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Venganza.

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Buenas buenas, esta Novela se ha hecho con la finalidad de ser solo un entretenimiento visual para mis lectores. Agradezco la discreción y el respeto, ya que se tocará temas delicados de temática BL y Omegaverse.

Está Novela se actualizará dos o tres veces a la semana.

¡Muchas gracias a todos!

"Nueva vida."

El cielo nublado brinda una paz a aquel Omega. Respira profundamente, cierra sus ojos brevemente para sentir las gotas de lluvia sobre su rostro.

...Era el nuevo comienzo de su vida....

Una sonrisa deslumbrante se muestra en su rostro, tras alzar sus brazos al cielo aceptando aquella llovizna. Abre sus ojos y limpia su rostro con sus palmas desplazando estás segundos después a su cabello azabache.

"Es hora". Susurra.

Abre paso entre los cadáveres que dejaba a sus pies. Debía irse de aquel lugar lo más pronto posible, había finalizado su cacería.

...Regresaría con su familia....

.........

Existe la creencia de que una vez te vinculas con tu pareja predestinada tu vida tendrá un sentido. Siendo la cima de la felicidad, donde compartirías tu vida con aquella persona.

Porque la unión era algo que solo quienes lo sufrían, podían entender.

Él, también creía en aquello, la sola idea de encontrar el amor de tu vida apenas cruzarán algunas miradas era muy bonito a su parecer.

Aun cuando esta creencia fuera exclusivamente basada en la unión dos subgéneros de la jerárquica.

Alfa y Omega.

Dónde el subgénero más dominante regía todo; Naciones, Gobiernos, Políticas, la Industria del entrenamiento, entre otros. Y la especie inferior, siendo el lacayo a quien iba dirigida las repercusiones del poder.

Pero, eso era lo de menos, ¿Verdad? Ya que si encontrabas a tu predestinado encontrarías la felicidad.

.........

"¡Pedazo de mierda!". La voz de enojo que distingue entre su aturdimiento provoca una reacción tardía el Omega. El cual, tose sangre al ser su abdomen pateado reiteradas veces. "¡No entiendes por las buenas, maldita sea!" Otra patada llega junto a ofensas que se unen.

"¡D-Detente!" La voz quebrada de aquel Omega agredido su Alfa predestinado. Intenta ponerse esconderse aún siendo su abdomen golpeado sin descanso.

"¿Y sigues respondiendo? ¡Ja!" Su seca y sarcástica risa, era un claro indicio de que no iba a permitir una falta de respeto él. "Realmente no entiendes por las buenas, Luke..." Suspira el hombre y se inclina sobre la punta de sus pies. Toma el rostro del Omega por sus mejillas y encaja sus dedos.

"¿Crees que no me duele el tener que disciplinarte de esta manera? ¡Es la única forma en la que entiendes, Luke!". Dolido el Alfa, aprieta el agarre. "No pudo permitir que mi Omega ande seduciendo a mis amigos, es humillante."

"P-Púdrete..." Susurra el Omega, asqueado a escuchar aquellas excusas para justificar lo maltratador que era. "Nunca seducí a tus amigos de mierda. ¡Estaba en celo!" Escupe aquellas palabras con enojo y frustración.

"Cállate." Advierte el Alfa.

"Pero sabes... Quizá debi acostarme con cada uno de ellos." Se ríe entre dientes el Omega. A sus 26 años, aquel historial de violencia era su dia a dia desde que se unió con aquel Alfa en su juventud.

"Voy a matarte... Maldita zorra." Murmura el Alfa soltando el rostro del Omega qué se seguía riendo en el piso. El Alfa se aleja lo suficiente para ir por un cuchillo.

Al Omega no le importaba. ¡Al contrario, le haría un jodido favor al acabar con su vida! Por lo que relame su labio herido y con temblor en su cuerpo -No por el miedo, sino por el esfuerzo que hacía al ponerse de pie- se levanta y se tambalea hacia el Alfa, le ayudaría a matarlo.

No obstante, con una suerte de mierda como todo en su vida. Son interrumpidos ante el allanamiento de la policía a residencia, quienes ingresan con armas y apuntan en gritos a ambos, pero en especial al Alfa que tira el cuchillo y alza sus brazos.

El Omega da otro paso tambaleándose... ¿Quién había sido el entrometido qué llamó a la Policía e interrumpió el escape de su sufrimiento?

Lo maldecía.

Su vista se nubla y pierde la fuerza de su cuerpo, cayendo al piso desmayado.

.........

"Su nuevo nombre es Misael Joss." La documentación nueva se le es entregada al Omega, quien recibe los papeles. "La fundación le otorgará un lugar donde puede hospedarse para que comience su nueva vida." La mujer que explica todo, mantiene una sonrisa forzada en su rostro. "Siga a la oficina donde le explicaran todo lo necesario para ser dado de alta."

En silencio el Omega camina a donde le había indicado la Beta, la cual finaliza su sonrisa y pasa a una cara de cierta tristeza. Aquel Omega, tenía una mirada perdida, cubierto por cicatrices notorias que sobresalían aún cubierto por ropa.

..."Pobre alma."...

Fue el pensamiento de la secretaria, esperaba que con aquella oportunidad que le daba la fundación para Omegas violentados pudiera olvidar el pasado y empezar una nueva vida. Aunque un trauma nunca se olvida...

"Destino."

Cuando conoció a Victor Leonard fue amor a primera vista. Se enamoró de él tan pronto cómo intercambiaron mirada, era un Alfa en todo el sentido de la palabra. A diferencia de él, quien siempre fue enamoradizo, tímido y complaciente. Teniendo una baja autoestima por ser más bajo que sus compañeros y no provenir de una familia acomodada, destacándose meramente en lo Académico.

Pero sus 17 años, tomó la valentía de en declararse al Alfa, sin tener la certeza de que fuera correspondido. Ya que Victor siempre fue popular incluso al terminar la preparatoria, pero para su sorpresa. Victor aceptó y correspondió sus sentimientos. Causando que su Omega brincara alegremente al encontrar a su destinado. Ojos azules, una hermosa sonrisa, de buena familia y con un futuro prometedor.

Lo tenía todo, era perfecto.

Sin embargo, el Alfa no se le veía tan emocionado cuando le explicó sobre la razon por la cual se sentian atraídos el uno al otro y lo que conllevaba aquello. Aún si aún no lo entendía muy bien, no fue impedimento para que su relación creciera y se convirtiera en algo duradero.

No era un hombre muy dulce, pero tampoco era tan frío. Demostraba su amor de una forma muy cuestionable, pero era justo. Incluso, el Omega se recordaba a si mismo que el chico popular había aceptado ser su pareja por lo cual no debia ser exigente y dar todo de si mismo para que su relación floreciera y dejara de ser secreta.

Tan pronto como a Victor ingresó a estudiar Abogacía para heredar el puesto en la empresa de su familia, su actitud cambio. Tornándose más distante y frío, metiéndose en disputas que causaba peleas entre su familia y él. Llegando incluso a golpearlo en una ocasión de euforia.

El Omega sin entender el motivo del su agresión trato de ser un pañuelo para él. Dando su corazón, ayudándolo aun en sus momentos de depresión. A su Omega le dolia verlo asi...ver a su Alfa sufrir era igual a que sufriera él.

Por lo que cuando Victor le ofreció que vivieran juntos, aceptó inmediatamente, cumpliéndo los 22 años a su lado. Pero, lejos a lo que pensó... vivir con él fue un calvario.

Creyó que sin importar lo retorcido que pudiera haber llegado a ser Victor, nunca demostraría esa violencia hacia él. Pero fue todo lo opuesto, su infierno empezó allí. Las veces que Victor se desquitaba con él parecía no tener fin. Su cuerpo fue manchado de múltiples formas, expuesto a infinidades de depravaciones que su mente no lograba procesarlo.

Causando en él episodios de ansiedad, depresión y una dependencia emocional que no lo dejaba dormir. Su cuerpo y mente había pasado a ser de él. Cuando se negó a continuar con aquella relación que estaba tornándose tóxica, solo recibió una carcajada audible.

Victor había cambiado, dejó de ser el hombre que conoció y pasó a ser un completo desconocido. y él pasó de ser un Omega feliz a uno totalmente cohibido por la violencia.

Y aunque deseara alejarse y tuviera recelo hacia Victor, el vínculo que llevaban impedía que se alejara de él, llegando a odiarse a sí mismo. Pero también ocasionó que desarrollará su lado violento.

En momentos cuando Victor estaba en ebriedad, tomaba la oportunidad para agredirlo, apretando su cuello e incluso asfixiandolo con alguna almohda. Pero cuando volvía a sus sentidos, se alejaba llorando por la barbaridad que pasaba por su mente.

No podía... era un Omega. Los Omegas nunca deseaban la muerte, daban vida. ¿Verdad? La sola idea de tener algún pensamiento intrusivo el Omega se hacia cargado en castigarse, evitando asi lastimar a su Alfa.

Vivió la mayor parte de su juventud atado a un vínculo, a la creencia de que encontraría su felicidad con un Alfa. Mientras este terminaba sus estudios y comenzaba en el mundo laboral, él permanecía como una decoración más en aquella casa.

Viendo pasar sus días por sus ojos. ¿Es así como acabaría? ¿De una forma tan lamentable?

"Luke, Ven aquí." La voz de su Alfa lo tensa, él se sale de la habitación donde estaba y baja las escaleras para llegar a donde su pareja. Pero se detiene al divisar personas en la sala.

"Victor..." Murmura el joven de 25 años, yendo lentamente hacia su Alfa, quien lo recibe y rodea su cintura para sentarlo en sus piernas.

"Te presento a Edgar, Jack y Mikel." Señala a sus amigos, quienes le sonríen al Omega, esté desconfiando hace una leve reverencia.

"Ellos van a cuidarte cuando no esté." El Omega se pone de pie, y niega con la cabeza. "Misael." El tono dominante del Alfa doblega al Omega quien casi en un sollozo, aprieta sus labios. "Buen chico." Acaricia su muslo. "Ellos son buenos amigos de la Universidad. Y cómo son viejos amigos te pido que los trates de la mejor manera."

"Víctor... No..." Susurra el Omega, rehusándose. Pero sabía muy bien que no importaba lo que dijera, su opinión no importaba. Por lo cual, no importó cuanto rojo o suplicó sus súplicas no fueron escuchadas.

Su cuerpo fue manchado, marcado y usado. Su Omega se marchitaba cada dia, semanas y mes que pasaban. Naciendo una cierta fractura en su cordura.

Y.. Cuando su sufrimiento fue interrumpido, a sus 30 años el Omega quiso venganza...Si mataba a ese hombre, por fin sería libre. Y una vez que lo hiciera, cometería suicidio para reunirse con su hijo. Él no deseaba una vida nueva, él no quería comenzar de cero.

Solo querría muerte.

Cuando su nueva identidad fue dada, junto a la mediación por su depresión y tratamiento psicológico por aquella fundación, el Omega decidió tomar un nuevo rumbo y no le importaba cuantas vidas se llevaba consigo.

.........

"¿Ves a ese Omega?" La voz en susurro del hombre atrae la atención de su compañero, quien detiene sus golpes al saco de boxeo para prestar atención.

"Si, ¿Qué pasa con él?"

"Cómo eres no lo sabes, pero debes tener cuidado con ese Omega, llaman el Loco Escarlata" Susurra el hombre, quien sin nada de discreción murmura del Omega en el cuadrilátero, quien con guantes de boxeo golpea las manoplas que llevaba puesto el entrenador.

"¡Más duro!" La voz del entrenador, hace que el Omega intensifique los golpes, usando toda la extensión de sus antebrazos para incrementar el golpe, dando certeros golpes y patadas a las manoplas.

"Se rumorea que es el mejor en boxeo..."

"¿De verdad?" Continúa la persona que recibía aquella información.

"Es un aficionado, pero aun así nadie ha logrado darle un golpe certero." Bufa el hombre.

"¿Por qué le dicen el Loco Escarlata?" Pregunta el nuevo ingresado.

"Porque ve rojo cuando está en el Cuadrilátero y golpea con intención de matar." La voz a las espaldas del dúo se hace presente. Los hombres que murmuraban se tensan, era el hijo del entrenador. "No hablen de otros, Caballeros. Deberían empezar el calentamiento no a chismear." Menciona sin siquiera mirarlos, ya que sus ojos estaban enfocados en el Omega que estaba por terminar el entrenamiento.

"Hey, entrenador." Sube al Cuadrilátero cuando culminan. "Hey, Misael." Saluda el Alfa al Omega que se quita los guantes y limpia el sudor de su frente con su camiseta dejando ver unas ciertas quemaduras en su piel.

"Jacob" Responde Misael sin dirigirle la mirada. "Hasta mañana, entrenador."

"¡Tomate un descanso! Tu cuerpo necesita descansar." Grita el entrenamiento, preocupado por el Omega aficionado.

"Gracias, pero no es necesario." Baja del Cuadrilátero con los guantes y camina hacia los vestidores, bajo la atenta mirada de Jacob.

Hace tres años Misael había llegado al gimnasio sorprendiendo a los demás y a él cuando demostró un potencial en el boxeo para ser un principiante. Parecía como si ya estuviera acostumbrado a dar y recibir golpes.

Pero, lo que más sorprendió fue el saber que era un Omega. Era una rareza encontrarse a uno... y era aún más raro que fueran varones. Definitivamente, llamó la atención de rápidamente.

Le gustaba ese Omega.

"Ponte a calentar, Jacob. Sigues tú." El entrenador baja del Cuadrilátero tras decir aquello.

"¡Si, comandante!" Su padre era un ex militar de las fuerzas, por lo que bromeaba de vez en cuando con eso.

.........

"Buenas tardes, Señora Mary." El Omega saluda a la anciana que vivía como casera en el primero piso de los apartamentos.

"Oh, buenas tardes, cariño." Responde la anciana. "Estás pálido. Debes comer apropiadamente. Por suerte esta anciana guardo comida para ti" La señora se adentra a su casa y sale con un bowl de comida casera, Misael lo recibe y agradece. "Ven mañana te daré más."

"Gracias, señorita Mary." Se aleja de la anciana llevando en su mano izquierda el bowl y en su hombro derecho el bolso deportivo, el condominio donde vivía era de 3 pisos, era de un vecindario poco transcurrido. Teniendo una mala fama por los robos y delincuencia, por lo cual el alquiler era barato.

Ve una furgoneta frente a los apartamentos y a trabajadores sacando muebles ingresando a la residencia.

..."Alguien se ha mudado."...

Pensó el Omega. El cual rodeando la furgoneta sube por las escaleras auxiliares hasta llegar al tercer piso. Es cuando llega que en el lugar donde estaban entrando las cosas de la mudanza, era a una puerta de su apartamento.

..."Y justo al lado, vaya mierda."...

Sin interés entra a su apartamento, donde prende la luz y quita sus zapatos. Camina hacia la cocina donde deja el bowl y toma una botella de agua de la nevera el cual estaba vacío y solo contenía botellas de agua.

Camina por su pequeño apartamento y se tira en el sofá, exhalando, su cuerpo dolía... Se sentía cansado. Desde que empezó su nueva vida ya se iban a cumplir 4 años, trabajaba de noche, por lo que aprovechaba en dormir lo que más pudiera aun cuando sufría de insomnio.

Pero, cuando cerraba los ojos... sus recuerdos volvían y hacían un estrago a su mente. Era un infierno.

Abre sus ojos al notar que no podría dormir. Se pone de pie y camina al baño, se daría una ducha para quitar el sudor en su cuerpo y prepararse para el trabajo.

Al desvestirse el Omega evita verse en el espejo, sintiendo un asco al verse... al ver su estado en que estaba.

Entra a la regadera y se ducha.

Al salir, camina desnudo a su habitación, lugar donde únicamente había una cama y nada más, excepto por múltiples folletos y periódicos de noticias pegadas a la pared que abordaba la mayoría de la habitación. Se viste y camina hasta la mesa de noche donde saca su medicación.

Los recortes y fotografías en la pared daba a entender perfectamente lo que quería hacer. Siendo como una línea de tiempo. Pero todos los puntos se unían para dejar en el centro su objetivo Victor Leonard, no evita soltar una sonrisa tétrica.

Quien, tras pagar su fianza al ser arrestados hace 4 años por violencia doméstica y demás delitos. Se fue del país para evitar a los medios por ser el "Hijo de la Familia Leonard". Perdiendo totalmente comunicación con él.

Pero regresó hace un año y medio comprometido con una actriz.

Le había seguido el rastro, ya que claro, seguían unidos por el vínculo. Uno el cual no se borraba a no ser que un Alfa Dominante pudiera romperlo.

Los efectos de haberse vinculado con aquel Alfa pasaban factura, su Omega había pasado momentos de ansiedad, llantos e incluso a las autolesiones. Dos destinados que se separaron.

...Toc toc...

El Omega se endereza al escuchar el sonido de la puerta, inmediatamente toma el arma bajo su almohada y lentamente se acerca a la puerta. Ve por retrovisor pero no ve a nadie.

...Toc toc...

La puerta es nuevamente golpeda por lo cual abre y apunta al aire con su revolver.

"Sier." (Señor) La voz infantil lo hace reaccionar y apuntar hacia abajo. "¿Eso de verdad?" Un niño de alrededor de 5 años, lo ve con asombro, el niño habia tocado las puertas de al lado simplemente por que si

..."¿Qué hace un niño aquí?"...

"¡Abraham!" La voz masculina, hace girar al Omega que continúa apuntando al niño con el arma. "¡No debes separarte de mí de esa forma!" El niño era una réplica exacta del hombre.

"Lo siento mucho, Señor. Mi hijo es- ¡T-Tiene un arma." El hombre retrocede cargando a su hijo. "¿Por qué apunta a un niño con un arma?"

El Omega sin expresión alguna guarda el arma en su pantalón y mira al hombre de arriba abajo detallandolo.

"Eduque bien a su hijo, no debe tocar las puertas ajenas." Responde el Omega.

"Tiene 5 años." El hombre todavía con su hijo en brazos mira estupefacto al hombre.

"¿Y? No por tener 5 años significa que no va a entender que no debe tocar puertas ajenas" Con la mano sobre la puerta y a punto de cerrarla, el hombre se adelanra en hablar.

"S-Soy el nuevo vecino del Apartamento 308, me llamo William Byrne" Se presenta. "Él es Abraham Byrne."

El Omega mira al hombre y al niño que estaba siendo cubierto por el brazo del hombre sin mucho interés.

"Misael." Responde simple y cierra la cierra la puerta.

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