Soy Stella Rivas, nací en Venezuela el 21 de mayo del 2003 pero me mude a Londres a los 15 años de edad con mi Madre.

Mi madre Mary Rivas, casi desde que tengo memoria ha trabajado en Bienes y Raíces. Como les dije nos mudamos cuando tenía 15 años, pues la situación de mi país no era muy buena que digamos, pero en verdad vivir allí nos causaba muchos recuerdos abrumadores.

Observó detalladamente nuestra preciosa casa, me recuerda al océano, a las playas, las montañas y paisajes que nunca he podido ver.

El trabajo de mamá le permitió viajar por varias partes de España y recorrer una parte del mundo, así que en su tiempo libre dibuja con pinturas los sitios o paisajes que ha recorrido, mi casa por decirlo así es un completo museo artístico plasmado a las paredes y le da una muy buena vista a todo lo que quisiera ver cuando decida salir de aquí.

Pero sé que es una simple casa, sé que a pesar de lo fascinante que es ver el mundo en estas paredes, dentro de mí no hay felicidad y en mi madre tampoco, sentimos un vacío escalofriante dentro de nuestro corazón.

Hemos sufridos tantas decepciones, tantos problemas y desafíos que no podemos controlar o que no sabemos como sobrellevar.

Mi primera peor experiencia fue el conocer a mi padre, un don nadie, un alcohólico miserable. Lo conocí cuando tenia solo 10 años de edad.

Un día intento entrar por la fuerza a la casa, pero mi madre hizo lo imposible por no dejarlo pasar, cuando el llegó a la sala ella pudo visualizar un florero, lo agarró y se lo partió en la cabeza mientras yo me escondía por detrás del muro de la cocina.

Cuando vi lo que ocurría comencé a  llorar, sin saber lo que pasaba en verdad, al ver a un completo extraño en medio de la sala con la sangre fluir de su cabeza, no podía entender por que entró de esa forma a mi casa.

Solo era un completo extraño, o al menos eso era lo que yo creía hasta ese momento.

¿Cómo podía ser mi padre?

Solo creía que era un hombre malo.

En mi pequeña mente no cabía la idea de que este individuo tuviera el mismo ADN que yo.

En el principio no entendía todo lo que sucedió ese día, pensaba que el alcohol hacía efectos en las personas y las poseía hasta no tener conocimiento de sus actos.

Con el tiempo mi madre me explicó que ese hombre negligente era mi padre, eso me partió el corazón, se suponía que el fuera mi Héroe, aquel que calmara mis miedos, que me abrazara cuando tuviera frío, que me ayudará en mi recorrido, que con sus manos parará las lágrimas que se desbordaran por mis mejillas, no un villano, no, él no tenia que ser mi padre, él no podía ser de los malos.

Desde Pequeña mi madre me crió creyendo en los cuentos de hadas y princesas pero la vida se encargo de demostrarme que solo era fantasía   y que la vida real es diferente.

Con el paso del tiempo creció un repudió hacia los hombres, no quería tener amigos ni nada que me ligara a ellos.

Mi madre intento suplantar el papel de mi padre, pero nunca lo logró, aunque yo quisiera ella, no lo podí hacer.

Este hombre murió en la cárcel cuando tenia 15 años, no fui a visitarlo ni mucho menos, no podía verlo, él no lo merecía.

Y así comienza mi historia.

Hoy es mi primer día de clases, ya voy por mi segundo año aquí en la secundaria.

Cuando entre aquí tenía como 12 años de edad, hice muchas pruebas para calificar, ya que aquí debemos hacer ciertos papeleos y requisitos que cumplir que debemos de cumplir, todo por que soy de otro país y necesitaban saber por que nivel debería ir.

Mi ventaja era que siempre desde pequeña había sobresalido en mis antiguos institutos de mi país y en mis pruebas para entrar aquí no fue la excepción, tuve mucho miedo pero lo logré.

Cuando llegue al instituto, no sabía ni por donde, ni por que empezar, no tenía amigos y aunque todos éramos nuevos, algunos ya se conocían desde la escuela o eran vecino cercanos.

Yo como toda niña tímida, no sabía como hacer amigos, así que decidí hacer lo de siempre: sobresalir como toda niña genio, pero estar en la sombra como toda nerd.

Sin amigos y sin nadie con quien conversar.

Pero todo eso cambio hasta que unos ojos azules atraparon mis ojos verdes.

Todo cambio cuando aquel niño que una vez vi en el cumpleaños de una de mis primas iba a comenzar a estudiar conmigo.

Debo admitir que ese día en la fiesta sorpresa de Lucia, vi a un apuesto cabellerito de reluciente traje que me miraba con sus penetrantes ojos azul cielo. Su mirada me cautivo y eso me hizo sonrojar.

Cuando nos mudamos a Londres, mis tíos ya tenían tiempo viviendo por aquí, de hecho de ellos fue la idea de que nos viniéramos a vivir a Londres.

El cumpleaños de mi prima fue uno de los mejores, me hizo olvidar por un momento mi pasado y solo disfrutar el momento.

El problema de ser una niña genio es que pensaba como una adulta, y todo me lo tomaba a pecho, pero yo debía quemar mis etapas para así no perderme nada de la vida.

Jamás pensé volver a ese niño pero ese día en mí clases, verlo hizo que mi corazón bombeara sangre a mil porciento.

—Buenos días mis queridos alumnos, el día de hoy se incorporará un nuevo compañero, el es James, ¿cómo se le dice a los nuevos compañeros? —dijo la maestra presentándolo, allí fue que me percate que mi mirada siempre estuvo puesta en él y en nadie más.

—¡Bienvenido James! –dijimos todos al unísono

—Gracias a todos, esperó poder llevármela bien con todos ustedes, soy James Ryas Lee Smitt.

Wuaoooo, su nombre sí que es maravilloso y su asentó característico de este país.

—Bien, Chicos quiero que sepan que James es un niño genio, así que espero que le tengan respeto y que no ocurra  ningún inconveniente. — Lo dice por mi, siempre que pueden soy motivo de sus burlas, siempre es lo mismo, pero tal vez con él sea diferente.

—Stella ya tienes a otro al cuál unir a tu grupo, bien creo que tendrás que hacer audiciones ya que tienes un grupo repleto para ser nerds como tú —lo dice Max, un chico que solo busca dejarme en ridículo cuando puede,  escuchó las carcajadas de todos resonar en el aula y vuelvo a mi realidad.

—¡Max! —Le dice la profesora con absoluta molestia en su boca — ¡basta ya!. Empieza a respetar a los demás sean como sean, estas molesto por que una niña te gano en matemáticas, ¿es esa tu molestia?.— y todos empiezan a reírse del susodicho, y éste aparta su mirada enojado.

La profesora Elena es una gran mujer, desde que llegue aquí siempre me defendió y busco establecer el respeto, aunque otros no lo entiendan.

Y eso es magnífico, me encanta saber que aún existen personas que entienden que ser diferente no es ningún peligro, ni una amenaza, diría yo... que es ser un color diferente que nos regala la vida, es ver a cada persona como única y original.

Hasta ahora ¿les esta gustando?

¿Creen en la tolerancia, en respetar a cada individuo como único?

¿O piensan como Max?

Cada persona es única pero a veces no lo vemos así y por eso muchas veces discriminamos a otros.

Gente perdonen si tengo errores o me equivoco. Lo siento!!

Mientras seguían las clases, por un momento me perdí en James, sus ojos me transportaban al mar, a la calma de sus olas.

Pero este percatándose de mi espionaje, voltea a observarme con detenimiento y me sonríe de una forma que no logro descifrar.

Sonrojada aparto mirada de él, he intento concentrarme en clases, el hace lo mismo y poco a poco me comienzo a relajar al no tener que sentir su mirada en mí.

Por primera vez no logró concentrarme, ni captó lo que la profesora va diciendo, mi mente vuela a otro lugar, donde siento que por primera vez soy amada, visualizó mi futuro y me veo comprometida, luego casada, con hijos, anciana pero luego me veo envejecer con un hombre que tienes un par de ojos azules.

Vaya esto no puede estar pasandome, nunca he imaginado mi futuro de esa manera, hasta este momento los hombres no eran parte de mi vida.

Tal vez me digan racista o como quieran llamarme pero es que yo los juzgo a todos por iguales, todos son lo mismo para mi y para mi madre, todos caben en el mismo saco.

Al imaginar un mundo así lleno de esas estupideces, sin darme cuenta meneo mi cabeza, rechazando lo que mi mente emocionalista piensa.

— Señorita Stella, ¿en qué no esta de acuerdo? —me pregunta la profesora de manera objetiva.

Yo sólo no se que decir, mis mejillas empiezan a sonrojarse, al ver que todos tienen puesta su mirada en mí.

—Yo... Yo... —aún ni he pensado en lo que voy a decir. Pero antes de pronunciar mis siguientes palabras, que admito sé que serían la mayor estupidez en toda mi vida, me veo interrumpida o bueno mejor dicho salvada

— ...ella me estaba diciendo que la torta de navidad es torta negra y yo le dije que es mejor hacerla rosada, por eso negó con la cabeza —dice el niño de ojos azules que esta sentado a mí lado.

Y todos empiezan a burlarse de su estupidez.

Uff... Al menos esta vez no fui el blanco perfeto para sus burlas. Lo he pensado y por más que acierte o no mis respuestas, ellos simpre intentan dejarme mal.

Sigo sin entender por que existen este tipo de personas, por que no le dan valor a las palabras o acciones de los demás, se sienten superiores al burlarse de otros pero, simplemente demuestran el minúsculo porcentaje de cerebro que tienen.

—James en navidad en Venezuela es la torta negra hijo. —ah, ya... hablaban de mi país y por un momento lo extraño, sintiendo un fuerte deseo de volver a verlo.

Ahh, no lo sabía. —lo dice un James avergonzado.

—Bueno chicos ya saben sus parejas, y que país les toca.

Ahora ustedes deben ponerse de acuerdo en que plato típico desean utilizar. —cuando escucho lo que dice la profesora,  me percató que no escuche nada de la clase, pero sé que si pregunto todos empezarán a burlase como siempre.

Tranquila, yo seré tu pareja para esta clases, la profesora nos asignó por el orden de nuestros asientos. —me dice un tierno James, mirando mi confusión ¿Tanto se nota?.

Lo miro y no se que decir — ...así que torta rosada en vez de negra, pero ya sabias cual es la de Venezuela, ¿verdad? —le digo de forma tímida pero perspicaz.

Me mira de forma divertida y responde —Pues sí, tengo familia allá, y cada cierto tiempo voy a visitarlos, claro todos somos de aquí. Pero dicen que las Venezolanas son las mujeres mas lindas del mundo, así que mis tíos están casados con las de tu país.

—¿Cómo sabes que soy de Venezuela? —le digo de forma estúpida, ni se por que hice la pregunta.

—Por qué... Eres Linda y tu acento te delata —me río en forma silenciosa por su ocurrencia y sobretodo al mirar su sonrojó.

—Al menos ya no estás tan seria como la primera vez —suelta de forma audaz.

—Bueno sí ¿y eso qué? —le digo.

—Qué podemos ser amigos — Vaya, creo que es muy rápido, pero sé qué no tengo a nadie y no es mala idea hacerme amiga al menos de uno.

Sobretodo sería como hacer un experimento, así asumiría de una vez por todas, que todos son iguales. Además sí fuera sólo mi amigo, mi corazón no sufriría un desengaño.

—¿Quién dijo que yo quería ser tu amiga? —le digo ya mas sería.

Tal vez por que dos genios son mejores que uno y la verdad me agradaría conocerte, además te vi en el cumpleaños de tu prima Lucia y me  impresionaste..

— lo dice poniendo cara de Ángel, y por un momento me pierdo en sus hermosos ojos como el Cielo.

—¿Bien?... entonces seremos amigos. —le suelto, había pensado lo que pude, pero creía que lo más correcto era dejar de estar sola, así fuera con un chico.

—Trato hecho Damisela.

Y eso fue el comienzo de una gran historia juntos, sin darnos cuenta nuestra vida se selló en ese mismo instante.

1) ¿Amistad o Romance? ¿Ustedes que creen?

2) Lo sabrán empezando el próximo capítulo.

3) Veo sus comentarios y no olviden votar si les gusto.

...Hay conexiones que nunca se rompen, son como lazos invisibles que nos unen a otros, eso no sólo significa simple amor, también la amistad puede ser como una unión del corazón....