Rose se encontraba concentrada en el computador, analizando los datos de su empresa como CEO de la gran compañía "PlayFun Toys". A lo largo de su vida, enfrentó grandes desafíos al ser una mujer en un mundo de negocios dominado por hombres. Pero ahora, con 27 años de edad, demostró su valía ante los inversionistas y sobre todo, a su familia, quienes siempre insistían en que una mujer debía estar casada y atenerse a su marido e hijos. Sin embargo, ella se mantuvo firme en su independencia.
Su apellido, "Brown", también ayudó un poco, siendo parte de una de las grandes familias de Nueva York. Su padre, Thomas, es un hombre reconocido no solo por sus inversiones, sino también por la cadena hotelera que ha sido propiedad de la familia desde los años 50, sobreviviendo a diversas crisis.
Su hermano Felipe comparte la misma habilidad de su padre en los negocios, y gracias a él, las rentabilidades de los hoteles han crecido significativamente. A pesar de venir de una familia conservadora, Felipe siempre apoyó cada una de las locas ideas de Rose, a pesar de ser el hermano mayor. Con 33 años, mostraba gran juventud, lo cual contrastaba con su carácter más serio. Muchos pensaban que ella era la mayor debido a su seriedad y su parecido físico, ya que ambos tenían la piel blanca, cabello negro azabache y grandes ojos azules, aunque su estatura marcaba una diferencia entre ellos.
A pesar de su carácter independiente, Rose no pudo resistirse al amor, incluso cuando su madre la presentó al hijo de uno de los inversionistas de su padre, Matthieu, de la familia Johnson. Aunque esta unión fue forzada, no pudo negar la fuerte atracción que sintió al verlo. Con el tiempo, comenzaron una relación y Rose se sentía atraída por el cabello castaño y los ojos de Matthieu, así como su porte elegante.
Sin embargo, había un problema en su relación: nunca habían tenido intimidad debido a las creencias conservadoras de la familia Johnson, donde la mujer debía llegar virgen al matrimonio. Su boda estaba programada para dentro de un mes, y aunque aparentaba calma e incluso desinterés, en realidad, se emocionaba por unir su vida con Matthieu, quien no tenía pensamientos machistas y siempre la apoyaba.
A pesar de su ilusión, su mejor amiga Emile no aceptaba del todo a Matthieu y sentía que él solo mostraba una buena actitud por apariencias, pero Rose no veía indicios de tal cosa. A veces, él quería controlarla, pero solo eran por cosas menores, así que no le daba mucha importancia.
Unos toques en la puerta la sacaron de sus pensamientos, y Rose sonrió al ver quién era.
--Espero no interrumpirte--dijo la persona en la puerta, y Rose negó levemente con la cabeza, ya que no era alguien que perdiera fácilmente su concentración.
--¿Tienes un minuto? Esto es importante--al escuchar la voz un poco dura de Matthieu, Rose dejó de escribir en el computador.
--¿Es muy grave? --preguntó.
--Dime, ¿si no fuera grave estaría aquí? --arrugó el ceño debido a la actitud de Matthieu, ya que era la primera vez que le contestaba de ese modo.
--Como aquí la mujer está súper ocupada, seré breve contigo--ella abrió la mano para callarlo.
--Deje de hacer las cosas para prestarte atención. No entiendo por qué tienes esta actitud, ¿está bien? --Rose estaba muy confundida por la actitud de Matthieu, quien sería su prometido en pocos días.
--No me casaré contigo--Rose cerró los ojos y negó levemente con la cabeza--no te comprendo, creo que escuché mal--dijo.
--No escuchaste mal, no me casaré contigo, para eso vine--ella examinó su porte y podía decir que estaba enojado, tenía tantas preguntas que hacerle, pero era como si su cerebro quedara en blanco. El sonido de una risa forzada hizo despejar sus pensamientos.
--Yo pensaba que te ibas a oponer o por lo menos rogarme que me casara contigo, pero aquí estás tú con tu porte de mujer frívola--ella tragó saliva y sintió cómo esas palabras le dolieron, ya que controlaba sus emociones y estas palabras sí la afectaron.
--Pero sabes, por fin puedo terminar con esta farsa de relación--no sabía qué pensar, pero al escuchar eso, Rose cerró la tapa del computador y tragó varias veces--si es todo a lo que viniste, puedes retirarte. No me gusta perder el tiempo--no quería derrumbarse ante él, el mencionó que era una mujer frívola lo cual mostraba que no tenía sentimientos, así que era así como la trataba.
Rose vio cómo él negaba con una risa burlona al escuchar su petición--me alegro de nunca haberme acostado contigo. Estar contigo es peor que estar con un cubo de hielo--Matthieu quería saber si sus palabras afectaban a Rose, pero ver que ella no cambiaba su semblante lo enfureció. Es cierto que él solo estuvo con ella por el bien de su familia, ya que ser su pareja le permitió hacer conexiones, pero él era un hombre y Rose una mujer hermosa. Ver cómo ella lo trataba con indiferencia solo afectaba su ego, ya que nunca sintió nada por ella.
--Si estás ante mí es porque ya tomaste una decisión y no hay nada que yo pueda hacer. Considerando que nuestro lazo terminó, no tengo por qué prestarte atención. Puedes retirarte--Matthieu escuchó las palabras de Rose, lo que avivó aún más su rabia.
--¿No quieres saber por qué te dejo o por quién te dejo? --contratacó.
--La verdad es que no, no gano nada, solo pierdo tiempo y eso es algo muy valioso para mí--Rose apretó su mano al escuchar la palabra "quién", ya que la afectó--llamaré a seguridad si no te vas--llevó su mano hacia el teléfono de la oficina para llamar a seguridad, pero el sonido de la puerta cerrándose indicó que Matthieu ya había salido de la oficina.
...espero contar con su apoyo con esta historia, que les prometo tendrá su final, las actualizaciones serán tres veces por semanas, espero cumplir con esto ya que trabajo y estudio y s veces el tiempo es muy limitado ...
Rose, al ver cómo Matthieu salía de su oficina, se recostó en el respaldo de la silla y llevó una mano a su rostro. Pudo sentir cómo sus emociones se agitaban y algunas lágrimas escapaban de sus ojos. Quería gritar, tirar todo a la basura y desahogarse, pero en cambio, soltó un profundo suspiro.
--No eres la primera mujer que pasa por esto, cálmate-- se dijo a sí misma mientras soltaba otro suspiro--Pensar que te equivocaste solo aumentará tus inseguridades. Tú vales mucho más, eres honesta y amas con pasión--.
Trató de aferrarse a esas palabras, pero su voz se quebró con cada una de ellas. Miró la hora, eran las cuatro de la tarde. Tenía que hacer algunas tareas importantes y firmar la documentación que su secretaria le envió; simplemente no era el momento para llorar.
Se dio unos golpecitos en la mejilla con la mano y se dispuso a concentrarse en los análisis que necesitaba terminar.
En otro lugar en Lower Manhattan, la zona más exclusiva que tiene Nueva York, David presenciaba el compromiso oficial de su hermanastro Jonatán con quien fue su anterior novia y amor de su vida. Sintió cómo el temblor se apoderaba de su mano, por lo que rápidamente, para no levantar sospechas de los demás, se tomó su medicamento asignado.
Una vez que se tomó el medicamento, vio el rostro de su padre y sabía lo orgulloso que estaba de Jonatán. Sabía que este no era su hijo biológico, pero lo quería como tal. A veces pensaba que su padre deseaba que él fuera el hijo heredero en lugar de un hombre enfermo como él.
--Simplemente no tienen vergüenza, no sé cómo tu padre aceptó este compromiso –sonrió, ya que sabía de quién era la voz—. Sofía, eso fue hace mucho tiempo –le dijo a la esposa de su primo y mejor amiga. Ambos se habían hecho cercanos desde su estadía en la universidad, y un día, cuando su primo vino de Japón, ambos quedaron flechados al instante.
--Escucho a mi fiera recunfuñando—la voz pausada de su primo contrastaba con el carácter de su esposa. Esto hizo que David sonriera, sabía que su familia de parte de madre era japonesa y venía de una de las familias más prestigiosas en la industria de la ingeniería y la innovación de maquinaria. Por lo tanto, el aspecto de su primo consistía en tener el cabello negro profundo y los ojos rasgados, mostrando así su origen.
-- Es que me parece injusto, Takahiro. Por David —vio cómo su primo tomó la mano de su esposa y le regaló un beso—. Te entiendo, pero al incomodarnos solo le damos el gusto a ellos, yo por mi parte me alegro —esto hizo que David lo mirara con detenimiento.
-- Así mi primo se liberó de una mujer cruel y superficial —esto lo hizo sonreír. Puede que su primo tenga razón, pero sabía que en esta sociedad ninguna mujer estaba dispuesta a casarse con alguien que padeciera una enfermedad y más aún cuando no hay registro de esta en la historia médica. Traer un hijo enfermo para uno era un infierno, como lo puede ver en el semblante de su padre.
-- Hermano, ¿y es que no piensas felicitarme? —apretó su boca cuando escuchó el llamado de Jonatán. Sabía que solo buscaba una excusa para dejarlo en ridículo frente a los inversionistas y familiares. Se acercó a él—. Te felicito por este nuevo compromiso —sabía que esto último solo lo hizo para provocarlo, ya que sabía qué hace unos meses rompió con el compromiso de su antigua novia. Ambos se miraron a los ojos y podía verse la gran diferencia, ya que Jonatán era rubio de ojos verdes y él era pelinegro de ojos negros, y debido a su ascendencia japonesa, sus ojos eran algo rasgados. Además, a diferencia de su primo, él tenía las cejas gruesas de su padre, así como su constitución y estatura, que lo hacían medir un poco más de 1,90 centímetros.
Luego de aquella interacción, decidió alejarse un poco para tomar un respiro. La recepción había durado mucho más de lo que había imaginado, y a pesar de que su padre diariamente le demostraba sus errores, lo nombró director jefe de la compañía "CreativePlay Toys: Imaginación en Movimiento". Gracias a él, la empresa estaba incursionando en animación digital y en la creación de juguetes. En este último campo, no tenía mucha experiencia, ya que se enfocaban más en la parte digital, creando videojuegos y plataformas de juego, pero él se arriesgó en este nuevo horizonte.
Sabía que esto disgustó mucho a Jonatán, ya que no estaría a cargo del nuevo proyecto. Había acordado una cita con la CEO de "PlayFun Toys", había escuchado que es una mujer de fuerte carácter. Sabía que si aceptaba esta colaboración, sería un gran paso para ambas empresas, ya que una era la número uno en tecnología y la otra en la creación de juguetes.
-- David —escuchó cómo alguien llamaba a su nombre, lo que despejó su pensamiento. Miró a aquella mujer que pensó que lo amaría tal como era. Tenía un hermoso vestido blanco que resaltaba su hermosa piel trigueña, tenía un moño recogido que dejaba dos pequeños gajos alrededor de sus ojos color miel.
-- A tu prometido no le gustaría saber que estás aquí conmigo —la miró detenidamente, era la primera vez que ella se le acercaba.
-- Quiero hablar contigo.
-- No hay nada de qué hablar, Anna —respondió, evitando que su rostro sufriera aquel tic incontrolable que le daba cuando estaba bajo estrés.
-- Solo quiero que sepas que no podía estar con alguien como tú y te mentí —Anna miró detenidamente a David, realmente pensaba que era un desperdicio de hombre debido a su enfermedad que lo agobiaba.
-- ¿A qué te refieres? —vio cómo él le preguntaba, confundido.
-- No me acostaba contigo por la ilusión de llegar virgen al matrimonio. No lo hice porque me da asco pensar que un enfermo me tocara o, peor aún, llevar un hijo tuyo en mi vientre —aquellas palabras afectaron enormemente a David, y sin poder controlarlo, su ojo izquierdo y su labio sufrieron aquel tic. Llevó una mano a su rostro para tratar de calmarse—. No tienes que dar explicaciones, te entiendo. Una mujer como tú no puede estar al lado de un hombre como yo —después de decir aquellas palabras, simplemente salió de aquel lugar.
No se despidió de nadie y podía escuchar a su primo llamándolo, pero lo ignoró. Dio una última mirada y vio cómo su padre estaba sonriendo al lado de su madrastra y Jonatán, demostrando que él era el sobrante en aquella fiesta. Montó en su auto y lo encendió, dispuesto a conducir lo más lejos posible de ellos.
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Rose había terminado de realizar los informes; miró la hora y eran las 6 de la tarde. Sabía que era la hora de salida de los trabajadores de su empresa, pero ella siempre se quedaba una hora más para organizar los documentos que revisaría al día siguiente, así como las actividades asignadas. Sin embargo, hoy no tenía la mente enfocada en el trabajo. Además, tenía una llamada pendiente que hacer. Soltó un suspiro tras ese pensamiento: "Tengo que hacer varias llamadas", susurró mientras se recostaba en la silla. Sabía que debía cancelar todas las actividades relacionadas con la boda.
La primera persona a la que llamaría era su amiga Emile, ya que ella se dedica a la organización de fiestas y había tomado la planificación de su boda como si fuera su propia boda. Sacó su teléfono celular del bolsillo y marcó a su amiga; el celular sonó dos tonos.
-Hola- escuchó el saludo de su amiga al otro lado de la línea.
--¿Tienes tiempo? --, le preguntó.
--Claro que sí, amiga. En este momento me encuentro hablando con uno de los proveedores de las flores y estoy que lo mato--, respondió Emile con frustración. Rose sonrió por el comentario de su amiga, pero le dolía que todo el tiempo que ella había dedicado a la organización de su boda fuera una pérdida total de tiempo y dinero, ya que en varias ocasiones escuchó que Emile rechazó varios proyectos para organizarle la boda de sus sueños.
--Es con respecto a Matthieu-- dijo Rose. Emile hizo un gesto para que los trabajadores guardaran silencio, ya que desde el otro lado de la línea podía escuchar cómo la voz de su amiga estaba decaída. --Te escucho-- dijo Emile, alejándose para tener privacidad.
--No habrá boda — Rose no quería que su voz sonara tan lamentable, pero fue en vano; más que dolor, sentía una enorme vergüenza por haber hecho perder el tiempo a Emile.
Emile abrió los ojos al escuchar aquella noticia. Sabía que el hombre era un cretino, pero nunca se imaginó que terminaría su compromiso a solo un mes de casarse--¡Es un maldito gilipollas! ¿Cómo se atreve a decirte eso en estos momentos? ¡Solo quería ponerte a prueba ya que eres mejor que él! -- Emile no podía controlar la ira que sentía en su cuerpo. Se soltó el moño que tenía haciendo que una hermosa cascada de cabello dorado cayera en su espalda --¡Maldito! Es que voy a partirle la cara--, exclamó furiosa.
Rose sonrió al escuchar las maldiciones de su amiga. Le gustaba que fuera tan explosiva, muy diferente a ella--Dime, ¿te dio algún tipo de explicación? -- le preguntó Emile.
--No, no quise saber. Su actitud era muy diferente a la que conocía. Me trató como una mujer fría y sin sentimientos, y yo actué como tal-- soltó un suspiro. Realmente se sentía cansada emocionalmente.
--Maldito, y yo aquí en Escocia--, dijo Emile con enfado. El comentario hizo arrugar el ceño de Rose.
--¿Escocia? --Sabía que su amiga se iba a encargar de la recepción de la boda, y según ella tenía una gran sorpresa para darle--Sé que a mi amiga le gusta leer libros pervertidos sobre grandes escoceses, así que planeé que su boda sea ahí-- sonrió por el comentario.
--No son pervertidos, solo apasionados. Realmente te pido disculpas por hacerte perder el tiempo. Si te soy sincera, me hubiese encantado esa sorpresa. Te quiero, amiga-- Emile arrugó su ceño, su amiga no era una persona dada a sus sentimientos, y cuando esto pasaba era porque realmente se sentía mal.
--Tomaré el primer vuelo a Nueva York-- dijo Emile para transmitirle tranquilidad a Rose.
--Puedes enviar la cancelación a los invitados y llamar a mi hermano para que te ayude-- comentó, y a Emile no le gustó ese último comentario. No es que se llevara mal con Felipe, pero él siempre sacaba lo peor de ella--No te preocupes, yo me encargo de todo, pero ¿qué haremos con la prensa? Era la boda del año--.
--De eso me encargo yo--, respondió Rose. Luego de terminar de hablar con su amiga, se puso de pie necesitaba despejar su mente. Esta vez le pidió al chofer que le diera la llave del carro, quería conducir para tratar de olvidar todo.
Estando en el carro, pudo ver cómo la pantalla de su celular se iluminaba con el nombre de su madre reflejado en él. Soltó un suspiro antes de tirar el celular en la parte de atrás del carro. "Lo siento, madre, pero hoy no estoy para ti", murmuró. Subió el volumen de la radio del carro y se perdió en la música que sonaba.
No supo cuánto tiempo estuvo conduciendo hasta que vio un pequeño bar algo apartado de la ciudad. Se encogió de hombros; no era una mujer que bebía, pero hoy tenía ganas de hacer cosas que nunca se permitió debido a sus estudios. Sin importarle si era peligroso o no, entró al bar.
Una vez dentro, hizo un recorrido por el lugar y vio que en su mayoría eran hombres y algunos tenían un aspecto algo sospechoso. Las pocas mujeres que había la miraron de reojo. Podía oler el fuerte aroma de alcohol y tabaco que emanaba del bar, pero sin importarle eso, caminó directo a la barra y pidió una cerveza.
David quedó hipnotizado por la mujer que recientemente había entrado al bar. Sabía que esa desconocida no habitaba un lugar como ese, solo con echarle un vistazo a su ropa. Tenía una falda que le llegaba hasta la mitad de la rodilla de color negro, seguida de una blusa manga larga blanca, con un saco marrón que caía un poco debajo de su falda, seguido de su bolso de mano y unos tacones puntiagudos. Pero lo que llamó su atención fue su porte de mujer orgullosa; esa coleta iba con su aspecto. Esos hermosos ojos azules eran como dos grandes zafiros. La palabra "hermosa" no justificaba a esa mujer. Soltó un suspiro; una mujer como ella estaba lejos de su alcance. ¿Quién estaría con alguien como él? Bajó la cabeza y se concentró en tomar su cerveza; para eso había manejado tanto.
--Hola, hermosa —Rose torció los ojos al escuchar la voz de aquel hombre. ¿Es que una mujer no puede simplemente beber tranquilamente?
--No me interesa —dijo sin voltear.
--Me gustan las bravas, así como tú —volvió a insistir aquel hombre. Rose volteó su rostro y lo detalló. Tenía un aspecto desagradable, le faltaban algunos dientes y tenía una gran barba.
--Solo quiero beber mi cerveza tranquila, no quiero que un idiota venga a molestarme —dijo con rabia.
--A mí no me rechaza una niñita como tú —la tomó fuertemente del brazo, lo que provocó un quejido de ella. Miró a los presentes para que la ayudaran, pero todos la ignoraron. Qué sociedad de porquería. Aquel hombre la jaló fuertemente, hasta el punto de hacerla levantar de su silla.
--¡Que me suelte, imbécil! —intentó pelear, pero aquel hombre era muy fuerte.
--¿Es que no escuchas a la señorita? —alzó su cabeza para ver al dueño de aquella voz. Quedó impresionada; era un hombre corpulento. Tenía el cabello negro al igual que sus cejas pobladas. Tenía los ojos algo rasgados, tal vez tenga raíces orientales, se preguntó.
--Aléjate —dijo el hombre corpulento.
--Suéltala —escuchó Rose a su salvador decir a aquel hombre mientras apretaba el brazo que la aprisionaba—. Te reto a que me obligues.
Rose abrió los ojos cuando su salvador le dio un puñetazo a aquel hombre directo en la cara, el cual cayó al suelo en cuestión de segundos—. Él me lo dijo —miro hacia ella para luego ocultar su vista, lo que ocasionó algo de confusión. ¿Es autista?, se preguntó.
...Hola, espero que esté capítulo sea de su agrado no olviden comentar ...
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