Narrador.
Al cumplir los 20 años, Rosalie la hija de uno de los millonarios más importantes del país, fue dada en compromiso, con otro importante empresario en el área de la construcción.
Rosalie, había estado obsesionada con este chico, llamado Hugo Herrera, desde que cursaron un año en la universidad, para ella Hugo era el hombre más íntegro e inteligente que podía haber pisado la tierra.
Pero para su desgracia luego de casarse por civil, y comenzar su vida juntos, su sueño de una familia perfecta, de un marido cariñoso era solo eso un gran y estúpido sueño.
Hugo la trataba mal, la repugnaba, la humillaba, incluso llevaba mujeres diferentes para poder satisfacer las necesidades de un hombre, su matrimonio era una farsa, delante de la prensa fingían ser la pareja más feliz del mundo, pero en su casa, era un verdadero infierno.
Después de 2 años de matrimonio, los negocios del padre de Rosalie, comenzaron a tener muchas fallas, ella insistió que Carlos su padre la incluyera en los negocios, pero él se negó rotundamente, los Herrera jamás permitirían que una mujer formará parte de su gabinete ejecutivo, era una de las cláusulas acordadas por Hugo y su padre cuando arreglaron su matrimonio.
Era tanto el estrés del trabajo que Carlos se comenzó a enfermar, su salud se fue deteriorando cada vez un poco más.
-papá, no deberías seguir encargándote de la empresa. Podrías, dejar que yo lo haga, sé que soy mujer, pero...
-hija, he cometido muchos errores en la vida, uno ha Sido dejar que te casarás con ese infeliz, y el otro aceptar las condiciones que ellos impusieron, pensé que serías feliz...
-papá no digas eso, yo soy feliz- mintió
-no le mientas más a este pobre viejo Ross, sé que no eres feliz, sé que ese infeliz no te trata como yo pensé que lo haría, hice todo para que fueras feliz pensando, que casándote con él tendrías esa dicha y te he fallado...
-papá no digas eso- lo interrumpió - he Sido feliz, de verdad, por lo menos el primer año, y te lo agradezco mucho, ya los problemas entre Hugo y yo son... Son... Debido a muchas otras cosas.- volvió a mentir, ella no quería que su padre se culpara de su desdicha.
-he creado un fondo de ahorro, a escondidas para ti, lo tiene tu madre en Italia...- desde que sus padres se divorciaron, Rosalie había decidido quedarse con al lado de su padre, dónde estaba su vida, y aunque llamaba su madre muchas veces en el mes, su vínculo con ella no era tan estrecho como el de su papá.
-debes ir con ella, tu madre sabrá que hacer Rosalie no puedes seguir aquí, ellos quieren tener todo lo que yo tengo, y no descansarán hasta destruirme a mí y a ti si es necesario.
-quienes son ellos papá- pregunto confundida.
-es mejor que no sepas muchas cosas hijas, hicimos una mala inversión, y perderé todo por lo que he trabajado, sé que vendrá mi fin pronto, puedo sentirlo.
-no digas eso por favor...- le suplico llorando.
-te amo mi niña, quiero que sepas que siempre he confiado en ti, eres digna de liderar una empresa siempre lo supe, pero jamás pude dejarte liderar la mía, lo siento tanto.
-toma tus cosas y vete Ross, vete lejos y no mires atrás, lo que te he dejado te alcanzará para vivir unos pocos años, pero si sabes administrarlo o inviertes con tu madre, podrás tener lo suficiente para una vida digna.
-papá nada te va a pasar...
-ya es tarde hija, vete de aquí, no regreses y por favor no confíes en nadie, por ti vendrá un amigo mío, solo en él podrás confiar Ross, prométemelo.
-de que hablas papá, no te dejaré.
-promételo Ross por favor.
Al ver el desespero de su padre Rosalie, cedió y lo prometió.
-ahora entra ahí y pase lo que pase quédate en silencio, ya es muy tarde para que te vayas, te conseguirán en la vía.
-papá, no entiendo nada.
-es mejor así hija. Recuerda que te amo.
Después de decir esas palabras Carlos abrazo a su hija y la escondió en un pequeño compartimiento que tenía detrás de la biblioteca, mando a llamar a su asistente y le ordenó se colocará la chaqueta que había dejado su hija en el sofá.
Al poco tiempo un montón de hombres entraron en la oficina de Carlos.
-firma el maldito contrato y entrégame lo poco que te queda viejo infeliz.
-jamás te daré tan fácil lo que tanto me ha costado tener.- dijo Carlos con orgullo.
-en ese caso ya no nos sirves más, ni tu querida hija tampoco, al final todo será de la familia Herrera y ya tenemos suficientes negocios con ellos para seguir estancados contigo y tu maldita empresa.-decía uno de los hombres que se encontraba armados.
Uno de ellos saco un móvil y le marco a quien debía ser el jefe.
-señor, Carlos se rehúsa a entregarnos las acciones restantes de Inversiones Montana.
Después de unos pocos segundos de silencio el hombre colgó, saco un arma y le disparó a Carlos y a su secretaria.
-vámonos, ya no hay nada que hacer, padre e hija están muertos.
Rosalie, quien había visto y escuchado todo, estaba devastada, encerrada aún en el pequeño compartimiento secreto de su padre, fue luego de unas horas que Silvano, el mejor amigo de su padre apareció para sacarla de ahí.
No tuvo tiempo de despedirse del cadáver ya frío de su padre, salió rápido de esa oficina, subió a un auto y se marchó sin mirar atrás.
...****************...
ROSALIE.
-sabía que un funeral dolía en el alma, era el último adiós que podíamos darle a un ser querido. Finger ser una extraña en el funeral de tu padre, era aún más doloroso, no poder llorar como deseabas, no poder dar un discurso de despedida; había ido allí, siendo una persona más de la audiencia, alguien común y corriente que estaba ahí solo porque era alguien reconocido e importante.
Lo que había Sido más traumático para mí, era ir a mi propio funeral. Pero eso no se quedaría así, yo regresaría a buscar a esos hombres que habían matado a mi padre, y los haría pagar uno a uno, aunque fuera lo último que hiciera en mi vida.
El tiempo pasaba y aunque trataba de ocupar la mente en Miles de cosas, jamás dejaba de revivir las últimas palabras de mi padre.
"Ellos quieren tener todo lo que yo tengo, y no descansarán hasta destruirme a mí y a ti si es necesario"
Esas últimas palabras de mi padre daba vueltas una y otra vez en mi cabeza.
Papá, sabía que dándome por muerte, me mantendría alejada de todo peligro, pero también me daba. La oportunidad de regresar para vengarme.
Había estado al tanto de los movimientos de la empresa, gracias a Silvano Leal, el mejor amigo de mi padre, su mano derecha, quien ahora era mi confidente y mi espía.
La constructora de mi padre ahora pertenecía a los Herrera por derechos de la ley, según mi matrimonio, así que ellos habían cambiado el nombre de la misma a construcciones Herrera
No les iba para nada mal, debo admitir; sin embargo, aún no había podido superar a la competencia más grande Grupo Villasmil. Una de las empresas con mayor demanda y expansión en el mercado de la construcción
Estos últimos años, había estado expandiendo mis conocimientos un poco más, tenía mi propia empresa de tecnología, dedicada a la fabricación de sistemas de seguridad y diseño de programas.
Había cambiado mi nombre de Identidad, no era difícil, teniendo la firma de tu difunto padre que alegara que estaba de acuerdo a que renunciaras a su apellido, y con un poco de dinero, todo era más que posible.
Ahora bien, era momento de regresar, sé que mi madre no estaba de acuerdo, pero ya la decisión la había tomado, solo faltaba que mi última cirugía, sanara.
El nuevo esposo de mamá Alejandro Di Maria, era un reconocido cirujano Plástico, y gracias a él, había realizado unas pequeñas modificaciones en mi rostro, aunque no eran la gran cosa, podría decirse que no me reconocerían tan fácil.
-Rousse, por favor piensa bien las cosas cariño.- decía mamá tratando de convencerme.
-ni lo pienses mamá, ya hemos hablado de esto un millón de veces, necesito regresar, necesito recuperar la empresa de papá.
-Rousse, cariño, aquí tienes tu pequeña empresa que va creciendo a montones, por favor piénsalo mi niña, tu papá dio la vida de una mujer inocente para protegerte, no lances todo a la basura por una estúpida venganza.
-mamá, sé que es culpa mía que una chica inocente muriera, es una de las razones por las que quiero volver, tengo que vengar su muerte y la de mi padre.- dije sin ganas de ceder.
-cariño no seas tan terca, por favor, quédate con nosotros, Alejandro te ha tomado mucho cariño en estos tres años.
-y yo a él mamá, pero habíamos quedado desde un principio que esto iba a pasar, dijiste que me apoyarías y ahora te echas para atrás.- le recordé su promesa.
-perdí al hombre que más amé en la vida; no quiero perderte también Rousse.
-mama por favor necesito que estés de mi lado, prometo, que nada malo me pasará, te llamaré a diario.
-deja que vaya contigo.- me propuso, dejándome atónita.
-¿qué?... mamá no puedes, tú debes encargarte de nuestra empresa, yo abriré una sucursal, pero está es y será la principal.
-Rousse...
-mamá, hace tres años había tomado una decisión, el tiempo de volver ha llegado, no pienso discutirlo contigo ni con nadie.
Tome el celular he hice una llamada a larga distancia.
-muy buenas tardes, señorita- respondió la otra persona del otro lado del teléfono
-¿cómo estás, Silvano?. Tienes alguna novedad.?.- pregunté curiosa.
-ninguna niña, la única manera de que entre a esa empresa es como una muchacha de servicio o una secretaria, el machismo de los Herrera no deja escalar más allá a la mujer.
-mmmm... Puedo comenzar con eso.
-en ese caso, puede presentarse en dos días, están necesitando personal para que asista al presidente.
-muy bien Silvano, mañana mismo salgo para allá.
-muy bien niña Rosa, yo me encargaré de conseguirle un apartamento y lo que necesite.
-gracias Silvano, pero no es necesario, ya compré una pequeña casa, cerca de donde abriré la nueva empresa, necesito me ayudes a conseguir personal altamente capacitado para mí, empresa.
--bien señorita, cuente con eso, nos vemos.
Después de terminar la llamada, le marqué a Ana, ella era mi mano derecha, mi mejor amiga.
¿-estás lista para viajar querida?
-yo nací lista corazón, ¿cuándo nos vamos?
-partimos a primera hora de la mañana.
-entendido jefa, nos vemos mañana en este caso.
-muy bien Ana, deja todo listo para que mamá se encargue.
Y diciendo esto terminé la llamada.
Luego de unas pocas llamadas aquí y allá, ya tenía un pequeño edificio de dos plantas para mi empresa, mi nueva casa estaba equipada y los pasajes ya estaban reservados, tenía años sin pisar ese territorio y los nervios me consumían.
No puedo negar que tenía miedo, miedo de ser descubierta antes de que pudiera cobrar mi venganza, miedo de que todo lo que había invertido fuera arrancado como lo había hecho la empresa de papá.
La noche paso muy de prisa, sentía que no había descansado, mi nivel de ansiedad se había elevado estás últimas horas.
-sé que no cambiaré lo que has decidido hacer, que solo me toca apoyarte, así que por favor Rosalie, cuídate muchísimo.- dijo mamá mientras se despedía de mí dándome un gran abrazo.
-tendré todo bajo control mamá, además Ana estará conmigo.- traté de calmarla.
-te amo Rossi.
-te amo mamá - y dándonos un abrazo, sellamos esa triste despedida.
Sabía que mamá se la daba de fuerte, pero jamás lo había Sido, ahora que regresaba, y dejaba a la única familia que me quedaba con el corazón hecho un lío, tenía emociones encontradas, prometí a mamá regresar sana y salva, pero estaba metiéndome en la boca del lobo y podía ser tragada en cualquier momento.
-estás lista Ana- le pregunté con cautela,
-Estoy lista amiga, pero la pregunta es; ¿lo estás tú?.
-quisiera decirte que si, pero sería mentirme a mi misma, lo único que puedo decirte es que todos y cada uno de los que me lastimaron, pagaran caro lo que me hicieron.
Llegamos a nuestro destino, dejando atrás a mi madre y mi padrastro, no podía negar que le había agarrado bastante cariño. Mi padre y mi madre habían Sido muy felices, pero luego algo paso, decidieron separarse, y aunque a mí me dolió mucho ver cómo mamá nos dejaba, ahora puedo estar tranquila porque jamás la había visto tan feliz como lo es ahora.
-Ross, en que piensas?- me dijo Ana, trayendo de nuevo al presente.
-en mi madre- le dije sin ocultar mis pensamientos.
-la extrañaré mucho.
-tu madre es la mejor del mundo, ella podrá mantener la empresa a flote, no tienes por qué preocuparte.
-Si lo sé, eso es lo que menos me preocupa.- le comenté abiertamente.
-entonces que te preocupa tanto?-pregunto confundida.
-que no pueda volver a su lado.- deje escapar un suspiro y seguí mirando por la ventana, mientras el taxi nos llevaba a la dirección de nuestra nueva casa.
La villa era tranquila, espaciosa y aislada, tenía buen sistema de seguridad aunque ya había pensado en instalarle mi propio sistema para estar con más confianza, después de todo, había hombres ahí afuera que quizás seguían buscándome.
-Rousse, ha llegado Don Silvano- me dijo Ana mientras se sentaba a mi lado en el sofá de la sala.
-buenas noches, niña.- dijo el anciano, mientras se acercaba a mí para estrecharme en un abrazo.- si que has cambiado.- dijo mirándome con extrañeza.
Sus canas se habían multiplicado y sus manos ya estaban temblorosas y más arrugadas, sus ojos tenían grandes arrugas y bultos por los años.
-buenas noches, Silvano- le saludé con euforia - tenía años sin verlo.
-pensé que no volvería a verla niña, su padre había dicho que no volviera más...
-lo sé, pero no puedo dejar que la muerte de mi padre quedé sin justicia, los que lo hicieron tendrán que pagar.
-debe de tener mucho cuidado, niña, hay hombres muy poderosos detrás de las empresas que una vez pertenecieron a su padre.
-esas empresas por derecho me pertenecen Silvano- le dije con reproche.
-pero si se aparece así como si nada, podrían...
-también lo sé, por eso es que te he pedido que hicieras algo por mí.
-si niña, y lo he hecho; pero solo le he podido conseguir un puesto de secretaria del vicepresidente, los puestos importantes no son aptos para mujeres.
-y quien dice que una mujer no puede estar a la altura de un cargo importante en una empresa?- dije molesta por la discriminación que estaban haciendo.
-yo no he dicho eso niña, pero su exesposo opina lo opuesto a usted, los cargos importantes en esa empresa son manejados por empresarios, las mujeres solo son contratadas para personal de servicio o secretarias.
Respire profundo, sabía que todo esto era por el miserable de Hugo, para él las mujeres siempre hemos Sido incapaces, incultas, y limitadas para ciertas funciones, para él las mujeres solo éramos un accesorio que se ve bien a la hora de una rueda de prensa, en una cena y en la cama, aunque en mi caso, jamás me había tocado, solo me humillaba y me trataba de poca cosa.
-muy bien Silvano, muchas gracias.- le dije de corazón, después de todo había hecho lo posible por conseguirme un puesto que estuviera cerca de Hugo.
-no hay problema, niña, debe estar mañana a primera hora, en la empresa - me entrego un trozo de papel con el nombre de Roberto Guzmán -ese es el gerente de recursos humanos, le he dicho que eres una sobrina lejana y que necesitabas urgente el trabajo.
-gracias Silvano, papá estaría muy agradecido contigo por lo que has hecho todo este tiempo por mí.- sabía que no estaba bien usar el nombre de mi padre para agradecerle a Silvano, y convencerlo de que ayudarme a vengarlo era lo mejor; pero si no lo hacía podía dar por hecho que él no me seguiría apoyando.
-no te preocupes estaré ahí, a primera hora.
Y así fue, al día siguiente me levanté temprano, le indique Ana la dirección de la nueva empresa, necesitaba que comenzara a instalar algunas cosas e iniciara las entrevistas laborales, aunque muchos trabajadores habían querido venir con nosotras, no podía traerme toda la empresa, así que necesitábamos más apoyo.
Me coloque una falta plisada, blanca con una blusa de tiras negras y un Blazers blanco a juego con la falda, unos zapatos de tacón, recogí mi cabello en un moño alto y me coloqué unas gafas de lectura para verme más intelectual.
-¿Estás segura de que tienes que trabajar en esa empresa amiga?- pregunto Ana con dudas.
-es la única manera que tengo de estar cerca de Hugo.- Ana había Sido mi mejor amiga en muchos años, a pesar de que iba a casa de mamá solo de vez en cuando
Pero cuando papá murió y tuve que mudarme nuestra amistad se fortaleció, ella sabía mis verdaderas intenciones, sabía lo que había ocurrido con papá, y cuando le conté mi plan no dudo en decirme que vendría conmigo a apoyarme en lo que necesitara.
-entiendo Ross, solo ten cuidado por favor, nos vemos en la noche.- me dio un abrazo y se sentó a desayunar, yo salí lo más rápido que pude, no quería llegar tarde mi primer día.
La empresa estaba cambiada, por fuera era exactamente igual, pero al entrar todo era... diferente, Hugo había adaptado la empresa a su gusto, había quitado varias áreas y había remodelado otras tantas, me sentía extraña estando ahí, no era como lo recordaba.
Entre a la oficina del Gerente de Recursos humanos, y para mi sorpresa ahí estaba Hugo, sentí ganas de abofetearlo, pero me contuve.
-tú debes ser la sobrina de Silvano.- dijo Roberto al verme entrar.
-si un gusto.- dije con algo de nervios.
-él es nuestro presidente y dueño de las empresas.- me dijo presentándome a Hugo.
-un gusto- le dije extendiendo mi mano.
-Hugo Herrera.-él me miró detalladamente, tratando de compararme con alguien.
-te me haces muy familiar, pero eres tan distinta...- pensó en voz alta.
-mucho gusto señor Hugo, mi nombre es Rousse Lascuráin.- había usado el apellido de mi abuela, ya que si me investigaban no quería poner en peligro a mi madre.
-un gusto.- dijo mientras seguía mirándome con intriga - ¿nos hemos visto antes?
-no lo creo señor, soy nueva aquí.- mentí.
-de dónde es usted entonces?
-me críe en una ciudad cercana, pero a los 15 años me sacaron al extranjero hasta ahora que he vuelto nuevamente.
-y que la trae por acá? No le gustó el extranjero?- pregunto Roberto sorprendido.
-la verdad si, pero tenía asuntos que resolver aquí, y negocios que debía cerrar, pero me he quedado sin dinero así que pedí a mi tío me ayudara con un trabajo.
-pues bien, entonces bienvenida.-dijo Roberto comiéndome con la mirada.
-hoy asistirás al señor presidente en una junta, ya que su secretaria está indispuesta.
Sentía que mi ansiedad aumentaba, pero intenté calmarme como pude.
-perfecto señor.
Hugo se volteó a mirarme amenazante.
-tengo una presentación con corporativo Villasmil, espero señorita que no lo arruine, porque es muy importante para mí conseguir una colaboración en alguno de nuestros proyectos.- dijo amenazante.-asi que no te hagas la lista.
Maldito infeliz, te arruinaré la vida y quedarás en la calle- pensé.
-si señor lo que ordene- dije mientras salía detrás de él con ganas de apuñalarlo por la espalda.
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