En la ciudad H.

Las prominentes familias Harris y Black.

Se unieron en matrimonio todo iba bien se decía que Lewis Harris, amaba mucho a su esposa, pero dos meses después de la boda tuvo un accidente y perdió la memoria, así fue como comenzó el infierno para Aleira Black.

Tarde en la noche.

El sonido de la puerta abriéndose fue muy abrupto en la quietud de la noche.

Aleira corrió para abrir la puerta, sonrió y abrazó al hombre que regresó a casa en medio de la noche, " Lewis, feliz cumpleaños".

Lewis la miró apáticamente y dijo con frialdad: "Estoy enfermo".

Sus brazos abiertos permanecieron vacíos todo el tiempo. La esquina vuelta hacia arriba de su boca estaba congelada en su lugar.

Lentamente, la sonrisa se desvaneció.

Lewis arrojó la llave sobre el mostrador en el vestíbulo de entrada.

Fingiendo no ver los ojos de Aleira que se habían atenuado en un instante.

En cualquier caso, esta mujer era inmune a los venenos.

Estaré bien más tarde.

El seria como un gato oyente, acercándose a ella sin poder ahuyentarla.

En efecto.

Aleira dio unos pasos mientras se quitaba la chaqueta, Lewis ya lo había alcanzado para quitarle la chaqueta, "El pastel se acaba de hacer, no es demasiado dulce... Enciende una vela y pide un deseo".

Había esperanza en sus ojos.

Con un camisón rosa claro, en realidad se veía un setenta por ciento gentil y un treinta por ciento lamentable.

Lewis se frotó entre las cejas, su hermoso rostro estaba lleno de disgusto no disimulado: "Aleira, ¿realmente no sabes lo repugnante que es cuando pretendes ser amable y virtuoso?"

Aleira se sobresaltó un poco.

Lewis la rodeó con impaciencia y se paró al otro lado de la mesa.

Sostuvo un encendedor en la mano y encendió todas las velas.

Las cejas de Aleira inmediatamente volvieron a la normalidad.

Lewis, después del accidente no permitió que Aleira se uniera a su círculo, sus amigos también la ignoraron tácitamente.

Incluso si era su cumpleaños, solo podía ocupar un poco de su tiempo en las primeras horas de la noche.

La llama de la vela tembló ligeramente, envolviendo el hermoso y frío rostro de Lewis. Carecía de la calidez que había hecho palpitar su corazón antes del acidente y tenía aún más la frialdad y la alienación de un hombre adulto.

Aleira sonrió y juntó las manos, "Lewis, pide un deseo".

A través de la débil luz de la vela, Lewis miró a la mujer que siempre estaba sonriendo y se rió con frialdad: "Durante los últimos meses, solo he tenido un deseo:" Que Aleira, desaparece de mi vista para siempre. "

El color de la cara de Aleira desapareció instantáneamente.

Ella extendió su mano para evitar que el hombre se fuera.

La voz de Lewis de repente se volvió oscura, "Déjame ir".

Aleira levantó los ojos y lo miró, "¿De verdad estás tan disgustado conmigo?" ¿Ni siquiera estás dispuesto a mirarme?

"¿Todavía necesitas que responda a esta pregunta?"

Lewis de repente se rió. Se veía guapo, pero no había calidez en sus ojos.

"Aleira, la persona que más odio en toda mi vida eres tú.

¿Fue esto lo suficientemente claro? ¿Está lo suficientemente claro? "

Aleira, lo sabía, se aferraba al pasado pero después del accidente siempre lo había sabido.

Lewis no escatimo en esfuerzos para herirla.

Claramente debería ser la más cercana, marido y mujer, pero parecía una asesina implacable a sus ojos era la mujer que le quito la libertad.

Deseaba poder cortarla personalmente en mil pedazos.

Los ojos de Aleira se iluminaron gradualmente, ella agarró tenazmente al hombre sin soltarlo, "Dado que ese es el caso, entonces no seré cortés".

Lo besó en los labios, como si se hubiera vuelto loca.

Hasta que probó la sangre en los labios de la otra parte.

Lewis jadeó caóticamente por su enredo, él la apartó, su rostro oscuro como el agua: "Aleira, ¿eres realmente tan barata?"

"¡Prometiste casarte conmigo tú mismo!"

Los ojos de Aleira dejaron caer las lagrimas, "¡Tú fuiste quien dijo que estarías conmigo! ¡Tú lo dijiste! Tú ... "¿Qué derecho tienes de llamarme despreciable?"

Por el contrario, cuanto más reprimía sus emociones, más impactantes se volvían.

"¡Señora Harris!"

El hombre pensó en estas tres palabras. Su hermoso rostro se oscureció cuando dijo: "He estado fingiendo durante tanto tiempo, pero todavía no pude resistirme a revelar mi verdadera naturaleza. Si sabía que esto sucedería, ¿por qué siguió fingiendo durante tanto tiempo?"

"Así es …"

Aleira sonrió levemente, "Realmente me pregunto qué he estado haciendo estos últimos meses".

Sus emociones eran diferentes de lo habitual. Con la punta de su dedo helado, delineó suavemente el contorno del hermoso rostro de Lewis. Sus acciones fueron ambiguas y su voz seductora dijo: "Los hombres son solo juguetes en la cama.

"¡Aleita Black!"

El rostro de Lewis se oscureció cuando él agarró su muñeca.

La fuerza fue tan fuerte que casi le rompe la mano, "¡Estás cortejando a la muerte!"

"Je, nuestro joven maestro Lewis no está dispuesto a escuchar".

Aleira miró los ojos enojados del hombre, su corazón parecía sangrar, pero la sonrisa en su rostro se volvió aún más brillante: "Eres solo un juguete por el que intercambié millones, Lewis, no lo dices tu mismos, que use mi dinero para ayudar tu amada mujer y casarme contigo"

Las venas se hincharon en la cara del apuesto hombre. Podría estrangularla hasta la muerte en cualquier momento.

Aleira caminó de puntillas y besó los labios del hombre, luego murmuró con voz ronca: "Lewis, te deseo".

El hermoso rostro de Lewis se oscureció y rasgó el camisón que llevaba puesto, lo que provocó que el pequeño rostro de Aleira se pusiera instantáneamente pálido como la muerte.

La presionó contra el sofá y se enredaron, el pastel en la mesa de café cayó al suelo y cayó en un charco de barro.

La voz de Lewis era como el hielo: "Los juguetes no saben cómo pesar las cosas, esta señora Harris lo disfrutará".

El hombre se movía con un ritmo fuerte, empujándola hasta el final, como si quisiera atravesarla con cada golpe.

Aleira le rodeó la espalda con los brazos y le rodeó la cintura con una pierna. Levantó su elegante cuello y no pudo evitar dejar escapar algunos "Ahh".

Justo cuando se estaba emocionando, Lewis de repente retrocedió y miró a la mujer desnuda tendida en la mesa con disgusto, "Eres tan repugnante".

Aleira se sobresaltó y le dolió un poco el corazón. Sin embargo, rápidamente ocultó su expresión triste y bromeó con su cara bonita: "¿En serio? "Parece que lo disfrutas mucho..."

"¡Callarse la boca!" El hombre gritó enojado: "Realmente no sé cómo”.

“¡Una chica tan inocente como Helena puede tener una hermana tan fácil como tú!”

Aleira dejó escapar una sonrisa burlona y se sentó en el sofá. Buscó un ángulo menos expuesto y miró a los ojos de Lewis, "¡Tú tampoco sabes qué mujer tan maliciosa es Helena! "Después de engañarte tanto, realmente no sé qué tipo de medicina te drogo …"

Antes de que terminara de hablar, apareció una bofetada en la cara de Aleira. Una huella de mano roja como la sangre apareció de inmediato en su rostro rubio.

Sus mejillas ardían de dolor, las lágrimas brotaron de sus ojos, pero se obligó a no caer y miró obstinadamente a Lewis a los ojos.

"Je..." No uses tus despreciables pensamientos para adivinar a los demás. Cuando se trata de drogas, tienes bastante experiencia. ¡En realidad planeaste que yo tuviera una relación contigo e incluso se lo informaras al anciano, el anciano Harris luego me envio a tus manos por unos cuatos millones! Si no fuera por ese viejo que me obligó a casarme contigo, nunca me habría casado contigo, incluso si tuviera que morir. Lewis la miró con ojos llenos de odio.

"¡Cuántas veces te lo he dicho! ¡Nos casamos por que nos amabamos recuerda! ¿Qué te hizo esa mujer?..." ¿Por qué no recuerdas nuestro pasado?... "Aleira le gritó con desesperación.

"¡Tu actuación no es mala, solo que eres demasiado estúpida y demasiado viciosa! No tengo la paciencia para ver tu actuación, así que firmaré el acuerdo de divorcio ahora mismo", dijo Lewis con impaciencia. Sacó el divorcio. acuerdo que preparó de antemano y se lo arrojó a Aleira.

"No acepté firmarlo..." Aleira reprimió sus emociones y miró al hombre frente a él con una sonrisa malvada.

Lewis apretó los dientes: " Dejame ir Aleira".

Antes de que terminara su oración, Lewis fue presionado nuevamente en el sofá. Sus piernas estaban abiertas y sujetadas por sus rodillas.

Estaba completamente desnudao, por lo que Aleira estaba un poco avergonzada. Ella torció incómodamente su cuerpo pero antes de hacer un movimiento y fue inmediatamente penetrada por el hombre que se inclinó hacia adelante.

"Habrá que pagar un precio por decir tonterías..." Lewis sopló ferozmente en su oído, mordiendo su pequeño y exquisito lóbulo sin una pizca de piedad.

No mucho después, la voz desanimada de antes volvió a sonar, mezclada con el ritmo de la lluvia golpeando el cristal. Tenía un encanto indescriptible.

No fue hasta las dos de la mañana que la tensión en la habitación disminuyó.

No se sabía cuántas veces tuvieron que hacer esto antes de que los dos finalmente bajaran de la cima de la alegría absoluta.

La fuerte lluvia afuera no parecía detenerse. Aleira miró al hombre que se abrochaba la camisa y preguntó preocupado: "¿Tienes que irte de inmediato? Está lloviendo mucho en este momento, esto es en los suburbios. Las carreteras están podridas, por lo que no es seguro conducir..."

Lewis se burló, sus manos blancas sujetaron la parte superior de su camisa de abajo hacia arriba.

El hombre que tenía un talento tan diabólico hace un momento exudaba un aura de abstinencia cuando se vestía.

Lewis tenía una buena cara y un temperamento extraordinario. En este momento, era como un hermoso joven saliendo de un cómic.

Aleira no pudo evitar mirar aturdida. Después de conocerse durante tantos años, el rostro de Lewis seguía siendo extremadamente atractivo para ella. Era como una droga que la hacía más adicta a ella.

Pase lo que pase, ella no lo abandonaría hasta que él recordara quién era el, hasta que recordara que la amaba tanto.

"No te vayas, ¿de acuerdo? "Me temo que estarás en peligro. Además, tendré miedo sola..." Aleira abrazó con fuerza sus rodillas, su suave voz era como un gatito actuando coquetamente.

Lewis hizo oídos sordos y recogió la pila de acuerdos de divorcio que se habían esparcido por el suelo debido a sus intensos movimientos antes. Todavía quedaba algo de líquido sospechoso en él.

Frunció el ceño con disgusto y se lo entregó a Aleira, "Déjate de tonterías, date prisa y firma".

"¿No quieres quedarte tanto conmigo?" Aleira levantó la cabeza, tratando de ocultar las heridas en sus ojos.

Lewis giró la cabeza con impaciencia, su tono tenía un rastro de intención asesina, "¡No me juegues una mala pasada! Si realmente tuvieras hambre, basado en tu cuerpo de zorra, ¿tendrías miedo de que ningún hombre fuera a tu cama ? "

Al escuchar eso, Aleira se puso de pie y abofeteó a Lewis: "¡Qué derecho tienes de insultarme así! "De principio a fin, solo te he tenido como mi hombre..."

Lewis resopló con frialdad: "Ya he visto tu video privado con otro hombre, ¿por qué sigues fingiendo ser tan noble aquí?"

"¡Ese no soy yo! ¡Es solo alguien como yo, alguien me incriminó deliberadamente! ¡Fue Helena! ¡Ella me quitó todo! "Todavía quieres destruirme..."

Añeira lloró y abrazó la pierna de Lewis, rogándole que le creyera, pero fue expulsada.

"No me toques, cosa repugnante. Todavía estás pensando en derramar el agua sucia sobre Helena incluso en este momento. Si no fuera por el anciano que te protege, habría...

Al ver la así temblando en el suelo, Lewis hizo una pausa en su discurso y no continuó.

Tomó un bolígrafo y firmó su nombre en el acuerdo de divorcio, luego se lo entregó a Aleira con un tono frío: "Te aconsejo que te apures, de lo contrario no puedo garantizar que no te haré nada". "

Aleira de repente se rió con frialdad, luego levantó la cabeza y se rió a carcajadas. Señaló a Lewia y dijo sarcásticamente: "Jefe Harris, nunca dejare que esa mujer se convierta en la señora Harrisa menos que muera"

Lewis dio un paso adelante y agarró con fuerza el cuello de Aleira , "¡concederé tu deseo de morir!"

Aleira empujó el brazo del hombre con todas sus fuerzas y sintió que el aire en su garganta estaba casi seco. Sin embargo, todavía miraba obstinadamente a los ojos del hombre, sin querer admitir la derrota.

Lewis usó más y más fuerza. Aleira dejó de luchar lentamente y finalmente la soltó antes de que pudiera desmayarse por la falta de oxígeno.

Aleira cayó al suelo y tosió violentamente varias veces. Su cuerpo blanco y delicado estaba cubierto con rastros de las relaciones sexuales anteriores. Parecía algo lamentable.

Sin embargo, obstinadamente levantó la cabeza y miró a Lewis con sarcasmo: "No soy alguien que peudas matar fácilmente".

¡Lewis, incluso si muriera, no dejaré que te cases con esa mujer! ¡Divorcio, estás soñando!

"Mientras exista este matrimonio, si tienes una aventura con ella, ¡los demandaré a ambos en la corte!"

En este momento, un relámpago brilló, y los dos se enfrentaron desnudos. Una atmósfera peligrosa y deprimente fluyó entre los dos, después de un estallido de truenos, finalmente estalló.