Abril, punto de vista...
Hoy fue mi cumpleaños. Me estaba preparando para salir al patio trasero, donde mi padre y mi madre habían preparado una fiesta para mi hermana gemela Adriana y para mí, hoy también anunciaré mi compromiso con mi prometido.
Antes de llegar al patio pasé por el cuarto de mi hermana menor. Podía escuchar algunos gemidos. Fue algo que me dejo sorprendida, ya que tenia entendido que mi hermana no tenia novio.
Lentamente, abrí la puerta de su habitación y con pasos lentos y suaves; Entré en la habitación.
Ahí estaba mi hermana, teniendo sexo con el hombre al que había amado durante dos años, este hombre era mi prometido, y ahora resulta que se acostaba con mi hermana, y entre gemidos él gritaba su nombre, tal como ella pronunciaba su nombre, una y otra vez...
- Charles, Charles por favor no pares - dijo mientras yacía debajo del cuerpo del hombre.
- Oh Adriana, mi hermosa, hermosa Adriana - gruñó con fiereza, mientras sus embestidas se hacían más rápidas.
No pude soportar más semejante humillación, así que salí corriendo de ese lugar, mis ojos empañados por las lágrimas, mi pecho ardiendo de dolor.
No lograba entender si era mi imaginación, o todo esto era real...
Como mis ojos estaban completamente borrosos por las lágrimas, no me di cuenta de que tropezaría y me caería por las escaleras, levantándome torpemente y saliendo a la calle.
No podía entender cómo mi hermana podía estar durmiendo con el hombre que yo amaba. ¿Cómo puede ser esto posible?
Todas estas preguntas rondaban mi mente mientras caminaba hacia la calle, sintiéndome perdida y sin rumbo, me sentía completamente desesperada, traicionada por mi hermana gemela, y sobre todo por ese hombre que decía amarme mientras me miraba a los ojos mientras me besaba en frente a todos nuestros amigos y conocidos.
Al no darme cuenta, en el camino tropecé con un hombre, un rubio con ojos azules tan intensos como el azul del mar, me miró de arriba abajo, y luego me ignoró.
Me disculpé y seguí mi caminó.
Después de tanto caminar, llegué a un parque. Me puse de pie y observé a los niños jugar.
No sé cuánto tiempo había pasado, pero decidí volver a casa y enfrentarme a esos dos traidores.
Empecé a caminar.
En el momento en que llegué al frente de mi casa, di un suspiro gigantesco antes de abrir la puerta.
Cuando entré, estaban mis padres con cara de enfado. No entendía qué estaba pasando y por qué todos me miraban con una cara sombría.
Mientras mi querida hermana estaba sentada en el mueble al lado de mi prometido, llorando como una mártir, como si alguien hubiera muerto.
- ¿Dónde estabas? - Mi padre me grita enojado, mientras se acerca a mi.
- Salí a caminar un poco, necesitaba aire fresco - le digo con algunos nervios, no era normal que mi padre me reclamara.
Mi padre me abofeteó con fuerza en la cara con la palma de la mano.
Esta es la primera vez que mi padre me golpea.
Sentí un fuerte sabor a hierro y un fuerte dolor en la cara. La bofetada que me había dado mi padre fue tan fuerte que me partió la boca por dentro, y al mismo tiempo, el labio inferior.
Mi madre se levantó rápidamente de su asiento y se interpuso entre nosotros, para que mi padre no volviera a golpearme.
- Andrew, para, debes detenerte, no puedes pegarle a nuestra hija - le grita mi madre, molesta por esa fuerte bofetada que me dio mi padre.
- Cómo puedes defenderla Evelyn, si nuestra hija mayor se ha convertido en una zorra, cómo pudo engañar a su prometido justo hoy en su fiesta de cumpleaños, cuando íbamos a anunciar su compromiso - le grita enojado a mi madre.
- Yo, yo no lo engañé. Amaba a Charles, pero él me engañó con Adriana. Hoy los descubrí en su habitación teniendo sexo — le grito enojada a mi padre, mientras dejo ir mi voluntad.
Adriana se puso muy nerviosa. Podría jurar que estaba temblando por mis palabras.
- ¿Cómo puedes hablar así de tu propia hermana? ¿Cómo puedes mentir con tanta desfachatez? — me dice mi padre dándome una mirada de desprecio.
- Sí, hermanita, cómo puedes mentir así en mi contra, siempre hemos sido cercanas, siempre fui tú mejor amiga, solidaria en todo momento contigo, eres mi hermana mayor, cómo puedes acusarme de algo tan vil - me dice. de una manera descarada, haciéndose la víctima mientras abraza el pecho de Charles.
Este par de desgraciados me habían traicionado y como si fuera poco también me tendieron una trampa.
- Adriana, deja de mentir, si lo que quieres es quedarte con ese traidor, puedes estar tranquila, quédate con él, pero esto que me hiciste hoy, nunca te lo perdonaré - le dije muy triste, mientras yo sentía mucho dolor en mi pecho.
- Abril, por favor deja de decir tantas mentiras. Soy tu hermana menor, yo siempre te he amado con mi vida - me dice sin vergüenza mientras empieza a llorar, haciéndose la víctima.
La miré con tanto desprecio, mientras apretaba la mandíbula para contener las lágrimas de impotencia. No quería darle la satisfacción de verme llorar por todo el mal que me estaba haciendo; ella puso a mis padres en mi contra.
Salí corriendo a mi habitación. No quería ver a esa desgraciada que decía ser mi hermana y amarme, cuando la realidad era muy diferente.
Llegué a mi habitación y me tiré en la cama. Empecé a llorar como nunca antes lo había hecho; no era para menos. Hoy había perdido no solo al hombre que amaba sino también a mi única hermana, mi mejor amiga. Se suponía que ella y yo íbamos a estar juntos toda la vida, estando unidos.
Me dormí llorando mi desgracia.
Al día siguiente, me despertó el brillo que entraba por mi ventana.
Me sentí deprimido, pero aún tenía que vestirme y bajar las escaleras para conseguir algo de comer. No le daría a mi hermana el gusto de verme enferma de tristeza.
Me duché, luego me vestí con una minifalda azul y unas zapatillas negras, camisa negra.
El azul era mi color favorito, porque resaltaba muy bien mis ojos grises y mi cabello rubio hasta la cintura.
Me sentí completamente angustiada, pero salí de mi habitación y cuando llegué al comedor, todos ya estaban desayunando. Me senté en mi sitio habitual, mientras una de las criadas me servía la comida.
Punto de vista, Abril...
Mi padre me miró por primera vez en mi vida con una chispa de desprecio en los ojos. Me di cuenta de que estaba molesto. Lo que claramente aún no podía entender era ¿por qué estaba molesto conmigo?
Me senté en la mesa, comencé a comer, en algún momento se que su molestia se le pasaría, y terminaría por explicarme que ocurre con él.
El sonido de su voz me sacó de mis pensamientos mientras estábamos comiendo.
Dijo con ironía - ¿Se imaginó que si está embarazada, el padre de ese niño se hará cargo? - mientras me mira directamente, sin tener piedad de mi.
Me quedé helada o mejor dicho perpleja por tales acusaciones; No supe que responder. No podría estar embarazada. soy virgen ni siquiera he tenido sexo con Charles.
Luego agregó - Sabes qué, tengo una mejor propuesta, ya que el padre de ese niño debe ser un bueno para nada, será mejor que te case con un hombre rico, después de todo necesito pagar las deudas de la empresa, y se me ocurrió la brillante idea de que les pagaré con un matrimonio concertado entre nuestra familia y la familia Connor - me sentencia de forma descarada, como si un matrimonio se tratara de vender verduras.
- Pero... no quiero casarme. Estoy empezando la universidad. Ayer fue mi cumpleaños número 18 - le grité con molestia. Esto tenía que ser una broma. No, esto no me puede estar pasando a mí.
Me grita furioso - Cállate, harás lo que te diga, nadie te pidió que quedarás embarazada de un muerto de hambre, qué dirán nuestros amigos y vecinos cuando se enteren que una de mis hijas está embarazada, y ni siquiera saben quién es el padre - mientras golpea fuerte la mesa con los puños cerrados.
Le grite furiosa, no dejaría que nadie atropellara mis derechos - Ya te dije que no me quiero casar, no me quiero casar, recién estoy empezando la universidad, ayer cumplí 18 años -
Miré a mi madre implorando ayuda, pero ella simplemente agachó la cabeza y no me devolvió la mirada, ella simplemente me abandono a mi suerte.
Volví a replicar - Yo, no planeo casarme. Sabes perfectamente lo que hablan de la familia Connor, sí son ricos y poderosos, pero no son buenas personas, esa familia es despiadada y arrogante - le digo con tristeza, tratando de apelar a su amabilidad o por lo menos a su paternidad, la gran pregunta es, ¿Como un padre puede vender a una de sus hijas por dinero o por el que dirán sus vecinos o amigos?
Me gritó molesto - No me importa lo que pienses, ni lo que quieras, hoy llegará el abogado de la familia Connor, firmaremos un acuerdo prenupcial, y mañana será tu boda en la capilla del centro de la ciudad, y ni te lo pienses que podrás escapar de esto, estas son las consecuencias de tus aptos - me dice con mucha ira, sus ojos me miraban con desprecio y decepción.
Mis ojos se llenaron de lágrimas por la irá, toda mi cara ardía de la vergüenza.
Todo esto fue causado por mi hermana gemela. Nunca imaginé que mi propia hermana fuera capaz de hacerme tanto daño.
Me quedé de pie con dolor mirando el plato de comida frente a mí, sobre la mesa, pero antes de que pudiera respirar y creer que podría terminar mi desayuno.
Sonó el timbre, un empleado fue rápidamente a abrir la puerta para las personas que iban llegando...
Entraron dos hombres vestidos con elegantes trajes. El empleado los llevó a la mesa donde estábamos comiendo.
Mi padre se levantó de su asiento para saludar a los dos hombres.
Les hablo con mucha amabilidad - Buenos días señores, por favor acompáñenme a mi oficina - luego me miró y dijo bruscamente - tú también Abril, vamos a la oficina - su voz detonaba algo de desprecio.
Me levanté de mi asiento y los seguí.
Ambos hombres permanecieron en total silencio mientras caminábamos hacia la oficina de mi padre.
Llegamos al lugar, entramos todos, cerré la puerta detrás de mí.
El primer hombre del traje azul marino comenzó a hablar, mientras sacaba unos papeles de uno de los maletines...
- Señor. Andrew Kwin, este es el acuerdo prenupcial. Están todas las cláusulas y acuerdos que la familia Connor solicitó para casar a su hija mayor con el señor Alex -
Mi padre tomó los documentos...
- ¿El acuerdo incluye mis solicitudes? - Mi padre le preguntó frente a mi con mucha frialdad al abogado.
- Así es, Sr. Kwin, aquí está todo lo que usted y la familia Connor acordaron, si gusta puede revisarlo -
Mi padre no pregunto nada más, y simplemente me dijo - Abril, ven y firma el acuerdo -
Estaba temblando de miedo. Esto fue real. Mi padre no solo estaba molesto, me estaba vendiendo para su beneficio.
Mis lágrimas amenazaban con salir, pero decidí ser más fuerte, mantener mi orgullo.
Padre, ¿realmente me vas a hacer firmar esos papeles? - Le pregunto con nostalgia, mientras mi voz se quiebra por el nudo de saliva en mi garganta.
Mi padre se acercó a mí y me agarró del brazo con violencia, colocando mi mano sobre el escritorio.
- Firma, no me hagas perder más el tiempo nos estos señores - me grita enojado.
Esa fue la gota que colmó el vaso. Tragué saliva y firmé los papeles, pero primero juré vengarme de la perra de mi hermana.
Después de firmar, quería huir de ese lugar. No me importaba nada más, solo quería ir a mi cuarto a llorar.
Antes de que pudiera siquiera pensar en irme de ese lugar, uno de los hombres de traje azul me detuvo y me agarró del brazo con fuerza dominante.
Él dijo - Lo siento, señorita, pero una de las peticiones del Maestro Alex es que después de que firme, la llevarán a la mansión de la familia Kwin - toma mi brazo con mucha determinación.
- Pero… Pero, ni siquiera he podido empacar mi equipaje - le digo muy nerviosa.
El descarado de mi padre interviene y no para mí beneficio, dice - Por eso no te preocupes, querida hija, te mando tus cosas con el chofer a tu nuevo hogar -
Le digo - Bueno, nos vamos - ya me habían hechado de aquel lugar, no podía esperar nada más de mi supuesta familia.
Uno de los hombres de traje abre la puerta, y salimos de la oficina, comenzamos a caminar directo a la entrada de la casa, no pude contener las lágrimas, mi propio padre me vendía como si fuera un pedazo más de muebles en esta casa.
Nos subimos a un hermoso Mercedes plateado Benz.
El conductor, comenzó a conducir. No podía dejar de llorar. Ni siquiera conocía a mi futuro esposo. Lo único que sabía de él era que se llamaba Alex Connor.
Llegamos a la gigantesca mansión; Salí del auto y una señora mayor me guió dentro de la casa.
- Por favor, señorita Kwin, sígame, él señor. Te está esperando en la oficina - me dice con calma, mientras me limpio las lágrimas de la cara y trato de mantener la calma.
Llegamos frente a una puerta de madera grande, la señora tocó y luego entramos.
Había un chico de pelo rubio, muy musculoso, blanco, alto, ojos color azul, rápidamente recordé que el día de ayer había visto llegar a este chico a mi casa. Él estaba buscando algunos libros en un estante.
- Señor. Connor, aquí está la señorita Kwin - le dice la señora antes de irse.
El chico, que parecía un príncipe, me miró directamente a los ojos y luego comenzó a escanearme de arriba a abajo.
- No, no, no eres la chica que quiero, no eres la mujer que quiero - me grita con fastidio y luego con desprecio.
Estaba temblando de miedo. No sabía a quién buscaba este hombre. Tiró uno de los libros que tenía en la mano contra la pared.
Me grita molesto - Estaba esperando a Adriana, no a ti. No te necesito ni te quiero. Es más, te encuentro tan insípida y repugnante, eres tan básica — mientras me mira con desdén.
- Lo, lo siento. No quería estar aquí. Mi padre me obligó a firmar el acuerdo prenupcial —le digo con mucha tristeza, mientras mis lágrimas comienzan a fluir.
- Cállate por favor. Odio a las mujeres que lloran por todo. Eres tan despreciable, seguro que como viste la oportunidad de quitarle algo a tu hermana, te abalanzaste sobre eso, tu hermana me comentó que eras así de despreciable y egoísta — me dice sin piedad.
Este hombre me odiaba sin conocerme, y lo peor era que es mi futuro esposo.
Punto de vista, Alex...
Yo estaba furioso al ver a esa chica en mi casa, ella es una completa descarada, ¿Cómo se atrevía a usurpar el lugar de mi hermosa Adriana?, ¿En qué momento su maldito padre decidió jugar me sucio?, Pagará por esto, mi hermosa amada debe de estar debastada por esto, es injusto que quieran mantenernos alejados.
Apreté los dientes con fuerza mientras la miraba, quería borrar su estúpida cara de inocencia y aquel teatro que armaba ante mi.
Le grité furioso sin poder contenerme -Claro, eres la hermana de Adriana, te pareces a ella, pero le dije explícitamente a tu maldito padre que solo aceptaría el trato si me casaba con Adriana, no tú, tú eres tan insípida, tan común, mira cómo estás vestida, y ese cabello, rubio largo hasta la cintura, pero mal arreglado, no te maquillas, ni siquiera cuidas tu apariencia personal, necesito una mujer que me represente, no una tonta tonta - la fulmine con la mirada sin piedad, frunciendo el ceño con disgusto.
Ella dijo con lágrimas en los ojos - Lo siento, pero no elegí esto, ni siquiera quería casarme contigo, apenas ayer fue mi cumpleaños y descubrí a mi hermana teniendo sexo con mi prometido, ¿de verdad crees que quiero estar aquí? ¿contigo? - mientras sus lágrimas comienzan a fluir sin control, no solo su padre me había humillado sin razón, sino que también esta mujer que eligieron para mí como mi esposa, también me estaba humillando y a mí amada Adriana con sus malditas mentiras.
No supe cuando pero simplemente levante mi mano y le di una fuerte bofetada, ella me miró con mucho odio.
Le grité con tanta rabia - Me das asco, como puedes hablar así de tu hermana, es una niña buena, una mujer hermosa, una mujer dulce, no sería capaz de acostarse con tu prometido y mucho menos lastimar a nadie - la miro con disgusto.
Punto de vista, Abril...
Él tampoco creía en mí. Estaba completamente solo en este mundo. Ni siquiera mi madre creía en mí. Todos me habían abandonado.
Empecé a llorar más fuerte mientras acariciaba mi mejilla golpeada. No podía soportar estar en este lugar.
Le gritó con frustrada y rota - No quiero estar aquí. No quiero casarme contigo. Si lo que quieres es estar con Adriana, ve por ella, pero a mí, por favor, déjame ir — lo miró con desesperación.
Sus ojos parecían llamas ardientes, sus ojos me daban a ver qué él quería matarme, jamás había visto a alguien de esa manera, y mucho menos que me odiara sin ningún motivo.
Luego gritó molesto: - Mossy, Mossy -.
La señora que me había traído a esta habitación entró de nuevo en la habitación.
- Sí, joven maestro, ¿qué deseas? - Ella le pregunta con calma.
Le dice con frialdad, mientras vuelve a tomar uno de sus libros para leerlo - Lleva a la señora a su habitación, dale una pastilla para que duerma un poco y llévale algo de comer, ella necesita relajarse - después de todo este hombre no era el tipo de idiota que sería capaz de echarme a la calle sin comer, por lo menos me dará de comer antes de poder irme de aquí.
La señora me miró fijamente con algo de lastima, luego dijo con suavidad -Señorita, por favor, sígame - me tomo de los hombros para guiarme fuera de esa oficina, luego comenzó a caminar, mientras yo seguía sus pasos.
Estaba caminando con los ojos en el suelo, solo viendo mis lágrimas caer al suelo, incapaz de contenerme.
Llegamos frente a la puerta de una habitación. La señora abrió la puerta y yo simplemente la seguí.
Ella dió un gran suspiro, y luego comenzó a decirme con calma - Vamos niña, no llores, él realmente no es tan malo como parece, no sé qué pasó entre ustedes en la oficina, pero te puedo asegurar que solo fue un arranque de ira, él tiene un tipo de obsesión con la señorita Adriana desde que la conoció en la escuela, ambos estudiaban juntos y ella era su única amiga, solo que tu hermana solo lo miraba como un compañero de clase, y no como un futuro novio— mientras comienza a buscar algunas cosas en el armario de la habitación.
Le respondí un poco nerviosa - Yo, la verdad, no sabía, estudié cinco años en Alemania antes de regresar a Estados Unidos - sentía mucha tristeza en el alma por haber vuelto a este país, no me había dado cuenta de que la mitad de mi vida, mis padres me mantuvieron alejada de ellos, creo que al final no me amaban tanto como a mi hermana.
- Tranquila, no tenías forma de saber que el Maestro Alex estaba enamorado de tu hermana, nunca se presentó en tu casa ni con tu familia, simplemente sabía de los problemas económicos por los que atravesaba la empresa de tu padre, y decidió actuar, o más bien ofrécele un trato - ella esta tratando de calmar un poco mi tristeza, mientras se me acerca con un vestido celeste, ropa interior y pantuflas plateadas.
Me entregó eso, luego acarició mi cabello y mi mejilla aún me dolía por el fuerte golpe.
Volvió a decir - Cálmate, todo estará bien, sé que el maestro Alex, aunque parezca grosero, hará lo mejor por los dos, respira tranquila, trata de mantener la calma, si decide suspender la boda, tú serás el primero en saberlo, deja que sea él quien se ocupe de eso con tu padre -fueron sus últimas palabras antes de salir de la habitación.
Me sentí un poco más tranquila, ya que si él se negaba a casarse conmigo, podría volver a casa, o al menos podría ser libre.
Fui directamente al baño, me duché, me vestí con la ropa que la Sra. Mossy había elegido para mí.
Me acosté en la cama de esa habitación, que estaba decorada como si fuera para una princesa.
No supe cuándo, pero me quedé completamente dormido.
Me desperté después de mucho tiempo; No supe cuánto tiempo, pero me di cuenta de que ya era de noche.
Me levanté de la cama, fui al baño, me lavé la cara y luego salí de la habitación.
Llegué a la entrada principal y no había nadie alrededor.
Tuve un debate interno entre irme de esta casa o quedarme y esperar a que este tonto me dejara ser libre.
Cuando me acercaba a la puerta, se abrió.
Dejándome mirando a las personas que entraban al lugar, me puse muy nerviosa. Casi me descubren tratando de escapar.
Allí estaba Alex, mirándome mientras se me acercaba como un perro con rabia.
Me dice furioso - Estabas tratando de escapar, eres tan cobarde después de usurpar el puesto que le pertenece a tu hermana, ¿qué derecho crees que tienes para irte, después de haber Sido tan osada de venir a mi casa? -
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