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Fuego Y Aire

CAPITULO 1

...*AMELIA*...

...Camino por los grandes salones del palacio para llegar al salón real donde mis padres me esperan con urgencia....

Creo que debería de empezar por presentarme, yo soy Amelia Leonor Villin Brown tengo ojos verdes, cabello rojo intenso, mi piel es clara tengo una estatura promedio y mi cuerpo no es muy llamativo, pero tampoco pasa desapercibido y soy la princesa del reino de fuego y futuramente la reina.

Reina Bedelía:—Al fin llegas, te estamos esperando—dice mi madre con una sonrisa tensa.

Amelia:—Aquí me tienes madre—no puedo evitar darme cuenta de que algo pasa—¿Qué es lo que sucede?— cuestiono a mi madre y mi padre me da una mirada que demuestra culpabilidad y a la vez tanto cariño que solo hace preocuparme.

Rey Adam:—Sucede que el reino de aire quiere hacer una alianza con nuestro reino— Lo pienso por un momento y no es tan mala idea lo que no entiendo es porque actúan tan extraño.

Amelia: —Me parece una muy buena idea, cómo será la alianza?—digo viendo de uno a otro—¿Quieren tierras o algo así?—

Rey Adam:—No lo que quieren es un matrimonio—ahora soy yo la que se tensa.

Amelia:—¡NO! —digo sin levantar la cabeza sintiendo la furia recorrerme por completo, siento como todo mi cuerpo quema y como mi cabello se prende, lo único en lo que puedo pensar es que no sea el.

Rey Adam:—Hija sé que no es lo que quieres, pero lo necesitamos—en ese momento veo todo rojo, como siquiera piensan que voy a aceptar algo así —Hay algo que intenta acabar con todo nuestro mundo algo que no podemos derrotar solo así, por eso necesitamos unirnos con todos los reinos—

Amelia: —Y con quien se supone que me voy a casar?—dije ya resignada —Según lo que tengo entendido el rey ya está casado y me lleva como por 100 años—

Reina Bedelía: —Amelia Leonor deja tu sarcasmo para otro momento por favor— dice mi madre con el ceño fruncido —Está claro que no te vas a casar con el rey, te vas a casar con su sucesor el príncipe Neil— yo ya lo conocía pero era mejor hacer como si nunca nos hubiéramos conocido

Amelia:—Ni siquiera lo conozco—me cruzó de brazos y sin evitarlo hago un puchero —¿Y si es feo y gordo?—

Rey Adam:—Cariño ya basta te vas a casar con él y punto—

Molesta me doy la vuelta y salgo del salón y me dirijo a las caballerizas donde encuentro a Philips mi caballo blanco.

Amelia: —Hola bonito, te parece salir a cabalgar un rato?—Philips hace un sonido que me hace saber que le gusta mi plan y sin dudarlo le pongo la silla de montar y me subo sacándolo de las caballerizas empezando a cabalgar dirigiéndonos al bosque.

Siento el viento golpear contra mi rostro y eso me relaja y me hace pensar en que no quiero que esta tranquilidad termine y si eso significa tener que casarme lo hare, pero no dejaré que me controle yo soy lo suficientemente fuerte para estar debajo de un hombre, voy a luchar por mi reino y por los que amo sin importar nada.

Voy perdida en mis pensamientos y no me doy cuenta de que ya estoy en lo profundo del bosque, escucho un sonido y decido que es mejor regresar.

Al llegar al palacio decido ir a mi habitación para no tener que ver a mis padres y escuchar sus sermones así que tomo un baño que me relaja y después me arreglo para la cena donde mi vida va a cambiar para siempre.

Estoy a punto de entrar al comedor, pero me siento insegura, así que después de pensarlo por unos minutos decido que es mejor afrontar la realidad.

Se abren las puertas y lo primero que veo es a mis padres y después a un joven que se ve muy atractivo con su cabello negro azabache, ojos grises y se ve con un espectacular cuerpo que de seguro tiene locas a todas las de su reino.

Pero que a mí solo me dan ganas de golpearlo por tener que obligarme a casarme con él, y creo que él se da cuenta después de las palabras que le digo.

La cena pasó muy lentamente y solo me mantuve callada hasta que termine y me dirijo a mi habitación una vez a dentro empiezo a cambiarme de ropa mientras canto una canción de cuna que mi madre solía cantar para mi cuando era un bebé.

CAPITULO 2

...*NEIL*...

Llego a mí el cual se encuentra arriba de una nube dándole mucha luz haciendo que se vea sorprendente.

Después de estar fuera por mucho tiempo y lo único que quiero hacer es dormir, pero eso no pasa porque de inmediato me indican que mis padres desean hablar conmigo así que me dirijo al comedor principal donde se encuentran.

Neil:—Hola padres, me da gusto verlos después de tanto tiempo—digo sin evitar sonreír al ver a las personas que más quiero.

Reina Alizeh:—Cariño, al fin llegas— después de decir eso me abraza demostrándole cuanto me extraño

Rey Anil:—Me da gusto tenerte de regreso hijo— palmea mi espalda —Has llegado en el momento más adecuado—

Ese comentario se me hace extraño y al parecer lo notan en mi rostro porque veo a mi madre bajar la mirada y sostener la mano de mi padre.

Rey Anil:—Hijo como sabes hay una gran amenaza que se avecina y tenemos que estar preparados para lo peor— dice mientras ve a todos lados y eso solo me hace ponerme nervioso, pero no lo demuestro —Hace unos días nos reunimos con los reyes de fuego y vamos a hacer una alianza para juntar nuestros reinos—

Neil:—Y ¿Cuál se supone que es mi papel?—

Reina Alizeh:—Hijo te vas a casar con la princesa Amelia y de esa forma juntaremos nuestros reinos—

Neil:—Como es eso posible, ni siquiera la conozco y por lo que tengo entendido es menor que yo—

Rey Anil:—Si lo es, pero solo por dos años y eso es lo de menos, ya está todo planeado, una vieja profecía dice que si ahora logramos vencerlos en un futuro regresaran más fuertes y lo único que podrá vencerlos es un hijo de aire y fuego— No puedo evitar fruncir el ceño de la molestia, más cuando ni siquiera me deja hablar —Tienes que dirigirte ahora mismo al reino de fuego para que conozcas a tu prometida y te quedaras allá hasta la boda, después de eso tu esposa y tú se establecerán en el castillo que está en medio de los dos reinos—

Neil:—Ni siquiera tenemos un reino en medio de los dos reinos—

Reina Alizeh—Si lo tenemos, se acaba de terminar de construir—

Esto tiene que ser una broma, sin decir ninguna palabra me dirijo a mi habitación y no puedo evitar sentir tanto enojo y siento todo el aire que brota de mí.

Logro tranquilizarme y me dirijo de nuevo a la entrada del palacio donde recientemente entraba ahora salgo para dirigirme al reino de fuego así que tomo a mi caballo y emprendo el camino sin perder más tiempo deseando acabar con todo esto.

Después de bastante tiempo cabalgando llegó al bosque rojo lo que significa que ya no falta tanto para llegar al palacio, escucho un ruido y no puedo evitar ver a una joven en un caballo blanco, pero lo que más resalta es su color de cabello igual que el color del bosque, la pierdo de vista y sigo mi camino al palacio.

Al llegar me reciben bien me llevan con los Reyes donde hago una pequeña reverencia y beso la mano de la reina.

Neil:—Es un gran honor el que me recibieran en su reino—

Rey Adam:—El honor es nuestro de tenerte aquí— dice con una pequeña sonrisa que no ayuda mucho, ya que el rey se sigue viendo intimidante —Supongo que debes de estar muy cansado, te llevarán a tu habitación y nos encantaría que nos acompañaras en la cena—

Neil:—Muchas gracias por su hospitalidad, le tomaré la palabra e iré a descansar, permiso— después de hacer otra reverencia salí del salón y seguí al criado a la habitación que me señaló.

Lo primero que hice al entrar es arrojarme a la cama y dormir como no lo he hecho en mucho tiempo.

Escucho golpes en la puerta y al responder me doy cuenta de que es el criado diciendo que queda poco tiempo para la cena así que con todas las fuerzas que tengo me levanto y me arreglo para la cena.

Llego al comedor donde ya están los reyes y después de hacer la reverencia correspondiente escucho como otra persona entra al comedor, me doy la vuelta y me encontró con una hermosa mujer de piel blanca cabello rojo y unos hermosos ojos que no puedo evitar quedarme viendo hasta que hace una reverencia y tengo que responderle, yo la conozco, la conocí cuando eramos niños, recuerdo que solía ir al bosque donde los reinos de aire y fuego se juntaban y una vez la vi, al igual que ahora sus ojos me dejaron encantado, pero yo era solo un rey mimado que no le importaba nada más así que fui grosero con ella, aun recuerdo verla correr mientras lloraba.

Amelia:—Es para mí un honor conocerlo— dice y al escuchar su voz no puedo evitar pensar que es el sonido más lindo que he escuchado y que no me cansaría de escucharlo hablar nunca.

Neil:—El honor es todo mío—digo mientras beso su mano cubierta por un guante de seda y me imagino que su piel es aún más suave.

Creo que después de todo no estaría tan mal el matrimonio, o eso es lo que creo hasta que escucho su pregunta.

Amelia:—Y dígame ¿Cuál es su defecto para no poder conseguir una esposa por sí mismo y se la tengan que conseguir sus padres?— no puedo evitar sentirme molesto por su pregunta y la reina Bedelía parece horrorizada con lo que acaba de escuchar.

Reina Bedelía:—¡Amelia Leonor por favor!— dice poniéndose roja y no sé si es por la vergüenza o la ira —Lo lamento mucho príncipe Neil, mi hija suele ser muy bromista— siento el ambiente muy incómodo, pero aun así los reyes se encargan de hacerme sentir como en casa y el desagradable momento queda olvidado.

Después de la cena nos despedimos y camino devuelta a mi habitación, pero al llegar escucho una dulce melodía que viene de la habitación de alado, estoy tentado a entrar pero eso seria una gran falta de respeto así que solo entro dispuesto a dormir sin lograrlo por solo pensar en esos ojos verdes que se ven tan únicos y en esos labios rellenos color carmesi que se veían tan apetecibles y más cuando después de soltar su ingenioso comentario se fruncieron en un encantador puchero que sólo me hizo suspirar, definitivamente estar casado va a ser muy intenso ya que se ve que mi futura esposa tiene carácter y no se deja sin hablar de su sarcasmo.

CAPITULO 3

...*NEIL*...

Al despertar me doy cuenta de que el cuarto está en total penumbra así que me apresuró a abrir las ventanas, pero en eso entra un criado y me prohíbe hacerlo para hacerlo él lo cual me parece una tontería, pero aun así no me deja hacerlo, después de eso me arreglo y salgo al comedor principal donde solo está la princesa Amelia y una criada, parece que tienen una grata conversación hasta que se dan cuenta de que estoy ahí y la criada después de hacer una reverencia sale casi corriendo y la princesa procura que no la vea, pero no es muy buena, ya que logró ver cómo rueda los ojos antes de ponerse de pie y hacer una reverencia.

Amelia:—Buenos días, príncipe, qué tal su noche?— dice con una sonrisa muy falsa

Neil:—Buenos días, princesa, fue maravillosa gracias, y la suya?— digo con la sonrisa más sincera que tengo.

Después de eso entran los reyes con grandes sonrisas y hacen los saludos adecuados y el rey le da un beso en la frente a su hija y por primera vez veo una sonrisa sincera por parte de los dos, aunque se arruina cuando inicia el desayuno al igual que la conversación.

Reina Bedelía:—Deberían de dar un paseo por el jardín para que se conozcan mejor— veo a Amelia tensarse al igual que el rey lo que me da a entender que ninguno es muy feliz con la idea.

Neil:—para mí sería un honor su majestad— digo y sonríe aún más.

Reina Bedelía:—Yo digo que deberían pasar el mayor tiempo posible juntos considerando que la boda será dentro de dos semanas, así se conocen bien— apenas iba a contestar cuando escucho una silla caer y volteo a ver a Amelia y está hecha fuego.

Lo único que puedo pensar es que se ve hermosa y que da miedo a la vez.

Amelia:—¿Dos semanas?— todos nos quedamos callados y eso la hace enfurecer más —Aceptó casarme con él y aun así ¿no son ni para decirme la fecha?— después de eso sale del comedor dejando el lugar caliente, y yo no puedo evitar seguía con la mirada se ve increíble parece que el fuego forma unas alas.

Rey Adam:—Lamento mucho la reacción de mi hija, pero ella nunca ha querido un matrimonio arreglado— dice con un aire de tristeza.

Neil:—No se preocupe yo entiendo que no es fácil— dije mientras me levanto del asiento —Si me disculpan a mí si me gustaría dar un paseo, espero que no les moleste—

Reina Bedelía:—No es ninguna molestia, puedes ver todo lo que quieras del palacio— hago una reverencia y me dirijo a la puerta, camino por los extensos pasillos viendo todos los cuadros y encuentro una puerta grande así que decido entrar encontrando una gran biblioteca que me sorprende mucho.

Sin dudarlo entró y empiezo a observar todos los libros que aquí habitan hasta que encuentro a una bella pelirroja que parece tan entretenida leyendo que prefiero no molestarla así que estoy dándome la vuelta cuando la escucho hablar.

Amelia:—¿Qué haces aquí?— dice y volteo a verla.

Neil:—Estaba explorando el castillo cuando encontré este maravilloso lugar— dije viendo todo el lugar.

Amelia:—Ya lo viste así que ya te puedes retirar— dijo viéndome mal —Sabes que mejor yo me voy, que disfrute de su paseo príncipe— termina de decir haciendo una reverencia exagerada pasando por mi lado y sin poder soportar más la tomó por el brazo.

Neil:—¿Qué es lo que te pasa? ¿Por qué siempre estás tratando me como si yo tuviera la culpa de todos tus problemas?— ya estaba cansado de su actitud infantil, al fin de cuentas a los dos nos estaban obligando a casarnos.

Amelia:—¿Qué es lo que te pasa a ti? ¿Quién te da el derecho de venir a mi reino y hablarme así?—sin que lo pudiera evitar su cabello volvió a prenderse.

Neil:—Tus padres fueron los que me invitaron así que si tienes algún problema es con ellos no conmigo— dije ya cansado deseando dejar de discutir —deberíamos tratar de llevarnos bien vamos a estar casados muy pronto—

Amelia:—Jamás me podría llevar bien contigo, y ese matrimonio va a ser un total infierno— después de decir eso salió de la biblioteca sin importarle lo que llegara a sentir.

Después de aquella conversación decidí ir al salón principal donde estaban los reyes y empezamos hablar acerca de la amenaza que se avecinaba.

Neil:—¿Tenemos alguna idea de que es a lo que nos enfrentamos?— dije viendo a la pareja.

Rey Adam:—Todo lo que sabemos es que es magia oscura, los mismos dones que tenemos, pero utilizados para expandir el mal— al decir eso vi en sus ojos miedo de lo que se avecinaba.

Reina Bedelía:—Creemos que si juntamos todos los reinos podremos ser más fuertes y luchar contra lo que se aproxima—

Neil:—¿Creen que tengamos una guerra? Sonaba tonta mi pregunta, pero fue lo único que pude decir

Rey Adam:—Lo más probable es que sí, tenemos que prepararnos para lo peor— al terminar de decir esas palabras su mirada se endureció.

Neil:—¿No es mejor ser entusiastas y esperar lo mejor?—dije un tanto confundido por las expresiones del rey.

Rey Adam:—Es mejor ser pesimistas y esperar lo malo, así cuando pasan cosas buenas te sorprenden aún más.

Aquellas palabras me dejaron pensando, el rey tenía un punto, pero seguía creyendo que era mejor tener fe en que las cosas saldrían bien.

Después de aquella reunión decidí ir a mi habitación, una vez estuve adentro me preparaba para la cena cuando sentí que algo me llamaba desde la ventana así que no pude evitar asomarme y la vi, era Amelia se veía hermosa y feliz mientras jugaba con el fuego y hacía figuras con el mismo no podía dejar de verla y de preguntarme si sería tan mal matrimonio estaba muy claro que estaba enamorado de ella pero aun así su forma de ser conmigo no es la mejor y eso me hace dudar mucho.

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