“Amor puro” es una novela romántica, famosa por su trama sobre una joven dama, hija de un importante noble del imperio Kevel, su nombre era Jade Hilton, ella había sido una niña enfermiza desde su nacimiento hasta que despertó su poder divino, de la cual el Duque Robert queda completamente enamorado, al igual que el segundo príncipe.
Ambos hombres estaban muy enamorados de Jade y luchan por el amor de la chica, quien escoge al Duque, pues él le había salvado de ahogarse años atrás cuando solo eran unos niños, por lo que el príncipe enfurece, el chico que jamás había sido rechazado por ninguna mujer y quien también era el villano de la novela. Tras el rechazo de la chica, él empezó a formular un plan para tenerla, así que contrata a unos bandidos para que la secuestren, es ahí donde el príncipe abusa de ella, para luego abandonarla a su suerte y que los bandidos hagan lo que quieran con ella, aunque el Duque llega para rescatarla, era un poco tarde pues, ella estaba desmayada.
La llevó a su casa, donde al despertar le cuenta todo al Duque y él le pide no decir nada a sus padres, para su bienestar, sin embargo, ella quedó traumada por todo eso. El Duque buscó por todas partes pruebas de que el príncipe no era tan correcto, pues no se atrevía a mencionar el asunto de la violación, lo más probable era que obliguen a Jade de casarse con él ese sujeto y era algo que él no estaría dispuesto a aceptar. Mientras Jade permanecía en su casa, deprimida y asustada, jamás se había sentido tan miserable.
Durante un tiempo, intentó en múltiples ocasiones suicidarse, pero siempre era salvada, hasta que al final, ella decidida a no temer más por su vida, ayudó al Duque a encontrar las pruebas en contra del príncipe, sin embargo, su violación jamás fue revelada, así fue como vencieron al villano masculino de la novela.
Luego apareció en escena la villana, una mujer hermosa, quien era la amiga de la infancia del Duque y de la quien se decía, iba a ser la esposa del hombre, ella al enterarse de que el Duque ya tenía prometida, enfureció y haciéndose pasar por su amiga, la trato de envenenar, así ella podría quedarse en su lugar, por suerte para Jade, su magia la ayudó a contrarrestar el veneno y la mujer fue sacada de la mansión, pero ella no se queda con los brazos cruzados y manda a matar a la chica, el Duque enfurece a tal grado que va tras ella y la mata.
Así es como se deshacen de la villana. Al final se casan y tienen un hijo, su amor perdura por el resto de su vida, superando las adversidades.
Sin duda la típica novela, donde el amor triunfa sobre el mal y que todo lo puede.
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Bueno aquí estoy de regreso con una nueva novela de reencarnación. Espero que la disfruten. 🤗🤗
Espero hacerla corta para que sea más agradable.
─No sé porque quieres que te siga leyendo esta mierda de novela ─dijo una chica de cabello negro y ojos marrón ─Están asquerosa y ¿qué le pasa a la autora? Una violación no es bonita, ni romántica, si ella lo hubiera hecho por sí sola, lo entendería más… pero una violación y luego jamás se le condenó a ese bastardo por lo que le hizo ─seguía refunfuñando.
Una chica menor que ella le sonreía al escucharla, estaba postrada en una cama de hospital, por fin estaba saliendo de su enfermedad, pero aún estaba muy débil, así que cada cierto tiempo le pedía a su hermana que le leyera esa novela.
─Es hermoso, ver como superan todo, gracias al amor que se tienen, a él no le importa que ella no sea virgen ─responde la chica.
─¡Ay bicho! ─suspira con paciencia ─Tienes que entender algo, la mayoría de los hombres no son vírgenes cuando llegan al matrimonio, ¿Entonces por qué las mujeres sí tienen que serlo? Es absurdo y eso no te resta nada, quien te quiera lo va a hacer por quien eres, no por tu cuerpo… En fin ─dice levantándose ─Debo regresar al trabajo.
La chica se levanta, dejando el libro sobre una mesita, no era que le moleste visitar o leer un libro para su hermana, pero pronto se enfrentaría al mundo, luego de pasar gran parte de su vida en las salas de emergencia y habitaciones de hospitales, tenía miedo que saliera al exterior con basura en la mente, era su hermana mayor y siempre la protegerá de cualquier cosa.
─Sara… ─la llamo la chica ─Algún dia llegará alguien valioso, que te haga cambiar de opinión y verás el mundo diferente.
Sara sonríe, su hermanita era muy inocente y cursi, por su parte, era un poco más cruel y aunque había estado con varios hombres, siempre se sentía atraída por su físico, en lugar de sentimentalismos. Ella se acerca hasta la cama y le da un beso en la frente a su hermana.
Sale de la habitación, junto a la puerta estaban dos guardias custodiando la puerta, suspira de manera exagerada y sigue con su camino. Su padre el famoso doctor Hilton, era el dueño de ese hospital y muchos más, por la razón que su hermana había pasado la mayor tiempo de su vida en hospitales, pues desde que le fue detectada la enfermedad su padre la internó, no escatimo en gastos.
Sara era como la oveja negra de la familia, luego de graduarse de la preparatoria, su padre insistió en que entrará en la carrera de medicina, siguiendo sus pasos, estuvo a punto de terminarla, estaba a punto de convertirse en una de las mejores, pero no le gustaba, por lo que abandonó la escuela y optó por seguir su pasión, su padre casi le da un infarto cuando eso ocurrió, pues ella se convirtió en médico veterinario, era más amable con los animales que con las personas y eso le había acarreado muchos problemas.
Cuando la chica está a punto de subir a su auto, su celular suena e inmediatamente contesta.
─Nena, te tengo buenas noticias ─habla un hombre del otro lado de la línea ─Ya tengo la dirección, donde se llevará a cabo la siguiente pelea.
─Excelente, mándame la ubicación y te veré ahí.
Sara sonríe ampliamente, desde que abrió una veterinaria, jamás se había sentido tan emocionada, ya que, inició con un hábito muy peligroso, ella no solo se dedicaba a curar animalitos indefensos, sino también a rescatarlos. Esa actividad llevaba un año, aunque lo último que había hecho era mucho más peligroso. Luego de ser informada de un perrito encontrado tirado en una calle, fue investigando y lo que encontró, la dejó helada y furiosa, pues el animalito era un “perro cebo”, usado cruelmente para entrenar a perros de pelea, el pobre estaba al punto de la muerte, a duras penas pudo salvarle, aunque su patita había sido amputada y estaba ciego de un ojo, le tomó mucho tiempo a que el animal se acostumbrara a ella y sus caricias, antes temblaba y lloraba mucho, hasta que con paciencia recuperó un poco de tranquilidad, su amigo lo había adoptado y ahora tenía una gran vida. Sin embargo, eso detonó una chispa en Sara, quería salvar a todos los animalitos posibles de la crueldad de las personas, aunque era peligroso, pues a veces en esas peleas había mafiosos y los que lo manejaban tan poco eran una perita en dulce.
Sus actividades eran secretas para su familia y así quería que se mantuviera, por lo que empezó a vivir aparte. Cuando llegó a su departamento, enseguida busco unas cosas que necesitaba, se cambió de ropa, sujetó su cabello y salió de nuevo, no tardó mucho en llegar al lugar, su amigo ya se encontraba en el lugar con una camioneta para transportar a los animales que logren sacar.
─¿Cuál es el plan? ─pregunta el chico ─¿Entramos y amenazamos?
Sara mantiene la vista fija en una bodega un tanto descuidada y un escalofrío recorrió su columna, era extraño, pues nunca lo había sentido antes.
─Primero entraré, revisaré el lugar, luego si todo marcha bien, lanzaré esto en el lugar ─muestra una granada de humo ─Nos dará algo de tiempo, para los que están ahí dentro, usaremos los sedantes.
─¿Llamaremos a la policía? ─pregunta nerviosa ─Te recuerdo que esta gente es más peligrosa.
─No, ellos tienen a la policía bajo su mando, son gente peligrosa, como dijiste, por eso lo hacemos antes del evento. Vamos ─Se coloca un cubrebocas y una gorra.
Sara se aproxima al edificio mientras que su amigo se mantiene en su lugar, hasta que ella no le dé una señal. Ella entra al sitio con cuidado, pasan unos minutos en los que nada ocurre cuando, el chico escucha un sonido raro, a causa de la granada, él se apresura, enciende la camioneta y se acerca al lugar. Baja del vehículo y luego abre las puertas de atrás, mientras toma algunas cosas.
Cuando entra coloca una mascarilla en su rostro, avanza un poco y encuentra a personas tiradas en el piso, las cuales tenían pequeños dardos, a lo lejos ve a Sara, se acerca a ella y le entrega una mascarilla. La chica le hace una señal y le entrega una pistola con dardos, eran los mismos que usaban a veces para los animales agresivos.
Poco a poco avanzan y al fondo encuentran a donde tienen unos perros enjaulados, algunos se ven con cicatrices y otros más en muy malas condiciones.
─Disparales solo a esos ─menciona Sara.
A los que había mencionado, eran los que ponían a pelear, a ellos necesitaban sacarlos dormidos, pues en muchas ocasiones eran agresivos por el trato y educación que recibieron, mientras que Sara se acerca a los que estaban más heridos.
Todo lo hicieron tan rápido como pudieron, al final todo había salido bien, se marcharon antes de que despertaran o llegara alguien más. Luego de irse del lugar, llevaron a los perros a su consultorio para atender sus heridas y revisarlos.
Habían pasado varios días desde el rescate de los perritos, a Sara le costó trabajo tratarlos, pues eran un poco agresivos, pero nada que ella no pueda soportar.
─¡Malditos bastardos! ─decía enojada ─¿Por qué no se matan entre ellos? Eso sería más entretenido…
La chica al fin podía regresar a su casa, luego de tener varias horas cuidando a sus pacientes, aunque no era la única trabajando en el lugar, era la única que podía tratar a esos pobres, tenía una gran paciencia con ellos y siempre justificaba sus actos, pues para la chica no existía malas mascotas, sino malos dueños.
Cuando estuvo cerca de su departamento, enseguida se detuvo al ver la puerta algo abierta, dio un paso atrás, pero choca con algo y al ver, era un hombre enorme, vestido completamente de negro y tenía un tatuaje en el cuello, cuando le ve, la toma de la cintura y la carga como si fuera un costal de papas.
─¡Suéltame, imbécil! ─grita golpeando la espalda del hombre.
Entran a su departamento y el hombre la deja en una silla, Sara observa y se sorprende al ver a un extraño sentado en su sofá, mientras fuma un cigarrillo, tenía todo el porte de un mafioso.
─Así que es usted quien se metió a mi bodega ─dice el hombre ─La verdad, esperaba a un hombre o una mujer sin gracia, pero veo que es una mujer hermosa.
Un escalofrío recorrió su cuerpo, por lo menos la habían atrapado sola y no con Nino, su amigo.
─¿Qué quieres? ─dijo molesta.
El hombre la observó, sonrió y luego se levantó hasta ponerse frente a ella.
─Aunque seas linda, ha afectado mucho mis negocios ─dijo mirando con frialdad ─El negocio de las peleas de perros no es tan atractivo para mí, pero que no me guste no significa que no me moleste lo que hiciste.
─¿Aja? ─se burló la chica ─Una mierda… ponga a sus hombres a matarse, pagaron más.
El hombre podía ver el descargo de la chica, mira al hombre que está detrás de ella, el cual la sujeta, luego Sara siente un fuerte golpe en el rostro, se forzó a mantenerse en calma, no iba a permitir que la doblegaran.
─Vaya, ni una lágrima ─dice con una sonrisa y sujeta el rostro de la chica ─Lástima.
El hombre se acerca y le da un beso, Sara hace un gesto de asco, forcejea, pero el otro sujeto la sostenía de los hombros, así que levanta su pierna, golpea al hombre, para luego darle un golpe con la cabeza al otro sujeto.
Ambos caen por el dolor, ella se levanta apresurada, pero es sujetada del tobillo y cae.
─¡Déjame, si me tocan, juro que los castraré! ─grita la chica.
La chica empieza a golpear al hombre, pero este se sube arriba de ella y la sujeta con fuerza.
─¡Mata a esa maldita perra! ─grita el otro desde atrás.
Sara se sorprende, el hombre la mira y sonríe, le tenía agarrada ambas manos con una sola de él, con la otra busca entre su ropa.
─¡Suéltame, estúpido! ─seguía gritando Sara.
El hombre levanta una pistola en lo alto, la chica deja de luchar, por lo que piensa en otra cosa, levanta un poco su cabeza y entre forcejeo alcanza a rozar al hombre con la boca, justo en el cuello y lo muerde con fuerza, provocando un grito del sujeto, ella trata de levantarse, pero rápido la golpea en la cabeza y vuelve a caer.
Se siente desorientada y su vista está borrosa, solo puede ver como el hombre le apunta con la pistola y al final dispara, Sara puede sentir un dolor agudo en el pecho y luego otro, pero estaba bien, sabía que no podía escapar de su muerte, por lo que solo podía dejar una evidencia de su atacante, pues tenía un poco de sangre del sujeto en su boca y sintió que también había arrancado un pedazo de piel.
Sara sonríe al pensar en ello, no podía escapar, pero tampoco morirá sin evidencia, aunque fuera poca y eso su padre no lo dejaría pasar.
“Espero que se pudran en el infierno” Pensaba Sara. Al final dejó de respirar.
Sara se vio envuelta en una oscuridad profunda, como si estuviera flotando y de pronto, sus pies bajaban hasta un estanque de agua, donde vio su reflejo que poco a poco se iba desvaneciendo hasta tomar otra forma, una mujer hermosa de piel clara y cabellera color rosa, con ojos rojos como un conejo, Sara permaneció observando a la chica, quien traía un vestido blanco. El agua fue subiendo hasta que le llegó a la cintura y de pronto dejo de sentir el suelo, para luego ser sumergida en el agua, Sara se sorprendió al sentirse arrastrada hasta una profundidad, trato de luchar, pero fue arrastrada, lo que más le sorprendía era que salió a flote de nuevo, observo hacia arriba, pero todo era blanco y estaba iluminado, permaneció flotando y de pronto frente a sus ojos apareció el hocico de un animal con pelaje blanco, era un tipo lobo, quien coloca su nariz sobre la frente de ella.
Sara sintió una calidez inexplicable y cerró los ojos de nuevo, si eso era la muerte, le gustaba la sensación, agradable y con mucha paz.
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