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Hola, soy Hika, la autora.

Solo ocuparé un pequeño espacio del 1er capítulo, para comentar que éste es el SEGUNDO libro de la serie. En cada 1er capítulo les pondré la secuencia, ya que no tienen los mismos personajes principales, pero están entrelazadas. De esa manera no habrá confusión.

Entregando Mi Corazón 1 - Mi Hacker

Entregando Mi Corazon 2 - Mi SEAL

Sin más me despido y disfruten de la lectura.

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CAMERON 8 AÑOS

Odio esta fiesta.

No, no es el tipo de fiesta donde hay globos, animadores o cajitas sorpresa; aunque sorpresas hay muchas, sobretodo las sangrientas. Es una fiesta de reunión de la mafia Irlandesa.

Hace muchísimo tiempo, la mafia Irlandesa reinaba el bajo mundo. ¿Qué es el bajo mundo? Crimen organizado que incluían muchas prácticas: extorsiones, sicariato, desapariciones forzadas, tráfico de estupefacientes y demás delitos.

Habían muchos grupos o bandas, comúnmente llamados. De los cuales, tres lideraban y estaban en constante guerra. Los Lovett, mi familia, es una de ellas.

Cuando estuvimos a punto de extinguirnos, por la aparición de la mafia italiana, las tres bandas se ocultaron. Al no ser unidos, cada uno buscó la manera de sobrevivir.

Felizmente, mi antepasado de ese entonces, tomó una estupenda decisión. De a pocos, empezó a tener empresa formal, sin ninguna mancha. Nos íbamos alejando del bajo mundo y ahora ya no hacíamos nada de eso.

Entonces, ¿qué hacíamos aquí? Simple, seguíamos siendo Lovett. Con o sin participación en el bajo mundo, seguíamos siendo convocados. Somos legado.

Cualquiera pensaría que la invitación, a esta horrenda fiesta, debería ser exclusivamente para adultos, pero no. Me pregunto de quién fue la idea de incluir a las futuras cabezas de las familias, no importa que tan pequeños sean.

Barro el salón con la mirada y viendo que no estoy siendo vigilada, me deslizo hacia el jardín fuera de la mansión. Me siento en el borde de una enorme pileta y me entretengo viendo los reflejos de la luna y estrellas. No me doy cuenta de que alguien se aproxima, hasta que escucho su voz muy cerca mio.

* Ten cuidado, podrías resbalar y es una noche fría.

De la sorpresa, al girar rápidamente, veo como estoy a punto de caerme dentro de la pileta. Cierro los ojos, preparándome para el agua fría, cuando soy jalada con brusquedad hacia afuera. De estar a punto de caer en la pileta, paso a estar tirada en el suelo al costado de un chico.

- Si fueras normal, me habrías hablado a una distancia prudente.

* Imagino que las niñas de ahora dan gracias de esa manera. De nada, Cherry (cereza).

Me levanto y empiezo a perseguirlo para golpearlo. Aprendo artes marciales desde que tengo uso de razón.

- No me pongas sobrenombres tontos solo por el color de mi cabello.

Escucho su risa suave mientras evade mis golpes.

* Soy Martin. ¿Qué te parece si nos calmamos? No sería bueno que nos vean en esta situación.

Me detengo y mientras recupero el aliento, lo veo. Debe ser mayor que yo. Tiene cabello negro, que le cae en ligeras ondas por la frente. Sus ojos son negros, pero tiene una mirada amable.

- Soy Cameron, no cherry.

Suelta una risita y levanta la mano.

* Lo siento, no quise ofenderte. ¿Qué haces afuera sin la supervisión de un adulto?

- Pues precisamente para alejarme de esa clase de adultos.

* Parece que no soy el único que odia estas reuniones. Pensé que me había salvado cuando pedí asistir a un internado en Suiza, pero este año me atraparon.

- Ya quisiera yo tener esa excusa, aunque nosotros ya no tenemos contacto con el bajo mundo, aún así debemos asistir. Me encantaría cambiarme de apellido.

Nos sentamos en el borde ancho de la pileta, mientras hablamos.

* ¡Ah! Eres la sucesora de los Lovett. Yo soy el sucesor de los Meehan. Mucho gusto.

Estira la mano y espera pacientemente hasta que se la estrecho. Siento un ligero calor en las mejillas y pienso que me resfriaré.

- Al fin, alguien que entiende lo tontas que son estas fiestas, pero ¿por qué no te gusta? Pareces lo suficientemente grande para tener de qué hablar con ellos.

* Ni tanto, tengo 12. Desde los 5 años me hacían venir a esta tontera. Felizmente, a los 7 convencí a mi padre de mandarme a un internado y le decía que no podía regresar. Este año fue exclusivamente para traerme con él, porque se enteró que este año los Lovett llevarían a su princesa. En pocas palabras, debes hacerte responsable de mi miseria.

- Soy demasiado joven para responsabilizarme de una persona. Además, fui obligada a venir. Ya estuvieron postergando por mucho tiempo mi visita a esta fiesta. Igual, espero ganar algo que siempre quise. Hice un trato con mis padres.

* No importa la edad, si debes ser responsable, sé responsable. ¿Qué les pediste?.

Me mira muy curioso.

- Tengo 8, pero tienes razón. Seré responsable, porque pedí por una hermana. Seré la mejor hermana mayor, la cuidaré mucho, ya verás.

Y así nos hicimos amigos.

1 AÑO DESPUÉS

CAMERON 9 AÑOS

Después de muchos años, mis padres me dieron lo que tanto pedí: una hermanita, Arlene. La única diferencia entre nosotras, son los ojos. Mientras los míos son verdes, los de ella son un hermoso tono avellana; mas dorado que verde.

Estoy de camino a esa fiesta sin sentido, pero al menos sé que me divertiré. Apenas llegamos, me voy a la pileta y ahí está Martín. Las tres familias no se mantienen en comunicación, salvo en la fiesta. Entonces, nos vemos y hablamos 1 vez al año.

En nuestro primer encuentro, descubrí que es 4 años mayor que yo. No es que importe mucho, somos niños y solo podremos ser amigos.

* Hey, Cherry.

Me acerco y le doy con el puño en el hombro. Se queja mientras soba el area golpeada, pero sonríe.

Desde que puedo recordar, siempre me han llamado por diversos apodos gracias a mi cabello. Me gusta el que él me dio, pero no debo hacérselo saber.

- Hola, Martín. ¡Mira!

Le muestro una foto de mi hermanita, mientras tengo una sonrisa enorme.

- No hay niña más bonita, ¿verdad?

Al no recibir respuesta, alzo la mirada y veo que me mira detenidamente.

* La niña más bonita.

Luego dirige la mirada al agua, con las mejillas rojas.

* Entonces, ahora eres una hermana mayor. Me gustaría tener hermanos, también. Lástima que mi padre solo se dedique al trabajo.

Baja la mirada y se ve triste. Estiro mi mano y la pongo encima de la suya.

- Sé que no nos conocemos mucho y por mas que haya pasado un año, nos hemos visto dos veces; pero no estás solo. Soy tu amiga y aquí estoy.

Le sonrío y me pongo un poco sonrojada cuando gira la mano y sostiene sujeta la mía.

* Entonces, ahora si debes hacerte responsable de mi, cherry. No muchos saben que mi madre nos abandonó. No la culpo, ¿sabes?. Esta vida es dura para cualquiera y desde muy pequeños nos vemos en la necesidad de madurar. Lo único que no puedo evitar cuestionarme es por qué no me llevó con ella.

- También sabes la respuesta a esa pregunta. Somos sucesores, no hay forma de dejar el apellido. Somos niños, pero muy pocas veces podemos actuar como tales, sino el resto nos verán como una debilidad.

Nos quedamos con las manos sujetadas con fuerza.

UN AÑO DESPUÉS

MARTIN 14 AÑOS

Estoy que me pruebo un montón de trajes. Mi padre me apura, pero me pone la mano en el hombro. Seguro piensa que quiero verme como un lider nato, pero no. Está equivocado, muy equivocado. Mi nerviosismo y mi indecisión es por cierta niña.

Desde la primera vez que la vi, me hizo sentir una calidez en el pecho. No quiero pensar mucho en ese sentimiento, porque 1) es una niña y 2) no podemos mezclarnos entre bandas. Con solo ser amigos, estamos estirando la cortesía impuesta.

Decido ir juvenil: pantalón de vestir azul oscuro, camisa blanca con rayas finas celestes, correa gris, un blazer con líneas gruesas grises y celestes, con unas zapatillas grises.

"Espero le guste". Sacudo mi cabeza, para sacarme esa idea de la cabeza.

Bajo las escaleras y mi padre me espera en la puerta. Me ve y frunce el seño.

** Deberías vestir de etiqueta.

* Padre, lo que quiero es destacar, entonces no vestiré como el resto.

Suspira y camina hacia el auto. Lo sigo y toco el bolsillo interno de mi blazer. Siento la pequeña caja y sonrío.

Somos de los primeros en llegar y esta vez espero en el salón. Quiero verla entrar y luego seguirla a nuestro lugar.

Trato de mostrarme interesado en lo que hablan los cercanos a nosotros, pero de reojo veo la puerta. Después de veinte minutos, no es que esté pendiente del reloj, los veo entrar. Mientras los Meehan somos de cabello negro, los Lovett son pelirrojos. Ingresan primero los padres de Cam, uno al lado del otro. Después se separan y hacen espacio para que Cameron esté entre ambos.

Solo puedo quedarme con la mirada fija en ella. Mi corazón late muy rápido y mis manos, dentro de mis bolsillos, sudan.

Usa un vestido manga corta, con cuello redondo. No es tan pegado, con un patron de flores. Por delante llega a sus rodillas y por detrás un poco mas bajo. El vestido es de un color gris y verde.

Ella busca entre la multitud con la mirada y cuando sus ojos chocan con los mios se le forma una sonrisa pequeña. Les dice algo a sus padres y se aleja. Vuelve a mirarme para darme una señal con un guiño y mi corazón enloquece más.

Es la niña mas bonita que he visto. Sé que soy mayor que ella, pero viéndola me hace pensar que la esperaré todo el tiempo que quiera. No importa si está prohibido, no importa si se desata una guerra interna, lo único con lo que sueño es una vida con ella.