El invierno a llegado y cada vez siento que estoy más lejos de ti David, mis manos tiemblan y mi corazón duele, pero, que puedo hacer, necesito protegerte, por mi amor, por tu familia, por tu felicidad, aunque me arranque el corazón para ya no sentir este dolor, siempre respetaré tu decisión.
¿Amor?, ¿Que es realmente el amor?, no se, jamás lo había experimentado, pero, cuando vi esos ojos azules quede completamente enamorada y a tus pies. Tienes a la persona más poderosa del imperio y nunca pediste nada a cambio, solo sonreías, eso era todo para mi, podría entregar mi riqueza y mi título noble por ti, pero, ya es tarde, jamás regresarás, nunca volverás a mi.
- David.. mi David… Te amo -
- La Archiduquesa y El plebeyo -
“ Yo como siempre encantada de crear historias con papeles invertidos que lo disfruten”
[Por cierto, las novelas que borré anteriormente fue para arreglarlas y adelantar capítulos, volverán próximamente ]
Año 500 - Imperio Zafiro
- Rápido preparen todo, hoy llega la delegación de la archiduquesa -
- Obtuvimos otra victoria gracias a su alteza que fue a proteger las fronteras -
- Asi es, estoy feliz que alguien como ella proteja el imperio, a una edad temprana ya comandaba la guardia imperial -
- Debemos ir a despertar a la princesa heredera por orden de su majestad-
Los sirvientes estaban desesperados, tenían mucho trabajo por hacer ya que la archiduquesa regresaba del Este de proteger la frontera contra el reino vecino que deseaba las tierras del imperio.
Todos estaban apresurados y debían preparar a la princesa heredera para recibir a la archiduquesa pero ya estaban acostumbrados a lo que verían. Las sirvientas tocaron la puerta y se anunciaron.
- Su alteza imperial, la emperatriz nos envió a vestirla, la Archie duquesa a llegado del Este -
- Adelante - Las sirvientas entraron y ya no les sorprendía verla, la princesa heredera estaba completamente desnuda, acaba de terminar una noche realmente encantadora y ardiente con su amante, él se encontraba durmiendo plácidamente en la cama. Aunque lo que no se podía negar era el hermoso rostro y el Perfecto cuerpo de la princesa heredera, así que las sirvientas no podían evitar sonrojarse. La identidad del hombre no era desconocida pero preferían guardar silencio.
- No lo molesten, comencemos, tomaré un baño simplemente déjenlo dormir -
- Como usted ordene - Las sirvientas comenzaron a susurrar.
- ¿Ese no es..? -
- Shhh, no digas nada, recuerda que la reputación del hijo de la marquesa está en juego, después lo hablamos -
Cuando las sirvientes terminaron de vestir a la princesa heredera se retiraron, ella estaba acomodando su broche y depronto ese hombre despertó.
- Su alteza, ¿A donde va? -
- ¿Olvidas que hoy llega mi hermana? -
- ¿QUE? -
- Al parecer llegó antes de lo planeado, bueno, descansa no necesitas presentarte de todas maneras, tú madre estará ahí, sabes que te casarás conmigo de todas formas Damián, le daré tu saludo a mi hermana - La princesa heredera lo besó en la frente y salió de la habitación dejando a ese hombre completamente solo.
- Quieres decir que.. no puedes.. no puedes -
Mientras la princesa heredera recorría el palacio en dirección a la reunión con los nobles por la llegada de su hermana, estaba ansiosa pensando que expresion haría cuando anunciara la noticia delante de todos.
- En el salón imperial, lugar de la reunión de los nobles -
- Su majestad, usted debe estar realmente contenta con dos nietas realmente fuertes y hermosas -
- La archiduquesa es una mujer extraordinaria que jamás pierde una batalla, a su corta edad comando la guardia imperial, también logró destruir a los animales que aterraban las fronteras -
*- Es igual a su padre el difunto príncipe heredero -* La Emperatriz solo sonría y estaba sentada en su trono.
- Su alteza imperial, la princesa heredera Hilarie Taylor- todos se pusieron de pie para mostrar sus respetos a la princesa heredera.
- Larga vida a la emperatriz, larga vida a la luz de nuestro imperio - Hilarie hizo una reverencia.
- Levanta la cabeza mi niña y acércate - Hilarie camino hasta su asiento y todos comenzaron a murmurar. El rumor era que recientemente los nobles se habían dado cuenta que la princesa heredera estaba saliendo con el Hijo de la Duquesa Bedford, Damián Bedford, pero se rumoreaba que él era el hombre de la archiduquesa. La emperatriz escuchaba todo ya que los nobles no bajaban su tono de voz, la duquesa estaba en silencio nada más.
- Su Alteza imperial la Archiduquesa Dayanna Archer-
Todos se pusieron de pie, al ver esa hermosa mujer entrar quien se había ido por 6 meses a la frontera se quedaron boca abierta. Su rostro parecía haberse hecho más hermoso, su cuerpo más Perfecto y las medallas de batalla le daban un toque a esa mirada asesina. Ni los nobles pudieron evitar sonrojarse.
- Larga vida a la emperatriz, larga vida a la luz de nuestro imperio - La emperatriz se puso de pie y camino directo hacia ella.
- Mi niña, volviste, levántate por favor - La archiduquesa se puso de pie y la emperatriz la abrazó fuertemente y se aferró a ella.
- Mi pequeña nena - Dayanna sonrío y le correspondió el abrazo, así que susurró.
- Abuela, los nobles nos siguen viendo - La Emperatriz la soltó y comenzó a reírse, Hilarie estaba con una expresión seria, nada contenta de ver a su hermana, pero, aún así se puso de pie y camino directo hacia ella.
- Archiduquesa de Archer - Hilarie se puso frente a ella.
- Princesa heredera - El ambiente se puso tenso y los nobles estaban incómodos.
- Es bueno que regreses a casa con vida hermana - Dijo Hilarie quien le estrechó la mano y Dayanna correspondió y ambas sonrieron.
- Comencemos con el reporte dijo la emperatriz -
- El Este está a salvo por el momento, el reino de ruby está planeando volver. Capturamos al capitán y logramos sacar la información necesaria, esta victoria es temporal, pero no estoy dispuesta a tener un trato con el reino, la decisión es atacar. Regresare en dos semanas -
- Esos malditos del reino ruby que desean nuestras tierras, creen que podrían invadirnos con esa torpe princesa dirigiendo el ejército, esa princesa es tan arrogante - comenzaron a opinar los nobles.
- Su alteza, ¿como planea atacar? -
- Necesitamos evaluar la situación, por el momento nuestra guardia imperial no se retiró de la frontera por la futura amenaza. Mi regreso aquí a la capital no es para festejar la pre-Victoria es para avisar que la guerra se aproxima y debemos estar preparados - Todas las nobles estaban sorprendidas y se sentían aliviadas tenían a la archiduquesa de su lado quien era conocida como el demonio de la guerra.
- Entonces tienes mi permiso para actuar - Dijo la emperatriz.
- Gracias Su majestad - Dayanna estaba hablando con la emperatriz cuando Hilarie sonrió y tomó la palabra.
- Duqueza Bedford, me tomo el atrevimiento de estar en esta reunión para pedir la mano de su hijo -
- ¿QUE? - las nobles estaban sorprendidas no se esperaban esa propuesta. Todos saben que la duquesa Bedford siempre quiso casar a su hijo con una de las nietas de la emperatriz.
- ¿Su alteza quiere desposar a mi hijo? - La duquesa no podía creerlo.
- Asi es, perdone mi atrevimiento pero no puedo soportarlo más, quiero que su hijo sea mi esposo - Todos estaban boquiabiertos, la emperatriz no sabía que decir, las nobles estaban susurrando y sabían que esta noticia sonará por todo el imperio hasta en reinos vecinos. Pero, según el rumor se decía que el hijo de la duquesa Bedford estaba enamorado de la Archiduquesa.
- Tiene mi permiso su alteza - Hilarie sonrió y todas miradas pasaron a Dayanna, querían ver qué tipo de expresión haría ya que su hermana le robó a su amado. La emperatriz estaba furiosa por la decisión tan impulsiva de Hilarie. Pero, Dayanna estaba sin ninguna expresión y al chocar mirada con Hilarie le regaló una cálida sonrisa a su hermana.
- Al fin mi hermana mayor sienta cabeza y planea formar una familia, ya no necesitas de tus amantes así que puedes dejarlos fácilmente - Dayanna sonrío y se puso de pie al igual que la emperatriz, daban por terminada la reunión y pronto la noticia del compromiso de la princesa heredera sonaría por todo el imperio.
Dayanna Salió del palacio y comenzó a caminar, aflojó su corbata nada más y despeinó un poco su cabello. Hilarie fue arrastrada por la emperatriz hasta el salón para hablar sobre la imprudencia que cometió.
Dayanna camino hacia el jardín imperial y se detuvo frente a la fuente donde estaba el símbolo de la Paz del imperio y comenzó a observar la vista. A una distancia de ella había una persona de pie observándola, quedó flechado y fascinado por esa mujer y corrió hacia ella.
- ¡SU ALTEZA! - El hombre se abalanzó sobre ella y ella lo atrapó en sus brazos.
- Su alteza por fin regresó - el hombre colocó su cabeza en el cuello de Dayanna.
- No sabe cuánto la extrañé - Ese hombre era Damián Bedford, hijo de la duquesa Bedford, el hombre considerado como el más hermoso y Perfecto del imperio. Su piel tan delicada y su estatura alta, su cuerpo perfectamente cuidado y fornido, sus ojos dorados y su cabello castaño. Era el esposo que todo noble quería, también era el único hijo de la duquesa Bedford, la mujer más importante del imperio.
- Joven Bedford por favor suélteme - El tono de voz era frío y distante, eso puso ansioso a Damián.
- Su alteza no nos hemos visto por 6 meses, no la soltare no sabe cuánto la extrañé - El comenzó a retorcerse y comenzó a rosar sus labios en el cuello de esa mujer.
- Damián no lo dire dos veces, suéltame por favor - ella lo tuvo que empujar porque seguía aferrado a ella.
- ¿Porque es tan fría conmigo, acaso hice algo mal?- un rostro hermoso, delicado como una flor, parecía que era frágil cuando lloraba y esa era su mejor carta, la mejor manera de Seducir de Damián era su rostro lloroso.
- No es apropiado abrazar de esa manera a tu cuñada- Damián se quedó en shock, ahí se dio cuenta que lo que quiso decir la princesa heredera en la mañana es que lo reclamaría como suyo.
- Su alteza déjeme explicarle por favor yo… no es lo que usted cree, la princesa heredera se me propuso pero la rechacé se lo prometo yo…. - Dayanna se acercó a Damián y susurró en su oído.
- hueles a mi hermana y eso me da asco - Dayanna siguió su camino y Damián se quedó ahí de pie temblando, jamás pensó que meterse con la princesa heredera pudiera alejarlo de la archiduquesa.
- Maldición si Hilarie dijo algo de nosotros como podré intentar seducir a Dayanna, no, Dayanna no puedo perderte yo te quiero a ti -
Dayanna siguió su camino sin decir nada más, realmente a ella no le importaba en lo absoluto Damián, jamás estuvo enamorada ni interesada en el, todo fue un plan para deshacerse de la loca de su hermana.
- Mi niña - Dayanna al reconocer la voz giró y vio a ese hombre viéndola con ojos llorando.
- ¡ABUELO! - Dayanna corrió y el la abrazó fuertemente.
- Mi niña regresaste bien, regresaste sana, mi bebita hermosa -
- te extrañe todos los días abuelo, extrañaba tanto tu comida -
- Si tu abuela escucha eso se pondrá furiosa - Ambos estaban riendo, él era Edward dé Augustos, el Consorte real del imperio, el hombre más fuerte y poderoso en la historia del imperio, también considerado como la madre del pueblo quien siempre a cuidado de los plebeyos. En su juventud era considerado el hombre más hermoso, su rostro atractivo y sexy, a pesar de ser hijo de un barón y su nivel económico era bajo, llamó la atención de todos los nobles y de la emperatriz en sus momentos de princesa heredera.
- Escuchaste lo de Hilarie -
- Asi es cariño, tú abuela la llevaba jalándola de las orejas, iba a preguntar pero la vi furiosa y tú sabes que cuando tu abuela está furiosa debemos sacarle la vuelta -
- Muy cierto -
- Me guiño el ojo así que más tarde hablaré con ella -
- Mi abuela siempre será seductora no importa cuantos años pase - ambos comenzaron a reír.
- ¿Te duele cariño que propuso la mano de Damián?-
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