Isabella Martínez, de 23 años, es una joven de piel blanca y delgada, con cabello negro, que vive con sus padres en Venezuela. Actualmente está finalizando sus estudios para convertirse en abogada.

Un día, el padre de Isabella se sintió mal y visitó a la doctora Arantza, quien le realizó varios exámenes y lo diagnosticó con cáncer en el corazón, con poco tiempo de vida. 

Tras la muerte de su padre, Isabella y su madre decidieron mudarse a Colombia. Allí, Isabella consiguió un empleo en un bufete de abogados, donde su trabajo fue muy valorado, mientras su madre laboraba como asistente personal en un hospital.

Durante esta nueva etapa, Isabella conoció a Anderson, un policía de civil que la ayudó cuando un hombre intentó robarle. Anderson tenía una hija llamada Eliannys, quien había sido abandonada por su madre al nacer. La abuela de Eliannys, Cristina, se encargó de su crianza. Sin que Anderson lo supiera, Eliannys padecía leucemia, un tipo de cáncer en la sangre.

A través del apoyo de Isabella, Eliannys logró recuperarse, y en el proceso, Isabella y Anderson descubrieron el verdadero amor. 

Esta historia incluye:

- Amor

- Romance

- Traición

- Desamor

- La partida

Esta historia incluye:

Amor

Romance

Traición

Desamor

El prólogo De Amor Sin Límites, Temporada 1 tuvo algunos cambios, espero le guste

Andrea cómo Isabela

(Protagonista)

Ricardo cómo Anderson (Enamorado)

Laura cómo ( La Tía de Isabela)

Camila cómo ( La Madre de Isabela y de Alexca)

Leonardo cómo (Él Padre de Isabela)

Felipe cómo (Hermano de Isabela)

Iñakui cómo (El Primo de Isabela

Natacha la hermana de iñakui

Mileydi cómo ( La Madrastra de Isabela)

Alexca cómo (La Hermana de Isabela)

Sofía cómo (La novia de Felipe Madre de Eliannys)

Yenderson (El Hermano de Anderson)

Santiago (El jefe de Anderson)

Matia ( Novio de Eliannys y amigo de Isabela)

Diana (La novia de Inaqui)

Andrés (EL mejor amigo de Isabela)

Daniela (La Maestra de la universidad)

Dilia ( La Directora de la universidad)

Dana Paola (La Hermana de Anderson y de Yenderson

Cristina (La Madre de Anderson y de Yenderson

🖤 Éstos son los personajes de la novela Amor Sin límites 🖤

Mi nombre es: Isabella Martínez. Tengo 23 años y vivo en Venezuela con mis padres. Soy delgada, con piel clara, cabello negro y ojos color miel. Estoy en la recta final de mis estudios para convertirme en abogada.

Mi madre, Camila Martínez, es asistente de una doctora en un prestigioso hospital, mientras que mi padre, Fernando Martínez, es arquitecto y se ha ganado una gran reputación en un reconocido bufete de abogados por su capacidad para defender casos complejos.

Sin embargo, todo cambió un día cuando mi padre dejó de trabajar en el bufete. Se sentía mal y decidió acudir al médico. La doctora Arantza, tras realizarle varios exámenes, le dio un diagnóstico devastador: tenía cáncer en el corazón y le quedaba poco tiempo de vida.

Desde ese momento, la atmósfera en casa se volvió sombría. Mi padre cayó en una profunda depresión, sumergido en la angustia de su enfermedad y los problemas matrimoniales que tenía con mi madre. Ella, ocupada trabajando horas extras para poder cubrir los gastos de medicamentos y tratamientos, se mostraba exhausta y preocupada.

Ante esta situación, decidí ayudar a mi padre en el bufete, mientras por la noche continuaba mis estudios en la universidad. Me dolía verlo tan abatido y los calmantes que le recetaron apenas parecían calmar su sufrimiento.

Una semana después, recibí una llamada de la doctora Arantza solicitando que me presentara en el hospital con urgencia. Al llegar, la secretaria me trató con la misma cortesía que a todos los pacientes y me condujo al consultorio. El corazón me latía acelerado mientras esperaba.

—Buenas tardes, doctora —saludé al entrar.

—Buenas tardes, señorita Isabella —respondió la doctora con un tono serio pero amable.

—¿Para qué me mandó a llamar con tanta urgencia? —pregunté, la inquietud reflejada en mi voz.

—Su padre deberá recibir terapias —reveló.

—¿Terapias? ¿Por qué? —indagué, sintiendo que el miedo me invadía.

—Las terapias tienen una duración de seis meses. Le permitirán vivir un poco más —explicó la doctora, observando mi reacción.

—¿Seis meses? ¿Cuánto tiempo le queda a mi padre? —la pregunta salió de mis labios temblorosos.

—Menos de seis meses —respondió solemnemente la doctora.

El peso de sus palabras me hizo temblar.

—¡Pobre mi padre! —exclamé, sintiendo las lágrimas caerme por las mejillas.

La doctora, notando mi agitación, preguntó con preocupación:

—¿Se encuentra bien?

—Sí, disculpe doctora, me distraje —contesté, tratando de recomponerme en medio de la tormenta emocional.

Salí del hospital con la mente en blanco, buscando un lugar para sentarme y organizar mis pensamientos. La angustia me envolvía, y no quería imaginar la posibilidad de perder a mi padre. Decidí que debía buscar otros especialistas para tener una segunda opinión.

Después de calmarme un poco, me dirigí a la universidad. Tenía que presentar mi tesis ese día. Al llegar al salón, me acomodé en el pupitre, revisando mis documentos para la defensa. Justo en ese instante, la directora, Dilia, hizo su entrada.

—Buenas tardes, querida directora —saludaron mis compañeros.

—Buenas tardes, alumnos. Tomen asiento —dijo, con autoridad.

—Gracias —respondieron algunos.

—Quería informarles que la defensa será en el auditorio. Espero que estén listos —anunció, y el murmullo en el salón se intensificó mientras los estudiantes se preparaban para el desafío que los esperaba.

Con el corazón dividido entre la preocupación por mi padre y la exigente presentación de mi tesis, me preparé para enfrentar el día.