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Los Deseos Y Pecados De Eva.

Eva se decepciona.

Mirar llover tras la ventana me da un sentimiento de nostalgia. Necesito empezar escribir un nuevo libro, pero mi cabeza tiene cero imaginación en este momento y la editorial me exige tenerlo listo para el próximo mes. - ¡Qué tipo tan odioso! Si apenas hace poco se publicó uno de mis libros y ya quiere que tenga otro. ¡Ni que fuera pan caliente hacer mi trabajo!

Para colmo mi novio nunca está conmigo cuando más necesito de él.

Mi nombre es Eva, y no me quejo demasiado pero. ¡Que pensaban mis padres cuando me llamaron así!

Si tuviera un segundo nombre lo usaría, pero para mi desgracia no lo hay.

Mañana cumplo 19 años, mudarme de Estado no ha sido fácil para mí a pesar de vivir un año ya aquí.

Mis padres me llaman de vez en cuando, no aprobaban mi carrera en literatura, pero aun así no abandone mis sueños. Vine a Londres y gracias a mi novio tengo un buen empleo, él es todo lo importante que tengo aquí, él y mi mejor amiga Chloe.

- Vamos! ¡Piensa Eva! ¡Es un día hermosamente lluvioso! Lo único que más deseo en este momento es una taza de té y una barra de pan.

Me he quejado todo el día, lo que más me molesta es suponer que Jack olvidé de nuevo mi cumpleaños.

El encierro no me ha hecho bien estos últimos días, mi amiga no responde mis llamadas y mi novio cuida todo el tiempo de sus padres.

Estaba casi por dormir, pero una llamada me levanta de mi casi sueño.

📱Te desperté? Pregunta Jack del otro lado de la línea.

📱Apenas comenzaba a dormir. ¡Acordamos que hoy vendrías a verme! Te esperé todo el día, ni una llamada ni nada. - Le reclamo molesta, siempre me hace promesas y ya comienzo a acostumbrarme a que no cumpla con su palabra.

📱Perdóname! Comenzó a llover y mi mamá, ya la conoces. ¡Son mis padres amor! No puedo dejarlos solos, están grandes y no sé cuánto tiempo los pueda disfrutar.

📱Jack! ¡Tienen cincuenta y cinco y tu papá nada más es dos años mayor que tu mamá! ¡Aún son jóvenes! Sabes que, olvida lo que dije. Contigo solamente son excusas, comienzo a cansarme.

📱Prometo que mañana no te fallaré! No te

enojes, es más, ponte lo más hermosa que puedas. Te voy a llevar a un lugar muy elegante a cenar. Para eso te llamaba, como tenía más de dos semanas sin verte estaba preparando una cena romántica para los dos. ¿Qué dices?

📱¿Estás seguro?

📱Es una promesa! A las 5 pasó por ti, ni más ni menos, lo prometo.

📱Esta bien! Mañana te espero.

Cuelgo el celular sin despedirme, me sentí molesta y algo triste. Lo quiero tanto que me molesta que no cumpla sus promesas.

Hace mucho que no me toca, era obvio que esperaba a que durmiera a mi lado esta noche.

Él ha sido el primer y único hombre con el que e estado en intimidad, los primeros meses fueron fantástico, pero últimamente no sale de casa de sus padres. Comienzo a pensar que su mamá me odia, la última vez que la visité casi no me habló y dialogaba con Jack como si yo no existiera.

Son las nueve de la mañana. Al fin tengo diecinueve, me preguntó qué planes tiene Jack para mí. Ha puesto que me dará una sorpresa por mi cumpleaños. - ¡Me siento positiva! No tengo ni una pinché idea para mi libro y aun así estamos de buenas. Me levanto gritando mientras brinco en la cama, es mi cumpleaños y merezco ser feliz.

No suelo arreglarme, pero por ser mi cumpleaños haré una excepción.

Mi mamá había empacado un vestido negro que ella misma me había comprado. Me dijo que algún día lo necesitaría, y no se equivocó. - Gracias mami!

Siempre visto holgada, incluso asisto al trabajo de la misma manera. Mi apariencia no es algo que me preocupé, ya que mis padres me heredaron un hermoso rostro y ojos verdes. Pienso que eso compensa lo demás.

Pasaban más de las cinco de la tarde y Jack ni sus luces.

Comenzaba a preocuparme, estaba retrasado con media hora, pero aun así pensaba darle otra media hora más.

Me sentía ansiosa y molesta, lo esperé dos horas y mis lágrimas habían arruinado mi maquillaje que tanto me costó hacerme.

- Por qué no respondes por una maldita vez! ¡Por qué, por qué, por qué! Comienzo a llorar de coraje y con justa razón, era mi cumpleaños y había tardado horas en ponerme bella solo para él.

Abro mi computador y mi rabia me había inspirado para escribir.

Había escrito cosas horrendas de él, de lo decepcionada y molesta que estaba. No había mucho por hacer, retoque mi maquillaje, tomé mi paraguas y salí a beber.

La lluvia estaba fuerte y era muy difícil conseguir un taxi, a un así no me detuvo para salir un rato a despejar mi mente.

Me siento en la barra del bar, no sé que pasaba por mi mente, miraba para todas partes pensando con quien hablar.

- Buscas a alguien? Me preguntó el barman, estaba contenta de menos que alguien me hablará.

- La verdad vine sola. Cumplo años y te parecerá algo estúpido, pero me alegra que me hables. ¿Te puedo preguntar algo?

- Dime!

- Que piensas hacer después del trabajo?

- Lo siento! Tengo novia.

- Perdón! ¡No era mi intención!

Me siento apenada, era la primera vez que me lanzaba a hacer este tipo de cosas. Me paro de la barra, pero el tipo me detiene.

- Espera! Me dijiste que es tu cumpleaños, tengo algo para ti si es que es lo que buscas.

Saca una tarjeta negra con un número en él. Dudaba en tomarla y decide preguntar.

- Que es?

- Un regalo de cumpleaños. Eres bonita, apuesto que cumples con el perfil. Si no lo quieres solo tira la tarjeta, pero si llamas procura estar sola.

Me intrigaba, no lo dude y solo la tomé.

Agradecí al sujeto y me fui a mi pequeño departamento.

Destapó una botella de vodka y bebo unos tragos antes de llamar. - ¿Será lo que estoy pensando? ¡Total! ¿Qué puedo perder?

Me animó y marco sin dudar.

📱Bueno? Era una mujer la que contestaba. - ¿Me puede dar su código?

📱Perdóneme, es la primera vez que marcó. Digo apenada.

📱Sabe de que trata la dinámica?

📱Si! Más o menos.

📱En ese caso le haré unas preguntas. Necesito que me digas tu edad, color de piel, altura y compostura.

Era extraño que me preguntará algo así de personal, estaba a punto de colgar, pero por una razón mi boca se movió y mis manos sudadas no colgaban.

📱hoy cumplo diecinueve, mido un metro sesenta y dos, blanca y delgada.

📱Perfecto! Te diré las reglas. Tu código es cincuenta y seis, no puedes decir tu nombre por ningún motivo. Los clientes son al azar, jamás se repiten. ¿Está claro?

📱Si! ¡Muy claro!

📱En cinco minutos te doy la dirección del motel. Una cosa más, estos hombres son muy ricos, siempre pagan bien así que pido discreción y profesionalidad.

Cuelga y mi cara comienza a ponerse como tómate.

- Que! ¡Ahora soy una cualquiera! ¡De haber sabido que era un trabajo de esos ni marcó!

Comienzo a reírme por la estupidez que pensaba hacer. Por un momento había olvidado el mal momento que me había hecho sentir Jack.

Recostada en la cama, perdida mirando el techo de mi habitación, me preguntaba quien podría solicitar un servicio así. La adrenalina hacía que me dieran cosquillas, los malos pensamientos comenzaban a pasar por mi cabeza. - No Eva! Tú no eres así. Estarías engañando al estúpido de Jack.

Mire la ubicación del lugar en mi celular, para mi sorpresa no era un motel, era un hotel muy caro y prestigioso y la curiosidad y ganas eran más que hace un momento.

- Al diablo! ¡Si no se entera no le hará daño!

Un regalo apropiado para pecar

El pasillo a la recepción se me hace demasiado largo, o podría ser que mis pasos se hacen más cortos, no lo sé.

- En que la puedo ayudar? Me pregunta el recepcionista muy amable.

- Último piso. Es todo lo que me pidieron que dijera. Estaba nerviosa, volteaba para todas partes pensando que la gente a mi alrededor me juzgaría.

- El señor Windsor la espera arriba. Tome, con esta tarjeta puede acceder a la habitación.

Tenía el acceso, subo el elevador y sentía mis piernas débiles de lo insegura que me sentía.

Comenzaba a arrepentirme. ¿Y si no me gusta? ¿Y si está viejo? ¡O que tal que la tenga muy pero muy chiquita!

Mi cabeza daba muchas vueltas mientras el elevador subía.

- Ya sé! Si no es lo que esperaba solo me iré discretamente. Si se molesta no es mi problema.

Abrí la puerta sin pensarlo dos veces, entre más rápido descubría como era, me marcharía rápido de ahí.

La habitación era muy linda y elegante para mi gusto, me encantó.

No lo veía por ningún lado al entrar, me adentré más y ahí estaba, sentado en un sofá fumando un abano.

Al encontrarlo de frente quede paralizada, parecía una bestia acechando a una presa.

Sus ojos oscuros se perdieron fijamente en mí, eso me incomodaba.

- Hola. Lo saludo para romper el incómodo silencio.

- Hola. Me responde con breve seriedad mientras apaga su abano.

- No soy lo que piensas, la verdad sigo pensando que esto es una locura. No soy prostituta ni nada por estilo, solo me dieron una tarjeta para... No paraba de hablar por lo nerviosa que estaba. Mientras yo hablaba él únicamente comenzaba a quitarse la corbata y camisa. ¡Y gooaauu! ¡Enserió es más de lo que creía! Es muy sexi. ¿Me preguntó cuantos años tendrá? Todas estas preguntas rondaban por mi mente al verlo desvestirse.

- Hablas mucho. Se acerca demasiado y comienza a tocar mi cabello. Me pone la piel eriza sentir sus manos tocando la quijada de mi cara.

- No sé cómo empezar, sería lindo que me ayudarás un poco. Le digo con timidez, casi no habla y no sé que pasa por su cabeza, me desespera.

- Eres bonita. Si no sabes yo te ayudo.

Me gira estando parada, y comienza a bajar el cierre de mi vestido. El vestido cae por si solo al dejar mis hombros, estoy expuesta ante sus ojos.

Me toma de la mano y me lleva directamente a su habitación. Al sentarme en la cama, con mucha tranquilidad desabrocha mis tacones, es muy dedicado a lo que hace. ¿No parece un mal sujeto después de todo?

Se desviste por completo y vaya sorpresa la mía. No está para nada chiquita, trago saliva y noto que sonríe, al parecer sabe que pase mi saliva.

Me recuesto por completo en la cama a la espera de que él se suba encima de mí, así es como lo aprendí con Jack, pero por alguna razón él no se sube.

- Que sucede! ¿Te arrepientes? Le preguntó al ver que se aleja, pero no, solo había tomado una venda negra. - Que piensas hacer con eso?

- Es para ti. No te asustes, solo será mientras nos divertimos.

Me la pone con cuidado y mi respiración comienza a agitarse al no ver nada.

Comienzo a sentir un cosquilleo en mi pantorrilla, no sé que intenta hacer, pero entre más sube más cosquillas siento. No puedo soportar y después unos segundos aguantando comienzo a soltar un gemido.

Comenzaba a mojarme, era una sensación distinta, jamás la había sentido, pero odiaría si parará. No sé que rayos hacía con su boca, pero me tenía con los sentidos al millón.

Sentía que algo me había pasado, estaba muy mojada y era la primera vez que pasaba. - Que me hiciste? ¿Qué rayos fue eso? ¿Y por qué estoy empapada?

- Eso fue un orgasmo y acabas de terminar. ¿Qué? ¿Me vas a decir que nunca te había pasado?

- No! ¡Es la primera vez que siento algo así! ¡Fue increíble!

No tenía idea que cara me ponía por estar vendada, pero ¡Carajo! ¡Eso fue sensacional!

No lo veía venir y sin previo aviso entro, sentí como el aire se me había ido y suelto un gemido de dolor.

Mi espalda se arqueó y mis manos se aferraban a las sábanas de la cama. ¡Enserió! No entendía por qué dolía, ya no era virgen. Podría ser porque Jack ya no intimaba conmigo. ¡¡O!! También se debía a que este tipo estuviera muy bien dotado.

Después de unos minutos dejo de doler.

Ya estaba arta de la venda y decido retirarla. Quería ver a la persona que me hacía todas estas maravillas.

Al parecer no se lo esperaba, podía ver en sus ojos una satisfacción de placer. Por unos segundos nuestras miradas se conectaron, podía notar que clavaba su mirada en mis ojos verdes y cada vez que me hacía gemir miraba mis labios.

Era muy profesional en lo que hacía, pero era una persona de pocas palabras. No me podía quejar, estaba en cielo y a la vez en el infierno, este hombre me volvía completamente loca en la cama.

Cuando terminó, yo ya había acabado como cinco veces. No sabía que mi cuerpo podía hacer eso, o que existiera algo así. El sexo ya no podría ser el mismo después de esta experiencia.

Lo vi alejarse al baño, yo deseaba pararme, pero mis piernas se sentían muy temblorosas y todos los huesos de mi ingle asta la cadera me dolían.

Fui asta el baño y sin decir ni una palabra me uní a él en la regadera. Era muy cuidadoso, había desechado el condón y el agua arrastraba los rastros de sexo que había tenido conmigo.

No se esperaba a que lo acompañará en la ducha, sentía esa mirada penetrante mientras el agua caía sobre mí.

Solo sentí su agarre y me pego a él.

- Me tengo que ir. Mi cuerpo se siente muy débil después de esto. Fue el mejor regalo de cumpleaños que recibí, gracias.

Fui amable y asta lo felicité por su empeño.

Él había salido del baño antes que yo con una sonrisa y cuando termine por cambiarme se acercó a mí.

- Ten! Te puse algo extra, ya que fue tu cumpleaños. Extiende la mano dándome un sobre.

- Que es? Mis cejas se arquean al preguntar.

- El pago por tus servicios.

Comienzo a sonreír y solo niego con la cabeza.

- Cuando llegue te dije que no era prostituta. Puedes quedártelo, la verdad tú hiciste casi todo. ¡Yo debería de pagarte! ¡Bonita noche! Ya debería irme, tengo mucho trabajo.

No encontraba mis bragas por ningún lado, solo tomé mi bolso y así mero me fui.

Al salir del hotel me di cuenta de que comenzaba amanecer. - ¡Pero cómo!

No me explicaba como el tiempo había transcurrido tan rápido. Llegué tan pronto como pude a mi departamento y me cambié para ir a la editorial.

Ya tenía la inspiración necesaria para comenzar un nuevo libro.

- Amiga! ¡Feliz cumpleaños! ¡Perdóname por no felicitarte ayer! ¡Estaba muy metida con el final de mi libro que no tuve chacé de nada! Tú sabes como es esto. ¿Me perdonas? Me decía mientras ponía sus manos en mis hombros.

- Si! ¡Te perdonó! ¡Pero solo lo haré siempre y cuando me des mi regalo! Le digo mientras sonrió.

Evelyn es mi mejor amiga, ella es madre soltera y debes en cuando yo cuido de su pequeña para que pueda tener citas.

- Y esas ojeras? ¡No me digas! ¡Escribiste toda la noche!

- Si! Algo así. No quería decir la verdad, me sentía avergonzada. Había engañado a Jack y no me parecía apropiado decir mi pecado.

Al acercarme a mi escritorio había unas rosas con una nota. Eran de Jack disculpándose.

"Perdóname, prometo compensar te, pero tuve una oportunidad de trabajo difícil de negar. Lo hice por nuestro futuro."

Ni siquiera me felicitaba por mi cumpleaños, ya era el colmo. Tome las flores y de coraje las arroje a la basura.

Me senté para trabajar, pero Evelyn se acercó deprisa a mí. - ¡Amiga mira! ¡Acaba de llegar un tipo muy guapo!

Note que todas mis compañeras de trabajo acosaban al sujeto con la mirada y me dio curiosidad de saber quién era.

Un momento incómodo.

Mis ojos no podían creerlo, ¡Era él! ¿Pero qué hacía aquí? ¡En mi trabajo! - ¡Eva! El jefe nos llamó a todos, es una junta. Me dice mi amiga sacándome de mis pensamientos.

Todos nos dirigimos a la sala de juntas. ¡Y vaya sorpresa! Quería hacerme pequeña e invisible. Estaba Jack en la junta. ¿Qué estaba haciendo él ahí? ¡Y justo a un lado del tipo con quién pase la noche!

- Como saben! La editorial cada vez es más grande. ¡Vamos a edificar y crecer en el mercado! Dice William, mi jefe, muy entusiasmado y todos le aplauden ante tal noticia. Mi mejor amigo es uno de mis socios, él hará posible todo esto. Y este otro será mi arquitecto a cargo de la construcción de la nueva editorial. ¡Si le echan ganas y me demuestran su esfuerzo serán recompensados! Le daré la oportunidad a uno de ustedes para ser el encargado de la nueva editorial. Sin más que decir. ¡A trabajar, mucha ganas y que gane el mejor!

Todos le aplauden y lo felicitan, yo solo quería salir rápido de ahí, pero la voz de William me detuvo en seco.

- Usted no señorita Eva! ¡Quédese un segundo!

No quería voltear, camino hacia atrás unos cuantos pasos, respiro hondo y doy la cara mirando únicamente a William.

- Sí, dígame. ¿Qué se le ofrece? Mi cara se veía tensa y comenzaba a sudar un poco.

- Se siente bien? Se ve un poco pálida.

- Sí, estoy bien! ¡Así me pongo a veces!

- Ya comenzó otro libro? ¿Enserió esta bien? Ahora sé puso toda roja.

Él tenía una sonrisa en su rostro, podía verla de reojo, y esos ojos, esos ojos se enfocaban en mí poniéndome más nerviosa.

- Ya tengo idealizado el contenido del libro, ahorita mismo comienzo a escribir. Por mí no se preocupe, solo quisiera comenzar a trabajar.

- Espera! No hay prisa, deja te presento. ¡Ella es una de mis mejores escritores! ¡Sus libros siempre tienen mucho éxito!

- Mucho gusto señorita Eva. Me extiende su mano, esa misma mano que hace unas horas estuvo en mi entrepierna.

- El placer es mío señor Windsor. Bienvenido a la empresa.

- Como sabes su apellido? No te lo había dicho. Dice William y Jack me mira esperando a que diré.

- Lo escuché entre mis compañeros.

- Aaaaa, con razón. Dice mi jefe.

Jack hace un estúpido comentario que ni al caso con la plática.

- Yo soy su novio! Hay un silencio incómodo y trato de ayudarlo a pesar de no merecerlo, pero mi tono de voz hizo sonar mi rechazo hacia él.

- Si! ¡Qué mundo tan pequeño! Miró a mi jefe y me despido. - Si me permiten necesito comenzar a trabajar. ¡Un gusto... Lo miro esperando a que se presente y me diga su nombre.

- Solo Windsor, llámame así. El placer es mío, señorita cincuenta y seis. Toma mi mano y la besa.

Jack estaba rojo al ver como besaba mi mano, pero eso era la menor de mis preocupaciones. Lo que me preocupa es que vean mi cara. Se veía como un tomate y podía sentir un cosquilleo en mi estómago. Se podría decir que asta ganas tenía de vomitar por tanto estrés.

- Adelante Eva, puede ir a trabajar.

Me salgo como rayo de la sala de juntas y corro asta mi lugar de trabajo.

- Cincuenta y seis? ¡Eso que fue! Pregunta William a su amigo. Él no le da una respuesta y le hace unas cuantas palabras a Jack.

- Su novia es muy bonita, debe estar orgulloso por sus logros.

- Ha! ¡Si! Algo así.

- Debería de contentarla, se veía molesta con usted.

- Si lo está, pero ya conocen como son las mujeres! Ayer la dejé plantada, pero lo hice por negocios, ella tiene que comprender. Después se contenta, si saben a lo que me refiero. Dice lo último en burla.

- No estaría tan seguro, lleva un año trabajando para mí y tiene un carácter algo difícil. Tendrá que echarle muchas ganas por dejarla plantada en su cumpleaños. Le sugiere William.

- Su cumpleaños! ¡Imposible, lo sabría si así fuera!

- Y lo sabe? Le pregunta Windsor.

- Carajo! ¡Lo olvidé! Si me disculpan necesito pensar como reconciliarme antes de que me terminen.

Sale despavorido de ahí, William y Windsor se reían de él y su metida de pata.

- Vi como la mirabas! ¿Por qué no le dijiste tu nombre? Le pregunta William

- No me parecía algo importante, no necesita saberlo. Y sí, es bonita, por eso la miraba. Tampoco es como que me importe.

William lo miraba con cara de no tener remedio, era obvio que le parecía interesante para Windsor ante los ojos de William.

Windsor se llamaba Noah, quería tener su nombre en secreto para ella.

El que Noah fuera socio de William solo fue para ayudarlo, era su mejor amigo y quería ayudarlo con su editorial. Él no carencia de dinero, toda su familia y él lo tenían a manos llenas. Eran grandes emprendedores muy adinerados.

- No me digas, olvidó tu cumpleaños! Le dice Evelyn a Eva al ver las flores en el cesto de basura. - ¡Hay amiga! ¡Abre los ojos! ¡Eres mucho para él! Yo que tú lo dejaba, pero es tu decisión, tú sabrás.

Pensaba en las palabras de Evelyn, de nuevo me había fallado y sus promesas ya no tenían valor para mí. Constantemente me desilusiona y se estaba convirtiendo rutina todos sus desplantes.

No puedo dejar de pensar que yo también le fallé, y de la forma más cruel. Reflexionar en lo que hice por alguna extraña razón me da un cosquilleo en la entre pierna.

- Dios mío, aleja esos malos pensamientos de mi cabeza! Digo en voz alta en mi escritorio.

- Yo estoy incluido en esos pensamientos? No lo había escuchado acercarse y di un pequeño brinco desde mi silla.

- Que haces aquí! ¡Aléjate, nos miran! Trato de correrlo en silencio mientras le tuerzo los ojos.

- No tomaste el dinero! Miró que toma una silla y la pone justo a un lado mío. -Te haré un cheque, no me gusta cuando rechazan mi generosidad.

- Largo! ¡Ya te dije que no soy una prostituta! Has de cuenta que jamás pasó lo de anoche, pero ya vete, mi amiga y mis compañeros son muy chismosos, no paran de vernos.

- Me iré, pero primero acepta mi dinero. Tómalo como obsequio de cumpleaños.

- No lo haré! Mire el cheque y tenía una absurda cantidad grande. - A noche solo te utilicé, no debería tomar tu dinero.

Noah se sorprende al escuchar que fue usado, arquea la ceja y la mira disgustado.

- Estás muy platicador a comparación de a noche.

- Y tu más negada a hablar. ¡Que! ¿Tienes miedo de que tu novio te descubra?

- Habla más bajo! ¡Podrían oírte! Lo que hice no tiene justificación. A un así es posible que hoy lo termine. Mientras no lo sepa es como si no hubiera hecho nada, no es como que afecte, de todas formas ya no seremos nada en unas horas.

Toma una hoja de mi escritorio, comienza a escribir unos números y pone su nombre en él.

-Este es mi número y también mi nombre. De todas formas lo ibas a saber. Espero tu mensaje. Te dejo trabajar. ¡Eva! Dice mi nombre en mi oído y una descarga de escalofríos recorre mi cuerpo.

Trato de mantener la compostura pero Evelyn había visto todo y mis nervios estaban a flor de Piel.

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