Hui de casa siendo una niña, no soportaba la vida que llevábamos, mi padre era alcohólico, mi madre sumisa, era golpeada cada día, tengo un hermano menor de 6 años, al que prometí volver por él cuando salí de esa casa.
Salí de casa teniendo 12 años, espere salir de vacaciones de la escuela para poder irme de ahí.
Tome un poco de ropa y el poco dinero que había logrado juntar, con lo poco que podía darme mi madre.
Salí un día al amanecer, sin rumbo definido, asustada pero quería conseguir un buen trabajo y tener dinero y así sacar de esa casa a mi madre y hermano. Soñaba en grande a mis 12 años.
Fui a una parada de autobus, mire para donde ir, lo deje a la suerte, no conocía ningún lugar de los destinos qué salían en la boleteria. Pedí un boleto al primero que estaba en la lista.
Me subí al bus, qué sería mi destino. Fue un largo viaje, llego al terminal, mucha gente iba y venía.
Tenía hambre y sed.
En mi mochila solo llevaba un pan y caja de leche.
Me senté tome mi leche y como mi pan.
Estaba ahí sola mirando para todos lados sin saber para donde ir.
Al parecer alguien me había estado observando desde lejos.
Estaba por sacar mi diario para escribir, cuando se me acerca un hombre de mal aspecto tenía un corte en la cara que lo tapaba con la barba qué tenía, pero se podía notar, llevaba un molda diente en la boca qué mordía de lado. Y vestía una camisa jagua yana y un traje negro. Lo recuerdo perfectamente.
Me asustó mucho su acercamiento.
Me pregunta si estoy sola.
No dije nada, guarde silencio.
El hombre me dice, te llevaré a un lugar donde tendrás comida y techo donde dormir y además podrás ganar dinero. El hombre parecía saber que era lo que buscaba.
Tomo mi mochila, guardó mis cosas y me tomo del brazo. Yo estaba inmóvil.
Mire a mi alrededor, buscado qué alguien me ayudara. Todos pasaban por el lado, sin importar los que pasaba a su alrededor.
El hombre me estaba llevando, cuando vi a un pareja que parecía andar buscando a alguien.
Me solté del hombre y corrí hacia ellos, diciendo, mamá!!! Papá!!! Me abrace de la mujer que parecía no entender que pasaba.
La miro a la cara y pido que me ayude, la mujer pareció entender que estaba en peligro y devolvió el abrazo.
El hombre que la acompañaba entendió la situación, y miro hacia donde se encontraba el hombre que me estaba llevando, este soltó mi mochila y salió corriendo de ahí.
Doy las gracias a la pareja, tome mi mochila y quise salir de ahí.
La pareja me detiene. Me dicen que no puedo andar sola en las calles, qué es peligroso.
_Lo se, le digo. Pero no tengo a donde ir.
_ Pero y tus padres?? Me pregunta la mujer.
_ Ellos me abandonaron, estaba en un hogar, pero hui de ahí porque me golpeaban y llegue aquí. Mentí.
_ No puede ser como que te golpeaban.
_ Si, mire, le muestro un moretón qué tenía en mi brazo, era un golpe que había recibido de mi padre tratando de defender a mi madre.
_ Pobre niña, dice el hombre que acompañaba a la mujer.
_ Como te llamas??
_ Noelia, me llamo Noelia Torres.
_ Noelia. No te podemos dejar aquí. Te lavaremos a donde nos estamos quedando y mañana te llevaremos a un hogar donde te cuidaran. Esta bien?? Me dice la mujer.
_ Si, gracias.
Ese dia me levaron a un hotel donde se hospedaban. Al parecer no eran de esa cuidad. Tampoco pregunte de donde eran.
Al día siguiente, me llevaron a una iglesia. Yo me quede en la entrada mientras que la pareja hablaba con un sacerdote.
Ellos se despiden deseando que tenga una buena vida. Se van, no pregunte sus nombres, se que eran una buenas personas. Espero volver a verlos algún día.
Él padre me pidió que me acercara.
Me pregunta si realmente me había escapado de un hogar de menores o había escapado de casa.
Yo no quería mentir, pero si le decía al padre que me había escapado de casa me enviaría de vuelta y yo no quería eso.
La única forma de no mentirle al padre, era decirle la verdad pero en secreto de confesión.
_ Pido que me confiese padre.
_ Mmm, ya veo.
El padre se preparo para recibir mi confesión.
_ Padre, la verdad es que me escapado de casa, mi padre es un alcohólico y golpea a mi madre todos los días, a mi me ha tocado defender en muchas ocasiones a mi madre, recibiendo golpes de mi padre por meterme. Me salí de ahí para ganar dinero y volver por mi hermano y mi madre si quiere venir con nosotros.
El padre escuchaba me escuchaba atentamente. Me veía con curiosidad.
_ Cuántos años tienes?? Me pregunta
_12 años le dije, el próximo mes cumpliré 13 años.
_ Y como una niña de 12 años, qué apenas se sabe cuidar sola, ganará dinero para ir en busca de su hermano y madre??
_ Pues estudiaré y trabajaré y juntare todo el dinero para ir por ellos.
Él padre movió la cabeza.
_Sabes lo que haremos.... Como no puedo revelar lo que me has dicho, te llevaré a un hogar qué pertenece a esta iglesia, ahí podrás estudiar. Y tendrás un lugar donde quedarte hasta que seas mayor de edad. Esta bien???
_ Si, padre. Haré lo que ud. Quiera.
_ Pero tengo una condición.
_ Cual?
_ Si me entero que tus padres te buscan o la policía pregunta por ti, seré yo quien te lleve de vuelta a tu casa.
_ Trato echo, le digo. Sabia que mi madre no me buscaría, ella no podía dar un pie fuera de la casa sin que mi padre se enterara. Y ahí le iba peor.
El padre Felix así se llamaba. Me llevo a un hogar de niños abandonados qué esperaban que alguna familia los adoptaran.
A mi no me paso eso, Era una niña grande y solo se llevaban a niños pequeños.
Ahí estuve hasta que cumplí 18 años.
Estudie, sobresalía en mis calificaciones. En el hogar ayudaba en los quehaceres a las monjitas, aprendí a cocinar muy bien. Además estaba en el coro de la iglesia, ahí tocaba la guitarra y un poco de piano y tenía muy buena voz, como que lo del canto me salía bien.
Las monjitas sabían mi historia, tal como supuse nadie me buscó, le escribía cartas a mi hermano, pero no recibía respuesta.
Pero eso no me desanimaba.
Tenía algo de dinero ahorrado, después de clases horneaba galletas y las salía a vender, y todo lo que juntaba lo metía en una alcancía.
Una de las monjitas la qué me enseñaba a cocinar, la hermana Margarita, me dijo un día que abriera una cuanta en el banco, así mi dinero iría aumentando. Así lo hice con ayuda de la hermana, todo lo que lograba juntar en un mes lo iba a dejar al banco.
Cuando cumplí los 18 años ya no podía seguir en el hogar. Ese día fue muy triste, tenía que seguir mi camino por mi cuenta.
Tenía una beca para estudiar en la universidad y tenía algo de ahorro qué me serviría para rentar algún cuarto o irme a los dormitorios de la universidad.
Elegí ir a los dormitorios de la universidad, el dinero de no ser necesario no lo ocuparía.
Empece a estudiar gastronomía, mi sueño era tener un gran restaurant.
Busque trabajo de medio tiempo en lo que fuera, primero conseguí un reemplazo en una tienda, ahí trabajaba 3 días a la semana. Los otros días iba al hogar, ayudaba a la hermana Margarita a atender a las niñas que habían ahí.
Después qué termine con el reemplazo, encontré un trabajo de garzona, en este me iba bien, las propinas eran buenas, lastima que podía trabajar hasta cierta hora. No podía permitirme llegar tarde a los dormitorios o si no perdía el cupo que había conseguido ahí.
Así paso un año, ya tenía bastante ahorro, qué me alcanzaba para rentar algún lugar donde vivir. Así lo hice.
Ahí ya podía trabajar hasta la hora del cierre en el restaurante ya ganaba mucho más.
La vida que llevaba era de sacrificio. No dormía más de cinco horas diarias.
Por la mañana iba a universidad, después al trabajo, estudiaba en casa dos horas diarias, eso era sagrado para mantener mis notas y la beca.
Casi no gastaba en comida, todo eso lo conseguía en el trabajo.
Como ya tenía un lugar donde vivir, era una casa con 2 dormitorios extras. Decidi ir a mi antigua casa, donde vivía con mis padres y hermano, ya han pasado 7 años y nunca recibí respuesta a las cartas qué escribí.
Espere a que llegara el fin de semana y fui.
Tome el primer bus que encontré, tome un taxi y fui directo a la casa.
Tenía miedo de encontrarme con mi padre.
Fui de a poco a acercandome.
Toco la puerta, temerosa.
Sale una señora que no era mi madre.
_Hola!! Buen día.
La señora Rocío Díaz se encontrará?? O su hijo Benjamin??
- No ellos no viven acá, el esposo de ella nos vendió la casa, hace dos años que vivimos acá.
Lo que me dijo la señora me dejo helada. Ahora a donde podrán estar. Donde habrán ido?? Era la gran pregunta.
_Gracias le digo y salgo se ahí.
_Espere, me dice la señora.
Traía algo en la mano.
Eran las cartas qué le había escrito a mi hermano. Ni siquiera estaban abiertas.
Ahora donde los podré buscar??
Salí de ahí, pregunté a los vecinos si sabían algo.
Nadie me supo decir nada, dicen que de la noche a la mañana no se supo de nadie de esa casa.
Que dejaron de escuchar los gritos de mi padre golpeando a mi madre.
Eso me dejo más preocupada. Ideas espantosas se me cruzaron por la cabeza.
Fui a la policía, pregunte si tenían alguna información de mi madre, no tenian nada.
La reporté como desaparecida, deje mis datos para que me llámesen si saben algo de ella.
Volví a donde vivía ahora más preocupada qué antes.
Me enfoque en mis estudios. Y seguí en mi trabajo. Y siempre llamando para saber si sabian algo de mi madre.
Ya estaba terminando mis estudios.
Maximiliano mi jefe, me propuso qué dejara de ser garzona y me dedicará a ser la chef de su nuevo restaurant que abriría en un lugar donde van grandes empresarios.
No podía creerlo. El sabia mi historia y lo esforzada qué había sido todos los años que he trabajado y estudiado para salir adelante.
Jamás me vio envuelta en algún amorío ni nada por el estilo.
Yo lo respetaba mucho, el siempre fue amable conmigo y su esposa también. Era un matrimonio joven, se veía que se amaban mucho.
A la propuesta que me hizo no podía decirle que no... Era la mejor oferta de trabajo a una recién egresada de la universidad.
A mi ceremonia de titulación me acompañaron el Padre Félix y la Hermana Margarita. Ellos eran como mi familia. Siempre mantuve en contacto cercano con ellos.
Ese dia de la ceremonia, qué era muy importante para mi, también estaba de cumpleaños, estaba cumpliendo 24 años. Pero terminar mis estudios era el mejor regalo que podía hacerme a mi misma.
Quién lo hubiera creído hace 12 años me fui de mi casa, ahora ya soy una egresada de gastronomía.
Sentia mucha melancolía, pensaba en mi madre como me hubiese gustado compartir con ella este gran momento. Suspiraba al pensar en ello.
Ese día me fui directo al trabajo. Ese sería mi último día de trabajo.
Don Maximiliano me dijo que me tomará unas pequeñas vacaciones y luego tomara las riendas del nuevo restaurante.
Llego a lugar de mi trabajo y estaba puesto el letrero de cerrado. Lo que me pareció extraño.
Abrí con mi llave qué tenía para entrar.
Y tal fue la sorpresa cuando gritan... sorpresa!!!
Don Maximiliano y su esposa María Luisa, habían preparado un cóctel con mis compañeros de trabajo.
Le agredeci a todos por el gesto.
Esa noche bebimos y bailamos. Y mi compañera y amiga Natalia, sabía de mi afición por el canto, les dijo a todos que yo cantaba y que tenia una voz preciosa, yo siento que exageró. Ella sabía eso porque muchas veces me había escuchado cantando mientras preparaba los pedidos para los clientes.
Pero como ya tenía unas copas encina.
Tome valor y subo al escenario qué había en el resaturant donde los fines de semana había música en vivo, tomo una guitarra y me pongo a cantar.
Todos quedaron sorprendió al escuchar mi canto.
Se levantan y aplauden con fervor.
Les digo que no es para tanto. Y piden que vuelva a cantar.
Esta vez les digo que elijan una canción.
La señora Maria Luisa se levanta
_ Yo, Yo... Podrias cantar la canción de Ed Sheran, Perfect. Que me la dedicó Máximilano.
Todos ahí dijeron... Uuuuuu. Ya estaban todos en confianza.
Fue una noche fantástica. Me sentí que estaba rodeada de cariño.
Después de la noche de celebración me tomé mis merecidas de vacaciones. Tal como me dijo mi jefe que lo hiciera.
Fueron vacaciones entre comillas, porque fui al hogar, ayudar a la hermana Margarita. Pero a mí me gustaba. Me distraía jugando con las niñas. Tomaba una de las guitarras y cantaba con ellas. Ayudaba a alguna en sus tareas del colegio o les ayudaba con alguna materia en que no les iba muy bien. Eran unas niñas adorables
Y llego el gran día. El día de la inauguración de restaurante.
Maximiliano y María Luisa habían invitado a su círculo de amigos, todos adinerados, se notaba por el buen vestir. Y uno que otra reserva qué había.
Me esmeré en presentar los mejores platos y lo conseguí. Muchos de los invitados enviaron sus felicitaciones a la chef.
Otros pedían qué me presentara y me felicitaban personalmente.
Ese día terminé agotada pero feliz.
Cerramos pasada la media noche.
Mi jefe y su esposa no podían estar más feliz, todo había sido un éxito.
Te lo debemos a ti. Me dijeron.
No es para tanto les dije.
No seas modesta fue la respuesta de ellos.
Maximiliano y María Luisa quisieron llevarme en su auto. Lo que agradecí porque realmente estaba cansada, pero les pedí que me dejaran cerca de casa, esa noche quería caminar y tomar aire fresco un rato.
Camine y llegue hasta una tienda, entre pedi un helado y me senté en los bancos qué estaban afuera.
Mientras disfrutaba de mi helado, se estaciona un auto, era alguien con poder, por la marca se podía ver que no era alguien común y corriente, de ese auto se baja un hombre, a simple vista era el chófer. El hombre entra a la tienda.
Yo seguí ahí tomado mi helado. Pensando en todo lo que he pasado, daba gracias a Dios por poner en mi camino a gente de buen corazón, que me a ayudado.
Pero en ese momento me sentía observada, mire a mi alrededor, pero no había nadie.
Seguí disfrutando de mi helado.
Al lugar llegan tres muchachos, como de mi edad, se notaba que venían de alguna fiesta, porque era notorio qué estaban bedidos.
Uno de ellos volteo su mirada hacia mi.
_ Pero miren que tenemos aquí, a una linda palomita.
_ Parece que esta sólita. Dice otro.
Se acercaron a donde yo estaba. Me apresure en tomar mis cosas y salir de ahí. No quería meterme en problemas.
El primero que hablo, me tomo del brazo y me jaló hacia él.
_ Para donde crees que vas, hermosa. Me dice muy cerca de mi rostro. Podía sentir su hálito alcohólico.
Los otros dos solo miraban y sonreían.
_ Sueltame, le digo y le doy un pisotón en el pie, eso hizo que me soltara.
_Como te atreves!! me dice y levanta la mano para golpearme, pero fue detenido, por otro hombre que no estaba con ellos. No supe de donde salió.
Yo quede paralizada. El toma mi mano y me coloca detrás de él.
Él dobló la mano del tipo que me quería golpear y lo hizo gritar del dolor.
Cuando veía que los otros dos se venían encina del hombre que me había salvado, llega el chófer que había visto entrar a la tienda los derribó con golpes rápidos, qué quedaron en el suelo quejándose del dolor.
Yo que estaba detrás del hombre que me había defendido, asome de a poco mi cabeza.
Les doy las gracias por lo que acaban de hacer.
Los dos se me quedan mirando.
Recogí mi mochila qué se me había caído en el momento en que aquel guapo hombre me tomo de la mano y me coloco detrás de él.
Volví agradecer y tome un taxi y salí de ahí.
En el taxi iba pensando en que debí agradecer de alguna otra forma. Ni siquiera le di mi tarjeta, me lamentaba por eso.
Debi invitarlos al restaurante, eran mis pensamientos.
Llego a mi casa, me voy quitando la ropa, lo único que quiero es darme una ducha, necesitaba relajarme.
Y vaya que lo consigo. Salgo de la ducha me coloco mi pijama de dos piezas holgado, no hay nada más cómodo qué eso.
Fui a mi pequeña cocina de mi casa, bueno mi casa es más parecido a un offistel. Me mude después que fui en busca de mi madre y hermano. No iba a estar pagando una casa con más habitaciones si iba a estar sola.
Me prepare un té de manzanilla con miel, mientras lo preparaba se me viene a la mente ese hombre, de ojos verdes, con una barba de unos dos días, manos fuertes, con un traje a medida, voz rasposa, era un verdadero adonis.
Sacudo mi cabeza, sacando pensamientos como sería tener un hombre así como novio. Tendría que andar espantando a las mujeres para que no se le acerquen.
Rei ante tales pensamientos.
Yo no he tenido novio, siempre me enfoque en salir adelante. Tener novio estaba muy por fuera de mi radar.
Salgo del espacio de la cocina y me llevo a mi te a la cama. Lo bebo de a poco me van pesando los ojos y me duermo.
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