crecer traumada por nuestra culpa, siempre es ella la que tiene que soportas nuestros corajes cuando sus hermanos nos molestan.
Sahara deja un beso en sus labios y con su voz dulce le dice.
• Iana, solo está preocupada por su padre, nunca te había visto así de enojado, dijo ella, mucho menos te había visto pegarle a uno de tus hijos, eso si la dejo impresionada; pero sabes también me dijo que su hermano se lo merecía, hasta creer que su hermana Lía, merece tener una igual de fuerte, para que cambie su actitud tan negativa.
Nil, yo creo que somos buenos padres, ahí tenemos a Iana que es una excelente niña, bien educada, bien portada, inteligente, que nunca nos da problemas si no todo lo contrario, ella nos cuida y sobre Lin es buen hijo, la ide ha de tomar tu lugar es algo bueno, porque él te admira, eso debería de ponerte orgulloso, hacerte feliz, cualquier padre lo aria y no me salgas con la tontería de soy malo, mis negocios sucios, lo que tuviste que hacer para llegar a esto, porque lo malo de tu vida no quita lo bueno que has hecho.
Es cierto que hay muchas cosas que hiciste o haces para mantenernos a salvo, que no te gustan, que tal vez ni a mí me gustan pero es la vida que nos tocó vivir, solo tenemos que aceptarla y tratar de vivir felices con lo que tenemos, que sea dios quien nos juzgue; Nil, mi amor, si nuestro hijo quiere ser como tu entonces enséñale, aunque no nos guste, muéstrale ese mundo cruel que tienes que vivir día a día y si aun así quiere seguir tus paso, entonces enséñalo bien, para que no muera por su necedad.
Nil no podía creer lo que Sahara le decía, era imposible que ella pensara así, que le estuviera diciendo que lo enseñara hacer eso; él simplemente no quería eso para sus hijos, no podía enseñarles a seguir sus pasos.
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