Isabella se encontraba corriendo hacia el colegio, ya que era tarde, sin darse cuenta lleva a puesto desde atrás a Joaquín, ella no le da importancia porqué se encontraba cegada en poder llegar a tiempo.
—¡Wow! Ahí va la machona, es linda, lastima que se viste así y tiene la misma actitud igual que un chico, ¿verdad Joaquín?.
—No lo Se.
No llega a responder como él quería hacerlo porque un grupo de tres chicas se lo llevan con ellas a la fuerza.
Isabella había llegado a tiempo, con su espalda encorvada posa sus manos en sus rodillas e intentaba que el aire volviera, siente un escalofrío cuando Joaquín le da una palmada en la espalda.
—Bien hecho Isabel. ¿Nuevo récord?.
—Es Isabella, todavía no llego.
—Deberías secarte la transpiración.
Ella se sonroja ante las palabras de él y lo insulta con solo una palabra inofensiva, él hace oídos sordos, ya que Alma lo abraza con fuerzas y se lo lleva con ella. Isabella se queda con las ganas en su mente de que la escuchara, se va directo al baño de mujeres para refrescarse y poder entrar a clases.
Una vez lista se dirige a pasos ligeros hacia su cursó donde la esperan sus dos grandes amigas, al entrar ellas le dan una muy cálida bienvenida, su banco junto a ellas ya estaba apartado, era la misma rutina, ella toma asiento y comienza esa plática tan placentera que solamente ellas tres entendían, así llegaron a pasar los minutos muy rápido hasta que se corta con la entrada de su profesora que los saludaba muy amablemente.
Cuando comenzaron las clases ella estaba realmente aburrida, miraba a su alrededor para que el sueño que tenía no se apoderara, pero era inevitable, en un acto de reflejo para buscar una posición más cómoda llega a recostarse sobre su banco, es ahí cuando el sueño la vence y termina durmiendo.
Comienza a soñar con un chico que estaba parado enfrente de ella, los dos se encontraban bajo un árbol en otoño, las hojas caídas y el viento le regalaban la mejor escena, ella estaba sonrojada tomada de su buzo, él comienza a decir unas palabras que ella entiende que era una confesión, ya que era dueña de su sueño, él logra levantar la mirada y ve que ese chico comienza a acercarse, se deja llevar y llegan a besarse, pero termina despertando antes de concretarlo con una palabra que todo el curso escuchó.
—¡Pervertido!.
Toda la clase comienza a reírse al escucharla y ella se sentía aun mas avergonzada, todo ese murmullo molesto se termina gracias a su profesora.Isabella se encontraba acostada sobre el regazo de Rocío.
—¿Que pasa que tienes esa cara? ¿Todavía estas avergonzada por lo que pasó esta mañana?.
—No, no me importa eso, es que, me gustaría tener alguien a mi lado.
Ella decía esas palabras mientras miraba a su alrededor parejas que estaban enamoradas.
—Tranquila, algún día encontrarás a alguien.
—No se, me ilusiono rápido con las personas, intenté varias veces confesarme a alguien y fuí rechazada de inmediato, además casi todos creen que soy lesbiana, que soy novia tuya.
Rocío se ríe a carcajadas por lo que ella dijo.
—Será por como me visto que pensarán eso de mi.
—Te dije que te regalaba ropa para que usaras y no quieres.
—Todos sabrían que es tu ropa, conocen todo de ti estos pervertidos.
Isabella se pone de pie rápido.
—No te levantes así te puedes marear.
—Ya me cansé de estar deprimida, me voy.
Ella sale corriendo en zigzag por haberse levantado de golpe hacia las canchas de fútbol donde trataría de entrar en algún partido.Joaquín estaba detrás del colegio, en un lugar bien apartado de todo, a grandes fuerzas llegaban las voces de los alumnos que gritaban, él se encontraba con una chica, la cual estaba muy nerviosa, él solo estaba apoyado en la pared, sentía un déjà vu en su mente, él trataba de verla a los ojos pero ella de inmediato gira la vista hacia otro lado dominada por la vergüenza de tenerlo cerca.
—Y-y-y-yo quería decirte algo.
Él afirma con un simple movimiento de cabeza.
—Me pareces muy lindo y a-a-ami me gustas!.
Cuando terminó de completar la frase todo el ambiente se ve interrumpido con la llegada de Alma que gritaba el nombre de él, al ver la situación se queda en silencio y se va del lugar como si nunca hubiera dicho nada.
—Gracias por lo que me dices, pero yo no siento lo mismo, perdón.
—Esta bien, no importa, no te preocupes por mi.
Al decir esas palabras su voz se notaba quebrada, se había ilusionado bastante con la idea de que él le podía llegar a dar una oportunidad, comienza a llorar y se va del lugar a pasos ligeros, él solo la ve alejarse y suspira, se queda unos segundos hasta que ella haya tomado la suficiente ventaja para no verla más y se va del lugar también, al salir se topa con Alma que lo estaba esperando.
—Otra chica que rechazas, ¿Por que no le das a alguien una oportunidad de conocerte? ¿O por que tu no te das la oportunidad de conocer a alguien?.
—No quiero hacerlo, estoy bien solo.
—A mi me gustaría verte con alguien de la mano, no va a pasar lo mismo que les pasó a tus padres, cada persona es un mundo distinto tonto.
—Me cónformo con estar solo contigo.
—Yo también algún día voy a encontrar a alguien. Vamos, te invito a tomar algo para que no te sientas mal.
—Yo estoy bien.
—Yo se que en el fondo estas arrepentido de haber rechazado a una chica tan linda como ella.
Isabella caminaba hacia su casa y en cada momento que giraba su cabeza veía a una pareja, frustrada acelera él pasó.
Al llegar a su casa todo era un caos, pero ella ya estaba acostumbrada a esto, es la única hija de ocho hermanos, cinco aún vivían ahí, ella vivía en un hogar que no era para nada lujosa, era pequeña para la cantidad de personas que la habitaban, pero ella era feliz, era la única en la casa que no compartía cuarto con nadie, ya que era la única mujer sin contar a su madre y su sobrina.
Agotada sale de su casa y se sienta en el patio para tomar aire fresco, gira su cabeza hacia la pared que dividía ambas casas y ve a una persona asomándose, ella se asusta e inclina su cuerpo hacia atrás, todo sus temores se calman al oírla hablar.
—Hola prima.
—Que susto me diste Alma.
Ella se ríe mientras se sube a la pared para bajarse al patio de Isabella, una vez hecha esa acción se sienta al lado de ella.
—Hoy a Joaquín se le confesaron dos chicas.
—Parece que él tiene las cosas fácil, seguro que las rechazó.
—Si, como siempre, es costumbre en él, no se toma tiempo ni para pensar, una vez que terminan de hablar les dice que no, como si estuviera en automático, ¿No quieres confesarte tu?.
—¡¿QUE?! No, no me gusta, no me agrada su actitud de sobrante, aun asi parece que a las chicas les gusta eso, nose por que.
—Y tu no tuviste algún avance con nadie.
—No, todos piensan que me gustan las mujeres.
Ella se ríe mientras escucha esas palabras.La madre de isabella sale al patio.
—Hola tía.
—Hola, te busca tu madre, me dijo que te escapaste de casa porque no querías cocinar.
Ella se pone de pie.
—Piensa en lo que te dije prima.
Se va del lugar escoltado por su tía hacia la salida, Isabella queda en silencio pensando a que se refería con sus palabras.
Joaquín caminaba hacia el colegio acompañado de su pequeña hermana, ella miraba con rabia en sus ojos al rededor.
—Hay muchas chicas aquí.
—No te preocupes que él rechaza a todas las que se le declaran.
—Hola Alma.
Su actitud cambia al verla, llega a hasta ella y la abraza.
—¿Como estás? ¿Es tu primer día en secundaria verdad?.
—¿Como que muchas chicas se le declararon?.
—No importa, él las rechazó a todas.
—¡Quiero saber!.
—Pero qué linda te ves enojada, ¿No es tierna tu hermana?.
Llegan hasta la entrada del colegio, todo era muy a animado, el habiente se rebalsaba de comentarios al azar.Una chica se para tímidamente enfrente de Joaquín, tenia una carta en la mano que no le daba vergüenza mostrarla, ella intenta hablar, pero es interrumpida por la hermana de él, lo toma del brazo para alejarlo de esa chica que necesitaba decirle lo que sentía, a ella simplemente no le importó y se lo llevó del lugar.
—¿Que haces Viole?.
—No voy a dejar que ninguna de estas chicas fáciles se te acerquen, son todas lujuriosas.
—¿Lujuriosas? ¿Donde aprendiste esa palabra?.
—No te importa, acompáñame hasta mi curso.
Él acepta el capricho de su pequeña hermana sin pensarlo.
Isabella estaba en la hora de gimnasia, ella destacaba en cualquier deporte, era muy atlética, ya que desde chica siempre jugaba con los varones y sus hermanos, era muy popular entre la mayoría de ellas al igual que con los chicos, pero no de la manera que ella quería serlo, al igual que nunca estuvo siquiera cerca de que alguien le dijera linda, ni con palabras prestadas llegó a sentirla, únicamente de su numerosa familia que no sumaba lo necesario para sentirse segura de sí misma.
Luego de la hora de gimnasia todas se van a cambiar para terminar el día de clases, ella caminaba junto a Rocío y Carla cuando un chico se para enfrente de ellas, ninguna llego a sentirse incómoda, solo la curiosidad las alertaba, quería saber qué es lo que él necesitaba.
—¿Isabella podemos hablar?.
—¿Claro, de que?.
—Necesito decirte algo importante, quiero que estemos solo nosotros dos.
Las ideas inreales comenzaron a apoderarse de ella en un instante, la curiosidad la dominaba, creaba diferentes situaciones para saciar un poco la gigante intriga que creo.
—Mañana en la hora del almuerzo nos vemos detrás del colegio, quiero decírtelo ahí.
—Espera, ¿Porque no ahora?.
—Mañana será más cómodo.¿Si?.
Ella afirma su propuesta con un movimiento brusco de cabeza y ese chico que las lleno de intriga se va, una sonrisa traviesa aparece en su rostro, las ideas de una confesión no se hacen esperar.
—¿No será que el se te va a confesar Isa?.
—Rocío no le des tan...-
—¿Verdad que si? Puede que mañana sea mi gran día.
Todas juntas entran en el vestuario para cambiarse e irse a su casa, ellas estaban alborotadas por las palabras de ese chico, era un debate a grandes voces, trataban de convenserse de que sería una confesión, su imaginación se ve interrumpida con el cierre del casillero.
—¡Callense! ¿Enserio te crees que se te van a confesar? Nadie en su sano juicio diría que le gustas, eres un varón más en este colegio.
—Y a ti que te importa lo que pase mañana Paula.
—No te metas en nuestra conversación.
—Cállate Rocío, no defiendas algo irreal, fíjate cómo te vistes, como caminas, como te sientas, como hablas, nadie se atrevería a confesar lo que siente por ti, porque a nadie le pasa lo que piensas tonta.
Ella seguía tratando mal a Isabella con sus palabras, no dejaba que el silencio apareciera, ella solo apretaba su puño con ira al oír lo que en su mente se volvía real, cada palabra que escuchaba era una puñalada en su corazón que la destrozaba, no podía hacer nada más observar, Paula se calla al oír el tacho de basura moverse, gira su cabeza y ve que Joaquín se había trompezado, ella se aleja y se va del lugar rápidamente al sentir la sensación de que escuchó todo, Isabella toma sus cosas y sale caminando rápido.
—No necesitaba tu ayuda Joaquín.
Al pasar por su lado él ve que sus ojos estaban cristalizados, estaba al borde del llanto, él solo tuvo que ser un espectador sin derecho de intervenir.Las tres caminaban afuera del colegio en silencio, no podían decir nada ante una situación tan delicada como la que acaban de vivir.
—¿Creen que me ilusioné demasiado? ¿Piensan que él se confiese mañana? Solo de ustedes aceptaría la realidad.
—Creo que él no vaya a confesarse, estás mezclando las cosas Isa.
—Yo pienso que si.
—Gracias.
—Vamos a comer algo, estómago lleno, corazón contento.
—No opino que sea así el refrán Rocío.
Al día siguiente, ella no podía dejar de creer que aquel chico podría confesarse, por más que trataba de evitarlo la ilusión estaba presente, ella quería conocer a alguien y que esa persona la aceptará tal y como era, sin prejuicios, sus horas pasaron en un mundo imaginario, pensando a cada minuto lo que tenía en su mente, preparándose para lo que podría ser su primer paso.
Al llegar la hora del almuerzo todo el mundo sale entusiasmado para aliviar la mañana, ella sale con velocidad hacia el lugar que aquel chico le había indicado, llevaba consigo el almuerzo para compartirlo con él y llegar a conocerse, se había entregado a esa ilusión que le regalaba sonrisas, al llegar él estaba parado en la pared, toma aire y se acerca lento tratando de verse femenina, él se alegra de que haya llegado.
—Perdón por llegar tarde, ¿Esperaste mucho?.
—No te preocupes, acabo de llegar.
Los dos se quedan en silencio mirando hacia direcciones diferentes.
—Tenias algo que decirme ¿Verdad?.
—S-Si, me da un poco de vergüenza decirlo.
—No te preocupes, yo estoy igual.
—Yo... Emm... A mí m-m-me gusta Alma!.
Ella queda en silenció, sabía que algo andaba mal, pero quería mantener esa ilusión viva por si acaso, era un rechazo más en su vida.
—Se que eres su prima y quería preguntarte si podrías ayudarme, es muy linda y enserio me gusta, ¿Me darías una mano?.
Ella memorizó esas palabras en su cabeza, pero no estaba presente, la palabra equivocada resaltaba en su cabeza y no dejaba de hacer ruido, se sentía sumamente triste, pero la ira le ganaba por haberse ilusionado sabiendo la verdad de primera.
—¿Me ayudarías?.
—¿Eh? S-Si, claro, ¿Por qué no?.
—¡Gracias!.
Ese chico en cuál apostó sus últimas ilusiones la abrazaba y le daba las gracias, ese momento se ponía un freno y dejaría de ilusionarse tontamente.
Cuando ese chico se va ella queda parada en el mismo sitio unos segundos hasta que él se alejara por completo.
—¡Que tonta soy!.
Se dice esas palabras y se va de lugar, llega a su escondite donde siempre se sienta a comer sola para desahogarse y liberar esa ira acumulada, ahí es donde ella habla únicamente consigo misma.
—Soy una idiota, sabía que esto iba a pasar, ¿Por qué? ¿Por qué me ilusioné así? ¡Abre los ojos Isabella! Nadie quiere salir contigo, nunca se te confesaron menos lo van a hacer ahora.
Suspira mientras sus pasos bajan levemente su velocidad.
—Tengo 18 años y todavía no di mi primer beso, que ridícula soy, solo quiero estar con alguien que me divierta, ser la razón por la cual se ría, que él también me busque, que este interesado en conocerme, solo quiero eso, ¿Es mucho pedir?. Que cursi soy, pero ya basta!. No voy a volverme a ilusionar con estas ideas tan tontas, hoy me doy por vencida, me cansé.
Ella apoya toda su espalda en un árbol dejándole todo su peso.
—Solo quiero tener mi primer beso, que sea inolvidable.
Mientras se decía esas palabras miraba su mano, lentamente se la acerca a ella.
—¿Tan difícil es besar? ¿Que se sentirá?.
Ella contemplaba su mano y en su mente era un chico parado enfrente de ella, sin pensarlo dos veces juega con su imaginación y se besa la mano convenciendose que era un chico quien lo hacía, despega su mano de la boca al darse cuenta de lo que estaba haciendo.
—¡Que tonta soy! ¿Que mierda estoy haciendo?.
Ella suspira y se alivia de que nadie llegó a verla en esa situación tan embarazosa, levanta su cabeza por mera curiosidad y ve que Joaquín estaba sentado arriba del árbol tomando jugó y abrazado a un gato, ella inmediatamente se pone roja de vergüenza, pero ninguno de los dos dice nada, solo se encontraban en silenció mirándose por unos largos segundos, quien rompe el silencio fue ese gatito que sostenía con un simple maullido.
—¡¡¡¿Q-Q-Que carajos haces ahí Joaquín?!!!.
—Solo estoy almorzando, siempre lo hago aquí.
—¿QUE? Él escuchó siempre mis quejas y las cosas absurdas que decía, ¿Desde hace cuanto que estás ahí?.
—Desde antes que te pusieras romántica con tu mano.
—Cállate.
Ella comienza a ponerse colorada de la vergüenza que sentía.Él baja del árbol y se pone enfrente de ella con una mirada traviesa.
—¿Nunca diste tu primer beso?.
—A ti que mierda te impor...-
Él la toma con suavidad del mentón mientras decía esas palabras y antes de terminar le da un beso.
—Ahora yo soy tu primera vez.
Ella lo golpea en el estomado mientras le decía tonto, totalmente avergonzada se va del lugar sin mirar atrás, la imagen de él besándola se repetía una y otra vez en su cabeza, no podía dejar de pensar en ese momento, quien robo su primer beso fue ese chico tan codiciado por todas y quien rechazo a muchas chicas sin pensarlo, pero a ella no la rechazo, estaba molesta de que haya sido él su primera vez, quería que su primero beso fuera inolvidable, tierno y sincero, pero fue todo lo contrario ya que fue robado así como si nada, no quería aceptarlo ya que la idea de que él estaba jugando con ella era inevitable y se aprovecho que ella estaba con la guardia totalmente baja, esa tarde donde se rindió obtuvo su primer beso de la persona menos pensada.
Alex M.Martinez.
Isabella caminaba hacia el colegio pérdida entre sus pensamientos, aún no podía creer lo que había pasado ayer, se sentía avergonzada y confundida, muchas preguntas invadían sin permiso su mente, la imagen de ella y Joaquín se hacía presente también, vuelve en si cuando Rocío la abraza de atrás.
—¡Buenos días!.
Isabella se asusta alejandose de ella, pero al ver de qué se trataba de Rocío se calma.
—¿Que pasa? ¿Porque estás alterada?.
Isabella la toma del brazo y se la lleva hacia un costado, apartado de los demás alumnos, así podría hablarle con la seguridad que solo ella fuera testigo de sus palabras.
—A-Ayer me b-b-bese con Joaquín.
Rocío larga una carcajada en forma automática, no podía creer lo que le estaba diciendo, pero se calla al ver lo seria que estaba, la toma del brazo con fuerza y se la acerca a ella.
—¿Es enserio? ¿Como? ¿Por qué? ¿Que pasó?.
—No se, el me besó, me robo el beso.
Su humor cambia bruscamente al recordar lo que le había hecho.
—Ese miserable, como se atreve a quitármelo y a reírse de mi.
Rocío la abraza de felicidad.
—¿Por que estás tan feliz?.
—Por que te besaste con él, me pone de muy buen humor.
—Ese idiota me quitó mi primer beso, quien se cree que es ese maldito, se piensa que solo por qué es él, todas las chicas van a caer rendidas a sus pies, se cree que puede hacer esto como si nada.
Ellas siguen su camino, Isabella estaba de muy mal humor por lo sucedido, su cara reflejaba ese malestar.
Al entrar al colegio ella comienza a sentirse observada, todas las personas susurraban sobre ella, no podía evitar escucharlos, las miradas de maldad de las chicas la hacían sentirse incómoda.
Al llegar al curso toman asiento bajo las miradas de sus compañeros que algo ocultaban.
—¿Isa, es cierto?.
—¿Que cosa Carla?.
—¿Que te besaste con Joaquín?.
—¿Por que no puedes ocultar nada Rocío?!.
—Ella no me dijo nada, todo el colegio esta hablando sobre eso.
—¿Que? ¿Quien fue?.
Ahora entendió porque se sentía tan observada y esa sensación de que hablaban de ella, al hacerse esa pregunta se dio cuenta de quién pudo haber sido quien comenzó esos rumores, no había nadie más en ese momento más que ellos dos.
En el curso de Joaquín Alma lo estaba samarreando llenándole de preguntas la cabeza.
—¿Por que? ¿Como fue que llegaste a besarte con mi prima?.
—¿Podrías dejar de moverme?.
—Si, perdón.
Ella se queda quieta y vuelve a preguntar para aliviar su inquietud.
—¿Acaso no es lo que querías de mi?.
—Rechazaste a muchas chicas, las ignoraste, no dejas que nadie se te acerque y de repente te besas con Isabella, ¿Osea por que? ¿Que estás tramando?.
—Es de mala educación que un caballero presuma sus batallas.
—No me vengas con esas estupideces Joaquín, quiero saber.
Él se queda en silencio mientras ella lucha para que hablara, trató de muchas formas de que él dijera algo pero no lo logró.
Al terminar las clases Isabella sale rápido del salón enfurecida hacia el curso de él, al llegar no lo encuentra y sale al patio para ver si por lo menos lo podía ver, luego de caminar por unos minutos por el colegio lo encuentra sentado abajo de un arbol.
—¿Por que tuviste que hablar de eso maldito?.
Le pregunta mientras le pisa los pies.
—Hola Isabel.
Con una sonrisa enorme pronuncia su nombre, esto hace que ella se enoje aún más.
—Es Isabella, ¿Por que le dijiste a todos que me besaste?.
—¿No puedo presumir que nos besamos?.
—Tu me besaste idiota, ahora todo el colegio habla de mi, que yo te presioné a besarme, que te amenacé para que lo hicieras.
—No quiero que otro chico más se te acerque.
—¿De que mierda hablas? Que asco, ¿Que te pasó?. Basta con tus juegos estúpidos, no quiero que te acerques más a mi y está me la vas a pagar.
Ella se va del lugar enfurecida.
Los días pasaban y el rumor aún se mantenía vivo, ella estaba cansada de esas palabras tan pesadas en su mente.
Ella se encontraba en el curso recostada en su mesa, mientras sus amigas hablaban ella no podía dejar de pensar en lo que había pasado con Joaquín, detestaba que él haya sido el primer chico al que besó.
—¿Estas de acuerdo Isa?.
—¿Que? Lo siento Ro, no estaba escuchando.
—Ella decía de salir en una cita, unos chicos nos invitaron a tomar algo y queremos que tu también vengas, así te distraes, ¿Que dices? Capaz que este chico te haga olvidar a Joaquín.
—Esta bien, vamos, no tengo nada que hacer.
Isabella estaba jugando al voley en el patio, luego de varios minutos se cansa y decide irse para llegar a tiempo a su cita, luego de darse una ducha se va directo a cambiarse, pero antes de entrar al vestuario escucha una voz familiar.
—¿Por que empezaste ese rumor Paula?.
—Por que no voy a dejar que un chico vestido de mujer me quité a Joaquín, ella fue quien lo besó, si ustedes hubieran visto la cara de asco que puso él cuando se besaron sentirían lástima.
—Nunca pensé que ella hiciera algo así.
Isabella enfurecida la toma de la remera desde atrás y la apoya contra los casilleros haciendo que las demás chicas se asusten por la situación y el ruido.
—Asi que fuiste tu quien empezó ese maldito rumor.
—¿Si, y que? Una chica como tu nunca va a estar con una persona como Joaquín, nadie te va a ver cómo mujer tonta.
—Que me importa lo que digas de mi, tu estuviste ahí, sabes bien lo que pasó, no te hagas la tonta.
—Si, estuve ahí, vi como una chica tan patética como tu se besaba la mano y lo disfrutaba, le pediste por favor a Joaquín que te besara para saber que se siente, él se negó y lo obligaste a que te besara, eso pasó.
Ella golpea con fuerza el casillero.
—Deja de mentir, ya basta, yo nunca quise que ese maldito miserable me besara, no me gusta, nunca me gustó y nunca va a pasar eso, ¿Lo quieres? Te lo regalo con moño y todo, no vuelvas a decir esas cosas.
Ella la suelta y se va enfurecida del lugar tomando sus cosas, luego de cambiarse en el baño de mujeres sale y se topa de frente con Joaquín, él intenta saludarla pero ella lo ignora por completo, al salir de la escuela sus amigas la esperaban.
Cuando llegan al lugar acordado se encuentran con tres chicos que la esperaban, ese muchacho que le tocaba la cita con Isabella se lleva una gran decepción al verla acercarse, sus amigos se reían de él, en su mente se imaginaba a otra persona, debido a que Rocío y Carla son muy bellas pensó que Isabella también fuera igual de linda que ellas, al saludarse todos notan la cara de extrañidad que puso al verla de cerca.
—¿Esperabas a alguien más linda verdad?.
Ella le pregunta con una sonrisa enorme, esa expresión hace que él se sienta culpable.
Al entrar todo el mundo se acomoda y comienzan a hablar, Isabella era quien más llamaba la atención, sus comentarios eran muy graciosos y todos se sentían muy cómodos con su presencia.
—Todavía no pregunté tu nombre.
—Me llamo Juan.
Ellos comienzan a conocerse, pregunta tras pregunta se van conectando cada vez más, sus gustos no eran tan diferentes, ambos llegaron a sentirse cómodos, Juan estaba feliz de haber venido, ella le había sacado bastantes sonrisas.
—Me tengo que ir, es muy tarde, ¿Chicas ustedes se quedan?.
—Si, nosotras vamos a quedarnos un poco más.
Ella las saluda y se va, mientras ganaba metros con su caminata la voz de Juan hacía que se frenara, él la pasa de largo y la mira.
—Vamos, te llevo, no voy a dejar que te vayas sola.
Le decía esas palabras mientras movía con su mano unas llaves.
—Esta bien, quiero caminar.
—Vamos, no voy a dejar que camines sola en la noche.
Ella acepta sin convenserse y sube al auto, mil emociones invadían su cabeza, presentía que no debía hacerlo, pero para ahorrarse una mentira y un momento incomodo decidió aceptar su oferta, suspira mientras su vista era inoptizada por las estrellas que adornaban la noche fresca.
Alex M. Martinez.
Luego de varios minutos manejando aún no llegaban a su destino, esto le parecía muy raro ya que ella en ningún momento le dio la dirección de su casa, ella saca su teléfono a escondidas de él y envía una nota de voz a su hermano.
—No te dije la dirección de mi casa, ¿A donde vamos?.
—A un lugar más especial, se llama Mónica, te va a encantar.
—Nunca escuché sobre el, ¿Podrías llevarme a mi casa?.
—No, vamos a ir ahí y después te voy a llevar, lo vas a disfrutar muchísimo.
Ella se asusta ante las palabras de él y no le quedaba otra opción que esperar su destino.
Al llegar ambos bajan y ella intenta irse de ahí, pero él la toma del brazo bruscamente y se la acerca.
—Ahora que te veo de cerca eres muy linda.
—Apestas a alcohol, déjame, me quiero ir, no quiero entrar.
Ella comienza a forsejear con él, pero no tiene caso, ya que tiene más fuerza que ella, se la lleva contra su voluntad, mientras no deja de luchar, en un momento se suelta y con gran elasticidad lo baja de una patada al cuello, al caer le pega entre las piernas.
—Maldito pervertido.
Ella se recuesta en el pecho de alguien que la abrazó de la nada, toma aire y gira para ver a su hermano, pero se lleva una gran sorpresa al ver qué era Joaquín quien la estaba abrazando.
—Nunca más la vuelvas a tocar, ella es mía.
Ella se queda sorprendida ante la presencia de él y de sus palabras.
—Un segundo, ¿Que carajos?.
—¿Quien eres? Ella está conmigo.
Él intenta acercarse y Joaquín lo empuja ganando distancia, la pone en su espalda y se acomoda para darle un golpe y acabar con el mal momento que le hizo pasar, pero ella lo agarra del brazo y con su mirada le pedía que parara, ambos se van y él la abraza y mira con odio hacia atrás donde estaba Juan, al doblar la esquina ella se saca el brazo de él.
—¿Por que estás aquí? O una mejor ¿Por que te haces el héroe?.
—Me mandaste un audio raro así que vine, me estabas pidiendo ayuda, además si no hubiera llegado te podría haber lastimado.
—Yo en ningún momento te pedí ayuda...-
Ella comienza a recordar que su hermano se llama de la misma forma que él y confundió los contactos por el miedo que sentía, se queda en silenció y comienza a caminar sin decir nada, no quería admitir que se confundió.
—Gracias por haber venido, si no hubieras llegado habría asesinado a ese idiota.
—Me alegra que me hayas pedido ayuda y que estés bien.
—Momento, para aclarar, yo no te pedí ayuda, quería llamar a mi hermano para que me buscará cuando terminara de darle una paliza a ese idiota, pero me confundí y ahora tengo que caminar.
—Puedo llevarte en mi espalda si gustas.
—No, gracias, paso. Prefiero mil veces caminar antes que ternerte así de cerca.
Él apoya su cabeza en su hombro quedando muy cerca.
—¿Que parte no entiendes que no quiero tenerte cerca?.
Le decía mientras lo alejaba de ella y tomaba más distancia.
Siguen caminando en la noche hacia sus casas en silencio, ella lo miraba aveces por unos cortos segundos, necesitaba inspirarse para hablarle.
—Perdón tambien.
—¿Por?.
—Por culparte de crear esos rumores, ahora se que no fuiste tu. Listo, ya lo dije, no volverás a escucharlo de mi parte.
—No importa, a mi me gusta que se hayan enterado sobre eso.
—¿Por que? ¿No te da vergüenza que sepan que te besaste con una chica como yo?.
—Por que así ningún chico se te va acercar, ya que eres mía.
Lo mira por unos segundos y comienza a reírse a carcajadas, luchaba por callarse, pero recordaba sus palabras y la risa se hacía presente nuevamente.
—Primero. No soy tuya, y segundo, nadie se me va acercar,
así que ni te esfuerces con eso.
Él la mira fijo a los ojos por unos segundos, en la cabeza de Isabella ese momento se sintio más largo de lo que era, si como alrededor todo pasara en cámara lenta, al sentir que volvía a tener el control de sí misma quita su mirada de inmediato.
—No empieces con tus juegos tontos, no te creo nada.
Él la acompaña hasta su casa y se va dejando su campera en sus hombros, al darse cuenta que aún la llevaba puesta sale de casa y comienza a mirar hacia sus costados para ver si lo veía, pero ya se había ido, al entrar acerca su campera a su cara y siente su perfume, le dio náuseas ya que no le agradó para nada y la tira sobre su silla.
Al otro día llega al colegio en moto acompañada de Alma, al bajarse ve a Juan estacionando su bici, ella grita y lo apunta con el dedo.
—El pervertido.
–¿Que? ¿Qué haces aquí?.
—¿Acaso me seguiste? No te das por vencido.
—Vengo a este colegio y no me digas pervertido, esa noche estaba borracho, te pido disculpas a ti y a tu novio por la incomodidad que les hice pasar.
—¿Eh? ¿Que novio?.
—¿El chico que te fue a recoger esa noche, no es tu novio?.
—¿Ah? No, por suerte no lo es y jamás lo va a ser, es solo un conocido.
—Me parecía raro que un chico tan guapo como él saliera con una chica como tu.
—¿Que dices? Aún puedo pegarte más fuerte que esa noche.
—Solo digo que no hace falta que aspires a algo tan alto, te podrías conformar conmigo.
Ella comienza a reírse a carcajadas haciendo que muchas personas que estaban presente se percaten de su conversación, llamando así, más atención de lo necesario.
—Después de querer llevarme a la fuerza a ese lugar, ¿Ahora me dices estás pendejadas?.
—Me encanta tu actitud, me alegro haber conocido a una chica como tu, tan fuera de lo común, espero que algún día me des otra oportunidad y esta vez me voy mantener sobrio por ti, chau. Cuídate.
Juan se va del lugar y ella queda enfurecida por esas palabras tan suaves de él.
—Cuando quieras te vuelvo a golpear.
Su sonrisa se vuelve natural al oír la voz de su prima.
—Primero Joaquín, ¿Ahora Juan? Wow, no pensé que eras así prima.
—Cállate, uno es peor que el otro.
Ellas comienzan a caminar hacia su curso y todo el ambiente era más tranquilo, ya no se escuchaban esos murmullos tan molestos, ¿Pero como fue que la gente se olvidó tan rápido de eso? Una de las preguntas que molestaba en su mente, ella trata de prestar atención a cualquier grupo para saber si algo podía sacar.
—Así que no lo beso.
—Todo fue un accidente.
—Era sabido, un chico como él no se besaría con una chica como ella.
Apesar de las palabras fuertes que escuchaba se alegraba igual ya que no se hablaba más del beso, si no más bien de un accidente que terminó en esa situación, con una sonrisa enorme camina hacia su curso, por su lado pasa Joaquín que la mira sonreír y él se contagia de ella y la imita sin vergüenza, Isabella nunca se dio cuenta que él pasó por su lado, estaba feliz que las cosas salieran como ella quería, pero se ve interrumpida con una pregunta: "¿Quien fue?" Sabemos que Paula no lo haría, Rocío y Carla tampoco podrían serlo, Alma no pensaría en una cosa así y creerle a ella sería inútil, la única persona a quién le creerían sería Joaquín, ella se sentía molesta y agradecida a la vez, ese chico la salvó de ese rumor, con aclararle a una sola chica era cuestión de minutos para que todos supieran la falsedad de sus palabras, pero gracias a eso ella no estaba más en el ojo de la tormenta, todo volvía a la normalidad, a ser como tenía que ser.
Alex M. Martínez
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