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Enamorándome De Ti

Nuestra Historia

Capítulo 1:

Nuestra Historia

Me casé con Antonio

cuando apenas había terminado la universidad.

Dos años antes....

Un día después de haber recibido mi diploma, mis padres me dijeron que debía casarme, pues así está destinado a ser desde antes que yo naciera y que el tiempo ya había llegado.

No entendí las palabras de papá, por lo cual le pregunté a mamá que ocurría, a lo que ella me respondió:

-“Cuando era joven tuve una amiga, ella se casó con un hombre de nuestra misma clase social al igual que yo con tu padre, nuestros hijos nacieron, primero el de ella, era un varón, un año después yo quedé embarazada de ti y decidimos que cuando ustedes fueran grandes, debían de unir sus vidas mediante el matrimonio y vivir felices por siempre.

Yo no sabía que responder, solo decidí quedarme callada mientras escuchaba la historia que mamá me contaba.

-Luego nos distanciamos, pues su esposo expandió la empresa de su familia, y perdimos comunicación. Poco después de que nos mudáramos aquí, recibí un mensaje de su parte, donde me decía que ya no le quedaba mucho tiempo y que debía partir de este mundo, no sin antes, recordarme el pacto que habíamos hecho anteriormente”

Las lágrimas empezaban a caer de los ojos de mamá, yo no sabía qué decir exactamente, papá solo la abrazaba y le daba consuelo.

Luego de una pausa, ella continuó con la historia y entendí el porque de sus razones, querían que su amistad siguiera a través de sus hijos. Pero, aun así, yo no estaba dispuesta a casarme aun, era demasiado joven y no planeaba casarme a esa edad, además, que ni siquiera conozco a mi futuro esposo, y nunca he tratado

con él obviamente. Me sentí frustrada, ¿Por qué hasta ahora me dicen esto? Solo eso quería saber, pero no me atreví a preguntar, solo Sali de ahí dejando a mis padres sumidos en sus recuerdos.

Llamé a Katiuska, mi mejor amiga y cómplice, y la invité a tomar una copa, nos dirigimos a la mejor discoteca del centro de la ciudad, y le conté todo de principio a fin.

Ella me aconsejó que pidiera conocer antes a mi futuro esposo, pero le dije que era imposible, pues en dos días debía estar en el altar junto a él y solo hasta entonces podía conocerlo.

Decidimos dejar el tema e ir a bailar, pues debía disfrutar de mis últimos días de soltería. Mientras bailábamos, sentía como me miraban por detrás, y empecé a sentirme impaciente. Cuando volteé, había un hombre frente a mí, me impacto mucho al verlo ahí, no solo por el susto de que no esperaba que estuviera justo detrás, si por sus facciones apuestas y elegantes y sus hermosos grandes ojos color avellana, parecía un dios griego, sin embargo, a mí no me llamaba la atención, pues me gusta alguien más, pero gracias al pacto que mi madre hizo con su difunta a miga eso ya no será una realidad.

Yo solo quedé ahí de píe sin saber qué hacer o como moverme.

Encuentro

Capítulo 2: Encuentro

Vio que estaba sorprendida al verlo frente a mí, al escucharlo hablar salí de mis pensamientos.

¿-Hola preciosa, me concedes este baile?

Me preguntó aquello y yo solo quería salir corriendo de ese lugar, no había ido con la intención de ligar con nadie, no eran mis planes. Rechace su propuesta educadamente, sin embargo, él siguió insistiendo hasta que por fin consiguió que yo aceptara bailar con él, hasta tomamos aquella noche, hasta que se hizo tarde.

Cuando quería irme a casa, me sentí mareada y muy pesada, no podía ni siquiera avanzar, mi amiga ya se había retirado y me había dejado con aquel tipo del cual aún no sabía como se llamaba. Este se ofreció a llevarme a casa, pero como yo estaba tan mareada, no podía ni siquiera responder a su pregunta, luego me desmayé y no supe que más pasó.

ANTONIO

Cuando llegué a la discoteca, mis amigos ya me estaban esperando y luego llegaron algunas mujeres para hacernos compañía, aceptamos gustosos, pues siempre que venimos traemos mujeres con nosotros para pasar una gran velada, tengo 23 años y estoy en lo más alto de mi carrera, además soy guapo y talentoso. Hoy vine porque solo me quedan dos días de mi soltería y quería disfrutarla con mis amigos. Mi mejor amigo Juan es abogado y acordamos tratar un asunto urgente, le pedí que hiciera un acuerdo de divorcio para mi futura esposa. No quiero estar amarrado a ella de por vida, prefiero la soltería, sin embargo, me caso porque se lo prometí a mamá, pues me contó una historia bastante conmovedora antes de morir y me pidió que cumpliera con su deseo, y como era el último, accedí sin pensarlo.

Juan me entrega el documento y lo leo para ver si esta tal cual se lo pedí, y firmo, pues, no había nada que corregir en él, solo esperar a que mi futura esposa lo lea y estar de acuerdo en esto. Nunca he tratado con ella, aunque la he visto un par de veces, no lo voy a negar, es hermosa en todo el sentido de la palabra, pero a mí no me atrae, simplemente porque aunque es hermosa y de mi misma clase social, inteligente y demás, estoy interesado en otra mujer. Además, ella nunca me ha visto y no creo, estoy seguro de que no está interesada en mí, pues, también se casa por compromiso.

Mientras tomaba una copa, vi de lejos un rostro que se me hacía muy familiar, hasta que la vi, ahí estaba ella, hermosa como siempre, acompañada de su mejor amiga (va a ser mi esposa, debo saber todo sobre ella). También observo que algunos hombres están mirando en esa dirección y puedo escuchar lo que dicen entre ellos acerca de las cosas que le harán a ella y a su amiga minutos después. Lo cual, como todo un caballero, no lo puedo permitir, porque, además de tratarse de unas damas, una de ellas, será mi esposa.

Decido que es hora que me conozca, y me acerco a ella, hasta que Emilia se voltea y queda frente a mí asustada, no sé si por mi presencia, o porque quedó cautivada con mi apuesto rostro. Me ofrecí a bailar con ella, solo para que aquellos hombres, no se les acercarán, pues viendo que estaban acompañadas, se la pensarían dos veces. Luego de un rato ella aceptó bailar conmigo y seguimos con la noche como si nada, bailábamos y tomábamos, pues éramos jóvenes. Juan se acerca a mí y me dice que se retira, pues mañana le toca atender un asunto importante, yo le digo que está bien y que por favor embarque a Katiuska en un taxi, él sorprendido pregunta quién esa, pues no se conocen, solo le digo que es la mejor amiga de mi futura esposa. Accede y se retiran.

Intento llevar a Emilia a su casa, pero ambos estamos ebrios, ella más que yo, terminamos en un hotel, y solo nos quedamos dormidos.

Al día siguiente me despierto desconcertado de lo que sucedió la noche anterior, me alegre al observar que mi ropa aún estaba en su sitio y que nada había pasado entre nosotros, no pretendía consumar mi matrimonio antes de que este llegara, pero por lo que más me sorprendí, fue comprobar que Emilia, no estaba por ningún lado.

El gran día

Capítulo 3: El gran día

Emilia

Despierto, y lo primero que veo es aquel hombre apuesto que se acercó a mí la noche anterior en la discoteca, me asusto y un temor me invade completamente al no poder recordar que sucedió anoche luego de perder el conocimiento. Me levanto asustada, solo para comprobar, que ambos tenemos nuestra ropa intacta, sin embargo, salgo huyendo de la escena del crimen, pues al día siguiente me casaría y no quería que absolutamente nadie se diera cuenta de lo que había pasado, antes de mi boda, ya había dormido con un hombre, al cual ni siquiera conozco, ni sé cómo se llama.

Llamo a Katiuska, quien responde después de algunos timbrazos y puedo escuchar en su voz el cansancio.

-¿dónde estás? Le pregunto

-En algún lugar, lejos de ti preciosa, con un hermoso hombre abrazándome ¿Y tú qué tal? ¿Cómo termino de ir tu noche con aquel galán? Seguro ya perdiste tu preciada virginidad. (jajajaajajajjaaja)

Ella ríe, se nota que está de buen humor, no me asombra que haya dormido con alguien, pues, ella ya no es virgen, aunque no se acuesta con cualquiera.

-¿Con quién estás? ¿Por qué te fuiste y me dejaste con un completo desconocido?

Ella no respondió, solo escuché la voz de un hombre a través del celular y colgó inmediatamente la llamada.

Decidí no darle más vueltas al asunto, pues gracias a Dios, y no había perdido aún mi virginidad, y menos con un desconocido. Llegué a casa y mis padres me preguntaron a donde había ido, y les conté que había salido con Katiuska y que me quedé a dormir con ella porque ya era tarde. Ellos asintieron y mamá me preguntó sobre el asunto que habíamos platicado antes, y le dije que cumpliría con su promesa, aunque para mí, fuera solo por compromiso.

El gran día llegó y ahí me encontraba yo, vestida de novia, me veía hermosa, pero no feliz, mi madre me dijo que Antonio era un buen hombre y que estaba segura, de que a su lado, no me faltaría nada, y que en realidad pensaba en que nos enamoráramos, aunque yo lo dudaba mucho. Llegó el momento de caminar hacia el altar, no veía con claridad quién estaba esperándome, solo sabía que su cara se me hacía conocida. Mientras hacía un intento por recordar donde lo había visto, ya estaba frente a él, esperando que iniciarán con el matricidio. Pude notar que él tampoco estaba feliz, quizás también se vio obligado a casarse como yo. Todo pasó tan lento que sentí que era una eternidad. Pude conocer a su padre, amigo de mis padres, intercambiamos saludos y cortesías, bailamos y permanecimos sonriendo ante todos los invitados, pues ellos no sabían el porqué de nuestro matrimonio.

De allí, salimos directo al aeropuerto, rumbo a nuestra gran luna de miel. Fuimos en su avión privado que estaba equipado con todo, no me sorprendía tanto lujo, pues yo también había crecido rodeada de mucho lujo.

Antes de que pudiera hablar con él, para romper el hielo, ya que estábamos solos, él comenzó a hablar.

-Emilia, sabes que nos casamos simplemente por compromiso con nuestros padres, y entre nosotros no hay amor, y es por eso que quiero ofrecerte un trato, que nos beneficiará a los dos.

Yo estaba impactada, pues no esperaba que nuestra primera conversación fuera sobre la situación a la cual nuestros padres nos orillaron.

-Cuéntame, ¿qué tienes en mente?

-Estaremos casados por dos años, y luego de este tiempo nos divorciaremos, claro está, si entre nosotros no surge lo que llaman "AMOR" y obviamente si no llegamos a tener hijos.

Estaba sorprendida por lo que escuchaba, pero no me sorprendía, este es un hombre de negocios, solo tenía una duda y por eso pregunté.

-Si tantos querías acabar con nuestro matrimonio tan rápido, ¿por qué entonces decidiste casarte conmigo?

-Porque antes que mi madre muriera frente a mis ojos, se lo prometí, pero no quiero reterme a algo imposible, yo ya tengo a alguien a quien amo y con quien quiero pasar el resto de mi vida.

-¿cómo estás tan seguro que no nos enamoraremos? Solo digo

-porque me gusta alguien más igual que a ti. ¿O me lo vas a negar?

Me quedé pasmada al escuchar su declaración, pero debía suponer que me investigaría, solo tenía la duda, del porqué sabía que era yo y yo no sabía que era él.

Sin más, decidí aceptar y firmé el acuerdo de divorcio, pues tampoco quería seguir con esta farsa. Luego, les diríamos a nuestros padres, que no funcionó y que nunca funcionaría. Decidimos pactar, que ninguno de nosotros se entrometería en la vida del otro y que cada quien podía ser libre, de estar con quien quisiera, pero con discreción para que nadie se diera cuenta de nuestro acuerdo.

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