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Me Gusta La Señorita Jones

Capitulo 1

A veces la vida no es la soñada

Ali Meyer

...Hace cinco años...

—No quiero ir a estudiar mañana quiero irme de viaje o algo así— proteste un poco agotado.

—No Ali. Son los parciales, debemos prepararnos— Propuso, mi mejor amigo mientras fumaba cigarro.

Yo asentí y le respondí.

—Claro, Dario, pero cómo arreglaríamos el plan de estudio.

—¿Qué tal ir a tu casa?

—No me parece buena idea...— estaba analizando posibles Respuestas —la están fumigando, hace poco se metieron las cucarachas y eso es desagradable.

—Vale no insisto más, entonces vamos después a la biblioteca.

Observo la hora de su teléfono y luego me observo.

—¿Desde cuándo?

—Desde mañana, aparte de este parcial definirá en qué clase estaremos.

—No me lo recuerdes... Ya tengo mucho que pensar.

—Bien te dejo para que pienses en la rubia de la esquina.

Él apagó a su cigarro y lo tiró en la basura.

Claro, para nada me gustaba la rubia de la esquina, solo fui amable y desde eso mi mejor amigo tiene una terrible idea en la cabeza de que ella y yo terminemos juntos.

—Adiós Ali, mándale un beso a la rubia.

—No insistas.

—No lo hare... Ya sabes no debes decirle a nadie que fumo.

—No me interesa que seas el centro del chisme de mi círculo de contactos.

Si me importaba y mucho, no me gusta el olor que desprenden los cigarros, mucho menos que él haga eso enfrente de mí, pero no quisiera perder mi porte de un adolescente admirable, mucho menos quedarme sin amigos, puesel era uno de mis pocos amigos.

—¡Adiós!

Salí de la preparatoria caminando a paso lento, no tenía ninguna intención de llegar a ese lugar llamado "Hogar".

En el camino me hubiera gustado haberme encontrado a la rubia. Ya que ella es un ser amigable y de muy buen humor. Ella siempre me ha ayudado a salir de situaciones tristes gracias a que me saca una sonrisa. La persona más real que he conocido.

Ella nunca la vería con ojos de mujer, por qué para mí es mi hermana, aunque nunca me haya dicho su nombre, ni yo el mío. Aunque en múltiples ocasiones he tenido intenciones de decirle ella me detiene y dice que es mejor el misterio, ya que eso le daba sentido a una historia, y que solo me diria su nombre hasta que yo cumpliera dieciocho años.

«Solo somos dos amigos desconocidos»

Camine por la calle observando atento cualquier rastro de ella. En ningún lado la encontré, lo triste es que ya llegué a mí "hogar" el que hace mucho me hace sentir no ser parte de ello y escapar lejos.

Entre a mi "hogar" tome un libro que me obsequio ella y a mi mente me llegaron pensamientos y estrés por los parciales.

—¡Rayos!—dije aventando un libro que decía : "Grandes pasos para ir a la universidad".

Me quedé pensando un momento mientras mi hogar se ponía en movimiento.

Este no era mi día, y más me ponía de mal humor no encontrar a la rubia en la esquina.

«No sabía que tan difícil sería hasta acostarse con los parciales»

Las cosas cada vez se vuelven más locas, mi vida ya no es la misma, desde que mi mamá murió, ese día reaccione como niño pequeño y supe que la vida no sería fácil, al menos no para mí, sin ella...

Solo tengo a mi padre, pero eso no es lo mismo, mi madre era mi sol y yo era la planta, si ella no quería vivir bien.

Y yo agradezco ser un adolescente que sabe razonar y no como los millonarios.

Ellos no les importa nada ni nadie, ellos se encargan de adquirir más riquezas, más poder, más respeto, mientras que nosotros comemos de esas migajas de avaricia. Ellos tienen la vida arreglada nosotros no... Nosotros vivimos de ellos, o al menos mi padre y yo.

Mientras ellos ganas dinero, mi padre se los quita de forma ilegal, como una rata invadiendo una casa, y de eso vivimos. porqué ni siquiera tenemos casa... Tenemos una especie de casa rodante, que lleva el nombre de un camión.

Es un gran lugar donde se almacena todo lo que se quiera llevar, de unos quince metros, aquel lado del almacenamiento esta dos camas, un armario de madera de roble esa cosa lleva hay aproximadamente desde que tuve cinco años, un TV de los años 1995, dos mesas de noche donde mi papá no deja que yo les ponga la mano, también tenemos un computador medio dañado y también es robado como casi todo lo que tenemos.

Seguía pensando y perdido en mis pensamientos hasta que el camión se detiene.

—Será mejor que te vayas a ayudar en vez de estar leyendo ese libro.— Pide papá con mirada amenazante, aunque sé que él no me haría nada.

—Si papá ya lo sé, y no tienes que repetirlo—Le respondo mientras, me levanto.

Me levanté, note que andábamos en un lugar de residencias privadas, ya que tenía una de esas puertas corredizas de niños ricos. Creo que se llama verja.

Mi papá solo me hace una seña para que lo siga.

—No te quedes... Sabes que necesitamos esto— Dice el, en voz baja.

Hago lo que me pide y allí note una gran mansión, en ella se lanzaron hacia nosotros dos hombres.

—¿Ustedes son los chacareros?— Pregunta uno de ellos —Hoy... ¿es día de recolección?

—Así es, y vinimos a llevarnos lo que ustedes no necesiten— Le responde mi padre lanzando al aire su gran don, que es mentir.

—Esperen aquí, ya volvemos.— Piden los hombres.

—Por nosotros no hay problema.— Dice mi papá, con una sonrisa.

El lugar huele a rosas cuando están húmedas, todo se ve con un aspecto particular, el hermoso jardín está adornado con más intensidad a los colores de la casa.

Una vez termine de admirar el hermoso jardín se me queda observando fijamente a mi padre.

—Hijo, te quedas aqui, necesito hacer algo— Pidió mientras se iba a un lugar.

—Bueno papá— Acepto su petición.

Mientras me quedé solo, una hermosa fragancia, nunca he olido está clase de fragancia, parece ser de una mujer.

—Hola, ¿Y tú quien eres?— Pregunto, una bella mujer.

La chica solo se le observaba al mirarla, su gran cabellera negra, sus labios de un tono rosa pastel, sus ojos grandes, negros y hacían juego con su cabellera, su piel morena, un vestido rojo que le adorna hasta la punta de las rodillas, unos tacones elegantes pero no muy altos, su gran estatura la hace irresistible para mi gusto.

—Disculpe soy un cacharrero, estoy con mi padre, y esperamos todo lo que no les sirva— Le dije, mientras que mis ojos azules no le quitaban la mirada.

—¡Bueno, con tal que no nos moleste!— Exclama ella, mientras se iba y con su cabellera me lanzaba como látigo a mi rostro, si me dolió pero sentí el aroma de su shampoo de fresas.

—¿Donde está el otro hombre?— Pregunta, el hombre que anteriormente estaba interrogando nos.

—Disculpe el necesitaba traer costales, son para recoger lo que ustedes tienen.— Le contesto con mi talento, que es actuar como un plebeyo.

—Bueno— Acepta el mientras iba a la puerta.

Esperando a mi papá, en el transcurso de la espera noto que llega entre los arbustos, mientras me pedía que lo siguiera con más señas, yo sigilosamente acepte.

Lo seguí, se había robado un gran vino de una decoración tornada color diamante, si creo que sea diamante, ya que su resplandor era hermoso.

—Subete ya— Grita mi papá —tenemos que marcharnos ahora.

Enseguida me subo al camión, mi papá se nota preocupado.

—Alto.— Piden los guardias hablando al mismo tiempo.

Mi papá, arranco el camión, mientras la puerta no se abría.

Yo en mi desesperación, tome el volante y mi papá quedó de copiloto.

Gire las llaves, y aún no podía arrancar, era de previsto que no lo lograba y varios de tantos intentos, voltee y los hombres ya iban llegando a la puerta del camión.

Entonces entre más desesperación y varios "enciende enciende enciende" por fin el camión sede ante mi y el motor se puso en marcha.

La falta de aire empezó a llegar mientras que yo asustado presione con todas mis fuerzas el pedal.

Tras este hecho los hombres tomaron un auto y empezaron también a estar en marcha.

Así que alterado gire el volante con todas mis fuerzas rezándole a Dios para qué nos sacará de estas.

En el momento menos correspondiente perdí el control.

«Choque el camión»

El camión se había estrellado contra la verja, debido a mi falta de experiencia.

Mi papá quedo inconsciente mientras los hombres abrían las puertas para sacarnos, yo solo rompí con una patada al vidrio principal, salí por ahí.

Quedé en el suelo, mientras sacaban a mi papá inconsciente, uno de los dos hombres fue por mí.

Yo empecé a escalar la puerta, parecía un primate.

Pero logré subir con éxito, me baje, mientras corría con todas mis fuerzas, no note que me estaba adentrando en el bosque.

Ya me estaba adornando, en el bosque.

Trate de ubicar el norte, el sur y demás, pero me resbale, y mi cuerpo sin voluntad propia rodó Colina abajo.

Al menos puedo nadar, el agua me inundó mi ropa, mientras que el choque con el agua.

La sensación tan extraña me dejaba inmóvil y me sentía muy mal.

Cómo paso lo mismo con el camión, yo había perdido el control hasta de mi propio cuerpo.

Entonces empezó la película de mi vida en menos de diez segundos.

Mis esperanzas, mis dientes de leche caídos y yo comiendo espagueti todo manchado de salsa de tomate y queso, también pude ver mi primer amor el cual era imposible y tan lejana a la vez. Si suena tonto, pero es alguna especie de proyección que se hace mi cabeza al ver que estoy muriendo.

Parecía ver más cosas que simplemente no quería recordar jamás, me quedé en esa película hasta que llegué tocando al fondo de lo que era un rio.

Pero fue entonces que sentí unas manos que me sostenían era alguien que me dejó fuera del agua.

«¿Acaso esto era mi salvacion o era mi perdición?»

Capitulo 2

Borrón y cuenta nueva

Ali

...Cinco años después...

Café y tener la mente en el pasado, es genial, y me pone a pensar sobre mis acciones.

Tras mi adultez me hizo dar cuenta de varias cosas, como las acciones de mi padre.

Al que me hubieran rescatado fue lo mejor que me hubiera pasado, ya que me dieron la oportunidad de hacer borrón y cuenta nueva.

Tanto así que me ayudaron a rehacer mi vida.

Mis anhelos y esfuerzos han dado frutos, en fin, estoy en camino, a mi nuevo trabajo en esta nueva ciudad, sin embargo, está llena de crímenes por resolver, y así falta un buen abogado.

Y entro yo, ya, estudie lo suficiente, es mi sueño el que he cultivado, trabaje arduamente para conseguir mis propósitos.

Hasta pase una entrevista y me llamaron a trabajar en un gran bufete de abogados, lo cual para mí es una oportunidad de oro.

Es tanta la emoción que me encuentro ya al frente del edificio.

Termino mi café emocionado y tiro el vaso reciclable a la basura.

Cuando entro al edificio lo único que percibo es el delicioso olor a canela, salvo un hombre parece que es recepcionista, pero lo demás es hermoso. 

"Piso siete, último piso"

Anuncia el aviso que está adherido a la pared, así que me dispongo a entrar al ascensor, imprimí el botón al que dirigiera a ese dicho piso.

***

Llegue a ese piso, es más elegante que el primer piso. Pero de la misma forma concentrada esa calidez y artesanía italiana.

—Hola, buenos días.— Saluda, una mujer elegante.

—Hola señorita— respondo al saludo sonriente— estoy buscando la oficina tres, entrevista a los abogados.

—Claro, está al frente de aquí— señala la mujer.

Enseguida me dirijo a la oficina, dónde un joven alto, de cabello rubio, ojos marrones y un poco de barba me observa.

—¿Y usted debe ser?— Pregunta el hombre.

—Soy el nuevo abogado penal es un gusto— Le respondo con una gran sonrisa —Ali Meyer.

—A si claro pase por favor.— Me indica el hombre.

Paso a la oficina dónde tomo asiento, puesto a qué el lugar está más bello todavía.

—La razón por la que lo llame— hizo un espacio para mirar peleó. parecía ocupado— seré directo y sin rodeos, quiero que a partir de hoy trabaje en nuestras oficinas, bienvenido.— Me dice el joven lanzando la mano para ser estrechada.

—Muchas gracias, no lo defraudaré.

Le doy un gran apretón de manos no tan duradero.

—Va a empezar en el cuarto piso, oficina seis a la derecha, llegará a usted un sobre con las cosas que necesita en una hora, pero debe esperar dentro de poco le daremos el primer caso a resolver.— Me explica el joven.

—Disculpe, ¿me puede decir su nombre? Si no es molestia.— Le pregunto al joven.

—Soy el gerente Leonardo, Pussi un placer.— Responde el.

—Bueno entonces sin más que decir me retiro.— Le menciono.

—A si pero tome, que tenga buen día.— Medice dándome un juego de llaves para la oficina.

Me voy caminando feliz ahora bien, me encargare de todos los casos que me den.

***

Una hora después

Me llegó mi primer caso, estará aquí en dos horas en cuanto, tengo que arreglar más de mis cosas como arreglar mi laptop.

—Papá te dije que llegamos temprano.

Escucho detrás de la puerta.

—No hija es justo a tiempo— Le responde el hombre.

En mi puerta llegaron dos personas, entre ella la mujer que me llevaba que se me hacía muy conocida, pero no sabía de dónde.

—Buenos días, soy Ali Meyer, abogado encargado de la sección de demandas, en qué puedo servirle— Saludo con la más buena actitud.

—Primero que todo... Ojalá sirvas de algo, conozco a gente de tu tipo que juega sucio y roba dinero. Responde ella con sarcasmo.

—Hija no seas grosera y presentarte ante el. Dice el hombre.

—Soy Bianca Jones, soy la demandada— Responde ella.

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—Perdone joven, soy Robert Jones, padre de la demanda. Menciona al hombre.

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—Soy Ali Meyer ¿Y digame cuál es la demanda? Pregunto para saber más sobre mi caso.

—¡Acoso sexual!— Menciona Bianca.

Trato de no reírme, pero se me hace difícil, ya que esa mujer es perfecta a simple vista.

—Bueno pero díganme ¿Cuál es la causa de la demanda? Le pregunto, preparado para reírme.

—Bueno, lo que pasó es que andaba en la calle con mi mejor amiga, pero se me ha atravesado en el camino un joven que Dios mío después bien, me tropecé y me caí sobre el chico, pero me demando por acoso sexual si solo era un pequeño tropiezo— ella termina de contar.

Mis esfuerzos por no reírme se hacen cada vez más grandes, pero solo en mi mirada expresa como mi cara relaja sus músculos soltando una mirada sería.

También me quería reír por esa historia sacada de un niño de primaria.

—Pues ante esto ¿Cuál es su propósito? Le pregunto para preparar el caso.

—Mire señor Ali, nuestro ideal es que ella no vaya a prisión, pero que tenga una sanción monetaria. Interviene Robert.

—Pues este caso se puede manejar en unos tres días y estará lista la defensa. Les respondo.

—Esta perfecto, entonces nos retiramos— Advierte Robert.

—Si señor, pero antes llévese mi tarjeta personal— Les digo a ellos.

Asque una tarjeta para cada uno, las cuales me las dió Leonardo la cuál la había hecho con un número del telefono otorgado por el bufete y mi nombre.

—Hasta luego señor Ali— se despide Robert.

—Adiós, que tenga un buen día— dice Bianca entre los dientes.

Ellos se fueron y me quedé solo.

Ahora no queda más que leer el caso y trabajar.

Me tomo un café caliente.

La tarde cae a Venecia, mi caso ya lo he estudiado, pero el demandante es una persona muy quisquillosa.

Tardaré mucho en hacer la defensa. Cosa interesante y estresante que estoy dispuesto a hacer con todo el amor del mundo que sea necesario para que mi trabajo luzca impecable.

Capitulo 3

La relajación se consigue, está es una de mis formas :

Bianca

Mi tarde está muy tranquila.

Excepto por la demanda que me tiene de mal humor porque no puedo llenar mi expediente con crímenes, eso no haría una buena dueña de cadenas de hoteles.

—Aurora, vamos al bar... Muero por emborrache con vino— le menciono a mi mejor amiga esperando que diga que si.

—Pues si, se puede decir que vallamos, pero tengo que irme del bar a las ocho de la noche— advierte Aurora.

—No importa por algo soy millonaria— le digo mientras me visto para la ocasión.

Observo por la ventana. La tarde se torna muy linda, parece un poco las noches del campo, pero siempre hay algo que cambia con el día.

Me observó a detalle mi vestido, el cual es casual, preparo mi bolso, pero me doy cuenta de la tarjeta de aquel abogado apuesto, de cabello castaño que decoran sus ojos azules, una considerada gran estatura, y esos labios, también tenía bien marcado el arco de cupido, lo que hacía más llamativa su cara, parece que a ese abogado lo hayan sacado de una agencia de modelaje, sobre todo esa sonrisa que la hace encantadora como las esmeraldas.

En fin, ese abogado no me convence, ya que solo es atractivo, pero no lo conozco muy bien, como para agregarlo a mi lista.

Coloco la tarjeta en mi bolso, al menos servirá para algo, como por ejemplo se me meto en un problema dejar ese problema a nombre de el.

Y ya no es momento de hablar de ese hombre... Es momento para mí.

Quería lucir bonita, excelente para los estándares de belleza.

Me preparo el rostro, me aplicó un labial color rojo que ilumina más mi cara, un poco delineado para que mis párpados, ya que todo lo resalta más con mi cabello suelto debido a mi poco maquillaje se verá más interesante mi rostro expuesto así.

Mi amiga Aurora ya está lista, ella lleva un hermoso vestido verde que le hacen juego con sus ojos verdes como los de un gato, su cabellera negra la hace ver más apuesta, sus tacones altos la hacen medir un poco más alta de lo que es, ya que yo siempre he estado más alta que ella, mis 175 cm de altura máxima.

—Oye Aurora estás Bella— la elogio.

—Valla, pues tú también. ¿A quien vas a conquistar?— pregunta ella.

—A algún noble y buen moso que se gane mi corazón— le contesté con sarcasmo.

—En serio, algo me dice que despertaron un sentimiento en ti— Me menciona con una mirada fulminante.

—Pues, solo le he echado el ojo a mi abogado, pero no importa ya que Leonardo es mi pretendiente y es el indicado— murmuro

—Esta bien, pero a mí no me engañas se te nota que no amas a Leonardo. Aparte que no puedes obligar a tu corazón a amar a alguien y no son nada— me regaña Aurora.

—Salió filósofa la niña...

—Lo digo en serio.

—Bien pero ya vamos al bar— le pido a ella con tono de desesperación.

«A mi no me engaña nadie, no amo a Leonardo, no soy feliz con el a mi lado ni menos siendo su pareja»

Pedimos un taxi, lo vamos a tomar y no hay que ser imprudente.

La ciudad se torna cada vez más oscura debido a que la noche ya la está adornando, pero los borrachos y los burdeles se están despertando.

***

El taxi se detiene cuando Aurora le indica El Fin.

Me bajo para llegar al bar, este es un bar al que con frecuencia asistimos.

Entre al bar, tan lindo como siempre, pero con ese aire moderno combinado con el patrimonio de la ciudad, lo hace único.

Tomo asiento y Aurora hace lo mismo, observo que estamos en la única mesa para dos.

—Parece que el lugar no ha cambiado nada— protesta Aurora observando a todos lados.

—Si, pero no deja de ser hermoso.

—¿Qué te hace tan alegre hoy?

—Nada en particular.

—Vamos todos tienen sus razones.

—Porque si... Ahora llama a los meseros y que traigan copas.

—Bien chica extraña.

Aurora no tardo en dar la orden y los meseros corrieron a atendernos.

Las copas empezaron a llegar y mi boca saboreaba lo dulce de la uva fermentada.

***

Después de varias copas ya mi boca sabía a nada más que vino, nada más de sabor.

—¿Quieres llegar al cielo?— pregunta Aurora con cara de picarona.

—Vale, pero espero que no sea algo que nos mandé al hospital— le advierto, con cara de seria.

—Te daré una bebida diferente y única— me dice ella con su sonrisa.

Aurora se va, después llega con unas botellas y empieza a mezclar estilo Coctel.

Aurora me da un poco, el cual yo acepto, al probarlo sabía delicioso, es una combinación de cosas deliciosas pero a la vez una de las mejores explosiones en mi boca.

—Me tengo que ir— anuncia ella, apuntando que son las ocho de la noche.

—Vale. Que te vaya bien— Me despido mientras se marcha.

Quedó sola y me prometí que me tomaría está mezcla y me iría cuando la termine.

***

Cinco horas después...

Mi mundo se torna de reversa, no tengo disponible el paso del tiempo, solo hay un camarero que me está diciendo algo que mi voluntad no sabe que hacer.

Una mujer borracha sola y sin nada de dinero, justo lo que necesite este día.

Y Da miedo salir así a la calle tan... Vulnerable.

—Señorita, ya vamos a cerrar. Avisa el mesero.

—Yo no se, pero puede llamar a alguien. Conteste mientras le doy el teléfono.

Enseguida el mesero intenta desbloquear el teléfono, el intento es un fraude el cual me pide el código de desbloqueo ya que lo necesito.

—¿Señorita cuál es el código?— Me pregunta el hombre.

Mis intentos por recordar son en vano.

—Pues no recuerdo, revisé mi bolso...— Le pido al hombre.

El hombre hace lo que le pedí y solo encuentra una tarjeta.

—La tarjeta de ojitos lindos, llame por favor...— Le digo mientras mis ojos se apagan y caigo dormida.

«Tal vez si no hubiera hecho eso nada de lo de eso hubiera sucedido»

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