Hola a todos , se que aún no termino de escribir ninguna de mis otras historias pero que puedo hacer , tengo un poco de bloqueo en ellas , no sé cómo continuarlas y está historiae llegó de golpe al leer un poco de historia , raro no ??? , bueno espero que les guste la narrativa ya que involucra fechas históricas y un salto de tiempo a lo moderno .
...- Así que sin más ..... COMENCEMOS...
La misma muerte es mejor que una vida de vergüenza.
Beowulf
Castillo Maldebann
Highlands de Escocia
1499
Los gritos tenían que detenerse.
No podría soportarlos otro minuto más , aún sabiendo que no tenía poder para salvarlos. Su familia, su clan, su mejor amigo Arron, con quien había montado y recorrido los campos de brezos sólo el día anterior, y su madre... oh, pero su madre era otra historia; su asesinato había presagiado esa… esa… barbarie…
Él retrocedió y se maldijo por ser un pequeño Delta cobarde y sin la fuerza necesaria para poder salvarlos , si no podía salvarlos y no podía morir con ellos, por lo menos les debía el honor de guardar los eventos en su memoria. Para vengar sus muertes.
Uno a uno, si era necesario.
La venganza no devolvía a los muertos. ¿Cuántas veces había dicho su padre eso? Una vez, Daki lo había creído, había creído en él, pero había sido antes de que hubiera descubierto a su poderoso, sabio y maravilloso pa inclinado sobre el cuerpo de su madre esa mañana, su camisa ensangrentada, una daga goteante en su puño.
Daki , único hijo del Laird de Maldebann, permaneció inmóvil en el Acantilado de Wotan, mirando fijamente hacia abajo, hacia el puro precipicio sobre el pueblo de Tuluth , en el valle a centenares de metros bajo sus pies.
Se preguntó cómo podría ese día haber terminado tan horrible. El día anterior había sido estupendo, lleno de los placeres simples de un muchacho que habría un día de gobernar esas verdes Highlands al lado del amor de su vida .
Entonces, esa mañana cruel, todo se había roto, y con él su corazón. Después de descubrir a su pa inclinado sobre el cuerpo salvajemente agredido de su hermosa madre , Daki había huido hacia su santuario en los densos bosques de las Highlands, donde había pasado la mayor parte del día corriendo ferozmente, dividido entre el frenesí y el pesar de aquella grotesca escena .
Eventualmente ambas emociones habían retrocedido y lo habían dejado extrañamente insensible y sin poder creer lo que había visto .
Hacia el crepúsculo, había desandado su camino hacia el Castillo Maldebann para confrontar a su señor con sus acusaciones de asesinato, en un esfuerzo final por encontrar un sentido a lo que había presenciado, si es que había algún sentido en ello.
Pero ahora, de pie en lo alto del precipicio sobre Tuluth, el niño de catorce años comprendió que su pesadilla sólo había empezado. El Castillo Maldebann estaba bajo sitio, el pueblo envuelto en llamas, y su gente arrojada frenéticamente entre columnas de llamas y montañas de muertos.
Daki miró desvalidamente cómo un muchacho pequeño corría más allá de una choza, directamente a la espada de un McKane que esperaba. Dio un paso hacia atrás; eran sólo niños, pero los niños podrían crecer para buscar venganza, y un fanático McKane nunca dejaba semillas de odio para que enraizaran y dieran sus frutos venenosos .
Gracias a la luz del fuego que envolvía las chozas, podía ver que los McKane inexorablemente sobrepasaban en número a su gente. Los distintivos plaids verdes y grises del odiado enemigo los superaban en una docena por cada uno de los de su clan , casi como si supieran que nosotros seríamos vulnerables, pensó Daki pues más de la mitad de los del clan estaban lejos, asistiendo a una boda en el norte .
Daki lamentaba tener sólo catorce años. Aunque era alto y ancho para su edad y su subgénero , con hombros que indicaban que poseería una fuerza excepcional, sabía que no era ningún contrincante para un corpulento McKane.
Esos eran guerreros poderosamente desarrollados, con cuerpos maduros, conducidos por el odio obsesivo.
Se entrenaban incesantemente y sólo existían para saquear y matar.
Daki sería tan insignificante como un cachorro tenaz que ladrara a un oso. Él podría zambullirse en la batalla debajo, pero moriría tan sin sentido como el chiquillo de momentos antes. Si tuviera que morir esa noche, juró que lo haría haciendo algo significativo .
Sus ojos demostraban el horror que causaba en el aquella masacre , en la que uno a uno veía morir a personas que conocía , personas amables , niños risueños , madres embarazadas y padres que luchaban por su vida y la de sus seres amados .
Sentía sus pies pegados al suelo , una fuerza inexplicable que no le permitía mover ni un solo músculo y algo que le impedía cerrar sus ojos aún cuando ya no soportaba ver cómo caía cada cuerpo , de los suyos .
Berserker, el viento parecía susurrar.
Daki irguió su cabeza y escuchó de manera tenue y en un susurro esa palabra .
No sólo su mundo estaba destruyéndose: ahora oía voces. ¿Era que la intuición le fallaría antes de que ese día terrible acabara? Sabía que la leyenda de los Berserkers era simplemente eso: una leyenda.
Pide a los dioses, sisearon las ramas susurrantes de los pinos.
-Está bien- murmuró Daki. ¿No lo había estado haciendo desde que oyera el temible cuento por primera vez a la edad de nueve años? No existía nada parecido a un Berserker. Era un cuento tonto destinado a asustar a los niños traviesos para que se comportaran bien.
Ber… serk… er. Esa vez el sonido era más claro, demasiado fuerte para ser su imaginación .
Daki se volvió y contempló las piedras sólidas detrás de él.
El Acantilado de Wotan era una caída de cantos rodados y piedras singulares que lanzaban sombras sobrenaturales bajo la luna llena.
Se rumoreaba que era un lugar sagrado, donde jefes antepasados se habían encontrado para planear guerras y determinar destinos.
Era un lugar que casi podría hacer a un muchacho creer en lo demoníaco.
Él escuchó intensamente, pero el viento llevaba sólo los gritos de su gente .
Era una pena que los cuentos paganos no fueran verdad.
La leyenda contaba que los Berserkers podían moverse con tal velocidad que parecían invisibles al ojo humano hasta el momento en que atacaban.
Poseían sentidos sobrenaturales: la agudeza olfativa de un lobo, la sensibilidad auditiva de un murciélago, la fuerza de veinte hombres, la vista penetrante de un águila.
Los Berserkers habían sido hacía casi setecientos años, los más intrépidos y temidos guerreros que pisaran alguna vez Escocia.
Habían sido la élite de Odín en el ejército vikingo.
La leyenda contaba que podían asumir la forma de un lobo o un oso tan fácilmente como la forma de un hombre. Y estaban marcados por un rasgo común: unos ojos azules limpios que brillaban como carbones encendidos .
Berserker, el viento dijo dentro de un suspiro .
No existe nada parecido a un Berserker - informó Daki severamente a la noche.
No era más el muchacho tonto que había estado influenciado con la perspectiva de una fuerza insuperable ; no era más el joven que una vez había estado deseoso de ofrecer su alma inmortal por el poder absoluto y la supremacía.
Además, sus propios ojos eran profundamente castaños, y siempre lo habían sido.
La historia nunca había hablado de un Berserker de ojos castaños amielados .
LLAMAME !!!!! .
Daki retrocedió , esa última invención de su mente traumatizada había sido una orden, innegable e irresistible.
El pelo de su nuca se erizó y su piel cosquilleó.
Ni una sola vez en todos sus años de jugar a convocar a un Berserker, había sentido algo tan peculiar.
Su sangre golpeó a través de sus venas y se sintió como si se balanceara en el borde de un abismo que a la vez lo atrajera y lo repeliera.
Los gritos llenaron el valle.
Niño tras niño cayó mientras él permanecía de pie sobre la batalla, desvalido para alterar el curso de los eventos.
Él haría cualquier cosa para salvarlos: cambiar, comerciar, robar, asesinar... cualquier cosa
Las lágrimas se derramaron por su rostro al igual que las de una niña diminuta con rizos rubios que lanzaba su último suspiro.
No habría brazos de ninguna madre para ella, ningún guapo pretendiente, ninguna boda, ningún bebé... ni siquiera una preciosa respiración más de vida.
La sangre manchó el frente de su delantal, y él lo miró fijamente, magnetizado.
Su universo se estrechó en un túnel de visión en la que la floreciente sangre en el pecho de la niña se volvió un inmenso vórtice carmesí y lo succionaba hacia abajo y más abajo .......
Algo dentro de él se rompió.
Él tiró su cabeza hacia atrás y aulló, las palabras rebotando fuera de las piedras del Acantilado de Wotan
-¡Óyeme, Odín, convoco al Berserker! Yo, Daki Roderick Icarus , ofrezco mi vida... no, mi alma para la venganza.
¡Yo convoco al Berserker ! . Esas fueron las palabras dichas por un alma rota por el dolor y el odio asia esos guerreros sin sentimientos que acababan con cada vida de su clan .
La brisa moderada se hizo repentinamente violenta y azotó las hojas y la suciedad en el aire.
Daki alzó sus brazos para escudar su rostro de los pinchazos de las piedrecillas que volaban.
Las ramas, apenas contrincantes para el ventarrón feroz, se rompieron y golpearon su cuerpo como lanzas torpes expulsadas desde los árboles.
Las nubes negras cubrieron el cielo nocturno y ocultaron la luna momentáneamente.
El viento sobrenatural se lamentaba a través de los cauces de piedra en el Acantilado de Wotan, ocultando brevemente los gritos del valle debajo.
De repente la noche explotó en una llamarada de deslumbrante azul y Daki sintió en su cuerpo… el cambio
Daki soltó un gruñido gutural y desnudó sus dientes cuando sintió algo irrevocable deformarse profundamente dentro de sí.
Podía oler docenas de olores de la batalla de abajo: el olor mohoso, metálico de la sangre, el acero y el odio.
Podía escuchar los cuchicheos de los McKane acampando en el horizonte lejano.
Vio por primera vez que los guerreros parecían moverse lentamente. ¿Cómo no lo había notado antes? Sería absurdamente fácil deslizarse entre ellos y destruirlos a todos mientras estaban moviéndose como si caminaran a través de la arena húmeda.
Tan fácil de destruir.
Tan fácil . Esos eran sus pensamientos que ahora estaban invadidos de odio y dolor .
Daki sorbió inspiraciones rápidas de aire y bombeó su pecho antes de correr hacia el valle cuesta abajo.
Cuando se sumergió en la matanza, el sonido de la risa hizo eco fuera del cubo de piedra que formaba el valle.
Él sólo comprendió que estaba saliendo de sus propios labios cuando los McKane empezaron a caer bajo su espada .
Horas después, Daki se tambaleó a través de los restos ardientes de Tuluth.
Los McKane se habían ido: habían sido muertos o habían escapado.
Los campesinos sobrevivientes estaban cuidando a los heridos y caminaban en círculos anchos, cautos, alrededor del joven hijo de Roderick
-Te vi matar a tres al mismo tiempo, muchacho- susurró un anciano con ojos luminosos cuando Daki pasó a su lado .
Incluso tu pa en su primera vez no podía hacer semejante cosa. Eres el mejor Berserk1.
Daki lo miró, sobresaltado. Antes de que pudiera preguntar lo que había querido decir con ese comentario, el anciano desapareció en el humo ondulante .
-Bajaste a tres en un balanceo de tu espada, muchacho- le dijo otro hombre.
Un niño echó sus brazos alrededor de las rodillas de Darien.
-¡Me salvaste la vida, lo hiciste!- el muchacho gimoteó-. Por ti un McKane no me ha tenido para su cena. ¡Gracias! Y mi ma te lo agradece también.
Daki sonrió al muchacho, y después se volvió hacia la madre que se cruzó de brazos y no pareció ni remotamente apreciativa. Su sonrisa se marchitó.
-Yo no soy un monstruo . fue la trágica afirmación que quería ser capas de creer después de semejante cosa que había terminado haciendo .
-Yo sé lo que eres, muchacho-. Su mirada nunca dejó la suya.
Para los oídos de Daki , sus palabras eran ásperas y condenatorias .
Yo sé exactamente lo que eres y no lo que estás pensando. ¡Ahora continúa! Tu pa tiene un problema-.
La mujer apuntó con un tembloroso índice la última fila de chozas en ascuas.
Daki estrechó sus ojos contra el humo y tropezó hacia adelante.
Nunca se había sentido tan agotado en toda su vida.
Moviéndose torpemente, rodeó una de las pocas chozas que se mantenían de pie y se detuvo de un tirón ....
Su pa yacía en la tierra, cubierto de sangre, su espada abandonada a un lado en medio de la suciedad.
El pesar y el enojo rivalizaron por la supremacía en el corazón de Daki y lo dejaron extrañamente hundido.
Cuando miró fijamente a su padre, la imagen del cuerpo de su madre surgió en su mente y la última de sus ilusiones juveniles se estrelló; esa noche había nacido un guerrero extraordinario y un hombre de carne y hueso demasiado vulnerable.
-¿Por qué, pa? ¿Por qué?-. Su voz se interrumpió bruscamente. Nunca vería a su madre sonreír de nuevo, nunca la oiría cantar, nunca asistiría a su entierro porque dejaría Maldebann una vez que su pa le respondiera, para que no volcara la ira que le restaba en su propio padre. ¿Y entonces que sería de él? No sería mejor que su pa.
El padre de Daki , Ronin gimió. Despacio, abrió sus ojos rodeados de sangre y miró fijamente a su hijo. Una cinta escarlata goteó de sus labios cuando se esforzó en hablar .
-Nosotros hemos… nacido- se interrumpió, consumido por una tos profunda, terrible.
Daki agarró a su padre asiéndolo de la camisa y, sin preocuparse de la mueca dolorida de Ronin, lo agitó bruscamente , no media su fuerza ya que al aceptar ser un berserker todo en él había sufrido un cambio . Él tendría su respuesta antes de marcharse; descubriría qué locura había conducido a su pa para matar a su madre o se torturaría toda su vida con preguntas sin respuesta.
-¿Qué, pa? ¡Dilo! ¡Dime por qué!
La mirada nublada de Ronin buscó a su amado hijo Daki . Su pecho subió y cayó cuando hizo boqueadas veloces, poco profundas, de aire humeante. Con una voz baja y extraña, casi llena de compasión, él dijo:
-Hijo, nosotros no podemos evitarlo… los hombres Roderick… siempre nacemos… de esta manera , no importa que seamos alfas , Deltas , betas u Omegas siempre será de esta manera , nuestra sangre está predestinada para cumplir con nuestra misión , aunque con ello siempre quedemos a la deriva .
Daki miró fijamente a su padre, horrorizado .
¿ Qué estás tratando de decirme? ¿Piensas que puedes convencerme de que estoy loco como tú? ¡No soy como tú! No te creeré. Mientes. ¡Mientes!-. Él se levantó y retrocedió.
Ronin Roderick se forzó a apoyarse sobre sus codos y señaló con su cabeza la evidencia del salvajismo de su pequeño Daki , los restos de los guerreros McKane que habían sido destrozados literalmente en pedazos.
Hiciste eso, hijo.
¡Yo no soy un asesino cruel! - Daki examinó los cuerpos mutilados, no realmente convencido de sus propias palabras.
Es parte de… ser un Roderick. No puedes evitarlo, hijo.
¡No me llames hijo! Nunca seré de nuevo tu hijo. Y no soy parte de tu enfermedad. No soy como tú. ¡Yo nunca seré como tú ! .
Ronin se hundió de nuevo en la tierra y murmuró incoherentemente.
Daki deliberadamente cerró sus oídos al sonido.
No escucharía mucho más tiempo las mentiras de su pa.
Él le volvió la espalda e inspeccionó lo que quedaba de Tuluth.
Los campesinos sobrevivientes se agrupaban en hatajos pequeños y estaban de pie en silencio absoluto, mirándolo.
Apartando su rostro de lo que él siempre recordaría como su reprobadora contemplación, su mirada resbaló hasta las piedras oscuras del Castillo de Maldebann.
Tallado a un lado de la montaña, sobresalía sobre el pueblo.
Una vez, él no había deseado nada más que crecer y gobernar Maldebann al lado de su pa, eventualmente tomando la jefatura.
Daki había deseado siempre oír el ritmo encantador de la risa de su madre llenando los vestíbulos espaciosos, oír a su pa contestando con retumbos cuando bromeaban y hablaban , cosa que ahora no podría ser cumplida , soñaba con el día en que encontraría a su destinado quien le ayudaría a velar por su gente .
Él había soñado con resolver las preocupaciones de su gente sabiamente; casarse un día y tener hijos propios.
Sí, una vez él había creído que todas esas cosas llegarían a pasar.
Pero en menos tiempo de lo que había tomado la luna puntear el cielo sobre Tuluth, todos sus sueños, y esa última parte de él que había sido humana , se había destruido.
Llevó a Daki la mejor parte de un día arrastrar su cuerpo golpeado de nuevo al santuario de los densos bosques de las Highlands.
Nunca podría regresar a casa , ese lugar reconfortante en el que siempre al llegar lo llenaba de paz al escuchar la hermosa risa de su madre y los regaños de su padre por andar cabalgando siempre .
Su madre estaba muerta, el castillo saqueado, y los campesinos lo habían contemplado con miedo.
Las palabras de su pa lo asediaron: nosotros nacemos de esta manera… asesinos, capaces de matar incluso a aquellos que decían amar.
Era una enfermedad de la mente; Daki pensó que su padre dijo que él también, lo llevaba en su sangre .
Más sediento de lo que alguna vez se había sentido, medio se arrastró al lago anidado en un valle pequeño más allá del Acantilado de Wotan.
Se derrumbó durante un momento en la tundra elástica, y cuando no se sintió tan mareado y débil, se esforzó en beber inclinándose hacia adelante y arrastrándose sobre sus codos.
Cuando ahuecó sus manos y se agachó en el agua cristalina, sobre el claro estanque, se heló, magnetizado por su reflejo ondeando en el agua.
Unos ojos de hielo azul lo miraban fijamente .
Dalkeith-Upon-the-Sea
Highlands de Escocia
1515
Endimion hizo una pausa ante las puertas abiertas del estudio y miró fijamente la noche.
El reflejo de las estrellas manchaba el océano inquieto, como diminutas puntas de alfiler de luz que coronaban las olas.
Normalmente, encontraba reconfortante el sonido del mar que chocaba contra las piedras, pero últimamente parecía incitar en él una inquietud extraña .
Cuando reasumió su paseo impaciente, meditó sobre las posibles razones para su inquietud y no pudo hallar nada.
Había optado por permanecer en Dalkeith como capitán de guardias de Douglas cuando, hacía dos años, él y su mejor amigo, Hawk Douglas, dejaran Edimburgo y el servicio del Rey James.
Endimion adoraba a la esposa de Hawk, Adrienne, por lo menos mientras ella no estaba intentando hacer que se casara, y chocheaba con su pequeño hijo, Carthian.
Había estado, si no precisamente feliz, contento. Por lo menos hasta hacía poco. Entonces, ¿qué era lo que lo afligía ? .
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