Era la hora de salida de Jhos, estaría de camino a su casa de no ser por el malnacido de su jefe, qué lo obligó a hacer horas extras, el error en los números ni siquiera era suyo, pero dado que la inútil que lo cometió abría las piernas para él, le dejó toda la responsabilidad.
Maldijo a ese desgraciado y a esa descarada mujer hasta que se cansó, eran la 1:59 de la madrugada, pulsó el botón enviar y se recargó en su silla.
—maldito viejo infeliz, y esa odiosa mujer, ojalá se le caigan los malditos silicones. —para él esa mujer era más plástica que una muñeca, bueno a él no le gustaban las mujeres así, esto solo lo confesaría para él, pero le atraían más los hombres que las mujeres, siempre fue así, pero a sabiendas de lo que pudieran decir y pensar jamás se permitió decirlo o vivirlo.
Quizás si conociera a un tipo como los de sus novelas, no lo dudaría.
Y quién lo haría?, son mucho más guapos qué cualquiera e incluso más que algunas mujeres
Tenía cierta "admiración" o porque no decir un amor secreto, por el personaje principal de su novela favorita, se sentía identificado con él, bueno él no tenía un imperio ni la carga de un poder oscuro, pero toda su vida se había pasado intentando complacer a otros al igual que Sebastián (así se llama el protagonista), es por eso que aunque lo criticaba en el fondo lo entendía, y eso que le criticaba era lo que odiaba de él mismo.
Necesitaba distraerse, y ahora que pensó en Sebastián abrió su bolso para sacar su libro, siempre lo llevaba con él, era su escape de su aburrida y sosa realidad.
Lo abrió dispuesto a perderse en ese maravilloso universo, no quería conducir a casa, sabía que no podría dormir estando tan molesto.
Había leído como mínimo unas 10 veces aquella novela, pero le seguía gustando y se emocionaba cada vez como si fuese la primera vez.
—Ni bueno ni malo —leyó el título con emoción, cómo si fuera la primera vez que lo veía.
El protagonista, es un híbrido qué nació con una inmensa cantidad de magia oscura, todos le temían por esta razón, la historia no era amable con los magos qué tenían este tipo de poder. Ya que los registros decían que todos habían sido malvados y destructivos, por lo que nadie quería involucrarse con alguien así, de no ser por su posición real, ya habría sido asesinado, y no faltaron los intentos por acabar con su vida.
Mientras crecía, tuvo que pasar por mucho, ser juzgado y criticado por cada mínimo error, e incluso que muchos apoyaran a su hermano menor aun cuando él es el príncipe heredero.
Renunció a entrenar su magia oscura, para probar que era digno de la confianza del imperio, incluso si supo quienes habían intentado asesinarlo, lo entendió y perdonó no diciendo nada.
A su parecer Sebastián era demasiado bueno, o más bien es que no quería decepcionar la confianza de su padre y sus hermanas, no le gustaba lo que decían de él, ni las miradas que le daban, pero quería demostrar que no era el monstruo qué todos creían.
Cuando tenía 7 años, su tío mandó matarlo unos días antes de que fuera nombrado príncipe heredero, estaba seguro que moriría de no ser por ese joven misterioso qué lo salvó. No solo se encargó de los hombres que lo atacaban sino que le permitió beber de su sangre para que sanara y lo llevó de vuelta a su castillo.
Después de ese día, para Sebastián fue más fácil controlar su poder oscuro, y pudo dominar su sed e ira, aunque nunca más supo de aquella persona.
Él no lo sabía, pero aquel extraño había sellado su magia oscura, a costa de su vida, sabía que cosas terribles le ocurrirían a los 4 imperios si el chico se dejaba dominar por ese poder oscuro así que lo selló.
Sebastián creció para convertirse en emperador, y dos años después, un elfo poderoso le declaró la guerra a los 4 imperios.
El país del Este y sur fueron destruidos por él, nadie sabía el por qué los atacaba, o más bien, todos querían ignorarlo, él era el último de su especie.
Ciel era su nombre, él fue engañado y obligado a servir a la familia real del Este, estos no contentos con eso, utilizando su poder para esclavizar y matar a su gente, para cuando pudo acabar con el último de ellos no quedaba nadie de los suyos, estaba furioso consigo mismo, y con todos aquellos que ignoraron el sufrimiento y dolor de los suyos y fingieron que no pasaba nada.
Siempre fueron seres pacíficos, su único error fue creer que podían coexistir con aquellas crueles criaturas, por eso quería destruirlos a todos y una vez que absorbiera todo su poder, traería a los suyos para que vivieran como siempre debieron, siendo los únicos amos del mundo, estaba tan cerca de lograrlo, de no ser porque el emperador del norte se cruzó en su camino.
Asi es, el único que pudo detenerlo fue Sebastián.
Los países del sur y Este se habían perdido, pero los pocos que lograron sobrevivir decidieron reconstruir sus ciudades.
Todos se mostraban agradecidos con el emperador del norte por haberlos salvado.
Dos años después a sus 29 años se casó con Bella Belmonte, la hija de un afamado conde muy cercano a la familia imperial.
Pero un año después ella y su mejor amigo lo traicionaron, tenían un amorío y habían conspirado con los otros imperios para asesinarlo, no estaban agradecidos, estaban aun más aterrados, temían que al salvarse de una destrucción segura, ahora podrían estar en las manos del terrible mago en que se había convertido Sebastián.
Este después de días de lenta y dolorosa agonía murió, pero antes con el poder que reunió asesinó a sus traidores.
Su odio y resentimiento no tenía fin, murió, pero no acabó ahí, en su último segundo el sello que reprimía su poder oscuro se rompió, y volvió en el tiempo, él mismo estaba sorprendido, de lo único que estaba seguro es que esta vez haría las cosas a su manera.
Y así con su inigualable poder, puso a los 4 imperios bajo sus pies, y solo quién él decidiera podía conocer la paz o el infierno, era como un dios, y no uno benevolente, no tenía piedad, no permitía errores, y nunca nadie pudo oponerse a su autoridad, su reinado, tiranía y crueldad, no tuvieron fin.
Cerró el libro con una sonrisa. No era particularmente el final feliz que todos esperan de un libro, pero mostraba una verdad, nadie es realmente bueno o malo, cada quien actúa bajo su propia conveniencia, ya sea buscando aceptación, reparar sus errores, por remordimientos, o porque así es como la gente espera que sea.
Él entendía perfectamente eso, pues toda su vida se la pasó cumpliendo las expectativas de otros, primero de sus padres, luego de sus maestros, de su novia y finalmente acabó estudiando una carrera que no le gustaba, en un trabajo que odia y viviendo una vida que no lo satisface para nada.
Johs: quizás yo también debería dejar de pretender... —miró otra vez el libro, se preguntó que haría Sebastián después de haber tocado fondo en una situación como la suya.
Johs: que se joda ese viejo hijo de puta y su golfa, RENUNCIO!! —Nunca se sintió tan feliz, tomo su chaqueta y fue al elevador.
Llegó al estacionamiento y subió a su motocicleta, no quería oír los reproches de su novia que seguro como todos las tardes estaba en su departamento con la única intención de fastidiarlo, no soportaba a esa mujer, pero era la novia perfecta según sus padres, y aunque no le habían dicho, seguro esos 3 ya estaban planeando amarrarlo con un matrimonio.
—que se jodan también —pensar en eso le molestó, no frenó aun cuando la luz del semáforo cambio a roja, oyó la bocina de un camión esperó lo peor, por suerte, solo fue el susto, oyó al hombre gritarle insultos, no le prestó atención y continuó su camino.
Tenía que agradecer, que su amigo estuviera de viaje con su novia, le había dejado las llaves para que fuera a alimentar a su gato, a él le gustaban los animales así que no fue difícil aceptar.
Abrió la puerta, no vio al gato por ninguna parte, imaginó estaría oculto por ahí, dejó su maletín, le sirvió comida y agua, fue a darse un baño. Y volvió para dormir en el sofá, él no era de camas, ni de cobijas, prefería un frío piso o un mullido sofá, estaba listo para dormir cuando un peso en su pecho le hizo abrir los ojos.
Johs: hola bola de pelos!. —el peludito se acostó en su pecho, listo para recibir mimos.
Johs: tu eres posiblemente del único del que no tengo quejas. —su acompañante se quedó dormido y él lo siguió quedando vencido por el sueño.
💥
💥
💥
"líder?, líder se encuentra bien?"
Johs: (y esta mujer tan extraña quien es?, de que está disfrazada en pleno marzo?) —la chica no tenía una apariencia precisamente humana, era más semejante a un gato... Estaba soñando seguro y veía a manchas (así se llama el gato) de esa forma, aunque estaba seguro que era un él no ella.
Johs: ¿donde estoy? —creyó haber hablado para él, pero lo hizo en voz alta.
"en el templo por supuesto, maestro Asier, usted se encuentra bien?"
Johs: como me acabas de llamar?
"Asier, ese es su nombre, Asier..."
Johs: si esto es una broma no es para nada gracioso, quítate —empujó a la mujer y se levantó, esa no era su habitación, se había dado cuenta desde que abrió los ojos, tampoco la oficina, y menos el apartamento de su amigo, esa habitación era muy grande y blanca, al salir un inmenso pasillo qué se extendía hasta donde su vista no alcanzaba y perdió la cuenta del número de puertas que había ahí, reconocía ese lugar, al menos de su imaginación, y su mente le dio la respuesta casi de inmediato.
Josh: tiene que ser una broma, no es cierto!!! —se acercó al espejo y se quedó sin habla, el chico que veía tenía ojos grises y amables, cabello castaño largo, ropas sencillas pero que van a la perfección con él.
Tiene un rostro bastante hermoso, sin duda es de los que lo harían aceptar que también le gustan los hombres.
Los rasgos que veía ahora eran muy parecidos a la descripción del mártir de su historia, pero ¿como era posible que ahora se viera como él?, se pellizcó y dolió como el demonio, así que no estaba soñando.
Johs: (significa que morí mientras dormía y ahora viviré aquí? No, más bien voy a morir, el destino de este chico es morir para sellar a Sebastián) —ahora estaba entrando en pánico, murió, vivió e iba a volver a morir.
Lo que es más había leído novelas en donde los personajes reencarnan en novelas, pero la posibilidad de que le pasara a él ni siquiera lo imaginó
Johs: (no puedo morir otra vez, conozco a la perfección esta historia, solo tengo que encontrar otra salida) qué día es hoy?
"es jueves maestro" —la chica que hasta ahora seguía observando su actitud extraña por fin habló.
Johs: (un momento en la novela, no recuerdo que le hablaran con tanto respeto, él era más como el sirviente de los dos líderes del templo, qué cambio?) por qué me llamas maestro?
"de que habla?, usted es el tercer líder y fundador del templo de plata, debemos hablarle con respeto, es nuestro maestro... Se siente bien señor?"
Johs: (soy uno de los líderes?, esto no es como en la novela)
"maestro, tiene una misión en las tierras del norte, algo que solo usted puede hacer y me pidió que lo despertara, por eso vine"
—(claro, solo este chico tiene el suficiente poder y habilidad para sellar la magia oscura de Sebastián, pero eso no cambia en nada la historia, así que sacrificarme no es la solución y tampoco pienso a hacerlo. Hablaré con los otros dos líderes, ellos entenderán... Eso espero, eran muy irracionales en la novela, pero estando en la misma posición quizás si)
"maestro a donde va?"
Johs: a buscar a Chy y Enry.
"pero hacia allá están las habitaciones de entrenamiento"
Johs: lo siento, lo había olvidado (demonios, en las historias de reencarnación qué he leído, tienen los recuerdos del dueño anterior del cuerpo, supongo que mi manual se perdió en el camino)
La chica gustosa lo guió hasta la enorme sala donde los 3 líderes permanecían.
Por las descripciones del libro pudo saber quien era quién.
Enry el chico risueño y amable de ojos dorados, era un mitad dragón.
Y Chy un imponente hombre lobo de sangre pura, bastante aterrador sobre todo el hecho que siempre mostraba sus colmillos, en especial ante las bromas de su compañero.
Las descripciones del libro no les hacían honor, o más bien su imaginación, no daba para igualar lo magnífico de sus apariencias.
Chy: Asier?, cómo te sientes?
Johs: (le pasó algo a este chico?) bien, vine a hablar sobre el país del norte.
Enry: puede ser que te hayas arrepentido?, digo aunque seas el único que puede sellar ese descomunal poder, no debe ser una decisión fácil, aun si es por el bien de los imperios.
Johs sabía que el sentido de justicia de aquel chico era mayor que el de cualquiera y que no le importaría dar su vida si salvaba a tantas personas como pudiera, pero él no era tan ingenuo y sabía que eso no serviría de nada.
Chy: no lo digas como si Asier fuera un cobarde, el mismo tuvo la idea, sin importarle las consecuencias.
Enry: solo estoy exponiendo mis dudas.
Johs: dejen de discutir, descubrí que sellar su poder no salvará a los imperios.
Chy: a que te refieres?
Johs: su poder oscuro logrará romper mi sello y no solo eso, el caos a los 4 países será peor de lo que imaginamos.
Enry: entonces hay que matarlo. —puede que Enry fuera el risueño y bromista, pero era el que tenia el corazón más frío.
Johs: NO!! —Ambos lo miraron, él mismo habia dicho antes, qué si sellarlo no funcionaba podían matar al niño, entonces ¿por qué ahora se negaba?
El ambiente se estaba volviendo algo tenso, Enry analizaba a Johs como si pudiera leerlo, Chy por otro lado, se dio la vuelta trayendo una charola.
Chy: porque no nos sentamos y bebemos un poco de té.
Enry: me parece bien, muero por saber tu motivo para negarte a que matemos a ese chico
Johs: (maldita sea, no puedo decirles, qué porque es el protagonista de la novela, y no sé que vaya a pasarle a la historia si muere) bueno, tal vez haya otra manera, y aunque no hemos estado sujetos a los imperios, tampoco queremos ganar enemigos, ¿cierto?
Chy: hay muchas formas en que ni siquiera podrían asociarnos con su muerte, recuerda que todos quieren al chico muerto —eso él lo sabía muy bien, parecía injusto que siendo un chico tan bueno, tuviera que lidiar con tanto odio.
Enry: así es! Así que explícate. —bebió de su taza, se sentía nervioso, y eso era igual a estar sediento, también comió una galleta.
Johs: que tal... Eliminar a las personas que obligan a su poder oscuro a despertar. —
Enry: oh!! Y quienes son esas personas? —se oía un poco sarcástico, no creía que fuera posible reprimir ese poder sin un sello poderoso.
Johs: Bella Belmonte y Gregor Almos…
Chy: son familias cercanas a la familia imperial, dices que van a traicionarlo?
Johs: eso dije.
2 días antes en el país del norte.
Hay muchas maneras de morir, tantas como las mil formas de vivir, pero... ¿Que pasa cuando esa muerte no llega de forma repentina?, ¿cuando es una dolorosa lenta y cruel tortura?, merecida o no, lo único que se busca es una salida.
Sebastián, el emperador elegido desde antes de su nacimiento, y temido por su inmensurable poder oscuro, ahora se encuentra sufriendo la peor de las muertes, a causa de quién una vez consideró su mejor amigo y que aceptó como un hermano y de la mujer que más amó y que convirtió en su emperatriz.
Los oye burlarse cada noche, los ve demostrarse amor en su cara, lo obligan a presenciar sus apasionadas entregas.
Se deleitan contándole como desde siempre planearon deshacerse de él, cómo todos sus aliado, y que solo se unieron por miedo a ser destruidos por él y su maligno poder, ahora los apoyan y esperan con ansias la noticia de su muerte y el surgimiento de un nuevo emperador.
El odio y repulsión hacia ese par solo crece.
Se rehusó por tanto tiempo a vivir conforme al destino que se le había decretado, jamás deseó ser un villano, no era precisamente un santo, pero se esforzó en practicar la justicia, fue en contra de todo lo que siempre le dijeron que sería y vivió siendo correcto.
Sin embargo, de nada sirvió, los demás solo vieron un monstruo, se negó a seguir su naturaleza caótica y destructiva dejando el entrenamiento de un mago oscuro, y se limitó a seguir el entrenamiento que su padre le impuso, ahora estaba pagando las consecuencias. aquella arte en la que nunca se instruyó, era la causa de su muerte, el veneno más letal lo dejó sin movilidad, y con la suficiente sensibilidad para sufrir por cada una de sus torturas.
Usó las pocas energías qué reunió para darles su merecido a ese par de traidores, cerró sus ojos con la satisfacción de que ellos estaban muriendo también, pero no era suficiente, todavía quedaban muchos malditos qué debían pagar.
Muchos dicen que al morir todo se vuelve más claro y no hay mentira en eso, él ahora podía ver tan claro todo lo que antes ignoró y eso le producía mucha más ira y enojo.
La compasión, la justicia y la bondad, el amor, la familia, todo es basura!, si pudiera trataría a todos esos malnacidos como se lo merecen y peor, los volvería sus malditos esclavos, y no les daría la oportunidad de siquiera pensar en conspirar contra él.
Todos serian sus herramientas, desechables y reemplazables cuando él así lo dispusiera, solo pensarían si él se los pedía, solo hablarían si así él lo deseaba...
Pero no había tiempo, maldito y estúpido tiempo, él también debería obedecerle y darle lo que quiere: venganza y un imperio de caos y oscuridad para todo aquel que no haga su voluntad.
Si, debió convertirse en lo que siempre temieron todos esos cobardes, el temible emperador del mal.
⌛
🎶
⏳
Abrió sus ojos con pesadez no entendía que estaba pasando, debería estar muerto, ¿así es como es la muerte?
Un aire fresco y agradable lo golpeaba, el techo resplandecía con hermosos y brillantes cristales, entonces se sentó, ya no estaba atado, lo último que recordaba es que estaba atado y agonizando, pero ya no estaba ahí, tampoco tenía ningún tipo de dolor o molestia, esa era su habitación, pero no su habitación de emperador, su madre pidió que colgarán esos diamantes en el techo arriba de su cama cuando él era bebé y recuerda que durmió en esa habitación hasta que cumplió 10, entonces estaba en su habitación de cuando era un niño!, apenas y podía entender aquello.
"príncipe, buenos días, ¿desea desayunar ya?" reconocía a esta sirvienta, pero ella murió cuando... Miró sus manos y tocó su rostro, todavía no podía creerlo, saltó de la cama y corrió al espejo.
Sebastián: volví al pasado!! —su emoción era tan palpable como su confusión.
"príncipe se encuentra bien?" Ella al igual que todos en el castillo le temían, siempre fue así.
Sebastián: que día es hoy?
"es martes señor, hoy inicia su entrenamiento como príncipe heredero y mago imperial" lo había hecho, en verdad volvió en el tiempo, pero ¿cómo?, no tenía suficiente poder para hacer algo así, estaba agonizando, entonces ¿cómo es que eso fue posible?
Sebastián: no importa, de ahora en adelante, me convertiré en el demonio qué todos pensaban que era.
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A partir de aquí la llegada de Johs
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