NovelToon NovelToon

La Creadora Del Villano

El comienzo

Aun cuando se le fue advertido en ocasiones su rebeldía e increíble falta de atención la llevaron a lo que le estaba sucediendo ahora. Si bien su familia siempre procuró darle absolutamente todo en cantidades absurdas, la joven buscaba más y más. No había poder humano que le detuviera en la búsqueda de aquello que tanto anhelaba.

Esa pasión por la música. Ese era su mayor anhelo.

Tocar un violín llevaba su mente a otros mundos, algunos inimaginables mientras que algunos otros inigualables. El tocar un violín siempre había sido la única salida a lo que en su casa se vivía.

Amelie nació siendo hija de dos personas muy importantes, la mujer a quien llamó madre no era realmente aquella que la gestó los nueve meses, sí quien con amor la crió, aunque en ocasiones sentía que le culpaba por el desliz del padre ella en el fondo sabía que era feliz pues nunca pudo tener hijos propios.

El padre, por otro lado, había sido la única persona a quien jamás tuvo feliz. Siempre busca la manera de tratarla como si fuese basura, comenzando porque él era quien le negaba el derecho a hacer la música que tanto anhelaba. Y he ahí su reproche hacia él pues estaba casi segura de que fue ese hombre quien envió a las personas para destrozar su bellas y mágicas manos.

Esas con las que tanto esmero creaba melodías sin igual.

— Es lo mejor que pudo suceder Dayana, ella debe poner sus pies sobre la tierra y restarle importancia eso que tanto le dedica tiempo pues nada de aquello le generará un buen ingreso. Al paso que iba terminaría muerta de hambre.

— No debiste hacer eso Marcos, la niña solo deseaba tocar su violín y ahora nunca más podrá hacerlo.

— Es solo un golpe que la llevará a caer en la realidad. Ya podrá hacer algo que le guste y le dé para comer.

— Me entristece que sea así, por lo menos invéntale algo para que siga con su ilusión, ya veremos después qué le decimos.

Y así es como terminó hecha añicos. Creer que lo más duro no fue saber que jamás podría tocar su amado violín sino más bien el hecho de que fueron los padres que ella tanto quería quienes no la aman verdaderamente, eso era lo doloroso.

.

.

.

Después de ese día se dedicó a vivir bajo una sombra pesada, no solo por no poder tocar el instrumento o lastimarse en el intento sino también porque tuvo que hacerse cargo de la empresa de su padre. Él enfermó hacía ya unos meses y no lograban encontrar a ciencia cierta qué enfermedad lo acababa a cada segundo. Por lo tanto, fue justo ella quien se vio en la necesidad de tomar las riendas de todo.

El accidente había sido hace poco más de diez años y unas semanas atrás cumplió sus veintiocho años. Según palabras de su padre ya era una mujer que necesita marido, pero no Amelie no se encontraba dispuesta a seguir haciéndole caso a sus opiniones. "Esta es mi vida y aunque me pese, viviré por lo menos como ahora quiera". Esas fueron las últimas palabras que le dirigió.

En unos días se publicaba por fin un segundo libro, y es que desde aquel día cuando se armaron de valor para decirle que no volvería a tomar ningún arco pudo entender muchas cosas. Comenzando por el hecho de no ser amada.

—Amelie Hazard, la joven que nunca volvió a tocar, es increíble que a pesar de tantos baches sigas levantandote querida.

—Me gustaría hablar acerca del tema por el que estoy aquí.

—¡Oh, sí! Claro. Cuéntanos.

— Un primer libro llamado "El príncipe, su doncella y el villano" meramente lo inicié por curiosidad; sin embargo, terminó por ser lo único que amo ahora en la vida —le dice a la reportera quien se regocijaba con sus preguntas fuera de lugar—. Ahora es la segunda entrega, el libro titulado "El villano debe morir" es la otra parte de esta trilogía pues la tercera está ya en edición y dependiendo de cómo se venda esta segunda será publicado a la brevedad.

.

.

.

Pasaron unos días desde su publicación y fue todo un éxito, entonces ya la imprenta se puso en marcha y empezó por empastar los libros para venderlos en aproximadamente un mes.

Hoy como todos los días se tomaba un poco de su agitado tiempo para visitar a su papá en el hospital, sin embargo, no sabía por qué las calles se sentían muy solas. Durante el viaje en coche únicamente se podía apreciar la claridad de la luna pues hasta los faroles de la acera se encuentran apagados.

De pronto, un temblor se dio paso por la calle frente a sus ojos provocando que el auto se moviera de un lado a otro hasta que de la nada un socavón fue abierto justo bajo este mismo y por si fuera poco tragándose por completo toda la carrocería.

Mentiría si dijera que se sentía tranquila pues por dentro se hallaba muerta de miedo, tanto así que su respiración acelerada y frenética la llevó a cerrar los ojos frente a lo que era pura tierra y escombros.

......................

Al abrir sus ojos puede sentir el dolor de aquella caía y cada recuerdo vivido de lo que sucedió, no obstante la incómoda situación fue lo que la llevó a pegar un grito y de un salto salir despavorida de la cama en que se encontraba.

Había personas intentando mantenerla en calma, mencionando una sarta de tonterías que no entendía por completo, y no es hasta que su reflejo le es otorgado por un enorme espejo frente a ella.

Estaba soñando, era la primera palabra que llegaba a su mente tras ver con atención cada detalle de su físico. Su cabello negro como la noche misma y esos rubíes brillantes resaltando en su rostro le daba una pista de quien era.

— ¿Amelie?

No podía ser cierto. Esa mujer que veía en el espejo era justamente la princesa de aquel libro que ella misma hizo. Pero era claramente un simple sueño.

— Princesa por favor regrese a la cama. Su condición aún no es buena y parece ser que el golpe le afectó un poco.

Una mujer vestida de manera extraña estaba intentando razonar pero, no podía, sus pensamientos estaban revueltos y el dolor de cabeza no cedía.

Recuerdos #1

Las mujeres en la habitación seguían intentando tranquilizar a la mujer que no conseguía recordar lo sucedido. Pellizcó muchas veces su brazo y dolía, en verdad lo hacía y aunque cerró sus ojos en el intento de dormir o desmayarse no consiguió absolutamente.

Es entonces que un hombre se abrió paso por las grandes puertas sin ser anunciado. Este tenía un cabello verde intenso y sus ojos como esmeraldas hacían un hermoso juego, estaba claro quién era ese hombre.

— Hakan...

— ¡Oh mi princesa! Creí que me dejarías sin antes consumar nuestro lindo matrimonio.

Era una burla bastante notoria, no obstante su humor estaba muy opacado por el hecho de que se hallaba en la novela que con tanto esmero hizo y aún no tenía una respuesta clara.

El hombre frente a ella era Hakan Breslow Storman, príncipe del imperio Ashton y su protagonista.

— Príncipe, no debería entrar así, la princesa Amelie no se siente bien aún y debe descansar, me temo que la noche de bodas tendrá que esperar un poco.

Ahora sí podía apreciar con claridad la bella obra maestra que hizo. Un hombre fuerte y valiente con un solo defecto, su aterradora madera de seductor. Si bien a ella le gustaban los hombres con un carácter más intenso, había creado a su amado protagonista como un lindo y tierno caballero con armadura que salvaría a su amada del malvado villano.

Una maravillosa historia llena de amor y romance, al menos para los protagonistas. Otra historia contaban el villano y ella quien era solo un personaje secundario a quien dejan en el olvido.

— La princesa sufrió una caída muy aparatosa, no deberían dejar que se ponga de pie —el hombre se acercó y con su enorme figura tomó a Amelie entre sus brazos mientras hacía mención de algo interesante y escalofriante—. Tuviste suerte princesa, la próxima no fallaré.

La depositó sobre el cómodo colchón y dejó un beso sobre su frente quedando como el magnífico príncipe que era sin imaginar la advertencia dada.

.

.

.

Habían pasado seis días desde que despertó en ese mundo y todavía le costaba acostumbrarse a la forma de vivir. Mientras que recordaba los hechos narrados en su novela, anotaba lo más importante en un diario que escribía en su idioma natal. Uno que nadie de por ahí conocía.

Estaba fascinada, no cabía duda de eso pues jamás imaginó entrar al mundo de su novela, sin embargo, la suerte no le dio tiempo de pasar junto a ella pues era el personaje extra que debía ser utilizado para que los principales tuvieran un amor maravilloso.

Mientras pensaba en los acontecimientos de su novela se adaptaba al mundo exterior. Era muy distinto escribirlo a verlo en persona, más que nada por las costumbres y falta de varias comodidades que en el futuro lejano había sin mencionar las barbaridades que escribió pues era una novela de clasificación R+, solo para adultos entonces, ciertamente el ambiente se percibía más amoroso que de costumbre.

— Debería enfocarme en encontrar una manera de volver a mi vida.

Aunque, viéndolo desde otra perspectiva, estar viva y en ese lugar no era tan malo después de todo. Pese a tener un loco esposo que quiere sacarla de su camino para amar con pasión y locura a su doncella, todo lo demás era increíble. Había hecho a todos sus personajes poderosos, tanto física como mentalmente así que después de todo, tal vez pueda vivir así. En su mundo ni siquiera la recordarían, ¿qué caso tenía regresar?

Mientras se encontraba en la biblioteca una mirada la acechaba entre la oscuridad. Amelie sabía que el príncipe había enviado a un espía para mantenerlo al tanto de sus movimientos y no fuese a lastimar a su amada. Esas eran las intenciones de la verdadera pero, ahora que estaba en ese cuerpo no pensaría en dañar a nadie, sino más bien en sobrevivir más tiempo en un mundo repleto de magia y peligros.

Aunque podía notarse demasiado la presencia que taladraba su espalda no tenía manera de librarse de aquello. Los acontecimientos que irían a suceder debían ser prefectos, sin una sola intervención pero, en definitiva no dejaría pasar la oportunidad para ser libre.

Su objetivo era ese, puesto que ella había escrito; "Ambos se quedan juntos pese a todo destino" y en esos momentos no era una frase demasiado inteligente.

En la primera prueba para los protagonistas, una plaga azota el imperio Ashton llevándose a su paso más de la mitad de las vidas del imperio y aunque logran crear un antídoto en tiempo las vidas ya habían sido tomadas.

Estaba parada frente al estante intentando tomar un libro que explicaba más sobre su fuego mágico pero el hombre vigilante apareció para ayudarle pues los libros caerían sobre ella.

— Gracias caballero, ¿Podría saber su nombre?

— Sr. Morgan Britton alteza.

— Bien, sr. Morgan ¿qué le trae a la biblioteca y justo al pasillo donde me encuentro leyendo?.

— Lamento interrumpir la lectura de su majestad, iba de paso.

— Un guardia de la división capas azules debe salvaguardar la integridad de su príncipe, dudo que usted siendo tan responsable pase un tiempo en la biblioteca.

— Lamento mi rudeza majestad pero el príncipe no tiene paciencia y desea sacarla del camino en caso de intentar algo más. Por mi honor jamás me permitiré lastimar a alguien de la realeza pero, fue una orden directa.

— Entiendo caballero, ordenes son ordenes, sólo por favor manténgase en silencio y no diga que me encontró aquí. Mínimo dese la oportunidad de conocerme, de todas maneras no pienso aceptar tan sencillo mi deceso. Al menos no sin antes ayudar como se debe al pueblo.

En lo más lejano al palacio de la princesa se podía apreciar una silueta bastante curiosa. El príncipe junto a su doncella se daban cariño mutuo pero con cautela. No quiere el príncipe ser atrapado infraganti pues la mujer todavía no pasaba las pruebas para convertirse en concubina.

La princesa por su parte solo soñó toda lo noche con los sucesos de su vida. Al despertar notó que varios recuerdos estaban inconclusos, otros más solo no llevaban a ningún lado y eso le hizo preguntarse si ella realmente estaba ahí pues nada de lo que escribió sucedía en orden .

Recuerdos #2

— En conclusión, a raíz de mi cambio varios acontecimientos están equivocados. Hace unos días debí encontrarme con la doncella y hacerle burla frente al emperador pero, al no estar en tiempo y lugar nada de eso sucedió, tampoco el príncipe cortó los suministros del palacio.

Si es como pensaba, su influencia en la historia estaba cambiándolo todo, quizá tendría la oportunidad de salir victoriosa o por lo menos viva de ahí.

A su habitación entraban varias doncellas con ropas y otras personas que no reconocía, al menos sirvientes del palacio no eran.

— Aquí está lady Monique princesa, ella es la encargada de realizar su ropa de campo para el día de caza.

Ahora recordaba, cada año se celebra una competencia donde caballeros y damas nobles se adentraban en el bosque prohibido a cazar la presa más peligrosa, por supuesto se hace en equipos. Solo que ese año la princesa haría su casería en solitario pues ningún noble estaba dispuesto a ayudarla, ya que no era favorecida, por el contrario, siempre fue repudiada por el príncipe heredero.

Amelie Bynum Graham era hija de los duques más poderosos del imperio, al menos hasta justo antes de su boda. En un principio fue comprometida con el príncipe desde que tenía doce años, ambos eran muy buenos amigos hasta que una desgracia opacó sus vidas. La duquesa madre de Amelie y su mejor amiga la emperatriz madre de Hakan fueron emboscadas por mercenarios provocando una muerte.

El imperio se sumió en una tristeza desgarradora pues la madre del imperio había perecido y quien únicamente tenía con certeza el nombre del causante decidió mantenerse en completo silencio.

Amelie y Hakan se vieron involucrados en diversos chismes y varios "amigos" del príncipe lo llenaron de ideas, comenzando por la absurda decisión que tomó meses después. Siendo así como la buena y bonita relación de amistad que había nacido murió a la brevedad.

Hakan tenía quince años, tres más que lady Amelie y por consiguiente al ser príncipe heredero había muchas bocas hablando a su alrededor. Uno de los ministros que estaba en contra de la facción que apoyaba a la emperatriz le aconsejó romper el compromiso con la hija de los duques, quienes claramente eran los primeros en apoyar a la emperatriz. El príncipe decidió seguir con su matrimonio y pese a que muy en el fondo sabía que ella no estaba involucrada con aquel suceso la culpaba.

Una tristeza desmesurada llenó a Amelie de rencor y odio cuando el príncipe se enamoró de una doncella dos años mayor que él. Ella poseía una belleza sin igual, y completamente distinta a la suya pues mientras ella era la noche misma, una luminosidad emanaba de esa otra.

Así fue que dio comienzo una venganza en contra de la doncella quien no le había hecho absolutamente nada y poco tiempo después de la boda su muerte dio mucho de qué hablar, ya que en el intento fallido de envenenar a la mujer terminó por hacerlo al príncipe heredero y por atentar contra la corona el pago era su propia vida.

Sin duda la vida de Amelie comenzó y terminó en desgracia; sin embargo, ahora ya no era aquella joven enamorada hasta los huesos del príncipe Hakan sino una mujer con pasiones y sueños sin cumplir.

— Alteza, ¿Está segura de que quiere unas ropas así? Solo he confeccionado de este tipo para caballeros nobles más no para damas como usted.

— No se preocupe Lady Monique, es la ropa correcta y adecuada para el día de caza. Sé que no es propio de una dama usarla, pero me servirá de mucho puesto que andaré vagando sola por el bosque.

— Creí que los rumores circulando por el pueblo eran mentira.

— Son verdad lady, desde que la emperatriz Isel murió mi familia cayó en desgracia pese a seguir teniendo las mismas riquezas. Mamá nunca volvió a ser la misma desde aquel día y papá, mi padre ama tanto a su esposa que olvidó por completo que tiene una hija.

— Lamento saber esto princesa. Si no es un atrevimiento y grosería, hablaré con mi esposo para que la acompañe, después de todo él es general de las capas negras.

— No quiero dar tantas molestias dama.

— No son molestias princesa, mi esposo no participa en la casa, ya que sirve al duque... Al duque del norte.

Haciendo memoria, el duque del norte era su villano principal.

— El duque Brendan, según tengo entendido está en el imperio oriente como representante de nuestro imperio.

— Así es princesa, el emperador lo envió y mi esposo quedó a cargo del ducado pero no tendrá problema en acompañarla. Después de todo, es bien sabido que el duque no apoya ninguna facción.

.

.

.

Los días pasaban relativamente rápidos en comparación a cómo se adaptaba. Ahora ya tenía claro que se divorciaría del príncipe heredero y para ello debe utilizar un pequeño truco pues la única manera de dejar el puesto de princesa sin traer represalias hacia su familia y el ducado debía ser el propio príncipe quien solicitara el divorcio.

Si bien ella era una mujer sana, su único defecto afectaría el futuro y ese era el no poder tener hijos. Era fértil de eso no había duda, no obstante cuando Amelie escribió la novela a la princesa la hizo desdichada con lo que más quería, así como ella perdió la oportunidad de tocar un violín, la princesa no podía concebir fácilmente un heredero.

Con ese as bajo la manga haría que el mismo príncipe la olvidara para así ella lograr irse del imperio y realizar su propia vida como ella quisiera.

Comenzaría a tocar el violín nuevamente y desde ya pondría varios negocios para generar ingresos pues el dinero que se llevaría no será suficiente para su futuro.

......................

El día de caza llegó. La princesa estaba lista para ir y regresar triunfante pues el ser ella misma la creadora sabía con exactitud la ubicación de las bestias más peligrosas. El premio sería una jugosa recompenza de tierras y dinero a demás de un título nobiliario. Su objetivo estaba claro, ganaría aquella competencia a toda costa.

Download MangaToon APP on App Store and Google Play

novel PDF download
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play