hola lectoras, quiero ante todo agradecer el apoyo que me dieron con la novela "forzada a casarme con el Millonario Enfermizo" espero que con esta novela sea el apoyo al 100%
Esta historia la amaran, y se volverá tan adictiva que van a querer leer más, las lectoras que me conocen saben que doy lo mejor de mi, y saben que trabajo en otras plataformas.
Los días de actualización serán los días lunes a viernes, pero hay condiciones, así como yo publicaré, usted cómo buenas lectoras, ya que seremos un equipo, deben cumplir con su voto, regalo, comentarios, me gusta, para que así llevemos la novela a los rankings, el apoyo es fundamental, así que cuento con ustedes para entrar entre los tres mejores en los rankings.
Ustedes me apoyan, y yo las entretengo, repito, somos un equipo y debe haber empatía.
Dejen fluir la historia, la que no le agrade, evite hacer comentarios malignos, yo tambien soy ser humano, y no soy perfecta.
Así que le doy la bienvenida, pueden seguirme en instagram como : escritora palacio, donde anuncio las actualizaciones.
Esto es solo el comienzo, dare el anuncio por instagram, un abrazo desde.
Alexander Williams, Empresario Millonario, propietario de la constructora Williams, se casó con Valentina, una hermosa chica Curvy, que él cabecilla Williams acotejo para su mujeriego hijo, el anciano espero, y espero, a que su hijo tomara la decisión de sentar cabeza, pero este no lo hacía, por lo tanto, no tuvo opción que obligarlo a casarse con Valentina.
Cuando ella vio por primera vez a Alexander sus ojos se iluminaron, fue amor a primera vista, hombre super guapo, cabello castaño, alto, musculoso, ojos azules, era el hombre de sus sueños.
Pero, para Alexander, fue todo lo contrario, él es adicto a las chicas con cuerpo de modelo y cabello rubio, esas son su perdición.
Valentina, no fue para nada de su agrado, ya que tiene unos kilitos de más, pero su cuerpo está bien formado, no es que sea gorda, si no que sus grandes pechos y trasero la hacen ver talla grande.
Para Alexander fue un dolor de cabeza casarse con Valentina, la noche de bodas para ella fue un infierno, aquello que ella esperaba romántico y delicado, fue bestia. Era su primera vez, y él ni tan siquiera tuvo misericordia.
Aunque es tan frío con Valentina, ella es todo lo contrario, amable, cariñosa, atenta, detallista, ama profundamente a Alexander.
—buenas noches señora Williams— saluda la asistente de su esposo
—hola Kelly, no me anuncies por favor
—pero...
—te lo pido— hace pucheros Valentina
Kelly suspira, y asiente con la cabeza.
Valentina siente que es la noche más importante de su vida, piensa que quizás esta noticia la una más a su esposo.
Al llegar a la oficina de su esposo, se escucha una discusión.
—¿Hasta cuando?
—Lore, no grites, está noche lo haré, mira tengo ya los papeles— le muestra Alexander
—espero que estás vez sea en serio Alexander
—si lo prometo, cariño, sabes que eres la única mujer importante para mi— el corazón de Valentía bombea rápidamente, sus manos empiezan a temblar
—te amo tanto mi amor, muero por ser tu esposa y ser yo la que te espere en casa, prometo que yo si te voy hacer feliz y tendremos muchos hijos— Lore se acerca a Alexander y lo empieza a besar con demencia
—estas hermosa hoy— la halaga él, dando un leve apretón en su trasero
—toda tuya mi amor— jadea ella ante sus toques
Valentina tuvo que cubrir su boca, venía a sorprender a su esposo, pero ella fue la que se impacto, y su corazón puro, hecho añicos, jamás escucho que su esposo le dijera un te amo, estás hermosa, vamos a cenar, eres maravillosa. Nunca ha tenido un gesto de cariño hacia Valentina.
Lo peor de todo fue escuchar gemir a esa mujer, y los gruñidos placenteros de su esposo, ella retrocede del impacto, es como si quiera morir, y así no pensar, y no escuchar esos gemidos, Valentina sigue retrocediendo y sin querer tropieza, ella espera el impacto del golpe, pero unos brazos fuertes la sostienen.
—¿Estas bien?
Valentina niega con la cabeza y sin poderlo evitar romper en llanto. Ella se separaba del hombre para marcharse, pero él la tomó de la mano.
—¡No te vayas! ¿Te puedo ayudar en algo?
Ella mira una vez más a la puerta de la oficina de su esposo, y el hombre lo hace, se puede escuchar los gemidos, por lo que él logra entender un poco la situación.
—soy Felipe Gutenberg
—sácame de aquí por favor— susurra Valentina
Felipe muy caballeroso, la agarra de la mano y caminan hacia la salida, la asistente, no es que le haya agradado que Valentina sufriera, pero si que se haya dado cuenta lo que su esposo es infiel hace.
Al salir de la constructora.
—¿A dónde quieres ir?— pregunto Felipe
—yo... Quiero ir a un lugar donde pueda llorar
—¿ Te llevo a casa?
—No.— Valentina fija su mirada en él, sus ojos miel, reflejan la tristeza
—esta bien, te llevaré a un lugar.
Estando en un bar, Valentina jamás había consumido alcohol, en sus 23 años de edad, siempre ha sido una chica sana y con valores.
—deberias tomar con calma
—me siento muy triste
—no llores, tu eres hermosa
—¿Entonces por qué mi esposo no me ama?
—¡porque es un idiota!
Valentina hace silencio, al ver la hora en su reloj, sabe que su esposo ya llegó.
—creo que ni mi ausencia le importa— hablo ella por lo bajo, ya me tengo que ir, fue un placer señor...
—Gutenberg
—eso...— hablo Valentina y se colocó de pié
—yo te llevo— insistió él
—no, y lo siento... Mucho... Haberte hecho perder el tiempo, me voy
Valentina siente un leve mareo, se siente rara porque lleva 3 años haciendo lo mismo, Esperar que Alexander llegue a casa para atenderlo.
—señorita— Vocifero Gutenberg, pero Valentina se subió a un taxi y se marchó dejándolo a él con la intriga
La chica vuelve a llorar, incluso el taxista se conmovió por ella, mientras fija su mirada en la ventana del auto, recuerda el día de su boda, deseaba ver una leve sonrisa en su esposo, pero era más frió que hielo.
Al llegar a la mansión Williams, Valentina se baja del taxi y le paga, luego con el corazón vuelto mierda, mira hacia su casa, ella sonríe con amargura y se adentra a la mansión.
Lo que ella no esperaba, es que su esposo la esperaba impaciente en la sala principal.
—¿Dónde carajos estabas Valentina?
—hola querido esposo— saluda ella con una triste sonrisa, y sus ojos llorosos
Ella sigue caminando para irse a su habitación.
—¡Valentina necesito que hablemos!— grito Alexander y a ella se le salen las lágrimas, simplemente no lo puede soportar, él la oye sollozar, lo cual es extraño porque nunca la ha visto llorar
Ella se gira para mirarlo a los ojos, solo unos traguitos le sentaron.
—¿¡Qué sucede contigo!?— pregunto Alexander muy furioso por el comportamiento extraño de Valencia
—querido esposo, tu afán de que yo llegara a casa, no es porque estés preocupado por mi, porque me ames, y deseabas verme, no es porque te gusten mis atenciones, si no porque vienes decidido a pedirme el divorcio... ¿No es así?
Alexander hace un gesto de desagrado.
—por lo visto tu también lo deseas
—¿Yo?— frunce el ceño Valentina, y las lágrimas se deslizan por su mejilla, —lo que más deseo, es tener tu amor, pero tú... Ya quieres divorciarte para correr a los brazos de tu amante
—¡Perfecto! Me alegra que lo sepas, así nos evitamos una conversación estúpida
—¿Estúpida? ¡No tienes sentimientos! ¿No me llegaste al menos apreciar?— Valentina sintió como si un cuchillo se lo atravesaran en el corazón
—jamás sentí algo por ti, no eres mi tipo, eres muy intensa, me case por obligación de un heredero, ni tan siquiera me diste un hijo
—¡Solo me tocaste una maldita sola vez!— gritó ella con todas sus fuerzas, Alexander está perplejo —¡Era mi primera vez y fuiste un patán! ¿Así querías que yo tuviera un hijo tuyo?
Lo que a mí no me haces, a tu amante sí, ojalá alguna vez me hubieras hecho gemir de la forma en que se lo hacías a ella hace unas horas en tu oficina, ojalá alguna vez te hubiera escuchado jadear de placer, pero no, ¡Tu me desprecias! Y yo... También fui obligada a casarme contigo.
Alexander Williams está sorprendido.
—te quieres divorciar para irte a los brazos de esa mujer, ella te ama y tú también la ama, mientras yo... Yo... Alexander, ¿No tuviste algo de arrepentimiento? Yo que si estoy atenta de tus cosas, tu alimentación, yo que vivo más por ti que por mi, ¿A mi si no me amas?
—¡Jamás llegaría a amar a una mujer como tú! No sabes cuánto deseo poder divorciarme de ti y darle a Lore ese lugar que ella sí se merece, a Lore la amo mucho antes de conocerte, pero mi padre tuvo que ¡obligarme a casarme contigo!, a una mujer que tan solo desprecio, porque Lore era la que iba hacer mi única esposa, ¡Tu lo arruinaste todo!
Valentina sintió nuevamente el cuchillo atravesar su corazón con aquella confesión.
—no te puedes divorciar de mi, así tú quieras, no lo puedes hacer al menos que yo lo desee, así está estipulado.
—¡No pienso estar atado para toda la vida con una mujer como tú! Te sugiero que firmes el divorcio y acabamos con esta farsa
—¡No voy a firmar! No lo pienso hacer para que te vayas a los brazos de esa mujer
—¡¡Entonces haré tu vida un infierno!!
—¡Siempre lo has hecho!— pego ella un grito desgarrador
—¡Entonces dame el maldito divorcio!
Valentina empieza a llorar, y lo único que sintió, fue ese impulso de salir corriendo a su habitación.
—¡Valentina!— gruñe Alexander y corre detrás de ella, pero la chica logra encerrarse en la habitación que ambos comparten, fue una orden estricta del cabecilla, si Alexander no obedecía, no lo dejaría a cargo de la constructora —¡¡Valentina!!— toca fuertemente la puerta —¡Abre maldición!— gritó con arrogancia.
Valentina ingresa al baño, y abre la llave, deja que el agua recorra su cuerpo, mojando hasta el lindo vestido con él que ella le iba a dar la noticia, de que había estudiado de manera virtual, administración, para trabajar junto a él y así pasarán más tiempo juntos.
Está totalmente mojada.
—¿Qué hago si lo amo...? Amo a mi esposo, Dios ayúdame— súplica ella deslizándose por la fría pared de mármol —¿Qué hago?— se aferra ella a sus piernas mientras el agua sigue recorriendo su cuerpo.
Muchos pensamientos divagando por la mente de Valentina que la hacen llorar más de la desesperación.
Mientras que Alexander, está con un genio de los mil demonios, lo único que necesita es divorciarse de Valentina para irse con la mujer que él ama, pero Valentina no cede a su petición.
Al día siguiente, Valentina aún seguía durmiendo, no tenía ánimos de colocarse de pie, lo peor es que es domingo, día en que sus suegros vienen para almorzar en familia, ella siempre suele tener todo listo a tiempo, todo impecable, pero esta vez, sus suegros no ven lo que esperaban todos los domingos.
—¿Acaso no hay nadie en esta casa?— hablo en voz alta el cabecilla
—buenos días padre— saluda Alexander, aunque está enojado, sus padres no puede enterarse, de que él le está pidiendo el divorcio a Valentina
—buenos días cariño ¿Y Valentina?— pregunta su madre
—ella... Aún duerme
—¿Cómo es posible? ¿No será que viene bebé a bordo? Las mujeres suelen dormir más cuando están embarazadas— la madre de Alexander se emocionó
—no te hagas ilusiones, ella solo está cansada, iré a buscarla, por favor esperen un momento
Los padres de Alexander se miraron con extrañeza, ya que Valentina es la primera que siempre los espera para recibirlos.
Alexander toca la puerta fuertemente.
—adelante— ordena Valentina mientras se mira al espejo, él pensó que ella dormía aún, aunque despertó hace poco.
—mis padres ya llegaron— le informa él
—lo sé— respondió ella y acomoda su cabello, ya sus ojos no brillan al ver a su esposo.
Ella pasa por el lado de Alexander, pero él la agarra del brazo.
—cuidado con lo que haces— la sentencia
Valentina se suelta de su agarre, y sin decir algo más, salen de la habitación, Alexander detrás de ella, porque no le gusta para nada la actitud que tiene Valentina.
—buenos días señor y señora Williams, lamento la tardanza— saluda sonriente Valentina
—buenos días querida, me extraña no verte al entrar a casa ¿Estás bien?— pregunta la señora Williams
—Si.— miente ella, pero la señora Williams sabe que algo malo está pasando —lamento el día de hoy no recibirlos como lo merecen, por favor sigan, llamaré a un Chef para que venga hacerles un delicioso almuerzo, ya que me siento algo indispuesta
—¿Qué tienes querida?— pregunta él cabecilla
—resulta que hoy es un día importante para su hijo Alexander, un día que él estaba esperando con ansias que llegara, así que... Querido espero, deberías ser tú el que le informe la gran noticia a tus padres— Valentina pasa saliva, ella siempre a sido tan reservada, pero es que esa tracción y confesión, hirió su corazón brutalmente, y quizás es eso, la lleno de valor, porque ha soportado suficiente
—¿Cual es esa noticia hijo?— pregunta la señora Williams, todas las miradas, están fijas en Alexander
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Holaaaaaa lectoras, tarde pero lo hago, terrible los comentarios de las nuevas, lindas lean antes de iniciar y eviten los malos comentarios.
Por otro lado gracias, gracias por darle la bienvenida a esta historia, ya estamos de número 9 en votos y vamos por más, dejen muchos comentarios y me gusta en cada capítulo, las quiero muchísimo.
ME muero ¿que piensa hacer Valentina
Por otro lado, leí que mis lectoras le dieron palo y seco a una lectora incoherente, jajaja gracias amores, se que me quieren, yo también 💜
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