Emily llegó a su nueva casa, es la primera que compra, después de mucho esfuerzo por fin logró reunir el dinero suficiente para pagar el enganche que le permitiera disminuir el pago de la hipoteca y aumentar las comodidades de pago para no sentir tan pesados los otros gastos del mes como servicios, alimentos, todo eso de lo que no se preocupaba cuando vivía con sus padres.
Tuvo una sensación de intranquilidad como si algo no estaba del todo bien, tal vez era que es un barrio desconocido o tal vez porque por primera vez viviría sola.
Ignoró ese sentimiento de inseguridad, porque últimamente ha estado muy nerviosa; su estado de hiperalerta ya no la deja pensar de forma adecuada, solo cuando duerme tiene oportunidad de baja la guardia y en ocasiones nisiquiera eso, desarrollando un dueño ligero para tener la mente lúcida en cualquier momento su sueño pocas veces es profundo.
El motivo es que, desde algunos meses ha recibido cartas de amor, regalos y flores, pero cada uno de ellos es un regalo espeluznante, los regalos son juguetes sexuales de sadismo; la flores son flores negras o de un rojo profundo; orquídeas, rosas y toda flor que se pueden manipular para llegar a estos colores.
Los chocolates eran lo único "relativamente normal". Los primeros regalos los recibía con curiosidad por saber el remitente, hubo un momento que hasta llego a sentirse alagada; además de que eran inofensivos, pero con el tiempo se volvieron más agresivos, las cartas los regalos...
Comenzó a sentir temor, la insistencia con la que los enviaban, lo tétrico que comenzó a volverse ese personaje que no daba la cara.
Llegó al punto donde ya no los abría, solo los votaba a la basura.
La situación se volvía cada vez más sofocante, dejó de dormir por las noches, solo dormitaba algunas veces por la madrugada.
Comenzaba a tener fallas en su trabajo, su vida se volvía un caos lentamente.
Se vio obligada a cambiar de casa y de trabajo.
Las cartas que en un inicio solo tenían frases cortas y lindas pero insignificantes, como:
"Eres la más hermosa", " Eres como el sol que le da luz y calor a mi vida", "Tu belleza es incomparable"
Todas y cada una de estas pocas palabras las ignoró, no le afectaron hasta que llegó una carta muy singular y fue sumamente escalofriante.
En la carta describía como la sacaría de su cama, de su casa y se la llevaría lejos, donde nadie la encontrará, donde estarían solos hasta que ella confíece su profundo amor y deseo por el desconocido.
Cuando leyó eso, se le fue el color de la cara, se quedo sin fuerza en las piernas y su mente entro en pánico.
El contenido
..." Mi amada, pronto habrá noche de luna nueva, ese día es tan especial, iré por ti, entraré a hurtadillas a esa casa tuya, a tu habitación, mientras duermas besaré tu frente, contemplare los huesos y piel de tu cuerpo, te tomaré entre mis brazos y te llevaré a un lugar destinado solo para los dos....
...Eres mi mujer, eres la mujer que amo, yo soy el hombre que amas, si estas dispuesta te pido hagas un espacio en tu corazón....
...Tienes que tener claro que yo son tu dueño, con o sin tu aprobación eres solo mía, y tengo el derecho de entrar en ti, hurgar entre tus entrañas, sumergirme en tu cuerpo, tener el placer que me debes, tú, estas en deuda conmigo, pronto será el momento de cobrar cada uno de los segundos que me debes. ...
...Para nuestra luna de miel, ya tengo algunas cosas preparadas, espero tengas un cuerpo resistente porque probaremos cada uno de los juguetes que te he enviado, sé que lo deseas tanto como yo, pronto serás mía, completamente mía...
...Siempre tuyo X....
...Tú... siempre mía "...
En ese momento el temor se disparo hasta niveles que nunca hubiera imaginado, revisaba detrás de su hombro, vigilaba todo el tiempo, cada vez estaba más y más cansada.
Ya ha puesto una denuncia en la estación de policía, y decir una es poco, pero la han ignorado.
El argumento es simple “puede ser una broma”, “hasta que no la ataquen físicamente no puedemos investigar” “son solo unas notas por macabras que sean, solo es papel y tinta”.
Emily tiene miedo, del tipo de miedo que te domina y te hace sentir extraño en tu mente y cuerpo, del tipo de miedo que congela la sangre.
Su nueva casa esta lejos de su residencia anterior, la que compartía con su amiga y colega Debby, ambas son contadoras y trabajan en la misma empresa en el área contable. El trabajo es relativamente tranquilo hasta que llega la temporada de balances o de declaración es de impuestos.
‘Pedí el cambio de lugar de trabajo, solicité me envíen a una sucursal, aunque sé que tendré más trabajo no quiero estar cerca de mi vida anterior . Tengo tanto miedo de mi acosador, debo seguir adelante ' pensaba cada día al abrir los ojos.
Su nueva casa es grande, tomando en cuenta que vive sola y no tiene novio ni una relación.
Tampoco tiene mascotas, así que estará sola viviendo ahí, uno de sus requisitos con el agente de bienes raíces fue el vecindario fuera muy seguro.
Después de meses de vivir expectante de los regalos, se terminan con los cambios que ya ha realizado. Por fin podrá vivir sin temor, caminar en la calle, tomar un taxi, salir a comer y a divertirse, dormir una noche completa, o eso es lo que ella pensaba.
Su primer día en la nueva sucursal, llego un poco antes para echar un vistazo al edificio y ubicar lo necesario, sanitarios, comedor, salida de emergencia, entre otros.
La presentación con sus nuevos compañeros estuvo bien, todos se ven amables y tranquilos. Aparentemente un buen ambiente de trabajo.
Todo iba bien hasta que llego un paquete sin remitente.
Se sentía...tan emocionada como si sus niveles de adrenalina subieran pero el oxígeno de su sangre se esfumara, se sintió algo mareada y el color de su rostro cambió, tan pálida.
‘No creo que sea el acosador, nadie sabe a donde me cambiaron, en la oficina no le dije a ningún compañero, solo mi jefe sabía, pero es imposible que él lo divulgará, en especial después de que le explique la situación del acosador; mi amiga Dabby solo sabe que me mudaba a esta área de la ciudad pero no sabía a que sucursal me trasladaron' Reflexionaba, para tratar de calmarse.
Con cierta reserva abrió el paquete, era un regalo de sus nuevos compañeros, el corazón regreso a su latido regular. Y se sintió sumamente aliviada, solto un suspiro profundo para liberar toda su tensión.
En cuanto salio del trabajo encendió el celular, pues mientras están en el trabajo no tienen permitido tener su teléfono celular; por cuestión de seguridad de la empresa.
Paso al súper a comprar algunos víveres y una botella de vino tinto para relajarse. Tenía demasiado tiempo que no bebía, había tenido que estar muy consciente de sus acciones para no ser sorprendida en caso de que su acosador apareciera.
Se sentía sorprendermente bien, el día transcurrió como en los viejos tiempos.
Cuando llego a casa todo se veía bien.
Preparó una ensalada, se sirvió una copa de vino, se puso a acomodar el equipaje y otras cosas que seguían en cajas, después de la mudanza.
Su celular comenzó a vibrar, al contestar no se escuchaba nada, solo silencio absoluto.
Segundos después otra llamada, de nuevo silencio.
Unos segundos después otra llamada, ya molesta al contestar grito:
— Mierda, deja de molestar – respondió de mala gana dando por alto que el interlocutor era alguien desconocido, terminó la llamada furiosa.
El móvil volvió a sonar pero en esa siguiente llamada Emily estaba aun más molesta, así que dejo que el buzón entrará.
Hasta que por fin dejo de sonar, después comenzaron a llegaron mensajes uno tras otro.
"Contesta o iré por ti"
"¿Por qué te fuiste de tu casa? "
"Ya sé donde trabajas ahora"
Por último "si no contestas algo malo le pasará a tu amiga", anexo a ese mensaje estaba la foto de su antigua casa
Cuando Emily se título de contadora ya había comenzado las practicas profesionales en la empresa Sonic, como tuvo buenos resultados en su evaluación de desempeño, le ofrecieron un trabajo ahí.
Debby su amiga no corrió con la misma suerte, sin embargo aunque una estaba ya en prácticas profesionales la otra estaba en un trabajo de mesera, eran muy diferentes pero en esas diferencias radicaba su amistad.
Tienen años de conocerse, desde que ingresaron a la universidad, por lo cual se les hizo muy fácil irse a vivir juntas.
Emily le ayudo a Debby a ingresar a la empresa donde ahorá ambas laboraban.
Ambas se llevan muy bien, se complementan a la perfección, han pasado por las buenas y por las malas. Algunos sin sabores familiares, rupturas con los novios. Se puede decir que son amigas íntimas, para Emily era una amistad tan fuerte que la consideraba de su familia.
Un día cuando Debby llego de su trabajo de mesera, encontró un paquete en la puerta de su casa. No tenía remitente solo una dedicatoria.
"No creía en el amor a primera vista hasta que te conocí"
Para Emily
Lo metió a la casa y lo dejó sobre la mesa, para que cuando Emily llegará lo viera.
Tres días después Emily recogió la correspondencia del buzón, había algunos folletos de propaganda de tiendas, supermercados, negocios de comida, etcétera, también estaban las facturas de los servicios y una carta de su madre. Todo lo común, pero al revisar con más cuidado, apareció un sobre sin remitente.
No sabían si era para Emily o para Debby; entonces Emily espero a que Debby regresará.
Como Debby tuvo que hacer dos turnos en el restaurante llego muy tarde. Así que el sobre lo abrieron hasta el día siguiente.
"Emily, ¿te gusto el regalo que te envie?, me gustaría que nos conociéramos un poco más te estaré esperando en el café Luna, si tu no aceptas mi afecto espero podamos ser amigos"
Pero cuando leyeron la carta ya había pasado el día y la "cita".
A partir de ese momento las notas fueron fueron en aumento, y ahora las dejaban directamente abajo de la puerta, se volvió más frecuente encontrarlas, al principio Emily las abría y las colocaba en el escritorio donde acostumbraba a trabajar. Donde se comenzaron a acumular.
Pero esas cartas que al inicio eran inofensivas con lenguaje común, como las que recibía en su época de secundaria, donde confesaba su tierno y amable amor platónico, le resultaban además de inofensivas hasta tiernas.
Pero poco a poco comenzaron a cambiar, el lenguaje se volvió violento; no una violencia descarada y directa, más bien algo sutil, pero eso lo hacía más tenebroso.
Después al ver las cartas en la puerta ya no las tomaba, las dejaban en la puerta a que se acumularán.
Cuando ya eran bastantes cartas, las tomaba todas y las depositaba en el basurero.
Al día siguiente cuando se iba a trabajar, todas las cartas estaban de vuelta en la puerta, con un paquete.
No se atrevía a tomarlo; se armo de valor y cuando lo abrió era una muñeca de porcelana que días antes había visto en el centro comercial.
Se asombro demasiado. Esto se estaba saliendo de control; la persona que le enviaba las cartas no solo sabía donde vivía, también la seguía cuando hacia sus compras. Su sangre se congeló, pensar en que era observada la hizo estremecer, su piel se puso de gallina.
Todo se volvía cada vez peor...
En su trabajo había conocido a un chico, él le gustaba desde que entro a trabajar ahí. Pero hasta que tuvieron que trabajar en el mismo grupo para entregar los balances de fin de año, fue cuando comenzaron a salir.
Esta relación parecía que iba muy bien hasta que Will dejó de hablarle; él dejó de ir al trabajo por algunos días, después de que regreso a trabajar se comportaba muy extraño, cuando la veía la evitaba; cuando Emily le marcaba por teléfono, no contestaba la enviaba a buzón o simplemente contestaba y colgaba sin dejar espacio a decir algo.
Hasta que Emily llego a su limite, se acercó de forma decidida a su cubículo, se plato frente a él y le pregunto de forma directa
Will que pasa, si hice algo mal dímelo, lo remediaré, no puedes solo alejarte de mí.
Will miró a todas partes como buscando que no hubiera nadie extraño observando.
Con voz temblorosa le dijo
- Emily tu eres fabulosa, me gustas mucho pero por el bien de ambos es mejor no hablarnos más... tu seguridad y la mía esta en juego, perdóname.
Emily se quedó de pie por unos segundos hasta que Will se levantó de su silla y la sacó de su cubículo, ella pudo sentir sus manos temblar, él realmente estaba asustado.
Cuando estuvo de vuelta en su propio escritorio no pudo evitar pensar que ese maldito bastardos que la acosaba estaba detrás de algo terrible que le había pasado a Will.
Emily se sintió sumamente alarmada después de recibir el mensaje con la imagen de su anterior residencia, reviso la imagen tal vez era alguna muy similar, pero ho encontró diferencias era el lugar donde vivía su querida amiga Debby.
Estaba en conmoción absoluta no sabía que hacer...su amiga estaba en peligro, ¡por su culpa!.
El móvil sonó de nuevo, era el mismo número restringido, sus manos temblaban, un frío espeluznante pasó por su nuca, estaba a punto de contestar.
Sus nervios estaban hechos trizas, su rostro se deformo por el miedo...
Un segundo...
Dos segundo...
Tres segundos...
Su respiración se agitaba, sentía que el aire no llegaba a sus pulmones y la desesperación estaba a punto de apoderarse de todo su ser, mente, cuerpo y alma, estaban sobre una cuerda.
Cuando estaba apunto de presionar el botón verde para recibir la llamada, la pantalla de su laptop se iluminó y apareció una nueva imagen...
¡Era Debby!... su amiga, estaba en el lobby de un hotel tomando unos tragos con los compañeros de trabajo...
El color de la cara de Emily poco a poco comenzó a regresar, mientras con los ojos vacíos contemplaba la imagen en la pantalla.
Respiro profundo y conforme su respiración se volvía regular recordó que Debby le mencionó que tenía un viaje de negocios junto a su equipo de trabajo.
La fotografía era la actualización de su red social favorita, donde subía de vez en cuando fotografías de momentos importantes para ella.
Debby ayudarían en una auditoría en una de las subsidiarias de la empresa.
Emily se desplomó en el sofá, había quedado exhausta, nunca imagino que el miedo, aquella carga de adrenalina fuera aún más agotadora que un maratón de 10 kilómetros.
Comenzó a llorar, se acurrucó en el sofá, su cuerpo temblaba, el móvil seguía sonando...
Era como un niño asustado que quería a su mamá.
Se repetía, ¡vamos Emily, todo estará bien!,¡tanquilizate!, ¡Nada pasará!...
Su cuerpo siguió temblando hasta que se quedó dormida, no supo en que momento el móvil se quedo sin batería y dejo de sonar.
Desperto a mitad de la noche, la copa de vino seguía junto a su laptop en la mesa de centro, su plato de ensalada a medio comer.
Todo era silencio y oscuridad, solo una pequeña luz tenue de la única lampara que seguía encendida iluminaba un poco la habitación.
Se frotó los ojos, fue al baño a lavarse.
Con cierto temor recorrió su nueva casa, verificó los seguros de las ventanas, las puertas y que la alarma estuviera encendida.
Después mientras se dirigía a la cama, vio el móvil que estaba en el sofá donde se había quedado dormida.
Presionó el botón para que se encendiera, estaba completamente muerto. Lo puso a cargar sin encenderlo.
Lo dejó sobre la cómoda, y se fue a su habitación, cuando entro a su cama se enrollo en las cobijas y comenzó a llorar, primero pequeños sollozos, después de una forma más desesperada.
No podía más con esa situación.
¿Por qué a ella?, ¿qué hizo mal?, Emily se preguntaba una y otra vez.
Sus padres eran personas honestas, ella era una mujer cariñosa y extrovertida con firmes valores éticos y morales. No quería lastimar a nadie, nunca actuó con dolo. Entonces ¿por qué esto le tenía que pasar a ella?
Al día siguiente con la cara un poco hinchada por el llanto, se maquilló para disimularlo un poco.
Desconectó el móvil del cargador, verifico que estaba la batería al 100% de su carga.
Lo metió en su bolso sin encenderlo.
Salió un poco antes de su casa, fue primero al centro comercial más cercano a su trabajo y se dispuso a comprar un nuevo teléfono celular.
Cuando encontró el que le gustaba, encendió su anterior móvil y lo coloco en modo avión, paso todos sus contactos, galería de fotos a su nuevo móvil y todo lo que creía que era importante.
Llamo a la compañía telefónica para reportarlo como robado para que bloquearan la tarjeta sim y lo voto a la basura.
Se sintió muy bien.
Llegó a su trabajo con nuevos bríos, como si por fin pudiera respirar.
Procuró estar en contacto con Debby, le platicó lo que había pasado el día que tuvo el colapso nervioso.
Debby la tranquilizó vía telefónica.
-Emily quedaté tranquila, yo me mudaré con mi novio y él se encargara de la mudanza, no regresaré a esa casa. Cuidate por favor.
-Seguimos en contacto para ir a divertirnos.
-Gracias, te quiero.
-Gracias a ti, yo te quiero más.
Emily terminó la llamada con una sonrisa en sus labios, su rostro aún no se recuperaba del todo, con el simple hecho de platicarle s Debby lo sucedido su corazón se volvió a agitar.
Los días transcurrieron con tranquilidad, con la tranquilidad que tiene un contador auditor.
Emily creía que lo malo ya había pasado, pero alguien nuevo vigilaba sus pasos a la distancia.
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