La noche era fría y oscura, y la cazadora de vampiros, Seraphina Ravenwood, estaba en alerta máxima. Había estado rastreando a una banda de vampiros sedientos de sangre durante días y finalmente los había encontrado en un callejón oscuro.
Seraphina era una cazadora de vampiros experimentada, había sido entrenada desde muy joven para luchar contra los no-muertos que acechaban en las sombras. Había visto de todo en su carrera como cazadora, pero la banda de vampiros que tenía frente a ella era particularmente peligrosa.
Mientras Seraphina se preparaba para el enfrentamiento, notó algo fuera de lo común. Un vampiro de aspecto distinto se acercaba a la banda, con una expresión de desafío en su rostro. Seraphina no podía explicar por qué, pero algo en el vampiro exiliado le llamó la atención.
Seraphina observó mientras el vampiro se enfrentaba a los demás, con una valentía que ella no había visto en ningún otro no-muerto. A medida que la lucha se intensificaba, Seraphina notó que el vampiro exiliado se acercaba cada vez más a ella. A pesar de que sabía que no podía confiar en ningún vampiro, algo en él la atraía.
Seraphina y el vampiro exiliado se encontraron en medio del caos, luchando juntos contra la banda de vampiros sedientos de sangre. En medio de la pelea, Seraphina notó que el vampiro exiliado la estaba protegiendo, incluso a costa de su propia vida.
Cuando finalmente la lucha terminó, Seraphina se encontró cara a cara con el vampiro exiliado. A pesar de que sabía que debía matarlo como a cualquier otro vampiro, no pudo evitar sentir una extraña conexión con él. Seraphina se dio cuenta de que no podía matarlo, no a él.
El vampiro exiliado la miró directamente a los ojos, y en ese momento Seraphina supo que todo lo que creía saber sobre los vampiros estaba a punto de cambiar. Y no solo eso, sino que su vida estaba a punto de cambiar para siempre.
La cazadora de vampiros, Seraphina Ravenwood, se había adentrado en el bosque en busca de cualquier señal de actividad vampírica. Había oído rumores de que una banda de vampiros se había instalado en el bosque de Morbidia y estaba causando estragos en los pueblos cercanos. Mientras buscaba pistas, se encontró con aquellos vampiros con sed de sangre y con un misterioso vampiro que peleó junto a ella.
Seraphina, con una estaca de madera en la mano, preparada para defenderse. El vampiro misterioso llamado Marius Draven era un vampiro alto y musculoso, con el pelo negro y los ojos dorados. Sin embargo, a diferencia de los demás vampiros que había conocido, parecía estar enojado y distante.
Seraphina tensó sus músculos, lista para luchar, pero Marius simplemente se quedó de pie allí, sin decir una palabra. Fue como si estuviera examinando a Seraphina, como si estuviera juzgando si ella era una amenaza o no.
Finalmente, después de lo que pareció una eternidad, Marius habló. "¿Qué estás haciendo aquí?" preguntó, con una voz fría y cortante.
Seraphina explicó que estaba buscando a una banda de vampiros que estaba causando problemas en los pueblos cercanos. Marius pareció considerar la respuesta por un momento antes de asentir con la cabeza. "He oído hablar de ellos", dijo susurrando en el oído de Seraphina. "Son de la familia Darken, ¿verdad?"
Seraphina se sorprendió al oír el nombre. Los Darken eran un clan vampiro conocido por su crueldad y despiadada violencia. "¿Cómo sabes de eso?" preguntó ella.
Marius pareció recio al hablar, pero finalmente accedió a contar su historia. Explicó que él solía ser un noble vampiro del clan Raven, pero que la guerra con los Darken había dejado a su familia masacrada y él mismo siendo él único sobreviviente, terminó aislado y exiliado de la sociedad vampiríca. Desde entonces, había vivido solo, odiando a todos los vampiros y sintiendo un profundo resentimiento hacia su propia especie.
Seraphina se sintió conmovida por la historia de Marius y decidió que tal vez podía ayudarlo a superar su odio y su aislamiento. Sin embargo, sabía que no sería fácil. Parecía que tendría que trabajar duro para ganarse la confianza de Marius y hacerle ver que no todos los vampiros eran iguales.
Seraphina se sorprendió al descubrir que Marius no era en absoluto lo que esperaba. En lugar de un monstruo sanguinario, era un hombre tranquilo y reflexivo que parecía haber dejado su vida como vampiro detrás de él. Había estado viviendo en la ciudad de Morbidia, manteniéndose oculto de la sociedad vampírica y tratando de pasar desapercibido durante 2 décadas.
Marius sorprendido de su habilidades de pelea le pregunta...
Marius: ¿cuál es tu nombre?
Marius la fulminó con su mirada y se le acerca invadiendo su espacio personal.
Seraphina: sep... sep... Seraphina Ravenwood
Seraphina sonríe desconcertada
Marius también pareció sorprendido por la presencia de Seraphina. Él había oído hablar de ella como una cazadora de vampiros peligrosa y efectiva, también de su clan, famoso por su gran riqueza y su gran eficiencia como cazadores, no podía entender porque estaba allí. Pero cuando Seraphina explicó su misión, Marius se mostró comprensivo.
"Entiendo que tengas que hacer lo que tienes que hacer", dijo Marius. "Pero no soy el mismo vampiro que fui hace años. He cambiado, y no represento una amenaza para nadie."
** Los vampiros exiliados son considerados una amenaza para la sociedad vampírica. Esto se debe a que, a menudo, los vampiros exiliados han cometido delitos graves que han llevado a su exilio, como asesinatos o traiciones contra la sociedad.
Además, los vampiros exiliados pueden ser peligrosos porque no están obligados por las leyes y reglas de la sociedad vampírica y pueden actuar de manera errática o violenta. Por lo tanto, para proteger a la sociedad vampírica y a sus miembros, la caza y eliminación de los vampiros exiliados puede ser vista como necesaria.
Sin embargo, esta postura es cuestionada por los protagonistas de la historia, Marius y Seraphina, quienes buscan una alternativa a la violencia y el rechazo hacia los exiliados. **
Seraphina no estaba segura de creerle, pero algo en la sinceridad de Marius la hizo dudar. Finalmente, llegaron a un acuerdo: Marius revelaría todo lo que sabía sobre la sociedad vampírica, y Seraphina lo protegería de otros cazadores de vampiros que pudieran intentar acabar con él.
A medida que pasaban los días, Seraphina y Marius trabajaron juntos para descubrir los secretos de la sociedad vampírica. Descubrieron una conspiración para tomar el control de la Orden de Cazadores de Vampiros, y juntos lograron detenerla. Con el tiempo, Seraphina comenzó a ver a Marius de una manera diferente. A pesar de que era un vampiro, parecía tener un corazón humano. Ella comenzó a sentirse atraída por él.
——— 1 mes después de lo sucedido ———
Seraphina y Marius se habían vuelto inseparables durante su tiempo juntos en la pequeña ciudad de Morbidia. Habían logrado frustrar la conspiración de la sociedad vampírica, pero sabían que todavía tenían enemigos. Había otros cazadores de vampiros que todavía querían a Marius muerto, y la sociedad vampírica no se quedaría de brazos cruzados.
Una noche, mientras Seraphina estaba durmiendo en su habitación en la posada, fue despertada por un ruido en la puerta. Cuando abrió, vio a un grupo de cazadores de vampiros que habían venido a buscar a Marius. Seraphina intentó detenerlos, pero eran demasiados y estaban armados. Fue capturada y llevada ante su líder, quien le ofreció un trato: si entregaba a Marius, la dejarían vivir.
Seraphina estaba furiosa y angustiada. Había hecho una promesa a Marius de protegerlo, y no estaba dispuesta a traicionarlo. Pero los cazadores de vampiros no estaban dispuestos a escucharla. La mantuvieron prisionera en una celda, esperando a que se rindiera.
Mientras tanto, Marius había sido alertado por un amigo vampiro llamado Angelo sobre la situación de Seraphina. Sabía que tenía que actuar rápido si quería salvarla. Se infiltró en la posada donde estaba retenida Seraphina y luchó contra los cazadores de vampiros. A pesar de que eran muchos, Marius logró vencerlos a todos y liberó a Seraphina de su celda.
Pero la victoria fue breve. En el momento en que salieron de la posada, fueron rodeados por un grupo de vampiros de la sociedad vampírica llamada "Orden de los Sangre Pura". Entre ellos estaba el líder de la conspiración, quien era Lorenzo di Sangue.
** Lorenzo di Sangue es un vampiro que evoca la imagen de alguien que es poderoso, ambicioso y despiadado, y que se encuentra en la cima de la jerarquía vampírica en Morbidia. Además, el apellido "di Sangue" sugiere que Lorenzo ha acumulado mucha sangre a lo largo de su vida, lo que podría ser una referencia a su historial violento y sanguinario. **
Había planeado todo desde el principio. Marius y Seraphina fueron traicionados por alguien en quien confiaban, y ahora estaban en peligro mortal.
La situación era desesperada. Marius y Seraphina estaban rodeados por los vampiros de la sociedad, que los superaban en número y habilidades. Marius sabía que no podían luchar contra todos ellos, y decidió que su única opción era la huida.
Seraphina y Marius corrían por las calles oscuras de la ciudad, perseguidos por los agentes de la Asociación de Vampiros, una organización secreta que controlaba a todos los de su especie. Habían descubierto su relación prohibida y ahora querían capturarlos y castigarlos por traicionar las leyes vampíricas.
- ¿A dónde vamos? - preguntó Marius, jadeando. Tenía una herida en el brazo, donde uno de los agentes le había disparado con una bala de plata.
- Tenemos que salir de la ciudad. Hay un refugio en el bosque, donde nos pueden ayudar. - respondió Seraphina, apretando su mano.
Ella era una vampira cazadora de vampiros, entrenada desde niña para eliminar a los que se alimentaban de humanos. Pero había conocido a Marius, un vampiro exiliado que renegaba de su naturaleza. Se habían enamorado y habían decidido huir juntos.
- ¿Estás segura de que podemos confiar en ellos? - insistió Marius, mirando a su alrededor. Los agentes estaban cada vez más cerca, podía oír sus pasos y sus voces.
- Sí, son amigos míos. Ellos también quieren acabar con la Asociación y liberar a los vampiros de su tiranía. - afirmó Seraphina, con determinación. - Solo tenemos que llegar al puente, allí nos estarán esperando.
Los dos amantes aceleraron el paso, esquivando coches y transeúntes. Llegaron al puente y vieron una furgoneta negra aparcada en un extremo. Una figura encapuchada les hizo una señal desde la ventanilla.
- ¡Rápido, subid! - les gritó.
Seraphina y Marius se acercaron a la furgoneta y abrieron la puerta trasera. Se metieron dentro y cerraron la puerta justo a tiempo, antes de que los agentes llegaran al puente.
- ¡Vamos, vamos! - exclamó el conductor, pisando el acelerador.
La furgoneta arrancó y se alejó del puente, dejando atrás a los agentes frustrados.
- Lo logramos. - suspiró Seraphina, abrazando a Marius.
- Gracias a ti. - le dijo él, besándola en la frente.
- No hay de qué. Te quiero. - le respondió ella, sonriendo.
- Yo también te quiero. - le dijo él, devolviéndole la sonrisa.
La furgoneta se adentró en el bosque, rumbo al refugio donde esperaban otros vampiros rebeldes como ellos.
Seraphina y Marius se bajaron de la furgoneta y siguieron a la figura encapuchada que les había rescatado. Era una mujer joven, de cabello rubio y ojos verdes. Se llamaba Agata y era la líder de los vampiros rebeldes.
- Bienvenidos al refugio. - les dijo Agata, quitándose la capucha. - Aquí estarán a salvo de la Asociación.
- Gracias por ayudarnos. - le dijo Seraphina, agradecida.
- No hay de qué. Estamos en el mismo bando. - le respondió Agata, sonriendo.
- ¿Qué es este lugar? - preguntó Marius, mirando a su alrededor.
El refugio era una cabaña de madera, rodeada de árboles y arbustos. Parecía abandonada y descuidada, pero en realidad estaba equipada con todo tipo de tecnología y armas.
- Es nuestro cuartel general. Aquí planeamos nuestras operaciones contra la Asociación. - explicó Agata, guiándolos al interior.
- ¿Qué tipo de operaciones? - inquirió Seraphina, intrigada.
- La más importante es la que vamos a realizar esta noche. - reveló Agata, con una expresión seria.
- ¿Qué van a hacer? - quiso saber Marius, preocupado.
- Vamos a infiltrarnos en la sede de la Asociación y destruir su base de datos, donde guardan la información de todos los vampiros. Así podremos liberar a los que están bajo su control y evitar que capturen a más. - contestó Agata, con determinación.
- Eso suena muy peligroso. - comentó Marius, frunciendo el ceño.
- Lo es. Pero es nuestra única oportunidad de acabar con su tiranía. - afirmó Agata, con convicción.
- ¿Y cuántos son? - preguntó Seraphina, impresionada.
- Somos cinco. Tú y Marius pueden ser los sexto y séptimo. - propuso Agata, mirándolos con esperanza.
Seraphina sintió un impulso de aceptar. Era su oportunidad de hacer algo bueno por los vampiros y por el mundo. Además, tenía experiencia como cazadora y sabía cómo infiltrarse en lugares peligrosos.
Marius, en cambio, sintió un escalofrío de temor. No quería arriesgar su vida ni la de Seraphina en una misión suicida. Además, no confiaba del todo en los rebeldes ni en sus motivos.
- ¿Qué dices? ¿Te apuntas? - le preguntó Agata a Seraphina, expectante.
Seraphina miró a Marius, buscando su opinión. Él le devolvió una mirada suplicante, rogándole que se quedara con él.
Seraphina se debatió entre el amor y el deber. Al final, tomó una decisión.
- Sí, me apunto. - dijo Seraphina, con firmeza.
Marius sintió un nudo en el estómago. No podía dejarla ir sola.
- Yo también voy. - dijo Marius, con resignación.
Agata sonrió con satisfacción.
- Perfecto. Entonces le presentaré al resto del equipo y le explicaré el plan. Síganme. - les dijo Agata, caminando hacia una puerta trasera.
Seraphina y Marius se miraron con nerviosismo, ambos muestran la disciplina para ser libres y preocuparse por la asociación de vampírica. Se prepararon para enfrentarse a la misión más peligrosa de sus vidas.
¿Podrán lograr su objetivo?
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