Se acercaba la fiesta de fin de año y Yoana, una mujer de unos 25 años, soltera hace dos años, se alistaba para ir a la fiesta de fin de año con una de sus amigas, Maria.
Yoana se puso un vestido corto de color negro, donde exponía su figura, ella era alguien muy sencilla, no le gustaba exponerse mucho, no era de esas mujeres extravagantes y con mucho maquillaje en el rostro. El propósito de ir a la fiesta era para divertirse y sacar el estrés que llevaba por la rutina de todos los días y el trabajo. Cuando ya estaba lista pasó a buscar a su amiga para irse juntas a la fiesta.
Cuando llegaron al lugar había mucha gente, ellas buscaron un lugar para sentarse y pedir algo para tomar. Una camarera con mucha amabilidad y alegría se acercó y les dio una carta para que ellas eligieran que iban a pedir. Maria pidió una cerveza y Yoana un fernet.
Mientras esperaban se ponían al día, había mucho de que hablar y contarse. Cuando las bebidas habían llegado ellas se sonrieron una a la otra y dijeron salud, por más salidas más amiga.
La música se ponía alegre y movida, Maria arrastro a Yoana hacia la pista y ambas se empezaron a mover, la pista era de ellas, juntas bailaban, saltaban y cantaban. Yoana bailaba muy lindo, tenía una sensualidad que cautivaba miradas, ya sean de hombres o de mujeres, se veía divertida y feliz, de tanto salto y grito no se dio cuanta que alguien le estaba mirando con mucha atención, y no le quitaba la mirada.
Nicolás, había asistido a esa misma fiesta, él era un hombre de unos 30 años más o menos, soltero, no hace mucho, así que estaba en plan de encontrar a alguien para pasarla bien, hasta superar su amor.
Nicolás había puesto sus ojos sobre Yoana, él no pudo contenerse, la forma en que bailaba y se divertía, le había llamado la atención. Así que tomó la iniciativa y se acercó a ella, por la espalda y al oído con una voz muy varonil, le susurro, ¿bailamos?.
Ella sé voltio y se cruzó directamente con sus ojos, quedo facinada con el brillo de sus ojos de aquel hombre bello y alto, ella sabía que él sería su próxima victima. Así que aceptó.
- Me voy al baño, ahora vengo- Le dijo Maria a su amiga, y se fue, pero antes le guiño el ojo.
Yoana sonrió al ver a su amiga con esa picardia y complicidad. Estando ya solos se vino las interrogantes.
Nicolás- ¿Cómo te llamas?- Preguntó con su voz varonil mientras sus cuerpos se movían al ritmo de la música.
Yoana- Yoana y ¿vos?.
Nicolás- Soy Nicolás, sos muy linda- Dijo él y le regalo una sonrisa.
Los dos al son de la música en silencio bailaban juntos, sus cuerpos se estaban conociendo al ritmo de los movimientos. Ella bailaba con una sensualidad que a él le gustaba, él seguía los pasos de ella. Yoana había bebido mucho y estaba algo mareada así que solamente quería bailar, hasta que se le pase un poco el alcohol y la borrachera, qie tenia encima. Sus miradas se cruzaban con algunos movimientos y ella le sonría a él, y él le regalaba otra sonrisa. Después de un rato le preguntó si quería tomar algo. Ella dijo, -quiero agua-, Entonces él fue a buscar.
Ella se sentó a lado de su amiga mientras él buscaba el agua.
Maria- ¿Y qué tal te pareció el tipo, te lo vas a comer?- Pegandole con el hombro le decía.
Yoana- ja, ja, ja, con otri golpe en el hombro respondió, no boba, solo estamos bailando. Pero si está lindo, me encantan sus ojos verdes.
Maria- Ahí viene tus ojos verdes ja, ja,ja.
Cuando Nicolás llegó, ellas dejaron de hablar y reír, aquí está tu agua le dijo a Yoana. Gracias, dijo ella. Maria le pidió a ella que se fueran temprano, porque tenía que ir a trabajar muy temprano, ella excedió y dijo esta bien.
Yoana- Me gustaría bailar un poco más con vos, pero mi amiga trabaja muy temprano y necesita descansar algo y quiero bailar un poco más con ella- Le dijo a Nicolás algo apenada con la situación.
Nicolás- Está bien, me gusto mucho bailar con vos, ¿podemos hablar?, ¿me das tu número?.
Yoana le dio su contacto, y luego se despidieron con un beso en la mejilla. Ella se quedó con ganas de que pase algo más, pero no podía dejar sola a su amiga, habían venido juntas y juntas se volvían.
Las dos solas como aún principio se pusieron a bailar un poco más, se reían de algunas locuras que se decían, después se fueron al departamento de Maria, cuando llegaron se pusieron a hablar de lo bien que lo habían pasado y lo divertido que estaba, se pusieron ropa cómoda y se durmieron.
Después de un par de horas despertaron, Maria se fue al trabajo, ella era médica y le tocaba guardia, y Yoana se fue directo a su casa, ella trabajaba un poco más tarde. Cuando se tomó el taxi un masaje de un número extraño le llegó, el masaje decía:
-Hola soy Nicolás, anoche bailamos y me pasaste tu número, me gustaría conocerte un poco mas, me caíste bien.
Yoana con una sonrisa en su rostro contesto al mensaje.
-Hola, si también me gustaría conocerte, un día podemos quedar y hacer algo.
Nicolás - ¿Qué te gustaría hacer?
Yoana - Podemos comer algo o ir al cine.
Nicolás- Si me gusta la idea, también podemos tomar algo.
Yoana - Claro, ¿que te gusta tomar?.
Nicolás - Soy de la cerveza.
Yoana- Bueno podemos ir por unas cervezas más.
Y así de a poco se estaban conociendo, se mandaban mensajes cuando podían, ambos tenían un trabajo y otras responsabilidades. Los días pasaban y no llegaron a un acuerdo de cuando se volverían a ver. Yoana tenía un pequeño negocio de ropa, no era una mujer de dinero y tenía horarios largos de trabajo. Nicolás tenía una pequeña empresa que le traía buenos frutos económicamente. Ambos eran de diferentes clases sociales, y ambos tampoco compartían culturas y costumbres, porque ella venía de un pueblo pequeño, y él siempre había vivido en la ciudad.
Los días pasaban y pasaban, por un tiempo dejaron de hablar, ella estaba concentrada en sus cosas, y por un momento ella extrañaba a su ex. Ya había pasado tiempo desde que termino con él. Pero ella aún pensaba en él. Quería verlo una vez más, ella no tenía contacto con él desde hace mucho tiempo. Habían terminado porque él le había hecho infiel y él prefirió quedarse con la otra. A ella le encantaba hacer el amor con él, después de su ex había tenido sexo casual, pero ninguno le parecía como él, pero para olvidarlo solía tener citas, pero solo para pasar el momento, Nicolás sería alguien con quien distraerse también, lo veía como uno más en la lista.
Nicolás también estaba centrado en su trabajo, así que dejo de escribirle a ella, a ninguno le afectaba, si se seguían escribiendo o no, habían tenido poca comunicación y solo se habían visto una vez, para ambos se les complicaba tener una cita. Pero cada cual andaba en lo suyo.
Ambos no sabían nada, ni del uno ni del otro, en los últimos mensajes que habían tenido, él se mostraba cortante, y ella se puso a pensar que tal vez ya no tenía ganas de conocerla.
Quedo en verse con María, habían pasado días después de la última vez que se habían visto, quedaron para ir a tomar un café y entonces se pondrían al corriente. Cuando se vieron, con un abrazo y un beso se saludaron, ambas estaban contentas por verse. Las dos eran como hermanas, porque su amistad ya tenía más de 20 años y ambas venían del mismo lugar, así que tenían muchas cosas en común.
María- Amiga, ¿Cómo has estado?- Ella le preguntó mientras se sentaba en la silla de la cafetería.
Yoana- Bien, con mucho trabajo, pero bien, me alegra verte.
María - ¿Y que onda con el chico que conociste en el boliche?, ¿se vieron o nada?.- Con mucha curiosidad preguntó.
Yoana- No, no nos vimos, hemos hablado un poco, pero no, nos volvimos a ver, su tiempo de él no coincidía con el mío, y bueno dejamos de hablar.
María- Que lastima, se veía que se gustaban y que pasaría algo. Bueno seguro ya vas a conocer a alguien con quien logres olvidar a tu ex.
Yoana - Será difícil olvidar a mi ex, aún pienso en él, y lo extraño. Ya sabemos que fue un maldito mentiroso, pero era bueno en la cama, ja, ja, ja.
María - Ya encontrarás a alguien con quien sustituirlo, ja, ja, ja. Es más tal vez te vuelvas a enamorar.
Yoana- Por ahora no quiero enamorarme de nadie, y no tengo tiempo para eso. Solo quiero encontrar a alguien con quien tener buen sexo y nada más. Y que me dices de vos, ¿cuando tendrás un novio?.
Maria- Vos sabes que ando peor que vos sin tiempo.
Y así se la pasaron hablando de todo un poco, la tarde ya había pasado y para ambas se les hizo un poco tarde y cada una tenía que retomar su caminó. Pronto nos veremos, dijo Yoana y se despidieron.
Cuando Yoana se iba para su casa reviso su celular y ahí vio que Nicolás había subido un estado a su WhatsApp, ella entró para ver que era, él había subido un tema, el cual lo conocía, pero no sabía quién lo cantaba, así que le contestó, ¿quien lo canta?, Nicolás contestó, The Reason.
Entonces ahí nuevamente fluía la conversación, Nicolás se animó y le invitó a su casa para que ella fuera, le dijo que podrían cenar y así conocerse y pasarla bien. Ella aceptó la invitación. Habían quedado para el día siguiente, ella se veía feliz y sus ojos brillaban de emoción.
En seguida llamó a su mejor amiga Maria y le contó que había quedado con el chico de ojos verdes para verse, y que estaba feliz, pero también nerviosa. Maria le dijo que se calmara un poco y que no sea tan evidente frente a él y le deseo mucha suerte en la cita.
Al día siguiente después del trabajo ella se alistaba para el gran encuentro, no estaba decidida que usar, así que opto por algo sencillo un pantalón corto y una remera poco escotada y unas sandalias bajas, porque con las altas no podía caminar muy bien y ella prefería estar cómoda. Cuando estaba lista ella llamó el taxi para que se fuera y le mando mensaje a él para comunicarle que ya iba en camino, te espero, él respondió.
Mientras ella iba en camino se ponía cada vez más nerviosa, no sabía como sería ese encuentro o que pasaría. Ella solo quería disfrutar del momento y distraerse un poco, después de haber tenido unos días cansadores de mucho trabajo y exigencias. Solamente por un rato quería olvidarse de todo y aprovechar la oportunidad.
Estoy cerca, ella le mando un mensaje, -voy saliendo-, él contestó. Ella bajo muy nerviosa del auto, pero él no lo notó. Con un beso en la mejilla se saludaron y entraron a la casa. Su casa era muy bonita, tenía un jardín hermoso, los muebles y la pintura de la pared hacían juego con todo. Le invito a pasar al comedor, porque la cena ya estaba lista. Te ayudo en algo le dijo ella, pero él dijo que no.
Nicolás- Espero te guste la cena- Le dijo y le paso el plato.
Yoana- Se ve muy rico, ¿tú lo cocinaste?.- Tomando el plato le preguntó.
Nicolás- Si yo lo preparé, me llevo un tiempo, espero no decepcionarte.
Yoana- Está muy rico- Ella le dijo después que probó la comida.
Nicolás- Me alegra saber eso, provecho.
Yoana- Gracias.
Ambos disfrutaban de la cena que él había preparado esa noche, conversaron de muchas cosas, ella le contó un poco de su vida y de las cosas que quería hacer y lograr, también le contó que había venido desde muy lejos a la ciudad, que tenía hermanos aquí y que los extrañaba mucho y unas de las razones fue que ella se viniera para la ciudad.
Nicolás la escuchaba atentamente a cada palabra que ella le decía, algunas cosas le daba risa, pero ella seguía hablando hasta que se cayó. Entonces él empezó a contarle de su vida, de su familia, su trabajo. La hora había pasado y ellos no se habían dado cuenta. ¿Quieres tomar algo?, él le ofreció, claro, dijo ella, el saco unas cervezas que tenía en la heladera y se pusieron a tomar. Seguían hablando de muchas cosas, hasta que él se acercó a ella y de repente le dio un beso en sus labios carnosos, ella al instante se apartó. Y él le dijo ¿estás bien?, solo quiero ir al baño ella respondió. Él le señaló el baño, y ella salió corriendo para haya, cuando entró se lavó un poco la cara, había pasado meses desde la última vez que estaba con alguien y ahora estaba muy nerviosa. Tomo valor y salió, él seguía en el mismo lugar donde le había dejado, ella se sentó a su lado, lo miró al rostro y le sonrió. ¿Todo bien? Dijo él, sí, dijo ella.
Si pones algo de música, ella propuso. ¿Que te gusta escuchar?, él preguntó. Escucho de todo un poco, pone lo que a vos te guste, le dijo. Por un rato escucharon música y se pusieron a hablar de ello, hasta que él la tomó de la mano y la acariciaba mientras conversaban, ella ahora se sentía más a gusto y correspondió a las caricias, luego nuevamente él intentó besarla, ella está vez no se esquivó y entrego sus labios para sentir los besos que él le daba. Perdidos por un momento en los besos apasionados que se daban, una llama en ambos se encendió, los dos estaban fogosos, no se conformaban con solo unos besos, sus cuerpos les pedía más y más, ambos querían sentirse y entregarse a la lujuria, pero antes de eso tomaron un poco de aire.
Él dirigió su mirada a ella, y le dijo yo no quiero nada serio, me gusta estar aquí con vos, pero la verdad no me lo vayas a tomar mal, pero quiero ser sincero y por ahora no busco una relación con nadie. Ella también le miro y le dijo, tampoco no busco nada serio. Tomaron un poco más de cerveza y seguían hablando de pequeñas cosas y ocurrencias.
La noche hacía lo suyo, ambos ya estaban algo cansados, él le ofreció que si quería descansar podía ir a la habitación y ponerse cómoda, ella se le levantó de la silla algo mareada por la cerveza que habían tomado y se dirigió al cuarto.
Él antes de ir tras de ella se fue al baño. Ella se acostó en la cama, se sacó solo los zapatos. Cuando el vino apagó las luces y se acostó a su lado. Su piel sentía la suavidad de las sábanas y eso la éxito, no lo pensó mucho y empezó a tocar su piel con pequeños movimientos, a él parecía gustarle el juego, la tomó de la cabeza y la beso apasionadamente. Ella no se resistió, hacía mucho tiempo no había estado con nadie y su cuerpo anhelaba sentirse deseada.
Ambos acercaron sus cuerpos uno con el otro, se había encendido la lujuria, no dejaban de besarse y explorar sus cuerpos, el alcohol que habían tomado tenía su efecto, más la oscuridad acompañaba. Él se sacó la ropa y a ella también se lo saco, quedando desnudos los dos. Él ya no podía resistirse más, ya era demasiado tarde para detenerse, la deseaba mucho y quería sentirla, ambos se pusieron en posición cómoda y él empezó a penetrarla, ella cuando sintió que algo entraba en su cuerpo grito un poco, él tenía el miembro grande, desde hace mucho no había sentido algo así, se dejó llevar y se entregó.
Ella sentía la fuerza con que él la poseía, y eso la enloqueció, con sus labios recorrió su cuello y al odio le decía más rápido y fuerte. Él al escuchar eso, no se detuvo, fue algo más brusco con sus movimientos. Hasta que al final terminó. El sudor de su cuerpo a ella le gustaba, ambos llegaron al clímax al mismo tiempo. Después de entregarse locamente sus cuerpos estaban relajados. Ella había tenido el mejor sexo después de mucho tiempo. Él se recuperó rápido después del fogoso momento, se fue al baño, luego se acostó a su lado y se quedaron dormidos.
Yoana se despertó primero, había tenido la mejor noche de su vida, aunque después su cuerpo le pidió factura, porque tenía dolores en las piernas y en su parte íntima. Se acostó cómoda en la cama y observo como dormía él, no le había tomado mucha atención en la noche, pero ahora podía mirarlo atentamente, se dio cuenta de que su piel era muy blanca, ella acercó su brazo junto al de él sin tocarlo porque no quería despertarlo, y se dio cuenta de que eran diferentes, ella se veía más morena. Su pelo era rubio y fino, y tenía los ojos más lindos que había podido tener más cerca de los suyos, Yoana en silencio admiraba su belleza.
Mientras lo observaba ella se ponía a sonreír sola, pensaba que con él podía olvidar a su ex, de alguna manera él le recordó a su ex, por qué la manera en que se entregó a Nicolás, era la misma forma en que se entraba a su ex.
Después de los pensamientos locos que tenía, él se despertó y le dijo si quería tomar algo. Ella le dijo que no, ambos habían quedado que no tendrian nada serio, así que lo mejor era evitar vínculos, Yoana invento una excusa le dijo, que ya era un poco tarde y que quería irse porque tenía que trabajar. Él se ofreció a acercarla, pero ella no quería, le dijo que llamaría un auto. Ella se estaba cambiado cuando él le dijo, - te puedes tomar la tableta del día después, anoche no nos cuidamos y la verdad yo no quiero ser padre-. No te preocupes también en mis planes no está ser madre, así que me cuidó.
Cuando llego el auto a buscarla ella tomó su bolso y salió, él la acompaño a la puerta, se despidieron con un beso en la mejilla. Cuando se iba le mando un mensaje a él, me gusto estar con vos, espero se vuelva a repetir, que tengas un buen día. Él contestó que también lo pasó bien, y que también tenga un buen día. A ella le gustó mucho sentir su cuerpo, recordaba todo lo que pasó y estaba contenta. Ya anhelaba que se repitiera una vez más. Cuando llego a su trabajo estaba algo trasnochada, no veía la hora que el día se pasara rápido para irse a su casa y descansar.
Nicolás tenía el día libre, así que aprovecho para desayunar solo, porque Yoana no quiso desayunar con él. Se puso una ropa cómoda y pasó el día en su casa, ordenando algunas cosas y aprovecho para revisar unos documentos del trabajo.
Yoana después de un día largo de trabajo llegó a su casa muy cansada y se recostó en la cama, pero antes de eso comió algo, durante todo el día no había comido nada. Cuando estaba acostada reviso su celular no tenía ningún mensaje de Nicolás, mejor se dijo a sí misma, pero se puso a ver la foto que tenía en su perfil, es lindo se dijo así misma y se fundió en un sueño profundo.
Al día siguiente ella se fue al trabajo, cuando estaba en el trabajo pensaba mucho en él, no veía la hora de repetir lo que había pasado una noche antes. Le escribió a su amiga para contarle lo que había pasado. En ese momento Maria le llamo.
Yoana- Hola Mari.
Maria- Hola, amiga cuéntame ¿cómo te fue?, ¿que pasó?, quiero todos los detalles.
Yoana- Tranquila amiga, una pregunta a la vez, me fue muy bien, tuvimos sexo ja, ja, ja
María- ¿Te dejaste violar?.
Yoana- ja, ja,ja que mal hablada que eres, pero si, me hice violar y fue lo más lindo que me paso después de mucho tiempo.
María- Me alegro por vos.
Yoana- Amiga no quiero enamorarme de él, pero creo que ya es tardé. Solo pienso en él.
María- Y porque no te das la oportunidad, así de una vez te olvidas de Fabián.
Yoana- Amiga, él no quiere nada serio, solo quiere pasar el momento y disfrutarlo, y yo también le dije que también lo mismo quería. Así que no hay oportunidad. Me toca aprovechar mientras duré.
Maria- Que mal amiga, entonces procura no cometer un error.
Así se la pasaron hablado por un rato, hasta que ambas colgaron el celular. Era verdad, ella tenía que ser cuidadosa para que él no sé dé cuenta que ella tenía otras intenciones con él. Ante él, ella tenía que actuar fría y algo cortante. Ella se propuso a no pensar mucho en él, y para eso tenía que concentrar su mente en otras cosas. En la noche tenía una cena familiar, así que temprano término su trabajo y se fue a la casa de su cuñada para ayudarla con la comida y los arreglos, y aprovecharía a ver a sus pequeños sobrinos.
A ella le gustaba mucho disfrutar de la compañía de sus hermanos, de sus cuñadas y de sus sobrinos, cada reunión que ellos tenían siempre se divertían y la pasaban bien.
En cabio Nicolás era algo distante de su familia, sus padres eran separados, tenía dos hermanos y una hermana. Él no se llevaba bien con ninguno, con quien más confianza tenía era con su madre. Con su madre podía hablar de cualquier tema, pero él era algo reservado, no mostraba interés por nadie, solo por el mismo.
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