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Bella Y Deliciosa

Isabella Belmonte

Una niña creía que estaría viviendo por muchos años sola con su madre sin tener cariño paternal, pero pronto conoció a alguien que optó por llamarlo "Abuelo" ya qué no conocía ese tipo de vínculo porque su madre perdió a sus progenitores muy jóvenes y por parte de su padre, desconoce su existencia.

"Su padre" Osvaldo Warren, solo le dio vida, nunca la quiso, no le prestaba atención, ni una caricia, e incluso peor, ni siquiera un halago.

Su madre, Marisol Daurella, una mujer fuerte y luchadora, jamás bajó los brazos, trabajando de día y parte de la noche; en una empresa como Recepcionista y en un restaurante como moza.

Luego se unió a ese dúo, Amanda Sánchez, secretaria de Vicepresidencia con problemas familiares y de intereses.

Poco tiempo después asumió el puesto de Presidente en la Empresa de cuero, Brandon Belmonte, hijo de Eduardo, por lo qué Marisol fue ascendida a secretaria; mejor sueldo, pero más horario de trabajo, algo que la acercaba de cierta manera a su jefe, quien a su vez le dio algunos beneficios con respecto a su hija.

Isabella quiso a ese hombre como padre en cuanto lo vio, un imponente caballero de pelo Rubio y ojos celestes, midiendo casi dos metros de altura.

Se acercaron mutuamente y crearon lazos fuertes, por lo que Bella estaba convencida que debía hacer de cupido a favor de su madre.

Ahora de grande no sabe realmente si su plan funcionó o solo fue una pieza clave en la obra de sus padres, pero lo que sí interesa es el resultado final.

Como niña nunca supo si hubo mujeres que quisieran meterse con su papá Brandon, aunque sí recuerda el mal momento que lamentablemente, sucedió con su padre biológico, cuando quería llevársela con él, pero ¡Gracias a Dios! El difunto abogado Tejeda estuvo ahí para evitarlo, quitándole también la patria potestad y el apellido, transformándola en una pequeña con solo los apellidos maternos.

...

Su padre Brandon, las invitó a vivir juntos, por lo que él le preparó una hermosa habitación, pintada y decorada en colores pastel, con un vestidor de envidia para algunas mujeres adultas, un carruaje dentro y sus finos diamantes incrustados.

Su tía Amanda dio la noticia que estaba embarazada y Joaquín le propuso matrimonio, con lo cual unos meses después, Paola, Fátima y su ahora nieta, estaban arreglando todo a escondidas hasta efectuarse la ceremonia.

Otra festividad hermosa fue el cumpleaños de Bella, donde Marisol sorprendió de igual manera con unos bocados y un cartel, incitando a los invitados a comer para no ser la única panzona en ese año.

Lo impensado e increíble fue conocer el resultado de esa panza. "Supuestamente, tres niños", fueron gestados provocando que Paolo, quien estaba en el vientre de su madre Amanda, quisiera nacer completamente sano.

Por parte de Brandon y Marisol, nacieron cuatro niños, pero Marina fue la última, ya que los varones la protegían.

La elección de los nombres no fue complicado porque el punto clave era que cada niño tuviera la inicial de ellos mismos, aunque fue elegido horas después de nacidos, en una armoniosa discusión en la habitación de hospital. También ese mismo día, Marisol se enteraba que su amiga, Amanda, estaba esperando su segundo hijo junto a Joaquín.

La madre de Isabella, organizó una fiesta de aniversario para proponerle matrimonio a Brandon, quién coincidentemente haría lo mismo, ese mismo día, pero en una cena romántica. Eligiendo ambos, dos pares de anillos exactamente iguales.

La locura de su madre no terminaba en solo proponerle matrimonio a su hombre, sino que debía casarse en pocos días, por lo que llamó a su mejor amiga y está reclutó, a su suegra y tía para que la ayudarán.

Una ceremonia en dos días, rápido, sencillo y directo, para luego ir de Luna de miel en familia. Una bella isla en Bali -Indonesia, donde todos disfrutaron, pero aún más, los recién casados que se escapaban para hacer travesuras, y de ahí gestaron a Federico, el menor de todos.

Un año más tarde, Brandon hizo lo que tanto había querido desde que conoció a la niña que le robó el corazón; le colocó su apellido.

...

Quince años después, ISABELLA BELMONTE con 21 años, terminó sus estudios siendo adelantada en todas las materias, y decidió viajar por el mundo para conocer diferentes gastronomías, creencias y costumbres tradicionales, para ampliar sus horizontes.

Brandon, su padre, el hombre que eligió desde niña, la apoyaba y malcriaba en todo, pero le costó mucho tiempo aceptar que su Princesa quisiera abrir sus alas y volar lejos del nido, aún sabiendo que en pocos años volvería.

Sus hermosos y Celosos hermanos no querían dejarla ir sola, pero con la promesa de llamadas constantes, le permitieron viajar.

Actualmente, ya no queda nada de la niña tranquila, ahora es más rebelde y directa, casi sin tacto para opinar sobre algunas cuestiones, principalmente, si la comida está dentro del tema.

...----------------...

La ansiedad me mataba y necesitaba iniciar 💜

¿Listas para la historia de Bella?

Aquí va a haber de todo...

*¡Dios! Estoy que me salen spoilers de la cabeza🤣 Ustedes se lo deben imaginar.*

¡BIENVENIDAS SEAN TODAS!

Mujer insoportable

Bella

Este viaje ha durado tres años y ha sido únicamente para ser la mejor como Crítica gastronómica, donde califico los platos, inspeccionó la calidad de los ingredientes y luego doy una reseña en una página web, encontrando deliciosos platos, como otros realmente asquerosos, no solamente en su gusto, sino también en la presentación.

Yendo un poco más allá de lo permitido, he llamado a inspectores de salubridad para cerrar algún que otro local, ganándome el título de "Mujer insoportable, Arrogante e insensible" pero ¿Qué culpa tengo yo de que ellos manejen mal sus negocios? ¿Soy culpable por la pésima comida o esos supuestos "chef" que no saben cocinar ni siquiera arroz?

Estoy para opinar; por eso aparezco de sorpresa o algunos, me llaman para tener o ganar renombre.

He viajado por varios puntos importantes del planeta y también algunos no tan conocidos, conociendo sus tradiciones e innovando sabores.

...

Para finalizar estoy visitando Japón, en donde he comido bastantes cosas extraordinarias, pero mi última opción es el platillo más peligroso llamado Fugu, lo que es el pez globo con hierbas y muchas veces limón, aunque es a gusto del comensal.

En sus emplatados lo hacen parecer muy rico, pero debes tener un amplio conocimiento sobre su elaboración, ya que es un pez venenoso y sino es cocinado de determinada forma, puedes morir.

Es muy apreciado por los Japoneses, pero su veneno es letal; llamado tetrodotoxina (una neurotoxina 1200 veces más mortal que el cianuro) se concentra en la piel, hígado y ovarios. Su consumo está prohibido en la Unión Europea, pero aquí es considerado un manjar.

Una moza encargada de atenderme dijo algunas palabras que fueron traducidas a mi idioma por uno de mis guardias de seguridad.

— Señorita, ¿No le ha gustado? —Ella estaba impaciente y se le notaba sudando. Seguramente, estaría preocupada por lo que llegase a decir, ya que no probé bocado.

— Pregúntale cuantos años tiene el chef elaborando este plato — Le dije amablemente a mi hombre, quién acató mis órdenes enseguida.

—Unos meses, es nuevo — Ya con eso claro, aparté el plato y pedí lo siguiente.

—Quiero hablar con él en su cocina — Mi guardia de seguridad ha escuchado esas palabras varias veces en este fructuoso viaje, por lo que lo traducía con calma.

La chica lamentablemente, se veía mal, se le había ido el color de la cara, haciéndola parecer un fantasma, quién apenas escucho al guapo hombre, se sonrojó y se fue corriendo.

— Creo que le has gustado — Bromeé con mi guardia y él también se sonrojó — Podrías llevarla a España, ya que nos vamos... Ya sabes, quedará sin trabajo. — Guiñé un ojo y los otros chicos se reían.

Dicen que la amistad es importante, pero un poco imposible entre jefe y empleados, aunque yo considero lo contrario, ya que estos hombres y mujeres que solo acataron órdenes de mi padre, han sido consejeros hasta en mis peores días, donde varios países sacaban noticias sobre una mujer sin conocimientos que solamente hacía cerrar las puertas de privilegiados Restaurantes, dando a entender que únicamente era un "Berrinche sin fundamentos". Ellos fueron quienes me alentaron a seguir a pesar de que solo quería volver con mi familia, mencionando una frase clave "Has estudiado mucho y visitado lugares exquisitos, no todos hablan mal, solos los perdedores"

La moza volvió con los ojos rojos y luego murmuró unas palabras que me dieron a conocer.

—Dice que está ocupado para atender una chiquilla caprichosa — Mi guardia miraba a la chica, quien temblaba en el lugar.

— ¡Por Dios!— Volteé los ojos— Dile que viene conmigo a España y acompáñala a su casa para recoger lo que necesite.

—Señorita, no puedo, quedará sin traductor — Es cierto, por lo que hubo un ligero cambio de planes.

—Traduce y Lizbeth — Señalé a la cocinera que trabaja conmigo — Irá con ella. — Él asintió — Lleva al chófer y usa el traductor de Google, consigue información de aquí— Le pedí a mi empleada.

—Si, señorita— Dijo yéndose con ella fuera del Restaurante

— No te negaste — Molesté al traductor

— Señorita, usted... — Lo silencié con una seña y empecé a caminar.

Encontrando la cocina, entré sin permiso y todos me quedaron mirando.

—¿Quién es el chef aquí? — Grité olvidando que no entienden mi idioma, pero mi traductor, actuó de forma inmediata.

—Soy yo — Apareció un hombre de metro noventa más o menos, con aproximadamente 30 años.

—Chef, ¿Hace cuánto ejerce?

— ¿Quién pregunta? — Alzó las cejas y apuntó con un cuchillo.

Una situación parecida fue aterradora la primera vez que sucedió, pero luego se volvió habitual por hombres frustrados, ya que no les gustaba que alguien más joven o de género opuesto, los pusiera a raya, mientras chefs femeninas, aceptaban críticas constructivas o consejos, mejorando considerablemente.

— Isabella Belmonte, crítica gastronómica, un placer conocerlo — Ofrecí mi mano para estrecharla con la suya y él solo gritó luego de que tradujeron mis palabras.

—Una mujer insoportable hablando de lo que no sabe

— Me han comunicado que usted hace tan solo meses empezó a ejercer como cocinero, porque como chef todavía no llega, ellos tienen orden en su puesto de trabajo y conocimientos amplios. Pude observar a simple vista que el Fugu o pez globo estaba mal preparado, por lo que no lo probé, ya que no quiero morir. — Mi hombre de seguridad repetía en Japonés mientras el cocinero estaba rojo de ira— Hay un curso especial que se dedica a la enseñanza de tal plato y dura unos tres años aunque no todos aprueban el difícil examen final. Con sinceridad, puedo decirle que yo lo intenté, pero no lo logré, en cambio, me dio puntos claves para descubrir que estaría mal para evitar ingerirlo. Más le digo, algunos de estos chefs dejan un poco de veneno para provocar un cosquilleo en el paladar de los comensales, pero yo no me arriesgo a comerlo a menos que este 100% libre de toxinas. — Terminé

Él estaba aún peor que hace minutos atrás, por lo que quedó mudo, pero se recompuso.

— ¿Qué sugiere?

— Primero que se disculpe conmigo por insultarme, ya que realmente no me conoce y aún no he dado mi reseña en la página web, pero para que entienda mejor, quienes hablan mal, es porque no tomaron mis consejos y han llegado a hundirse solos. Segundo, tome el curso mientras sigue cocinando.— Esperé a ver si decía algo, pero no— Que tenga buena tarde — Hice un asentimiento y salí con mis hombres detrás.

— Señorita, el Jet está listo, podemos volver. —Me comunicaron

— Bien, ya tenemos todo así que vamos directamente. Esperaremos a tu futura esposa y luego partimos — Dije en modo bromista a mi traductor. Siempre fui cupido y eso no va a cambiar.

Previamente, sabíamos que hoy nos iríamos, por eso preparamos todo y mandamos las maletas en otro vehículo. Luego de almorzar todos juntos, daríamos fin a esta travesía emocionante.

Mi tiempo de vacaciones había terminado, por lo que quiero volver y hacerme cargo del Restaurante Belt de papá.

De nuevo en España

El vuelo fue largo y cansador, ya que dura trece horas. Nos entretuvimos lo más que pudimos, pero también descansamos, por supuesto.

Aterrizamos a mi país natal siendo más de las dos de la madrugada, por lo que nos quedamos en un hotel para no ir a molestar a la mansión.

Por ahora no tengo un departamento para mí, pero compraré uno apenas tenga tiempo.

...

Al otro día super energética, fui directo a la Mansión, incluso sin desayunar.

— Bienvenida, señorita— Dice la empleada cuando abre la puerta.

— Buenos días, muchas gracias. —Ingresé a casa y busqué a mi familia.

—No están, señorita— Dijo la misma mujer que abrió la puerta — El señor fue a trabajar, los jóvenes a sus estudios y la señora está en el hospital; no la esperábamos.

—Lo sé, ¿Qué hace mi madre en el hospital?

— Cuida al señor Eduardo

—¿Qué tiene? — Pregunté preocupada

— La edad, señorita... Ya sabe... Tiene 94 años — Dijo con cuidado

—¿Qué quieres decir? — ¿Eso significa que se acerca su deceso?

— Los señores Belmonte son los únicos que han vivido tanto, sin enfermedades. —Mencionó la mujer.

—Entiendo, ¿Dónde está?

— En el Hospital Universitario de la Paz

— Gracias —Salí de la Mansión y utilicé nuevamente a mi chófer.

Ese hospital es el mejor que hay en España y está calificado dentro de los mejores 60 internacionalmente.

Al llegar, fui a preguntar en recepción cual era la habitación y al decirme, me dirigí allí.

Ya su edad es muy avanzada, pero nadie me dijo nada sobre su salud por lo que creí que todo estaba bien, aunque ahora no sé cómo actuar, ya que quisiera entrar de sorpresa gritando que he vuelto, pero lo más seguro es que eso afecte su salud por la emoción.

A pocos pasos decido ser muy cautelosa y actuar como en mi niñez, tranquila y algo tímida.

Golpeé con toques suaves la puerta y mi madre fue la que abrió.

—¡Hija! — Mamá se sorprendió tanto que cubrió su boca y empezó a llorar.

— Mami, no llores —Pedí con un poco de culpa. Me he comunicado con cada integrante de mi familia, pero estuve tres años lejos sin visitas, por lo que no es lo mismo tenerme virtualmente que personalmente.

— Mi reina, has cortado tu cabello — Dijo Abrazándome y acariciándolo.

—Hay que hacer cambios de vez en cuando. — Dije riendo. — Fui por la Mansión y me dijeron que el abuelo está aquí

— Sí, hija, ya es muy viejito, pero se pondrá muy feliz de verte.

—¿Cómo está? — Pregunté temiendo lo peor

— Serán sus últimos días, cariño — Dijo con ternura — Él quiere volver a su Mansión o viajar a un lugar que le brinde tranquilidad, no quiere fallecer aquí— Me dejó entrar y pude verlo bien.

El abuelo está muy delgado, como si no hubiese comido en mucho tiempo, pero es obvio en su edad, donde el cuerpo empieza a actuar de diferentes formas.

Sus ojos cerrados y postura pareciera de una persona que ya cumplió con su propósito en esta vida, por lo que merece descansar y sé bien que sí es así. La empresa fue dirigida por él muchos años. A mí me aceptó y adoptó como su nieta incluso cuando nadie lo sabía, mucho antes de que su hijo se hiciera cargo de los negocios. Es más, desde que estoy en la familia, sé que él no ha hecho ningún viaje a solas, solo familiares, por lo que si desea un viaje para irse en paz, lo tendrá.

No quiero ni imaginar como estarán los tíos o la abuela, ya con más de 80 años todos, faltará poco para su triste partida.

Me senté con mamá en la habitación, esperando que el abuelo despertara.

— Hija, ¿Puedes vigilar aquí? Necesito descansar, he estado toda la noche en vela.

— Ve a la mansión para ducharte y descansar, má.

— ¿Segura? — Preguntó no muy convencida.

— Claro que sí, estoy acá, no me iré nunca más, por lo que llamaré si algo sucede.

— Bueno, hija, estaré pendiente del celular.

—Sí, mami. — Nos abrazamos y se fue.

El silencio de la habitación es aterradora, el frío que empieza a sentirse hace maquinar tu mente con pensamientos negativos, donde esto es lo que recibirás en tu último suspiro y no, el abuelo no lo merece; en sí, nadie lo merece.

Agarré mi celular y busqué en Google cual era el lugar más tranquilo para visitar, donde podrías despedirte del mundo, y de las pocas o agradables opciones, apareció un Lago en Canadá, precioso con solo verlo. Sus imágenes realmente transmiten muchas emociones y la paz está en medio de esa naturaleza, más en primavera.

— Debo estar muerto para ver tan bello ángel— Sonó una voz demasiado gruesa que al principio me asustó.

Levanté mi vista dándome cuenta que el abuelo Eduardo estaba mirándome con sus ojos azules, intentando sonreír.

— Abuelito, precioso, estoy aquí personalmente, pero todavía no es tiempo de que te vayas... Debo contarte todas mis aventuras y vivirlas contigo. — Le di un beso en la frente y luego agarré su mano.

— ¿Has vuelto con una bestia de novio? — Frunció su seño investigando mi situación sentimental.

Reí al recordar que eso le preocupaba cuando estaba a punto se subir al Jet.

— No, abuelito, tu nieta no ha tenido ningún novio. Vine sola. — Sonreí y él también.

— El corazón de mi bella nieta debe ser especial para un verdadero hombre que se atreva a aguantar tu personalidad

— ¡Ey! Me ofendes — Me crucé de brazos fingiendo dramatismo

— Lo siento, cariño... ¿Cuándo llegaste? — Preguntó con interés

— Anoche, pero era demasiado tarde, por lo que no quise ver a nadie. Hoy fui a la mansión y me informaron de tu salud, así que vine directo.

— Que viejas chismosas esas empleadas. — Volteó los ojos.

—¿Cómo sabes que fueron ellas? —La curiosidad me entró, yo no dije quién fue.

— Es obvio, además de limpiar, tienen toda la información, son peores que un canal de Chisme.

Asentí y Reclamé —¿Por qué no me llamaste?

— No quería hacerlo, me encantaba saber que tú estabas viajando por el mundo, lo que yo no pude hacer. No te darían noticias tristes.

—¿Darían? ¿Hace cuánto estás internado? — Presiento que odiaré la respuesta.

— Hace dos semanas, cariño. La familia lo sabe, pero prometieron no molestarte.

—Cuando los vea, los regañaré. ¿Ha pasado algo más que deba saber?

— mmmh sí, Paola y Santiago están en silla de ruedas porque sus caderas no aguantan más. Marina enloquece a tu padre con sus compañeros de clase y Emilio será padre.

—¿Qué? — Mis ojos están casi abandonando mi cabeza, así como mi cerebro. —¿Seré tía? — No quiero saber lo que pensará mamá.

Uno de los cuatrillizos, con 18 años, será padre. ¡Dios! De no creerse.

— Efectivamente, tiene dos años y medio en una relación con una compañera de estudios, pero los métodos no funcionaron muy bien, por lo que ahora serán padres.

—Bueno, ya no queda otra que aceptar lo que se viene, pero ¿Es buena chica?

— No sabemos, para todos es desconocida. Sólo Isaías la ha visto y no le agradó.

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