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La Última Gema

Prologo: Las cenizas

En un futuro distante, en el cual la civilización que conocíamos había llegado a su fin, todos los humanos se habían adaptado de forma rápida al cambio inesperado que sucedió hace varios años, pero, incluso siendo ese el caso, no pudieron obtener la fuerza para hacerle frente a la amenaza que se les presentó.

El mundo que antes se conocía ahora no es más que cenizas gracias a dicha amenaza, a esta amenaza se le llamó: Buscadores, ya que, según ellos, llegaron a la tierra en busca de una gema preciosa que se les entregó a los humanos por un ser superior cuando el cielo empezó a hablar.

De acuerdo a la información que se pudo sacar de los pocos individuos capturados de aquella especie, comenzaron a hacer esto desde hace mucho para completar una misión que se les fue encomendada, tal parece nosotros teníamos la última pieza que les faltaba.

También se pudo descubrir que la apariencia que estos llevaban no era suya, se robaban la apariencia de aquellos individuos que les parecían los indicados, ya sea por fuerza o por la determinación, esto explico por qué ningún individuo de su especie tenía rasgos iguales que los demostrará como una misma especie.

El universo era tan vasto antes de que estos tipos empezaran a destruirlo, pensar que hubiéramos podido contactar con una civilización si hubiéramos empezado unos milenios antes, pero, eso ya no importa ahora.

Cuando el cielo hablo varias especies extintas e inexistentes, junto a estas habilidades extrañas empezaron a manifestarse en cada humano, tal vez era una ayuda de aquel que nos habló o incluso de nuestro mismo planeta para intentar sobrevivir, pero, todo fue inútil, toda la humanidad fue exterminada por los Buscadores, ahora el último humano que queda está al borde de la muerte en lo que parecía ser una pelea contra el líder de esta raza, pero esto fue inútil, no fue capaz de darle un solo rasguño.

Adán: era el último humano vivo, un joven de pelo blanco con un iris gris en sus ojos llenos de determinación, era bastante musculoso y poseía grandes habilidades, no por nada fue considerado el guerrero más fuerte de la raza humana cuando aún había más humanos.

El líder de los cazadores: era una figura humanoide que había tomado en gran parte la apariencia de Adán, exceptuando algunos detalles que no fue capaz de copiar, el color de su iris era un claro ejemplo de ello.

Cuando Adán ya estaba en el suelo arrodillado sin fuerzas, el líder comenzó a hablar decepcionado —y pensar que tú eres lo mejor que puede dar la humanidad, es decepcionante, pero, incluso siendo ese el caso, eres capaz de enfrentarte a cualquiera de mis soldados y derrotarlos sin esfuerzo alguno, ante esto te propongo algo, únete a mí y sé mi mano derecha.

La mano del líder estaba frente a Adán esperando su respuesta, ante esta inesperada propuesta Adán solo dio una sonrisa llena de orgullo, le levantó el dedo y dijo —que te den.

Esto no fue para nada del agrado del líder que le propinó una patada en el estómago con toda su fuerza, la cual hizo escupir sangre a Adán —maldito, arrogante, no todos tienen la oportunidad de unirse a mí y mucho menos poder ser mi mano derecha —exclamó el líder con desprecio.

El líder acercó su cara a la de Adán, el cual tenía la expresión de no poder dar mucho más —aunque debo admitir algo, es algo irónico que el primer humano y el último se llamen Adán, tal vez yo también deba adoptar ese nombre —menciono con una risa maliciosa en su rostro.

Este activo una gran serie de recuerdos en la cabeza de Adán, todo el camino recorrido hasta lograr poder ser la persona en la que la humanidad había depositado toda su esperanza y entonces recordó algo, aquella gema que ellos decían buscar, está los humanos la debían proteger de acuerdo a aquella voz, así que, sin importar que fuera a suceder Adán lo haría, con un poco de esfuerzo saco la gema de su bolsillo, el líder pensó que rogaría por su vida, pero en un movimiento inesperado se la trago.

Esto enfureció al líder, el cual empezó a golpearlo de forma repetida en su estómago, intentando que la escupiera, pero Adán estaba determinado a no entregársela, ningún momento abrió la boca, e incluso en medio de la paliza que le daban se limpió el sudor de su frente con la palma de su mano, ante esta arrogancia el líder le sujeto su cabeza con fuerza —escupe —ordeno.

Y Adán obedeció, le dio un gran escupitajo en su cara, pero no llevaba la gema en ella, esto solo hizo que la furia del líder aumentara, el cual acercó su cara a la suya para apreciar el gesto que estaba por hacer, empezó a preparar lo que parecía un láser en su dedo y lo apunto directo a su corazón —es el fin de la raza humana.

En el momento en el que el líder disparo, Adán lanzo su último golpe, un cabezazo que dio de lleno a su objetivo, junto con este llevaba consigo una explosión de gran magnitud, el cual desintegró el cuerpo de Adán, el líder había quedado vivo, pero se llevó gran parte de su cuerpo, logrando que quedará en shock, cuando volvió en sí dio un grito desgarrador al darse cuenta de que la gema también había desaparecido.

El último humano había caído.

Adán se encontraba en una habitación blanca, no sabía dónde estaba, pero si podía estar seguro de algo, él ya estaba muerto, sin previo aviso una figura blanca con una sombra negra a su alrededor apareció —no, no, no, no, no, ¡Qué retrasado se inmola junto a la gema! Ahora por su culpa ya no se puede completar la entrada, agh… juro que lo mataría si pudiera.

Adán sintió cierta culpa al oír esto, pero sintió que no era toda su culpa en cierto sentido.

La figura luego de un rato se dio cuenta de su presencia, al verlo salto sobre él con intenciones de ahorcarlo, pero al hacerlo sus manos atravesaron todo su cuerpo por completo, a Adán esto le pareció extraño, después de todo no todos los días mueres para luego ser atravesado por una figura blanca desconocida.

La figura tras hacer esto se paró recta, se aclaró la voz y vio lo baja que era a comparación de Adán —no sé qué haces aquí, pero te diré que tragarte la última pieza de la entrada no fue muy inteligente.

A Adán se le hizo raro toda palabra que salía de la figura, pero no le quiso hacer mucho caso y solo dio una respuesta —no creo que dejársela hubiera sido una mejor idea.

La figura desesperada por su reacción tan desinteresada intento no perder el control —bien, hagamos un trato, tú moriste y no tienes otra cosa que hacer, pero yo quiero esa gema que te llevaste, puede que lleguemos aún acuerdo.

Esto llamo la atención a Adán, él que se hizo todo oídos para escuchar la propuesta que la figura quería proponer —puedes tener una segunda oportunidad, eso sí, dependerá de ti en que época volverás, ten en cuenta que solo está disponible tu vida… quizás en esta oportunidad no seas un caníbal —las últimas palabras de la figura estaban llenas de malicia.

Esto fue como una cubeta de agua fría para Adán —cállate, solo fui capaz de obtener esa habilidad, no tenía elección… —la voz de Adán se estaba quebrando al pensar en todo que había hecho.

—Si tenías una elección, podías no haber comido, pero estabas consiente que de no hacerlo no hubieras sido capaz de haber llegado hasta este momento —interrumpió la figura.

Esto no hizo otra cosa más que carcomerlo por dentro por todo lo que tuvo que comer hasta hacerse así de fuerte, la figura dio en el blanco con su debilidad y con una sonrisa vacía dijo —¿Quieres volver a intentarlo?

Adán sabía que esto era una trampa, pero sabía que sería capaz de cambiarlo todo si volvía a intentarlo otra vez, con todo su conocimiento esto sería un juego de niños, además, ya tenía en mente a qué época volver, así que con seguridad le tendió su mano.

Tal seguridad tomo desapercibido a la figura, pero sabía que esto lo haría más interesante, alguien que era capaz de desafiarlo no es algo que se ve todos los días —bien niño, veamos si eres capaz de cambiar algo —con eso, dicho la figura también le dio la mano —por cierto, si tienes planeado destruir la gema de alguna forma ya no te será posible, a la mínima intención explotarás.

Esto hizo que Adán se pusiera nervioso, pero antes de poder hacer algo cayó noqueado, cuando abrió los ojos vio a varios niños alrededor suyo —¿Crees que este bien? —menciono uno.

—Claro, solo fue un pelotazo —respondió otro.

Cuando Adán al fin se dio cuenta de su situación, susurro algo para sí mismo con una sonrisa en su rostro —todo es tan tranquilo… aunque todo esto no es más que una ilusión, haré lo que no pude en vida, en un año el cielo hablara y para cuando llegue ese momento seré capaz de darle frente a aquellos que antes me hicieron pasar un infierno.

Con eso, dicho, la historia comienza.

Capitulo 1: Antiguo hogar

Cuando Adán abrió los ojos vio uno de sus recuerdos de antaño hechos realidad, sus viejos amigos estaban parados frente a él preocupados por su estado, pues este acababa de recibir un gran golpe con una pelota gastada en toda su cara.

Adán se levantó del suelo un poco tambaleante porque aún estaba aturdido por todo lo ocurrido —hey, ¿Estás bien? —pregunto uno de sus amigos.

Adán volteó a verle la cara, se dio cuenta de que se trataba de: Sebastián, un joven de su misma edad, rubio, ojos verdes, era bastante popular con las chicas en este tiempo —sí, estoy bien, no tienen que preocuparse por nada —respondió Adán.

—Sorprendente, no pensé que aguantarías el golpe, después de todo lo tiro el grandullón —menciono otro de sus amigos.

Al buscar al dueño de la voz vio a: Ismael, un joven medio año mayor que ellos, de cabello castaño y ojos color miel, era bastante capaz en cuanto a deportes se refería, Adán solo sonrió de nueva cuenta al verlo —sí, tranquilo, solo estoy un poco aturdido, me iré hacia adentro a descansar.

Tras decir eso, Adán se marchó del campo dejando a sus amigos atrás, se fue directo al lugar donde vivía junto a ellos, un orfanato era su hogar, todos los que vivían ahí eran niños en adopción, excepto por alguno que otro que ya estaban por salir, tal y como era su caso de la misma forma el de sus amigos.

El orfanato era bastante grande y hecho con suma delicadeza: muros de ladrillos se alzaban en sus paredes, grandes pilares hechos de mármol se usaban de soporte alrededor de esta, «ahora que me doy cuenta no combinan para nada su exterior», pensó Adán llegando a su viejo hogar.

A casi todos los huérfanos les da curiosidad el saber quiénes fueron sus padres y Adán no era la excepción, pero esto lo descubrió en medio de la guerra cuando este estaba buscando información valiosa en archivos antiguos, resulta que los padres de Adán era gente rica que no se quisieron encargar de él, no había nada que se les impidiera, solo no lo querían.

Al entrar al orfanato varias encargadas le saludaron, era bastante conocido en el sitio, la principal razón fue que él sería uno de los próximos que se irían del lugar, puede que no sea la mejor razón, pero es algo.

Tras caminar por un largo pasillo llego a las habitaciones, la suya estaba en el fondo del pasillo, al entrar vio su antigua habitación, varios papeles estaban regados de aquí para allá, la mayoría eran solicitudes de empleo, en este tiempo buscaba de cualquier forma un trabajo con el cual mantenerse después de salir de ahí, pero eso no importaba ahora.

Adán recogió cierto peluche que tenía sobre su escritorio, en él estaba un papel escrito «espero que tengas más suerte en tu próxima entrevista, recuerda que siempre rezaré por ti… se me había olvidado que ella estaba aquí, creo no la volveré a ver hasta un buen rato», se mencionó.

Adán abrió un tarro que tenía varios billetes y monedas que consiguió haciendo trabajo de medio tiempo —creo que será suficiente para el primer movimiento, en unas semanas se abrirá una tienda de suma importancia para poder avanzar al inicio, en medio año se comenzaran a dar varios cambios y al final de este mismo año todo comenzara —exclamo Adán para sí mismo.

Adán levantó su colchón sacando un mapa debajo de este, era un mapa de toda la ciudad en la que habitaba y de sus alrededores, agarro un marcador y comenzó a marcar varios sitios a las afueras, «las primeras cuevas que emergerán serán peligrosas para este momento, pero si soy capaz de conseguir lo que estas resguardan será de gran ayuda, el primer lugar al que tengo que ir es en donde se resguarda la Mochila del vacío» pensó mientras colocaba números a diferentes marcas.

Tras hacer eso salió de su habitación, afuera le estaba esperándolo la hermana María, esto lo tomo por completo con la guardia baja —¿Estás bien? Tus amigos me comentaron que recibiste un pelotazo bastante fuerte, hace un rato —pregunto ansiosa y con su voz dulce.

—Claro, soy bastante más resistente de lo que crees —respondió «no puede ser, esto tiene que ser una broma, no llevo ni un día aquí y ya empecé a llamar la atención».

Sus amigos estaban en las escaleras viendo todo lo que estaba sucediendo, o al menos eso quería que creyera María, en realidad estaban ahí para verla a ella, después de todo no se podía negar que ella tenía una figura un tanto provocativa, una cara de muñeca, uno se podía perder en sus ojos azules durante horas y su gentileza no le ayudaba para nada.

Adán al saber su plan les lanzo una mirada asesina, a la cual ellos le respondieron haciendo distintos gestos ofensivos, esto solo irrito aún más a Adán, el cual no pudo evitar demostrarlo en su cara —pasa algo ¿Hay algo ahí atrás? —pregunto María volteando a ver al grupito que cambiaron sus gestos a una velocidad increíble, de los ofensivos pasaron a unos de preocupación —ya veo, ellos se preocupan por ti.

Adán estaba a punto de explotar para decirle toda la verdad, pero se lo trago, no quería hacer un problema en estos momentos y en su lugar solo le respondió de nuevo a su primera pregunta —estoy bien, no te preocupes.

María dejó salir un suspiro al oír eso —me alegro, ten más cuidado la próxima vez, no queremos que te lastimes de seriedad —exclamo intentando hacerlo sonar como un regaño, pero se notaba que se arrepentía de cada palabra que salía de su boca.

—Está bien, tendré más cuidado la próxima vez, no te preocupes tanto, puedo soportar un golpe, ahora si me disculpas, tengo algo que hacer —dijo Adán.

María se apartó de su camino dejando un pase libre —oye, Adán, antes de que te vayas, recuerda que estamos buscando a Carlitos —menciono María.

«Es verdad, varios niños desaparecieron estos días» menciono para sí mismo mientas pasaba junto con sus amigos.

—Espero que les gustara su vista —exclamo Adán de forma tosca hacia sus amigos.

—Lo valió cada segundo, siéntete agradecido, tú la tuviste frente tuya —respondió Ismael.

Adán solo hizo un gesto de desagrado y comenzó a irse, no sin antes dejarles un mensaje importante —personas como ella son las primeras en morir —este tomo a todos desprevenidos y no supieron qué contestarle.

Cuando Adán salió del orfanato fue directo al centro más concurrido de la ciudad, en ese sitio es normal que por lo menos diez personas terminen robadas a diario «el robar a los más indefensos en un buen ejemplo de la jungla» ese pensamiento resonaba en su cabeza mientras se acercaba a una joven que se había adentrado en un callejón oscuro.

La joven comenzó a sentir una amenaza acechante, así que sin previo aviso volteo hacia atrás para ver lo que parecía ser la misma muerte a los ojos, el rostro inexpresivo de Adán combinaba a la perfección con sus iris grises y cabello oscuro cuál carbón para aparentar que era alguien de temer.

El miedo inundó a la joven y cuando Adán comenzó a hablar en un tono profundo, algo hizo que todos sus sentidos saltaran —más te vale que tengas el paquete, no tengo tiempo para jugar.

La joven sacó un paquete de debajo de sus ropas, al ver esto Adán saco una bolsa con algunos billetes y monedas, ambos tiraron las cosas al otro para luego irse del lugar.

Adán oculto el paquete en su ropa antes de llegar al orfanato, nadie debía saber que estaba haciendo tratos en el bajo mundo, al llegar a su habitación, coloco el paquete en la mesa y lo abrió: varias semillas distintas se encontraban en este, una tarjeta de miembro de rango bajo.

—Las semillas durarán un mes en brotar y dar frutos, serán de gran ayuda en el futuro, pero por el momento no puedo hacer otra cosa que no sea usarlas como proteína —Adán tomo la tarjeta —para la próxima pediré mi descuento en este tipo de compras, esta tarjeta vale tanto como la vida de alguien, después de todo es la única forma de comprar en el mercado después de que todo caiga.

Adán sacó un par de macetas que ya tenía preparadas de ante mano debajo de su cama, en este sitio planto las semillas, las regó y les dio fertilizante —ojalá tuviera algún tipo de habilidad para acelerar esto, bueno, eso no importa ahora.

Tras decir eso, volvió a esconder las macetas y empezó a hacer ejercicio «es de suma importancia que logre tener la suficiente masa en mi cuerpo antes del cambio brusco que nos sucederá, debo buscar la gema antes que nadie, si alguien la encuentra antes puede que se la den a los Buscadores pensando que nos dejaran en paz, no debo dejar que eso ocurra»

Capitulo 2: Afiches

Tres días han pasado desde que Adán volvió a su infancia, estos días se ha estado acostumbrando a su viejo cuerpo, que a pesar de ser el suyo, el cambio que tuvo de esta época a ser el último humano fue de gran magnitud, así que se le hace un poco extraño el moverse con su viejo cuerpo, todos sus instintos siguen igual, pero la reacción del cuerpo es mal lenta.

A pesar de que su cultivo secreto no empezara a brotar todavía, Adán sabía que habían aceptado el lugar para empezar a crecer, así que lo único preocupante es que no la encuentre nadie.

Adán empezó a escribir de a pocos todos sus recuerdos de su vida anterior, toda la información que fue capaz de recabar y eventos de quiebre que sucedieron en una libreta para que no se le olvide nada en el momento más crucial, al final termino ocupando más de una sola libreta, le sorprendió que fue capaz de recordar la gran mayoría de eventos con sumo detalle.

Toda la planeación básica está hecha, ahora solo es cuestión de conseguir lo necesario, «necesito adaptar mi cuerpo, conseguir materiales básicos para la exploración y el único que fue capaz de seguirme los pasos en mi vida pasada, Sebastián» enlisto todo en su cabeza mientras guardaba algunas cosas en una mochila.

Tras terminar de guardar todo lo se colocó la mochila y se encaminó a salir de su habitación, afuera de esta estaban sus amigos, «la mayoría de ellos morirá luego del cambio abrupto que sucederá en la sociedad cuando el cielo hable, otros fueron una carne más para mí y muy pocos fueron capturados por los buscadores» recordaba Adán mientras veía a cada uno de sus amigos.

Adán planeaba acercarse y de alguna manera llevarse a Sebastián, pero cuando estaba cerca de ellos, la hermana María llego con su sonrisa llena de bondad —hola chicos ¿Cómo amanecieron hoy? —pregunto mientras acariciaba la cabeza de los más pequeños.

«Con ella ahí no puedo hacer nada, ella es demasiada recta, si sabe que planeo llevarme a Sebastián, se lo comentara a la madre y hay si estaré en problemas» pensó Adán mientras intentaba recordar algo de ella en su vida pasada.

—Estamos de maravilla hermana María —esas palabras salieron de la boca de todos al mismo tiempo, incluso parecía que lo habían practicado, se notaba que querían llamar su atención.

Adán pasó de ellos yendo directo hacia afuera del orfanato —oigan, ¿Qué le pasa Adán? Pareciera que es más cortante con todos —pregunto la hermana María a los chicos.

—De seguro fue el pelotazo que le dieron hace poco, de seguro se le movió su cerebro —exclamo Ismael mientras se burlaba.

—Espero que no sea eso, él me dijo que estaba bien, tal vez debería seguir insistiendo —menciono María un poco preocupada por el niño.

Sebastián se estiró un poco y empezó a irse —ya me encargo yo de averiguar qué es lo que le pasa, de seguro ustedes solo lo empeoraran —dijo mientras se marchaba.

Sebastián al cruzar la puerta empezó a pensar en todos los lugares a los que recurría, pero no fue necesario, a lo lejos se le podía apreciar sentado en la banqueta de la calle mientras ojeaba lo que parecían ser panfletos «¿Qué estará haciendo?», se preguntaba mientras se comenzaba a acercar.

«Ya veo, aún sigue teniendo esa misma amabilidad que tanto le caracterizaba en mi otra vida, lo siento Sebastián, pero me veo en la obligación de hacerte olvidar gran parte de tu amabilidad, espero que me perdones algún día» se disculpaba Adán mientras Sebastián se acercaba.

—Hey Adán, ¿Qué haces? —pregunto Sebastián intentando ver el contenido de los papeles.

Resulto que lo que tenía en la mano no eran panfletos, sino que eran afiches de búsquedas de algunos criminales, tal parece estos eran tan peligrosos que incluso daban una cuantiosa recompensa por su captura, esto lo único que hizo fue aumentar la curiosidad de Sebastián.

Adán sin dejar de ojear los afiches le respondió —oye Sebastián, te voy a hacer una pregunta ¿Qué serias capaz de hacer si alguien amenaza a tus seres queridos?

Esta pregunta tomo con la guardia baja a Sebastián, luego de pensarla de forma detenida solo dio una respuesta simple —protegerlos, claro está…

Sin dejarlo descansar, Adán pregunto de nuevo —¿Serias capaz de protegerlos, incluso si la amenaza se trata ellos? —tras decir eso Adán dejo caer ciertos afiches seleccionados.

Estos afiches tenían asesinos de niños bastante conocidos, varios de ellos aún están sin encarcelar, en algunos de ellos decía la última ubicación en la que fue visto, tal parece uno de estos está bastante cerca de ellos, Sebastián un poco preocupado intento formular una respuesta —yo…

Sin dejarlo responder, Adán lo interrumpió —la fuerza no es una opción para nosotros, somos bastante débiles, solo podríamos obedecer y esperar que no nos hagan daño, es posible que ellos lleven pistolas consigo —menciono Adán «Las pistolas aún son peligrosas en este tiempo».

Sebastián se quedó petrificado ante tales palabras que salían de su boca, no podía creer que aquel amigo tan risueño que tuvo cambiara de forma tan drástica por un solo golpe de pelota, era algo que no podía creer —¿Qué te hizo pensar eso? —pregunto intentando encontrar una respuesta clara.

Con un tono inexpresivo, Adán contesto —parece que ya se te olvido, desde hace mucho que Carlitos no está aquí ¿Qué crees que le sucedió? —tan pronto término de decirlo, la vista de Sebastián cayó en los afiches «Carlitos fue el primer asesinado de todos los niños del orfanato… creo que fue lo mejor, no me gustaría que vieran lo que les paso después».

—Si lo que dices es cierto, significaría que Carlitos ya murió y yo no creo que él esté muerto, aún sigue ahí afuera, intentando volver con nosotros —exclamo Sebastián con la voz quebrada.

Adán dejó salir un leve suspiro y dijo —digamos que tienes razón, pero eso no quita el hecho de que ellos estén ahí afuera, ¿Qué planeas hacer si alguna vez ellos llegaran a venir?

—Pues… no sé, quizás algunas trampas puedan ayudarnos —respondió con duda.

Adán se levantó de su asiento y con un semblante serio hablo —ellos están por venir, sería mejor que comenzaras a poner esas trampas si planeas ayudarlos.

Tras decir eso, Adán se marchó dejando a Sebastián paralizado ante tal declaración «¿Qué acaba de pasar?, tal vez solo fue una broma, pero… ¿Y si no lo fuera?, ¿Qué haré si ellos en realidad planean venir?», este pensamiento rondo varias veces por su cabeza.

Adán ya había llegado a su habitación y había comenzado con su rutina de ejercicio, según él era la forma más eficiente que podía hacer en ese tiempo para poder asegurarse que su cuerpo sería capaz de aguantar el que cambio brutal que se avecinaba, cuando de repente el pomo de su habitación comenzó a girar, ya sabía quién era.

Sebastián entró a la habitación con una cara llena de seriedad tras darse cuenta de lo que Adán había dicho —¿Cómo sabes que ellos vendrán?

Adán dejó de hacer ejercicio y tras secarse el sudor con una franela respondió —yo fui capaz de escucharlos el mismo día que recibí el golpe con el balón, ese día tuve que adentrarme a la ciudad y los oí por casualidad, por eso estaba revisando los afiches, para asegurarme que eran ellos —exclamo, «por más mentira que sea esta tiene algo de verdad, ellos vendrán dentro de poco»

—En ese caso deberíamos decírselo a los oficiales —añadió Sebastián.

—Sabes bien lo importantes que somos con ellos, no nos ayudaran, solo podemos confiar en nosotros mismos en estos momentos —menciono Adán.

Sebastián sabía bien la relación que el orfanato tenía con la policía, pero también sabía que no eran capaces de hacer nada para detenerlos —en ese caso ¿Qué podemos hacer?

Adán lo miro con una sonrisa de malicia y dijo —no entiendo por qué me lo preguntas mi, ni que tuviera algo planeado.

Sebastián dejó salir una sonrisa nerviosa y respondió —claro que lo tienes, no por nada has empezado a hacer tantas cosas diferentes desde ese día, ¿Me equivoco?

Adán le dio una sonrisa —quien lo diría, fuiste capaz de darte cuenta, tienes razón, tengo un plan, pero de primera mano necesitaras más cuerpo, deberás ser capaz de seguirme el paso en los ejercicios para luego empezar a mover los objetos para las trampas, ¿Serás capaz de seguirme el paso?

Sebastián al oír esto sintió cierto alivio y con egocéntrica en sus palabras respondió —pareciera, que no sabes con quién estás hablando, seguiré tu ritmo e incluso lo haré mejor que tú.

Esto hizo que Adán soltara una leve risa —si ese es el caso, comenzaremos ya, intenta seguirme.

Tras decir eso, ambos comenzaron a hacer ejercicio para ser capaces de detener lo que se cierne sobre ellos.

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