_¿Qué cosas dices Sofía? Estás loca, ustedes me volverán loca, hacen los que les da la gana_

_Me gusta mucho ese hombre, lo investigué y sé que no me verá como mujer, me dirá que soy una niña._

 La chica de 18 años estaba enamorada o tal vez obsesionada por un hombre de 40 años, 22 años mayor que ella, eran 2 años los que tenía Viéndolo, cada salida de la universidad salía al café donde tomaba un capuchino junto a su amigo, aunque a veces no llegaba, otras veces se molestaba y se sentía celosa.

Su mirada era tan penetrante, sus ojos tan negros como la noche, sus brazos se notaban de lejos muy trabajados, su cabello ni largo, ni corto, sin querer se mordió el labio inferior.

Al ver que ambos hombres se levantaron, las chicas salieron corriendo a su auto, como una pervertida que acosaba a su Amor.

_ Estás completamente loca, te acostarás con él y ya no lo verás más? _

Ella asintió con una sonrisa, tenía que armar un plan para poder estar con él y sabía quién podía ayudarla, ya habían investigado el lugar.

Era un acoso lo que estaba haciendo, pero no podía sacarlo de su mente, no dejaba de imaginarlo besando su cuerpo, tenerlo arriba y verlo sonreírle, diciéndole que hacer en la cama.

_¿Me acompañarás, Aitana?_

La chica se levantó de la cama, que más le tocaba, no la dejaría sola, pero sentía que estaba haciendo mal, aunque de nada le valía decir algo, jamás le haría caso y Anderson no la ayudaría tampoco, a él solo le importaba su vida y quien quería.

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_Quiero dar mi primera vez a alguien que viene aquí, pero no quiero que sepa quién soy y menos mi edad, el dinero que pague lo puede tomar todo, solo quiero pasar la noche con él y._

La mujer estaba incrédula, pero sonaba bien, ese hombre pagaba bastante, siempre y cuando, fuera algo de una sola noche y no volverlas a ver.

Así era él, solo buscaba y daba placer, solo que daba dinero a cambio, algo que le sobraba.

_¿Niña esto no es un juego, estás segura?, No causarás problemas.?_

Sofía asintió con una sonrisa, solo pensar en besar los labios de ese hombre, se sentía muy caliente, era un sueño, no le importaba nada de lo demás.

_Firmaré un contrato, solo volveré si él quiere._

_Eso lo dudo, no ha llamado para repetir la misma chica, lo llamaré y le diré que para mañana tiene nueva compañía y debes saber que ya no lo verás más._

Las chicas salieron de un bar muy famoso, donde solo chicas de compañía y dispuestas a dar placer por dinero.

Ese hombre, por el cual Sofía estaba dispuesta a todo, era un hombre soltero, decepcionado del amor, solo buscaba damas de compañía para saciar su deseo y luego no verlas más, no quería que malinterpretarán las cosas.

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¿Tu Abuelo sigue con la idea de casar a tu hermano con la chiquilla? ¿Por qué no la conoces? 

_¿Así es, pero no saben los planes de esos dos, yo aún no la conozco, puedes creer eso? Ya son casi cinco meses que llegue._

Ambos se echaron a reír, era una locura, pero cada vez que uno iba el otro no, y el desinterés de ambos, no ayudaba, Sofía era muy caprichosa, hacía y obtenía lo que quería siempre.

¿Vamos por unas chicas mañana? 

 Aron, asintió con una sonrisa.

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_Sofía, puedes echarte para atrás, te vas a arrepentir después nena, no seas caprichosa._

Aitana trataba de hacer entender a su amiga, pero era tan caprichosa, no descansaba hasta obtener lo que se proponía, no veía las consecuencias que podía traer eso más adelante.

_No me arrepentiré, no pierdo nada si lo hago por amor u obsesión, pero que me guste y disfrute bastante, después de pobre, nadie me querrá._

Aitana suspiro profundo, se rendía, solo le tocaba cubrirla para que su abuelo no sospechara.

Sofía se arreglaba lo más que podía, quería parecer de 22, todo estaba listo y ya estaba en la habitación donde se vería con su SUGAR, sus nervios estaban a flote y aún más cuando escucho la puerta abrirse y ese olor llegó a sus fosas nasales, ya lo conocía, con solo ver su silueta en la oscuridad.

_Hola._

 Entró y la saludo, la habitación tenía una luz que solo podías ver a la persona, más no identificar bien su rostro.

Ese olor tan varonil, esa voz, volvía loca a Sofía, empezaba a imaginar su cuerpo y sus manos tocarla.

Ho.la.

 Aron se acercó y acarició su rostro, eso para Sofía fue un sueño, cerró sus ojos para disfrutar esa sensación, lo tenía cerca, tocándola, no podía pedir más, imagino que nunca sucedería.

_¿Estás nerviosa? Si no quieres continuar..._

_Sí, si quie..._

Beso, sus labios y los limpio con su dedo pulgar, la guío a la cama y la fue besando desde su cuello hasta sus pies, era perfecta, sin una prenda en su cuerpo se deleitaba besando y Acariciando, mientras ella solo gemía. 

El sabía que era su primera vez, que ella misma decidió, todo era legal.

Flash

_No me meto con eso, solo busco y doy placer, y les doy dinero._

_Ella lo quiere, firmó un contrato._

La mujer le interesaba, se quedaría con todo el dinero que él daba, a Sofía le sobraba.

_Bien._

 Fin del flash 

_¿Quieres tocarme? 

 Ella asintió, él se acostó y justo como lo vio en tantos videos, no quería ser tan tonta e inexperta, pasó sus manos desde sus labios, su cuello, su pecho y llegó al pantalón, él la observo y pensó que no sería capaz, pero lo saco y lo acarició, era grande y ella sintió su parte doler, lo pensó un momento y se lo metió, le dio náuseas, pero pensó que esa era su única oportunidad y lo aprovecharía al máximo, se dejó llevar por el deseo, cada movimiento lo volvía loco, y logró hacer que él se viniera.

_Aaaah..._

 Dudo que fuera su primera vez, lo había hecho tan bien, pero siguió con su trabajo, beso nuevamente su cuerpo chupando sus senos hasta que ya sintió que estaba lista, abrió sus piernas y fue entrando muy suave, hasta entrar todo, le dolía, pero aguantaba hasta que lo sintió todo, una lágrima rodó y él la limpio con un beso, o sabía el porqué, pero sentía una conexión con ella, esa corriente eléctrica de la que tanto hablan, olvidó esos pensamientos, no estaba para esas cursilerías, solo era placer.

_¿Estás bien? _

 Ella sonrió, empezó a tocarle la espalda para que se moviera y así lo hizo, Sofía le pedía más, en cada posición, no quería perder ningún segundo con él, sabía que no lo vería más, sabía que le dolería a morir al día siguiente, pero sabía que él no era de repetir encuentros y decirle que solo era una chica de 18 y que quería pasar muchas noches con él, eso sería una locura.

_Gracias... Gracias por esta noche, quisiera tenerte toda mi vida, eres tan guapo._

Sofía habló mientras él estaba dormido, quedo agotado y no sintió cuando se quedó dormido, tal vez era lo cómodo que se sentía.

Tocaba su pecho muy suave, no quería dejarlo, pero era así como tenían que ser las cosas.

La chica se levantó y salió, no sin antes dejar una nota.

_¿Santo cielo, que horas son?_

 Busco desorientado a la chica y no la encontró, se vistió y cuando fue a tomar su teléfono y reloj, vio la nota.-

📃 Pensarás que soy una loca, pero estoy loca por ti de hace tiempo, hasta la clave de mi teléfono es tu nombre, te veo en el café de siempre cada vez que salgo de la universidad, quería pasar una noche, mi primera noche contigo y fue maravillosa, tranquilo no me verás más, si así lo quieres, GRACIAS mi sugar daddy ❤️ SL

¿La cara del caballero era un poema, sugar daddy? ¿Acaso era una chica tan joven para que le dijera así? Su cuerpo era de una chica de veintitantos.

¿Obsesionada? Se le hizo raro que lo buscará de esa manera, lo estaba acosando y él ni cuenta se dio

Debía alejarse o le traería problemas, era lo menos que quería en esos momentos, 

Holaaa, publique un capítulo de esta historia, pero no l asegure muy seguido, me enfocaré en terminar con las historias de los Varela.

ya nos queda solo una, la historia de Matías.

Gracias por el apoyo a todas mis historias.

❤️Solo un amor sincero

❤️Ella es ¿Mia?

❤️Una sonrisa, cura el alma.

❤️...Es que... me gustan tus locuras.

Ese es el orden 💗💗

Cinco meses antes

Argentina

Un empresario exitoso, enamorado, dispuesto a compartir su vida entera con la mujer que para sus ojos es la más bella de todas.

A sus 39 años, ha alcanzado una fortuna sin ayuda de nadie, cuando solo era un joven de 25 años, decidió darse la aventura de viajar a otro país, para aliviar un profundo dolor, un país que amaba de niño, su acento le encantaba y todo él, Argentina, al poco tiempo conoció a un amigo, de su mismo país, Venezuela, juntos empezaron en el mundo empresarial, alcanzando el éxito siendo una empresa textil muy famosa, cinco años después conoce una cubana, despampanante, modelo en su empresa, se enamoró profundamente, amor a primera vista, dos años estuvo tras ella, hasta lograr tenerla como novia, amante y hasta vivir juntos, por seis años, ahora estaba por tomar la decisión más importante de su vida, no necesitaba pensarlo.

¿📲 Donde estás amor?

📲 En el apartamento, extrañándote, Cuando regresas?_

📱_ En dos días, lo prometo._

El hombre colgó con una sonrisa, quería darle una sorpresa, sin saber que la sorpresa se la llevaría él.

_Llévame al apartamento._

_Si señor._

El carro condujo hasta el gran edificio, bajo con una sonrisa, sus manos estaban ocupadas, una llevaba un ramo de rosas y la otra el gran anillo de diamantes, subió al ascensor y su sonrisa seguía, sus nervios iguales.

Abrió y frunció el ceño, una música muy alta sonaba, la habitación estaba entreabierta, camino a pasos lentos, no sabía por qué sentía nervios, como si presintiera que algo no andaba bien, la música se detuvo y cuando pensó abrir, escucho una voz muy conocida.

_Tienes que hacer que te pida matrimonio, asegurar un buen futuro._

_No es tan fácil, pensará que estoy desesperada._

Los puños de quién escuchaba, estaban apretados, estaba a punto de abrir y desenmascararlos, pero lo pensó primero, ¿por qué no jugar de la misma manera?

Salió con el ramo de rosas y se la dio a la recepcionista, pidiéndole que no dijera nada de su visita, se fue a un hotel a descansar y pensar un poco, la noche la paso pensando y tratando de asimilar que la mujer de la cual está enamorado, lo estaba usando, solo lo tenía como un generador de dinero.

La mañana llegó y él apareció en la empresa, su gran amigo lo recibió con un abrazo.

_No esperaba verte aquí._

_¿Dónde está mi asistente?_

_No ha llegado, supongo que no sabía que llegabas hoy._

_Claro que no lo sabía y agradezco no avisarle._

Su amigo frunció el ceño.

_¿Por qué lo dices?_

¿Después de contarle todo, su amigo quería matarlo, tenían todo muy guardado, como no se dieron cuenta antes?

_¿Qué piensas hacer?_

_Jugar con ellos, hacer como si no pasara nada, hasta que nos vayamos, sobre la propuesta que me hiciste, creo que es hora de volver._

Su amigo estaba feliz, tenía ganas de volver a su país, por supuesto que sin dejar atrás su empresa en Argentina.

>>≥>>>>>

Venezuela

_¿Qué? ¿Como que esposos? ¿Acaso mi abuelo se volvió loco?_

_Tu abuelo nada más, no, el mío también._

Ambos chicos estaban molestos por la locura de esos viejos, solo eran unos chicos de 18 años, ni siquiera sabían lo que querían en un futuro y ellos los tenían comprometidos, a un matrimonio que no tendría futuro.

Anderson, de ojos negros, piel bronceada, cabello desordenado y un cuerpo de Dios griego, que lo disfruta al ser un Playboy de primera, Sofía era más niña de cara, piel canela, ojos marrones, cabello castaño largo con ondas y un cuerpo que aparentaba más edad, su personalidad no era lo que su cara aparentaba, caprichosa y obsesiva, cuando se lo proponía, dos personas muy diferentes, quienes sentía un gran amor de hermanos, la sola idea de ser esposos, les daba náuseas.

_Que pasa chicos?._

Aitana franco, una rubia cabello lacio, ojos claros, una modelo, reservada, mejor amiga de Sofía, se criaron en el mismo jardín y Sofía la defendía siempre que la molestaban.

_¿Mi abuelo y padrino, nos quieren casar cuando cumplamos los 20, puedes creerlo.?_

Eso fue un balde de agua fría para Aitana, su mirada se posó en Anderson, quien le guiñó el ojo, le gustaba molestarla o eso pensaba él.

_¿No son muy jóvenes?_

_Éxato, además, estar con Anderson, es como estar con un hermano._

_No tienes hermano._

_Ya lo sé, tonto, solo digo que debe ser así, qué asco._

Una sonrisa de medio lado salió de los labios de Aitana, su corazón sentía una gran punzada, se sentía mal al sentir eso, jamás imaginaba traicionar a Sofía y sentía que lo estaba haciendo al estar enamorada de su prometido.

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_Amigo mío, que bueno verte._

_Sí, nos vimos ayer._

Ambos se carcajearon, Felipe López, un viejo de 70 años, abuelo de Sofía y Arturo mallorquín de 70 años, abuelo de Anderson, dos hombres que querían cuidar de su gran imperio y que mejor que casar a ambos chicos, no lo querían hacer obligados, ellos pensaban en que podía haber una química más adelante.

_¿Hablaste con mi ahijada?_

_Aún no, espero que pida algo grande de regalo._

_¿Piensas chantajearme, abuelo?_

_Qué astutos son estos viejos, creo que sería mi oportunidad para que mi abuelo me dé el auto que tanto quiero._

_ No seas, idiota, no pienso casarme contigo _

Ambos viejos veían a los chicos y no podían ver un matrimonio entre ellos, aunque no se darían por vencidos.

_Les tengo una propuesta._

Ambos tomaron asiento, sin una pisca de ánimo y ganas, cualquiera fuera la idea de esos viejos, no les gustaría.

Una vez sentados, esperando que ambos viejos hablarán, para que ver qué tenían en mente.

_Les daremos cinco meses para que compartan más, cuando ese tiempo pase, hablaremos del matrimonio otra vez._

_Esa no es una propuesta, es otro chantaje._

_Yo jamás voy a ver a esta caprichosa como mujer, no soportaría tener a una mujer obsesiva a mi lado, me gustan más las sumisas, las consentidas._

¿Salió con una sonrisa al terminar de hablar, los viejos no dijeron nada, que podían hacer? Solo eran dos jóvenes de 18, aún les faltaba disfrutar de la vida, de la juventud.

_¿Qué pasó nena?_

_Cinco meses, tengo para encontrar el amor de mi vida._

_¿Sigues con la idea esa?_

_Por supuesto._

Aitana volteó los ojos, tenía que aguantarse a su loca y obsesiva amiga, cuando se metía algo en la cabeza, no había nada ni nadie que le hiciera cambiar de opinión.

>>>>>>

_¿Todo listo?_

_Sí, en un mes estamos inaugurando una sucursal internacional en nuestro país._

_Genial, le daré la noticia a mi abuelo._

_Lo matarás de alegría._

Él sonrió, tenía años que no lo veía, lo extrañaba, siempre se aseguraba de que estuviera bien, sería una gran sorpresa, estaba dispuesto a vivir una vida tranquila, sin preocupaciones y dejando a un lado el amor.