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MI BRUJO AMOR

CAPITULO 1 - 2

CAPÍTULO 1: PRIMER CONTACTO

Soy Darla, tengo 17 años, no soy muy agraciada, no muestro simpatía y todo se debe a que desde que tengo memoria, puedo ver espíritus, los siento, los escucho. Sueño presagiando cuando alguien va a morir, al tener contacto conmigo.

Siendo pequeña no podía entender lo que me pasaba. A la noche sentía que alguien se sentaba al borde de mi cama y murmuraba mi nombre. Dormía con una linterna, bajo la almohada y al iluminar nadie estaba. Otras veces me despertaba sin aire y sentía alguien sobre mí, pero no veía a nadie.

Hasta que tuve el primer contacto, cuando tenía 8 años, una noche que dormía y sentí un susurro, como si me recorriera un frío y de golpe me tomaron de los pies, sacándome de la cama.

- ¡MAMÁ..! MAMÁ...NO... AUXILIO!. Gritaba desesperada, aferrándome de las sabanas y la mitad de mi cuerpo suspendido en el aire. Mi madre ingresa golpeando la puerta contra la pared al abrirla de golpe y al encender la luz caigo de un solo topaso al piso. Nadie había ahí.

- HIJA... Tranquila... Solamente fue una pesadilla... Ven... Duerme conmigo. Y se acostó en mi cama, acunándome en sus brazos.

(¿Qué fue eso? ¿Cómo no había nadie? No lograba entenderlo, pensaba una y otra vez en lo que paso).

- Mami... Alguien me agarro de los pies. Le cuento aún temblando.

- Duerme tesoro... Únicamente fue un sueño... Fue lo que me dijo mi madre.

Dormí en sus brazos y al despertar escucho que mis padres discuten.

"¡Deja de protegerla!"..."¡Pasa algo malo con ella!". Escucho que mi padre dice.

"Es una niña"..."Tiene imaginación como todos los de su edad". Mi madre sollozando le responde.

Escucho que algo se rompe y mi padre se va golpeando la puerta.

- Mami... ¿Pasa algo?. Le pregunto al verla llorar.

- No nada tesoro... Prepárate para ir a la escuela. Me responde disimulando, al secar sus lágrimas.

En la escuela mis compañeritos me tratan de rara, no quieren jugar conmigo. Solamente tengo amigos imaginarios, como los llama mi madre a las presencias que siento y escucho.

Cuando mi madre va a buscarme, mi seño le pide hablar con ella un momento.

-Señora... Le quiero hablar de Darla... La maestra de plástica nos enseñó sus dibujos. Y le pasa unas láminas.- Como ve... Ella dibuja esqueletos... Muertos en sus tumbas... Y algunos que pareciera caerle la piel... Para su edad es... Muy morboso... Que dibuje estas imágenes. Le comenta la maestra.

- Son únicamente dibujos... Que me quiere decir con todo esto. Le responde mi madre, regresándole las laminas.

- Lo que le quiero decir... Es que asusta a sus compañeros de clases... Con los dibujos... Y a una compañerita la hizo llorar, diciéndole que sus padres morirán en un accidente de auto... Si ustedes no la envían con un profesional...

-¿La van a echar? Le pregunta enojándose mi madre.

- No podemos hacer eso... Tiene buenas notas... Y... Para la junta no hace nada malo con su peculiar forma de dibujar...

- Entonces ya no tengo nada más que hablar con usted. Concluye mi madre incorporándose y tomándome de la mano para salir del salón.

- Siga mi consejo... Termina por decir la maestra, al vernos marchar.

En casa esperando que mamá sirva la cena, puedo sentir una presencia, esta en particular me provoca terror. Veo como una sombra oscura deslizándose por las paredes. Pero donde está mi madre por alguna razón se va. Por lo que permanezco cerca de ella.

-Darla si vas a estar aquí... Me ayudas a poner la mesa. Me dice mi madre al verme a su lado. Solo asiento mirando al rededor, mi corazón late acelerado y me prendo de la mano de ella. - ¿Qué sucede hijita?... Toma estos cubiertos y colócalos en la mesa. Me dice y le hago caso.

En eso escucho que llega mi padre, es conocido el sonido de su auto. Lo estaciona, e ingresa a la casa.

-¿YA ESTÁ LA CENA MUJER?... TENGO HAMBRE. Vocifera potente mi padre.

- Si querido... Ya te sirvo. Le responde mi madre. Al sentarse en la mesa me mira de lado y no me dirige una sola palabra. Solamente me observa. Él nunca tuvo una muestra de cariño hacia mí, que yo recuerde.

- ¿Qué cocinaste?. Le pregunta a mi madre.

- Milanesas con ensalada. Le responde.

- Espero que te salgan bien esta vez... La otra vez parecían piedra. Le responde y se pone a comer ni bien le sirve.

Yo termine de comer y le digo a mi madre " Estuvieron muy ricas las milanesas mami".

- Gracias tesoro... Preparate para dormir. Y me despide con un beso.

A media noche me despierto nuevamente sobresaltada al sentir como si alguien se sentara en la mesa y decido ir a tomar agua a la cocina y veo como mi padre le tiene agarrada de los cabellos a mi madre y le dice:

- ¿Sera que soportas el fuego?. Estirandola hacia la cocina encendida.

-¿Qué te sucede? ¿Por qué haces esto? Le dice mi madre llorando.

-Ya se tu secretito... Se que esa abominación no es mi hija. Le responde mi padre. ("¿Qué quiere decir con eso?", pienso, no entiendo de que hablan)

-Estas loco... Es tu hija...No se que quieres decir. Mi madre sollozando le contesta.

Me da mucho miedo, pero no puedo dejar que la lastime, por lo que tomo un cinto y le grito.

-¡SUELTA A MAMI! Y le amenazo con el cinto.

-Ya despertaste a la niña. La reprocha a mi madre y la suelta de golpe.

- Tesoro ve a dormir solo es una mala pesadilla. Me dice mi madre y me acaricia la frente, bostezo y me alza en brazos llevandome a la cama.

Al otro dia me despierto, me siento confundida, no se si es de dia o de noche. ¿Qué paso?, no recuerdo mucho.

- Buen dia tesoro. Me saluda mi madre y me pasa un vaso de leche caliente.

Lo bebo a sorbos y comienzo a caer en cuentas que ahora puedo ver sombras negras y blancas deslizarse cerca, las puedo ver en mi habitación. Una briza fria roza mi piel y las ventanas estan cerradas. No comprendo esa sensación.

CAPITULO 2: COMUNICACIÓN CON LOS ESPIRITUS.

Paso el tiempo, trate de ignorar todo aquello como me aconsejaba mi madre. Pero un dia comencé a verlos, fue en el velorio de mi abuelo, él estaba parado cerca de mi madre, siendo que estaba en el cajon. Le quede mirando y me saludo. Nos acompaño al cementerio y vi muchos caminando por ahi.

Cuando notaron que le observaba comenzaron a seguirme y hablarme para que los ayude a terminar alguna tarea que los mantenía aqui entre los vivos.

Mi madre me pesco hablando y no habia nadie ahi, pero yo estaba parada mirando hacia arriba.

"¡No te puedo ayudar!...¡Soy muy chica!. Le respondía al espiritu de un anciano.

"Solo te pido que le avises a mi hija que el testamento esta en el baul negro de mi comoda".Me susurra el espiritu.

-Hija...¿ Con quien hablas?. Me pregunta mi madre.

- ¿No lo ves?. El abuelo de Lila. Me pide que le de un mensaje a su hija. Le respondo y veo que la expresión de mi madre cambia.

Esa tarde mis padres me llevaron a ver a una doctora, despues supe que era un psiquiátrico.

- Hijita debes quedarte aqui... Solo sera un tiempo. Fue lo que me dijo mi madre, una vez que hablaron con los que atendían ahi.

Estaba confundida y asustada, con 10 años no entendía porque me abandonaban en ese sitio. La profesional puso su mano en mi hombro y me dijo.

- Tus padres consideraron que lo mejor para ti es estar aqui un tiempo.

- ¿Por qué? Me porto bien... Hago mi tarea... Y ayudo en la casa. Le contesto sollozando.

- Pequeña... Aseguras que ves muertos... Que puedes hablar con ellos... Eso no es normal... Debemos averiguar que pasa en tu cabecita y cuando mejores, volveras a tu casa.

-¿ Podre ir mañana?... Le pregunto secando mis lagrimas. Ella sonrie y me mira fijo para responderme.

- Acompañame te enseñare donde dormiras y despues hablaremos de cuando regresaras a tu casa.

Nunca mas supe de mis padres, no vinieron ninguna vez a visitarme. Cai en la cuenta que me abandonaron. Por lo que este sitio ha sido mi hogar desde entonces. Me se comportar, no me muestro alterada, ni nada. Se que los que son asi, les dan electrochoques, le inyectan dejándolos como idos. Asisto a las sesiones sin falta, al principio aseguraba que lo que me pasaba era real. Pero me di cuenta que eso no me liberaria de aqui, por lo que empece a negarlo. Supe disimular lo que me pasaba. Y a medida que crecía descubrí que con tocar con la mano derecha absorbo el dolor de quien lo padece, aliviando su sufrimiento. En una sesion se me escapo al hablar con la especialista que me ha atendido todos estos años.

-Darla... ¿Qué tienes para contarme?... La ultima sesion me aseguraste que ya no ves espiritus... Pero una enfermera me aseguro que te vio hablando y no habia nadie. Me comenta la Doctora.

- No veo mas espiritus... Pero... Puedo curar dolencias. Le respondo evitando mirarla.

-¿Cómo lo sabes?. Me pregunta.

-La enfermera tenia dolor de espalda... La toque en donde le dolia y se le paso. Le conteste.

- No sera que tomo un analgésico. Me afirma.

-Senti el dolor... No podia pararme y ella me enseño a expulsarlo con Yoga... Pregúntele... No miento. Le digo indignada porque siento que no me cree.

- Debes tomar este medicamento para dormir... Se que te cuesta conciliar el sueño... Nos vemos en la proxima sesion. Me despide.

Como siempre soluciona todo con un medicamento, que no pienso tomar.

Un dia la Doctora en plena sesion veo que se descompensa, tomandose el brazo izquierdo y la toco con la mano derecha, puedo sentir como un calor que sube por mi mano y me recorre el cuerpo, me duele el estomago, tan fuerte que me dobla haciendo que caiga. La Doctora al recuperarse un poco, me mira asombrada. Y ordena a que me hagan un estudio completo, del cual sale que estoy muy bien. La enfermera que me atiende me mira preocupada, al no haber encontrado nada malo en mi estado de salud, me dice.

- Pequeña... Acuerdate de decir lo que te enseñe... Cierra los ojos y repite. Me recuerda, por lo que le hago caso y repito.

- Expulso todo lo malo.... Expulso todo dolor... Que nada quede en mi. Y despues de decirlo varias veces siento que me alivio.

- Muy bien... Ahora ya sabes, como hacer. Se retira y me deja descansar.

- Doctora. La llama la enfermera... Darla esta mejor. Le comenta.

- Es bueno escucharlo. Le responde.

- Deje que le diga algo mas. Le pide la enfermera.

- Si... Digame. Le contesta la Doctora.

- Yo creo en las habilidades de Darla... Hay pruebas... Que demuestran, que ella en verdad tiene poderes... Despues de lo que le paso con usted... Debe creer también. Le dice.

- No voy a negar... De que despues de tocarme... El dolor que sentia... Se me fue. Responde la Doctora.

- Entonces, si cree en ella. Dice la enfermera.

- Si... Pero debemos mantener en secreto lo que descubrimos... Sabes que si se enteran querrán hacerle estudios, como conejillos de indias... Ya demasiado sufrio, que la consideraran bicho raro... Y ser abandonada por sus padres aqui. Le advierte la Doctora.

- Si... Comprendo le responde la enfermera.

Despues de ese suceso, los que atienden el psiquiatrico ahora venian a mi, para que alivie sus dolencias, ya no ingerían ningun analgésico. Trataban de no sobre exigirme, porque eso me agotaba y me hacia mal.

Cuando algun pariente de ellos se le presentaba alguna enfermedad, en que no le daban esperanzas venian a verme y mantenían el secreto. Pero yo les aclaraba, que solo podia aliviarlos, debian tomar el remedio para curarse del todo. Porque si no lo hacian y querian que yo los cure de una. Me descomponía y no podia ingerir alimentos por varios dias, debilitándome por completo. Por lo que me cuidaban y mantenían en secreto mis habilidades.

Capitulo 3-4

CAPÍTULO 3: NUEVO DESTINO

Pasaron 7 años desde que vivo en este Psiquiátrico, se convirtió de algún modo en mi hogar. Tengo acceso a la biblioteca, me leí todos los libros, de ciencias, matemáticas, historia, pero sobre todo me llama la atención aquellos que enseñan de la anatomía humana. El director me lo permite, sobre todo en la noche, que me cuesta dormir. Tengo compañía especial, no les hago caso, a mí no me molestan.

Según sé, se trata del espíritu de una joven que quedo mal de la cabeza cuando su novio la dejo plantada en el altar, un mal de amores por decirlo de algún modo. Se internó aquí, pero al tiempo falleció de tristeza y desde ese día su espíritu deambula vestida de novia, esperando por ese novio que nunca llego.

- Darla... Que suerte que te encuentro. Interrumpe mis pensamientos el director.- Debo hablar contigo de algo. Me dice.

Por lo que dejo de leer el libro que tenía entre mis manos y lo miro fijo, noto incomodidad en su expresión corporal, ya no me resulta raro, todos los que tratan conmigo tienen esa forma de comportarse.

- Como te decía. (Camina de un lado a otro, se friega las manos y después se sienta adelante mío)... Estamos pasando por una situación difícil... Como sabes... Solo sobrevivimos con lo que nos dan los que pagan las cuotas... Por tener a su familiar aquí... Y nos ha resultado difícil... Poder cubrir todos los Costos... Nos veríamos forzados a cerrar. Concluye.

- Pero... ¿Dónde voy a vivir?... Este lugar ha sido mi hogar... Si quiere... Podemos cobrar las curaciones que haga. Le respondo afligida.

- Pues... Exactamente de eso te quería hablar... Se ha presentado una oportunidad única... Que nos permitiría seguir funcionando... Nadie perdería su trabajo... Ni un hogar... Como tú lo consideras.

- ¿En qué consistiría?. Le pregunto impaciente al notar que da mucha vuelta.

- Un señor... Que está muy bien posicionado... Ha ofrecido una considerable suma... Pero la condición seria... Que tú vayas a vivir con él... Te tomaría bajo su tutela.

- ¿Con qué intenciones quiere llevarme? Pregunto intrigada.

- Según tengo entendido... Tiene un hijo... Que ha sufrido una enfermedad extraña... Toda su vida... Han probado todos los medios... Para aliviar su dolencia... Pero no han conseguido, curarlo... Solo le inyectan un suero que hace poco efecto... No le dura mucho. Me informa.

-Sabe que no puedo curar... Solo alivio el dolor. Le recuerdo.

- Hay otro tema... Al señor... Se le ha muerto un hijo menor... Y cree que aún anda rondando por la casa… Se enteró de tu singular habilidad, por eso su interés... Piénsalo... Vas a tener una mejor vida que acá... Un nuevo destino... Y además de aliviar los dolores que padecen... Lo ayudas a comunicarse con su hijo. Me comenta.

- Por mucho tiempo se mostró reacio a mi singular habilidad, como la describe... Que fue lo que me trajo aquí... Y ahora depende de ella para salvar el psiquiátrico... Lo voy a hacer... No por usted... Si no por los que trabajan aquí... Y viven aquí... Olvidados por sus familiares... Aunque eso signifique... Que me vende. Le respondo. Veo que suspira, como aliviado, se incorpora y me deja en la biblioteca a que siga mi lectura.

Pasaron dos días, desde que tuve esa conversación con el director, hasta que una noche apareció un hombre vestido de negro, su aspecto irradiaba una energía sombría, era alto, atractivo, de ojos claros, cabellos blancos, su tés pálida, delgado y musculatura notoria, al traer una remera al cuerpo.

Al aproximarse pude sentir su inmensa pena. El personal al verlo se mostraron nerviosos. A mí no me dio gran impresión. Cruzo una palabra con el director y veo que señala en mi dirección, yo estaba sentada cerca de la ventana leyendo un libro. Me mira con sus ojos sin expresión alguna, y se acerca donde me encuentro.

-Me han dicho que puedes aliviar el dolor corporal... Vengo en persona a comprobar la veracidad de lo que afirman (y porque me dio curiosidad conocer quien tiene habilidades especiales, piensa)... Si logras aliviar una dolencia mía, que traigo hace tiempo (Tengo mis dudas, al respecto)... Aportaré para salvar este psiquiátrico y todos conservarán sus empleos... Y me acompañarás (Porque me lo solicito mi padre, no sé que se trae entre manos, es rara esta chica, sin gracia, reflexiona)... De lo contrario... Mandaré a cerrar todo... Por hacerme perder el tiempo. Concluyo en un tono incrédulo.

Observe a los cuatro hombres que lo acompañaban, tenían un aspecto intimidante. Permanecí en silencio, no respondí inmediatamente. Me incorporé para acercarme y sus hombres cortaron mi paso.

- Dejen que se acerqué... Les ordeno.

-¿Dónde le duele? Le pregunté y me observo con frialdad.

- Eso lo debes saber... Me dice con una voz grave. Lo miro inexpresiva y le aclaro.

- No soy adivinadora (¿Qué no sabe la diferencia?, pienso). Suspiro pesadamente, no tengo paciencia con los vivos y lo miro seria.

- El hombro izquierdo. Afirma después de una pausa. Me lo aproximo tocando su hombro con mi mano derecha, pero no siento nada. Por lo que lo miro fijo y le susurro cerca de su oído.

-No podre aliviarlo, si no me dice la verdad y con la mirada me marca su pierna derecha. Por lo que le indicó que se siente y apoyo mi mano en su cuarto derecho. Puedo sentir que sé tensióno, pero hago caso unísono a su incomodidad, puedo sentir su mirada fija en mí, pero me concentró y cierro los ojos, puedo sentir que se calienta mi mano y una energía comienza a subir por mi brazo extendiéndose por mi cuerpo, cada parte de mi cuerpo se pone rígido y de golpe siento una punzada fuerte en mi cuarto derecho que me hace arrodillar, el dolor es intenso. "¿Cómo puede soportarlo? Me preguntaba. Y tomo aire, respirando pausadamente, concentrándome y repitiendo en mi mente" Expulso todo lo malo de mí, que no vuelva" "Expulso todo dolor, que no vuelva". Y retiro mi mano de su cuarto. La enfermera se me aproxima preocupada y me toma de los brazos ayudándome a incorporar. Lo miro fijo y le digo.

-Le han clavado un cuchillo en su muslo... Porque así lo sentí. Abrió los ojos de par en par y fijo su mirada en los míos. Por lo que proseguí- Para su otro problema (del dolor de huesos)... Debo recuperar fuerzas(Conste que no lo hago por gusto)... Pero si no deja de beber tanto... De la cirrosis no podre salvarlo (mentira, pero no voy a fundir mi hígado por un engreído)... Morirá en tres meses (La verdad será en un año, pero mejor que se cuide desde ya).

- Por favor niña, no le digas eso. Me dice la enfermera nerviosa. Pero veo que él hace una mueca, como una leve sonrisa. Y se incorpora.

-Vendrás conmigo. Me ordeno y le hizo señas a uno de sus hombres, para que entregué un maletín al director del psiquiátrico.

CAPÍTULO 4: UN NUEVO HOGAR

Miro temerosa a la enfermera y al director, en verdad estaba pasando. Y me los abrazo.

- Ve niña... Vas a estar mejor que aquí, me dice la enfermera. - Recuerda lo que te enseñe. Me susurra al oído.

- No es necesario que lleves nada... Tendrás lo que necesites. Me dice el hombre al que alivie su dolor. Y lo sigo en silencio con un enorme pesar en el pecho, pero por alguna extraña razón sentía que así debía pasar.

Al salir una limusina negra nos esperaba afuera y como tres vehículos más de los de seguridad. Al llegar a la limusina me freno de golpe.

-¿No piensa subir? Me dice intranquilo.

-Tiene... Tiene... Un guardia ensangrentado. Y le marcó el asiento de adelante.

- Suba atrás... No le hará nada... Me responde serio con una mirada que no puedo descifrar. (Murió la semana pasada en un ataque, entonces es cierto que los ve, reflexiona). Cuando ingreso en la limusina veo a un hombre mayor, muy bien vestido de traje, se acomoda el saco y se endereza en el asiento mirándome fijo. Al rato el joven al que cure se nos une.

- Aquí está... (Le dice)... Es cierto. Y el hombre mayor asiente. Después se dirige a mí.

-¿Puede describirlo?... Al de seguridad que viste en el asiento de adelante.

- Sí... Tiene un traje negro... Y su camisa está manchada de sangre... Tiene un tatuaje de una cobra, en el cuello... Es... Rubio... Ojos verdes... Y me mira fijo... Me da escalofríos. El otro hombre mayor por fin se dirige a mí.

- Había escuchado de tus habilidades... No lo creía... Hasta ahora... Vas a tener un hogar... Y solo con nosotros ejercerás tus habilidades. Me asegura.

- Por mi parte seguiré tu consejo (Pero el whisky lo seguiré tomando). Me dice el Joven, parece sonar relajado, pero su tono aún provoca escalofríos.

El resto del viaje no hablaron, fue largo el camino recorrido. Salimos de la ciudad, ingresamos en un camino bordeado de árboles altos y unos faroles comenzaron a encenderse al costado iluminando el camino. Llegamos a una mansión imponente, ocupaba como el tamaño de una manzana completa. No tenía vecinos. Estaba llena de guardias de seguridad. Para mi todo eso era impresionante.

En la entrada nos recibió un hombre serio con un traje tipo pingüino, saludo de manera formal y dijo.

- Bienvenidos, señores... Me miro frío, inexpresivo... Bienvenida, señorita. Dijo al final.

Al ingresar sentí una energía particular, esa que tantas veces viví. Se podía respirar el aire frío, que nos rodeaba, pero no veía a ningún espíritu. "No voy a aburrirme aquí", pensé.

- Que la lleven a su habitación, escuche que indico, el hombre mayor. -Y la pongan presentable.

(Si me bañe, pensé), pero mi ropa vieja, no era muy atractiva a los ojos de nadie. Una sirvienta me tomo del brazo y me encamino escaleras arriba, ingresamos en una enorme habitación y me dijo.

- Esta será tu habitación... La del señor está a lado... Pidió exclusivamente que estén interconectadas... Ahí tienes el baño y en la cómoda ropa para que elijas... No tardes... Al señor le gusta cenar a horario... Me avisa y se retira.

Recorrí la habitación, mire los grandes ventanales, que daban a una terraza, pero estaba cerrada. De golpe veo que afuera se prepara como para llover, por lo que dejo las cortinas cerradas. Me siento en la cama, se siente suave, me tiro recostándome y de pronto me vienen sensaciones, como una enorme aflicción, con ganas de ocultarme y abro los ojos fijando la mirada en un armario, me dirijo a él y lo abro, hay vestidos colgados y zapatos, muy coloridos para mi gusto, los corro a un costado e ingreso. Algo parece guiarme a abrir una pequeña puerta oculta, lo hago y me encuentro con un pequeño niño, es un espíritu, puedo ver a través de él.

"¿Qué haces aquí?" Le pregunto.

"Ya no quiero tomar esa medicina... Sabe horrible".

"Si no la quieres... No la tomes". Le digo. Y se desvanece.

Suspiro con pesar, cuantas veces viví esto, cuando era pequeña me costaba diferenciar lo que era real y lo que eran apariciones.

Ingreso al baño, es enorme. Tiene como una pileta en el centro, y la parte de la ducha es transparente. Me quedo mirando cada detalle.

"¿Qué miras?". Escucho un susurro.

"Nunca vi un baño así"."¿Quién pone una pileta en el baño?".

"No es una pileta... Es una bañera, te metes a bañar ahí, lo llenas de espuma si quieres". Me susurra.

"Lo voy a probar". Le respondo. Y miro hacia la voz y es de un joven espíritu, se lo ve muy delgado, con una remera blanca y unos pantalones grises. "¿Quién eres?". Le pregunto y se desvanece. En eso ingresa la señora vestida de sirvienta que antes me llevo ahí.

- ¿Aún no estás?... Se va a enojar el señor... Te ayudo.

- No sé que llave abrir (Señalo indicando a la ducha). (Le miento).

- Aquí tienes un control... Con este botón el vidrio se oscurece, así no te ven al bañarte, y con este haces que caiga la ducha. Me enseña.

- No uso nada de tecnología... Por alguna razón... Estallan al entrar en contacto conmigo. Le informo.

- Bueno... Entonces da vuelta esta llave y baja esa palanca que es del agua caliente... Me indica al final. Y se retira.

Me quito el yin y mi remera. Ingreso a la ducha y hago lo que me indico. El agua se siente tan bien. Me termino de bañar en dos minutos. Era el tiempo que aprendí, a hacerlo en el psiquiátrico. Ahí nos median el tiempo para todo. No teníamos baño privado, como aquí, siempre había alguien vigilando. Salgo envolviéndome una toalla. Y voy a la cómoda a ver que ropa podía usar.

"Te bañas rápido". Siento el susurro nuevamente.

"Sí... No hay nada de mi agrado". Le respondo.

"Fíjate en el último cajón". Me indica.

Lo abro y encuentro una remera gris y yin negro.

"Peor es nada". Y los tomo.

" Eh notado que no te incomoda mi presencia". Me dice.

"Conviví con los de tu clase toda mi vida". "Y tu energía es tranquila". "No eres de los malos".

"Eres una médium". Me dice.

"Según parece". Le respondo al joven espectro.

-¡PORQUE TARDAS!... ODIO LA IMPUNTUALIDAD... HAY REGLAS EN ESTA CASA Y LAS DEBES SEGUIR. Ingresa el joven a quien cure, ofuscando.

- Enseguida bajo... No encontraba que ponerme. Le respondo de manera tranquila.

-¿CON QUIÉN HABLABAS? ¿TIENES CELULAR?. Pregunta molesto.

- No utilizo nada de tecnología... Explotan si los toco. Le informo.

-PERO ESCUCHE CLARAMENTE QUE HABLABAS CON ALGUIEN.

- Pienso en voz alta... Vamos. Le digo.

Se quedo mirando la habitacion antes de salir y cerrar.

(Se que la oi hablar y no era precisamente como si pensara).

Capituo 5-6

CAPÍTULO 5: CONOCIENDO A LA FAMILIA

Al ingresar al comedor veo una mesa larga con diferentes platillos. Ya se encontraban acomodados en los lugares dos mujeres una mayor, como de 40 o más, otra joven, creería de mi edad, pero como está arreglada parecería más, demasiado maquillaje para mi gusto y su ropa, ni que fuera a una fiesta, en la cabecera el hombre mayor que vi en la limusina, bien prolijo de traje, le daría 50 años. De tras de él dos guardaespaldas. Me pregunto que tipo de gente será que tienen guardaespaldas hasta en la sopa. Al verme me indica que me siente cerca de él con un simple gesto. Las mujeres me miran con cara de pocos amigos, una expresión entre desprecio y repulsión. Al sentarme su hijo también lo hace, sentándose a mi lado. La joven por poco no me asesina con la mirada. Por lo mucho que me importa como me mire. Solo baja la mirada cuando la miro fijo, no necesito decir nada, con solo mirarla le expreso lo que ella me expreso como bienvenida.

- Darla (Me habla el señor mayor). Es un placer tenerte en nuestro hogar... Tu presencia aquí nos será de gran ayuda... Eres una persona única e incomparable (Me dice el anciano, por primera vez escucho que alguien me considere así). Yo soy el SEÑOR SIR JONHS PRIMERO y mi hijo que está aquí presente es SIR JONHS SEGUNDO ALEXIS... Ellas son mi cuñada LARA y su hija SUSAN... Después de que falleció mi esposa, fueron muy amables en quedar a acompañarme.(Si, seguro porque son bondadosas, pensé de manera irónica).

- Entonces... Mi querido cuñado... Te trajo para contactar a su difunto hijo... Para mí es una locura... Pero todo sea para que él se sienta bien. Expreso la señora Lara de manera fría e incrédula.

-¿Es cierto que estabas en un loquero?. Pregunto la oxigenada, con falsa preocupación, llamada Susan.

-SUSAN... ¡No es manera de expresarse!. La corrigió el Señor Sir Jonhs. - Discúlpala... La enviamos a la mejor academia... Pero se ve que los modales no los enseñan.

(Habrá estado aprendiendo como ser una pesada, pienso).

-Y ¿En qué momento vemos los platos flotar y que hablas en forma extraña?. Pregunto la señora Lara, con ironía.

- Si querían entretenimiento deben ir a un teatro. Les dijo serio el señor Sir Jonhs.

-Lo siento... No fue mi intención ofender... Solo que todo esto me pone nerviosa. Le respondió la señora Lara.

De repente siento una extraña sensación y sin pensarlo le digo.

- LE PONE NERVIOSA QUE SE ENTERE DE QUE HA ESTADO ESPERANDO A QUE SE MUERA SU HERMANA ROSALINDA PARA OCUPAR SU LUGAR Y CASAR A SU HIJA CON SIR JONHS SEGUNDO Y ASÍ ASEGURARSE LA FORTUNA SIN TENER QUE PREOCUPARSE POR NADA. Le digo de repente sintiendo mi mente en blanco, alguien me uso como títere, ¿pero quién se atreve?. Ante la sorpresa de todos que me quedaron mirando con los ojos como platos.

- ESO ES UNA CALUMNIA... ¿QUIÉN SE CREE ESTA MOCOSA?... DEBERÍA TIRARLA A LA CALLE. Gritaba desaforada la señora Lara al sentirse descubierta.

- CALLA MUJER... ¿O TEMES QUE ME ENTERE DE ALGO MÁS?. Ofusco el señor. Veo que respira profundo, piensa un momento. Y se dirige a mí.- DARLA... Acompáñame a mi despacho... Tu también hijo ven. - Y USTEDES DOS SE QUEDAN AQUÍ. Les ordeno con severidad. Se incorpora y habla algo con uno de sus guardaespaldas. Después lo sigo a su despacho.

- Darla... Sé que no te dije el nombre de mi esposa que falleció... Así que... Dime quien te lo dijo. Me pide el señor.

"Dile que fue Dan" Escucho un susurro en mi oído.

-DAN... Tengo entendido... Me uso para darle el mensaje. Le respondo seria.

- ¿Él está en este momento? ¿Puedes describirlo?. Me pregunta. Y siento como un aire frío cruza a mi lado y lo veo.

- Es un joven delgado alto, solo trae una camisa blanca y pantalón negro... Tiene los ojos claros como miel.

"Dile a mi padre... Que ya no se culpe... Es lo que debía ser". Le susurra el espíritu a Darla.

-Es su hijo menor... Dice que ya no se culpe... Que era lo que debía ser. Le termino por comentar.

- Sabía que no me equivocaba contigo... Darla... Mi hijo, Alexis, no te habrá comentado, pero desde que era niño...

- Sufre de dolores de huesos... Son dolores que se trasladan... No saben la causa... Ni el tipo de enfermedad... Le comento que solamente alivio el dolor... No curo la enfermedad. Les informa Darla.

- Únicamente es cuestión de fortalecer tus poderes... Por la enfermedad de mi hijo... Estudie todo tipo de maneras para curarlo... Hasta investigué en ciencias ocultas... Donde revelaban que existen seres... Cómo tú... Con habilidades especiales... De curación... En tu caso tienes un contacto con los del otro mundo... El de los muertos... Puedes predecir cuando alguien va a morir con tener contacto contigo... Y alivias los dolores... Pero sé dé casos en que los que han sido aliviados por ti... Ya no han sufrido más por los que los aquejaba en un principio.

- A las personas no les gusta saber cuando van a morir... Por lo que mi presencia incómoda, al saber lo que puedo predecir. Les cuenta Darla.

- A mí en particular no me molesta... Al contrario... El saber cuando llega el momento, me ayuda a dejar todo en orden. Le responde el señor Sir Jonhs.

De repente Darla siente un deseo incontenible por tomar chocolate y ya no escuchaba lo que le hablaba el señor.

- Disculpe... Pero quisiera tomar chocolate... No sé por qué... Pero es como si lo oliera... Le dice Darla y se incorpora, se gira caminando hacia la cocina. Para sorpresa del señor y su hijo que la siguen.

- ¿Cómo puede saber padre? Ella no salió de su habitación. Le comento en voz baja Alexis a su padre.

- Es increíble... Esta chica tiene habilidades que ni ella es consiente de lo que es capaz. Le responde el padre.

Llegaron a la cocina para sorpresa de los empleados y Darla se aproximó a la cocinera y le comento.

- Has preparado chocolate... Según Diego... Es el mejor del mundo... Me sirves por favor. Sin poder responder le sirvió en una tasa y Darla tomo unas galletas de chispas de chocolate y se sentó a beber. Al terminar le dio las gracias y ahí fue como si reaccionara.- ¿Qué hago aquí?. Pregunto.

- Tú has venido por tus propios medios. Le respondió la cocinera.

"Dile a mi madre... Que no deje de hacer chocolate con malvaviscos". Sintió un susurro.

- Estuvo muy delicioso el chocolate... No deje de preparar con malvaviscos. Y se retiró, sin decir nada más.

La cocinera quedó parada un momento tratando de comprender lo ocurrido. Pero como estaba su patrón evito indagar. Ella en el fondo sabía que a su pequeño que había fallecido hace tiempo le gustaba el chocolate con malvaviscos. Y la manera en que esa joven lo bebió era como lo hacía su hijo.

CAPÍTULO 6: UNA NOCHE LARGA

-Señor... Mi presencia se ve que altero a los espíritus que rondan esta casa... Me siento muy agotada... Quisiera descansar... Si no le molesta.

- Te comprendo Darla... Haré que te envíen la cena. Le respondió el señor Sir Jonhs. Y ordeno que la escoltaran.

En su habitación Darla sentía mucho frío, por lo que se puso un conjunto de calza larga y un buzo, coloco unas cuantas mantas en su cama y se metió entre ellas, como un ovillo, envuelta.

"Siento que el frío cala mis huesos. Es horrible esa sensación de sentir que te respiran cerca y no ves a nadie. Puedo sentir sus miedos e inseguridades, sus desconciertos, algunos no saben ni donde están, otros están ansiosos de transmitir un mensaje. Y es el caso de los dos espíritus que siento en esta casa. La del niño que tenía miedo en mi closet y después preocupado de que su madre no prepare nunca más chocolate con malvaviscos, según sentí, ese niño aún cree que su mamá, está enojada con él, por romper los platos. Sus pensamientos me aturden, los oigo, dentro de mi cabeza, por alguna extraña razón. Y el joven, que resulto ser hijo del señor Sir Jonhs, que me tomo bajo su tutela, no le agrada para nada, la que era hermana de su madre, la considera una trepadora caza fortuna, por esa razón no se ha marchado, por eso no ha ido hacia la luz que lo lleva al eterno descanso y después de revelar a través de mí lo que por tanto tiempo quería decir, sentí como si su alma se aliviara. Mis habilidades serán únicas e incomparables, pero eso me hace ser una persona solitaria, no tengo con quien compartir mis sensaciones, ni mis temores. Aunque a esta altura mis emociones ya no las tengo, solo vivo las emociones de los espíritus que se me presentan y me resulta muy agotador".

Me quede dormida, soñando con lugares diferentes, que jamás en mi vida vi por mi misma, porque toda mi existencia, desde que me dejaron en el psiquiátrico, ha sido en ese lugar, todo lo que viví, experimente, fue en ese sitio. De repente siento como si me abrazaran y me susurran en el oído:"Ven aquí te daré calor" "Ya no tendrás frío".

Mientras Darla dormitaba, Alexis llego a su cuarto, tenía mucho que procesar, se había mostrado indiferente, pero todo el asunto con la joven lo intrigaba. Muchas preguntas le rondaban: ¿Cómo supo todo aquello? ¿Realmente su hermano hablo a través de ella?. Se veía muy sincera, no muestra casi emociones, pero su forma de hablar era clara y precisa, pensaba. En eso observo algo extraño que salía debajo de la puerta, que conectaba su habitación con la de Darla. Era como un vapor, por lo que se aproximó y la abrió, al hacerlo sintió como un aire frío salía de ahí, y vio que Darla caminaba hacia la ventana de manera recta, como si estuviera hipnotizada, se le acercó y la miro a la cara, tenía los ojos cerrados, le tomo la mano derecha y la sintió muy helada, comparada a la suya. "Aquí no podrá dormir", pensó.

-Ven, Darla... La invito y la guio a su habitación. Hizo que se acomodara entre las mantas y puso la estufa, apuntando hacia ella, a una temperatura calida, asi entraría en calor. Mientras envio un mensaje para que revisen el aire acondicionado de la habitación de ella. La observo y noto que temblaba "¿Cómo puede tener tanto frio?". El clima es calido, pensaba. Tomo una manta más abrigada y la cubrió con ella.

Por una extraña razón Alexis no quería dejarla sola. Se sentó en su escritorio a completar unos papeles y cada tanto miraba hacia donde ella dormía. A media noche escucho un ruido en la habitación de Darla, por lo que observo a través de su celular, las cámaras de seguridad que había mandado a instalar en un principio, porque no creía en lo que su padre le contaba sobre ella, para así vigilarla y demostrar si era una farsante. Pudo ver como su prima Susan, ingresaba con sigilo en la habitación y colocaba unas gotas en el vaso de agua, que estaba en la bandeja con la cena que era para Darla. "¿Qué planea?", No habrá quedado feliz después de lo que dijo Darla, pensó. Por lo que se fue hacia ahí y cuando Susan se giró para salir se encontró con él en la entrada.

- ¡P*t* M*dr*!... Casi me matas del susto. Expreso Susan agitada.

-¿Qué haces?. Le pregunto sin expresión alguna.

-Solo pasaba para saludar... Tener una charla de chicas... Ya sabes. Respondió mirando el piso, nerviosa.

- Aja... Vi que pusiste algo en el vaso... ¿Qué era?. La interroga.

- Que... ¿En qué vaso?. Dijo alterada. Y Alexis le marco con el dedo.

- Toma un poco de agua... Se te ve sedienta. Le sugirió mirándola fijo, para comprobar su reacción.

- No... N... No tengo sed. Respondió nerviosa. En eso apareció el padre de Alexis.

- ¿Qué hace en el pasillo a esta hora?. Les pregunto serio.

- Nada tío... Me dirigía a mi habitación. Contesto Susan.

- Queda en el otro extremo. Le recordo su tío.

- Es tan grande este lugar... Y me confundo. Contesto nerviosa y se marchó.

-¿Qué paso en verdad?. Le pregunto a Alexis, dándose cuenta de que su sobrina mentía.

- Se metió a la pieza de Darla y le puso algo al vaso de agua. Le contesto sin rodeos.

- Tendré que hablar con las dos... Se ve que no entendieron que no deben meterse con Darla.

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